Jigsaw-El juego continua: Los muertos que vos matáis gozan de buena salud. La tradición de Halloween no muere, aún cuando se la creyera en el otro mundo. Igual con John Kramer, a.k.a., JIGSAW; quien vuelve para deleite de los sedientos de hemoglobina. Algo que trajo el nuevo milenio fue la redefinición de las películas de terror. Uno de los exponentes más claros es, sin lugar a dudas, toda la obra de James Wan. Y, en particular, la saga que comenzó allá por el 2004 con “El Juego del Miedo (Saw)”. El 2010 nos dejó con lo que parecía, una historia cerrada: John Kramer muerto y todo su legado derrumbado por un psicópata que, finalmente, es castigado por el primer protagonista que vimos de este sádico vengador. El círculo parecía cerrado. Pero así como todos los grandes monstruos del cine, Jigsaw vuelve a la vida en esta nueva entrega, 13 años después de la primera y 7 de la última, para que sepamos que su legado continua, castigando a los pecadores por sus pecados: Varios cuerpos comienzan a aparecer por distintas partes de la ciudad. Todos ellos tienen algo en común: han tenido una muerte única y espantosa. A medida que avanza la investigación todo apunta en la misma dirección: John Kramer. Sin embargo, ¿cómo es posible esto si Jigsaw lleva muerto más de una década? ¿Acaso hay un aprendiz que ha tomado el relevo de Jigsaw? ¿O tal vez sea alguien infiltrado en la propia investigación del caso? Este nuevo film en la saga del ¿asesino? más famoso del último milenio en el cine, viene dirigido por los hermanos Spiering, famosos por “Daybreakers (2009)” o la obra de culto “Predestination (2014)”, quienes parece que le tomaron el gustito a esto del terror, ya que en 2018 tendremos su próxima película “Winchester” basada en el famoso caso de la mansión embrujada más legendaria de estados Unidos. ¿Qué veremos en “Jigsaw: El juego continua”? Basicamente lo mismo de siempre: un caso donde comienzan a aparecer varios cuerpos, víctimas del supuesto fallecido John Kramer, la aparición del títere Billy, personajes que no son lo que parece y la vuelta de tuerca final que nos revelará quién está detrás de toda la locura de sangre y visceras. Entonces, ¿qué hace especial a esta nueva entrega de la saga? No solo que mantiene la calidad de film clase B, sino que apoyándose en las anteriores entregas, los hermanos Spiering logran renovar y darle un aire fresco a la saga; aún con la misma fórmula. Todo parece nuevo, la tensión se mantiene en todo el metraje y los amantes del gore quedarán fascinados ante tanta matanza, junto con los fanáticos, quienes verán y disfrutarán los guiños a los anteriores films. No se puede hablar mucho de Jigsaw: El juego continua sin caer en el spoiler. Lo último que diré es que la saga se renueva, manteniéndose fiel al estilo logrado por su creador y generando nuevos personajes que llegan para quedarse. El rito ha comenzado y se ha renovado, llega Halloween y con él, un nuevo capítulo en la historia de venganza de John Kramer, quien como Jason Voorhees, Freddy Krueger y tantos más, parece que nunca morirá, sino que vivirá para siempre dentro de todo aquel que se crea un ángel ejecutor. Un símbolo de venganza.
