El caleidoscopio Pocas veces me costó tanto escribir una crítica como en esta ocasión, las razones son varias, me gusta mucho el cine de Caetano en general, el argumento a priori me parecía interesante y me agrada la idea de que cada vez sean más las propuestas del cine nacional en cuanto a cine de género, todos estos factores me complican en realidad porque Mala defrauda y lo hace en grande. Mala narra la historia de Rosario, una sicaria que se encarga de asesinar hombres que maltratan a sus parejas, esto por una nada módica suma de dinero. En este universo que al principio parece que va a adentrarse en la problemática de la violencia de género sin embargo todo roza lo bizarro. Intentar descubrir qué quiso hacer el director de Un Oso Rojo en este film puede ser una tarea que necesite de un arduo análisis sobre su filmografía y sus influencias, esta tarea de todas formas resulta a esta altura irrelevante ya que lo que interesa es el film resultante, el peor de su carrera. Mala es un film desprolijo y torpe en varios de sus aspectos formales, el guión es un colador (perdón por la informalidad pero no hay manera más gráfica de explicarlo), los diálogos son de lo peor que he visto en cine, tiene grandes problemas de sonido (referentes sobre todo al doblaje), encuadres que exceden lo que puede considerarse desprolijo cinematográficamente hablando y cuenta con un montaje al que simplemente le falta coherencia. En este último punto es donde más se sienten las falencias ya que los malos "cortes" la dotan de un aire de inexperiencia en donde abundan errores en cosas tan básicas como hacer un corte en movimiento prolijo y un raccord de dirección que no nos haga perdernos en el espacio sin saber en qué lugar está el protagonista o hacia donde va. Que cada secuencia termine con un fundido a negro (situación de la cual el film esta sobredosificado) es un claro ejemplo de no saber cómo empalmar dos situaciones orgánicamente. En cuanto a las actuaciones, las de Forencia Raggi (Rosario) y Ana Celentano son las que destacan, y justo en el extremo opuesto se encuentra Juana Viale quien brinda una actuación floja que pone en riesgo constante el verosímil del relato. Las otras Rosario, Brenda Gandini, María Duplaá y Liz Solari se desempeñan bien en sus respectivos personajes a pesar de que estos resulten bastante monodimensionales, esta condición de estereotipo está de todas formas justificada por la trama. Todos estos puntos pueden esperarse de un cineasta que presenta su ópera prima (de todas formas no debería ser aceptable) pero sorprenden de un director de la talla de Adrián Caetano, el que aún en este film muestra conceptos muy interesantes que se utilizan para revelar niveles psicológicos y sociales con claridad, esa es otra de las razones que vuelven al film algo difícil de comprender ya que cuenta con escenas interesantes y muy bien logradas pero es en la unidad de las mismas, en el todo, en donde se pierde el sentido. El film podría ser una buena cinta explotation o un homenaje al cine B (está lleno de referencias hacia films de culto como Kill Bill, Christine, Psicosis y Carrie) , sin embargo desde el comienzo plantea una solemnidad que lo aleja de esta propuesta y lo deja en un lugar inclasificable, algo que también le juega en contra en cuanto a la idea sobre las mujeres que termina quedando plasmada. Mala es una propuesta interesante que falló en sus aspectos formales, un confuso caleidoscopio que al igual que el usado por su protagonista representa la presencia de una ausencia, en este film se extraña a Adrián Caetano.
