No es una gran película. Apenas el soporte para que tres leyendas del cine se reúnan. Tres exmuchachos duros, gansters en decadencia. Uno sale de la cárcel después de 28 años sin vender a sus compañeros. Otro va a buscarlo pero tiene el encargo de matarlo. Un tercero esta en un geriátrico. Solo tienen una noche donde quieren pasarla bien, no son finos, no piden mucho. Pero están Al Pacino, Christopher Walken y Alan Arkin. Por ellos vale.
La moda de los cuentos infantiles con acción y violencia invadió el cine (“Blancanieves y el cazador”) y la tele (“El Grimm”). Ahora, los hermanitos crecieron y se transformaron en sangrientos cazadores de brujas. Efectos especiales, armas y trampas a un ritmo de videoclip con banda de rock pesado hacen que sea un producto para adolescentes, los demás...
El regreso de Arnold Schwarzenegger, a los 65 años, como protagonista de una película de acción, con chistes sobre su edad y tiros a granel, se transforma en un disfrutable policial para los que gustan del género de acción pura y vertiginosa. Banda de mafiosos que hasta construyen un puente para que un prófugo, jefe de un cartel de droga (el español Eduardo Noriega) se enfrente con un tozudo sheriff de un pueblo pequeño. Claro, el tozudo es Arnold.
Una comedia que recurre a la siempre eficaz atracción de los opuestos, entre una mujer sofisticada, intelectual, con un hombre vital, marginal, vulgar. Con una siempre fascinante Isabelle Huppert, secundada por un buen elenco, buenos diálogos y situaciones bien resueltas. Resulta entretenida.
Con un elenco prometedor y talentoso, Billy Crystal, Bette Midler, Marisa Tome y una idea para explotar: matrimonio formal en plan de escapada que le dejan los niños a los abuelos paternos, poco cariñosos con los tres nietos complicaditos. Uno espera mucho pero recibe menos. Argumento con ciertos chispazos de humor, relato de manual de comedia, con mensaje correcto, aleccionador y buscador de la lágrima.
La película dirigida por Rubén Flesicher quiere ser un homenaje al género, con un estilo parecido a “Los intocables”, con un elencazo: Sean Penn, Ryan Gosling, Emma Stone, Josh Brolin y Nick Nolte. Lo tenía todo para ser una gran película y se queda a mitad de camino. Con algunas situaciones ridículas, otras muy bien logradas y elegantes. Vale solo para ver a esos actores.
El director Tom Tykwer (el de “Corre, Lola, corre”, “El perfume”), pone su atención en una generación de jóvenes de cuarenta y tanto, que cuando logran sus objetivos en la vida profesional y material están insatisfechos, necesitan reinventarse. Y en este matrimonio de intelectuales, el triangulo se arma con un tercer hombre que enamora tanto a ella como a él, tan parecidos son. Deseos, culpas, dolores y sinceramientos.
Una película que tiene a Darín en un protagónico absorbente, ideal para sus admiradores. Se luce como un abogado criminalista, que no ejerce, que da cursos de posgrado en la universidad y que se obsesiona con un crimen y su resolución. Buen elenco, también se luce Alberto Amman, un argentino que se formó en España. Entretiene, sin pasos en falso, un desafío de voluntades y perversión.
Para los más chiquitos, siguen las aventuras de Sammy, esta vez con parte de su familia atrapada por los pescadores que llevan animales a un acuario colosal, una verdadera cárcel de oro, y los más pequeños de la familia, organizados, planean la escapatoria. Simpática y en 3D.
Una película que tiene aventura pero también convoca a la magia, que por momentos es cruel y en otros bella y sorprendente. La imposible relación de un náufrago que tiene como compañero de viaje a un tigre, el miedo, el motor de la sobrevivencia, la desesperación y la maravilla se dan la mano en este viaje de un adolescente que sobrevivió 70 días en el mar. Ang Lee echa mano a toda la tecnología para sus trucos de prestidigitador, hasta su tigre es posible gracias a las alta tecnología. Uno sabe los trucos pero eso no impide que la verdad dramática funcione y fluya.