La lucha exhaustiva contra la desigualdad “Buscando justicia” (Just mercy, 2019) es una película dramática dirigida y co-escrita por Destin Daniel Cretton. Basada en hechos reales, específicamente en el libro “Just Mercy: A Story of Justice and Redemption” de Bryan Stevenson, el reparto está compuesto por Michael B. Jordan (Creed), Jamie Foxx, Brie Larson, Michael Harding, Rafe Spall (Black Mirror), Karan Kendrick, Rob Morgan, C.J. Leblanc, entre otros. La cinta tuvo su premiere mundial en el Festival Internacional de Cine de Toronto del pasado septiembre. La historia se centra en Bryan Stevenson (Michael B. Jordan), un abogado graduado de Harvard que se muda a Alabama en 1989 con el fin de brindar asistencia jurídica a los condenados al corredor de la muerte. Junto a su compañera Eva Ansley (Brie Larson), Bryan funda, con mucho esfuerzo, la “Iniciativa de Justicia Equitativa”, una organización sin fines de lucro que busca representar legalmente a los presos que no tuvieron un juicio justo. Luego de conocer al presidiario afroamericano Walter “Johnny D.” MacMillian (Jamie Foxx), acusado de haber matado a una joven blanca de 18 años en una tintorería, Bryan se da cuenta rápidamente que los expedientes no cuentan con la información suficiente como para culparlo, aparte de que resulta inconcebible que a MacMillian lo hayan sentenciado a la pena de muerte un año antes de siquiera haber ido a juicio. Ante este arbitrario panorama, Stevenson se dedicará cien por ciento a demostrar la inocencia de Walter. Estamos ante un relato de racismo y manipulación policial que merecía ser llevado a la pantalla grande por lo increíble que resulta el hecho de que esto ocurrió en la realidad. A pesar de que el ritmo lento de los primeros minutos del filme nos lleve a pensar en que ésta es “otra historia demasiado yankee sobre la discriminación”, pronto esas dudas quedan disipadas gracias a un guión e interpretaciones que nos logran sumergir de lleno en la trama. Al director le importan sus personajes y sabe cómo darles un desarrollo adecuado, por lo que como espectador nos es muy fácil empatizar por completo con la comunidad más pobre y desfavorecida de Alabama, pero también con las personas que no reciben una asesoría legal adecuada y con Bryan Stevenson, un abogado que decide involucrarse plenamente en los respectivos casos marcados por la desigualdad. Sin tener el objetivo de obtener dinero por lo que hace, la ávida búsqueda de la justicia por parte de Stevenson resulta admirable en todo sentido. Desde que llega al sureste de Estados Unidos, Bryan ve y vive en carne propia situaciones xenófobas que generan tanta bronca como impotencia. Por otro lado, la película se adentra en el corredor de la muerte, mostrándonos lo terrible e inhumano que es estar encerrado allí, más aún teniendo en cuenta que MacMillian fue puesto ahí sin argumentos suficientes que prueben que es un asesino. Con escenas dolorosas de ver alrededor de la silla eléctrica, la cinta hará derramar un par de lágrimas a los más sensibles debido a la acertada construcción previa del compañerismo que existe entre los condenados. Con actuaciones muy convincentes por parte de Jamie Foxx y Michael B. Jordan, aparte de un Rafe Spall en el rol de sheriff que resulta odioso por su enorme ego y orgullo, “Buscando justicia” es un sólido drama legal sobre la valentía de un activista que no se deja llevar por el desaliento para ir contra el sistema y reivindicar a los más desfavorecidos. Si estás buscando una historia real emocionante, potente y necesaria, estás ante la película ideal.