Thor Ragnarok: Los Defensores de Asgard. La Fase 3 del Marvel Cinematic Universe continua con la tercera entrega de las aventuras del Odinson. Ahora más colorida y con más secundarios. La mayoría de la crítica y el público detesta el personaje, y catalogan a Thor (2011) y Thor: The Dark World (2013) como las peores del UCM. Y es que a Thor no debes amarlo u odiarlo, sino adorarlo porque es el Dios del Trueno Asgardiano. Su tono melancólico, oscuro y solemne hacen que el Odinson no sea un personaje muy fácil de “tragar”; pero sus historias son de las mejores en el cánon comiquero y un determinante integrante de los Avengers. Lo que Disney hizo con Marvel en cine es bastante cuestionable, desde el punto de vista argumental e icónico/comiquero, dejando de lado esos personajes ambiguos y vetándolos de un lado humorístico que, si bien funciona (y muy bien) en taquilla, no es del todo satisfactoria para la gran mayoría de los seguidores de las viñetas. Para que quede claro: El UCM no es el cómic, aunque bien toma referencias y sagas para enmarcarse, dista mucho de lo que ofrece una buena saga en papel. Ya con este punto aclarado, Thor: Ragnarok toma el nombre de una de las sagas más controversiales y oscuras del Hijo de Odín (si bien hay varios “Ragnarok”, se toman muchas referencias al ‘Thor Vol. 2 #80-85’ de Michael Avon y Andrea Di Vito) y se mezcla con otra saga famosísima del Gigante Escarlata: Planet Hulk (Hulk Vol. 3 Nº 92-105), por citar los argumentos que más predominan en el film de Taika Waititi y dejando de lado varias referencias/Easter Eggs menos importantes. Al comienzo del film vemos a Thor (Chris Hemsworth) prisionero del maléfico Surtur, uno de los Demonios de Fuego en su planeta. Vemos un Thor desenfadado, histriónico, que nos pone en situación contándole a su inusual compañero de celda (aunque creamos que nos habla a nosotros, el destinatario del mensaje de sería casi un simbolismo del espectador promedio de los films de Marvel: un prisionero). Luego de lo que el rubio pasó en Avengers: Era de Ultron (Avengers: Age of Ultron, 2015), vagó por los 9 Reinos para intentar impedir el Fin de los Tiempos de Asgard, la profecía del Ragnarok. Luego de quitarle la corona a Surtur al ritmo de “Immigrant Song” de Led Zeppelin, Odinson regresa a su hogar para descubrir a su pueblo que Loki (Tom Hiddleston) en realidad se está haciendo pasar por el Padre de Todo. Chiste va, cameo viene, los hermanos llegan a la Tierra en busca de su padre. Recibiendo la ayuda del Doctor Stephen Strange (el imponente Benedict Cumberbatch) llegan a Noruega donde Odin (Anthony Hopkins) está en sus últimos días y advierte que Hela (Cate Blanchet), la Diosa de la Muerte, se liberará de su encierro junto con su muerte. Rápidamente llegamos a esta situación con la destrucción del Mjolnir por parte de Hela y a los hermanos separados en un viaje por el Bifrost que los deja varados en otro lugar del que poco conocen. Thor despierta en un basurero muy parecido al de Sector 9 (District 9, 2009) de Neil Blompkamp llamado Sakaar y es tomado por prisionero por una extraña mujer “recolectora de talentos” para el Grandmaster (Jeff Goldblum), un ser inmortal que divierte a su pueblo y se divierte con espectáculos de Gladiadores. Cuando el rubio Avenger es introducido al Grandmaster y ve que Loki está ahí hace rato, hace lo imposible para huir. Claro está que su hermano dice desconocerlo y termina con el pelo cortado y en la arena de lucha con un la sorpresa que el gran campeón del Grandmaster es nada y nada menos que Hulk (Mark Ruffalo), su “amigo del trabajo”. Sí, chiste nefasto. Luego de divertidas secuencias de pelea, Thor decide reunir un equipo para salvar Asgard de su malvada hermana Hela. Junto a él estarán Loki, Hulk y la recolectora que resulta ser una de las Valkirias (Tessa Thompson), un grupo de defensa contra amenazas asgardianas de la cual es la última de una lucha cruenta con la malvada Hela. Así, Thor: Ragnarok es un pastiche de sagas en el que poco destaca su nombre original, el cual es la profecía del fín de los tiempos de Asgard. Hay mucha mezcla de personajes, sagas, cameos de personajes y actores famosos también. Aún así, en sus secuencias más solemnes, el film logra establecer el drama que podía esperarse, con planos increíbles de los que Waititi seguro “homenajea” el cine de Zack Snyder; como esa batalla y caída de las Valquirias. Thor: Ragnarok no es un film perfecto ni mucho menos. Ni siquiera sus chistes lo son, incluso parecen metidos a la fuerza. Esto hace que sea la película menos personal del director neozelandés, pero igualmente, su pericia logra establecer un balance que no deja incómodo al espectador; aunque por momentos el ritmo sea un poco lento, no dejamos de sentir curiosidad por lo que va a suceder. En el factor actoral, Tessa Thompson es un gran descubrimiento; Jeff Goldblum es perfecto como un Grandmaster que parece más un ícono de una Rave Gay, pero se roba sus minutos en cámara. Tom Hiddleston, Mark Ruffalo, Benedict Cumberbatch y el mismísimo Chris Hemsworth aportan dinamismo y coherencia a sus personajes. Pero si vamos a hablar del némesis, la villana de turno, obviamente que el charm de Cate Blanchet hacen que empatices con Hela y sus propósitos. Thor: Ragnarok es un film disfrutable, por momentos lento, pero que quizás te saque una sonrisa. Se extrañan los días de Kenneth Branagh, pero ya sabemos que la maquinaria Disney seguirá apostando a la liviandad de estos productos, así este film es un engranaje más para la factoría del UCM. Sigue siendo insuficiente para algunos, pero increíblemente rentable. Y siempre, SIEMPRE hay que quedarse después de los créditos para ver las escenitas que conectarán a futuro, que en este caso son dos, y no inútiles como lo fueron en Spiderman: Homecoming (2017).
