Grotesco sangriento para fans del gore Varios personajes encerrados en una casona durante una noche, en homenaje a un ser querido recién fallecido. se convierte en una pesadilla cuando queda claro que la reunión es, en realidad, para realizar un sangriento ritual con sacrificios humanos para revivirlo. La premisa sería más adecuada para un relato en formato más corto, tipo "Historias de la cripta", sobre todo por su costado de comedia negra con diálogos irónicos y mucho humor negro. O más bien humor rojo, porque algo que no se le puede negar al director y coguionista Valentin Javier Diment es su extrema generosidad con la truculencia y el gore que abundan a lo largo del film ya desde el siniestro prólogo onírico. Por eso, pese a que las alegrías hemoglobínicas ayudan a que la película nunca resulte aburrida, por supuesto si se es fan del genero fantástico, lo cierto es que el realizador tiene que estirar las situaciones a su máxima expresión para llegar de alguna manera razonable a la duración de un largometraje. Esto se nota en las distitnas apariciones de ultratumba que van experimentando los personajes, algunas casi teatrales en un intento de psicodrama terrorífico que, por fortuna (para los fans), siempre culminan con chorros de sangre y otras cosas aún más horripilantes como para olvidar que pase lo que pase, ésta es una de terror hecha y derecha. El hecho de que toda la acción transcurra en el mismo lugar recuerda a muchos films clase B, y hay algunos homenajes a clásicos, por ejemplo "The Evil Dead" de Sam Raimi, que también aportan un poco de diversión (y algunas tomas técnicamente bien construidas).. Por otro lado hay efectos especiales sangrientos de todo tipo, algunos bien resueltos (por ejemplo la espantosa reconstrucción de la hermana muerta es una de las más eficaces escenas del film). Igual que los efectos, hay algunas buenas actuaciones en medio de un tono grotesco que da el pie a la comedia negrísima. En este sentido, Gabriel Goity aparece poco, pero a veces logra una fuerza siniestra digna de un émulo criollo de Vincent Price, especialmente cuando se lo ve en un cuadro que provoca la sensación de que su personaje domina a los vivos desde ultratumba.
Estrellas prestan su cuerpo a guarradas En los años 70 y 80 proliferaron films cómicos en episodios, a veces dirigidos por varios realizadores que sabían usar un elenco heterogéneo para armar las cataratas de gags más delirantes, audaces, guarros y políticamente incorrectos de la época. Los ejemplos van desde Todo lo que usted quería saber sobre el sexo de Woody Allen hasta Locura yanqui (Kentucky fried movie) de los hermanos Zucker, y Mujeres Amazonas de la Luna de John Landis y Joe Dante. Peter Farrelly, uno de los directores de hits como Loco por Mary, obviamente conoce muy bien el formato y lo aprovecha al máximo con la ayuda de una docena de directores que agregan distintos toques de humor hilarantemente guarro a niveles jamás vistos en una película con un elenco tan cargado de estrellas como el de Proyecto 43. Para tener una idea de lo demente del humor, apenas pasado el tercer sketch, el espectador ya se habrá casi descompuesto de risa con chistes sobre incesto, sexo coprofágico y testículos anatómicamente desubicados, esto último a cargo de unos antológicos Hugh Jackman y Kate Winslet en el segmento que abre el film con toda la furia. Por supuesto, el nivel no siempre es el mismo, y no todos los gags funcionan del mismo modo, pero a grandes rasgos se puede decir que el efecto es como un bombardeo de chistes que puede provocar ataques serios de risa (basta señalar que en la función de avant premiere donde vimos el film, la proyección se cortó unos minutos por un problema técnico, que no impidió que el público siguiera riéndose como si estuviera influido por algún tipo de gas hilarante). El efecto se entiende cuando, ya sin problemas técnicos, la película amaga con terminar, la gente se prepara para levantarse de sus butacas, el film sigue con un increíble relato sobre un gato animado que tiene fantasías sexuales con su dueño. Lo mejor es la multiplicidad de talentos distintos dispuestos a mostrar todas las formas posibles de gags zarpados. Ver a Richard Gere como el dueño de una empresa que lanza la iBabe (una especie de muñeca inflable con reproductor de MP3) no tiene desperdicio, igual que a Uma Thurman haciendo de Luisa Lane mientras tratan de levantársela Batman y Robin a la vez, exponiéndose a la ira de un Superman acosador. Entre los directores se destaca Griffin Dunne armando una electrizante historia de amor entre el desquiciado cajero de un supermercado noctámbulo y su novia dark. Por su parte, Elizabeth Banks agrega un toque de guarrada feminista en un episodio que se burla de la eterna ignorancia masculina sobre temas femeninos. Volviendo a las estrellas, Halle Berry también sorprende como una chica dispuesta a todo con tal de divertirse en una de esas típicas citas a ciegas que no llevan a ninguna parte. Nunca se ha visto una madre tan cruel como la Naomi Watts que educa a su hijo en casa sin ahorrarle ninguna de las experiencas angustiantes del colegio secundario. Y a los dos duendes irlandeses ultraviolentos que encarna Gerard Butler no hay con qué darles. La excusa narrativa es tan o más elemental que el resto, pero funciona y no ocupa lugar en vano, ya que también arroja buenos gags. En síntesis, estamos ante una comedia de culto que lleva el humor de mal gusto al siguiente nivel, haciendo reír sin paz ni pausa.
