La historia se centra en una líder militar que se encuentra haciendo un recorrido de rutina junto con su grupo de soldados. Todo se complica cuando una extraña tormenta se presenta, transportando a todo el destacamento a otro mundo donde habitan peligrosos monstruos, incluido un titánico dragón que intenta destruir a toda persona que encuentra. Y hoy llegó el día que muchos se temían, en el que vamos a comentar como Paul W. S. Anderson, junto con su esposa Mila Jovovich, vuelven a destrozar otro videojuego de Capcom, solo porque pueden. Que empiece la masacre de Monster Hunter. Como deja ver la sinopsis, una vez mas Jovovich acapara porque sí el protagonismo, con un personaje inventado que de nuevo tiene todas las capacidades de una Mary Sue para hacer frente al desafío que debe afrontar. Atrás quedaron los protagonistas exploradores de nuevos continentes que de a poco tienen que ir colonizando un mundo que no conocen y esta llenó de peligros, algo que ya venia del videojuego y que no era muy difícil de adaptar a la gran pantalla. Y obviamente, Jovovich está el 100% del tiempo en pantalla, siempre bien maquillada y sexymente despeinada, pese a que se pasa la mayoría del metraje revolcándose en el piso luchando con monstruos de proporciones titánicas. En este sentido recuerda un poco a el super poder que tenía Wonder Woman en su ultima entrega, para nunca verse mal por más de estar recibiendo palizas tras palizas. ¿Monster Hunter tiene algo rescatable? Si, no todo es un desastre. Las peleas con los monstruos se ven bastante bien, es una pena que para los que vivimos al sur del continente, no pudiéramos ver esta película en cine solo para apreciar los efectos en la gran pantalla. La música también es bastante rescatable, con un estilo bien tecno. Aunque no pega demasiado con lo que está pasando visualmente, se sigue escuchando bien. Con poco mas para comentar, Monster Hunter termina siendo un film bastante flojo, pese a que la mayoría no esperaba nada de él. Con la pareja conformada por Jovovich y el peor Anderson de todos los que dirigen; tenemos una película que termina dando veinte pasos para atrás con respecto a lo logrado por Sonic o Detective Pikachu en lo referente a las adaptaciones de videojuegos. Todos los gammers les estamos agradecidos…
JJ es un ex militar y actual agente de la CIA, pero su primera misión no sale bien; por lo cual es degradado al trabajo de vigilancia. Así es como se instala en un edificio junto a su compañera, para espiar a una vecina que puede ser potencial persona clave para desbaratar una red de terroristas. Lo que JJ no contaba era con la presencia de su pequeña vecina. Siguiendo los pasos de Un detective en el kínder, Grandes espías retoma el camino de las películas de acción y comedia, que se centran en un tipo musculoso que hace tándem con un niño mientras se involucra cada vez más en un caso que debería ver desde lejos. Y sabiendo esto, quizás sea posible disfrutar la película protagonizada por Dave Bautista. Así es, el ex WWE se le anima al ridículo en esta película. Probado está su buen timming para el humor en el MCU, así que era una apuesta bastante segura a la hora de ponerlo en dupla con una niña. Pero sorprende la buena química que tiene con la misma; aunque también es mérito de la pequeña Chloe Coleman, que pese a estar muchos minutos en pantalla, nunca chirria y hace bastante creíbles sus salidas que rozan en más de un momento lo WTF. Porque si, la película juega con el absurdo y con que el espectador sea cómplice de algunas situaciones, que, de darse en films serios, serian de esos factores que hacen que uno le termine bajando la nota final; en ese caso, Grandes espías es bastante autoconsciente, y depende bastante de nosotros para disfrutarla o no. Pero si tiene varias cosas negativas. El primero es que muchos de los gags no causan gracia. De hecho, los que funcionan son los que hacen alusión a la cultura pop contemporánea, porque los que corresponden a la propia película, no pasan de caídas, acción exagerada (ya hablaremos de esto), o personajes estereotipados llevados al extremo de lo ridículo. Y con esto nos referimos a una pareja compuesta por dos hombres que roza la vergüenza ajena por cómo están interpretados, y que atrasa veinte años. Grandes espías es una película perfecta para ir con la familia. Sin pretensiones, con chistes para los más chicos y algunos para los adultos; y una buena pareja protagonista; es de esos films que ya con el poster nos cuenta todo lo que debemos saber antes de entrar a la sala de cine. Honestidad brutal.