Pirotecnia Zero Después de haberse hablado mucho al respecto llegó Zero Dark Thirty titulada en nuestras carteleras como La Noche más Oscura, último film de Kathryn Bigelow, nominado esta vez a cinco premios Oscar. El film continúa con la estética propuesta por la directora en Vivir al Límite y también con la hipótesis de aquella sobre la relación entre el hombre y la guerra. Vivir al Límite coqueteaba con la idea de la adicción a la guerra, entendiéndose ésta como el agente que llena un "vacío angustioso" en la vida de un individuo, mostrando la desolación que implicaba el alejamiento del campo de batalla para James, su protagonista. Esta idea no es nada novedosa, ya Apocalypse Now la desarrollaba magníficamente y de manera no tan epidérmica como en ésta sin limitarse a desarrollar una única idea sino utilizándola como contexto para un relato que servía como metáfora para narrar (y criticar) la historia de la cultura occidental. En este sentido La Noche más Oscura toma esa adicción antes planteada por la directora y la convierte en obsesión ya que Maya, al contrario de James, no puede conseguir el efecto de liberación de concretar la tarea que asedia su mente. Si dejamos de lado las diferencias psicológicas entre ambos casos, no hay nada nuevo bajo el sol, Zero Dark Thirty utiliza las mismas estructuras y la misma estética (en cuanto a edición, puesta de cámara y sonido) que su predecesora con una diferencia contundente, en Vivir al Límite la narración tenía momentos en donde la directora inteligentemente le daba oxígeno al relato descomprimiéndolo por un lado y dándole realismo a la vez, sus personajes tenían pausas en el medio de los picos máximos de tensión y eso daba resultados muy positivos, La Noche más Oscura en cambio, y si se me permite la metáfora, está toda oxigenada, es el negativo de aquella otra si se quiere, acá los momentos de tensión son contados con los dedos y son logrados gracias a la dirección de Bigelow pero la historia no engancha tanto, y lo peor, por momentos parece no desear enganchar al realizar una narración tan fría, al privarnos de las emociones de los personajes o él personaje (Maya) y al no desarrollar ninguna subtrama atrayente que mantenga un ritmo variable. Esta frialdad de la que hablo es en La Noche más Oscura una decisión, la forma en la que se estructura el relato, en base a secuencias con un fuerte subrayado temporal que le dan estética de crónica y por ende con elipsis temporales igualmente marcadas tienen sin duda el fin de dar cierta apariencia "objetiva", algo sumamente tonto pero que sin dudas se para frente al dispositivo fílmico de la misma vereda que se para la gente que cree que el documental también es objetivo. Lo que Bigelow decide mostrar y lo que no es propio de su visión, es por eso que narra el 11-S sólo con audio sobre una pantalla negra y muestra con detalles el atentado de Londres. Esta necesidad de objetivizar es en realidad una necesidad de no hacerse cargo, de intentar que la imagen hable sin que el director o el guionista detrás queden al descubierto pero, ¿con qué intenciones?, tal vez aún es muy temprano para realizar este tipo de revisiones. La postura del film sobre "el mal", es bastante interesante. Culturalmente siempre hubo dos concepciones del mal y por ende dos concepciones del enemigo como figura, una nos muestra que el mal es un ente totalitario encarnado por una misma figura que es la encargada de verbalizarlo, una visión bastante amistada con las religiones y que también fue, por ejemplo, una de las bases de la campaña de Bush que trasfirió toda la maldad a la figura de Bin Laden, dándole poder por un lado y deshumanizándolo por el otro. En la otra visión, en cambio, el enemigo (el "otro") tiene muchos rostros, en esta visión se fundó el cine de acción Hollywoodense otorgándole al enemigo diferentes nacionalidades. Lo que esta última visión hace, al ser claramente opuesta a la anterior, es darle mayor poder al héroe, al encargado de destruir al mal. En La Noche más Oscura su protagonista, Maya, parece ser la única (uno de los motivos pero no el único es la obsesión de la que ya hablamos) que está empecinada con Bin Laden, al resto no le importa su paradero, entonces, ambas visiones de la maldad chocan y resultaría interesante ver las motivaciones que forman cada uno de esos paradigmas sobre el enemigo pero la película no se detiene a desarrollarlos. De igual manera es interesante cierto juego entre los personajes y los monitores que pudieron haber sido un mecanismo interesante para explicar lo que significa una guerra en el tiempo de las telecomunicaciones pero tampoco, uno de los encargados de las torturas le dice a Maya "No está mal ver a través del monitor" mientras ella ve las quejas de un hombre al que acaban de golpear y eso es todo. El uso de la cámara temblorosa es mucho más prolijo que en Vivir al Límite y eso hace que por momentos algunos planos junto a la excelente iluminación que maneja la película den encuadres muy bellos pero tampoco llega a tener la perfección fotográfica que por momentos logra el documental Armadillo que en cuanto a este tema sigue siendo uno de los mejores exponentes. El montaje sobre todo en la secuencia del asesinato de Bin Laden es muy bueno cumpliendo con una estética bastante propia del videojuego y que también da que pensar, sin embargo, el guión no tiene ni profundidad ni tensión, entonces el film se hace largo por momentos, no es una película de acción, pero tampoco es una película fuerte en la tensión mediante los diálogos como El Topo (la de Tomas Alfredson, no la de Jodorowsky) ni tampoco tiene un manejo interesante del fuera de campo y de los objetivos de los personajes como Argo, en fin, mucho de lo que pasa lo entendemos por nuestro conocimiento de los hechos por lo que no funciona como revisión histórica y hay una necesidad de mostrar la violencia de un lado y del otro como justificación, algo que en el film termina por sacarle peso al drama. La Noche más Oscura es una buena película y eso es gracias a secuencias con una muy buena dirección y a por ejemplo la actuación de Jessica Chastain que tuvo un trabajo realmente difícil ya que tuvo que transmitir más que el guión mismo para llevar el film adelante; pero si como yo esperaban recibir guiados por la crítica estadounidense a algo así como "la película de la década", título que también le habían dado a Vivir al Límite, van a tener que guardar la pirotecnia porque este estreno viene algo sobrevalorado.
