El abuelo sinvergüenza Antes de empezar es necesario aclarar que no hay que confundir Mi abuelo es un peligro con El abuelo sinvergüenza (Bad Grandpa, 2013), aquella de la factoría Jackass donde Johnny Knoville estaba caracterizado como un anciano de 86 años. No comparten casi nada en común excepto por la premisa de un particular abuelo. Jason Kelly (Zac Efron) es un joven abogado que está a punto de casarse con la fría y controladora Meredith (Julianne Hough), la hija malcriada de uno de los socios del buffete para el que trabajan. Días antes de la boda fallece la abuela de Jason y con profundo dolor su abuelo Dick (Robert de Niro) le pide que lo acompañe a Florida, el joven acepta pero descubrirá que su abuelo no es el anciano acongojado que parecía sino que es malhablado, bebedor y busca tener sexo a toda costa con alguna joven. En su camino se cruzarán Shadia (Zoey Deutch), una idealista ex compañera de Jason, y Lenore (Aubrey Plaza), una universitaria descontrolada que caerá rendida ante los peculiares encantos del abuelo. Zac Efron vuelve a la comedia después de coprotagonizar Buenos vecinos (Neighbors, 2014) con Seth Rogen; se lo podrá ver otra vez este año en Mike and Dave Need Weeding Dates (2016) y en la secuela de Neighbors. En este caso es un joven de alta sociedad que deberá soportar las ideas de su delirante abuelo, los constantes llamados de su insoportable novia y las presiones de sus padres. Es un misterio cómo elige los proyectos Robert de Niro, en este caso se separa de sus últimos dos papeles en grandes producciones como Pasante de moda (The Intern, 2014) y Joy: El Nombre del éxito (Joy, 2015); es él quién genera el mayor interés en el film y se convierte en la base que lo sostiene, además hay buena química con Efron y Aubrey Plaza quién en cine ha ido por papeles en películas indie, y por ser April Ludgate en la serie Parks and Recreation (2009-2015). La comedia americana sabe cómo entregar películas donde abundan las situaciones vulgares con chistes sexuales, drogas y desnudos. Además de los chistes por demás repetidos sobre la vejez del personaje de Robert de Niro, en este caso se pueden encontrar pocas realmente divertidas y que sacan una risa de verdad. Mi abuelo es un peligro no es una idea muy original y técnicamente es correcta sin nada que destacar, el guionista John Phillips deja algunos baches que el director Dan Mazer intenta tapar con más buenas intenciones que ideas en sí, cumple con el cometido de no aburrir aunque a partir del segundo acto se vuelva algo predecible.
El muñeco diabólico El género de terror ha dado gran cantidad de películas sobre muñecos embrujados, aunque solo un puñado de ellas son realmente buenas. Se siguen contando historias de esos juguetes al parecer inocentes pero que ocultan algo perturbador, y en los últimos años la que más repercusión tuvo fue Annabelle (2014): su aparición en El conjuro (The Conjuring, 2013) tuvo gran repercusión y un año después se estrenó la película sobre su caso. Pero el muñeco poseído más reconocido es Chucky, su primera película de 1988 contaba la historia de un asesino que por medio de un hechizo de vudú trasladaba su alma a un muñeco. Tuvo cinco secuelas. Greta (Lauren Cohan) es una niñera que llega a una enorme casona antigua en Inglaterra dado que fue contratada por una pareja de ancianos para cuidar a su hijo Brahms. Lo que no sabe es que el supuesto niño en realidad es un muñeco y requiere una serie de cuidados que deberá seguir a rajatabla. Al no hacerlo comienzan a suceder una serie de extraños sucesos. La joven se apoyará en Malcom (Rupert Evans) el dueño de la tienda local quien lleva los pedidos cada semana a la casa. William Brent Bell dirige el guion del debutante Stacey Menear. Bell se ha hecho conocido por la floja Con el diablo adentro (The Devil Inside, 2012), en este caso es su dirección la que lleva a buen puerto el film ya que el guion tiene algunas fallas y baches, hay algunos sucesos que merecen ser explicados un poco más para no dejar que los eventos queden tan librados al azar, aun así otorga algún que otro susto al público. La fotografía y la dirección de arte son destacables, ilustran muy bien la zona y la gran residencia, además de la elección del muñeco, el cual está muy bien diseñado: en su inexpresividad hay algo que incomoda. El niño no viene a ser la gran película que redefina el género, tampoco es una obra maestra, pero se deja ver, es entretenida y si se deja pasar ciertos problemas narrativos es bastante aceptable.
