Basado en la tragedia real del ballenero Essex, que inspiró la más famosa de las novelas de Melville "Moby Dick", "En el corazón del mar" propone una historia que sobresale en el plano visual pero falla en lo emocional. Ron Howard toma la -supuesta- tragedia real del ballenero Essex, en Nantucket Massachusetts, alrededor del cual surge el mito de Moby Dick y que inspirara al escritor Herman Melville a dar luz en 1851 a su novela más famosa, y elige reconstruir dicho mito a través de una historia en la que un el único superviviente del barco ballenero Essex es visitado por un escritor que se gana su confianza y lo convence de contar la verdad de aquel accidente. A través de flashback, entre el presente del escritor y el sobreviviente y los hechos que éste va narrando, En el corazón del mar no solo pone el acento en develar el mito sino también en reconstruir, de alguna manera, como podría haber sido ese encuentro entre el escritor Herman Melville y aquel sobreviviente de la tripulación. En el corazón del Mar es un relato de supervivencia previsible pero de gran espectáculo visual, donde los efectos especiales no se perciben como tal, ayudando esto a mantener el equilibrio entre la potencia de las imágenes y la historia de una obsesión y como el orgullo y la codicia afectan a la condición humana. Ron Howard ha sabido recrear muy bien la atmósfera portuaria e imprimir la fuerza necesaria al relato con escenas marítimas brillantes y manteniendo el interés a lo largo del film, pero nunca genera momentos de emoción, suspenso, terror o asombro, salvo en dos o tres pasajes del film, entre los que se destaca la caza de ballenas inicial, que genera desde suspenso hasta repulsión. En el corazón del mar es una película muy visual y entretenida que lleva al público a las vicisitudes del mar abierto, pero que falla en la conexión emocional del espectador con los protagonistas, demasiado básicos y superficiales desde el perfil psicológico hasta las relaciones entre ellos. Todos cumplen con su papel pero ninguno sobresale, salvo en el tramo final cuando el viejo narrador Nickerson -Brendan Gleeson- revele su predecible secreto.
Con una estilo similar a "Sherlock Holmes", de Guy Ritchie, y buena química entre James McAvoy y Daniel Radcliffe, esta nueva adaptación de la novela de Mary Shelley pone el acento en los orígenes de Igor. Si bien el título hace referencia al famoso científico obsesionado en crear vida del clásico libro de Mary Shelley, ésta nueva adaptación -que no esta en la historia original- propone un origen para el personaje de Igor, interpretado por Daniel Radcliffe -el eterno Harry Potter de las películas-. El director Paul McGuigan apela a una estética muy parecida a la de Sherlock Holmes, de Guy Ritchie, y la serie de televisión de la BBC -también fue el director de cuatro episodios-, intentando combinar misterio, horror y suspenso, pero sin definirse por ninguno. Lo más interesante del film radica en la mirada puesta en Igor y su pasado, un payaso de circo acostumbrado al maltrato que debajo de su maquillaje y su joroba es un genio que se ha enseñado a sí mismo a través de libros de medicina, y al cual Víctor Frankenstein rescata entablando una relación muy particular de amistad e interés. Un Igor, muy bien interpretado por Radcliffe, que se debatirá entre la gratitud a su benefactor y su apertura a una vida nueva influenciado por su gran amor la trapecista -la bellísima Jessica Brown Findlay-. A pesar de no profundizar en los personajes ni aportar villanos de peso, la buena química entre James McAvoy -X-Men: Days of Future Past- y Radcliffe, sumado al buen ritmo y la estética elegida, hacen que Víctor Frankenstein fluya de principio a fin sin aburrir, pero con la seguridad de que el público nunca recordará este nuevo Prometeo.
