Anexo de crítica: La temática de las posesiones demoníacas ya no da para más: El Rito no cuenta nada digno de mención, no agrega ni la más mínima innovación al subgénero (para colmo, en mi opinión, El Exorcista además de insuperable es la mejor película de horror de todos los tiempos) y desperdicia a un Anthony Hopkins que cada día elige peor sus proyectos. Lo único rescatable es la dirección del sueco Mikael Håfström que sabe organizarse para narrar con cierto estilo y alcanzar algunos climas de tensión que no compensan las debilidades de un guión que recae nuevamente en el viejo cliché del religioso con problemas de fe. En su búsqueda de realismo el filme se queda en un inoperante término medio que sólo enfatiza su mediocridad...
Anexo de crítica: Los hermanos Coen vienen coqueteando con el western prácticamente desde los comienzos de su carrera pero Temple de Acero puede ser considerado como su primer relato del Oeste hecho y derecho. La ya extensa filmografía de este dúo creativo les ha servido de invalorable experiencia para diseñar a la perfección la historia simple, cruda y directa (a diferencia de títulos más herméticos como Barton Fink, Un hombre serio o el discutido final de Sin lugar para los débiles) de la que hace gala esta nueva adaptación de la novela de Charles Portis. Minimalista argumentalmente, muy precisa en su narrativa y con unos diálogos sensacionales que denotan tanto trabajo de escritura como elaboración interpretativa, esta Temple de Acero atrapa con su fluidez y deslumbra con la categoría de sus actores. El subvalorado Jeff Bridges sigue entregando actuaciones de antología: por su rol del Marshall Rooster Cogburn merecería nuevamente un premio Oscar. Matt Damon sorprende con un registro bastante alejado de lo que suele hacer y la adolescente Hailee Steinfeld exhibe una personalidad arrolladora logrando darle credibilidad a un personaje que con sólo 14 años de edad se enfrenta a los hombres con la inteligencia y el aplomo para ganarse el respeto de todos. Un debut cinematográfico de alto impacto...
Anexo de crítica: El conflicto planteado en esta biografía parcial sobre Jorge VII no deja de ser anecdótico pero no obstante ello hay aquí mucha más originalidad, frescura y sentido del humor que en otros filmes sobre la monarquía inglesa. Nada realmente memorable pero con el proverbial buen gusto de los británicos para las películas de época y con esa escuela interpretativa de la que Colin Firth es un alumno recibido con honores. La química entre Firth y Geoffrey Rush es la clave de un relato que apunta sus dardos a la autosuperación del personaje en detrimento de cualquier análisis político contextual que también podría haber sido de sumo interés. Modesta en sus pretensiones la obra de Tom Hooper cumple sobriamente con lo que se propone. Los premios obtenidos, las 12 nominaciones al Oscar y la eterna disputa entre defensores y detractores sobre la calidad intrínseca que posee, le han dado una trascendencia a todas luces desmedida...
Anexo de crítica: La casa muda arranca con sugestión y buen uso del fuera de campo pero al rato queda en evidencia que detrás del artificio no existe un guión coherente que lo sustente. La historia resulta muy poco creíble a partir de un giro argumental que sucede en el segundo acto y desde ese momento todo parece caprichoso e inverosímil. Lo único rescatable es el look del producto que tanto le debe a falsos documentales de terror como El Proyecto Blair Witch. Esta vez el ingenio se quedó corto…
Anexo de crítica: Edward Zwick era un director de películas chiquitas, queribles e intimistas como ¿Te acuerdas de anoche? (1986) o la muy galardonada serie thirtysomething… (1987/1990) hasta que se volcó a los espectáculos épicos (o al menos grandilocuentes) a partir de Tiempos de Gloria (1989). Tras una carrera irregular como pocas vuelve al género que mejor le sienta con esta comedia romántica que no rehuye ni del melodrama ni de los lugares comunes. Pese a esto último hay en esta película suficientes motivos como para no quejarse al terminar la proyección: buen timing cómico, dinamismo en el desarrollo de las secuencias, personajes correctamente diseñados y una velocidad en los diálogos que hoy día ya no se encuentra fácilmente. Los actores le hacen justicia a cada uno de los personajes y la parejita formada por Jake Gyllenhaal y Anne Hathaway –que vienen trabajando juntos desde la época de Secreto en la montaña- se siente auténtica y totalmente creíble debido al conocimiento que tienen uno del otro. Tanto en sus revelaciones emocionales como en las muchas escenas de sexo hay verdad en esa relación que, fiel al manual de la comedia romántica clásica, tiene más vueltas que un caracol…
