Ser libres de elegir “Desobediencia” (Disobedience, 2017) es una película dramática dirigida y co-escrita (junto a Rebecca Lenkiewicz) por Sebastián Lelio (Gloria, Una Mujer Fantástica). Basada en la novela homónima de Naomi Alderman, el reparto está compuesto por Rachel McAdams, Rachel Weisz (que también es productora), Alessandro Nivola, Bernice Stegers, Cara Horgan, Anton Lesser, entre otros. Fue presentado en el Festival Internacional de Cine de Toronto, así como también se proyectó en el BAFICI de este año. La historia se centra en Ronit (Rachel Weisz), una fotógrafa que vive en Nueva York. Mientras está en su trabajo, recibe una llamada donde le comunican que Rav Krushka (Anton Lesser), su padre rabino, falleció. Debido a este suceso, Ronit regresa a la comunidad judía ortodoxa londinense donde pasó los primeros años de su vida. Allí se reencuentra con sus amigos de la infancia Dovid (Alessandro Nivola) y Esti (Rachel McAdams) y, para su sorpresa, se entera que están casados. Sin embargo, el amor que se tenían Ronit y Esti no tardará en reaparecer. En esta oportunidad, Lelio nos mete de lleno en una colectividad tan seria como estricta. El cielo nublado, junto a la fotografía grisácea y la música solemne, ayudan a crear una atmósfera religiosa opresiva regida por reglas: dos personas al saludarse no pueden tocarse, el acto sexual debe realizarse cada viernes, las mujeres tienen que usar peluca y polleras largas, etc. El director no juzga estas costumbres, sino que las usa como escenario para desarrollar un relato de amor prohibido. Y ahí es donde entran en juego nuestras dos protagonistas: con sólo intercambiar miradas Rachel McAdams y Rachel Weisz transmiten todo lo que les pasa, logrando que por sus interpretaciones la trama mantenga el interés a pesar de tener un ritmo lento y con más silencios que diálogos. Por un lado tenemos a la independiente Ronit, que decidió alejarse de la comunidad judía al no querer para ella ese estilo de vida. Al irse, también se distanció de su padre, por lo que ahora sus sentimientos son complejos respecto a su muerte. Al volver a Londres, se nota el desprecio implícito de los judíos hacia su persona, como echándole la culpa de que no estuvo para el rabino cuando éste la necesitaba, cuando en realidad nadie fue capaz de avisarle en su momento que el hombre sufría de neumonía. Por otra parte, Esti contrajo matrimonio con Dovid y es maestra en la escuela local. En la cara de Rachel McAdams se puede vislumbrar lo reprimida que está, haciendo que la tensión esté perfectamente manejada en ese primer encuentro luego de tantos años entre Dovid, Esti y Ronit. Los rumores de un amorío en la juventud de las mujeres resurgen ahora que Ronit está en el pueblo, por lo que se puede ver con claridad cómo se juzga al diferente. Conceptos como el matrimonio y el tener hijos son fundamentales allí, y si se tienen otras ideas la reprobación se hace notar enseguida. Las últimas palabras del padre de Ronit, que justo fallece cuando estaba dando un sermón, se conectan a la perfección con el tema principal del film: la libertad individual de elección. Alessandro Nivola brinda uno de los mejores momentos de la película con un discurso sobre la voluntad propia del ser humano, lo que nos conduce a un desenlace tan acertado como emocionante. Puede que a “Desobediencia” le sobren varios minutos, sin embargo la química entre las Rachels por sí sola vale la pena. Además, el director plasma una moraleja muy necesaria para la sociedad de hoy en día: el respetar las decisiones del otro sin juzgar, por más que tu propia religión no esté de acuerdo con que dos personas del mismo sexo se amen.