Los peligros del azúcar El intento de Hollywood por "darle un giro" a los cuentos infantiles es algo que a esta altura ya está instaurado, por lo tanto, ya no resulta novedoso. Teniendo en cuenta esto último imagino que todo espectador que se aventura a ver Hansel and Gretel: Cazadores de Brujas tiene bien en claro a lo que se expone. Este tipo de relatos ya forman parte de un estilo (aún en gestación por supuesto) y este film en particular tiene elementos que se apoyan en lo hecho en estos films hasta ahora y otros elementos que se despegan de la media. Hansel and Gretel: Cazadores de Brujas es un film que a pesar de venderse como adulto no deja de ser un film apuntado a adolescentes y tal vez más precisamente al adolescente que comienza a descubrir el cine gore y se jacta por eso. Nada hay en este film que recuerde por ejemplo a Hansel y Gretel de Pil-Sung Yim, ese film en mi opinión si proponía un nuevo giro, un giro oscuro realmente, Hansel and Gretel: Cazadores de Brujas, sin embargo, está lejos de esa oscuridad. Lo primero que uno siente cuando ve las aventuras de estos cazadores es que tanto la costurera como el fabricante de armas son los mismos que vistieron y armaron al Van Helsing que protagonizó Hugh Jackman, ambos films tienen una especie de estética steampunk (bastante diluida por cierto) en cuanto al diseño de armas y vestuario de los protagonistas que en mi opinión, tiene como fin último tratar de borrar el marco histórico del relato para que la trama no haga aguas. Sus personajes (en este caso Jeremy Renner y Gemma Arterton) son pura pose al igual que lo eran los de Blancanieves y el Cazador y La Chica de la Capa Roja, las escenas de acción tienen las mismas coreografías y el mismo montaje rápido que la ya nombrada Van Helsing (apuntado a que no se entienda mucho qué pasa) y los villanos, en este caso las brujas y particularmente el personaje de Famke Janssen, están tan estereotipados que dan lástima por sobre cualquier otro sentimiento. Estos elementos deben estar en alguna especie de manual porque se repiten en cada uno de los films de este estilo. Esto se suma a una trama que no es sólo astronómicamente previsible sino que por momentos carece de sentido en cuanto a qué buscan los "buenos" y qué buscan los "malos". Con todos estos elementos, sin embargo, Hansel and Gretel: Cazadores de Brujas sale por momentos mejor parada que sus predecesoras y esto se debe a que justamente esta película es más autoconsciente que las anteriores y usa el humor negro para burlarse de sí misma. En esos momentos en que la película se vuelve irónica es donde toma mayor fuerza, usa el 3D para tirar sangre y tripas a la cara del espectador, se burla de la propia historia de Hansel y su "enfermedad" derivada de su primer encuentro con una bruja y hasta coquetea arriesgadamente con la relación entre los dos hermanos. Todos estos elementos del film pudieron haber llegado a un mejor puerto si la película se hubiese alejado del conformismo y hubiese abrazado la visión "Clase B" de Tommy Wirkola que venía de hacer Dead Snow, una de zombies-nazis, que por cierto no me agradó pero al menos se la notaba más genuina.