Un plato difícil de comer Las historias de redención siempre tienen un tópico que la disparan pero el fin es el mismo: llevar a un personaje a la gloria perdida o vencer los demonios que le impiden a este enfrentarse a un desafío y superarlo. Esto se ha visto varias veces en el cine, sobre todo en películas deportivas. En el caso de Una buena receta (Burnt), la variante es que esta historia de sepultar los demonios personales se sitúa dentro del mundo de la gastronomía. Un reconocido chef llamado Adam Jones (Bradley Cooper) fue uno de los más importantes pero las adicciones y mal carácter lo llevaron a estar desaparecido por tres años. Su restaurant consiguió dos estrellas de la exclusiva guía Michelin que elige a los mejores y los clasifica siendo tres el máximo, ahora decide volver buscando el apoyo de Tony Belardi (Daniel Brühl), el manager del restaurante que Adam planea convertir en el mejor. También necesitará a los mejores en su cocina por lo que formará un equipo con Helene Sweeney (Sienna Miller) una notable sous chef con la que pasará del odio de la cocina a brindarle la estabilidad emocional que este necesita; Michel (Omar Sy) un gran conocido pero una serie de traiciones causaron un corte en la amistad que parecía no tener solución; y David (Sam Keeley), un joven que se está abriendo paso a fuerza de talento. También recibirá la ayuda de una terapeuta (Emma Thompson). Con ayuda de un buen montaje la comida es mostrada de manera irresistible pero no hace nada para llegar más allá de la experiencia visual, cae en todos los clichés que se han visto en estas películas de redención y se solventa en las actuaciones. Bradley Cooper no deslumbra pero tampoco es un desastre. La mejor de las actuaciones es la de Daniel Brühl, sus idas y vueltas con el protagonista son lo mejor de la película, además Emma Thompson con pocas intervenciones logra ser el sostén psicológico y ponerlo en su lugar. Quien merece algunos minutos más en pantalla es Simone Forth (Uma Thurman), un interesante personaje, crítica gastronómica de las más reconocidas, sus palabras hacen temer a cualquier restaurante. John Wells demuestra al igual que en su película anterior Agosto (August: Osage Country, 2013) que es capaz de dirigir un gran elenco multiestelar pero el guion de Steven Knight le deja algunos baches que no es capaz de sortear con éxito. Es inevitable comparar a Una buena receta con la genial Chef (Jon Favreau, 2014), y si bien ambas son comedias la primera es más oscura y no tiene ese desparpajo y calidez que tan bien caían en la del director de Iron Man (2008), además de que los personajes no generan empatía a pesar de ciertos momentos donde los quieren dotar de sentimentalismo.