Ten cuidado con los extraños “Gretel y Hansel: un siniestro cuento de hadas” (Gretel & Hansel, 2020) es una película de horror y fantasía dirigida por Oz Perkins, que también se ocupó del guión junto a Rob Hayes. Filmada en Dublín, Irlanda, la cinta funciona como una adaptación del cuento alemán recogido por los hermanos Grimm. Protagonizada por Sophia Lillis (Beverly Marsh en It), el reparto se completa con Samuel Leakey, Alice Krige, Charles Babalola, Jessica De Gouw, entre otros. Hace mucho tiempo atrás en el campo, la joven Gretel (Sophia Lillis) intenta conseguir trabajo como criada pero se da cuenta que el empleador tiene otras intenciones, por lo que decide no aceptar y huir de allí. Cuando su madre se entera del rechazo a esa oferta laboral, ésta se enfurece tanto que decide echarla de la casa, diciéndole que también se lleve a Hansel (Samuel Leakey), su hermano de ocho años. Solos contra el mundo, Gretel y Hansel se adentrarán en un oscuro bosque con el fin de hallar comida y un lugar donde poder dormir. Todos conocemos el cuento de hadas de Hansel y Gretel, ya sea porque nos lo leyeron cuando éramos chicos o porque vimos algunas de las tantas adaptaciones cinematográficas. No obstante, con esta producción el director le da una vuelta de tuerca a la historia agregando detalles de los que no estábamos enterados y centrándose principalmente en crear una atmósfera ultra sombría, ideal para ser disfrutada por el espectador adulto. Teniendo en cuenta a “La enviada del mal” (The blackcoat’s daughter, 2015) y a “Soy la cosa bella que vive en esta casa” (I am the pretty thing that lives in the house, 2016), las dos obras anteriores del cineasta, “Gretel y Hansel” sigue ese mismo camino. A Oz Perkins no le interesa generar sustos fáciles o sobresaltar por el simple hecho de entretener, él prefiere manejar su propio ritmo para que tanto el bosque como la casa de la bruja sean dos protagonistas más. Si no se conoce el trabajo previo de Perkins, es posible que a algunos la cinta les pueda llegar a parecer aburrida y lenta por su sosegado guión. Aunque el momento del clímax no logra otorgar todo el potencial que se venía construyendo, Perkins consigue darnos escenas muy perturbadoras desde la perspectiva de Gretel, una adolescente que de la noche a la mañana debe arreglárselas sola para que su hermano pequeño no pase hambre. Sophia Lillis vuelve a salir airosa en una cinta de este género gracias a su expresividad: sin decir mucho, sus gestos faciales nos hacen conectar con ella de inmediato. Su personaje es inteligente, precavido, trabajador y protector. A su vez, Gretel deja buenos mensajes sobre el cuidado que hay que tener con los desconocidos (muchas veces su amabilidad es para obtener algo a cambio) y lo mal que está acostumbrarse a vivir en la abundancia. Por otro lado, la bruja Holda, interpretada por Alice Krige en su versión anciana y por Jessica De Gouw de joven, aquí cuenta con un mayor trasfondo. Con un uso adecuado de sus vestiduras y un buen maquillaje, la poderosa villana tiene otras formas de engatusar a los chicos (la situación incómoda alrededor del horno ya no está presente). Mucho más tenebrosa que las versiones anteriores, “Gretel y Hansel: un siniestro cuento de hadas” se destaca por la capacidad del director al lograr una ambientación oscurísima que incluye pesadillas bastante realistas y escenas que inquietan así como asquean. Aunque a veces el dinamismo se pierda o el desenlace no tenga la potencia requerida, esta nueva adaptación vale la pena para los que buscan adentrarse en una historia de horror que fue tomada en serio.
Una expedición de vida o muerte “Amenaza en lo profundo” (Underwater, 2020) es un thriller de ciencia ficción dirigido por William Eubank y co-escrito por Brian Duffield y Adam Cozad. Protagonizado por Kristen Stewart (Blancanieves y el cazador), el reparto se completa con Vincent Cassel (El cisne negro), Jessica Henwick, T.J. Miller, John Gallagher Jr. (Calle Cloverfield 10), Mamoudou Athie (Sorry for your loss), entre otros. El film constituye la última producción estrenada bajo el sello de 20th Century Fox (la empresa de ahora en más se llamará 20th Century Studios al ser adquirida por Disney). Muy en el fondo del océano Pacífico, en la fosa de las Marianas, 316 tripulantes se encuentran en la estación Kepler de Tian Industries. Debido a una fuerte explosión, la mecánica Norah Price (Kristen Stewart) tiene que correr hasta un lugar seguro para salvar su vida, cerrando las compuertas lo antes posible. Junto al capitán Lucien (Vincent Cassel) y sus compañeros Paul (T.J. Miller), Emily (Jessica Henwick), Smith (John Gallagher Jr.) y Rodrigo (Mamoudou Athie), Norah tendrá que emprender una caminata de 1,5 kilómetros para llegar a otra estación estable con módulos capaces de transportarlos hacia la superficie. Sin embargo, en este recorrido por la supervivencia, el grupo se dará cuenta que una criatura marina desconocida (o varias) atenta contra su misión. ¿Qué pasa si mezclamos lo que sucede en la notable “Alien: el octavo pasajero” (Alien, 1979) con “Life: vida inteligente” (Life, 2017), que a su vez tomó varios elementos de la primera? Obtenemos una cinta como “Amenaza en lo profundo”, con la única diferencia que la acción aquí transcurre debajo del agua. Sin embargo, el problema de la película no pasa por la falta de originalidad. Más bien, el principal desacierto está en que desde la primera escena la acción se hace presente, lo que no nos va a dar tiempo para conocer a los personajes y tratar de empatizar con ellos. Ya hace rato que Kristen Stewart se despegó de la mala fama que le conllevó haber interpretado a Bella Swan en la saga “Crepúsculo” (Twilight), por eso no es sorpresa que brinde una buena labor. Los demás actores también otorgan un desempeño correcto, a excepción de T.J. Miller, el cual queda relegado a ser el alivio cómico en una historia que no amerita para nada el uso de chistes. No obstante, se hace muy complicado conectar con una trama ya vista, que en la mayoría de su metraje parece un videojuego, y que encima no cuenta con unos guionistas a los que les interese dar más que un par de mínimos detalles sobre el trasfondo de personajes. Con respecto a la fotografía, en vez de ver nítidamente lo que ocurre, vamos a tener que vislumbrarlo. Aunque la justificación es válida (debajo del océano reina la oscuridad y los tripulantes tienen poca luz), se puede llegar a pensar que la falta de presupuesto afectó al filme. Además, algunas escenas son cortadas repentinamente sin mostrarnos cómo el grupo se las arregló para ingresar otra vez a la nave. Por otro lado, ¿es necesario que en casi todas las secuencias de acción la protagonista esté en ropa interior? La respuesta es no. Sexualizar a la heroína de esta historia no hace más que reafirmar que en Hollywood la mujer aún no cuenta con los mismos derechos que el hombre. Aunque “Amenaza en lo profundo” cuenta con un mensaje ecológico muy claro y necesario alrededor del daño que ocasionan las plataformas perforadoras de los océanos, aparte de un buen desenlace, el guión falla a la hora de conseguir tensión. Más aburrida que entretenida, muy pronto la cinta cae en ser más de lo mismo.