Pryce y el 3D justifican secuela de G.I. Joe En la primera y olvidable "G I Joe", llamaba la atencion la presencia de un Jonathan Pryce interpretando a un presidente que no diferia mucho de su Peron de "Evita" de Alan Parker. Ahora, junto al contraataque del cuerpo de G I Joes, Pryce toma revancha de su insulso personaje del film del 2009 y se desdobla encarnando al mismo presidente del film anterior, ahora secuestrado por un doble malísimo dispuesto a todo. Dwayne Johnson toma el rol protagónico con su habitual entusiasmo, y no se puede dejar de mencionar a un sorprendente Bruce Willis en una de esas apariciones realmente extrañas que sus fans siempre agradecen. A diferencia del anterior, aquí sí los distintos personajes tienen matices y, sobre todo, cada tanto hay secuencias de acción en 3D endemoniadamente vertiginosas, filmadas por los encargados de la segunda unidad (sin duda mucho más creativos que el director Jon M Chu, que por momentos se cuelga en situaciones demasiado dialogadas, generalmente tan insensatas como la duración de 110 minutos). Los efectos 3D: son de lo mejor que se haya visto en cuanto a la estereoscopia digital aplicada a escenas de acción con algún sentido de realismo. Abriendo la segunda mitad del film, hay unos duelos ninjas y masacres alpinistas multicolores que justifican el precio de la entrada, igual que el maestro ninja que interpreta RZA, inigualable rapper y experto en kung fu.
Divierte pero sólo a amantes del terror Hacía tiempo qe no aparecían las típicas parodias de films de terror al estilo de la saga de "Una película de miedo", sobre todo teniendo en cuenta que el nuevo subgénero de "fantasmas filmados en video" realmente daba para la burla. Y de golpe aparecieron dos. Una llegó directo al DVD con el larguísimo título "30 noches de actividad paranormal con el diablo adentro de la chica con el dragón tatuado"; la otra es esta "¿Y dónde está el fantasma?", con la misma premisa argumental sacada de la saga de "Actividad paranormal"- de una pareja que se muda a una casa que pronto van a llenar de cámaras, si es posible apuntando siempre, y antes que nada, hacia la cama. El estilo de humor es aquí básicamente guarro, con sexo de ultratumba y todo tipo de meteorismos y chistes escatológicos sin fin, que en algunos casos, no por elementales y minimalistas, dejan de resultar bastante graciosos. Marlon Wayans, que tiene bastante experiencia en este tipo de productos gracias a su participación en la saga de "Scary Movie", no sólo es el protagonista sino también coguionista, pero de todos modos no siempre encuentra el timing adecuado para los gags, que como es típico de estas comedias, no funcionan todo el tiempo, pero cuando lo hacen, realmente hacen reír. Ademas de los chistes surgidos de la sátira a las "Actividad paranormal", también hay bastante de "Con el diablo adentro" y todos los films de exorcistas habidos y por haber. Entonces, adquiere un papel protagónico Cedric the Entertainer como un muy particular exorcista presidiario que utiliza, por decirlo suavemente, un contundente lenguaje blasfemo para acabar con una posesión demoníaca. La película está razonablemente filmada y actuada y, obviamente, funciona mejor si el espectador conoce los films en los que están basadas las parodias, si no, difícilmente arranque una sonrisa. Pero se supone que el público adolescente al que está destinada conoce los originales a la perfección y que, además, podrá divertirse sin problema con los chistes más asquerosos que abundan a lo largo de todo el film.