Pendeja, Payasa y Gorda: Tiempos Violentos. Finalmente llega el esperado opus ultra-violento del director Matías Szulanski y es todo lo que podés esperar y más. Natalia “La Gorda” López (Mirta Wons) contrata a dos chicas, Pendeja (Ana Devin) y Payasa (Flor Benítez) para que le consigan unos riñones para su hermano que está en las últimas. El trabajo es fácil: van a recoger un cadáver a la casa de Martín (Germán Tripel), le sacan los órganos y se los llevan a su empleadora. Todo podría ir muy bien, sin embargo, una serie de eventos desafortunados y un hecho que desencadena el entramado de historias secundarias, dan como resultado que tanto Pendeja (una chica de no muchas luces) y Payasa (una madre “luchona”, peronista y feminista a ultranza; que se cree con valores en una sociedad tan criminal como ella) se vean en una historia con ribetes mafiosos del que poco saben y de la cual son nada más que simples peones. "Para preparar la película tomé inspiración de Russ Meyer, Roger Corman, Charles Bukowski, Palito Ortega, Serge Gainsbourg, Joe Swanberg, Terry Richardson, los Ramones y todo el cocktail de los VHS y DVDs pirata con los que crecí en los ’90 y ‘00s y el vasto catálogo de cultura popular, bandas ignotas y películas increíbles que se encuentran en internet”, dice el director Matías Szulanski, y claro que vemos una mezcla hermosamente armónica de todo eso y más: el emponderamiento femenino y el “girl power” son la temática central de este film, en el que las mujeres toman la posta; pero no de una forma tan sana. Porque, digamos la verdad, en estos tiempos las mujeres deben tomar el poder contra el patriarcado con todas las armas que tengan; así sea de una forma que no sea la que más esperamos. Todo esto nos hace acordar, sí, a Faster, Pussycat! Kill!! Kill!! (1965), el clásico de culto de Russ Meyer donde un grupo de chicas son el peligro encarnado, y no solo para los hombres. Pero lo que más me llamó la atención de Pendeja, Payasa y Gorda, es la narración episódica; marca registrada de mis directores contemporáneos favoritos: Quentin Tarantino. Incluso la frase que aparece al comienzo del film nos remite directamente a Kill-Bill Vol. 1 (2003), pero si algo de “tarantinesco” tiene este opus, es sin lugar a dudas la violencia, los personajes de no tan claras intenciones, la música anacrónica pero pegadiza, los planos medios y contrapicados que tanto arte emanan en la cinta de QT por antonomasia: Tiempos Violentos (Pulp Fiction, 1994). Creo firmemente que con Pendeja, Payasa y Gorda, Matías Szulanski se la jugó y generó un producto audiovisual de una magnitud que solo el tiempo lo dirá; pero yo, aquí y ahora, me arriesgo sin miedo a perder, que será muy pronto un clásico de culto. ¡Y bien argentino, carajo!