El Ave Fénix Cinco amigos se van de reventón a una cabaña en el medio de la nada, una vez ahí habrá música, alcohol, drogas, bailes sexys y un sótano secreto, pero luego de incurrir en ese lugar comenzarán a ser asesinados uno por uno, así como la fórmula manda. Si sumamos esa premisa al título con el que entra este film en nuestras carteleras, La Cabaña del Terror, hasta acá hasta un chico de 12 años podría decir "esta ya la vi", sin embargo, esa cabaña no es como las decenas que ya vimos, esos cinco amigos tampoco y lo que los perseguirá, lo que buscará cazarlos sádicamente, tampoco. The Cabin in the Woods (título original de la obra) es diferente a cualquier otra y eso no sólo tiene que ver con su original premisa sino con la manera en que ésta es utilizada para diegetizar el metalenguaje presente en el film. The Cabin in the Woods es una radiografía de las estructuras del cine de terror de los últimos 40 años, tanto en su organización formal como en los valores morales que este tipo de cine buscó transmitir. El film fusiona orgánicamente su función literal (dándonos una cinta de terror sumamente disfrutable) con su función simbólica y desprendiéndose de esta última una función critica (social). Se podría decir que Drew Goddard y Joss Whedon en este film destruyen el cine de terror mostrándonos los hilos de la marioneta al igual que el mago enmascarado al revelar como están hechos los "trucos", pero lo hacen por un profundo amor al género que se nota en cada plano, en cada diálogo y en cada referencia metalingüística. Esta destrucción lleva en sí su propia antítesis, una fuerte idea de construcción y reinvención, una revisión que propone entender las razones de la estructura de este tipo de cine de terror dentro de un contexto sociocultural y trazando un paralelo entre esa cultura y la actual para mostrar que los estereotipos de aquella época ya no aplican y que, fundamentalmente, los enemigos han cambiado. A partir de estos cambios La Cabaña del Terror propone destruir casi todo el cine de terror de estos últimos 40 años y empezar de cero, esta destrucción es literal en la película y es una de las escenas más potentes que vi en el último tiempo. El respeto de Goddard y Whedon por el género es tan grande que ponen a los grandes personajes del cine de terror al nivel de la mitología y ésto, para los amantes del género y del cine en sí, va a ser tal vez lo más valorable de la cinta ya que este film (sin importar el género al que pertenece) al incurrir en una clasificación mítica plantea al cine como un arte en cuanto a la capacidad simbólico-representativa de una generación, algo que la industrialización y sobre todo el mainstream a veces pone en duda. La originalidad del film causa que uno no pueda terminar de encasillarlo dentro de un género especifico (si es que hay necesidad de encasillar) y esto se debe a que trabaja un concepto casi de mamushka en donde hay una línea argumental (de terror y gore) dentro de otra línea argumental (de comedia y suspenso) y estas dos hacia el final van a unirse y estar a su vez dentro de una tercera, algo logrado de manera perfecta gracias al guión y el montaje. Es imposible ver La Cabaña del Terror sin pensar en el cine y en el cineasta, así como dijo el Maestro Hitchcock, como gran "titiritero de las emociones de la audiencia", esto sin embargo, como ya he planteado es completamente orgánico al relato ya que hay una figura (coorporativa) que va a representar a ese titiritero y victimas que representarán al espectador (todo espectador es una víctima dada su condición inmovilizante frente a lo que ve en una pantalla), todo esto acompañado de un trabajo de cámara que no se limita a imitar un estilo sino que procesa el concepto de las puestas de cámara del género, muy buenas actuaciones, terror (porque aunque intenten sacarle rédito es un film de terror), gore en dosis abundantes, buenas dosis de humor y un trabajo de edición maravilloso sobre todo en la utilización del montaje paralelo. La Cabaña del Terror es una enorme bocanada de aire dentro de un género que tocó fondo en el 2012 por la poca creatividad de sus propuestas, pero una vez más, debido a su condición regenerativa y la capacidad de reinventarse ha renacido de entre las cenizas como el Ave Fénix.