La prehistoria con mirada infantil Spielberg ya produjo dos versiones con actores de "Los Picapiedras" y ahora a través de su estudio Dreamworks produce una nueva historia de otra familia de cavernícolas más cercana al espíritu de los cartoons del siglo XXI. La historia está contada desde el punto de vista de la hija adolescente de la familia, que vive desde hace años sin vecinos y encerrada en una caverna, atemorizada por todo signo de algo nuevo o desconocido, que en ese contexto significa invariablemente un peligro inmediato. Pero la adolescente prehistórica está harta de vivir encerrada y de no conocer nada nuevo, y una noche, al ver el reflejo de una luz que ilumina la roca que tapa la entrada a la gruta, corre a conocerla. A quien conoce es a un simpático hombre con casi todas las características del homo sapiens, que domina el fuego y le advierte a ella y a su familia que la tierra está cambiando con terremotos y mares de lava, y que ya no estarán seguros en su caverna. Lo que sigue es una peregrinación a tierras más seguras, a lo que se suma el aprendizaje de las nuevas ideas que el recién llegado tiene para enseñarles. "Los croods" no es precisamente "La guerra del fuego", pero de un modo infantil intenta un divertido acercamiento a la vida prehistórica. El guión más bien endeble y minimalista no es el fuerte del film, que apuesta todo a lo visual, con una utilización realmente eficaz del 3D y un colorido que aprovecha al máximo las posibilidades de la animación digital. Lo más difícil para los guionistas debe haber sido adaptar la brutal idiosincrasia del hombre prehistórico al marco de un film de animación infantil, y se nota en algunas escenas que lucen ingenuas, incluso, para los espectadores mas chicos. En todo caso, el colorido, los efectos 3D y algunas escenas de cacería realmente vertiginosas equilibran el conjunto.
Soderbergh original y también algo retorcido Algo que diferencia a Steven Soderbergh de otros directores, no sólo es su enorme productividad (filma más de una película por año) sino también la diversidad de temas que abarca. Hace muy poco se estrenó entre nosotros un original film sobre strippers masculinos, la excelente "Magic Mike", y ya tenemos otro film del autor de "Sexo mentiras y video" en los cines argentinos. En este caso se trata de un thriller más bien extraño y retorcido, que empieza como un drama sobre los efectos no deseados de los medicamentos antidepresivos. Channing Tatum era un ejecutivo exitoso hasta que lo detuvieron por tráfico de influencias. Luego de cuatro años en la cárcel, sale en libertad, pero su joven esposa (Rooney Mara) que perdió todo cuando su marido fue a prisión, no puede salir de un estado depresivo que la lleva a un sorpresivo intento de suicidio estrellando su auto contra el muro de un estacionamiento. Jude Law es el psiquiatra que la atiende en un hospital de emergencias y luego la toma como paciente, recetándole distintas pastillas hasta que ella le propone una nueva marca de antidepresivo publicitada masivamente, que parece hacerle mucho mejor, salvo por los efectos a los que se refiere el título. El guión fragmentado no ayuda al buen ritmo de la película, que tampoco se decide hasta bien pasada la mitad en cuanto a género y tema a desarrollar. Antes de que se transforme en un trhiller, con el psiquiatra intentando que no lo culpen de mala praxis, sospechando que lo hicieron caer en algún tipo de trampa para concretar un fraude, el argumento describe de manera muy sagaz al mejor estilo del director- una sociedad empastillada, donde por lo bajo todo el mundo consume algún tipo de psicotrópico y hasta la mujer del médico se siente afortunada de que su marido le pueda hacer recetas a discreción. Pero, al final, el film es un thriller original, sin duda pero un poco raro- y si la película se sostiene como unidad es básicamente debido a la excelente dirección de Soderbergh y la solidez de todo el elenco, empezando por un brillante Jude Law. Una mención aparte merece la excelente banda sonora de Thomas Newman, que le da el clima adecuado a cada escena.
