Por ser una historia que nunca fue concebida como una serie, ya que las secuelas se fueron construyendo a partir de que el éxito comercial de un film le daba luz verde al episodio siguiente, El juego del miedo llegó al séptimo capítulo con dignidad. Si recordamos que Jason Voorhes en la saga de Martes 13 terminó asesinando gente en el espacio, la conclusión de SAW podríamos decir que dentro de todo es decente. Esta última película de alguna manera funciona como un epílogo extendido que se hizo para contemplar a los fanáticos del gore que se engancharon con esta historia por la violencia. Creo que para cada espectador funciona de manera diferente. Mi atracción por SAW nunca pasó por las secuencias de violencia extrema y el gore, sino por la trama y los personajes. La ambiguedad moral que presentaba Jigsaw y su compleja historia de cómo se terminaba convirtiendo en un asesino serial fue apasionante y lo consagró como uno de los mejores villanos que se crearon en el cine en las última décadas. John Kramer no era un criminal facho que mataba adolescentes por tener sexo como Jason Voorhes y sus clones. Tenía motivaciones que lo llevaban a actuar de esa manera y sus víctimas por lo general o eran escorias de la sociedad o gente que había perdido el camino en su vida y escondía unos cuantos muertos en su placard. Ese concepto me resultó fascinante y creo que fue explorado muy bien en los primeros tres filmes. Todas las relaciones entre los personajes y la expectativa por descubrir el plan final de Kramer hicieron que nos engancháramos con esto por completo y pidiéramos más. Además, la investigación policial y la incapacidad del FBI para detener al asesino hicieron de SAW una serie fascinante. En el fondo, creo que El juego del miedo tiene sus raíces el thriller policial, más que en el terror, y eso siempre me enganchó y es algo que hizo distinto a la saga. Las trampas, mutilaciones y la sangre para mi eran cotillón. Con esta última entrega creo que los productores perdieron el rumbo. La verdad que la historia podía haber quedado cerrada en el film anterior, ya que este capítulo no es más que un ajuste de cuentas entre dos personajes que se podía haber evitado. En SAW 7 la prioridad se la dieron al gore y a las torturas y el argumento quedó convertido en una excusa para mostrar secuencias ultra violentas. Las breves apariciones del muñeco Billy, y el propio Jigsaw son lo mejor del film, justamente porque SAW siempre se trató de Jigsaw y cuando murió, la historia central perdió por completo el interés. De todas maneras, los fans que se engancharon con esta serie por el gore no van a salir decepcionados con este estreno ya que la séptima entrega es la más violenta de todas. La película es un desfile constante de trampas y torturas que se convirtieron en el principal foco de atención en este capítulo final. No hay grandes revelaciones inolvidables y la reaparición del doctor Gordon, interpretado por Cary Elwes (que gordo que esta!) resultó un poco tirada de los pelos, algo que convirtió a la visión de este film en una experiencia decepcionante. Desde el punto de vista argumental. Por otra parte el trabajo que hicieron con el 3D fue pobrísimo y salvo por un par de escenas el sistema no aportó absolutamente nada a la película. Al pedo total. La verdad que por el film que hicieron la actitud de Lionsgate de no mostrar la película a la prensa es totalmente ridícula. Deberían estar agradecidos que todavía hay medios que se tomaron la molestia de verla. En fin, El juego del miedo 7 no está para nada a la altura de las otras entregas pero al menos cerró de manera definitiva (al menos eso espero) esta serie que tuvo grandes momentos con ese tremendo actor que es Tobin Bell.