Tibio, tibio... Las películas ambientadas en la época de la denominada Gran Depresión siempre tienen una atmósfera interesante y esa atmósfera suele ser inspiradora visualmente por lo que suelen tener (la mayoría) una buena fotografía y un buen diseño de arte, si a eso le sumamos una historia de gángsters la cosa se va poniendo aún mejor y si a eso le sumamos un director con un éxito abajo del brazo como en este caso John Hillcoat (director de La Carretera) y un reparto integrado por Tom Hardy (Batman: El Caballero de la Noche Asciende), Shia LaBeouf (Transformers, Wall Street: El Dinero Nunca Duerme), Jessica Chastain (El Árbol de la Vida) y Mia Wasikowska (Alicia en el País de las Maravillas) acompañados de Gary Oldman y Guy Pearce parece que nada podría fallar, sin embargo, como en muchos otros ámbitos, en el cine rige una ley de hierro que indica que "los pingos se ven en la cancha". Los Ilegales pese a tener todos los condimentos necesarios para ser una muy buena película se queda en el camino, falla. Así como una gran película lo es por la suma de sus partes y la relación firme que existe entre sus diferentes aspectos técnicos (guión, dirección, fotografía, sonido, arte, montaje) de igual manera funciona a la inversa como en este caso, así que las razones por las cuales este es un film fácilmente olvidable tienen que ver con una suma de malas decisiones. El problema central que tiene Los Ilegales radica en que la estructura con la que el film es narrado no termina de definirse así como tampoco su focalización, por momentos vemos los hechos de la familia Boundurant objetivamente y a veces los vemos a través de la mirada de Jack Bondurant (Shia LaBeouf), este cambio es muy común en cine, sólo que normalmente son funcionales a una estructura que permite el cambio y lo hace orgánico, en este caso, la película parece interesarse en mostrarnos destellos de ciertos sucesos salteados de un personaje y de otro, aplicando elipsis sin ningún tipo de criterio y eso sumado a una puesta de cámara demasiado "correcta" hacen que el espectador nunca sienta afinidad, ni por su protagonista Jack Bondurant y su amorío, ni por su hermano mayor Forrest y su respectiva relación amorosa, ni por nadie en el film. Así mientras va pasando el tiempo del metraje nos encontramos con situaciones que sabemos que deberían afectarnos pero no lo hacen y esto sucede porque accedemos a esas situaciones de manera "craneal" pero no sentimental, como buenos espectadores sabemos como reaccionar ante ciertos hechos, lo sabemos por experiencia, pero cuando no se realiza un buen trabajo para generar en el espectador una proyección hacia los personajes (el cine es un juego de dobles proyecciones), la emoción se ausenta. Los Ilegales no podría considerarse una mala película y si lo fuera, ese sería el menor de sus problemas, el verdadero inconveniente en el film es que "entrar" o no en él es totalmente azaroso y tendrá más que ver con cuestiones personales del espectador y su ánimo que con el film en sí y eso no es positivo, un director además de dirigir a los actores y a las cabezas de equipo debe dirigir al público hacia donde él desee. Todo espectador sabe que cada plano y cada situación son pensados y repensados muchísimas veces buscando siempre algún tipo de intensión, en este film parece que deliberadamente no se busca atraer al espectador, el relato por momentos parece un diario de viaje del cual arbitrariamente se seleccionaron páginas y eso termina siendo algo realmente contradictorio dentro de la estructura misma que intenta plantear la película ya que tampoco pretende mostrarnos "objetivamente" una porción de la historia de Estados Unidos. Las actuaciones, al igual que todo lo demás, son "correctas" y hacen que el visionado resulte ligero a pesar de haber sido tanto personajes y actores, abandonados por el relato a su propia suerte. La actuación de Guy Pearce como el excéntrico Charlie Rakes es la más desenfrenada y arriesgada de todas pero lamentablemente dentro del contexto queda totalmente fuera de registro ya que al no mostrar una progresión dramática en su desenvolvimiento se vuelve totalmente inverosímil. En definitiva, todo lo antes planteado resulta en una película tibia que se queda a la mitad entre el drama histórico y el film de gángsters y que no se esfuerza por hacer que el espectador se sienta involucrado sentimentalmente en ningún momento.
Cine de culto Diablo es una comedia gore que narra los sucesos que transcurren en la casa de Marcos luego de que su primo Hugo lo visite y previo a lo que será un encuentro de reconciliación con su ex-novia. A partir de la llegada de su primo, Marcos recibirá muchas más visitas, todas ellas desafortunadas. La película está llevada adelante magistralmente por Nicanor Loreti que demuestra en este, su primer film, tener una muy buena muñeca para manejar los desbordes, ya que Diablo en argumento y en estructura narrativa coquetea constantemente con el caos, pero siempre manejándolo a su beneficio, algo logrado de manera orgánica por un montaje veloz y vertiginoso que permite palpitar lo absurdo y violento de las situaciones de las que Marcos es victima. Este film, fiel a su estilo, sólo busca divertir, su argumento no presenta ninguna pretensión mayor que mantenerte en la butaca con una sonrisa constante y la incertidumbre de no saber qué tan profundo y oscuro es el lío en el que están metidos los personajes y para hacerlo se aferra a la cultura del VHS incluyendo secuencias que recuerdan a comedias nacionales de culto como Los Exterminators y contando con actores como Hugo Quiril (Kato, El Ninja Blanco) que refuerzan ese clima nostálgico. Diablo es la punta de un iceberg, es una película que continua con una ya tradición de cine independiente Argentino llevado adelante por muchos realizadores