Sin el ingenio de la fascinante "Inside Out", pero con todos los clichés de los clásicos de Disney y la potencia visual de Pixar, "Un gran dinosaurio" le da una vuelta de tuerca a algo que ya se vio y entretiene y emociona a grandes y chicos por igual. Tras la genial y fascinante Inside Out, Disney Pixar trae esta nueva propuesta que no es tan ingeniosa ni emotiva como su predecesora, pecando incluso de falta de novedad, con cierta influencia de la película Dinosaurio -en la forma que los protagonistas interactúan con lo que les rodea, con animales y demás-, varios elementos que nos recuerdan a El Rey León y la tradición Disney en que el protagonista sufre la trágica pérdida de un familiar cercano. Pero a pesar de ello, Un gran dinosaurio le da una vuelta de tuerca a lo conocido y plantea un escenario donde el asteroide que cambió para siempre la vida en la Tierra no impacto contra el planeta y los dinosaurios nunca se extinguieron, y por ende se organizaron y evolucionaron socialmente. En ese contexto conocemos a Arlo -Raymond Ochoa-, un dinosaurio joven y miedoso que un día se pierde y no le quedará otra cosa que aprender a ser autosuficiente, confrontar sus temores y convivir con especies que no sabía que existían, como un bebé humano Spot -Jack Bright- tremendamente salvaje. Si bien Un gran dinosaurio no sorprende y recurre demasiado a las lecciones infantiles, incluso en varios pasajes al golpe bajo buscando la lagrima fácil del espectador, la potencia visual -con su imagen naturalista y fotorrealista que alcanza un nuevo nivel- y el carisma de sus personajes hacen que Un gran dinosaurio emocione y entretenga. La supervivencia del más apto, las relaciones familiares y la fábula de amistad entre especies envuelven este relato que no defrauda y recrea a toda la familia. El corto que acompaña a Un gran dinosaurio está a la altura de la película y suma un bonus al espectador.
Con un interesante e intrigante comienzo, en el que una niña se esconde entre arbustos para curiosear una caja de recuerdos y leer una vieja libreta de anotaciones, "Los del suelo", transporta al espectador a una cacería humana en el monte chaqueño y da inicio a una historia basada en hechos reales, en la que una pareja ligada a las luchas agrarias y revolucionarias de los años setenta en la Argentina sobreviven a la persecución militar refugiándose en el monte chaqueño. Juan Baldan, también realizador de los documentales Soy Huao y Arrieros y la ficción Los Ángeles, adapta la novela de Jorge Miceli “Monte Madre: Heroica Historia de Compromiso y Dignidad”, basada en una pareja de jóvenes que lucharon en el monte chaqueño a favor de los derechos de los campesinos durante la última dictadura militar argentina. En la actualidad, una niña descubriendo una libreta con anotaciones, da inicio a este relato que mediante flashback traslada la acción a la década del 70 en el monte chaqueño Argentino, para narrar lenta y paulatinamente, con una atmósfera de asedio constante, la historia de Irminia y Remo que huyen a través de la selva chaqueña del acoso de los militares, regresando al presente sobre el final con la pareja que sigue con sus ideales indemnes. Cimentado en una excelente fotografía, buena banda sonora y las sólidas actuaciones de María Canale y Lautaro Delgado, que logran componer muy bien el drama de los protagonistas, apoyados por las correctas interpretaciones de Juan Palomino, Luis Ziembrowski y Julieta Cardinali, en papeles a los cuales ya nos tienen acostumbrados, Los del Suelo logra combinar los momentos de tensión con la historia familiar y militancia política. A pesar de volver sobre una temática ya abordada en múltiples films, lo que distingue a Los del suelo es el hecho de que la historia transcurra en escenarios naturales, totalmente alejados de la civilización, y enfocada en personajes verídicos que en el mundo de hoy siguen la lucha por sus ideales, pero desde otro punto de vista.