Si uno se dejara llevar por las descaradas críticas españolas parecería que El lince perdido es un evento que no tiene precedentes en la historia de la animación. Entiendo que es saludable el apoyo a la industria local pero en este caso volcaron por completo con los elogios. Es como que a los medios españoles les agarró un ataque de patrioterismo radical donde realmente están convencidos que este film es lo más grande que hay en Europa y es ridículo. Estoy seguro que los propios artistas que trabajaron en esta película son concientes que lograron una producción decente con un montón de logros en este género, para lo que eran los antecedentes en su país, pero también saben que no hicieron la obra maestra sublime que pintaron los diarios. No es para tanto, muchachos. El lince perdido es una propuesta que apunta a los más chicos con personajes que ya vimos en otras películas y una buena labor en la animación teniendo en cuenta el presupuesto con el que contaron, que no se puede comparar con las grandes producciones de Hollywood. Las secuencias de acción y los escenarios representan los mayores logros dentro del campo técnico. El Parque Natural de Doñaña y las playas de Bolonia fueron recreadas tal cual se ven en la realidad con una gran cantidad de detalles. La música compuesta por Sergio de la Puente es extraordinaria y creo que otras películas españolas no tuvieron en los últimos años la suerte de tener una banda sonora de este nivel. El problema del lince pasa por el guión. 90 minutos es demasiado tiempo para el target de chicos al que apunta y hacia el final la película se vuelve pesada. Tampoco ayuda que la historia sea algo confusa para el público infantil y las motivaciones de uno de los villanos que después resulta que es bueno, no queden demasiado claras. Hay que destacar que los personajes, que son más bien rígidos y estereotipados, levantaron muchísimo con el doblaje neutro que tiene la versión que se estrena en Argentina. El lince, especialmente, suena mucho más amigable y simpático y le dieron más vida desde el doblaje. En resumen, la película está bien y es un buen logro del cine español pero tampoco es para alquilar balcones.
Esta película es a los bebés lo que Mircrocosmos fue a los insectos. Sé que suena raro el concepto pero ese fue el enfoque que le dio a este excelente documental el director Thomas Balmès. El film presenta un fantástico retrato del mundo de los bebés que nos inspira a conectarnos con las cosas simples de la vida, que cuando recién llegamos al mundo solían ser mágicas. Me refiero a cosas sencilla como poder caminar, oler, ver, los pequeños milagros que por lo general se dan por descontados. La película narra la historia de cuatro bebés de distintas partes del mundo desde el día que nacen hasta que cumplen el primer año de vida. Son dos nenas de Estados Unidos y Tokio y dos varones de Namibia y Mongolia. La cámara de Bàlmes no fuerza situaciones sino que se dedica a contemplar la adaptación de los niños en el mundo durante sus primeros meses. No hay narraciones explicativas ni siquiera se traducen las conversaciones que tienen los adultos ya que el foco principal del documental son los chicos. Uno de los aspectos más interesantes del film es el retrato de las culturas tan diferentes que presenta esta propuesta. En la actualidad existe una industria multimillonaria dedicada a los productos para recién nacidos que facturan millones de dólares por año donde no dejan nada librado al azar. Tenés productos de todo tipo. En ese contexto es loco ver como los bebés de Namibia que se crían en una tribu indígena que no tienen accesos a todas esas cosas, se crían félices y sanos en la naturaleza, donde crecen literalmente a través del contacto con la tierra que se convierte en su segunda madre. No tienen sonajeros ni juegos sofisticados sino que juegan con huesos de animales muertos y no son chicos que tengan problemas de salud. La película lo muestra claramente. Es interesante también que en esta primera etapa de los