que de la mano del video exploran la comedia gore. Farsa Producciones fue seguramente una de las encargadas de hacer explotar esta cultura y abrir muchas puertas pero no hace falta más que asistir a alguna de las emisiones del B.A.R.S (Buenos Aires Rojo Sangre) para darse cuenta que esto ya no es un fenómeno sino que es todo un género en el que muchos realizadores están trabajando hace tiempo, un género que a pesar de tener referencias de otros estilos tiene una identidad propia y bien marcada. No puede definirse a este tipo de cine como splatstick ya que la comedia en ellos transita por otros lugares, es más "argumental" que física, coinciden en el humor negro y la critica oculta a ciertos aspectos culturales y sociales pero sobre todo coinciden en pasajes que "citan" a otras obras fílmicas como homenaje (la mayoría de los realizadores de este género son cinéfilos asumidos) y como parodia no a la obra citada sino a la relación que surge del contraste de culturas de aquella y ésta que la trae, un claro ejemplo de esto en Diablo se da en una secuencia que parodia la balacera final en Scarface, sin dar demasiados detalles voy a decir que la búsqueda de Tony Montana y la de Huguito no distan demasiado, lo que dista son las personalidades de ambos y sobre todo su contexto social, es por eso que esa balacera tiene finales diferentes, una analogía similar puede hacerse entre la gloria del deportista campeón hollywoodense y Marcos, el Inca del Sinaí en cuanto a logros y situación social. La película recurre a relaciones simbólicas invertidas como una constante para la comedia como al revelarse que el diablo que le da nombre al film es un Robin Hood anarquista que tuvo una epifanía proletaria. Ver una película como Diablo en un cine comercial y alejada del contexto de algún festival es realmente una alegría, es una manera de tomar consciencia de que el cine no tiene razón para caer en los clasicismos que lo obligan a vivir a las sombras de otro cine, estrenar Diablo comercialmente es blanquear una situación latente en el under Argentino, bravo por eso!
Sin conciencia de clase Juegos de Muerte o The Collection es la secuela de The Collector o El Juego del Terror, una película del 2009 que había sido pensada originalmente como una precuela de El Juego del Miedo pero finalmente terminó adoptando autonomía. La razón de esa autonomía no es ningún secreto, haciendo una película similar a El Juego del Miedo sin que ambas se relacionen puede iniciarse una nueva saga y seguir facturando. Hay un mito con respecto a este tipo de cine que hay que superar antes de empezar a analizar las razones por las cuales la película falla, "al que va a ver este tipo de películas no le importa el argumento", eso es falso, es una manera despectiva de referirse al género gore y es una forma cobarde de afirmar que el amante del cine gore no sabe de cine. El problema se presenta cuando esta afirmación en vez de venir del lado del critico de cine comienza a gestarse en la mente de un director o realizador. Cualquier película gore, splatter o torture porn funciona gracias a una premisa como mínimo interesante o un asesino con una historia potente, la primer Saw tenía una premisa interesante, Hostel también, cualquier festín fílmico de sangre y tripas debe descansar sobre una premisa o un personaje que atraiga de alguna manera, eso en Juegos de Muerte no pasa. Yendo a lo concreto puede decirse que su director Marcus Dunstan, en este film en particular, demuestra un desconocimiento severo sobre el funcionamiento del género, para comenzar le da mayor importancia a la historia de la víctima que a la historia del asesino, eso es un error, si pretende con su película sólo mostrar formas intrincadas de matar (que tampoco es el caso) tiene la necesidad de poner al espectador del lado del malo, por eso en cualquier película de matanza las víctimas van y vienen pero Jigsaw sigue siendo el mismo, así como Jason siempre es Jason y demás. Recién hacia el final de la película y de una manera demasiado tonta intenta explicar las razones del trastornado, eso sí, se preocupa de dejar el final abierto, no sea cosa que se pierda la posibilidad de seguir lucrando. El guión resulta fallido porque normalmente los escritores al menos conocen cosas de los personajes que muchas veces no están dentro del film pero que les funcionan como detonantes, algo simple que ayuda a la caracterización. En este film, esa brújula no existe, el modus operandi del asesino es tan variado que le saca todo tipo de sentido, es como una mezcla de asesinos de diferentes películas unidos, tiene una "colección" de cadáveres como si fuera una especie de museo posmoderno sádico, tiene un grupo de personas a las que les inyectó tanta cocaína que los convirtió en una especie de "zombis", tiene a una mujer elegida a la que mantiene maquillada como una niña, tiene una fosa llena de torsos y otras partes, a otros los tortura, a otros los mata rápidamente, acá el enmascarado parece tener todos los fetiches mórbidos del mundo y eso hace que sea incoherente con él mismo. En definitiva creo que ni los guionistas saben sobre la vida de su personaje. El montaje en Juegos de Muerte es otro de sus grandes problemas, abusando del ritmo vertiginoso y de una cantidad enorme de planos no se toma el tiempo necesario ni siquiera para hacer entender el funcionamiento de los "aparatos" de muerte ni de disfrutar de la carnicería, todas las escenas de acción tienen un ritmo tan acelerado que toda la violencia explicita pierde sentido y extrañamente se le da mayor tiempo a secuencias que son tan inverosímiles que terminan dando risa (son varias, no hace falta enumerarlas). En definitiva, el problema de Juegos de Muerte radica en que es una película clase B que no sabe que lo es, por lo que intenta ser otra cosa sin lograrlo.
