La nueva película del director Sebastián Borensztein -"Un cuento chino"-, protagonizada por Ricardo Darin -en un papel diferente a los realizados anteriormente- y Oscar Martinez, se enmarca dentro de un thriller que va tomando forma de westerm, al estilo de los films de Clint Eastwood, con su personaje duro que busca redención. Ambientado durante la dictadura militar de 1976, Kóblic se centra en un piloto de la fuerza aérea Argentina -interpretado por Ricardo Darin en un papel completamente diferente a los realizados en otras producciones e internamente movilizador para el actor- que participa de los siniestros vuelos de la muerte -metodología que utilizaban las fuerzas para hacer desaparecer militantes sociales y estudiantiles arrojándolos con vida desde aviones al Río de la Plata-, pero que se cuestiona moralmente su trabajo y decide huir de sus responsabilidades refugiándose en un pueblo alejado y algo inhóspito, pero cuya estadía cambiara la vida de sus habitantes. Si bien la historia se desarrolla en ese contexto histórico tan particular de la Argentina, dando lugar a las lecturas políticas y sirviendo de denuncia, el relato comienza como un thiller centrado en la llegada de este tranquilo y solitario forastero a un pueblo perdido, especie de tipo duro que busca redimirse de su pasado, pero que tomará forma de western cuando se mezclen sus intereses con los de un corrupto e inescrupuloso comisario que mantiene oscuros contacto con los militares -interpretado por un correcto Oscar Martínez que vuelve a ponerse el disfraz de un arquetípico personaje del género- En ese punto, Borensztein juega con los tópicos del genero, donde el tranquilo personaje se ve obligado a desatar nuevamente la violencia e imponer un orden que el lugar había perdido ante el corrupto personaje, al mismo tiempo que el arrepentido logra redimirse -aunque no justificarse- en un final con una vuelta de tuerca ingeniosa. Kóblic, acierta en los clímax logrados en varios tramos del relato gracias a la fotografía, puesta en escena y la gran interpretación de Darin, sobre todo en los momentos de introspección de su personaje, pero el resto de los personajes y elementos son abordados muy básicamente y terminan funcionando como clishés del genero que hacen a la funcionalidad del relato. Es el final, con su vuelta de tuerca que funciona tanto como alegato de aquellas practicas siniestras así como redentor del personaje en cuestión, que guardara en algún punto a Kóblic en la memoria del espectador.
iguiendo la línea de aquellos films basados en historias o hechos reales, generalmente dramas, cuyo objetivo final pareciera ser siempre dejar algún mensaje inspirador, de reflexión o fabula, "Volando alto" sigue las reglas, pero imprimiéndole emotividad y ese toque de humor ingles que la aleja del drama y la vuelve disfrutable. Basado en la historia de Eddie Edwards -conocido como "Eddie el Águila"-, el primer competidor británico en salto de esquí, cuyas capacidades físicas no cuadraban con sus aspiraciones que lucho por cumplir su sueño de la infancia y entrar en los Juegos Olímpicos de invierno de Calgary en 1988, convirtiéndose en el primer deportista británico que compitió en salto de esquí y que ganó los corazones del público por la perseverancia demostrada ante sus numerosos fracasos Volando alto es un clásico relato sobre un hombre que, teniendo todos los pronósticos en contra, lucha para alcanzar el éxito. Con todos los clichés, tanto en situaciones como en diálogos y características de sus personajes -El padre incomprensible, la mamá cómplice, los constantes rechazos incluyendo el del entrenador que eventualmente acepta ayudarle, entrenamientos al ritmo de la música y el momento de gloria-, que recuerdan a películas como Mi Gran Oportunidad -One Chance-, basada en la biografía de Paul Potts -interpretado por el comediante inglés James Corden-, un ignoto vendedor de celulares que en 2007 ganó la primera edición del concurso de aficionados “Britain's got talent”. El carisma de Taron Egerton -Kingsman: Servicio secreto- en el papel de Eddie cuya ingenuidad pareciera verdadera, sumado a la buena química con Hugh jackman -personaje que en vida real nunca existió- generan empatía y vuelven entretenida esta especie de fábula deportiva sobre alguien que nunca llegó a ser un atleta destacado pero demostró que el trabajo duro y perseverancia, incluso en ausencia de la riqueza, puede producir grandeza. Con toques de humor ingles, burlándose de la burocracia inglesa -aquí los villanos son el comité del equipo olímpico-, algunas vertiginosas escenas en la nieve y una banda sonora que le da fluidez a la película, Volando alto es un poco memorable pero entretenido y emotivo biopic.