bebés los padres de Namibia no participan de la crianza de sus hijos, ya que esa tarea está a cargo de las mujeres. El caso de Estados Unidos es bastante loco también las personas que eligió el director no representan precisamente a la clásica familia norteamericana que se desayunan con huevos fritos a las ocho de la mañana. Los padres de Hattie son una pareja de hippies de San Francisco con una fuerte conciencia ecológica que no siguen los principios de la clásica familia del Tío Sam. Algo que es importante destacar si vas a ver este film es que con tu entrada vas a ver en realidad dos películas! Una es el documental central y otra aparte es la que protagoniza Bayar, el bebé de Mongolia que tranquilamente se podría titular Cuidado, bebé suelto 2. Bayar es lo más cercano que vi en mi vida a Mogly, el personaje principal de El Libro de la Selva. Este nene se roba el film con momentos impresionantes. Desde que nace y sus papás lo trasladan a la granja donde viven en moto, hasta que su hermanito lo saca a pasear en cochecito y lo deja a la intemperie rodeado de animales, su vida es una aventura. Es loco porque de los cuatro niños es el que menos dependencia tiene de sus padres. Para la película fue fantástico porque el director pudo retratar como Bayar va descubriendo el mundo como si se tratara de una gran aventura, donde vuelve loco a los animales de la granja y anda por las suyas en los paisajes rurales de Mongolia. La reacción de los animales es mortal también porque vemos prácticamente como lo integran a la vida de la granja y la cámara muestra claramente que ellos no son una amenaza para el bebé. La escena final es totalmente épica. Si no te emocionás con ese momento estás muerto y no te distes cuenta. Un estreno totalmente positivo que nos alienta conectarnos con las cosas realmente importantes en la vida. Bebés es una de mis películas favoritas del 2010 y definitivamente la recomiendo.
Entre tantas películas que se estrenaron estos años basadas en cómics esta es una propuesta loca porque es la primera vez que la adaptación cinematográfica supera a la obra original. Red o La venganza del jubilado (como me gusta llamarla a mi) es una novela gráfica de Warren Ellis que precisamente no se destaca entre los mejores trabajos de este autor, que tiene mucho prestigio en el mundo de la historieta. Al ser una historia corta de 66 páginas, donde el 90 por ciento del relato se va en escenas de acción, la adaptación en el cine requería expandir la historia, ya que de otro modo hubieran filmado un corto. Los guionistas John y Erich Hoeber, quienes arruinaron el año pasado Terror en la Antártida, otro gran cómic de Greg Rucka, acá se redimieron al convertir a Red en una excelente comedia de acción, que no va a defraudar a los seguidores del género. La premisa de la trama dentro de todo sigue siendo la misma que tenía la historieta, pero en este caso desarrollaron mucho más el personaje de Frank Moses, interpretado por Bruce Willis y agregaron nuevos personajes muy divertidos que generaron que Red se disfrute en el cine con más intensidad. El director Robert Schwentke, responsable de Te amaré por siempre (Eric Bana), abordó esta producción con un enfoque similar al que tienen las películas de acción de Robert Rodríguez, donde todo se desarrolla dentro de un universo de ficción en el que la fantasía y el humor tienen prioridad sobre el realismo. Desde las primeras escenas el director deja en claro que este no es un cuento para tomarse en serio. Red es un delirio donde hay más de una escena que por la manera en que fue trabajado el humor remite por momentos a la trilogía del Mariachi, con secuencias de acción loquísimas, que en este caso son más divertidas por los actores que participaron de esta producción. La verdad que el elenco es impresionante y ver a Helen Mirren como una implacable francotiradora ya de por sí vale la pena la entrada al cine. Dentro del género de acción este estreno es uno de los más divertidos que pasaron por el cine este año.