Tras su última colaboración en "La Terminal", Steven Spielberg y Tom Hanks suman a la infalible dupla de los hermanos Ethan y Joel Coen en el guión para dar forma a "Puente de espías", un film de espionaje que remite a los grandes clásicos de la guerra fría pero que termina siendo más un drama judicial que de intriga. Contextualizada en plena Guerra Fría y la llamada “caza de espías” entre los Estados Unidos y la Unión Soviética, Puente de espías se inspira en un caso real transcurrido desde 1957 hasta 1962 conocido como “el incidente U-2”, en el que un abogado de seguros de Brooklyn es asignado para defender a un espía de la URSS apresado en Estados Unidos y posteriormente hacer de mediador para intercambiarlo por otro espía norteamericano atrapado en suelo Ruso. Tom Hanks encarna a este abogado de Brooklyn que se ve súbitamente inmerso en las entrañas de la Guerra Fría, primero cuando es asignado como abogado estatal de un presunto espía soviético -magistralmente compuesto por Mark Rylance- que deberá defender ante el rechazo generalizado, inclusive de su familia, y luego cuando la CIA lo envíe para negociar la liberación e intercambio de un piloto -Austin Stowell- de un avión U-2 estadounidense capturado por la Unión Soviética. Spielberg captura la atmósfera de la Guerra Fría, al estilo visual de las clásicas películas de Hollywood de entonces, recreando los escenarios tanto de Brooklyn como Berlín y esos personajes con abrigos, sombreros y paraguas operando bajo las sombras. Pero en esta oportunidad no abra un James Bond ni agentes contrabandeando información con estrafalarios dispositivos técnicos, ni tampoco atentados con bombas o tiros.La historia se centra tanto en Hanks y su personaje como el del espía soviético -Mark Rylance-, donde recaen los mejores momentos de la película, que contraponen el valor del juicio ético y/o moral sobre el juicio legal y en cuyos escuetos diálogos quedará expuesto tanto el choque ideológico de sus respectivos países como las dosis de humor inteligente de los Coen. Gran trabajo de Tom Hanks y sobre todo de Mark Rylance, que a partir de su química logran transmitir la conexión que surge entre estos dos seres humanos que se descubren a través de la mirada, los gestos, la confianza, el honor y la dignidad. A pesar de ser un relato donde todo se va resolviendo de manera predecible, el excesivo discurso patriótico que escapa en algunas de sus escenas, y no lograr momentos o escenas realmente memorables, el gran trabajo en la ambientación de la época, la fotografía, puesta en escena y dirección de arte, sumado a dos grandes interpretaciones, hacen de Puente de espías una película efectiva, fluida y entretenida, que seguramente dirá presente en la venidera temporada de premios Oscar y afines.
El actor, director y productor Guillermo del Toro -"El laberinto del fauno", "Hellboy"- vuelve a incursionar en el género de terror -su ultima incursión en el género fue en 2001 con "El Espinazo del Diablo"- con una historia de fantasmas, misterio y romanticismo ambientada en la Inglaterra victoriana. Con numerosos guiños a los films de culto de este género, incluso a algunos mas recientes como La dama de negro, de James Watkins y otros de género mas fantástico que terror pero con estéticas similares como La Bella y la Bestia, de Christophe Gans, La cumbre escarlata reflota climas góticos alimentados por presencias fantasmagóricas pero poniendo el acento en el apartado visual y las muy buenas interpretaciones. La cumbre escarlata nos trae a Edith -Mia Wasikowska-, una joven aspirante a escritora que desde joven tiene la capacidad de ver fantasmas y que un día se enamora de sir Thomas Sharpe -Tom Hiddleston-, un apuesto inglés que ha llegado a la ciudad en busca de financiación para futuros negocios y que parece compartir un extraño secreto con su hermana Lucille -Jessica Chastain-. Pero la vida de Edith cambiara tras la muerte de su padre en extrañas circunstancias, cuando acompañe a su pretendiente a su