SIMPLE, GENUINO Y FRESCO Como lo manifestamos recientemente en la narración de Eso que nos enamora, el amor debe ser una de las temáticas más abordada por el cine. Es por esto que al observar un film romántico todo resulte ya visto, implicando que los directores no busquen elementos novedosos sino un trabajo con cosas simples pero vitales para la historia. Pero, a diferencia de lo fallida que resulto la producción mencionada, en el caso de Cuando brillan las estrellas, de Natalia Hernández, todo funciona bastante mejor. La ópera prima de esta directora argentina es una historia coral, donde se reflejan encuentros y desencuentros de diferentes parejas, exhibiéndose tanto las primeras salidas como la ruptura de una unión de varios años o la vuelta de un viejo amor de la infancia. Desde su inicio, el film fluye de manera genuina y fresca, con personajes simples pero a la vez con los matices necesarios para conocerlos. Y en su desarrollo, la película transmite cercanía y calidez, haciendo que quien la observe se involucre con lo que le sucede a cada personaje, los cuáles se encuentran muy bien armados, logrando que transfieran cada sentimiento que les pasa. Estas características denotan el destacado proceso de construcción que tiene la película y el tratamiento que tienen estas historias, siendo el punto fuerte de la producción, más allá que durante el desarrollo la narración no aporte ninguna novedad, ni nada que no haya sido visto. A su vez, el film en ningún momento se torna pretencioso o grandilocuente: solo pretende exhibir situaciones que pueden haberle ocurrido a cualquier persona, intentando generar (y lo logra en varios pasajes) esa mágica sensación de que el espectador se vea reflejado en pantalla por tal o cual instante. En definitiva, Cuando brillan las estrellas es un auspicio debut de Hernández, quien logra que este pequeño film resulte tan amigable para quien observa que no quede otra cosa más que disfrutarlo.
EL REGRESO A CASA Difícil tarea de este redactor escribir estas líneas tratando de ser ecuánime y alejado de toda parcialidad posible, intentando analizar la película como una producción cinematográfica cualquiera, sin dejarse llevar por esos colores que uno siente en el corazón. Con ese atenuante, este texto analiza el documental Volver a Boedo de Sergio Criscolo que narra cómo fue la pérdida de los terrenos del club, los años jugando en canchas de otros y los obstáculos que tuvo que atravesar San Lorenzo de Almagro con la finalidad de volver al barrio que lo vio nacer. Desde el punto de vista cinematográfico, el film es correcto y prolijo, con una estructura periodística, analizando los diferentes pasos sobre la historia de la vuelta a Boedo. Se busca reflejar la importancia social que tenía el Viejo Gasómetro en el barrio, más allá de ser el estadio de un equipo de fútbol, mostrando las distintas actividades que allí se desarrollaban, que eran de trascendencia nacional. Luego se exhibe el periodo de la localía en otros estadios y cómo se empezó a gestar la idea del regreso al barrio, presentando desde los primeros pasos hasta la firma del boleto de compraventa de los terrenos de Avenida La Plata. Para llevar adelante esta narración, Volver a Boedo tiene como estructura principal la entrevista, contando con la participación de varios ex jugadores de la institución como Mario Rizzi, Sergio “Sapo” Villar, Osvaldo Rinaldi o José Sanfilippo; del presidente Matías Lammens; y la del gestor de la idea de la vuelta, Adolfo Res. La palabra de estos (y de algunos otros más) y un buen trabajo de imágenes de archivo, son la base de este relato que atraviesa gran parte de la historia del conjunto azulgrana y su identificación con el lugar. Más allá de su correcta realización, los momentos que logran emocionar al espectador son propios al ámbito sanlorencista. Por lo que si el espectador no es cercano al equipo no le impactarán tanto determinadas situaciones que se presentan, resultando obviamente de gran valor emotivo para todo “cuervo”. En definitiva, a vos, que sos de San Lorenzo como yo, te digo que este documental es esencial, porque refleja parte de la historia importante de nuestro club y seguramente tu puntuación personal no coincidirá con la que aparece más arriba. Para el resto de los mortales, Volver a Boedo es un correcto documental que permite conocer en forma más cercana esta locura de muchos de hinchas que por amor a su club están realizando una aventura histórica difícil de comprender e igualar.