Ya no más enamorados “El Amor Menos Pensado” (2018) es una comedia romántica nacional dirigida, co-escrita (junto a Daniel Cúparo) y producida por Juan Vera. Protagonizada por Ricardo Darín y Mercedes Morán, que ya habían coincidido en “Luna de Avellaneda” (2004), el reparto también incluye a Claudia Fontán, Luis Rubio, Claudia Lapacó, Andrea Pietra, Norman Briski, Juan Minujín, Jean Pierre Noher, Andrés Gil, Andrea Politti, Mariu Fernández y Gabriel Corrado. Marcos (Ricardo Darín) y Ana (Mercedes Morán) llevan 25 años de casados. Todo anda bien hasta que los dos despiden en el aeropuerto a Luciano (Andrés Gil), su único hijo que decidió irse a estudiar a España. Con la casa para ellos solos, y luego de una larga charla, Ana y Marcos llegan a la conclusión de que ya no están enamorados, por lo que deciden separarse. A partir de ese momento, cada uno conocerá a diferentes personas y experimentará la vida sin ataduras. Teniendo en cuenta su sinopsis y subtítulo (“Se casaron. Se separaron. Y fueron felices”), uno ya puede darse cuenta con facilidad qué sucederá en el desenlace. Esto genera que la duración (135 minutos) sea un tanto exagerada tratándose de una historia de este estilo. Sin embargo, los protagonistas logran que nos involucremos en lo que les pasa y sintamos interés por ellos al percibir cómo se sienten con cada nueva relación que comienzan. La cinta está llena de diálogos, lo que en algún sentido puede recordar a la trilogía “Antes del” de Linklater, por lo que a muchos les parecerá que le cuesta avanzar. Lo que hay que tener en cuenta es que es una película que busca que el espectador se plantee a sí mismo diversos asuntos y reflexione: ¿cuál es el sentido de la vida después de ser padres? ¿Ser abuelo? ¿Qué es el amor? ¿Qué me estoy perdiendo? ¿Cómo se llega a la felicidad y al estar satisfecho? No sólo tenemos momentos filosóficos, sino que también la comedia se hace presente. Los momentos cómicos más destacados incluyen una discusión de pareja sobre qué empanada es mejor entre las salteñas y tucumanas, así como la escena en un bar donde Darín se encuentra con el personaje de Andrea Politti, la cual conoció por Tinder. En pocos minutos Politti consigue hacer matar de risa al espectador, consiguiendo que su aparición sea una de las mejores partes del film. En cuanto a la estructura narrativa, la película falla en su introducción ya que el comienzo se da con Darín leyendo una cita de la novela “Moby Dick” y luego rompiendo la cuarta pared, recurso que vuelve a utilizarse con Mercedes Morán mirando al espejo. Que los protagonistas hablen mirando al espectador no llega a funcionar del todo, lo que hace pensar que otra manera de encarar la trama hubiese sido mucho mejor. Puede que “El Amor Menos Pensado” no tenga un título muy acertado o las razones que llevan a la separación de Marcos y Ana sean raras a simple vista (porque es obvio que los dos se quieren y aceptan como son). No obstante, ser testigos de lo que recorren por separado los protagonistas con el pasar de los años para llegar a ese final resulta más que satisfactorio, haciendo que sea casi imposible salir con una sonrisa de la sala.
Los diferentes “Mentes Poderosas” (The Darkest Minds, 2018) es una película de ciencia ficción dirigida por Jennifer Yuh Nelson y escrita por Chad Hodge. Basada en la novela distópica homónima de Alexandra Bracken, el reparto incluye a Amandla Stenberg (Todo, Todo), Harris Dickinson, Skylan Brooks, Miya Cech, Patrick Gibson (The OA), Mandy Moore (A Walk To Remember), Gwendoline Christie (Brienne en Game Of Thrones), Bradley Whitford, Mark O’Brien, entre otros. Debido a una pandemia, el 98% de los chicos y adolescentes mueren repentinamente. Ruby Daly (Amandla Stenberg) es una de los sobrevivientes y, como los demás que siguen con vida, posee habilidades especiales. En su caso, su poder implica controlar mentes y ver el pasado con un simple roce físico hacia la otra persona. Cuando hace uso de su poder, que aún no sabe manejar muy bien, sus pupilas se vuelven naranjas. Al gobierno no le preocupan todos los jóvenes que murieron, sino que teme a los que continúan vivos; por eso, los chicos son enviados a un campo donde el objetivo es eliminar a cualquiera que tenga pupilas rojas o naranjas, ya que éstos son considerados los más letales. Con la ayuda de la doctora Cate (Mandy Moore), Ruby escapará de allí y tendrá que decidir en quién confiar. Luego de ver “Mentes Poderosas” a uno no le queda más que preguntarse por qué las películas dirigidas a un público joven adulto decayeron de esta manera. Ya vimos que adaptar libros juveniles podía generar buenos filmes, tal es el caso de la