¿Por qué Jackie? ¿Por qué? Es realmente desconcertante tratar de entender los motivos por los que una estrella del cine de acción y las artes marciales de la envergadura de Jackie Chan se quema con estos mamarrachos a esta altura de su carrera. ¿Tanto le habrá pagado Lionsgate para ser parte de esta producción? Una leyenda como Chan debería respetarse más a si mismo y evitar aparecer en películas malas como esta. Por lo general ocurre con las propuestas familiares que las criticas suelen ser más indulgentes, total “es una película para chicos”. Sin embargo lo que hicieron con este film es imposible de defender. Mi vecino es un espía es un film realmente terrible donde Jackie hace un papel triste tratando ser gracioso en un rol que ni él se siente cómodo junto con Amber Valleta, que como una reina rema las situaciones pedorras que le brinda el guión. Ambos no tienen ningún tipo de química en escena pero es claro que a los productores tampoco les importó. La película es un robo burdo a Niñera a prueba de balas, que Vin Diesel hizo para Disney con algunos cambios menores, que evitaron que los productores se comieran un juicio por plagio. Con villanos y escenas de acción dignas de Bañeros 3, la que hicieron Freddy Villareal y Pablo Granados, este trabajo de Chan es muy triste de ver para los seguidores de esta leyenda del cine. Hay cosas que no deberían hacerse por dinero. Después de las actuaciones memorables que brindó en la remake de Karate Kid y The Shijunku Incident es fuerte ver a Chan en esto. Ni los bloopers del final tienen gracia! Sumado a un guión deplorable y una pobre dirección, Mi vecino es un espía es una película totalmente olvidable de Jackie Chan con la que no vale la pena perder el tiempo.
Antes que nada quiero expresar que la persona que tradujo el título de esta película merece la misma pena que los ladrones de bancos de la historia. Cómo llegaron de The Town al pedorrísimo nombre de Atracción peligrosa es algo que no comprendo. Podría aceptarlo para un policial ochentoso con Gerardo Romano y Rodolfo Ranni pero para este gran trabajo de Ben Affleck me parece una falta de respeto. Lo cierto es que The Town (me niego usar la traducción local) es una de las mejores películas que vas a encontrar este año en el cine. En la actualidad la supremacía absoluta del género policial es patrimonio de Corea del Sur que en estos últimos años no paró de brindar títulos memorables,que desde todo punto de vista, superan a las propuestas que vienen de Estados Unidos y Europa. Este trabajo de Affleck claramente está a la altura de títulos policiales coreanos memorables como The Chaser, Memories of Murder o No mercy y en el caso de China la extraordinaria saga de Johnnie To, P.T.U, que pronto reseñaré en mi blog. Ben demuestra con este film que su ópera prima Gone Baby Gone no le salió de carambola. El tipo tiene un claro manejo del género y con esta historia vuelve a presentar un trabajo donde la prioridad ante todo la tienen los personajes. Sus relaciones personales y los conflictos que atraviesan logran que nos interesemos por ellos y no miremos el reloj durante el film para ver cuando termina. Me encantó lo que hizo con el personaje del agente del FBI que investiga el caso que es totalmente realista. Últimamente ocurre con este género, sobre todo se dio con las novelas pseudo policiales de Millenium, que mientras más patéticos y sufridos son los personajes parecería que mejor es la trama y eso es una mentira. Afortunadamente Affleck no presenta en su película policías atormentados porque mataron a una embarazada por accidente en un tiroteo o tipo perdidos por el alcohol que se convirtieron en un cliché nefasto. Acá tenés policías reales como los que suelen aparecer en las series grosas como La Ley y el Orden que simplemente hacen su trabajo y no andan con tantas vueltas. Por otro lado están los ladrones y mafiosos que también tiene sus motivaciones y el espectador llega a comprender las decisiones y caminos que toman en su vida. Eso es lo grandioso de The Town. Es un policial inteligente que no cae en el conflicto tonto de buenos contra malos. En este caso, Affleck se enfocó mucho más en la acción, apoyado por un gran director de segunda unidad como es el chileno Alexander Witt (Residente Evil 2), y en los procedimientos de investigaciones policiales. Desde las primeras escenas se construye un clima de tensión que el director logra sostener de manera contundente y no decae hasta el final, debido al buen desarrollo que tienen los personajes. El trabajo del elenco es fabuloso y Jeremy Renner y Affleck son los que roban el film con muy buenos momentos. Hace bastante tiempo que Hollywood no brindaba un gran policial de este nivel y la verdad que esta nueva etapa en la carrera de Ben se celebra. Ojalá siga por este camino. Los fans del género van a estar más que agradecidos. Unos de los grandes estrenos de este año.
