La adrenalina intacta 36 años después El dicho suele expresar que segundas partes no son buenas pero en este caso la sabiduría popular no tiene cabida y es donde el guion hace de las suyas completando una historia que es más que la idea de nuevos jóvenes intrépidos a bordo de aviones de última generación, y suma a cargo de la misión que los convoca a su instructor. Que no es otro que Maverick. La vuelta de Tom Cruise al personaje podría haber sido innecesaria, pero los guionistas toman a un personaje que comienza a sentir el final de su carrera y la última oportunidad de cortar el lazo con un dolor que parece inconmensurable, y hacen lo que un profesional del área debe hacer: ser fiel a los ritmos que una historia como esta pide. Simpleza de una película de acción militar que no pretende ser nada más que lo efectivamente es. El popular equipo reunido para tal tarea (Peter Craig; Christopher McQuarrie; Justin Marks; Eric Warren Singer; Ashley Miller; Zack Stentz y Ehren Kruger) logró centrarse en lo que fue posible narrar con la certeza y el manejo de las emociones justas en manos de los personajes de la primera entrega (ahondar más sería spoiler, pero atentos a la emoción con la aparición de Val Kilmer, un secreto a voces) y los nuevos, que significan un vuelco inicial en plan conflicto clásico pero luego se ajusta a la estructura. En su momento el director de la batuta fue Tony Scott, y hoy es Joseph Kosinski. Salvando las distancias, cada uno supo leer la época y lo necesario para el desarrollo narrativo y visual de la historia. El elenco no pudo ser mejor, allá hace 36 años: Kelly McGillis (Testigo en peligro), Anthony Edwards (ER Emergencias), Meg Ryan (Tienes un E-mail, Sintonía de amor), Tom Skerritt (M.A.S.H., Alien), Tim Robbins (Río místico), Michael Ironside (V Invasión extraterrestre, Scanners), James Tolkan (Volver al futuro), sumados a los regresos presentes en el nuevo capítulo. Para quienes vieron la película original, y sienten que un pedazo de la juventud se va con esta película, es bueno recordar la delicia de las composiciones de Giorgio Moroder (incluyendo la más que representativa canción digna de compilado de lentos, «Take My Breath Away», interpretada por Berlìn), que dejan su huella aún hoy y regresan en esta segunda parte en segmentos emotivos a imagen y semejanza de escenas simbólicas de la anterior. A esta presencia sonora musical se puede agregar hoy la canción interpretada por Lady Gaga. Para los que tratan de entender qué hay de mágico en la tan mentada década del 80 puede que algo los acerque a cierta idea al respecto, y puede que logren entender las emociones de sus padres. No se preocupen, a ellos también les pasó lo mismo en su juventud.
El primer film derivado de la exitosa tira La gran cantidad de fans que sigue a la serie animada Bob’s Burgers puede estar conforme respecto del guion de este momento de la familia de Bob, quien en medio de una crisis que pone en peligro su negocio, lucha por sostenerlo junto a su esposa e hijos. El argumento es sostenido considerando el tipo de contenido y apto para público que no ha visto la serie antes, como es el caso de quien escribe. Creada por el caricaturista, animador, guionista y productor Loren Hal Bouchard en 2011 y ganadora de un Emmy, y con un toque de absurdo que empuja a los protagonistas del show (Bob; su esposa Linda; y sus tres hijos, Tina, Gene y Louise -integrantes de la familia Belcher-) a transitar aventuras varias con divertidos momentos musicales, agrega toques de comedia en la pintura de cada capítulo. Según el propio director, la idea era realizar saltos de género dentro de la historia y esto se logró de manera adecuada logrando el sostenimiento de la narración. Los momentos y las herramientas que sirven de identificación para los seguidores se mantienen en la versión para cine y es así que los creadores se aseguraron la presencia de los artistas originales de doblaje: H. Jon Benjamin (Bob Belcher); Dan Mintz (Tina Belcher); Eugene Mirman (Gene Belcher); Larry Murphy (Teddy); John Roberts (Linda Belcher); y Kristen Schaal (Louise Belcher). Todos ellos se suman los invitados Zach Galifianakis (Felix Fischoeder) y Kevin Kline (Sr. Calvin Fischoeder). Quienes no han seguido la serie desde sus inicios pueden tener una súper maratón en Star + y los ultras fanáticos pueden darse una panzada de Bob antes de pasar por las salas, o su próximo estreno en plataforma. Lo que suceda primero. Bob’s Burgers resulta un interesante momento de esparcimiento para fans y espectadores primerizos.