admirable saga de “Los Juegos del Hambre” o las primeras partes de “Divergente” y “Maze Runner”. En esas cintas no era necesario leer el material original para embarcarse en la historia, además de que los personajes estaban bien desarrollados así como el mundo creado. Esta nueva producción parece ser una mezcla de situaciones y mensajes que ya vimos hace poco tiempo. Los jóvenes son divididos por colores de acuerdo a sus dones: están los verdes que tienen una inteligencia suprema, los azules que desarrollaron telequinesis, los amarillos que pueden controlar la electricidad, los rojos que expulsan fuego por sus bocas y, en la cima de la pirámide, los naranjas que se pueden meter dentro de la mente de otro. Luego tenemos a una cazarrecompensas para meter un poco de acción con una persecución de vehículos, así como un presidente muy malo y una organización llamada “La Liga”, en la cual nunca se llega a dilucidar si sus intenciones son del todo buenas. En cuanto a las actuaciones, también terminan decepcionando porque los personajes no tienen una profundidad que permita conectar con ellos. Amandla Stenberg logró enternecernos con su papel de Rue en “Los Juegos del Hambre”, sin embargo aquí el guión no la ayuda para nada, logrando que los momentos que pretenden ser emotivos causen gracia y cuando se hacen chistes, la risa no llegue. La relación de la protagonista con Liam (Harris Dickinson, actor que se nota demasiado que sólo fue elegido para el rol por ser atractivo) desde el minuto uno es demasiado forzada, haciendo que todo sea cero creíble y extra cursi. Para colmo, los efectos especiales lucen muy falsos, la música está mal distribuida y, lo que es peor, la estructura narrativa no está bien construida. Ruby toma decisiones estúpidas o se pierde tiempo en escenas del grupo divirtiéndose en un shopping, cuando deberían estar preocupándose por su destino. La película no deja pensar al espectador por sí mismo, sirviendo todo en bandeja para que la moraleja del “ser diferente está bien y no hay que avergonzarse” quede clarísima. “Mentes Poderosas” solo consigue que extrañemos las películas que se hacían antes para adolescentes. Su desenlace queda abierto para una segunda entrega… si la hacen, ojalá que todos los errores de ésta sean enmendados.
Unidos contra Slade “¡Jóvenes Titanes en Acción! La Película” (Teen Titans Go! To The Movies, 2018) es una cinta animada de superhéroes basada en la serie de televisión “Teen Titans Go!”, producida por Warner Bros. Animation junto a DC Entertainment y emitida por Cartoon Network. Está dirigida por Peter Rida Michail y Aaron Horvath; este último también la co-escribió con Michael Jelenic. Las voces originales fueron puestas por Scott Menville, Hynden Walch, Khary Payton, Tara Strong, Greg Cipes, Will Arnett, Kristen Bell, Nicolas Cage, Jimmy Kimmel, Halsey, entre otros. Robin (Scott Menville), Raven (Tara Strong), Cyborg (Khary Payton), Starfire (Hynden Walch) y el Chico Bestia (Greg Cipes) están cansados de ser ignorados: prácticamente cada superhéroe de DC tiene su propia película menos ellos, ya que son considerados inexpertos y sólo aptos para realizar travesuras. Para revertir esta situación, el grupo se dirigirá a los estudios de Warner a cumplir su sueño. Allí se encontrarán con la directora Jade Wilson (Kristen Bell) y verán cómo se hacen los largometrajes de los héroes. No obstante, Wilson accederá a filmar una película sólo con Robin, el líder de los titanes. Éste estará en una encrucijada: ¿es mejor hacer realidad su mayor deseo o ignorarlo porque sus amigos no formarán parte? A la vez, Slade (Will Arnett), el villano que el equipo eligió de antemano para ser aceptados en un filme, utilizará su manipulación mental para engañar a los jovencitos. Estamos ante una producción que por sus dibujos puede parecer muy infantil, sin embargo la comedia será disfrutada en mayor medida por los adultos. Los chicos se reirán de los chistes que incluyen waffles, globos en forma de gatitos, baños de utilería, gases y traseros, pero no captarán la inteligencia con la que está construido el guión, que se burla de todo lo que te puedas imaginar, haciendo que las carcajadas no tarden en llegar. Las referencias abundan: Tortugas Ninja, Linterna Verde, la Mujer Maravilla, Flash, Superman, el cinturón de Batman y su mayordomo, Aquaman, el parecido de Deadpool con el villano de turno hasta incluso Stan Lee, que, aunque él es de Marvel, tiene una breve pero gloriosa participación siendo, como siempre, un fanático de los cameos. El gran acierto de la película consiste en que no se toma en serio a sí misma, haciendo de la aventura un viaje de ida en el que el