Con un planteamiento estético que toma huellas de los productos Nolan y coherente con los estándares del mundo DC Comic, ¨Batman v Superman¨ entretiene y atrapa a fanáticos y publico general, expandiendo el universo de DC Comics en la pantalla grande y funcionando como la piedra fundacional de la que será ¨La Liga de la Justicia¨. Casi dos años después de la Batalla de Metrópolis, Zack Snyder -El hombre de acero- es el encargado de dirigir el enfrentamiento entre los dos superhéroes más famosos de DC Cómics, con huellas heredadas del estilo C. Nolan -productor del film-, pero más alejado del hiperrealismo y mucho más cercano al cómic. La película sabe jugar bien con las diferencias estéticas y de personalidad entre ambos superhéroes y a base de elipsis, montajes paralelos, flashbacks y algunas escenas oníricas -al estilo Nolan pero filmadas con la obsesión Snyder por los primeros planos y encuadres borrosos- que funcionan como premoniciones, Batman v Superman se dedica en sus dos horas iniciales casi en exclusiva a resumir el origen de ambos e hilar el conflicto entre los dos superhéroes que se perciben el uno al otro como amenazas para la seguridad de la población. Un mundo con dos héroes diferentes y enfrentados en el que Batman no considera a Superman ni siquiera humano y cree que tiene demasiado poder como para gestionarlo por sí mismo sin caer en el endiosamiento, y con un Superman que ve en Batman a un justiciero callejero al margen de la ley al que viene investigando y esta dispuesto a denunciarlo. Un hombre murciélago más bruto y vengativo, bebedor, mujeriego y amargado acompañado siempre por el fiel Alfred -Jeremy Irons-, más cercano al de los cómics y construido mediante un doble trauma: el más clásico, por la muerte de los padres cuando él era apenas un niño y el generado por el ataque de Kripton a Metrópolis, que también sirve para hacer alusión al 11S con una espectacular escena que reproduce el lugar en el que se libró la batalla contra los alienígenas como una suerte de caída de las torres gemelas. Y a pocos kilómetros de Ciudad Gótica, el superhéroe extraterrestre que paso de pescador a Mesías del mundo con sus apariciones casi redentoras y que ahora debe lidiar con la paulatina pérdida de fe en la Humanidad. Mientras que la opinión pública debate sobre el interrogante de cuál es realmente el héroe que necesitan, el Hombre de Acero y Batman se enfrentaran entre sí hasta una nueva y peligrosa amenaza con poderes superlativos, producto del multimillonario Lex Luthor -personaje que pugna por seguir los pasos del Joker e interpretado aquí por un exagerado y demasiado histriónico Jesse Eisenberg- que pone en serio peligro al mundo y puede causar su destrucción total. Si bien la mayor parte del film se dedica al choque de Batman y Superman, como prometía el título, resulta apresurado y casi gracioso la forma en que Batman decide finalmente ayudar a Superman -sin spoiler solo diré que una confusión de nombres le salva la vida a uno de los superhéroes- para combatir la verdadera amenaza a la humanidad. No faltan las mujeres rescatadas, amores imposibles y relaciones entre los personajes que avanzan a un ritmo inexplicablemente rápido -propio de los films de superhéroes-, con algunas peleas cuerpo a cuerpo muy bien logradas al igual que otras propias para el 3D donde los efectos especiales cobran todo el protagonismo, pero a diferencia del universo Marvel aquí