Durísima historia en torno de secretos familiares que se resisten a salir a la luz. A los 17 años, Ree Dolly se propone encontrar a su padre, quien desapareció sin dejar rastro. A punto de perder su casa, hipotecada por su progenitor para pagar una fianza que le permitiese huir, la protagonista se internará en los bosques Ozark, decidida a romper ese maldito código de silencio que han impuesto desde siempre sus allegados. A medida que avanza en su encuesta, Ree comprenderá que está pisando terreno minado. De eso no se habla, y menos de su padre. En ese peligroso itinerario, deberá sortear una espesa red de mentiras y amenazas, que convocan su afán por descubrir la verdad. Tragedia familiar con puesta en escena de thriller, recupera para el cine americano la figura de un personaje femenino fuerte en medio de un contexto enrarecido. Premiado en Berlín y en Sundance, obtuvo 4 nominaciones al Oscar. Compromiso enorme para Jennifer Lawrence.
La danza, al menos en el cine, parece convocar fatalmente a la pasión, la locura y la muerte. Esta especie de maldición que vienen arrastrando las bailarinas desde la espléndida “Zapatillas rojas”, se actualiza en el film de Aronofsky con todos los clichés que pide el género y una puesta en escena con presupuesto generoso. Nina, instigada por su madre, vive consagrada al ballet. Presionada por un exigente director artístico, quien no tardará en seducirla, enfrentada a otra bailarina con parecidas ambiciones y armas peligrosas, ingresará en un espacio inquietante en el que la realidad y la ficción se confunden. Mientras ensayan una puesta arriesgada de “El lago de los cisnes”, Nina se trastorna y, poco a poco, ingresa en una pesadilla sin retorno. Ambicioso y atractivo, aunque previsible, el film catapultó al Oscar a Nathalie Portman como mejor actriz del año. Un premio que no se discute: la actriz deja el resto en cada escena y nos convence de los demonios que la atormentan.
Tercer capítulo de una saga que conquistó al público con los permanentes conflictos de un joven paramédico y su suegro ultraconservador. Desde la primera vez que tomó contacto con los padres de su novia, Greg Focker (B. Stiller), educado en un hogar muy liberal (sus papás fueron hippies en los `60), supo que iba a tener problemas. El principal se llama Jack Byrnes (R. De Niro). Ex agente de la CIA, pretende ordenarle la vida a Greg según sus códigos inalterables. En esta aventura, el joven matrimonio Focker ha tenido mellizos y los chicos cumplen un año. Hora de que las dos familias se reúnan para festejarlo; y Greg será puesto una vez más a prueba por su implacable suegro. Pretende convertirlo en un jefe familiar a la vieja usanza. Felizmente, arriba a la celebración la parentela del muchacho y un antiguo novio de ella para equilibrar los tantos. Como de costumbre, hay enredos y malentendidos a granel, pero la gracia luce un tanto más moderada que en los dos films anteriores.
Primera parte del capítulo final de la exitosa saga de J. K. Rowling. Los chicos han crecido y con ellos los riesgos a que serán sometidos. Los días de aprendizaje han quedado atrás y es hora de demostrar lo aprendido. Prueba de fuego para los jóvenes magos. Harry, Ron y Hermione encaran la peligrosa misión de localizar y destruir el secreto de la inmortalidad de Lord Voldemort y la capacidad de destrucción de los Horrocruxes. Solos frente al Mal, los tres amigos deberán confiar en sus propias capacidades. Las Fuerzas Oscuras se interponen y amenazan separarlos.Los juegos han quedado atrás. Voldemort ha tomado el control de Hogwart y está dispuesto a aniquilar a quien se le oponga. El enemigo busca encarnizadamente a Harry, con órdenes de llevarlo ante Voldemort para que se libre la batalla final. El peligro acecha a cada paso.
Recordado director de “Cinema Paradiso”, Giuseppe Tornatore encara aquí un ambicioso fresco de tono épico que recorre 50 años de la historia de Italia, siguiendo los pasos a una familia siciliana a lo largo de tres generaciones, desde 1930 a 1980. El relato arranca en los alrededores de Palermo, en plena consolidación del régimen fascista, y culmina con los avatares políticos de la Italia de nuestros días, cuando la política se da la mano con la corrupción y el desencanto. Tornatore toma una Italia rural, casi incontaminada, en la figura de un pastor y la va cargando con luchas sociales y políticas que marcarán a fuego a los personajes. Así, de pronto, el fascismo exige sumisión y complicidades o claro enfrentamiento y pagar las consecuencias. Padres e hijos ya no piensan de la misma manera. Algo se ha quebrado y esas heridas no cierran fácilmente. En ese contexto, también se inscribe la Segunda Guerra Mundial y la inmediata posguerra.