Sombras aburridas Los Wayans son parte de una de las familias afroamericanas más reconocidas del cine de Estados Unidos, todos son comediantes, escritores y actores con una larga trayectoria. Empezaron a funcionar como una factoría y a realizar sus propias películas donde se encargaron de parodiar varios films con Scary Movie (2000), donde Keenen Ivory Wayans dirigió y escribió con sus hermanos Shawn y Marlon (quienes también actúan) esta parodia de Scream (Wes Craven, 1997). También se hicieron cargo de su secuela pero no de las otras tres películas de la saga, y repitieron colaboraciones en las asquerosas ¿Y Dónde Están las Rubias? (White Chicks, 2004) y Chiquito pero peligroso (Little Man, 2006). Marlon Wayans decidió escribir y producir sus proyectos, junto con el director Michael Tiddes y el guionista Rick Alvarez llevaron a cabo Hunted House (2013) y Hunted House 2 (2014) donde llegaban a parodiar el terror found footage. Esta vez le llegó el turno a 50 sombras de Grey (Sam Taylor-Wood, 2015) la adaptación del exitoso libro erótico. Tomando como premisa el argumento del libro/película, en este caso Hanna Steele (Kali Hawks) una estudiante universitaria sin experiencia iniciará una relación con Christian Black (Marlon Wayans) un rico hombre de negocios cuyas prácticas sexuales se basan en sodomizar y castigar a las mujeres. La comedia se basa en chistes (o golpes en la variante slapstick) que funcionan, pero para que eso suceda debe cumplir con dos con requisitos fundamentales: timing y creatividad. En este caso no hay ninguna de las dos, toda la película se repiten cientos de chistes vistos en la filmografía de la que Marlon Wayans ha sido parte en su carrera y se agregan los que la trama sobre sadomasoquismo propone, todos bastante trillados, sobre todo los sexuales. Además abunda en referencias a la cultura pop que intentan ser graciosas (desde Donald Trump hasta Netflix) en las que también falla. Cabe destacar que uno solo está realmente bien construido y vale la pena. El guion es casi inexistente, solamente se toma de partida el material, se le agrega cierta concepción que en USA tienen sobre los negros y los chistes que no paran de salir mal; además de no tener una construcción en la que haya una progresión sólida de la historia. Una vez que se conocen es todo una sucesión de escenas donde el personaje de Hanna no sabe si aceptar o no el ofrecimiento, concretan donde en el acto pasan cosas que deberían ser graciosas, luego le reprocha sus actitudes, escenas de relleno y el inevitable arreglo. Además tiene un personaje realmente insoportable que imita a la actriz Rebel Wilson, pero es más escatológica y adicta al sexo 50 Sombras Negras es una mala película, no es entretenida, ni graciosa, ni siquiera podría ser considerada “pochoclera”. Hay una media de público que disfruta y se ríe inexplicablemente de estas películas, probablemente de ser un éxito tenga una secuela cuando en 2017 se estrene la secuela de Grey. En conclusión, no aporta nada y sólo sigue golpeando al género de la comedia.
Tragedia shakespeareana La ambición lleva a los humanos a ser capaces de todo, a algunos hasta a meterse en el mundo criminal con tal de progresar, pero este mundo es traicionero y así como se sube fácilmente se puede bajar. Por eso cuando empieza a forjarse una estructura es mejor tener a los más fieles cerca, los gemelos Reggie y Ronnie (Tom Hardy X2) sabían que siendo uno el reflejo del otro sería difícil no ser fieles entre sí. La película comienza con una narración que funciona como presentación de personajes, delimitando bien la personalidad de cada uno. Por un lado Reggie, el más frío y calculador, capaz de llevar a cabo un negocio por el otro. Y por el otro lado Ronnie, quien padece una enfermedad psiquiátrica, ilógico, una pandilla en una sola persona, es homosexual y el más violento de los dos. Ambos son dueños de un importante local nocturno. Frances Shea (Emily Browning) es la hermana de Frank (Colin Morgan), uno de los choferes de los hermanos quien al conocer a Reggie se verá seducida por el gánster y su manera de ser, además lo ve como una oportunidad de alejarse de su controladora madre, el amor la llevará a enterarse de los pormenores de ese peligroso mundo. La historia se centrará en la relación entre ambos. Tom Hardy interpreta los dos papeles principales y es el sostén de la película; Emily Browning compone una mujer sufrida por el estilo de vida del hombre que ama con reminiscencias a otros personajes femeninos casados con líderes mafiosos como Kay (Diane Keaton) en El Padrino (The Godfather, 1972) o Elvira (Michael Pfeiffer) en Caracortada (Scarface,1983), aunque no llega a al mismo nivel que estas. Hay algunos secundarios que hubiesen podido ser mejor explotados como el de Taron Egerton y el inspector de Scotland Yard a cargo de la investigación en un siempre sólido Christopher Eccleston. También hay una pequeña aparición de Paul Bettany que no figura en los créditos. La música y