brilla por su ausencia los momentos de humor y chistes autorreferentes -salvo en una o dos tomas-, imprimiéndole mas tensión dramática a lo largo del relato. Batman v Superman no tarda en introducir otros personajes con los que volveremos a encontrarnos en futuras entregas del universo expandido de DC Cómics, como Wonder Woman -aperitivo de lo que ya veremos en la película de Gal Gadot en solitario este año-, Aquaman -Jason Momoa-, The Flash -Ezra Miller-, Cyborg -Ray Fisher- y otros que serán difíciles de reconocer para los no iniciados en los cómics como a Callan Mulvey -KGBeast-, pero que funcionan principalmente para la presentación de la Liga de la Justicia, título que vendrá por cierto dividido en dos partes previstas para 2017 y 2019. Batman v Superman: El origen de la justicia tiene suficiente entidad individual como para entretener al publico en general y satisfacer al público del cómics, complementada por una gran banda sonora a cargo Hans Zimmer que personaliza magistralmente los temas y sus variaciones en función de cada personaje.Pero tal vez la apresurada exposición de elementos que la llevan a su objetivo final, La liga de la justicia, termine jugándole en contra y condenándola en poco tiempo al olvido.
La tercera parte de la saga suma un fuerte componente temático, como es la búsqueda de identidad por parte de Po, del oso protagonista, y continúa con el tono de comedia de aventuras de sus predecesoras. Po, el perezoso y glotón oso panda de buen corazón que llego a convertirse en un ágil y energético "Guerrero Dragón", se ve sorprendido cuando su padre biológico reaparece y Kai -un nuevo y colosal villano sobrenatural- amenaza la estabilidad de China robándole a los guerreros más poderosos el Chi, denominada así a la fuerza vital que da equilibrio y fortaleza a quien lo domina.Así es como Po, junto a sus padre biológico y el adoptivo, emprende un viaje a la remota y secreta aldea donde viven los pandas que servirá para reencontrarse con su propia raza, profundizar en sus orígenes e identidad y descubrir el verdadero Chi, que le permitirá enfrentarse y vencer junto a sus amigos al malvado villano Kai.Manteniendo el humor, misticismo y el marcado tono asiático en personajes y ambientes como elemento fundamental, Kung Fu Panda 3 suma atractivas secuencias de acción bebidas del anime y los videojuegos, recursos narrativos como la pantalla dividida y la alternación de la animación actual con los dibujos tradicionales imprimiéndole un ritmo ágil y dinámico al relato.Un oso que nunca pierde su capacidad de asombro, revelando a través de su expresivo rostro y lenguaje corporal, la sensibilidad, inocencia y nobleza propias del héroe con el que el público pequeño logra identificarse rápidamente.No faltan los gags parodiando los clichés y modos de las películas de artes marciales, siempre sin perder el norte infantil, y moralejas obvias y necesarias como la importancia de la familia, creer en uno mismo y nunca darse por vencido.Más allá de las luchas y secuencias de acción lo que más destaca deKung Fu Panda 3 es la lucha personal de Po buscando quién es él realmente, y como logra forjar su identidad motivando al público infantil a descubrir lo mejor de uno mismo. Si bien es cierto que el doblaje en inglés cuenta con estrellas de talla mundial, el doblaje al castellano no decepciona, y en cuanto al uso del 3D, no se justifica mucho más que en escenas del comienzo.