La unión hace a la fuerza “El escándalo” (Bombshell, 2019) es un drama biográfico dirigido por Jay Roach y escrito por Charles Randolph. Protagonizado por Charlize Theron, el reparto se completa con Nicole Kidman, Margot Robbie, John Lithgow (Winston Churchill en “The crown”), Kate McKinnon (Mi ex es un espía), Mark Duplass (The morning show), Malcolm McDowell, Liv Hewson (Si no despierto), Brigette Lundy-Paine (Atypical), Rob Delaney, Alanna Ubach, Ben Lawson, Josh Lawson, Allison Janney, entre otros. La cinta obtuvo tres nominaciones a los premios Óscar, alzándose con la estatuilla de “Mejor Maquillaje y Peluquería”. Luego del debate presidencial previo a las elecciones estadounidenses, muchas personas deciden ponerse en contra de Megyn Kelly (Charlize Theron), abogada y presentadora de noticias del canal Fox News, la cual tuvo la oportunidad de cuestionarle a Donald Trump sobre su conducta para con las mujeres. Cuando la periodista Gretchen Carlson (Nicole Kidman) recurre a sus abogados para demandar directamente al jefe de la cadena Roger Ailes (John Lithgow) por su repetitivo comportamiento inapropiado hacia el género femenino, será cuestión de tiempo para que unas cuantas más se animen a contar lo que vivieron. Sin embargo, todos los testimonios de acoso sexual que llegan después del de Gretchen son de casos que sucedieron antes de que Roger estuviera al mando de Fox News. Con un notable silencio por parte de Megyn Kelly, aparte de las múltiples mujeres que decidieron defender a capa y espada a Roger, Gretchen no perderá las esperanzas y esperará que sus colegas se unan para derribar al hombre más poderoso de la televisión. Ambientada en 2016, durante los inicios del movimiento #MeToo, “El escándalo” es un filme tan importante como necesario. Con un comienzo en el que se nos explica de qué se ocupa cada piso del edificio que alberga a la clase dirigente más conservadora de Estados Unidos, la película pronto nos dará a conocer a uno de los jefes más despreciables del planeta: Roger Ailes. Gracias a la gran interpretación de John Lithgow, como espectador seremos testigo de su abuso de poder, su marcado egocentrismo, sus comentarios fuera de lugar que hace pasar como “bromas” y, por sobre todo, su manipulación para que las mujeres hagan lo que él les diga ya que de lo contrario perderán su trabajo o se les reducirá el contrato. Charlize Theron está realmente irreconocible en su rol de Megyn Kelly. La increíble transformación para que la actriz luzca como la real Kelly está tan bien lograda que uno llega a pensar que la que está actuando no es Charlize. Por otro lado, el peinado de Nicole Kidman consigue ser parecido al de Gretchen Carlson. Las dos tienen sus momentos para brillar, sin embargo con la que más llegamos a conectar es con Margot Robbie en el papel de Kayla, un personaje ficticio creado para representar a las demás mujeres que sufrieron acoso en horario laboral por parte de Ailes. Con peluca y bastante maquillaje, Margot Robbie tiene una de las escenas más incómodas e impotentes de ver, en donde todas las decisiones fueron acertadas: hay silencio absoluto y la cámara sabe en qué enfocarse para hacernos sentir junto a ella la vergüenza, miedo y dolor que está atravesando. Pero “El escándalo” no solo pretende mostrarnos la repudiable conducta machista de Ailes, sino que también busca hacernos tomar consciencia de las consecuencias que acarrea el silencio para las futuras trabajadoras (en este caso, Kayla). Además, resulta impactante ver como la mayoría de mujeres decide apoyar al victimario sin dudarlo, por el simple hecho de estar en el equipo “correcto” para no perder el empleo. Lamentablemente, son muchísimas las personas que se muestran escépticas ante las demandas por acoso sexual hasta que lo viven en carne propia. A pesar de que al guión en un principio le cuesta ir al grano, aparte de que nos vamos a quedar con las ganas de ver interactuar a estas tres mujeres (solo tienen una escena juntas en un ascensor pero no hablan entre sí), “El escándalo” cuenta con buen ritmo e interpretaciones para que nos embarquemos de lleno en esta historia real que deja claro que, siempre, lo mejor es alzar la voz y no hacer oídos sordos cuando alguien cercano a uno sufrió una situación de acoso.