entretenimiento es tan puro que los minutos se pasan volando. Además, el grupo protagónico de jóvenes titanes tiene una dinámica con la que es fácil acostumbrarse, aparte de que son adorables y cada uno se destaca en determinado momento, generando empatía desde el minuto uno por ser rechazados en la sociedad. Debo aclarar que nunca vi la serie televisiva, no obstante eso no resultó un problema: la cinta es fácil de comprender y a la vez ingeniosa con lo que quiere contar. Puede ser previsible, pero no se le puede objetar nada ya que los mismos titanes tienen consciencia de ello. “¡Jóvenes Titanes en Acción! La Película” funciona en todo sentido. Para los niños, la película deja un valioso mensaje sobre la amistad y el trabajo en equipo. Por otro lado, los grandes podrán deleitarse con una secuencia desopilante donde se ven los orígenes de los superhéroes más emblemáticos. Acción, muchas risas, unos protagonistas entrañables y una buena moraleja: no se puede pedir más para pasarla excelente en la sala de cine.
A por todo “Misión Imposible: Repercusión” (Mission: Impossible – Fallout, 2018) es una película de acción que constituye la sexta entrega en la saga “Misión Imposible”, que tuvo su inicio en 1996. Cada cinta fue dirigida por una persona distinta, sin embargo en esta Christopher McQuarrie vuelve a ser el director y escritor (ya lo había sido en el quinto film). Tom Cruise se pone otra vez en la piel de Ethan Hunt, así como repiten sus roles Ving Rhames, Simon Pegg, Rebecca Ferguson, Alec Baldwin, Sean Harris y Michelle Monaghan. Además se agregan nuevas caras, entre ellas están Henry Cavill, Ángela Bassett, Liang Yang y Vanessa Kirby (princesa Margarita en la serie The Crown). Dos años después de los eventos ocurridos en “Misión Imposible: Nación Secreta” (Mission: Impossible – Rogue Nation, 2015), el agente Ethan Hunt (Tom Cruise) recibe otra tarea de difícil realización. Varios terroristas que conformaban el Sindicato, liderado por Solomon Lane (Sean Harris), siguen vivos y se hacen llamar “Los Apóstoles”. El objetivo de ellos consiste en generar tres ataques con bombas nucleares en diferentes lugares emblemáticos. Debido a que Ethan decide salvar a su amigo Luther (Ving Rhames), el plutonio queda en las manos equivocadas. Ahora el mundo corre peligro y salvarlo sólo depende de Hunt, Benji (Simon Pegg), Ilsa (Rebecca Ferguson) y Luther… ¿podrán lograrlo? Como se puede leer, el argumento no aporta nada que no se haya visto antes. Siguen estando la CIA, el FMI, el MI6, entre tantas otras organizaciones de diferentes países, donde cada persona actúa a favor de lo que le encomendaron o a beneficio propio, por lo que se requiere de una máxima atención para adecuarse a cada giro y nuevo plan que van surgiendo durante las dos horas y media de duración. No obstante, la saga de Misión Imposible está más viva que nunca con esta última entrega, y eso se debe a que sus escenas de acción están a otro nivel, un nivel extraordinario e inimaginable que no defrauda en ningún momento. Que Tom Cruise a sus 56 años siga haciendo cada una de sus secuencias de alto riesgo sin querer a un doble es para destacar y aplaudir. El actor se rompió el tobillo en una toma e incluso herido continuó para no grabar todo de nuevo. Misión Imposible es la saga de Cruise, por la que será reconocido siempre y que dé todo de sí hace que las ganas de ver cada nueva producción se mantenga. Esta sexta película logra reinventarse por la manera en la que está filmada y por sus momentos de acción que, por suerte, son muchísimos y se superan a sí mismos a medida que avanza la trama. Persecuciones en moto a contramano, peleas cuerpo a cuerpo (la que se origina en un baño es excelente), corridas a toda velocidad por los techos, saltos y tiroteos mantienen la atención gracias a que no se escatima en la duración de ninguna, haciendo que el peligro y la tensión traspase la pantalla. Cuando pensamos que ya queda poco para que esta aventura acabe, McQuarrie nos brinda un espectáculo aéreo imperdible, donde verdaderamente llegamos a pensar que los personajes más queridos no saldrán vivos. El vértigo se hace presente, combinado con los nervios a flor de piel por la pelea en una cabaña, escena que nos demuestra una vez más lo badass que es Rebecca Ferguson. “Misión Imposible: Repercusión” se convierte en un film pochoclero que no subestima al espectador y logra superar en gran medida a su antecesora. Aunque la ausencia sin explicaciones de Jeremy Renner sea notoria, la película se sostiene por sí sola gracias a su perfecta dirección y enorme protagonista, que no teme arriesgarse para salvar tanto a sus amigos como al que lo necesita.