Basada en una historia real de un barco petrolero que se partió en dos producto de una tormenta, "Horas contadas" propone imponentes escenas en alta mar y una historia de amor en puerto. Basada en una historia real, sobre el que hasta ahora es considerado el rescate más grande de la historia de la guardia costera de EE.UU,Horas contadas se centra en la misión de rescate de los náufragos del SS Pendleton, un barco petrolero que en 1952 se partió en dos producto de una tormenta en la costa oeste de Estados Unidos, y los cuatro miembros de la Guardia Costera que emprendieron el rescate en un pequeño bote salvavidas enfrentándose al temporal y las gélidas temperaturas.Si bien el film surge a partir de los hechos narrados en la novela de 2009 del mismo nombre escrita por Casey Sherman y Michael J. Tougias, Horas contadas no prioriza las descarnadas y terribles momentos que pudieran haber padecido dichos náufragos, sino que resulta más un relato clásico sobre proezas náuticas que deviene en drama romántico con mensaje de heroísmo, templanza y esperanza.Horas contadas no tiene momentos de intriga ni suspenso para un público que devela fácilmente las acciones mucho antes que acontezcan, y su mayor problema radica en que continuamente desafía todas las reglas de navegación básicas volviendo inverosímil el relato.Sin embargo, el muy bien aprovechado recurso del 3D junto a los buenos efectos especiales y sonoros en los momentos cruciales contribuyen a la tensión visual en las secuencias de alta mar, guardando el drama románico cada vez que la acción regresa a tierra firme, donde la prometida de Bernie -Holliday Grainger-, los otros oficiales de la guardia costera y el resto del pueblo esperan impacientemente.No hay lugar para el desarrollo de los personajes, basta entender que Webber -interpretado por un efectivo Chris Pine- tiene un pasado que lo persigue y solo resolverá saliendo a alta mar, y que el faro que ilumina esta historia es la del amor entre dos personas con firmes convicciones y fé.Vale destacar un segundo héroe, el ingeniero -interpretado por Casey Affleck con tintes de héroe incomprendido y solitario- que se las arregló para darle al petrolero que se está hundiendo más tiempo de vida en alta mar, manteniendo la atención y dotando al relato de carácter de hazaña. Horas contadas funciona más como la historia de una hazaña de proporciones épicas con una historia de amor de fondo que como cine catástrofe, pero se retira de la memoria tan pronto como aparecen los títulos de crédito rememorando con fotos a los verdaderos valientes.
La coproducción Española - Argentina suma un gran elenco a una trama ya abordada magistralmente por grandes producciones, pero igualmente logra entretener y se lucen las actuaciones. Me pareció interesante y divertido comenzar este comentario con tres sinopsis, muy concretas y contundentes, de tres películas que dejaron sus huellas muy marcadas en el género, y que tal vez sinteticen y representen fielmente lo que vi en Cien años de perdón y cuánto se distanció de las expectativas que previamente me generó.El plan perfecto -Inside man, 2006-, dirigida por Spike Lee, en la que un grupo de encapuchados entran a un banco, desactivan las cámaras de seguridad y toman muchos rehenes manteniendo a los policías desorientados en todo momento, pero todo se complica cuando entra en escena una mujer contratada por el poderoso director del banco, quien guarda en su caja de seguridad un oscuro secreto.El gran golpe -The bank job, 2008-, basada en hechos reales, en la que un grupo de ladrones roba una sucursal del Lloyd’s Bank en Londres en 1971 llevándose, además de dinero y joyas, documentos privados sobre un caso de corrupción que involucra a altos funcionarios del gobierno y a un miembro de la familia real.Atracción peligrosa -The Town,2010-, dirigida y protagonizada porBen Affleck, en la que un grupo de ladrones que atracan bancos, cuyo principal integrante decide dejar de dedicarse a ello después de un "ultimo robo", se valen de unos planes perfectamente elaborados y cronometrados para llevar a cabo el ultimo robo y evitar se atrapados por los policías. Pero todo se complica cuando uno de los miembros del grupo rompe una de las reglas y se lleva una rehén con la que se involucra emocionalmente.Ahora bien, Cien años de perdóntoma muchos -o casi todos- los elementos, clichés y rasgos característicos del género, y éstos grandes films en particular, para combinarlos con un reparto de primera línea que se mueve con soltura -a excepción del personaje que encarna Joaquín Furriel que funciona como contrapunto cómico y no logra ser verosímil, por lo menos en nuestros pagos-, una prolija puesta en escena y correcta dirección.Pero el film pareciera haber sido creado bajo la imperiosa necesidad de exponer una crítica político-social de actualidad para España, y por que no también la nuestra, que se queda en la superficie, no logra el compromiso del espectador y sólo funciona a efectos de la trama.Lo que prometía ser una historia interesante, de haber sido desarrollada posterior al robo mismo, no surte efectos y sólo queda la moraleja básica del Robin Hood -que ni siquiera es español-, donde buenos y malos invierten roles entreteniendo con buen ritmo de comienzo a fin.