la reconstrucción de época no son espectaculares pero están acorde, aunque hay ciertos sucesos históricos de la década del 60´que no se cuentan y ni siquiera son nombrados, el único que se destaca es el Mundial 66 que llevó a Inglaterra a coronarse campeón por primera (y hasta ahora única) vez. Un error importante que comete la película es no incluir al hermano mayor de los gemelos, Charlie Kray, quien se encargó de varios de los negocios y manejó el club, aunque nunca se comprobó que haya sido parte de los actos de violencia si fue considerado cómplice de los actos criminales con una sentencia de diez años de prisión, además fue él quien negoció vender los derechos de la historia familiar y con ese dinero generó su propia organización. En 1997, fue nuevamente encarcelado por intentar importar 69 millones de libras esterlinas en cocaína. Y el 4 de abril de 2000 falleció por causas naturales. Brian Helgeland escribe (en base al libro La profesión de la violencia) y dirige esta biopic. A pesar de no ser una figura muy reconocida, tiene una amplia trayectoria, ganador de un Oscar a mejor guion adaptado por Los Ángeles al desnudo (L.A. Confidential, Curtis Hanson , 1997); además escribió Conspiracy Theory (Conspiración, Richard Donner, 1997), Río Místico (Clint Eastwood, 2003), Hombre en llamas (Man on Fire, Tony Scott, 2004), entre otras. Leyenda es su séptima película como director y guionista. Leyenda es una película que podría ser considerada como una mezcla entre El Padrino, Buenos Muchachos (Goodfellas, 1990) y el Guy Ritchie de Juegos, trampas y dos armas humeantes (Lock, Stock and Two Smoking Barrels, 1998) y Snatch (2000), pero no se decide cómo va a avanzar por lo que tiene pasajes con mayor o menor rapidez, y definitivamente se estanca cuando intenta mostrar los momentos traumáticos por los que pasa uno de los personajes.
El costado vil del comportamiento humano El octavo film de Quentin Tarantino estuvo a punto de no ver la luz (o al menos no iba a ser este): a principios de 2014 se filtraba en la web el guion de esta película lo que derivó en un Tarantino furioso acusando a la mitad del elenco y diciendo que no iba a realizar el largometraje. Meses más tarde, arrepentido, decidió iniciar la producción de Los 8 más odiados (The Hateful Eight). John “El Verdugo” Ruth (Kurt Russell) es un cazarecompensas que traslada a su presa Daisy Domergue (Jennifer Jason Leigh) hacía el pueblo de Red Rock para que sea ahorcada. En el camino se encontrarán con dos extraños: el mayor Marquis Warren (Samuel L. Jackson), un ex-soldado negro de la unión transformado en un cazarecompensas, y Chris Mannix (Walton Goggins), un renegado del sur que se hace llamar el nuevo Sheriff del pueblo. Una gran tormenta de nieve les impide seguir viaje y deciden refugiarse en un cabaña llamada “La Mercería de Minnie”. Es allí donde se encuentran con Bob (Demian Bichir), un mexicano que se encarga del negocio mientras Minnie cuida a su madre; Oswaldo Mobray (Tim Roth), un verdugo que viaja a Red Rock; el vaquero Joe Gage (Michael Madsen); y el general confederado Sandy Smithers (Bruce Dern). En una puesta en escena casi teatral se pasea por todas las características que se convirtieron en el sello del "cine tarantinesco" desde su primer trabajo Perros de la calle (Reservoir Dogs, 1992), en la cual se pueden encontrar bastantes puntos en común con esta, además de los actores Tim Roth y Michael Madsen. La primera gran decisión que tomó con respecto a esta película fue filmarla en fílmico (Panavision 70mm), una experiencia que promete ser increíble pero que en Argentina no se podrá ver ya que el único que existe está roto. Una lástima no poder disfrutarla como quería que la veamos. La fotografía de Robert Richardson es excelente aún en una copia digital, y los primeros capítulos son donde más se disfruta, dado que es cuando los personajes viajan por los nevados paisajes y se transforman también en protagonistas. La banda sonora del experimentado Ennio Morricone está compuesta de partes que desechó de El enigma de otro mundo (The Thing from Another World, John Carpenter, 1982) y no hay nada que criticarle, una maravilla de principio a fin y demuestra que a los 87 años está en los niveles que lo llevaron a ser una leyenda. Quentin Tarantino siempre tuvo en su haber ser un excelente director de actores y lo demuestra al lograr que los ocho actores tenga su tiempo de brillar en pantalla. La química entre Kurt Russell y Jenniffer Jason Leigh es inmejorable, Samuel L.Jackson brilla y es uno de los mejores personajes, quien junto con Walton Goggins entrega uno de los momentos más hilarantes de la película. Los 8 más odiados entrega todo lo que promete pero tiene un problema: sus 167 minutos de duración ponen a prueba hasta al más fanático. Si bien como película supera a su predecesora Django desencadenado (Django Unchained, 2012), no llega a entrar al podio, ahora queda esperar sus últimos dos proyectos antes de su anunciado retiro.