La casa del rencor “La maldición renace” (The grudge, 2020) es una película de terror dirigida y escrita por Nicolas Pesce (Piercing). Producida por Sam Raimi, la cinta funciona como continuación y semi-reinicio de la saga norteamericana del mismo nombre (remake de la franquicia japonesa “Ju-On”). El reparto está compuesto por Andrea Riseborough (W.E., Black Mirror), Demián Bichir, John Cho, Betty Gilpin (A dog’s journey), Lin Shaye (La noche del demonio, Ouija), Tara Westwood, John J. Hansen, Jacki Weaver (El lado luminoso de la vida, The disaster artist), William Sadler, Zoe Fish, Frankie Faison, entre otros. En 2006, luego del fallecimiento de su esposo, la detective Muldoon (Andrea Riseborough) decide mudarse a Pensilvania junto a su pequeño hijo y su perro. Junto a su nuevo socio Goodman (Demián Bichir), Muldoon deberá descubrir cuáles fueron los motivos de la muerte de Lorna Moody (Jacki Weaver), la cual aparece dentro de su coche en el bosque, en muy raras circunstancias. Pronto, Muldoon se dará cuenta que ésta pérdida tiene conexión con la casa número 44 de Reyburn Drive, lugar maldito ya que cada persona que entra allí se termina topando con la muerte. Sintiendo que se está volviendo loca, la detective buscará la forma de que la maldición no llegue a afectarle a su hijo. Las películas de terror malas siguen llegando a nuestra cartelera. Con una clara falta de ideas nuevas, “La maldición renace” gira en torno a una casa embrujada, por lo que ya desde el vamos estaremos en presencia de una historia colmada de clichés. No solo eso, sino que también el filme presenta el mayor abuso de jump scares mal logrados. Cada escena tiene un momento “de miedo” que pretende hacernos saltar de la butaca, lo cual no se consigue salvo que ésta sea la primera película de terror que veas. De esta manera, en su hora y media de duración la obra de Nicolas Pesce, en vez de generar algún impacto, se vuelve cansadora por la utilización del mismo recurso una y otra vez. Por otro lado, la estructura narrativa falla estrepitosamente al conectar diferentes casos que ocurrieron en la casa de Reyburn Drive. Tenemos a Fiona Landers (Tara Westwood), la culpable de traer la maldición de Tokio a Estados Unidos, después hay un ex policía confinado a una institución psiquiátrica, luego viene el agente de bienes raíces Peter Spencer (John Cho) con una historia alrededor de su mujer embarazada; más tarde pasamos a la anciana loca Faith Matheson (Lin Shaye), la cual su marido cree conveniente que lo mejor para ella es la muerte asistida; por último, la detective Muldoon, que no tiene mejor idea que entrar a la casa de los fantasmas. Al pasar de trama en trama así porque sí, tanto el guión como el montaje no logran generar interés por ningún relato. Mediocre e insulsa, “La maldición renace” es una pérdida de tiempo de la que es mejor mantenerse alejado. Sin aportar nada nuevo, es hora de que los estudios dejen de hacer remakes o secuelas que nadie pidió y pasen a centrarse en desarrollar conceptos que por lo menos presenten una pizca de frescura.
Buscando un lugar adonde pertenecer “Sonic, la película” (Sonic the hedgehog, 2020) es un live action de aventuras y comedia que está dirigido por Jeff Fowler, siendo éste su debut cinematográfico. Co-escrito por Patrick Casey y Josh Miller, el filme está basado en el reconocido personaje de la compañía de videojuegos SEGA. La voz de Sonic es puesta por Ben Schwartz, mientras que el reparto está compuesto por James Marsden (Diario de una pasión, Encantada), Jim Carrey, Tika Sumpter (Raina Thorpe en “Gossip Girl”), Lee Majdoub, Melody Nosipho Niemann, Neal McDonough, Adam Pally, entre otros. La historia gira en torno a Sonic (Ben Schwartz), un erizo azul ultra veloz que tuvo que irse de su planeta al verse amenazado. En la Tierra, específicamente en el pueblo de Green Hills, Sonic vive oculto de los humanos. Sin embargo, él pasa su tiempo observando desde los arbustos al oficial de policía Tom Wachowski (James Marsden) y a su pareja veterinaria Maddie (Tika Sumpter). Una noche, completamente enojado y triste por no poder relacionarse con nadie, Sonic utiliza toda su energía para dar muchísimas vueltas a una cancha de béisbol. Esto genera un apagón en todo el vecindario. Para averiguar las causas de la falta de electricidad, el gobierno recurre al doctor Robotnik (Jim Carrey), un psicótico científico que se maneja a base de sus propias reglas y es muy bueno en el uso de la tecnología. Como la Tierra ya no es un lugar seguro para Sonic, el erizo no tendrá mejor idea que pedirle ayuda a Tom para huir. Luego de recuperarse del shock de ver a un animal parlanchín con poderes de súper velocidad que camina en dos patas, Tom emprenderá un viaje junto a Sonic para ayudarlo a recuperar su bolsa llena de anillos, las cuales cayeron en una azotea de un edificio de San Francisco y son herramientas clave para que el erizo pueda dejar atrás nuestro planeta. Luego de las variadas reacciones negativas al primer trailer por lo feo que se veían los efectos especiales de Sonic, Paramount decidió retrasar el estreno del filme (estaba pactado para noviembre de 2019) con el objetivo de rediseñar al personaje principal. Y qué buena decisión tomaron. “Sonic, la película” es de esos filmes que divierten tanto a los chicos como a sus padres, por lo que los adultos no se sentirán excluidos dentro de la sala de cine. Con chistes que funcionan, un ritmo que no decae y una historia simple pero bien contada, la película es un claro ejemplo de que se pueden hacer largometrajes correctos basados en