Your Name: Amores como el nuestro… Llega finalmente a cines, la cinta de animé que más recaudó el año pasado y batió records. Antes que nada, voy a decir que no soy espectador de animé (más allá de Dragon Ball Z o Supercampeones en mi infancia), pero cuando un film excede sus fronteras y bate records de críticas y público, se animado o live-action, no solo me llama la atención sino que me invita a ampliar mis horizontes. Y debo decir que Your Name (Kimi No Nawa, 2016) es una película que es imprescindible para cualquier espectador. Una fábula. Una historia de amor. Un film de ciencia ficción. Una comedia romántica. Todo eso y mucho más. Una cinta llena de experiencias emocionales y sensoriales que es obligatorio ver. En este film dirigido por Makoto Shinkai (El Jardín de las Palabras) seguimos la historia de Mitsuha, una joven de un pueblo bien tradicionalista que vive con su abuela y su pequeña hermana. Mitsuha se debate entre las firmes tradiciones y su deseo de salir de ese lugar que parece anclado en el tiempo. A su vez, en el otro lado del país (más precisamente en Tokyo), tenemos a Taki, un pibe que estudia y trabaja como mesero en un restaurante italiano. Las vidas de Taki y Mitsuha se cruzarán de manera misteriosa y literal cuando uno despierte en el cuerpo del otro y deban vivir un día cada tanto las experiencias de jóvenes tan distintos culturalmente y tan separados. Esta unión (al parecer por un pedido a los dioses de parte de Mitsuha) hará que los jóvenes entiendan más sobre su parte interior femenina (en el chico) y masculina (en la chica). Pero no solo esto, sino que las experiencias se complementarán en toda la duración del film, llevándonos desde la risa a la emoción, haciéndonos entender que no somo tan diferentes. Valorando tanto la naturaleza, las tradiciones, como la vida urbana tan bien plasmada por Shinkai; así como también que estamos conectados de alguna manera desde el microcosmos hacia el macrocosmos. No quiero abundar en detalles porque sería spoilear un film que es menester SENTIRLO con todos los sentidos. La animación tradicional con la moderna se fusionan de una manera armónica, así como la banda sonora, pieza esencial en todos los pasajes de la cinta. Un disfrute distinto, con un argumento tan emocional como sorprendente y fresco. Una película y un director que se encuentran entre los más grandes del género en Japón. Y si no les, debería serlo.
El origen del terror en Amityville: Otra vuelta de tuerca. Llega a cines un film que, a priori, puede generar curiosidad por su título ya arraigado en el inconsciente del consumidor de terror, pero poco tiene que ver con lo que espera. Ruby Harris (Chilton Crane) y su pequeño hijo autista se mudan a una vieja casona donde hace veinte años desapareció una familia en circunstancias misteriosas. Entonces la joven Angela (Jodelle Ferland) es contratada para cuidar al niño, y empieza a notar extrañas manifestaciones que podrían relacionarse con los eventos del pasado. El origen del terror en Amityville (The Unspoken, 2016) no tiene nada que ver con el famoso caso que ya es de dominio público y alimentó varios films de género, sin embargo, su mixtura de sub-géneros puede ser atrayente en primera instancia: tenemos la típica niñera inocente en apuros, los vándalos del barrio que quieren irrumpir en la casa, un niño que parece estar conectado a la actividad paranormal del hogar, un poco de gore y misterios sin resolver en una casa embrujada que conectan en un doble plot-twist al final que nos dejará con la boca abierta. El cast es, en general, correcto, destacando a Jodelle Ferland (la niña siniestra en Silent Hill; la niña siniestra en Case 39; la niña siniestra en The Cabin in the Woods; y la niña muda en The Tall Man) quien ya no es una niña pero aaún sigue unida al género, ahora en papeles con más potencial de jovencita (anti) heroína; y el pequeño Sunny Suljic, como casi un émulo de Damien en La Profecía (The Omen, 1976), niño que no sabemos si es víctima, victimario o que corno. En síntesis, El origen del terror en Amityville es un correcto film de suspenso, con un poco de horror, y que al consumidor de estos géneros no decepcionará (si no espera una obra maestra).