Firme candidata a llevarse el premio a mejor película extranjera en la próxima entrega de los premios Oscar, esta opera prima del director húngaro nos adentra nuevamente en los horrores del Holocausto, pero con una propuesta formal diferente. Con una cosecha de premios importante -Gran Premio del Jurado y Premio FIPRESCI en Cannes, Mejor película de habla no inglesa en los Globos de Oro, Independent Spirit Awards y Critics Choice Awards, entre otros y nominada a mejor película extranjera en la próxima entrega de los Oscar que se entregaran el próximo domingo-,El hijo de Saúl ubica al espectador casi como testigo participe de un hombre que pone el infierno del holocausto ante nuestros ojos viviendo a la vez la cotidianeidad de una realidad atroz que parece una pesadilla.El actor Géza Röhrig, también debutante, encarna a Saúl Ausländer, un prisionero judío de los “sonderkommando” -aquellos presos que colaboraban en todo el proceso del exterminio en las cámaras de gas y crematorios a cambio de unos meses más de vida- que decide aferrarse al cadáver de un niño al que convierte en su hijo y se propone hacer lo imposible para que un rabino le dé sepultura adecuada. Una misión en medio del horror donde la esperanza fue una obligación para seguir adelante ante el nazismo y su máquina de la muerte.Utilizando un formato de pantalla 1.33:1 -con la imagen cuadrada-, limitando así el área de imagen que el espectador está habituado a ver, el director László Nemes recurre a la cámara en mano y la ubica casi siempre detrás del protagonista siguiéndolo en largos planos secuencias, con una limitadísima profundidad de campo, planos cerrados y primeros planos, que mantienen su entorno fuera de foco consiguiendo una continua sensación de agobio y claustrofobia que nos hace testigos de todo lo que acontece a su alrededor. Con una fotografía oscura que acentúa el horror y una banda sonora hiperrealista en el que cada golpe, grito, disparo y otros sonidos inquietantes fuera de cuadro dejan claro que lo que no vemos e imaginamos es peor de lo que podrían llegar a mostrarnos.Así, la cámara sigue la odisea emocional de ésta víctima y verdugo totalmente insensibilizado por su macabro trabajo pero que busca su redención, al mismo tiempo que transmite el horror individual y colectivo que supusieron los campos, en un relato marcado por su certero retrato de una vivencia inhumana. A diferencia de otros filmes históricos sobre el genocidio judío, como La lista de Schindler -1993- oEl pianista -2002-, El hijo de Saúlnos conecta más con los hermanosDardenne en cuanto a lo formal, y replantea todas las cuestiones importantes respecto a la representación del Holocausto involucrando al espectador no solo mentalmente, sino casi físicamente, en el martirio físico y mental de habitar el mismísimo infierno.Lo formal sorprende más que lo que cuenta, y si bien las terribles acciones no se muestran sino que se sugieren, la atmosfera asfixiante y crudeza de lo que se ve torna a El hijo de Saúl en una película incómoda de ver.