Anexo de crítica: Típico pasatiempo de verano con bellos escenarios, lindos actores y una historia tan ligera como tonta. Por momentos se parece a uno de esos divertidos filmes con Robert Redford en los cuales el eterno galán rubio es el más inteligente, sagaz y cool de los personajes mientras que sus antagonistas pecan de bobos, torpes e incompetentes. El esquema remite un poco al modelo implementado por Hitchcock en tantas películas pero el tono intenta recrear -sin lograrlo- títulos de gran elegancia y sofisticación como Charada, de Stanley Donen. Las no muy creíbles vueltas de tuercas que provee el guión en el último acto terminan debilitando cada vez más a este thriller con toques de humor (gentileza de ese todoterreno que es Johnny Depp, siempre un prodigio de expresividad) y romance (con una ocasionalmente glacial pero también muy apropiada Angelina Jolie en su ambivalente rol de femme fatal y heroína). Que el clímax aluda tan directamente al recordado –y nunca superado en su estilo- filme con el que el escritor Christopher McQuarrie se llevó un Oscar en 1996 no habla muy bien que digamos ni del autor ni de su co-guionista y director Florian Henckel von Donnersmarck. Claro que para ese entonces se pasó más una hora y media moderadamente entretenida en la que todos los involucrados (el elenco, el DF John Seale, el soberbio compositor James Newton Howard y el montajista Joe Hutshing) saben lo que deben hacer para que el espectador no la pase mal con un discreto batido de escenas de suspenso, acción y tiernas miraditas cruzadas entre dos actores que sin duda están para mucho más…
Anexo de crítica: Cada tanto la inmortal novela de Jonathan Swift vuelve a ser llevada al cine o la televisión para las nuevas generaciones con resultados por demás dispares. Esta versión libre que acaba de estrenar la 20th Century Fox debe ser la peor de la historia por lejos. Nada funciona en esta comedia si de ingenio, ideas y buen gusto hablamos. No es divertida, no entretiene en lo más mínimo y ni siquiera está bien filmada. Da mucha pena ver a los actores debatirse a capa y espada con parlamentos de una pobreza franciscana y perder irremediablemente una y otra vez. Si a eso le añadimos un doblaje al español realizado en México con una cantidad exorbitante de modismos lingüísticos de ese país, la catástrofe queda sellada a fuego y no la salva ni el histrionismo ya cansador del aquí también productor ejecutivo Jack Black. Un bodrio por donde se lo mire...
Anexo de crítica: Qué largo ha sido tu camino y cuán incierto tu destino, Steve Antin!!! De aquella imagen de galancito en los comienzos de la década del 80 (¿recuerdan al chico que embarazaba a Diane Franklin en El último americano vírgen?) al curtido y ya maduro director de este paupérrimo musical intitulado Noches de encanto, parece haber transcurrido no sólo una vida sino también varias reencarnaciones. La película podría haber sido original y fresca… de haberse rodado en 1932. La historia está construida en base a clichés de lo más vulgares para lucimiento de su estrella Christina Aguilera que se prodiga en escena a puro alarido. La rubia –casi irreconocible después de tantas operaciones estéticas aunque en este rubro la campeona indiscutible es Cher- grita mucho, canta poco y no deja de aparecer un segundo en pantalla. A Cher le dedicaron un solo número musical al comienzo y luego interpreta magistralmente "You Haven't Seen The Last Of Me", la mejor canción de la banda de sonido (letra obvia, buena música). Las coreografías y las canciones dejan bastante que desear y Antin demuestra que pese a su veteranía todavía le queda mucho por aprender. Los talentosos Kristen Bell y Alan Cumming fueron relegados en el montaje quedando reducidos a figuritas decorativas que entran y salen de escena de acuerdo a los caprichos de un guión que es lisa y llanamente una vergüenza…
Anexo de crítica: La ampulosidad fílmica de Tony Scott se pone de manifiesto una vez más con este thriller de acción dinámico, efectivo y tan vacío como la cabina de ese tren fuera de control que intentan parar los protagonistas. Un triunfo de narrativa y puesta en escena para una película encarada como un ejercicio estilístico en la que los actores apenas si son títeres funcionales para ese gran esteta del cine que es el realizador de Top Gun / Reto a la gloria y Escape salvaje...
Anexo de crítica: El cuento clásico de los hermanos Grimm fue diestramente llevado a la pantalla grande por los estudios Disney haciendo hincapié en varios aspectos: la espectacularidad del 3D, los números musicales (algo excesivos, podrían haberse utilizado menos canciones), el buen humor y los impecables personajes diseñados para regocijo de un público multi-target fiel y adicto a este tipo de propuestas animadas. Colorida, vital y efervescente, a Enredados no le falta nada. Otro pleno de John Lasseter, el Rey Midas del dibujo animado de calidad…