Después de ver la nueva película de David Fincher uno comprende por qué el creador de Facebook, Mark Zuckerberg donó 100 millones de dólares hace unas semanas al sistema educativo de New Jersey y no paró de desfilar por todos los programas de televisión en Estados Unidos tratando de limpiar un poco su imagen. Debe ser fuerte que se haga un film sobre vos y que te retraten de la manera en que lo hizo el director. Red Social no se refiere tanto al boom de Facebook y al fenómeno de las redes sociales, sino a lo que ocurrió con las personas que concibieron este proyecto. Lo interesante de este estreno es que con una maestría de narración absoluta Fincher hizo atrapante y dinámica una historia que en manos de otros cineastas tal vez hubiera resultado un bodrio. No hay mucha emoción que digamos en contar la historia de una página web, sobre todo cuando tampoco se trata la repercusión social que tuvo en el mundo y acá le encontraron la vuelta. Era una película difícil porque el guión no presenta un solo personaje con el que el público pueda empatizar, ya que todo el conflicto se desarrolla entre garcas narcisistas, donde uno es peor que el otro. El único que zafa dentro de todo y queda mejor parado es Eduardo Saverin, el co-creador de Facebook (interpretado por Andrew Garfield), que lo bancó a Zuckerberg desde el inicio y después lo terminaron acostando de una manera sucia. El retrato que hace Fincher de Zuckerberg es sorpresivamente duro donde lo presenta como un ser arrogante, frío y calculador que traiciona a los pocos amigos que tenía y apenas puede mantener una relación social decente. Su proyecto no nació, de acuerdo al film, con el objetivo de revolucionar las comunicaciones y conectar al mundo, sino por un patético intento desesperado de un estudiante de ser aceptado entre la elite de Harvard. Lo mismo ocurre con el personaje de Sean Parker (Justin Timberlake), creador de Napster, que es presentado como el Gordon Gekko de internet, que además es un drogadicto paranoico al que nadie en su sano juicio le compraría un auto usado. La verdad que Fincher y el guionista Aaron Sorkin les salieron con los tapones de punta a los jóvenes empresarios. La película apunta a expresar básicamente que sin integridad y amigos de verdad, no los contactos sociales que en Facebook se definen como amigos, los billones de dólares al final te los metés en el traste. Hay cosas que en la vida sencillamente que no se pueden comprar. En ese aspecto, la última escena es genial y no deja de ser una historia triste para el personaje principal. Es como que la película los bajó a estos tipos de ese pedestal virtual al que muchos periodistas, especialmente los especialistas en internet y tecnología, intentaron ubicarlos en los últimos años simplemente porque se hicieron millonarios. Lo cierto es que Justin Timberlake vuelve a demostrar que es mejor actor que cantante con una gran interpretación, junto con Andrew Garfield, quien también tiene muy buenos momentos. Ellos dos son los que más se destacan en el reparto. Por otra parte Jesse Eisenberg, el protagonista, una vez más vuelve a trabajar con el único personaje que sabe hacer en el cine. Prácticamente no hay muchas diferencias entre sus labores anteriores y el nerd exitoso al que le da vida en Red Social. Es el mismo personaje de siempre pero desarrollado en un contexto diferente. En su último trabajo (Zombieland) combatía con zombies y ahora es un estudiante universitario. En fin, otro gran trabajo de David Fincher que presenta un film interesante y entretenido sobre estos billonarios accidentales del siglo 21 obsesionados por el estatus social que tienden a creerse estrellas de rock.