Ian y Barley son dos hermanos elfos, que viven en la actualidad, en un mundo en el que alguna vez existió la magia. Cuando Ian cumple la mayoría de edad, recibe un regalo póstumo de su padre; un báculo de mago con el que poder revivirlo solo por un día. Ambos hermanos emprenderán una épica aventura para poder pasar un último momento con su papá. Luego de algunas producciones bastante simplonas, Pixar debía redimirse con su público; y que mejor forma de hacerlo con una película de la que casi nadie esperaba demasiado. Y es que, si bien la trama de los hermanos en una aventura no venía siendo demasiado usada, el centrarla en un mundo mágico si le quitaba algo de originalidad. Graso error. Quizás en los primeros minutos, Unidos les recuerde a la infame Bright(ese bodrio que sacó Netflix hace unos años), y más de uno se va a llevar las manos a la cabeza. Tranquilos, una vez pasada la introducción del mundo y los personajes centrales, es decir, unos quince minutos, la película empieza a ir progresivamente hacia arriba, tanto en su trama y emotividad. Todos aquellos que tengan una unión muy cercana con su hermano mayor o menor, o quienes por desgracia perdimos a nuestro padre a una temprana edad, Unidos nos va a dar más de un golpe directo al corazón; ya que se nos plantea lo clave que son dichos lazos familiares, y como los mismos, nos van formando para nuestra futura edad adulta. En este sentido, quien más brilla es el personaje de Barley. Tanto por el diseño físico o personalidad, no podemos dejar de pensar en Jack Black, y que hubiera quedado bastante mejor que el propio Pratt (aunque por edad, Black podría ser más el padre que el hermano mayor de Tom Holland). Pero no todo es bueno en Unidos. La película parece un copy/past de varios productos, siendo el más obvio, Full Metal Alchimist. A esto hay que sumarle que la trama tarda bastante en arrancar, llegando casi a la media hora hasta que la cinta recién se pone entretenida (eso sí, cuando empieza no para). Unidos es una buena película, que, con algunos pequeños detalles mejor trabajados, hubiera sido mucho más redonda. De todas formas, estamos ante lo mejorcito que nos ofreció Pixar en tiempo; así que la recomendación total.
Buck es un enorme perro perteneciente a una familia hacendada. Pero en plena época de la fiebre del oro, los animales así eran codiciados por todos, por lo que el pobre canino es secuestrado y vendido para ejercer como perro de trineo. Así Buck irá pasando por distintos dueños, adentrándose más en la naturaleza y conectando cada vez más con su lado salvaje. El llamado salvaje es una nueva adaptación de una novela escrita por Jack London, quien, en sus historias, vemos a la naturaleza en su máxima expresión, y a los humanos siendo relegados a roles secundarios, en pos de tener a animales como protagonistas. Lo primero que nos llama la atención de El llamado salvaje es que debemos agradecer que esta película se realizó a esta altura de la historia del cine; porque de haber sido en los 80, no queremos ni imaginar la de perros que hubieran muerto en el rodaje. Y si, los animales (todos) en esta ocasión están hechos en cgi. El cgi quizás sea lo más discutible de toda la película, ya que por momentos se intenta humanizar a los animales, dándole sentimientos a sus facciones; cuando en realidad sabemos que somos los humanos quienes proyectamos nuestras emociones en nuestros amados perros. Al humanizarlos, se nota el trabajo realizado en la computadora, y es algo que sucede casi de forma constante, así que cuesta bastante dejarse llevar por el relato, sin que el apartado visual nos esté haciendo ruido casi cada vez que Buck aparece en pantalla. Por suerte el resto de la película si está a la altura de lo que se podría esperar de un relato de este estilo. Las emociones están a flor de piel, ya que nos alegramos en cada momento que a Buck le salen las cosas bien, y nos preocupamos de igual manera cuando su vida corre peligro, ya sea a manos de la naturaleza, o de algún humano. Porque si, hay bastantes humanos en El llamado salvaje. Podríamos destacar a Harrison Ford y a Omar Sy como los que mejor performance ofrecen. Si bien sale acreditada en los posters, Karen Gillan pasa totalmente desapercibida, y si parpadean, se pierden su aparición. Pero es Dan Stevens quien peor sale parado de la ecuación; mas por un pobre personaje que por una mala actuación. El llamado salvaje es una buena película, que apela bastante a los sentimientos que tenemos todos para con los perros (queremos creer que a todos les gustan ¿No?). Con una historia simple pero efectiva, sin exigirnos y exigirse demasiado, es un estreno más que interesante a la hora de elegir ir al cine en familia.