Tras la ingeniosa "Intensa-mente" y el traspié de "Un Gran Dinosaurio", Disney vuelve al ruedo con otra genialidad en la que mucho tienen que ver sus directores Richard Moore -"Los Simpson", "Futurama", "Ralph el demoledor"- y Byron Howard -"Bolt", "Enredados"-, así como el aporte de Pixar que además del perfeccionismo en la animación busca poner siempre el acento en la expresividad de los personajes. Disney retoma una de las principales características de su cine, confiriendo a los animales sueños, miedos, fracasos y éxitos, y los eleva a un plano aun mayor ubicándolos en una moderna metrópolis al estilo de New York donde conviven todas las especies de animales, tanto depredadores como presas, en perfecta armonía, dotando de conductas y una condición humana a un mundo donde sólo habitan los animales. Así es como Judy, una conejita que a pesar de los mandatos familiares y prejuicios sociales, sigue su sueño de ser policía e incorporarse a la fuerza en la gran ciudad, donde los animales de todas las especies –a excepción de las aves y reptiles que no figuran en la historia- conviven armoniosamente desde hace muchos años. Pero cuando llega a Zootopia descubre que perseguir su sueño y demostrar quién es no será nada fácil. No tardara en involucrarse en un complicado caso policial e incorporar como compañero nada menos que al archienemigo de los conejos, un zorro charlatán y estafador. Zootopia combina el ingenio y ocurrencia en cuanto a los detalles de animación -Los autobuses tienen puertas y asientos de todos los tamaños tanto para jirafas como para ratones, las computadoras y celulares con el logo de una zanahoria, los diferentes paisajes y lugares emblemáticos de new york parodiados en la gran urbe, entre otros-, con personajes queribles y una trama que propone aventura, acción, humor, giros hacia el thriller y el policial muy bien resueltos; con diálogos sin desperdicio, burlándose de las parejas en las comedias policiales; homenajes a Vito Corleone de El Padrino; guiños claros a Breaking Bad; referencias a viejas y nuevas películas del estudio e, incluso, una sátira amable a la cultura pop y sociedad norteamericana -encarnada en el personaje de Gazelle, a la que pone voz la cantante Shakira.-. Todo esto adobado con los infaltables mensajes sobre perseverancia, amistad, tolerancia y respeto característicos de Disney.Todos y cada uno de los animales y situaciones que aparecen enZootopia funcionan a la perfección, desde la entrañable y pertinaz conejita, pasando por el zorro estafador, la vice alcaldesa oveja, los lobos contagiándose aullidos como bostezos, el club nudista para animales, la oficina de tráfico cuyos funcionarios son osos perezosos y algunos personajes marginales, entre otros, y sirven para desmontar algunos estereotipos sobre ciertas especies animales y exponer una reflexión sobre la condición humana de la sociedad actual. Un alegato contra los prejuicios y la discriminación basada en criterios de raza, sexo y condición social.Zootopia fluye de principio a fin con buen ritmo, mezclando hábilmente los géneros y entreteniendo por igual a todas las edades, con la moraleja para adolescentes y un final sin príncipes redentores y lecturas interesantes para los adultos
El film, basado en la historia real de un medico ejemplar que debe luchar contra el sistema y los enormes intereses económicos, sociales y políticos para dar a conocer la verdad sobre las devastadoras consecuencias de las lesiones cerebrales crónicas entre los jugadores de fútbol americano, parece haber sido pensado para darle a Will Smith un lugar en los Oscar. Will Smith interpreta al medico de origen nigeriano Bennet Omalu, a quien le corresponde practicar la autopsia del mítico Mike Webster, un ex jugador e ídolo de futbol americano que muere repentinamente y en condiciones extrañas, y ante lo que todos argumentan fue consecuencia de la locura.Bennet comienza una serie de investigaciones y descubre una verdad oculta y sumamente polémica, que la causa de la muerte de Webster y de algunos otros ex jugadores es un síndrome -CTE por sus siglas