El popular comentarista Leonard Maltin la destacó como “una de las mejores películas del año” en su programa “Entertainment Tonight”, pero Maltin suele ser generoso. En su triple condición de guionista, director e intérprete, Ben Affleck se pone al frente de un thriller con secuencias de extrema tensión y desenlace con sorpresas. Habitante de los suburbios de Charlestown, Boston, Ben planea un robo maestro que lo aleje para siempre de su barrio y de su vida. Desde hace tiempo, lidera una banda de asaltantes de bancos con diversa suerte. No es tarea fácil manejar a ese grupo con personalidades tan conflictivas. Deberá cuidarse, además, de un implacable agente del FBI que no le pierde pisada. Habrá que agregarle la complicación sentimental, cuando entra en relación con una empleada del banco. Affleck conoce el oficio y arma con astucia una intriga policial que no deja espacio para el bostezo. El saldo es un producto sólido, que avanza aceitadamente y nos lleva de la nariz.
Nominada a cuatro Oscar (película, actriz, actor de reparto y guión), se fue con las manos vacías. Seguramente, la propuesta sonó demasiado fuerte para los votantes conservadores de la Academia de Hollywood. Una pareja de lesbianas de mediana edad con una relación muy sólida, ve que se le viene abajo la estantería cuando sus dos hijos adolescentes, que fueron concebidos por inseminación artificial, insisten en conocer a su padre biológico, que es uno solo. El film habla sobre las flamantes reglas del juego de una familia atípica. Julianne Moore y Anette Bening, en formidable duelo actoral. Mark Ruffalo no se queda atrás como tercero en cuestión. La edición en DVD llega acompañada por un trailer generoso, con abundante making off. Merece especial atención al segmento “Formar una familia”, que incorpora datos sabrosos sobre la manera en que se fue armando el guión. Una comedia adulta, con réplicas sin desperdicio. El cine estadounidense le va perdiendo el miedo a ciertos temas.
Las superproducciones de tono épico suelen prodigar un gran espectáculo, con personajes y diálogos estereotipados. Por eso era un verdadero desafío para el español Alejandro Amenábar (“Los otros”), hombre que suele frecuentar otros climas cinematográficos, encarar un “mainstream” y salir airoso. El asunto arranca en Egipto, en el siglo IV. Hay violencia religiosa en las calles de Alejandría. Un desborde imparable que alcanza la célebre Biblioteca de la ciudad. Atrapada entre sus paredes, la astrónoma Hipatia, lucha secundada por sus discípulos, para salvar esa fuente de conocimientos. En ese grupo, dos hombres se enfrentan por su amor: el privilegiado Orestes y Davus, joven esclavo de Hipatia, quien se debate entre su amor secreto y sus ansias de libertad que lo impulsan a unirse a los cristianos. Amenábar consigue un relato noble y bien documentado, sin vulnerar las reglas de un género donde caben la pasión y la aventura junto a la precisión histórica.
Cada vez que Alice (M. Jovovich) abre los ojos, el futuro luce más y más negro. Encarado como aventura retrofuturista, a la manera de “Mad Max”, “Resident Evil” se constituyó de inmediato en un referente para fanáticos del género. Mezclaba con habilidad elementos de ciencia ficción con la más pura acción y el horror, en un paisaje apocalíptico. En ese contexto, Alice aparece como una heroína poco frecuente. En este cuarto capítulo de la saga, le toca nuevamente enfrentar a la Corporación Umbrella con su ejército de muertos vivientes. Convertida en guerrera involuntaria, Alice recorre bien pertrechada ese desolado espacio de un futuro sin esperanzas, en procura de sobrevivientes. Se une a un grupo que sigue a un líder que les ha prometido un seguro refugio, conocido como Arcadia. Acaso, una manera de recomenzar de cero. El personaje de Mila Jovovich está marcado por la más pura desesperación. No hay espacio para el amor.
Un policial desconcertante, con demasiadas vueltas de tuerca. Decididamente, Guillaume Canet, actor y director, no está a la altura de maestros del género como Jean-Pierre Melville o Claude Chabrol. Esta intriga, por la cantidad de personajes y situaciones funcionaría mejor como culebrón televisivo. En el Hollywood clásico, todo estaba muy claro desde el vamos, porque se sabía que el espectador no vuelve atrás. Acá, la claridad es lo de menos. Alexandre Beck es un pediatra feliz, enamorado de su mujer, hasta la noche fatal en que van a bañarse a un río y su pareja acaba asesinada en circunstancias muy oscuras. Ocho años más tarde, todavía lo atormenta el recuerdo. Más aún, cuando se encuentran dos cadáveres en la escena del crimen y la policía reabre el caso, ensañándose con Beck, a quien señalan como el principal sospechoso. F. Cluzet se lo pasa corriendo durante toda la película, perseguido por una trama impiadosa que multiplica enigmas a cada paso.