¡Madre!: Bendita Tú Eres… Qué difícil hablar de una majestuosidad como lo es el último film de Darren Aronofsky sin caer en el spoiler. Por esto, la primera parte de esta review será spoilers free y la segunda, un análisis más profundo que develará parte de la trama. No se preocupen, avisaré. Un extraño llama a la puerta (1ra parte Spoilers free) Un matrimonio compuesto por Jennifer Lawrence (Ella) y Javier Bardem (Él) viven en una casa de campo, alejados de todo bullicio mundano. Él es un poeta falto de inspiración que busca en la tranquilidad de su nuevo hogar (ya que la misma casa sufrió un incendio pero Ella se encargó de ir reconstruyéndola) la musa que lo lleve a ese nuevo gran éxito editorial que logró antaño. Ella, sin entretanto, es una ama de casa abnegada, tranquila, de modales dulces que apoya a su marido incondicionalmente. De repente, la tranquilidad del hogar se ve interrumpida por la visita de un extraño (Ed Harris) quien dice estar “de paso” y pensó que la casa era una posada (poco después se declara fanático del poeta, y que está en sus últimos días de vida, por eso el afán de conocerlo). Él ve al extraño como un aire fresco en el hogar y se interesa en sus historias como médico, dejando poco a poco de lado a Ella, quien es espectadora de una relación que va quebrándose de a poco. Un día después de la llegada del extraño (y que ya está instalado en el hogar gracias a la hospitalidad de Él) llega su esposa (Michelle Pfeiffer), una mujer madura que viene a completar el caos psicológico en el que Ella va sumergiéndose poco a poco. Ella y la casa, van teniendo una transformación drástica a medida que se suceden cada vez más extraños sucesos en el hogar: extraños pasan como si fuese su propia morada, van y vienen sin que Él haga nada al respecto. Sin embargo, Ella logra quedar embarazada, un hecho que hace que a Él le llegue la inspiración deseada. Como consecuencia logra escribir su obra magna, algo tan perfecto que emociona. Pero lo que en principio parecía la entrada al Paraíso, se va transformando cada vez más en Infierno en vida para Ella, una espectadora que sufre lo inimaginable, y nosotros con ella. ¡Oh Madre, ¿por qué me has abandonado?! (2da parte CONTIENE SPOILERS) "La religión tiene por padre a la Miseria y por madre a la Imaginación"- Ludwig Feuerbach. Antes de comenzar este análisis, quiero advertir que es una apreciación personal y está sujeta a debate, además que puede haber algún que otro tema que me quede sin analizar. Voy a tratar de ser lo más sintético, pero tratando de abarcar la nueva obra de Aronofsky. ¡Madre!, ante todo, es un film religioso. O más bien dicho, sobre la religión y su decadencia y trasfondo humano. Él (Javier Bardem) es Dios. Pero además de ser un Dios falto de ideas, de inspiración, es una entidad que lo mantienen sus “fanáticos”: los primeros, Adán y Eva (Ed Harris y Michelle Pfeiffer), el matrimonio que fue expulsado y vuelve en busca del Padre Creador; que al fin y al cabo nunca conocieron, pero en sus últimos días desean hacerlo. Claro que hay lugar para la batalla de Caín y Abel (Brian y Domhnall Gleeson), siempre en la casa del poeta. este hecho desencadena el sufrimiento de la entidad más importante en esta historia: Ella (Jennifer Lawrence), la Madre Tierra. La que sostiene el hogar antes incendiado. La que sufre porque su marido la deja de lado por la admiración perdida que ahora es nuevamente recobrada, pero abordada por la horda de seres humanos que no entienden que a Él solo le damos entidad nosotros. El ser humano crea al Dios, y no al revés (vital es la foto de Él como estampita, primero impoluta y luego rota y burlada con cuernos dibujados, clara alusión a como las personas demonizamos y endiosamos entidades irreales). La genialidad de Darren Aronofsky es mostrarnos una Madre Tierra que sufre los ataques y el fanatismo religioso en su máxima expresión: algunas veces Ella existe como musa inspiradora, pero al momento se la olvida, y hasta se la maltrata, culpándola de nuestros males, vejándola, brutalizándola a golpes, tratándola de “puta”. Nos olvidamos que LA MUJER es la creadora de vida, y aún así, y ante la pasividad, junto a la egolatría ciega de Él, el hijo de ambos, EL VERDADERO Y ÚNICO HIJO DE AMBOS, es expuesto por Él ante la muchedumbre, fervorizada que termina masacrándolo (un bebé recién nacido, muy fuerte) y comiendo sus partes, al mismo tiempo que se arrepiente de haberlo hecho. Ella finalmente desciende al sótano (el descenso a los Infiernos personales) y vuelve a incendiar la casa, luego que la locura se apropió del hogar en forma de guerras, adulterio y demás nefastos pecados terrenales. Cuando lo que queda del hogar son solo ruinas, la única forma de volver a empezar es el fuego purificador, y solo nuestra Madre sabe que lo mejor es sacrificar su vida, aún en pos de que Él siga viviendo y legando sus escritos, que serán por momentos olvidados, otras veces recordados, pero nunca puestos en práctica. ¡Madre! es una obra de arte que no dejará indiferente a ningún espectador. Sean religiosos, ateos, agnósticos, etc., es un film que seguramente quedará para más de un visionado y mucho análisis posterior. Otra obra maestra de Darren Aronofsky.