“Romeo y Julieta” en la moda zombie El título de esta película se podria haber traducido perfectamente como "Cuerpos tibios", pero lo cierto es que el impresentable nombre de estreno local, "Mi novio es un zombie" ayuda bastante, porque apriori el espectador no puede eperar mucho de una película que se llame asi, y que recuerda los más imposibles ejemplos del género de la década de 1980. Sin embargo, ésta no es una comedia descartable, ya que está bien dirigida por Jonathan Levine, el realizador de "50/50" y tiene buenas actuaciones, incluyendo un bienvenido papel de reparto a cargo del siempre talentoso John Malkovich. La historia de amor de una chica y un zombie en un universo propio de la saga de los muertos vivientes de George A. Romero es más bien improbable dado que las necesidades de estos resucitados suelen ser tan básicas como comer humanos y poco más. Sin embargo, Levine se las arregla para armar un relato razonable en este doble sinsentido y en principio sin escapar demasiado de las reglas del género, empezando por un primer encuentro entre los protagonistas donde el galán se come al acompañante de su futura enamorada. Hay momentos donde todo parece estar a punto de decaer en otra de esas versiones light de terror romántico-adolescente al estilo de los vampiros de la saga de "Crepúsculo", y la verdad es que un poco de eso se trata esta especie de reelaboración de "Romeo y Julieta" en plan zombie. Pero por suerte, el film es más que eso, con buenos guiños al género fantástico, elementos propios del terror y, sobre todo, los gags necesarios para que el producto funcione bien como comedia de terror teenager. Hay que destacar el soundtrack, y especialmente la actuación de Nicholas Hault que sale airoso del difícil desafío de componer un zombie que dé lugar a situaciones amorosas.
Entretenida apología del policía heroico "Los policías no inventamos las leyes, solo las tenemos que hacer cumplir. Somos la factura que no pagaste, el destino con una placa que te espera en cualquier lado. Y detrás de nuestra placa tenemos un corazón igual al tuyo. Nos reímos, amamos, y también podemos morir igual que vos". Este speech que aparece al principio de "End of watch" es la clave de una película distinta, ya que en un cine donde predominan los policías corruptos, ultraviolentos, o al menos no especialmente heroicos salvo que estén rodeados de colegas convertidos en delincuentes, David Ayers decidió hacer una apología del policía heroico inspirándose en el trabajo policial que vio en la práctica cuando investigaba para sus films y guiones anteriores (como "Los reyes de la calle" y "Dia de entrenamiento"). Así que en "En la mira" dos vigilantes que van en su patrullero al estilo de Sean Penn en "Colours" de Dennis Hopper, luego de ser absueltos de un presunto caso de gatillo fácil, responden todo tipo de llamadas, lo que en el peor sector del barrio mexicano de Los Angeles puede terminar casi siempre en situaciones violentas, o incluso peor que eso. Amigos desde la academia, los oficiales Taylor y Zavala (Michael Peña y Jake Gyllenhaal) van en su patrullero como amigos de colegio secundario, haciéndose chistes y a veces no tomando conciencia de los actos heroicos que pueden llegar a hacer, ni tampoco en las cosas demasiado pesadas para dos simples vigilantes en las que se pueden involucrar solo por tratar de hacer "una diferencia" en el día a día de su trabajo. La película abusa un poco del uso de cámaras para darle realismo a todo el asunto, ya que no solo están en los patrulleros, sino que Taylor tiene la mania de llevar una cámara detrás de la placa, lo que irrita especialmente a sus compañeros. Hay también una interesante descripción de los pandilleros, que por supuesto, también andan grabando sus fechorías con una cámara. Esto casi podría significar un abuso de estilo, pero Ayers filma muy bien, logra excelentes actuaciones y le da un ritmo endiablado a este muy buen film con momentos progresivamente más fuertes hasta llegar a niveles de violencia que impactan justamente por este estilo realista. Pero sobre todo, éste es un film sobre la amistad a toda prueba entre los dos policías. Desde luego que hay matices en el resto de la fuerza, pero en general son todos hombres buenísimos que arriesgan su vida todos los días. La película logra vender su mensaje por estar muy bien escrita, dirigida y actuada, pero al final el espectador podría sospechar que el realismo se pierde al no describir uno usando el patrullero para buscar la pizza.