La violencia en un submundo marginal Con una primera parte que se podría definir como “decente”, que aporta un buen arranque y una premisa sostenible, el espectador siente que de momento no es posible pedir más. Depende la generación, abre las pastillas Renomé o trae el balde de pochoclo Franklin, la película dirigida por Lucas Vivo García Lagos, y con guion de Walter y Marcelo Slavich, tiene un elenco fuerte y que tiene buen desempeño respecto de una historia compleja de interpretar sin parecer sobreactuado, con tintes de toque social en el marco de una pintura sobre el submundo de la venta de drogas (y otras cuestiones) en un espacio urbano decadente, violento, y, por supuesto, corrupto en extremo. El problema es que pasada la mitad del film el sostén se desinfla un poco y hasta puede generar alguna sonrisa (medio) involuntaria. No es culpa del público ni es animosidad. Lo que genera en el otro lo observado no es responsabilidad del que se sienta en la butaca. Tal vez, supongamos, la idea era mezclar estos tonos de violencia y un humor por debajo del conflicto de Correa (Germán Palacios) con Bernal (Daniel Aráoz), luego de pasar de boxeador indomable a matón todoterreno. Un matón que sigue presentando las mismas cuestiones de comportamiento que lo llevarán al ritmo de los sucesos que se develan a lo largo de la historia hasta el final, mientras procura reunirse con Rosa (Sofía Gala Castiglione). La estética general de Franklin respeta lo esperable para esta interpretación sobre el hampa local y con detalles con los símbolos necesarios que se plantean en crítica a modo de visión sobre un mal teórico relacionado con el valor del dinero, representado por el Franklin del título.
Pasa en el cine, pasa en la vida Doce años después, Nicolás Goldbart regresa con éxito luego de la excelente Fase 7, película en la que la amenaza de una pandemia y un encierro violento y sin mayores explicaciones por parte de las autoridades era solamente una fantasía. El sistema K.E.OP/S, con guion de Goldbart junto a Germán Servidio (que tuvo su paso por el Bafici), tiene como aquella cuotas de humor con agregado de condimentos, en este caso todavía más violentos, en un film que mezcla géneros con buen tino y pulso narrativo firme, entendiendo los tiempos y estableciendo pausas para incluir los elementos y las circunstancias absurdas que abruman a los personajes. Las cuestiones de identidad de cada una de las partes que forman la trama en cuanto protagonistas de la escalada de ridículo y paranoia se mezclan con situaciones de lo más comunes en la vida de las personas, y hasta incluyen situaciones y espacios identificables que generan en el espectador una sensación de empatía de pertenencia local. Daniel Hendler repite protagónico con el realizador en este, su segundo film, en esta oportunidad acompañado por otro muy buen actor como es Alan Sabbagh; ambos se adaptan a diversos niveles de humor y acción y destacan en lo que puede verse como una auténtica pareja tan despareja como memorablemente brutal. Las referencias cinéfilas no faltan y cada espectador podrá encontrarlas e identificarlas en las menciones tanto verbales directas como las representadas en adornos, juguetes y posters varios, ejemplos de un interés por el cine que aplica a todo lo que Goldbarg toca y vive. Algo hay, evidentemente, de autoreferencial en lo que se cuenta en los 120 minutos que no se notan, lo que es claramente un mérito del director. El grupo se completa con Rodrigo Noya (Patricio); Gastón Cochiaralle (Marcos); Esteban Lamothe (Agente Número 3) con una caracterización que le sienta bastante mejor que el drama; y Violeta Urtizberea, quien entrega su manejo de climas con el imán que su aparición representa para resolver y dar brillo a algunas escenas, ello a pesar de la limitada cantidad de minutos en que se la puede ver en pantalla.