mansión, un castillo estilo gótico escondido en los montes de Inglaterra y plagada de misterios y peligros. Ambientada en la Inglaterra del siglo XIX y utilizando todos los clichés del género, La cumbre escarlata recrea a la perfección esas mansiones tenebrosas aisladas del pueblo con puertas que se abren y cierran solas, paredes llenas de recovecos con secretos, ruidos extraños que recorren cada rincón del castillo, largos pasillos para vislumbrar a lo lejos al fantasma en cuestión, personajes siniestros con un terrible secreto y la chica especialmente susceptible a los fantasmas. Del Toro apuesta fuertemente al apartado visual con una potente fotografía -con planos cuasi pictóricos-, la recreación de época en cuanto a decorados y vestuario, el mesurado uso de los efectos especiales que no llegan a desvirtuar el sentido de la película y fundamentalmente las convincentes actuaciones de sus protagonistas. Tom Hiddleston -Thor: El mundo oscuro, Sólo los amantes sobreviven-, Jessica Chastain -Interstellar, La noche más oscura, El árbol de la vida-, Mia Wasikowska -Stoker- y Charlie Hunnam, quien repite después de trabajar con el director en la película de ciencia ficción Pacific Rim, llevan adelante esta historia que ya se ha visto muchas veces y carece del factor sorpresa. Sobresalen Mia Wasikowska, a quien ya vimos hacer un gran trabajo en Alicia en el país de las maravillas de Tim Burton, Madame Bovary de Sophie Barthes y Polvo de estrellas David Cronenberg, y la gran actuación de Jessica Chastain, en un papel de mujer atormentada por secretos del pasado, controladora y misteriosa en un registro diferente de sus ultimas películas, demostrando su capacidad camaleónica y capacidad para componer diferentes personajes en cada nuevo film. Aunque la trama no es muy original, con secretos que se vislumbran tempranamente y un desenlace previsible, La cumbre escarlata consigue la atmósfera del género y funciona sobre todo como película de época con alguno que otro susto y muy buenas actuaciones.
La nueva película de Robert Zemeckis se vuelve interesante y entretenida recién a partir de sus segunda mitad, principalmente por su impresionante apartado visual y composición de planos, pero termina funcionando más como un sentido homenaje a las torres gemelas que por su historia. Robert Zemeckis toma un hecho verídico ocurrido en 1974 -previo a la inauguración de las Torres gemelas y sobre el cual ya existe un documental llamado Man on Wire ganador de un premio Oscar en el 2008- y desarrolla una historia de ficción simple y sencilla, incluso sin conflictos potentes que justifiquen su extensa duración, pero haciendo un uso magistral del formato 3D transportando al espectador a la mismísima terraza de los famosos rascacielos, incluso provocando verdadero vértigo cuando Philippe Petit camina por La Cuerda Floja cruzando las Torres Gemelas. En la cuerda floja tiene como protagonista a Philippe Petit -Joseph Gordon Levitt-, un artista callejero despreciado por su familia que un día descubre su verdadero sueño. Luego de conocer a la mujer de sus sueños y al que será su mejor amigo, se propone el desafío de cruzar con su cuerda las Torres Gemelas en Nueva York antes de su inauguración. Las Torres Gemelas se vuelvan protagonistas casi desde el comienzo y la historia avanza rápidamente y sin conflictos que atrapen al espectador. Todo le sale demasiado bien a los personajes y a pesar de las solidas actuaciones no logran que enpaticemos con ellos. El sello de Robert Zemeckis está en la impresionante composición de planos que logra en las alturas y como logra sacarle el máximo provecho posible al 3D, para colocar al espectador en las alturas y poder sentir de cerca la adrenalina que vivió Petit al lograr tal hazaña. En la cuerda floja comienza a entretener pasada la mitad del relato y termina siendo un tributo y celebración a aquel icono estadounidense que conmociono al mundo. Pero también una de las pocas películas donde se justifica y vale la pena el 3D.