La estafa de los Logan: Los Dukes del atraco. Llega la nueva película de Steven Soderbergh y es es más inteligente de lo que apriori podemos, incluso, pensar de sus personajes. Es increíble la versatilidad de un realizador como Soderbergh, que luego de ganar premios Oscar, revitalizar un film de culto y hacerlo saga como la de Ocean’s Eleven, y pasar al thriller con Side Effects, e incluso pasar por el cine de espionaje/acción con Haywire, y aún hoy siga reinventándose con una película que, a simple vista, puede parecer tonta o naif, pero que encierra muchos mensajes para más de un visionado. Los Logan son tristemente famosos en un pueblo de Virginia occidental por su (quizás) exagerada “mala suerte”: accidentes, muertes o simples percances hacen que las generaciones que antecedieron a Jimmy (Channing Tatum), Clyde (Adam Driver) y Mellie (Riley Keough) los dejen con un legado, más que nada verbal, de mufa eterna. Jimmy es un trabajador de la construcción que tiene un pequeña hija y está separado de la madre de ésta, interpretada por Katie Holmes. La niña vive con su madre y una nueva familia que son el típico arquetipo de sureño “grasa” pero que quiere sobresalir por la media. El conflicto llega cuando la niña va a mudarse de estado con su nueva familia, y para colmo de males, Jimmy se queda sin trabajo. Entonces el encantador sureño decide quebrar la mala racha de su familia ideando un plan más que descabellado: robar el Charlotte Motor Speedway de Carolina del Norte; una famosa carrera de NASCAR. Para ello no solamente tendrá de aliados a su hermana y hermano con medio brazo, sino que contratarán a Joe Bang (un Daniel Craig casi irreconocible), un presidiario al que le faltan 5 meses para cumplir su condena y es experto en explosivos. Aquí también se hurde un plan para que Joe salga, haga su trabajo y vuelva al presidio sin ser detectada su ausencia. Pero revelar más de la trama sería pecaminoso para esta crítica, solo decir que el plan principal se complica y el robo deberá efectuarse durante la celebración de la Coca-Cola 600, el evento más popular de la NASCAR del año. La estafa de los Logan (Logan Lucky, 2017) no es una película simple, aunque se la quiera tomar a la ligera (y puede hacérselo), pero así como Sin nada que perder (Hell or High Water, 2016), este film retrata al bruto del sur como una víctima de un sistema que lo aleja más de la educación y en la que tiene más posibilidades de ser soldado que un buen empresario. Aún así, aunque sin adelantar nada, la suerte de los Logan cambiará, porque nunca hay que subestimar al iletrado, o al que le falta educación escolar, porque quizás tenga más medios y sea más inteligente (a otro nivel) que vos.
IT (Eso): Pesadilla en la Calle Neibolt. Y por fín llega la esperada adaptación de la novela más famosa de Stephen King a la pantalla grande, a cargo de un argentino. “Vuelve y veremos si recuerdas lo más simple de todos: cómo ser niños, seguros de creer y, por lo tanto, temerosos de la oscuridad.”– IT (1986, Stephen King) Pennywise, Bob Gray o simplemente IT es un personaje icónico de la cultura popular en lo que a terror se refiere; allá con los grandes como Drácula, El Hombre Lobo o cualquiera que se les venga a la cabeza. Decir “El Payaso Asesino” es sinónimo de esta entidad maligna salida de la cabeza de Stephen King que con su novela editada en 1986 de 1500 páginas generó fanatismo y pesadillas a la vez. Quizás algunos tengamos más presente la adaptación televisiva que se hizo en 1990 (con sus fallas y sus aciertos), con un genial Tim Curry apropiándose del personaje y generando a nuevas generaciones esas pesadillas que había generado la novela original. Pero luego de tantos años, aún quedaba pendiente una buena adaptación cinematográfica. Una que que fuese fiel (o lo más que pudiese) a los miedos que inspiró la novela original, tanto como su espíritu de camaradería y el concepto de crecimiento y drama unido a la niñez al pasar hacia la adultez. Y tras proyectos truncos y mentes creativas que no quisieron lidiar con tamaña responsabilidad, el