Más clásica que el Béisbol Curvas de la Vida representa la primer película en 19 años en la que Clint Eastwood no se dirige a sí mismo. Aún así, como seguidor de su cine creí que en esta película dirigida por Robert Lorenz (asistente de Eastwood en varios films) iba a flotar el espíritu eastwoodiano en las cámaras, debo decir que nunca me equivoque tanto. Curvas de la Vida es una película que cuenta con uno de los guiones más trillados de los últimos tiempos, no aporta nada que no se halla visto en los cientos de films que hablan de la autosuperación y los otros cientos que hablan de recomponer relaciones filiales, esto enmarcado en el ámbito del Béisbol como metáfora de vida. Las confesiones de bar, las metáforas deportivas y el final feliz (que en esta no es uno sino una acumulación de varios). Aún así un guión puede ser salvado en ocasiones por una puesta en escena, por la mano de un director con suficiente visión para cambiar el enfoque, lamentablemente tampoco fue el caso, los recursos con los que cuenta Robert Lorenz como director todavía son bastante pobres, no encuentro ninguna intención estética en la decisión sobre donde poner una cámara en esta película, todo desborda de clasicismo, desde una subjetiva fuera de foco que nos muestra un problema en la visión hasta la música usada, todo parece sacado del manual de drama de quinto grado y en el medio de todo esto nada más ni nada menos que Clint Eastwood, Amy Adams, Justin Timberlake, Robert Patrick, Matthew Lillard y John Goodman, todos dando brillantes actuaciones y sacando la película para adelante a pesar de todo. Curvas de la Vida es llevadera por su exceso mismo de corrección, la película no se arriesga en ninguna tomando todos los lugares comunes que puede pero tiene actores increibles y todos dando actuaciones destacadas dentro de sus propias carreras por lo que termina salvándose del desastre. Una película que pudo haber sido algo grande y termino siendo un entretenimiento pasajero.
Una pistola y una radio Este 28 de Diciembre se van a cumplir 117 años de la primera proyección cinematográfica comercial, de esa primera proyección de los hermanos Lumière hasta hoy el cine ha sido quizás el arte que más rápido ha cambiado en cuanto a lenguaje y formas. Dentro de esos 117 años, la leyenda del Agente 007 ya tiene una antigüedad de 50 años, o sea, desde el comienzo del cine hasta ahora hubo una saga de películas que hablaron sobre un personaje, James Bond, y que ocupan casi la mitad de la joven historia del cine. Este es un dato esclarecedor sobre la razón por la cual cada nueva entrega de las aventuras del 007 despierta tantos sentimientos en cada estreno. Operación Skyfall es una película que tiene consciencia de todo esto, quizás es la más autoconsciente de toda la saga y por eso en esta Bond 23 se mantienen los guiños a la "Cultura Bond" (una impronta tan marcada y con tanto nivel de adaptación al paso del tiempo no puede denominarse de otra manera), guiños como los que ya mostraba Quantum of Solace sólo que estos guiños y chistes esta vez tienen sumado un factor que eleva las cosas a otro nivel, esta vez lo que aparece como conflicto es el pasado de Bond y la tensión entre ese pasado y su futuro, esto mediante Silva, el villano que interpreta Javier Bardem, que al igual que él fue en su momento el agente preferido de M. Toda esta carga esta mantenida en un argumento simple, de los más simples de la saga, Silva, el ex Agente, quiere vengarse de M y para hacerlo no necesita de complots internacionales ni nada por el estilo. La interpretación de Bardem es perfecta, es una de los antagonistas más eficaces que he visto al lado de Bond y parte de esta eficacia tiene que ver con la dirección de Sam Mendes que decidió muy inteligentemente llevarlo todo al terreno de lo humano. Este Bond de Daniel Craig es sumamente verosímil en cuanto a interpretación, es una persona, tiene sentimientos, tiene dudas, sabe que sus aptitudes físicas ya no son las mismas y ve en Silva el reflejo de su futuro y la posibilidad del olvido de sus pares como paga de retiro, todo esto lleva a Operación Skyfall a un terreno al que ninguna otra Bond se animó a transitar, James Bond difícilmente pueda tener alguna vez el honorífico final que se merece. Este film cuenta con escenas