Policial negro con convincente Statham Aunque es más conocido por dramas como Reto al destino, o Ray, Taylor Hackford en realidad puede moverse en todos los géneros, como el fantástico (en El abogado del diablo y Dolores Claiborne) y el policial, con la remake de Out of the past de Jacques Tourneur, Against all odds y la sangrienta descripción del submundo carcelario Sangre por sangre . En Parker, Hackford retoma la larga lista de adaptaciones de novelas negras de Richard Stark sobre un delincuente que siempre es dado por muerto por sus traicioneros cómplices y vuelve para cobrar su deuda, tal como lo hizo Lee Marvin en A quemarropa y Mel Gibson en Payback. Statham le da a Parker un tono levemente humanista justo desde la presentación de su personaje, un asaltante disfrazado de cura que roba un millón de dólares de la caja de la feria estatal de Ohio. Es un criminal con principios, por ejemplo el de no lastimar a nadie que no lo merezca y lastimar muchísimo a los que sí lo merecen, lo que a lo largo de la película pone en práctica muchas veces. Parker es una película policial con una primera media hora a toda tensión, y luego se toma un tiempo para describir otro tipo de personajes como el de Jennifer Lopez (en una brillante y sorprendente actuación) como una mujer quebrada y fracasada que haría cualquier cosa por cobrar una suculenta comisión de las mansiones de Palm Beach que se muestran y nunca se venden, y que se da euenta de que ese supuesto millonario texano no quiere comprar ninguna mansión sino ubicar una en especial donde vive un tipo tan sospechoso como él. Así la trama mezcla a una paracaidista en medio de un asunto de verdaderos mafiosos, lo que puede traer consecuencias imprevisibles. Hackford no se mide en cuestiones violentas, dándole a su película las explosiones sangrientas que debe tener toda adaptación de Stark. Toda la película parece un intento por volver al estilo de policiales duros que justamente solían protagonzar actores como Lee Marvin, y en su caracterización de Parker, Statham hace uno de los mejores papeles de su carrera de cine de superacción. El protagonista se maneja muy bien tanto en las escenas en que debe reventarle la cabeza a un asesino con la tapa de mármol del tanque del inodoro o cuando debe hablarle suavemente al guardia con ataque de pánico del lugar que está asaltando (una escena antológica). La película, con todos sus logros, no mantiene siempre el mismo ritmo y la tensión del principio, pero es algo para ver sí o sí si se es fan del policial negro. Y además, incluye un par de papeles secundarios a cargo de dos figuras gloriosas, Nick Nolte y Patti Lupone.
Cómo provocar miedo con inteligencia Hay trazos del terror japonés moderno, tipo "La llamada", en este excelente film de terror con espectros sueltos debido a una antigua injusticia. Desde el comienzo, hay un rigor formal impactante acompañado de gran imaginación estética y una historia con mucha originalidad. "Mamá empieza con un hombre de negocios enloquecido que, luego de un raid criminal, agarra a sus dos pequeñas hijas y las lleva en un loca carrera por una autopista helada. Cuando el auto choca, el hombre arrastra a sus hijitas a una cabaña abandonada en medio de un bosque y se dispone a matarlas, cuando una sombra cobra forma para impedírselo. Pasan cinco años y el hermano de aquel hombre de negocios desquiciado gasta una fortuna para que alguien encuentre a sus sobrinas. Finalmente, el hallazgo sucede: las nenas vivieron todo ese tiempo como salvajes en la cabaña abandonada, y ló-gicamente lucen y se comportan de manera muy agreste, especialmente la más chiquita. Que aprendan a vivir en sociedad puede ser complicado, pero ese no es el problema principal, sino el hecho de que la presencia que las cuidó en el bosque, la "mamá del título, aparentemente no piensa dejar de acompañarlas. "Mamá es más una película de climas y actuaciones que de efectos especiales, aunque el espectro está muy bien sugerido por momentos y luego, a medida que avanza el film, muy bien plasmado (aunque tal vez se lo ve más de lo que hace falta llegado el desenlace). EL director Andy Muschietti -argentino, antiguo colaborador de Alejandro Agresti- hace un gran trabajo con todo el elenco, empezando por Jessica Chastain (reciente candidata al Oscar por su trabajo como la heroína de "La noche más oscura") en el rol de la mujer del tío de las chicas salvajes, pero es sobre todo con las niñas que hace un trabajo sin precedentes, ya que en algunos momentos del film son ellas las encargadas de generar terror. En este sentido "Mamá tiene varias escenas realmente aterradorasque por, otro lado, no caen en los lugares comunes del género sino que intentan algo más difícil, como armar un buen relato fantástico para público pensante.