argentino Andy Muschietti (conocido realizador de “Mamá”) se calzó “la 10” y nos trae una versión nueva, fresca pero respetando el material original, de la pesadillesca aventura de El Club de los Perdedores contra IT. Luego de la desaparición de George Denborugh, su hermano Bill junto a sus amigos Stan, Eddie y Ritchie emprenderán la búsqueda topándose con nuevos aliados como Mike, beverly y Ben, pero también descubrirán que las desapariciones en Derry, su ciudad, tienen que ver con algo más allá de su entendimiento y sus miedos. Una entidad que parece controlar y darle forma a la maldad en Derry. Algo de lo que no se habla, se oculta y se olvida. Una entidad que toma la forma de los peores miedos, pero que también aparece en la forma de un siniestro payaso. En esta nueva adaptación de IT, Andy Muschietti muestra el mundo que creó Stephen King refrescando la narración y llevándonos de unos años 50 (en la original) a los 80, renovando la narración pero conservando el espíritu del material original, incluso con la primera secuencia, casi calcada de la novela: mostrando a un Georgie temeroso de lo que hay en el sótano de su casa y precavido ante el primer encuentro con Pennywise. No es dato menor que la acción transcurra décadas más tarde que el original, sino que es un tiempo donde nos podemos identificar mejor y no serían verosímiles ciertos pasajes de la historia si el relato no se nos acercara lo más posible. IT nos remitirá seguramente a clásicos como “Cuenta conmigo”, “E.T.”, donde la camaradería de los niños es esencial para enfrentar el mal encarnado o villano de turno. Pero en lo que acierta Muschietti es en mostrar el lado perverso de Derry: los adultos. En sus dos horas de duración, la película transita el horror de vivir cerca (o en el caso de Beverly, con) el enemigo. El que da vuelta la cara ante un caso de bullying o el que simplemente es perverso ante un infante o púber es mostrado de manera magistral, ya que en todo momento nuestra visión es la de los jóvenes protagonistas (aquí retratados de 13 años, a diferencia del original que son de 11, para que esté más cercano el paso a la adultez) y el mal acecha en cualquier rincón o esquina. Los niños y su búsqueda de la verdad son los protagonistas de este film, aunque lo más esperado era ver la interpretación de Bill Skarsgard como Pennywise, con un legado tan pesado como el que dejó Tim Curry: el joven actor impresiona cada vez que muestra su rostro, dándole una nueva reinterpretación al clásico personaje, lleno de humor negro y maldad nunca antes vista. Si Tim Curry parecía un pedófilo vestido de payaso, Skarsgard parece un demonio vestido de payaso atemporal. Una verdadera encarnación del Mal en estado puro. Este nuevo Pennywise se asemeja mucho a lo que fue ese otro gran personaje que jugaba con los miedos adolescentes antes de cometer sus fechorías: Freddy Krueger. Además de compartir este afán por generar miedo en sus víctimas antes de comerlos, Este Pennywise parece estar presente en todo momento del metraje, aún cuando no aparece. Y cuando lo hace, un halo como de ensueño envuelve la secuencia, como si estuviésemos asistiendo a la peor de las pesadillas. Esto se debe en gran parte, a la brillante fotografía de Chung-hoon Chung, habitual colaborador de Chan-Wook Park (Old Boy). Para los que hayan leído la novela, tendrán que estar muy pendientes, porque todo el universo de IT está ahí, en pequeños easter eggs, desparramados, pero siempre presentes (como la benévola figura de La Tortuga). Y si bien Muschietti realizó varios cambios con la historia de los personajes, el espíritu de la obra original está ahí, se palpa el miedo en cada minuto de secuencia, aún estando expectantes de la aparición de Pennywise; todavía más en la famosa casa de Neibolt Street, dándole la importancia que se merece y convirtiéndola en un lugar de terribles temores. IT (Eso) marcará nuevamente las pesadillas de grandes y adultos. La visión de Andy Muschietti magnifica, renueva y resignifica los miedos más inherentes de la juventud y también del ser humano.