EL AMOR ES MÁS FUERTE Si el amor no resulta ser la temática más abordada por el cine, debe ser unas de las principales, sin lugar a dudas. Las diferentes relaciones “del corazón” entre personas han sido exhibidas desde distintas perspectivas y ángulos, y es por esto que al observar un film romántico todo resulte ya visto. Quizás por ello es que al ver una película de este género lo que se busca no son elementos novedosos, sino una narración dinámica, fluida, con buenas actuaciones y que -tal vez- logre conmover o hacer sentir cierta identificación. Cosas simples pero vitales. Tratando de alcanzar estas características, Eso que nos enamora narra la historia de Ariel, que después de una larga relación es dejado por su novia harta de su indecisión por formar una familia. Ya sin hogar, busca refugio en lo de su primo, que está cumpliendo el sueño adolescente de tener en su casa su propio bar para llenarlo de amigos. La noche de la fiesta de la inauguración de local, Ariel encuentra dormida en su cuarto a una mujer que esconde un pasado misterioso. El encuentro será un antes y un después en la vida de ambos. Esta ópera prima de Federico Mordkowicz desde su inicio muestra su intención de ser un film prolijo, de correcta factura técnica, de planos que buscan ser vistosos y un montaje que pretende destacarse pero que al final termina siendo no más que eso. Una bella cáscara que por dentro es vacía. El derrotero de situaciones hace ver el efectismo de la propuesta, ya sea a través de la música incidental o de determinadas circunstancias establecidas minuciosamente por el guión pero que nunca tienen un sustento emocional concreto. Estos elementos concluyen en una película artificial, donde los personajes están maniatados por un desarrollo que no aporta matices ni se compromete emocionalmente, cayendo en lugares comunes, pobres y, en ocasiones, sin sentido. En este contexto, los protagonistas hacen lo que pueden, principalmente los protagonistas, que tienen la química necesaria entre ellos pero que no pueden desarrollar sus roles ante una narración sin carisma ni potencia. Además, el resto del elenco se ve desdibujado con personajes que atrasan y aburren. En definitiva, Eso que nos enamora es un intento fallido de reflexión sobre el amor, al cual le falta algo fundamental: alma. Una estructura que permita que los personajes logren desarrollarse lo más posible, haciendo crecer la historia, en vez de estar atados a una sucesión de hechos digitados por el guión que resultan fríos, distantes y sin ninguna emoción.
LO QUE VALE ES LA INTENCIÓN Los films donde grupos comandos se enfrentan a narcotraficantes forman parte de un subgénero que es manejado con solvencia por el cine hollywoodense, con ya varias producciones que han tenido gran éxito. Sin embargo, por estas latitudes estos trabajos no son muy habituales, a pesar de ser un tema álgido en la región que nunca parece solucionarse. Intentando explorar en este terreno, Leal narra la historia de un ministro recién designado que elige un par de hombres de su confianza para reclutar a los mejores comandos para conformar un grupo de Operaciones Especiales con el fin de desbaratar una organización criminal. Con reportes de Inteligencia, el cuerpo antidrogas emprende una serie de operaciones de precisión, golpeando sorpresivamente a los narcos. Esta coproducción entre Paraguay y Argentina busca asimilarse con el estilo y las formas de los films estadounidenses sobre la temática, pero lamentablemente quiere parecerse tanto a estas películas que termina siendo una copia integra de estas pero con paisajes locales. La película intenta en forma fallida querer aportar algo autóctono pero nunca logra romper esa base esquemática tan rígida y, a su vez, lejana a nuestra idiosincrasia, con lo que el producto termina siendo desabrido. Además, esta forma impuesta hace que el guión resulte muy forzado, teniendo que cumplirse con determinadas normas que impone “el género”, llevando a que la historia no fluya y en muchos momentos se vuelva demasiado previsible. A su vez, esto repercute en las actuaciones, las cuales resultan muy encasilladas y forzadas en algunos instantes, con lo que todo el conjunto sea un masa dura, uniforme, sin climas ni matices, como si se siguiera un reglamento estricto. A pesar de todas estas falencias, la película posee una gran producción y se observa que existieron recursos al momento de filmar, circunstancia no menos importante ya que uno de los principales males que tienen las películas que abordan temas bélicos o policiales en la región es que tienen que arreglarse con poco, realizando productos muy pobres. Aquí es todo lo contrario: aviones, armas, camionetas, locaciones y buenos labores técnicas hacen ver que hubo una importante inversión de dinero. No obstante, Leal es una prueba más de que con solo plata no se hacen buenas películas: debe haber una idea y un guión concretos que puedan narrar una buena historia, la cual permita a los actores desarrollar lo mejor posible sus papeles y hacer crecer la trama. Todo lo que está producción no tuvo.