un videojuego. En cuanto a los efectos especiales, se nota una gran mejoría con respecto al primer vistazo de Sonic. No solo en su apariencia el erizo logra darnos ternura, sino que también lo consigue gracias a su personalidad: por más de ser hiperactivo y hablar muy rápido, desde el guión vamos a poder conocer sus miedos e inseguridades al no contar con un lugar de pertenencia ni ningún lazo de amistad. Es por eso que, al establecer contacto con el sheriff de Green Hills, la dinámica entre estos dos personajes debía funcionar si o sí. Por suerte, James Marsden hace una gran dupla con la bola de púas desde la primera interacción con él, originando una relación que progresa a medida que avanza el filme. Por otro lado, Jim Carrey como Robotnik, un hombre habilidoso en el manejo de máquinas y drones, otorga la cuota caricaturesca que gustará en mayor medida a los que aprecian el trabajo previo del actor. Autoritario, perspicaz y muy freak, Carrey utiliza todo su histrionismo para estar al servicio de lo que el relato necesitaba. Llena de secuencias de acción en donde podremos disfrutar de la gran velocidad del enérgico erizo, tanto a cámara lenta como a todo motor, “Sonic, la película” es una simpática propuesta que entretendrá a toda la familia. Buen comienzo para una película que busca tener su secuela.
La psicótica más particular está de regreso “Aves de presa y la fantabulosa emancipación de una Harley Quinn” (Birds of prey and the fantabulous emancipation of one Harley Quinn, 2020) es una película de superhéroes que funciona como spin-off de “Escuadrón suicida” (Suicide Squad, 2016). Dirigida por Cathy Yan y escrita por Christina Hodson, la cinta es la octava producción cinematográfica dentro del universo extendido de DC. Protagonizada y producida por Margot Robbie (Yo soy Tonya, Las dos reinas), el reparto se completa con Mary Elizabeth Winstead (Avenida Cloverfield 10), Rosie Perez, Ella Jay Basco, Jurnee Smollett-Bell, Ewan McGregor, Chris Messina, entre otros. Ya alejada de esa relación tóxica que mantenía con el Guasón, la ex psiquiatra Harleen Quinzel (Margot Robbie) se encuentra desprotegida en Ciudad Gótica, por lo que deberá esquivar a varios enemigos. Cuando Harley es capturada por el mafioso torturador Román Sionis (Ewan McGregor), éste le perdona la vida con una condición: dentro de las próximas 24 horas, Quinn debe encontrar y entregarle a Cassandra Cain (Ella Jay Basco), una niña asiática que robó un diamante súper valioso. Luego de hallar a la joven en la cárcel, Harley se dará cuenta que la joya no es tan fácil de recuperar: está localizada en el interior de Cass. Al pasar tiempo con la niña en su nuevo hogar (el piso de arriba de un restaurante chino), Harley tendrá que elegir de qué bando estar. Descabellada, absurda, bizarra, disparatada y, por sobre todo, explosiva. La nueva película de DC decide centrarse a pleno en el mejor personaje que nos dio la olvidable “Escuadrón Suicida”. Rompiendo la cuarta pared y en un principio dando mucha utilidad a la voz en off como forma de narrar qué está pasando en su vida, la neurótica e impulsiva Harley Quinn retorna a la pantalla grande con toda la locura que la caracteriza. Por este motivo, es clave aclarar que si el personaje de Quinn en años anteriores no era de tu agrado, no hay chance de que este film pueda llegar a gustarte. Con una banda sonora a puro poder femenino, en donde se destaca la interpretación de “It’s a Man’s Man’s Man’s World” de Canario Negro (Jurnee Smollett-Bell), la película sorprende por su nivel de violencia (es apta para mayores de 16 años) en las escenas de acción. Éstas resultan muy ingeniosas con respecto a las coreografías y elementos utilizados, gracias en gran parte a la ayuda del realizador Chad Stahelski, reconocido por su trabajo en “John Wick”. Por otro lado, a pesar de que la cinta tiene un comienzo bastante confuso debido a que Harley comienza a contar la historia a su antojo, pronto el conflicto central se entiende perfectamente, llegando a la conclusión de que en el argumento del filme prevalece la sencillez. Como ya habíamos visto, a Margot Robbie el papel de Harley Quinn le queda pintado. Esta vez con una directora al mando que decide no sexualizar al personaje, Margot está en su salsa en todo momento, lo que es muy divertido de ver por más inverosímil que sea. Junto a la ladronzuela Cass, la detective Renee Montoya (Rosie Perez), la vengativa Cazadora (Mary Elizabeth Winstead) y la cantante devenida en chofer Dinah Lance (Jurnee Smollett-Bell), la delirante antihéroe derrocha carisma a pesar de que no se pueda empatizar con ella. Con respecto al villano de turno, Ewan McGregor como Máscara Negra nos da un par de vistazos de lo sanguinario que puede llegar a ser; sin embargo, por culpa del guión, al actor no le fue posible exprimir su máximo potencial. Además, Jurnee Smollett-Bell tiene una de las escenas más desencajadas del filme, en especial para los que no están familiarizados con su personaje ni los cómics. En cuanto a los aspectos técnicos, no hay nada para reprochar. Un parque de diversiones abandonado, un puente plagado de niebla, las abarrotadas calles de Ciudad Gótica, explosiones de confeti que funcionan como arma, luces de neón y una paleta de colores vibrante hacen que “Aves de presa”, aparte de entretener, sea muy bella de ver. Con un ritmo que parece ir a mil por hora, este spin-off nos da una acertada representación de la personalidad compleja de Harley Quinn. Desquiciada, maníaca e irónica, la Harley de Margot Robbie sale airosa de su película en solitario.