dirigidas magistralmente, la secuencia inicial seguida inmediatamente por la irrupción de la canción de Adele y los excelentes créditos iniciales a los que las Bond ya nos tienen acostumbrados te mantienen al borde del asiento, luego más adelante la pelea en Shangai que cuenta con una destreza fotográfica única son algunos de los más grandes logros del director en este film. Operación Skyfall no es una película de James Bond más, Operación Skyfall es la celebración de un icono y de una idea, en el film termina prevaleciendo lo simple y lo clásico por sobre ciertos cambios inertes de la modernidad, acá lo moderno aparece como un retroceso hacia lo clásico, ya no hay lapiceras explosivas, el MI6 ha cambiado y con él cambio la realización técnica de los films de Bond, acá con un Sam Mendes que mantiene todo el tiempo la sobriedad de lo clásico en la cámara. Todo esto es una postura filosófica, una postura que lleva viva 50 años, después de todo que mejor manera de describir cual es la esencia de James Bond que la planteada por la propia película: "Una pistola y una radio".
Regreso del más allá Tim Burton a regresado, no sabemos bien donde estuvo estos últimos años, tal vez allá estado en el "Más allá" compartiendo momentos con algunos de sus personajes, eso no es importante, lo importante es que en Frankenweenie él al igual que el dulce Sparky ha vuelto. Así como es claro su regreso de ese sendero áspero que significó Alicia en el País de las Maravillas y Sombras Tenebrosas también es claro que al igual que el perro traído de nuevo a la vida por Victor él ya no es el mismo, puede vislumbrarse su escencia y su personalidad como puede reconocerse al can a través de sus costuras y cicatrices pero todos sabemos que el regreso definitivo no es tán automático y eficaz como un choque electrico, no, Burton está regresando con la actitud que George Romero nos enseño, con pasos lentos, algo toscos por momentos y repletos de acciones reflejo, así es esta vuelta de Tim Burton. La película funciona, es divertida y alocada pero sólo esto alcanzaría si se tratase de otro director, cuando hablamos de Tim Burton, una de las mentes más ingeniosas que dió el cine en los últimos años uno espera una vuelta más. La película a diferencia de las anteriores dos que nombre es 100 % Tim Burton, la mano del director se nota en todo pero esa libertad que Burton hace tiempo que no tiene la usa para hacer un homenaje y por momentos tán sólo eso. La película realmente se disfruta, cada uno de estos homenajes al cine de monstruos principalmente a ese estilo fantástico que brindó la Universal funcionan a la perfección y resulta un ejercicio muy divertido encontrar esas películas a las que homenajea, lo malo es que por momentos sólo es eso, un ejercicio en donde el director aprovecha toda oportunidad para brindar un plano homenaje y el espectador usa su atención para captar los guiños, Frankenstein, Drácula, Godzilla, Vincent Price, La Momia, El Hombre Invisible, en este festín todos están invitados. Lo más destacable es la comedia, ahí es donde está Burton, el de siempre, creando situaciones en donde uno ríe con cierta incomodidad, en donde después de la risa viene la reflexión, ese humor al que llaman "politicamente incorrecto" (que frase tan desagradable) es su sello y eso está presente todo el tiempo en esta película que por momentos parece muy oscura para el público infantil y muy simplista para el adulto, de todas maneras Burton desde el comienzo fue el único director que no subestimó al público infantil y la realidad es que el cine de monstruos y "su" cine divierten a los más chicos, un perro zombie ya no altera a nadie, todo es diversión. En el sentido de la comedia está película tiene un trabajo muy interesante con respecto a los diálogos, está repleta de frases celebres tan bien acompañadas desde la dirección que se van a convertir fácilmente en frases memorables, eso también es Tim Burton. Por otra parte la calidad de la imagen y de la realización del stop-motion es sublime, en ese sentido, la técnica favorita de Burton no tiene techo. Frankenweenie es una buena película y significa el regreso de Tim Burton como icono estético, sin embargo después de sus últimas obras va a tener que trabajar un poco más para volver a ocupar ese lugar que perdió.