BLACK POWER No resulta extraño que un film de Spike Lee aborde la temática del racismo en los Estados Unidos, ya que es una característica que corresponde al director, no sólo en su faceta artística sino personal también. Infiltrado del KKKlan toma la historia real de Ron Stallworth, quien a principios de los años setenta se convirtió en el primer detective negro del departamento de policía de Colorado Springs, y quien además decidió hacer algo por su comunidad llevando a cabo una misión muy peligrosa: infiltrarse en el Ku Klux Klan y exponerlo ante la población. Con una producción de enorme potencia, de gran ritmo, con mucha mordacidad y sarcasmo, Lee exhibe lo sucedido en aquel momento durante una época de gran agitación social con la encarnizada lucha por los derechos civiles como telón de fondo, pero haciendo un paralelismo preciso sobre lo que pasa en la actualidad con las minorías que viven en el país del norte. Tomándose el tiempo necesario para la creación de personajes y para presentar en forma precisa cada situación, la película quizás pueda resultar demasiado extensa para algunos; sin embargo, esto se debe a que Lee no quiere presentar los hechos a la ligera, sino que pretende mostrar cada situación de la manera más clara posible. Al buen trabajo del director se suma una brillante labor actoral por parte de un elenco multifacético que representa al dedillo las diferentes características de cada personaje, algo que resulta vital para imprimirle la potencia narrativa que posee el film. Infiltrado del KKKlan va creciendo gradualmente pero en forma vigorosa hasta cerrar la trama principal, pero dejando entrever que la verdadera historia continúa, no sólo en la época en la que se ambienta si no en la actualidad, donde los afroamericanos deben seguir luchando por sus derechos como si no merecieran tenerlos.
CONFUSIÓN ADOLESCENTE En estos últimos años, el despertar sexual adolescente ha empezado a ser abordado con mayor seriedad y sensibilidad dentro del cine nacional, temática que anteriormente era tocada desde la comedia y de forma más burda, sin preocuparse de las contradicciones de ese momento tan importante para la vida de cualquier persona. Siguiendo la línea actual de tratamiento, Mi mejor amigo habla sobre el tema mediante la vida de Lorenzo (Angelo Mutti Spinetta), un adolescente que vive en la Patagonia, cuya familia recibe en su casa a Caíto (Lautaro Rodríguez), el hijo de unos amigos que están pasando por una grave situación familiar y no se pueden hacer cargo de él. Es un chico complicado y tiene dificultades para adaptarse al nuevo hogar. Pero a pesar de las diferencias, nace entre ambos una singular amistad. Desde su inicio, el motor del film resulta ser la actuación de Mutti Spinetta, que con su particular estilo, representa magistralmente a un chico inteligente pero muy introvertido y correcto, el cual se encuentra en la difícil etapa adolescente de descubrir su sexualidad y se ve impactado emocionalmente por la llegada del visitante. A pesar de las diferencias interpretativas, el “dueto de amigos” posee una llamativa química, provocando que la película se base principalmente en esa relación que crean los dos, confusa, querible y vertiginosa, bien acorde a la edad de ambos. A esto se suma una madre (Moro Anghileri), que siempre está cerca para marcar límites y errores, como un “pseudo” villano de la historia, pero que entiende lo que está pasando. Hay una charla franca entre madre e hijo que resulta ser el momento más logrado de Mi mejor amigo. En definitiva, Mi mejor amigo es una correcta producción, bien filmada y actuada, con bellos paisajes, que quizás comete el error de subrayar en demasía determinadas escenas, haciendo que la confusión, intimidad y sencillez que transmite el rol de Mutti Spinetta se pierda entre tanta remarcación. A pesar de esto, la película logra ser un relato preciso y emotivo sobre el despertar sexual adolescente, entendiendo las complejidades que se viven durante esos años de juventud.