Locos por las nueces 2: La comunidad de las ardillas. Surly y sus amigos deben enfrentar al mayor enemigo conocido y para eso, deben pulir diferencias y trabajar más unidos que nunca. Luego del éxito que supuso Locos por las nueces (The Nut Job, 2014), llega su inevitable secuela: Locos por las nueces 2 (The Nut Job 2: Nutty by Nature, 2017) donde Surly y sus amigos vuelven a hacer de las suyas. En esta nueva aventura, Surly, Amigo, Preciosa y todos los demás están de lo más cómodos viviendo en la tienda de nueces, luego de lo sucedido en la primera parte. Andy todavía sigue arraigada al instinto animal, enseñando a los más pequeños que deben aprender a cosechar nueces de los árboles y mantenerlas, tal como lo hacían antes. Ella cree que Surly y sus amigos perdieron su “instinto animal” y trata de convencerlos volver a la naturaleza, pero como ya sabemos, la comodidad es amiga de la pereza. Todo cambia cuando el alcalde de Oakton City (junto a su pequeña y malcriada hija endemoniada) quiere construir un parque de diversiones para ganar más dinero, al mismo tiempo que por un accidente, la tienda de nueces explota. Entonces e inevitablemente, Surly debe salir de su zona de confort para organizar una revolución que salve los árboles del parque en pos de la infraestructura humana. Este secuela abunda en diversión, redobla los gags e introduce nuevos personajes (como Feng, una rata china que tiene un ejército de ratitas shaolin; con la voz original de Jackie Chan) para deleite de los más pequeños. Además de estar presentes mensajes sobre el compañerismo, la comunidad, preservar la naturaleza y el trabajo en equipo. Locos por las nueces 2 es una digna secuela que se puede disfrutar aún sin haber visto la primera parte, y que de seguro los niños saldrán de la sala de cine divertidos y con algunos valores afianzados.
Atómica: La Mujer Nuclear. Llega a los cines una nueva cinta de acción y espionaje, estelarizada por Charlize Theron y es toda una bomba (cuak!). Berlín, pocos días antes de que caiga el muro. Una espía del MI6 es enviada a recuperar una lista con los nombres de todos los agentes británicos, estadounidenses y franceses encubiertos en el lado este de la ciudad. Además tiene la misión de descubrir a un agente doble que está vendiendo información confidencial a los rusos. Luego de ser doble de acción en varios filmes, David Leitch se lanzó a la dirección con una película que sorprendió a crítica y público en general, redefiniendo al héroe de acción: John Wick (2014). Keanu Reeves, un asesino a sueldo retirado que vuelve a las andanzas tras la muerte de su esposa y el perro que ella dejó como su legado post-morten. Qué más se puede decir de esta cinta que no se haya dicho, y antes que se estrene Deadpool 2 (2018), su nuevo trabajo, Leitch nos trae Atómica (Atomic Blonde, 2017), reconfirmando y estableciéndose ya como un director que sabe filmar acción como pocos en estos tiempos. El argumento es simple y efectivo, con varias vueltas de tuerca en el tercer acto de las que si no está atento se te van a escapar, pero acá la verdadera protagonista, Charlize Theron, nos brinda otro personaje femenino para la historia luego de su Furiosa en Mad Max: Fury Road (2015): su Lorraine Broughton no es otra genérica agente del MI6; nunca se sabe que está pensando, es fría, calculadora y explosiva en los momentos de acción, que son excepcionalmente coreografiados y acompañados por una banda de sonido acorde a la época (en la que no puedo dejar de destacar New Order, Depeche Mode, Nena, Public Enemy, Echo & The Bunnymen, Queen, David Bowie). Si las escenas de acción son memorables en este film, la ambientación es otro punto a favor: la paleta de colores (no la obvia, la de luces de neón que, ojo, también suma) nos hace visiblemente el estado caótico de la Berlín de finales de los 80 y también de qué lado del muro estamos. “No confíes en nadie”. Ésta frase se la da su superior a la espía británica y parece ser su frase de cabecera durante todo el metraje, ya que nunca se abre ante nadie, solo en un momento, ante el personaje de Sofia Boutella, y esto le confiere al personaje un halo de misterio tanto para el espectador como para los personajes que la circundan (unido al vestuario monocromático, que la hace aún más “invisible” y por momentos “recortada” del escenario que en el que está), destacando a un James McAvoy que cada papel que interpreta parece transformarlo en alguien cada vez más trastornado. En síntesis, Atómica es otro acierto de David Leitch y, sin lugar a dudas, otro acierto en la carrera de Charlize Theron, consolidándose como una nueva heroína de acción. Podio que comparte con pocas, como Scarlett Johansson.