en inglés- de post conmoción cerebral generado por el exceso de golpes muy fuertes en la cabeza en jugadores de fútbol americano.Cuando consigue publicar su investigación en una revista científica se convertirá en el enemigo número 1 de la NFL -Liga Nacional de Fútbol de Estados Unidos-. Si bien el centro de la historia pasa por el descubrimiento del Doctor y su lucha para hacer pública la información, el relato se detiene en varios momentos en el drama familiar de este inmigrante y su esposa que permanentemente trata de reivindicar el "American Way of Life", dejando de lado la escandalosa temática y decayendo el ritmo de un film que se vuelve aburrido y demasiado localista. Will Smith hace un gran trabajo encarnando a este brillante medico inmigrante que idealiza permanentemente la grandeza Americana y que por momentos exagera demasiado sus atributos -honrado, buen ciudadano, solidario, íntegro, trabajador, amable, desinteresado, noble, etc-, consiguiendo el efecto contrario en el espectador que termina empatizando mas con los ex-jugadores que sufren las consecuencias y no encuentran explicación a sus actos.La verdad oculta es un film que denuncia y expone una fuerte critica a un drama real que aun existe, pero nunca llega a apasionar ni llegar profundamente al espectador, funcionando mas como alegato y plataforma para el camino de Will Smith tras la codiciada estatuilla del Oscar.
El anti-héroe de Marvel debuta en la pantalla grande con mucha acción, algunas secuencias gore y burlándose con sarcasmo e ironía de diferentes personajes de comics, sobre todo con múltiples referencias a Lobezno, Cable y X-Men, entre otros. Deadpool llega a gran pantalla basado en el anti-héroe de Marvel creado por el artista Rob Liefeld y el escritor Fabian Nicieza, que tuvo su primera aparición en 1991 en las páginas de The New Mutants #98, y cuenta con la dirección del debutante Tim Miller, encargado de los efectos especiales de otra adaptación de un cómic: Scott Pilgrim contra el mundo.Valiéndose de flashbacks al comienzo para explicar el origen deDeadpool y lo que ocasiono que el antihéroe se embarque en la cacería de su detractor y salvador al mismo tiempo, e imprimiéndole un ritmo frenético al relato, Millerdosifica muy bien los momentos de humor, acción, drama y hasta deja lugar para algunas escenas gore, a la hora de la lucha cuerpo a cuerpo y disparos acertados.Ryan Reynolds interpreta a este exmilitar devenido en mercenario de poca monta, que vive satisfecho con su novia Vanessa -Morena Baccarin- hasta que llega la terrible noticia de que está gravemente enfermo de cáncer. Con los días contados decide someterse a un experimento en el cual es inoculado con ADN de Lobezno, adquiriendo su factor curativo y volviéndose indestructible, pero también estéticamente un monstruo y acentuando su oscuro y retorcido sentido del humor. Así es como este personaje poco ortodoxo llamado Wade Wilson, como una burla relacionada a Slade Wilson -nombre real de Deathstroke, un mercenario de los comics DC-, se convertirá enDeadpool, mitad villano mitad héroe, verborragico y arrogante, que no se toma nada en serio y sin leyes ni principios, para buscar al hombre que lo curo y al mismo tiempo destruyo su vida.Gran actuación de Ryan Reynoldsque logra absorber este personaje irreverente, insensible pero vulnerable y fundamentalmente irónico y burlón, que durante el relato rompe la 4ta pared con el espectador haciéndolo partícipe de la acción y múltiples guiños, burlas y referencias sobre el mundo de los superhéroes, incluso chistes sobre Star Wars y un cameo significativo del gran Stan Lee.A pesar de la historia de manual y el típico drama de los antihéroes,Miller sabe plasmar la acción, violencia y humor para hacer deDeadpool una atractiva e hilarante película de antihéroes, autoconsciente de la irreverencia con que parodia y provoca a los films del género y que logra ser la primera película de Marvel en burlarse de la marca.Deadpool entretiene desde los créditos del comienzo, y como era de esperar también exige quedarse hasta el final para ver la yapa.