La detective Muldoon se muda a un nuevo poblado con su pequeño hijo, tras la dolorosa muerte de su esposo debida a un cáncer. Mientras se adecua a su nuevo trabajo, de a poco se ira interesando e involucrando en unas misteriosas muertes ocurridas varios años atrás. Lo que no sabe es que su curiosidad será su perdición. Luego de varios años desde la última entrega occidental de El grito, nos llega este intento de reboot/secuela donde pretenden re lanzar la franquicia, ahora centrándose netamente en una historia norteamericana. Y acá es cuando empieza el desastre de La maldición renace. Lo primero que salta a la vista, es que quieren relanzar la franquicia desde cero, y, por ende, respetan poco y nada el lore (la mitología) de las películas originales (ya sea la nipona o el primer remake norteamericano). Esto saldrá a la luz cuando expliquen el porqué de las muertes y el ente vengativo. Pero La maldición renace no solo es mala por eso. La historia está segmentada en cuatro sub tramas que son contadas de forma alterna: así es como vemos el “origen” en Norteamérica de la maldición, dos donde solo tendremos victimas para engrosar el número de fantasmas, y la supuesta historia principal donde veremos a la Detective Muldoon y su compañero (que tiene conexión con los eventos antes mencionados). El problema de esto, es que, al tener tantos arcos argumentales, no logramos empatizar con ninguno de los personajes, porque apenas conocemos sus motivaciones y miedos. A esto debemos sumarle la cantidad ya irrisoria que tiene la película de jumpscares. A esta altura, ya todos saben lo que son, y cualquiera que sea afín al cine de terror, va a ver venir los sustos con subidón de volumen incluidos, así que, si son asustadizos, van a poder prever los momentos de horror para desviar los ojos de la pantalla. De todas formas, no todo es malo en La maldición renace. Por suerte la película está bien actuada; por todo su elenco, desde el personaje más terciario, hasta el principal. Gracias a esto, y pese a la casi nula construcción de personaje, podemos sentir un mínimo de empatía por ellos y preocuparnos para ver si salen vivos o no. La maldición renace es un pobre intento de volver a traer a la actualidad una franquicia que ya en su tiempo no había terminado de cuajar en el público masivo. Viendo que ya van varios fiascos que pecan del mismo error, seria hora de replantearse si vale la pena intentar revivir viejas glorias, o pensar nuevos proyectos.
Tras ver como el Guasón se lleva siempre el crédito por los planes de ella, Harley decide abandonar a su novio; pero junto con eso, pierde toda la protección que tenía. Ahora media ciudad intenta matarla, por lo que llega a un arreglo con un peligroso criminal, Roman Saonis, pero Harley no será la única implicada. Estamos ante unos extraños casos donde el público en general aceptó un personaje, pero que nunca solicitó una película individual del mismo; pero de todas formas, nos terminan trayendo su largometraje. En el caso de quien les habla, tenía pocas expectativas con Aves de Presa y la fantabulosa emancipación de Harley Quinn, y aun así, lograron decepcionarlo. El principal problema de esta película, es que se siente que no supieron que hacer con el personaje, más que explotar su fama en el cine, pero de forma bastante tardía, y con su boom ya habiendo pasado. Es por esto que la trama aparte de ser mega simple, por momentos no tiene sentido; teniendo que recurrir a un montaje que abusa de los flashbacks para ponernos en contexto y alargando el metraje sin necesidad. Todo mientras la propia Harley rompe la cuarta pared al más puro estilo Deadpool. A esto hay que sumarle la mala decisión de imitar a John Wick en las coreografías de peleas. Y esto lo decimos en un mal sentido, ya que las chicas protagonistas son casi invencibles, pese a que se enfrenten a gente que está con armas de fuego y ellas no, mal entendiendo que realismo, es ver como nuestro protagonista si recibe daño físico y aun así logra ganar el combate. Por suerte el trió protagónico, encabezado por Margot Robbie, logra cargarse la película a sus espaldas, incluidas las escenas de acción. Contrario a lo que pasó con Los Ángeles de Charlie, acá nunca se notan las dobles de riesgo, o la utilización de cables; y pese a que están mal planeadas, las escenas de acción logran sostenerse. Y si bien Margot Robbie ya debería alejarse lo máximo posible del personaje (suponemos que tiene un contrato que la ata), la australiana sigue poniéndole las mismas ganas que la primera vez, mostrando un grado de profesionalidad, que no vimos en otras actrices de otras franquicias heroicas pertenecientes a la competencia (y si, te miramos a vos Jennifer Lawrence). Aves de Presa y la fantabulosa emancipación de Harley Quinn es una película que no solo no ofrece nada como producto individual, tampoco expande el ya muerto Universo Cinematográfico de DC; y para peor, no logra ser entretenido pese a que no llega a las dos horas de duración. Para el que sea verdadero fan de la serie, ahí tiene la serie animada, no nos agradezcan.