La vida no es color de rosa “Judy” (2019) es una película biográfica dirigida por Rupert Goold y escrita por Tom Edge, basándose en la obra de teatro “End of the rainbow” de Peter Quilter, que fue presentada en el West End y en Broadway. Protagonizada por Renée Zellweger (El diario de Bridget Jones), el reparto se completa con Finn Wittrock, Jessie Buckley (Chernobyl), Darci Shaw, Rufus Sewell (El ilusionista), Richard Cordery, Bella Ramsey (Lyanna Mormont en Juego de Tronos), Lewin Lloyd, Gemma-Leah Devereux, entre otros. Debido a su labor protagónica, Zellweger se alzó con el Globo de Oro a Mejor Actriz de Drama. También ganó el Critics’ Choice Movie Award y el Screen Actors Guild Award, aparte de estar nominada al BAFTA y el Óscar. Corre el año 1969 en Estados Unidos. La actriz y cantante Judy Garland (Renée Zellweger), junto a sus pequeños hijos Lorna (Bella Ramsey) y Joey (Lewin Lloyd), es rechazada del hotel en el que pensaba pasar la noche luego de una presentación musical. Sin otro lugar al que ir, a Judy no le queda otra que volver a la casa de Sid Luft (Rufus Sewell), ex marido y padre de los chicos. En una reunión con su agente, éste le comunica que la única opción viable para ganar dinero es viajar a Londres y cantar durante cinco semanas en el club nocturno Talk of the Town, ya que en Norteamérica no es más bien recibida. Costándole mucho dejar a sus hijos atrás, Judy acepta. No obstante, su estadía en el Reino Unido se verá marcada por la fatiga, el abuso de pastillas y alcohol, la incapacidad de poder conciliar el sueño y, por sobre todo, una enorme depresión. Desde que Judy Garland encarnó el icónico personaje de Dorothy Gale en “El mago de Oz” (The wizard of Oz, 1939), su carrera no paró de crecer gracias a su magnífica voz, que le permitió lanzar siete álbumes de estudio y 14 bandas de sonido de sus películas. Sumado a sus dotes como actriz, pareciera imposible creer que la vida de Frances Ethel Gumm (su nombre real) no fue color de rosa. Sin embargo desde su juventud, en el detrás de escenas, Judy atravesó un infierno. Dieciocho horas por día de trabajo, restricciones severas en la alimentación, pastillas para controlar su apetito y peso, presión por lucir perfecta para las cámaras y muchas otras cosas más hicieron que la actriz poco a poco, sin tener contención de sus padres, perdiera la libertad, siendo utilizada más como un producto que como una persona. Con esta biopic, que a veces se sobrepasa en el dramatismo, podremos ser partícipes de los últimos años de vida de Judy (murió a los 47 años). Generando empatía de inmediato, Renée Zellweger es el alma indiscutible del filme. Aunque la actriz físicamente no tiene un parecido con Garland, es en su acertada interpretación que vamos a encontrar el espíritu de Judy. No solo actuando sino también entonando famosas canciones tales como “Over the Rainbow” o “The Trolley Song” (esta última perteneciente al soundtrack de la hermosa película musical “Meet me in St. Louis”), Zellweger da todo de sí para salir airosa tanto en los momentos oscuros como en las apariciones en público. Con flashbacks en donde la joven Darci Shaw se pone en la piel de Judy en la adolescencia, como espectador nos quedan muchas ganas de que se haga otra producción centrada en los inicios y posterior éxito de Garland. Aunque algunas escenas se noten que están ficcionalizadas para generar emoción, de igual manera la película logra llegar al corazón en sus mínimos detalles (la llamada telefónica con su hija o la escena del pastel resultan desgarradoras). Por otro lado, como espectador nos es muy fácil ponernos en el lugar de Judy y entender sus llegadas tardes e insultos en un medio al que solo le importaba que otorgue un buen show. Triste pero esperanzadora en su desenlace, “Judy” sirve para conocer la sobreexplotación que puede llegar a sufrir un artista tras bastidores. Con un vestuario a la altura y un correcto estudio de personaje, Zellweger tiene muy merecido el reconocimiento que se le está dando en las diversas premiaciones cinematográficas.