Un viaje espiritual El género de Road Movie es uno de los más nuevos que ha dado el cine, aunque mucho antes hubo ciertas películas que coinciden con esta descripción: el término fue recién acuñado en la década de 1960 cuando Russ Mayer puso a mujeres a viajar por la carretera, la más popular fue Faster, Pussycat! Kill! Kill! (Russ Mayer, 1965), cambiando el tono Easy Rider (Dennis Hopper, 1969). En los 70´ hubo un crecimiento y Vanishing Point (Richard C. Sarafian, 1971) introdujo en la cultura popular a Kowalski; también en 1971 Duel fue la primera película de un director por entonces desconocido llamado Steven Spielberg; desde Australia, introduciendo una nueva variante llegó la “Road Movie apocalíptica” con Mad Max (George Miller, 1979), sus dos secuelas en la década del ochenta y una secuela/remake/reboot del año pasado con Mad Max Fury Road (George Miller, 2015). En los 80´en USA se mezclaron con la comedia en National Lampoon's Vacation (Harold Ramis, 1983) o Planes, Trains and Automobiles (John Hughes, 1987) con Steve Martin y John Candy. La década del 90´ tuvo títulos como Wild At Heart (David Lynch, 1990), Thelma&Louise (Ridley Scott 1991), Kalifornia (Dominic Senna, 1993), David Lynch volvería al género con The Straight Story (1994) y Oliver Stone mostró las andanzas de Mickey y Mallory en Natural Born Killers (1994). En Argentina es menor la cantidad de “Películas de carretera” que se han filmado, pero en el 2015 se pudieron ver tres y muy diferentes entre sí: Refugiado (Diego Lerman) donde el eje está puesto en la huída de una mujer que sufre el calvario de la violencia de género; Pistas para volver a casa (Jazmín Stuart) es una película sobre las relaciones familiares pero que se sitúa en la comedia dramática; y Yarará (Sebastian Sarquis) un docu-ficción donde el director revive una película dirigida por su padre. La primera semana del 2016 trae el estreno de Camino a la Paz, en este caso Sebastián (Rodrigo de la Serna) es un joven desempleado recién casado con Jazmín (Elisa Carricajo) que aprovecha un error para empezar a trabajar de remisero con un Peugeot 505 “todo original” heredado de su padre. Entre los habituales clientes se encuentra Jalil (Ernesto Suárez) un anciano musulmán que le ofrece una importante suma de dinero si acepta llevarlo a La Paz en Bolivia. Durante la travesía surgirán obstáculos que los hombres tendrán que sortear y que pondrán en duda la llegada al país vecino. Francisco Varone escribe y dirige su ópera prima donde el choque cultural está presente en todo el relato, además conjuga las dosis justa de comedia y emotividad sin llegar al recurso del golpe bajo que tantas veces termina sobresaliendo por sobre la historia. La química entre De la Serna y Suárez es muy buena, lo que garantiza que la relación de los personajes pase por todos los estados que tiene que pasar sin notarse forzado ni poco creíble, un buen acierto a la hora de elegir el elenco. La fotografía de Christian Cottet acompaña muy bien el viaje y muestra las imágenes de las rutas argentinas y los paisajes del norte de buena manera, una fotografía simple que no busca perderse en pretensiones estéticas por demás, lo que termina siendo otro acierto. Camino a la Paz es un relato de road movie clásico, una historia pequeña donde no hay otro objetivo para los personajes más que llegar y superar las barreras del camino, una película entretenida que no aburre en sus 94 minutos de duración.