Finalmente enamorado L’Amore Con Te (Il Colore Nascosto Delle Cose, 2017) es una película italiana dramática dirigida y co-escrita por Silvio Soldini. El reparto está compuesto por Adriano Giannini, Valeria Golino, Laura Adriani, Anna Ferzetti, Arianna Scommegna, entre otros. Fue presentada por fuera de la competencia en el Festival Internacional de Cine de Venecia. Teo (Giannini) es un publicista que se alejó de su familia y no mantiene relaciones amorosas estables. Hasta que una noche va a experimentar un “Diálogo en la Oscuridad” (lugar sin luz donde las personas hablan sin conocerse el aspecto). Allí entabla conversación con Emma (Golino), una osteópata que desde los 16 años es ciega y hace poco se separó. El tiempo pasa y Teo se pone de novio con Greta (Ferzetti). Por casualidades de la vida, un día Teo va a comprarle una blusa a Greta y en ese mismo local reconoce a Emma en los vestidores, probándose un vestido rojo. El publicista se acercará y volverá a hablar con Emma, con la excusa de que tiene un dolor en el hombro y le vendría bien que ella le dé un turno en su consultorio. Entre encuentro y encuentro, a Teo le interesará cada vez más esta mujer, por lo que le mentirá a Greta sobre su paradero. ¿Pero hasta cuándo será capaz de mantener dos relaciones a la vez? Estamos ante una película romántica muy sencilla que tiene un gran problema: su duración. Porque si los hechos se hubiesen contado en hora y media en vez de en 120 minutos, el relato hubiese sido mucho más ameno. Sin embargo, de esta forma el ritmo se pierde, lo que puede provocar más de un bostezo en la sala. Y esto sucede porque en su primera parte pareciera que el director se quedó sin contenido para plasmar en la pantalla. Los dos protagonistas se van conociendo y se nota que se gustan, pero no pasa más que eso. Emma tiene a una alumna (también ciega) a la que le enseña francés y por su lado esto resulta más que interesante ya que la joven está enojada con el mundo por su situación. Por el contrario la situación de Teo no está tan bien desarrollada: a él lo llama su familia para decirle que su padrastro murió, sin embargo él no quiere volver a su lugar de origen ya que no se llevaba bien con el fallecido. Muchas veces la historia de amor es vista desde la perspectiva de él, sin embargo como espectador a uno le cae mucho mejor ella como persona. Se torna pesado llegar a la parte de la película en la que el problema ya está visible entre los dos personajes centrales, sin embargo cuando ese momento llega la cinta consigue recuperar el interés, llegando a un final correcto que deja buen sabor de boca. Por otra parte, es para destacar la actuación de Valeria Golino como una mujer que perdió la vista pero se supo adaptar al mundo que la rodea. En ningún momento dudamos de su perspicacia e inteligencia, a la vez que también consigue transmitir vulnerabilidad. L’Amore Con Te, que en realidad su título original significa El color oculto de las cosas”, muestra el momento en el que una persona se enamora de otra en su totalidad y a la vez le cuesta aceptarlo hacia el exterior. Aunque sea muy larga teniendo en cuenta lo que quiere mostrar, los románticos no se arrepentirán de verla.