Seguir adelante a pesar de las dificultades “Mujercitas” (Little women, 2019) es una película coming of age de drama y romance dirigida y escrita por Greta Gerwig (Lady Bird). Basada en la novela homónima de Louisa May Alcott, la cinta constituye la séptima adaptación cinematográfica de esta historia. Protagonizada por Saoirse Ronan, el reparto se completa con Florence Pugh, Emma Watson, Eliza Scanlen (Sharp objects), Laura Dern, Timothée Chalamet, James Norton, Louis Garrel, Meryl Streep, Chris Cooper, Tracy Letts, Bob Odenkirk, Dash Barber, entre otros. El filme cuenta con seis nominaciones a los próximos premios Óscar, entre ellas “Mejor Película”, “Mejor Actriz” (Ronan) y “Mejor Guión Adaptado”. A través de escenas que se entremezclan entre el pasado invierno de 1861 en Concord, Massachusetts y el presente en el otoño de 1868, como espectador iremos conociendo a la familia March, la cual está compuesta por la madre Marmee (Laura Dern) y sus hijas Josephine (Saoirse Ronan), Amy (Florence Pugh), Meg (Emma Watson) y Beth (Eliza Scanlen), aparte de la seria tía March (Meryl Streep). Con su padre en la guerra civil, y sin contar con una buena posición económica, las jóvenes de grandes sueños (todos distintos entre sí) se irán abriendo al mundo a pesar de las inexistentes posibilidades laborales que tenía una mujer en ese entonces. Muy pocas películas logran mantenernos absortos desde que empiezan hasta que acaban, haciéndonos pasar por casi todas las emociones a medida que avanza el metraje gracias a un guión donde se nota el gran amor y respeto que la directora tiene con respecto a cada personaje de una novela que desde siempre adoró. Esto pasa con “Mujercitas”, filme al que uno puede cuestionar sin haberlo visto expresando “¿Era necesaria otra versión?” pero que ni bien arranca no quedan dudas: cada generación debería contar con una adaptación al cine llena de valores como lo que aquí transmite Greta Gerwig. Con una estructura narrativa no lineal muy fácil de seguir gracias al trabajo de fotografía (las escenas del presente no tienen la viva luminosidad del pasado), la película es un canto a la importancia de la unión familiar, la hermandad (con sus caprichos, celos y peleas incluidos), el fin de la infancia, la ambición (en el buen sentido), el desaliento ante una sociedad que no da las mismas oportunidades a un hombre que a una mujer, el amor no correspondido y, por sobre todo, al arte como pasión y forma de ganarse la vida por más complicado que sea. A través de un dinamismo sin igual, Gerwig se atiene a las situaciones que plantea la novela pero consigue darle su propia impronta, creando así una obra que por fin sirve como buena representación de lo que es el feminismo. Junto a la maravillosa música del reconocido compositor francés Alexandre Desplat y un diseño de vestuario muy acorde a la época, el reparto resulta de ensueño. Ya habiendo trabajado con Saoirse Ronan y Timothée Chalamet en Lady Bird (2017), Gerwig sabe que está ante los mejores actores jóvenes de Hollywood por lo que aquí los vuelve a dirigir fenomenalmente. Con una química que traspasa la pantalla, la dupla nos va a hacer reír como emocionar en partes iguales. Saoirse Ronan sorprende no solo por la expresividad a la que nos tiene acostumbrados en cada papel que realiza, sino porque también construye a una Jo March tan compleja como genuina. Inteligente, de carácter fuerte y determinada en no querer contraer matrimonio ya que sostiene firmemente que la mujer no vino al mundo con el único objetivo de amar, es imposible no empatizar con la perspicaz Jo, una joven que se permite a sí misma sentir, valorando muchísimo su libertad como para renunciar a ella. Por otro lado, la australiana Eliza Scanlen como la tímida Beth brilla en esta nueva adaptación gracias a que, a pesar de contar con menor tiempo en pantalla, tiene las escenas suficientes para que la empatía se produzca naturalmente. El lazo entre Beth y Jo, así como la relación de padre e hija que se genera entre el vecino Laurence (Chris Cooper) y la adolescente están tan bien confeccionados que nos reafirman, luego de ser una revelación en la serie Sharp Objects, que Scanlen tiene un largo camino como actriz. Laura Dern como la amorosa madre Marmee es un mimo al alma; Emma Watson como Meg demuestra que querer casarse y tener hijos es tan válido como decidir estar sola. Meryl Streep en el rol de la tía March se encarga de hacer caer a las hermanas en la realidad de la época: casarse con alguien de la alta sociedad es primordial para obtener un buen futuro. No obstante, la que más sorprende es Florence Pugh haciendo de Amy, personaje que en las versiones anteriores no había tenido un buen traspaso de las hojas de la novela al cine. En esta oportunidad, Greta Gerwig dota a Amy de impulsividad, arrepentimiento, frustración al no ser reconocida por sus pinturas, tristeza y decepción plena al sentirse siempre a la sombra de su hermana mayor. Con una sensibilidad preciosa impregnada en cada fotograma, “Mujercitas” cuenta con unos valores tan bien retratados que se alza como una película ideal para ser revisitada una y otra vez. Un clásico que nunca va a pasar de moda.