El poster de este estreno es engañoso. Tal vez si mostraban a George Clooney sentado en una mesa tomando un café era más apropiado, ya que es lo que el tipo hace durante gran parte de esta historia más que correr con armas. Lo quiero dejar bien claro. El ocaso de un asesino no es para nada una mala película, pero atrasa más de 30 años con una propuesta ultra trillada que ya no da para más. Los asesinos a sueldo necesitan de manera urgente una renovación en el cine porque ya no se puede seguir refritando el mismo cuento de siempre. La culpa la tiene un señor francés llamado Jean Pierre Melville, quien en 1967 revolucionó el género policial con una película llamada El Samurai, que protagonizó Alain Delon. Ese film estableció de manera contundente el modelo del asesino a sueldo en la pantalla grande al presentar a un personaje inédito hasta ese momento, cuyas características fundaron la base de este tipo de sujetos en el cine. El criminal parco, de vida solitaria, con códigos muy especiales que se enfrenta a una última gran misión, nació con El Samurai. La película que tuvo una narración minimalista se convirtió en uno de las producciones más importantes de la movida del cine francés de los años ´60. El tema es que fue tan groso lo que hizo Melville con esta historia en su momento que desde entonces los asesinos a sueldo en la pantalla grande se convirtieron en una maldita copia de lo que hizo este tipo hace tres décadas! Algunos cineastas inteligentes lograron encontrarle una vuelta de rosca al tema y darle personalidad. The Killer, de John Woo, que estuvo totalmente influenciada por el trabajo de Melville tuvo su propia identidad debido al particular estilo narrativo del Gran Woo. Ghost Dog: el camino del samurai, de Jim Jarmush, es otro ejemplo contundente, donde tomaron la influencia de Melville pero su director le agregó algo propio. La mayoría de las propuestas restantes cayeron en lo mismo al copiar el film con Delon. Escondidos en Brujas, con Colin Farell, estrenada hace unos años, es otra excepción decente donde los criminales de este tipo fueron trabajados con un poco más de originalidad. En El ocaso de un asesino el director Antón Corbijn evoca con su narración esa clase de policiales franceses que se hacían en los años ´60 con el problema que brinda una historia que ya se contó un millón de veces. A los cinco minutos que te presentan a George Clooney, quien brinda su versión personal del famoso “samurai” ya sabés lo que va a ocurrir en cada maldita escena del film, porque es totalmente predecible. Corbijn es un gran director visual que adquirió notoriedad por sus videos clips, que hizo para Depeche Mode (“Personal Jesús”) U2 (“One” y “Pride”) y Metallica (“Mama Said”) entre tantos otros artistas, que se destacaron por una estética muy particular. En este film se nota que él estuvo detrás de cámaras y este estreno se ve realmente espectacular. El tipo le sacó el jugo a esas espectaculares locaciones europeas con un trabajo de fotografía fabuloso. Clooney brinda un buen trabajo actoral pero a este film le jugó en contra el guión. Al no aportarle nada especial la película se vuelve un bodrio pretensioso de aquellos Al menos para los seguidores de los policiales que no descubrieron el género con Pecados Capitales.