De cuerpo en cuerpo Cada día (Every Day, 2018) es una película romántica dirigida por Michael Sucsy y escrita por Jesse Andrews. Está basada en la novela homónima para jóvenes adultos de David Levithan, que fue publicada en 2012. El reparto incluye a Angourie Rice (Holly en The Nice Guys), Justice Smith (Franklin en Jurassic World: El reino caído), Lucas Jade Zumann (Jamie en 20th Century Women), Owen Teague, Jacob Batalon, Katie Douglas, María Bello, Debby Ryan (16 deseos), entre otros. La historia se centra en un ser, autodenominado como “A”, que cada día habita un cuerpo adolescente diferente, sin poder controlarlo. Él/ella trata de vivir sin apegarse demasiado a los seres queridos de cada familia, pero esto se le complica al estar dentro de Justin (Smith) ya que A termina enamorándose de Rhiannon (Rice), novia hace más de un año del joven. A medida que pasan los días, el ser inventará excusas para estar cerca de Rhiannon, hasta que tomará la decisión de decirle la verdad… ¿Podrán, a pesar de la situación de A, mantener una relación? La premisa de la película luce tan original como interesante ya que uno de los protagonistas va cambiando de aspecto cada 24 horas, por lo que no tenemos a un solo actor que se encargue de dar vida a “A”. Y a pesar de ello, que puede parecer muy confuso, como espectador podemos vislumbrar que la personalidad del espíritu se mantiene intacta indistintamente del organismo en el que esté. Por parte del guion no hay explicaciones de por qué al ser desde que nació le sucede esto, lo único que afirman es que el espíritu se traslada de persona en persona que viva en el mismo barrio, sin poder quedarse en un mismo cuerpo si cambia el día. El humano que fue habitado al día siguiente puede tener vagos recuerdos de lo ocurrido o ninguno. Teniendo en cuenta lo fantasioso que resulta todo, lo que atraviesa el espíritu podría servirle al director para tratar temas como que lo importante a la hora de amar es lo de adentro, que no debe haber diferenciación entre hombres y mujeres, etc. Sin embargo no se entiende qué mensaje se quiere dejar, más bien la película termina estancándose al meter más y más personajes que son ocupados por A (además la mayoría son hombres). Angourie Rice como Rhiannon otorga una buena actuación, aunque resulta raro que la joven acepte tan rápido al ser y que no dude en besar a muchas personas. Por su parte Debby Ryan, que encarna a su hermana, no tiene ningún motivo para estar en la película ya que su personaje no aporta nada al relato. La edición tiene graves problemas, en especial en cierta parte que el ser despierta en el cuerpo de un ciego y abruptamente cortan la escena para pasar al siguiente día. Entrada la segunda mitad del film, las propias reglas establecidas cambian de una manera cero creíble, aparte de que resulta inconcebible que A mantenga una cuenta de Instagram pública llena de selfies de las distintas personas en las que estuvo (¿Cómo nunca fue descubierto?). El desenlace también deja mucho que desear y echa por la borda lo construido en un principio. Cada día tenía un elemento fantástico que daba para mucho más, no obstante termina siendo otra producción fallida que solo será aceptada por algún que otro adolescente.