"Misión Rescate" es una historia de supervivencia en el espacio , extrañamente alegre y optimista para Ridley Scott y el género, que a ritmo de hits de música disco y diálogos con la dosis justa de ironía mantiene la tensión y el entretenimiento de principio a fin. Lejos quedo el Ridley Scott que revolucionó la estética en el cine con Blade Runner -1982-, aquel policial negro futurista embebido de luces de neón que tan bien cuestionaba el existencialismo humano, o que impuso el terror en el espacio con Alien, el octavo pasajero -1979-.Corren otros tiempos y da la impresión que Scott, al igual que viene ocurriendo con otros cineastas de su época, ahora rinde un especie de homenaje a una generación de publico que lo vio surgir y consolidarse como cineasta, con un producto solo destinado a entretenerlo, agiornado a la actualidad y con huellas que marcaron dicha generación.Algo que el actual publico joven poco apreciará Misión rescate es una adaptación cinematográfica del best seller -The Martian- del escritor Andy Weir, en el que un astronauta -Matt Damon-, durante una misión tripulada a Marte, es dado por muerto y abandonado tras una tormenta de polvo.Sin embargo logra sobrevivir y recurre a su ingenio y conocimiento científico para mantenerse con vida en el inhóspito planeta rojo mientras la NASA intenta idear un plan viable para rescatarlo. Así es como Matt Damon se convertirá en una especie de MacGyver Youtuber que ira dejando registro, a ritmo de hits de la música disco, cómo el espíritu de supervivencia innato al ser humano cuando se encuentra en circunstancias extremas sumado a sus conocimientos de botánica le permitirán sobrevivir hasta que la NASA encuentre la solución para traerlo de regreso. Momento que aprovecha Scott para expresar su critica a un sistema que fue absorbido por la potencia Oriental. Misión rescate es una épica epopeya de rescate, con localizaciones verosímiles, rigurosamente realista e impresionantes efectos visuales que recuerdan mucho a Gravedad, de Alfonso Cuarón. Pero si aquella creaba una sensación de soledad, misterio y de lo insignificante que puede parecer lo humano ante la vastedad del espacio, R. Scott se las ingenia para imprimirle la suficiente ironía y dosis de humor despojando el relato de lecturas existencialistas o metafísicas para entretener y mantener la tensión durante casi dos horas. Protagonizada por un elenco de estrellas -Jessica Chastain, Kristen Wiig, Chiwetel Ejiofor, Jeff Daniels, Sean Bean- y potenciada por un carismático, sutil y divertido Matt Damon que le pone el moño al film, Misión rescate deja el sutil mensaje que la humanidad solo podrá salvarse cuando aprenda a reciclar sus propios excrementos.
El "Hotel Transylvania 2" vuelve abrir sus puertas en esta secuela que trae dos nuevos personajes a la familia, manteniendo los clásicos y aggiornándose a los usos y costumbres de un publico que depende cada vez mas de las nuevas tecnologías para identificarse. Tres años después del gran éxito de Hotel Transilvania -2012-, llega la secuela de aquel maravilloso film que reunía en un hotel, exento de humanos, a todas esas criaturas fantásticas que han asustado y fascinado por igual durante generaciones, como vampiros, zombis, hombres lobo, momias, brujas y hasta el hombre invisible, para pasar sus vacaciones. El tiempo paso y Mavis, la hija de Drácula, creció, se caso y tuvo un hijo. Ahora Drácula está preocupado al ver que su adorable nieto Dennis, medio humano y medio vampiro, no muestra signos de ser vampiro. Así que mientras Mavis está ocupada visitando a sus suegros humanos en compañía de Johny y descubriendo un mundo nuevo, Drácula intentará desesperadamente que su nieto siga con la tradición familiar.Y las cosas se complicaran aun mas cuando el padre de Drácula, Vlad, sea invitado a festejar la fiesta de cumpleaños. Hotel Transilvania 2 retoma la tierna y conflictiva relación entre el Conde Drácula y su desestructurada hija, la aceptación de lo diferente y la importancia de mantener la familia unida. Pero el punto central del film reside en la importancia que cobra, no solo estética si no narrativamente, el uso de las nuevas tecnologías y dispositivos de comunicación, algo a lo que se vienen aggiornando últimamente la mayoría de las películas, tanto de animación para niños y adolecentes como dramas y comedias clásicas.Vasta con observar como el teléfono móvil y la aplicación Skype -más allá del marketing publicitario- logran transformarse en puntos de conflictos que darán un giro a la trama. Sin la novedad de la primera, pero manteniendo el atractivo visual y el ritmo, personajes divertidos y un 3D que se luce solo en los primeros momentos volviéndose luego intrascendente, Hotel Transylvania 2 se disfruta y entretiene a pesar de extenderse con algunas situaciones que podrían no estar y llegar a buen puerto igual.