William Shakespeare es uno de los dramaturgos más reconocidos de la historia, no solo se consolidó como el más importante dentro de la lengua inglesa sino que sus obras traspasaron las fronteras y se tradujeron en gran cantidad de idiomas. Como cualquier escritor exitoso la mayoría de sus obras han sido adaptadas a la gran pantalla, entre las que se destacan Hamlet, Romeo y Julieta, Sueño de una noche de verano, El Mercader de Venecia, El Rey Lear, y Macbeth. Se han realizado alrededor de 250 películas basadas en los escritos de Shakespeare y la que más veces ha sido adaptada es Hamlet. Esta adaptación de Macbeth se suma a las de otros directores como Orson Wells (1948), Roman Polanski (1971) y Akira Kurosawa con Trono de Sangre (1957), además de una escena de Los Simpsons muy divertida sobre el mito de la mala suerte que trae la obra con Ian Mckellen como invitado en el capítulo en que la familia amarilla visita Londres. Esta vez quien encabeza el proyecto es el australiano Justin Kurzel mientras que Michael Fassbender y Marion Cotillard son Macbeth y Lady Macbeth. La película cuenta la historia del gran guerrero y Thane (barón) de Glamis, Macbeth (Michael Fassbender) quien luego de una batalla se encuentra con tres brujas que lo saludan con dos cargos que no posee, el de barón de Cawdor y el de ni más ni menos que Rey de Escocia, por situaciones que sucedieron el actual rey Duncan decide darle el honor de thane de Cawdor y Macbeth ve como una de las profecías se cumple, ahora alentando por su esposa Lady Macbeth (Marion Cotillard) deberá asesinar a Duncan (David Thewlis) si quiere llegar al trono. La tragedia sobre el poder, la ambición y el destino es una historia con peso por lo que deja la difícil tarea al director de brindar un producto que también se destaque por fuera del guion de Jacob Koskoff, Michael Lesslie y Todd Louiso. Sin dudas Kurzel lo logra y los puntos técnicos elevan la película, desde la dirección de arte hasta la música de su hermano Jed que es una gran pieza con pasajes que remiten a lo onírico. También ese aire se encuentra en la brillante fotografía de Adam Arkapaw que llega al pico de excelencia en la brillante batalla final pero que otorga bellísimas imágenes a lo largo de toda la película. Siempre se dice que representar a Shakespeare significa mucho para un actor y que es un honor trabajar en esos proyectos: Fassbender y Cotillard hacen gala de sus aptitudes dramáticas dejando bien en claro esta idea, pero no solamente los protagonistas destacan en su interpretación sino que hasta el más pequeño papel está correcto. Macbeth es la gran película que se espera de una de las mejores obras de Shakespeare, no hace falta haberla leído o haber visto otra adaptación. El trío Kurzel, Fassbender, Cotillard más uno de los guionistas repetirán en la esperada adaptación del videojuego Assassin's Creed. Habrá que esperar hasta finales de 2016 para ver esta historia que promete.