El click se volvió a dar “Hotel Transylvania 3: Monstruos de Vacaciones” (Hotel Transylvania 3: Summer Vacation, 2018) es una película animada dirigida y co-escrita por Genndy Tartakovsky, que ya había sido el director de las dos anteriores, estrenadas en 2012 y 2015. Siguen aportando las voces originales Adam Sandler, Selena Gomez, Andy Samberg, Kevin James, Steve Buscemi, Fran Drescher, Molly Shannon, Keegan-Michael Key, Asher Blinkoff, David Spade, entre otros. También se agregan nuevos integrantes, a los que les aportan su voz Kathryn Hahn, Joe Jonas, Chris Parnell, Joe Whyte, Jim Gaffigan y Chrissy Teigen. Al ver que su padre está estresado y solitario, a Mavis (Selena Gomez) se le ocurre una gran idea: que toda la familia monstruosa se tome unas vacaciones en un crucero de lujo que sale desde el Triángulo de las Bermudas. Drácula (Adam Sandler) está convencido que el “click” sólo se da una vez en la vida, sin embargo al ver a Ericka (Kathryn Hahn), la capitana humana del barco, el amor a primera vista sucede. Lo que no sabe el vampiro es que Ericka no es tan buena como parece ya que sus planes consisten en hallar un artefacto perdido en Atlantis para acabar con los monstruos. Se acercan las vacaciones de invierno y junto con ellas los estrenos ideales para disfrutar con los más chicos de la casa. “Hotel Transylvania 3” resulta imperdible para esta ocasión. ¿Por qué? Tiene todo para que sea imposible pasarla mal. Los chistes son muchísimos y en su mayoría funcionan, haciendo que también los adultos se interesen por la trama. Puede que en algunas partes las risas no lleguen, sin embargo las sonrisas se hacen presentes durante todo el metraje. A los personajes ya los conocemos desde el 2012, cuando la primera entrega nos hizo encariñarnos con la relación padre e hija de Drac y Mavis. Vimos cómo el vampiro aprendió a dejar de ser tan sobreprotector al darse cuenta que el humano Johnny (Andy Samberg) realmente amaba a Mavis; en la secuela fuimos testigos de Drácula como abuelo del pequeño Dennis (Asher Blinkoff), queriendo que éste sea más monstruo que humano. Cada película nos dejó mensajes valiosos sobre la familia, el amor y el mostrarse tal cual uno es. En la tercera, las moralejas sobre estas temáticas continúan, haciendo mayor hincapié en la inclusión e igualdad (tratada desde los monstruos y humanos). Ahora los roles cambiaron, y es Mavis la que tiene miedo de que su padre al estar con Ericka se olvide de ella. Los demás monstruos siguen haciendo de las suyas y es muy divertido verlos desenvolverse en otro escenario, fuera del hotel. El diseño de las criaturas continúa manteniendo ese aspecto de caricatura muy expresiva que tanto nos gusta ya que la empatía se logra de inmediato. Por otra parte, que se incluyan nuevos personajes como Bob, un cachorro gigantesco y travieso, el hijo gelatinoso de Blobby o Ericka, le da un soplo de aire fresco a la franquicia. No se puede negar que el relato es muy previsible desde el minuto uno, sin embargo aquí ese no es un problema: las actividades del crucero, que incluyen desde vóley en la piscina hasta bucear para conocer un volcán en las profundidades del océano, hacen que la cinta nunca se torne aburrida por ya saber cómo terminará. Además en esta nueva producción se incluye mucha más música y colores fluorescentes que en las anteriores, haciendo que la diversión en familia esté asegurada. “Hotel Transylvania 3: Monstruos de Vacaciones” tiene mucha energía veraniega que traspasa la pantalla. Aunque en nuestro país esa no sea la estación en la que estamos y nos tengamos que conformar con las voces dobladas, Drácula y su pandilla logran una buena comedia que logra superar a su secuela.
Vacaciones pasadas Las olas es una película dirigida y escrita por Adrián Biniez (Gigante, El 5 de Talleres). Coproducida entre Argentina y Uruguay, el reparto incluye a Alfonso Tort, Fabiana Charlo, Martín Baumgartner, Julieta Zylberberg, Victoria Jorge, Lucía David de Lima, entre otros. Participó en el Festival de Cine de Mar del Plata y en la 65 edición del Festival de San Sebastián (Sección Horizontes Latinos). Al salir de trabajar, Alfonso (Tort) se dirige a una de las playas uruguayas y se adentra en el mar. Al emerger, él está igual pero el tiempo y espacio cambiaron. Gracias al océano, Alfonso podrá volver a ser parte de las vacaciones que vivió en su infancia, adolescencia y adultez con sus amigos, padres y novias. Las olas es el claro ejemplo de que no solo teniendo una gran idea se puede conseguir un buen film. La película está dividida en muchas partes, cada una titulada con el nombre de clásicos libros de aventuras. Lo que al principio puede interesar por el desconcierto que genera el ver al protagonista llegar a una playa siempre en distinto traje de baño y encontrarse con personas que no tenemos idea quiénes son, pronto hace agua por todos lados. Y eso sucede principalmente porque ni el director pareciera saber qué es lo que quiere transmitir con esta historia, que algunos encasillan en una comedia pero para nada logra ese resultado. La película fue rodada con un equipo de tan solo ocho personas y el poco presupuesto resulta notorio, sin embargo esto no sirve como excusa: si se armaba un buen guion y si el protagonista daba una mejor interpretación las cosas serían muy distintas ya que no se puede negar que la idea está muy buena, pero si no existe un relato sólido detrás es difícil que el producto sea aceptado por el espectador. Que Alfonso Tort, dependiendo la etapa de su pasado en la que se encuentre, deba actuar como niño o joven inmaduro, no hace más que aumentar la ridiculez de un personaje con el que nunca se logra empatizar. No hay explicaciones sobre por qué Alfonso tiene esta capacidad de volver a su pasado a través del mar, así como tampoco se esclarece cómo es que su entorno lo acepta sin más aunque su cuerpo es el de un adulto. Por una charla que él tiene con un amigo podemos captar que el adolescente se da cuenta que Alfonso viene del futuro, ya que le hace varias preguntas sobre qué pasará con su vida y el protagonista contesta sin un ápice de duda. Por lo demás, sólo se salva Julieta Zylberberg en el rol de la ex pero su tiempo en pantalla es ínfimo. Así es como Las olas desperdicia un concepto imaginativo que daba para mucho más. Sin ritmo y con personajes planos, la paciencia deberá hacerse presente durante los 88 minutos de duración.