UN ARGENTINO DE COREA En un país que se forjó por la llegada de inmigrantes de diferentes países, es lógico que el cine local busque retratar distintas perspectivas sobre estas comunidades. Son tantas las historias de familias que llegaron a Argentina en busca de un futuro mejor, escapando de guerras, hambruna y desempleo, que parece un “sitio fértil” para encontrar temas que poder filmar. Uno de estos ejemplos es 50 Chuseok, documental dirigido por Tamae Garateguy, en el cual el actor Chang Sung Kim decide realizar una producción para conmemorar los 50 años de la llegada de los primeros coreanos a la Argentina. Durante este trabajo, también empezará a contar su historia que lo llevará a viajar a su país de origen después de más de 45 años de haberse ido. Los primeros minutos del film muestran al conocido actor explicando y exponiendo diferentes áreas en las cuales los coreanos que viven en el país siguen con sus tradiciones y a su vez, como han adquirido las argentinas. Por estos instantes, el documental es simple, casi un institucional, donde la gracia de Chan y la buena mano de la dirección le agregan calidez a las imágenes. Pero lentamente la película comienza a cambiar su rumbo cuando se decide viajar a Corea del sur para continuar con la realización dirigida al aniversario. Allí, se empieza a observar un viaje más íntimo y personal en la vida de Chang Sung Kim, haciendo que el tono del trabajo se modifique siendo más melancólico y emocional. Por estos pasajes se ve lo mejor del film, donde puede observarse cómo la historia de este actor es universal, que afecta a cualquiera que tuvo que irse de su país y que las imágenes pueden ser en Corea, en Italia o en España. Estos momentos reflejan en forma precisa el reencuentro con la cultura natal, con sus antepasados y a la vez, la sensación de extrañeza por un lugar que una vez fue su hogar y ahora es algo completamente distinto. Quizás se podría decir que 50 Chuseok no tiene la prolijidad que cierto rigor cinematográfico impone. Sin embargo, esta característica hace que el film sea fresco y cotidiano, volviéndose cercano para el espectador. En definitiva, estamos ante un cálido trabajo donde se puede ver la historia de un inmigrante pero que a su vez, resulta ser la de muchos, sin importar las nacionalidades. Una producción que logra emocionar desde lo genuino, que no pretende ser grandilocuente, pero que desde su pequeñez, logra ampliamente su objetivo.
CHARLIE Y PETE El intento por superar las pérdidas de los seres queridos resulta ser un tema difícil de abordar en el cine, ya que muchas veces es complicado reflejar sentimientos y sensaciones, siendo la principal vía para lograrlo la empatía con el espectador sobre tal o cual circunstancia. Buscando ahondar en esta temática, Apóyate en mí presenta la historia de Charlie Thompson, un chico de 15 años que decide robarse un caballo de carreras para salvarlo de ser sacrificado, y emprender juntos un peligroso viaje en busca de su tía, de la cual no tiene noticias desde hace tiempo. De desarrollo pausado pero preciso en su camino, el film va narrando de manera real, sin un dramatismo excesivo, ni golpes bajos, las desventuras del joven por tratar de sobrevivir en la búsqueda de un nuevo hogar. Quizás este tono “poco sensible” le quita cierta emoción, pero a su vez lo convierte en crudo y oscuro, potenciando la historia desde otro lugar. Tal vez en determinados momentos, Apóyate en mí cae en cierta monotonía y aburrimiento pero despabilarse a tiempo para continuar vigorosa y concreta en lo que quiere contar. Con bellas locaciones que se destacan por un correcto trabajo visual, la producción tiene como principal sostén la precisa labor de su protagonista, Charlie Plummer, que representa de manera sobria pero acertada las contradicciones y sentimientos de un adolescente viviendo una situación traumática. Intentando principalmente que el espectador se interese por la historia del chico, en varios momentos Apóyate en mí logra impactar en forma real con una historia alejada de la sensiblería, que apunta a hablar sobre las pérdidas y el tratar de seguir adelante, en vez de intentar la emoción fácil con la típica relación entre joven y animal. Y esta circunstancia hace que cobre un valor aún mayor al que posee.