Posesiones demoníacas dentro del folcklore tailandés Un falso documental es una herramienta práctica para llevar adelante un film de terror que pueda diferenciarse de lo que estamos acostumbrados a ver, lo que cada vez parece ser más difícil, considerando la ampliación y el entrecruzamiento de subgéneros posibles que en algunos casos crean más monstruos que los que se ven en las películas. La medium, una película de producción entre Tailandia y Corea del Sur, dirigida por Banjong Pisanthanakun, recién estrenada en Argentina, recibió el premio como mejor largometraje en el 25º Festival Internacional de Cine Fantástico de Bucheon. La idea de grupos o sociedades que creen en la transmisión de los dones de adivinación, de curanderia como de contacto con los espíritus es una forma común en la zona en la que el grupo de documentalistas procura buscar detalles sobre lo que se sospecha. Dos hermanas, Noi y Nim, separadas por sus decisiones espirituales vuelven a estar enfrentadas por un espíritu maligno, Bayan, que necesita anidar en los cuerpos de los vivos. La última se hace responsable del destino y se convierte en la médium familiar, luego del rechazo de Noi de lo que se entiende como la “transmisión de un don”. El seguimiento de la sobrina de la protagonista, Mink, revela que una entidad diferente a la conocida, ha decidido tomar su cuerpo y su mente, y que puede ser tarde para cuando decidan hacer algo al respecto. La medium logra su cometido en la construcción de una realidad aparente, ya que es muy difícil saber a ciencia cierta qué hay de cierto y qué no en lo que se muestra través de las teóricas cintas encontradas de manera accidental, y allí está uno de sus principales méritos.
El fuego que nunca enciende Para comenzar, es justo decir que esulta extremadamente difícil llevar al cine cualquiera de las historias creadas por la mente de Stephen King, sobre todo porque no alcanza con contar con espectaculares efectos visuales para estar a la altura. Llamas de venganza, en su más reciente versión, apenas logra despegarse de las varias ocasiones en que las adaptaciones de la narrativa del escritor oriundo de Maine (ciudad por todos conocida a estas alturas, sobre todo para sus seguidores y fanáticos) fracasaron abruptamente y es más que probable que «choque» contra sus propias pretensiones. Zack Efron venía hasta el momento (en especial con su excelente protagónico sobre la vida de Ted Bundy en Extremely Wicked, Shockingly Evil and Vile, de 2019, junto a Lilly Collins) sorteando con bastante cintura el sostenimiento de su carrera. Este traspié para nada la hará caer pero seguro sí tambalear, de modo que es de esperar que esté más atento a los próximos pasos en cuanto a la elección de sus papeles. El reinicio de la historia que tuvo su primer paso en 1984 por la pantalla grande de la mano de Mark L. Lester, director de clásicos como Comando (1985) y Clase 1999 (1990), y que contó entre otras figuras reconocidas, con la participación de Drew Barrymore y George Scott, tiene una nueva oportunidad con Keith Thomas llevando la batuta. De momento es posible adelantar que la orquesta arrancó sonando desafinada y que salvo un milagro es poco probable que se repita la continuación que se supone sería lógica. La pequeña Ryan Kiera Armstrong, quien, como dato curioso, repite su aparición en un film sobre una historia de King luego de su breve participación en It Chapter 2 de 2019, da todo lo posible considerando la interpretación compleja que le toca en suerte. El resto del elenco, entre quienes se pueden mencionar a Sydney Lemmon, Michael Greyeyes, Gloria Reuben (Mr Robot) y Kurtwood Smith (That ’70s Show), hace lo justo y necesario y por momentos no alcanza. Supongo que la responsabilidad es compartida. Me temo que nunca lo sabremos.