El salvador de su familia Rascacielos: Rescate en las alturas es una película de acción estadounidense dirigida y escrita por Rawson Marshall Thurber (We’re the Millers). El reparto incluye a Dwayne Johnson, Neve Campbell, McKenna Roberts, Noah Cottrell, Chin Han, Byron Mann, Noah Taylor, Pablo Schreiber, Hannah Quinlivan, Roland Møller, entre otros. La historia se centra en Will Sawyer (Johnson), un hombre que diez años atrás fue líder del Equipo de Rescate de Rehenes del FBI. Debido a una misión fallida, Will perdió una de sus piernas, por lo que utiliza una ortopédica. En la actualidad, ya casado y con dos niños, su empleo consiste en asesorar la seguridad de grandes edificios. Gracias al nuevo trabajo, Will viaja a Hong Kong, donde está erigido el rascacielos “La Perla”. La creación de Zhao Long Ji (Han) es la más alta del mundo y el empresario afirma que también resulta impenetrable. Sin embargo, un grupo de criminales comandados por Kores Botha (Møller) ya tiene todo planeado para generar un incendio en los pisos inferiores. Botha hará lo que sea para conseguir un disco duro que esconde Zhao, por lo que Will Sawyer será acusado injustamente aparte de que pondrá en riesgo su vida con tal de salvar a su familia. Aquí la cuestión es simple: si te gustaron los anteriores filmes de “La Roca“, tales como Terremoto: La falla de San Andrés (San Andreas, 2015), Jumanji: En la selva (Jumanji: Welcome to the Jungle, 2017) o Rampage: Devastación (Rampage, 2018), que hace poco pasó por nuestra cartelera, seguramente disfrutes de este estreno. Ya estamos acostumbrados a ver a Dwayne Johnson en papeles ultra heroicos que demuestran toda su valentía para salvar a los que más quiere, y esta no va a ser la excepción. El actor sabe que el rol de padre/esposo carismático, musculoso e invencible le funciona a la perfección por lo que en Rascacielos veremos más de lo mismo con un plus: ahora continúa teniendo fortaleza incluso sin poseer una pierna, e incluso este aspecto muchas veces lo beneficia. Desde lo visual no existen quejas: el diseño del edificio es súper moderno tanto por fuera como por dentro, donde la tecnología más avanzada se hace presente en cada piso, en especial en el pent house y en la cima, llena de paneles con microcámaras que generan espejismos. Hay un efecto que asombra por su nivel de realismo, que consiste en que sólo apretando un botón, el techo refleja al cielo y el piso muestra las calles de China, por lo que el protagonista parece suspendido en el aire. Si la película hubiese continuado por ese camino interesante que creó en un comienzo, el resultado sería distinto. Sin embargo llega un punto en que son tantas las secuencias inverosímiles que ya sólo queda reírse por la subestimación hacia el espectador. Se sabe de antemano que en un film de “La Roca” las secuencias imposibles son un hecho, por lo que sólo queda disfrutarlas no tomándoselas en serio, no obstante en este caso son demasiadas y a la cinta le terminan sobrando varios minutos. Rascacielos cumple desde lo técnico; su trama extra pochoclera gustará solo a los fanáticos de este tipo de cine o a los que andan buscando algo para divertirse que no tenga mucha lógica.