Una misión llena de riesgos “1917” (2019) es una película bélica dirigida, co-escrita y producida por Sam Mendes (Sólo un sueño, 007: Operación Skyfall). Coproducida entre Reino Unido y Estados Unidos, el reparto incluye a George MacKay (Capitán fantástico, Secretos ocultos), Dean-Charles Chapman (Tommen Baratheon en Juego de tronos), Colin Firth, Benedict Cumberbatch, Richard Madden (La cenicienta), Daniel Mays, Andrew Scott, Pip Carter, Taddeo Kufus, John Hollingworth, entre otros. Filmada en Inglaterra y Escocia, la cinta ganó en las categorías de “Mejor Película – Drama” y “Mejor Director” de los pasados Globos de Oro. Además, cuenta con diez nominaciones a los premios Óscar, entre ellos “Mejor Guión Original”, “Mejor Película” y “Mejor Director”. 6 de abril de 1917, norte de Francia. Durante la Primera Guerra Mundial, el joven cabo británico Tom Blake (Dean-Charles Chapman) es llamado por su superior, el general Erinmore (Colin Firth), no sin que antes elija a un compañero. Junto al soldado William Schofield (George MacKay), a Tom se le asigna la tarea de entregar una carta al segundo batallón del regimiento de Devonshire, liderado por el coronel Mackenzie (Benedict Cumberbatch). La carta debe ser leída lo más rápido posible por Mackenzie, ya que ésta indica que se debe cancelar de inmediato el ataque planeado contra los alemanes, de lo contrario ocurrirá una masacre que les costará la vida a 1600 soldados británicos, entre ellos el hermano de Tom. Sin tiempo que perder, y con las líneas telefónicas cortadas, Blake y Schofield se pondrán en marcha para dejar las trincheras y atravesar tierra de nadie. Con una historia sumamente simple pero efectiva, 1917 es de esas películas que si o sí deben ser vistas en pantalla grande, en especial por sus variadas proezas técnicas. Con un sublime trabajo de cámara que nos da la sensación de que el filme fue grabado en una extensa toma secuencia, la cual pareciera solo tener un corte, durante las dos horas de metraje el espectador consigue pasar por distintos estados de adrenalina, tensión, tristeza y calma (que solo va a durar unos segundos). Sin que ninguna locación se repita, el peligro está latente en cada minuto, manteniendo un ritmo intenso que logra que la cinta nunca se llegue a sentir pesada, sino más bien inmersiva. A pesar de que desde el guión no se nos concede mucha información sobre la vida de los protagonistas, es el compañerismo el que prevalece y nos hace sufrir junto a estos dos jóvenes que, como pueden, sobrellevan sus respectivos miedos. George MacKay ya había demostrado que los papeles dramáticos le calzan a la perfección, en especial desde que actuó junto a Saoirse Ronan en la cinta “How I live now” (2013), la cual planteaba una historia de amor durante la Tercera Guerra Mundial. Aquí el británico hace muy buena dupla con Dean-Charles Chapman, siendo este último el más desesperado por cumplir con la misión ya que la vida de su hermano depende de ello. Inspirada en las historias personales que vivió su abuelo, mensajero entre trincheras, Sam Mendes tuvo a uno de los mejores directores de fotografía de nuestros tiempos: Roger Deakins. Luego de ganar su primer (y tardío) primer Óscar por “Blade Runner 2049” (2017), Deakins vuelve a trabajar con Mendes para otorgarnos una obra visualmente deslumbrante. Utilizando diversas tonalidades de marrones, Deakins es capaz de hacernos sentir parte del horror y desolación de una guerra. Cadáveres putrefactos, moscas, ratas, derrumbes, una niebla que no permite ver qué hay más allá y un fuego incontrolable son solo algunos de los aspectos que asquearán y/o mantendrán en vilo al espectador. Además, la iluminación fue pensada hasta el más mínimo detalle, dándole al filme una autenticidad muy valorable. Con un notorio trabajo por parte del departamento de arte, que tuvo que diseñar maquetas de los distintos escenarios antes de filmar, aparte de un director inteligente que sabe exactamente cuáles tomas dan mejor resultado sin música, “1917” brinda un espectáculo cinematográfico que tiene merecido ganar varias categorías de los próximos Óscars. Si te considerás cinéfilo, el filme es una cita obligatoria al cine.