Sobre héroes y tumberos ¿Qué hubiese pasado si Superman, en lugar de haber caído en Estados Unidos y ser recogido por una familia de campesinos, hubiera aterrizado en el Conurbano bonaerense? El cine de género argentino viene creciendo hace tiempo, por suerte cada vez son más los realizadores que se juegan y el público que decide ir a verlas. Kryptonita es la gran apuesta de este año del cine nacional en esa materia. Este crecimiento se demostró en la primera función en el Festival de Cine de Mar del Plata, el interés del público fue tanto que no se tomó en cuenta la capacidad de la sala y la función quedó sobrevendida, lo que derivó en un caos de personas clamando por entrar. El público y los enviados de prensa que quedaron afuera fueron trasladados a otra sala donde pudieron ver la película, aunque con muchos minutos de atraso. Basada en un libro de Leo Oyola, la película dirigida por Nicanor Loreti cuenta con una premisa bastante original, ¿Qué pasaría si el bebé que fue Superman hubiese caído en la zona oeste del conurbano bonaerense? Un médico que hace el turno nocturno (Diego Velázquez) ve llegar a la guardia del hospital a un grupo de delincuentes que trae a su líder herido luego de una pelea contra una banda rival y le piden que haga lo imposible por mantenerlo con vida. Nafta Súper/Superman (Juan Palomino) es el líder de una banda de delincuentes entre los que se encuentran Faisán/Linterna Verde (Nicolás Vázquez), Ráfaga/Flash (Diego Cremonesi), Lady Di/Mujer Maravilla (Lautaro Delgado), Juan Raro/Detective Marciano (Carca), Cuñataí Güirá/Chica Halcón (Sofía Palomino) y el Federico/Batman (Pablo Rago), un caballero de la noche que va y viene en su moto. Todos ellos atrincherados en el hospital darán pelea y resistirán hasta que el sol restaure los poderes de Nafta Súper. La policía ante tal situación decide mandar a un payasesco negociador conocido como Corona (Diego Capussotto) el joker argentino, que intentará mediar a su particular manera. Loreti y Camilo de Cabo son los guionistas del film quienes contaron ante al público presente luego de la proyección que escribieron seis o siete veces el guion con mayor o menor fidelidad al libro, pero que dejaron en claro que amaban el material original. Además el acierto del film es que los héroes no son un chiste sino que dejan en claro que estos son los únicos que se conocen en ese mundo. Luego de verla no se podría imaginar a otros actores en esos roles, todos convencen de que no habría más opciones que ellos. Mención aparte merece Diego Capussotto quien aunque tiene pocos minutos en pantalla, hace un personaje memorable que ya desde su vestuario y caracterización lo definen como un joker definitivo. La película deja en claro que más allá de la reversión de los héroes de DC la trama pasa por un tema universal que tiene que ver con la humanidad, porque a pesar de ser superhéroes (y en este caso delincuentes) tienen esa humanidad que plantea a cada ser dilemas éticos y morales.
La historia de un espía argentino ¿Qué tienen en común Kingsman, Misión Imposible: Nación Secreta, The Man From Uncle y Spectre? Todas son historias de espías/agente secretos, todas son ficción y ninguna supera la increíble historia del espía surgido del sur del conurbano bonaerense. Guillermo "Bill" Gaede nació en Lanús, luego de vivir parte de su infancia en EE.UU volvió y trabajó en ENTEL, luego casado decidió regresar al gran país del norte. Es ahí donde luego de rebuscársela por un tiempo consigue trabajo en la compañía AMD. Gaede que por esa época se declaraba afín a la ideología comunista decide pasar la información a una Cuba que aún se mantenía con el apoyo de la Unión Soviética. El caso termina involucrando a agentes de la CIA, el FBI, la inteligencia cubana y la SIDE. Pablo Chehebar & Nicolas Iacouzzi dirigen magistralmente este documental que se involucra en el mundo del espionaje corporativo en la última década de la Guerra Fría donde cada dato, situación o anécdota es debidamente solventada con diarios, testimonios, grabaciones o imágenes televisivas. El propio Gaede (quien actualmente vive en Alemania con su familia) es quien relata los sucesos de los que fue parte, algunos reconstruidos de manera excelente por animaciones. El Crazy Che es la mejor película del año. Desde todo punto de vista supera a cualquiera que se haya estrenado, tiene una historia de espionaje que atrae y además cuenta lo fácil que era el acceso a la información en la cercana, y a la vez lejana, época de los 90, y los vericuetos judiciales que se generaron a partir de las acciones de Gaede. Aunque fue exhibida por primera vez en la edición 2015 del BAFICI ahora se proyecta en el B.A.M.A y nadie se la puede perder. Las funciones de El Crazy Che son a las 20:30 y 22:50hs en B.A.M.A (Av. Roque Saenz Peña 1150, a metros del obelisco).