Sexo que cura y mata Retomando la estética y homenajeando al mejor cine del género slashers adolescentes de los años 80, como "Halloween" y "Pesadilla", "Te sigue" consigue dar una ingeniosa vuelta de tuerca a una historia donde el sexo es un problema pero también la solución. Tomando prestados elementos narrativos y estilísticos de clásicos del terror como La noche de Halloween -John Carpenter, 1978-, Pesadilla en Elm Street -Wes Craven, 1984-, entre otros, Te sigue recupera la dimensión moral de aquellos films de culto y juega con los tópicos del género, evitando el montaje clásico y construyendo un relato con una atmósfera casi onírica tan intrigante como aterradora. En una ciudad con suburbios que parecen deshabitados y donde los adultos casi no aparecen, una joven que tiene su debut sexual con su misterioso novio se convierte en eslabón de una maldición -de la que nunca llegamos a conocer los orígenes- por la cual sufrirá el acoso de una misteriosa entidad a la que sólo ella puede ver y que puede tomar la forma de cualquiera, incluyendo un ser querido, que aparece con total naturalidad cuando menos lo esperas y que si la alcanza la mata. Maldición que parece funcionar como una enfermedad de transmisión sexual y de la que solo podrá librarse teniendo relaciones con otro. El maravilloso y complejo plano secuencia inicial donde la joven es perseguida por la calle por algo que no vemos y que termina con un plano violento, marca el comienzo a un relato que juega con lo desconocido, utilizando el plano general y la profundidad de campo como instrumento para provocar inquietud -A lo lejos, lo que vemos avanzar hacia el personaje puede o no ser una amenaza de muerte-, una estética que toma elementos muy cotidianos y lo malsano de su ambiente, iluminación natural mínima y una banda sonora conformada a base música electrónica y sintetizadores, propias de los clásicos de John Carpenter, que inquieta e incomoda. Casi atemporal, la ausencia de elementos tecnológicos como Internet o teléfonos móviles que la puedan asociar a la actualidad es casi completa, Te sigue no oculta en ningún momento su carácter referencial a los clásicos slashers de los 80. El barrio en donde se desarrolla la acción -Halloween -, el sexo, tan castigado por serial killers como Jason Voorhes de Viernes 13, y el grupo de amigos de la protagonista, junto al miedo a dormir y quedar indefenso ante el ataque de la fuerza maligna -Pesadilla-, son algunos de los elementos coincidentes. Pero conforme se van desvelando los detalles de la trama, Te sigue se las ingenia para darle un tratamiento mucho más poético a las relaciones sentimentales que se establecen entre los personajes y retomar, casi a manera de homenaje, aquellos mensajes a una generación en el que la promiscuidad era condenada al infierno. Una protagonista aparentemente vulnerable pero siempre intensa y fuerte, muy bien interpretada por Maika Monroe, la ausencia de bellezas descerebradas y musculosos inservibles -habituales del terror adolescente-, la impactante escena de la playa o el clímax final en la piscina cubierta, son algunos de los hallazgos de Te sigue, cuyo crescendo narrativo mantiene al espectador pegado a la butaca, intriga y sorprende.