UN INTENTO La comedia negra es un género que en estos últimos años ha sido explorado con mayor frecuencia por los cineastas argentinos. La conjunción entre lo solemne y lo cómico es un reto importante, que requiere de una gran precisión, aunque los nuevos directores se animan a tomar ese riesgo. Un ejemplo de esto es Atrevidas, dirigida por Matías Tapia y Carlos Piwowarski, donde Ana es una acompañante terapéutica que mantiene un romance secreto y culposo con Leo, el novio de su mejor amiga, Dolo. La cuestión empeora cuando Dolo, luego de ser abandonada por su pareja, se instala en la casa de Ana. Un vecino indeseable, una vecina pesada e indiscreta y un policía inexperto se suman para una serie de enredos donde las mujeres deberán superar las traiciones y rivalidades para salir de la situación y recuperar su amistad. Con elementos quizás ya vistos en otras producciones, el film se las arregla para contar una historia medianamente entretenida y dinámica. A pesar de ser prolija en su narración, nunca llega a impactar o causar alguna sensación, quedándose a mitad de camino en su cometido. Sin ser una obra pretenciosa, no logra sobresalir ni sorprender, quedando como un trabajo pequeño que nunca logra tomar el vuelo necesario para destacarse. Atrevidas posee correctas labores técnicas en dirección, fotografía y sonido, como también una aceptable tarea del elenco. No obstante, algunos tramos que tienen cierta reminiscencia televisiva, tampoco suman a una historia que nunca llega a crecer. En definitiva, se celebra el intento por querer bucear en un género particular y distinto, que requiere sapiencia para su realización. Y esta vez no fue más que eso, un intento.
QUERIBLE El primer beso, el primer noviazgo, la primera relación sexual son temas que se han abordado en el cine en varias oportunidades y desde diferentes aspectos. Algunos desde un punto de vista más romántico y otros, con un tono más de comedia. Pero todos reflejan las inseguridades que generan estos instantes, que luego de unos años de haberse vivido son recordados con cariño y nostalgia. Ahondando un poco más sobe esta temática, Amor urgente muestra como dos adolescentes, Agustina y Pedro, ajenos a la obsesión sexual que invade al resto de los jóvenes de su pueblo, buscan descubrir el verdadero significado del amor. Con una estética que mezcla parte del ámbito pueblerino con cierto toque kitsch, el film va narrando la historia de estos chicos y como va transcurriendo su relación, con muchos miedos, prejuicios y desencuentros. A su vez, se van presentando diferentes tópicos de la adolescencia como la amistad, el bullying, la complicada relación con sus padres, entre otros. Todo esto es reflejado con cierto tono ingenuo y simplón, lo cual genera que muchas situaciones conflictivas resulten graciosas al espectador. No obstante, las mismas son tratadas de manera natural y fresca, sin remarcar ningún mensaje aleccionador o dar cátedra de algo. La trama fluye normalmente sin meterse en ningún apuro por tal o cual tema. También es de destacar una variada banda sonora, que acompaña en forma precisa la estética impuesta, como también la utilización de escenarios mediante retroproyección para desarrollar la historia, que da un toque particular y le aporta originalidad a la producción. En definitiva, Amor urgente es un film pequeño y simple, que aborda una historia común, pero la naturalidad y fluidez que posee la trama logran que sea una película querible, con personajes que generan empatía y que hace pasar un momento ameno a quien observa esta singular producción.