El 3D salvó a esta entrega de Resident Evil que ya entró con esta secuela en su ocaso. Creo que los espectadores como Chandler que recién se sumaron a la serie con la última película son quienes más la van a disfrutar porque tienen fresco a los personajes y la trama. Para los que seguimos la saga desde la primera me parece que el panorama es distinto. La ya eterna lucha entre Alice (Milla Jovovich) y la corporación Umbrella se volvió absolutamente tediosa. El problema es que Resident Evil se convirtió en el cuento de la buena pipa. Los personajes enfrentan peligros muy similares a los filmes anteriores y cuando todo parecía que la conclusión llegaba de una vez por todas con una batalla final, en los últimos minutos le dan un giro para extender la trama en otra secuela y los protagonistas otra vez quedan atascados en punto muerto. A ver si lo ponemos claro. A Milla ya no le queda más gente para matar de la corporación Umbrella!! Ya se cargó a todos los jefes, gerentes y directivos de la empresa que gestó el virus letal. ¿Hasta dónde van a extender la historia? Encima en este caso los zombies son prácticamente extras, ya que los protagonistas enfrentan todo tipo de monstruos y los clásicos muertos vivos están casi de relleno. En un momento inclusive aparece un gigante con un hacha, que nunca se explica de donde salió, y carece por completo de sentido su presencia, pero sirve para justificar una secuencia de acción. Tal vez sea un guiño a los jugadores del video, aunque en el film quedó totalmente colgado. Me quedó la sensación que el propio director Paul W. S. Anderson ya no sabe que carajo hacer con la trama y los personajes y en esta entrega los abandonó por completo para centrase en las cuestiones visuales. Hace poco Milla Jovovich anunció en su cuenta de Twitter que los fans van a poder aportar ideas para la próxima película y ahora le encuentro sentido a su mensaje después de ver Resident Evil 4, porque se nota que no tienen idea como seguir con esto. Reitero, el sistema 3D en este caso hizo llevadera la propuesta. Desde el punto de vista visual la película es espectacular y se percibe claramente que el director aplicó toda su atención en este aspecto. Las secuencias de acción, que en más de una ocasión nos recuerdan lo groso que hubiera sido ver la primera Matrix en 3D, son fabulosas y se ven espectaculares. En materia de acción a Anderson no se le puede objetar nada, pero después de tres películas la trama y los personajes comienzan a aburrir y esta nueva entrega sufrió inevitablemente el desgaste de los episodios previos. Anderson es un director que se maneja bien con las secuencias de acción y Milla siempre es un placer de ver en este género. Estaría buenísimo que trabajaran en una historia distinta.
Enterrado es una de las mejores películas de suspenso que pasaron por el cine en este 2010 y demuestra claramente lo que se puede hacer en el género cuando detrás de cámara hay gente creativa de verdad. Acá presentaron una historia totalmente atrapante con un tipo enterrado vivo durante los 95 minutos que dura el film. No hay trampas. Ni escenas de flashbacks ni momentos protagonizados por otros personajes que aparten al espectador o le den descanso de la pesadilla que vive el personaje principal. Ryan Reynolds está solo todo el tiempo en la pantalla y la historia siempre se narra desde su perspectiva. El trabajo que hizo el guionista Chris Sparling es brillante. Se necesitan nervios de acero para sentarse a escribir algo así y lograr que el cuento nunca decaiga. En este caso es como que se alinearon todos los planetas para que todo saliera bien, ya que labor del director y de Reynolds no es para nada menor. Enterrado es una experiencia interesante para disfrutar en el cine. Salvo que te encierres en una baulera con un televisor las emociones que experimenta el protagonista las vas a vivir con mucha más intensidad en una sala de cine. Es algo similar a lo que pasaba con REC, si la primera vez no la descubrís en el cine no es lo mismo. Lo interesante de este estreno es que el guión está tan bien construido y Ryan Reynolds lleva tan bien la película que el cuento brinda distintas emociones. Si alguien dudaba de la capacidad para actuar de este tipo después de ver este film va a cambiar de opinión porque acá brindó el mejor trabajo de su filmografía. La trama es tan intensa que el único personaje que vemos en cámara atravieza por todo tipo de emociones durante el conflicto y un actor mediocre no hubiera podido sostener cinco minutos este relato. Hay momentos de pánico, otro más emotivo e inclusive logran que te rías con algunas cosas increíbles que le pasan a Reynolds cuando intenta comunicarse con el celular que tiene. Me encantó esta película y me hizo recordar a la experiencia de ver El juego del miedo por primera vez que lograba que te olvidaras de todo y sólo te concentraras en lo que estabas viendo en la pantalla. Algo que pocos estrenos de este género, especialmente lo del cine norteamericano, logran últimamente. Esta es una de las buenas. Una gran propuesta de suspenso que para mi se va a destacar entre los mejores estrenos de este año.