El regreso del hechizero supremo Sam Raimi, el fantástico director que brilla en su increíble manejo narrativo en múltiples films de terror y tiene en su cuenta joyas como Evil dead y Arrástrame al infierno, además de llevar adelante las películas de la saga Spider-Man con Tobey Maguire como protagonista (en 2002, 2004 y 2007), se puso al frente de Doctor Strange y el Multiverso de la Locura. Y lo hizo de excelente manera. Con la soltura que le es común, y con el balance entre acción y humor, Raimi pone a jugar a los personajes y cumple con todo. Es una película de superhéroes, con manejos y tiempos clásicos del género y las líneas características del MCU, pero en sus manos, indefectiblemente, es algo más siempre. La construcción de un universo a gran escala sigue siendo un objetivo formal para Marvel e incluye (y hace confluir) a las series que ha ido produciendo, intercaladas en las historias que narra, en un conjunto ficcional con sentido absoluto que no pierde la esencia y atrapa al espectador. Contar más sería spoiler pero en el trailer ya pueden verse los personajes que ayudarán en este nuevo episodio que, sin ver la película y sin riesgo alguno de spoilers, se sabe traerá más sobre Stephen Strange. Todo lo que es posible adelantar sobre el trabajo de Sam Raimi en esta producción se basa en el despliegue del guion de Michael Waldron, quien posee cierta idea del manejo de los multiversos y sus posibilidades a través del trazado argumental de la serie Loki. Tal vez hubiera podido jugar un poco más, pero es imposible saber si se vió acotado por alguna cuestión ajena a sus posibilidades creativas a la hora de expandir las ideas al papel. El elenco tiene como participantes a, obviamente, Benedict Cumberbatch, además de Elizabeth Olsen, Xochitl Gomez, Rachel McAdams, Benedict Wong, entre otros intérpretes (y algunas sorpresas). En suma, Doctor Strange en el Multiverso de la Locura es posible de ver, y si bien te deja con ganas de más, funciona, y es de esperar que lo que siga juegue a favor de las historias y el desarrollo del Universo Cinematográfico de Marvel.
Un guion que no deja piezas sueltas Dirigida por Carlos Gil y Ricardo Hornos, y con guion del último junto a Adrián Garelik, En la mira es una película directa y no deja momentos sueltos en su estructura. Pocas cosas pueden ir en contra del ritmo cinematográfico como una película que vaya en sentido contrario a su propio orden temporal. Y no se trata (en general) de la historia en sí, es decir, de lo que implica. Puede ser un drama melancólico o romántico. En este caso se trata de un thriller y es lo que le sienta mejor a la cuestión de la velocidad que describo. Erróneamente asociada al concepto de entretenimiento vacío, tal planteo narrativo suele ser poco valorado, asociado con un nivel menor en los peldaños de la producción cinematográfica, al menos y ocasionalmente en lo que tiene que ver con la mirada local. Carlos Gil, Ricardo Hornos y Nicolás Francella en un alto del rodaje de En la mira. Foto proporcionada por Carlos Gil. Un elenco cuidadosamente escogido, empata perfectamente con un guion milimétrico que no deja piezas sueltas; salvo, claro, las que el espectador irá develando con el transcurso de los minutos. Minutos que no se inflan para estadística de duración. Solamente son lo justo y necesario para una trama práctica y efectiva. En su primer protagónico Nicolás Francella tiene un desempeño excelente y acompaña las necesidades del personaje, sobre el que recae el conflicto y la acción inicial; y luego, en cada uno de los roles, Maxi De La Cruz, Emilia Attias, Gabriel Goity y Paulina Reca como secundarios de relevancia, junto al resto del elenco participante (entre los que se encuentran Mariano Prince y Gal Groisman), completan una elección perfecta para un film que sin duda cumple con las expectativas.
Un relato actual sobre dos mujeres en pie de guerra Para la apreciación de Las rojas, película de Matías Lucchesi basada en el guion original de Mariano Llinás y el propio director, con el choque de dos grandes actrices que cada una en su nicho han dado lo mejor de sus capacidades (como son Mercedes Morán y Natalia Oreiro), es necesario abrir la mente y pensar en algo de magia. Las rojas tiene diversos pasajes en que el ritmo y la idea parece mutar pero en definitiva es siempre la misma película con modificaciones que el desarrollo exige, con una línea que sostiene el cuento pensado para atravesar a los personajes de Carlota (Morán) y Constanza (Oreiro). Carlota, una paleontóloga de renombre, refleja su obsesión por la supuesta posibilidad de hallar los restos de un hipogrifo, un animal mitológico mitad ave y mitad león, y se sostiene en su búsqueda con un campamento ubicado en medio de las montañas que le sirven de reparo. Así se acerca Constanza, quien enviada por la fundación que sostiene económicamente el proyecto, llega a investigar las circunstancias que se presentan en teóricos desmanejos. El estilo western le sienta muy bien al film en el que la tercera pata protagonista hace de las suyas: Freddy (Diego Velázquez) con calidad para generar el equilibrio entre las dos protagonistas femeninas. Esta co-producción entre Patagonik Rizoma y Cimarrón, asociadas a Productora MG y Oeste Films, tuvo lugar su rodaje en magníficas locaciones ubicadas en Uspallata y Potrerillos, en la provincia de Mendoza, y nos deja una historia bien ejecutada y sin cabos sueltos, donde el choque generacional entre las protagonistas es el pilar fundamental del film.
Nuevas y viejas bestias se apoderan de la historia Animales fantásticos es una serie de películas basadas en Animales fantásticos y dónde encontrarlos, y surgió un nuevo mundo narrativo que como precuelas mágicas se basa en los personajes creados por la escritora por J. K. Rowling a partir de la exitosa serie de libros Harry Potter, en cuyo primer capítulo tuvo su primera participación como guionista. Warner continúa trabajando sin freno en la saga que evidentemente significa sostenimiento y dividendos. La acción inicial recae en el magizoólogo Newt Scamander, protagonizado por Eddie Redmayne, y luego se divide en el resto de los personajes que le ayudarán a resolver las cuestiones para encontrar a Dumbledore (Jude Law) y definitivamente descubrir los secretos del título. De las acciones derivadas de los personajes tendrá que ver el futuro del mundo mágico y quiénes la dirigirán en adelante, con todo lo que eso significa para los magos y su vínculo con los mugles, en tanto se enfrentan a Gellert Grindelwald (Mads Mikkelsen). La dirección corrió por cuenta de David Yates con Rowling repitiendo en el guion junto a Steve Kloves, a partir de la idea base de la creadora original. Los detalles del film son más o menos simples y compartidos con la saga que le da origen a la historia: el profesor Albus Dumbledore, quien sabe que el poderoso y oscuro mago Grindelwald se está moviendo rápidamente para tomar el control del mundo mágico, es incapaz de detenerlo solo, y le confía al magizoólogo Newt Scamander que dirija un intrépido equipo de magos, brujas y un muggle. Animales fantásticos 3 mantiene un ritmo animado, diversión blanca y sencilla, elenco adaptado y con muchos intérpretes de calidad: Ezra Miller, Dan Fogler, Alison Sudol, Callum Turner, Jessica Williams y Katherine Waterston. El universo de Harry Potter es tan amplio y sus fans tantos que difícilmente se agote de manera rápida todo lo que hay por contar, y del mismo modo se rompa el vínculo con el público adepto.