Primera Guerra Mundial. Ante una aparente retirada de los alemanes, el ejército inglés se da cuenta que en realidad es una trampa para uno de sus batallones. Por eso dos soldados tienen que atravesar campo enemigo con la misión de advertir a sus compañeros que cancelen el ataque y se evite una masacre, todo en menos de ocho horas. 1917 viene arrasando en todas las premiaciones de esta temporada, y por ende, las expectativas que había a la hora de entrar al cine eran bastante altas. Y debemos decirles, que pese a algunas cosas menores, el nuevo film de Sam Mendes está a la altura del hype que venia provocando. Desde el momento que se supo que todo iba a ser un falso plano secuencia, sabíamos que iba a ser un espectáculo visual de esos que son obligatorios ver en el cine. Y si, estábamos en lo cierto, la fotografía y la dirección que tiene 1917 es para sacarse el sombrero y hace entendible que para las premiaciones, este film este por sobre por ejemplo, El irlandés. A esto debemos sumarle que tenemos una de las bandas sonoras mas poderosas de este año, y que en su clímax llega a tocar su punto mas alto, provocándonos un nudo en la garganta incluso, pese a que no estemos viendo una situación triste. Pero no todo es para aplaudir. El gran problema que tiene esta película es el guion. Si bien era sabido que este film radicaba su mayor fortaleza en el apartado visual, la trama en más de una ocasión deja bastante que desear. Y no lo decimos porque la historia es súper simple (aunque no llega al nivel de pereza de Dunkirk), sino que también los personajes principales están muy pobremente construidos. Nunca sabemos nada de su pasado, o de esa amistad que se nos intenta vender. En ese sentido una duración de unos diez minutos donde se nos cuente más de ellos, hubiera sido de agradecer. Pero así y todo, este apartado no logra tirar al suelo todo lo positivo que tiene 1917. Pedimos encarecidamente que vean esta película en el cine, porque no solo van a poder disfrutar el apartado visual en todo su esplendor, sino también de una música, que acompañado con las imágenes, le va a quitar el hipo a más de uno. Eso sí, en una opinión muy personal, entendemos la mas que segura victoria de Sam Mendes en los Oscar, pero no así que 1917 se alce como mejor película. Lo dicho, una opinión personal.
Inglaterra Colonial. Luego de que su esposa muriera en un naufragio, John Dolittle decide aislarse de la civilización. Luego de que un chico necesite las particulares habilidades del veterinario (quien puede hablar con los animales), les llega la noticia que la Reina de Inglaterra está enferma y necesitan su ayuda. Así es como Dolittle, su aprendiz, y toda una camada de animales domesticados, se emprenden en la tarea de encontrar una cura. Mucho se rumoraba cual sería el futuro de Robert Downey Jr. tras su salida del MCU. Y no éramos pocos los que suponíamos que se iba a dedicar a roles diametralmente opuestos, en films de corte más serios y con desafíos actorales mucho mayores. Bueno, nada de eso pasó, y en cambio nos entregó esta película que ya desde su tráiler, no nos auguraba nada bueno. El mayor problema de Dolittle, es que se siente como una película que busca de forma desesperada iniciar una franquicia. Y por esto, es que se nos quiere vender personajes secundarios insoportables para que el protagonista vaya formando su troupe; teniendo hasta incluso la búsqueda de momentos impactantes desde lo visual, pero casi sin ningún sentido narrativo a nivel de la trama. A esto debemos sumarle lo desaprovechado que esta el elenco. No sabemos si fue decisión del director (y también guionista) Stephen Gaghan o pura decisión de Downey Jr. pero a este último parece que nadie le avisó que ya no es Tony Stark. Así que volvemos a ver los tics del emblema del MCU pero en otra película donde no pegan nada. Y ni hablar de los secundarios, donde vemos a Michael Sheen totalmente desperdiciado, o Antonio Banderas repitiendo, una vez más, uno de esos roles que se supone que son pintorescos y agradables pero que en realidad son súper molestos e irritables para el espectador. Pero no todo lo malo queda ahí, que pese a tener un elenco de lujo para darle las voces a los animales, el hecho verlos mover la boca vía cgi, chirria bastante. Quizás que nuestro protagonista los entienda telepáticamente hubiera sido mejor opción; o incluso mejor aún, en respetar lo que la propia cinta muestra al inicio. Los primeros diez minutos vemos una introducción a nuestro personaje central y la historia en sí, hecho con animación; y no dudamos en decir que eso es de lejos lo mejor de Dolittle… Nadie hubiera esperado que ya en enero, tuviéramos dos grandes fiascos entre los estrenos, pero terminó sucediendo. Desaprovechando buenos actores, y buscando de forma casi obscena comenzar una buena saga, Dolittle solo ofrece buenos efectos especiales (lo mínimo que se le puede pedir a estas producciones); demasiado poco con el potencial que había.
Basada en hechos reales, El robo del siglo cuenta la historia de un grupo de personas que decide robar una de las sucursales del Banco Rio; comandados por un pacifista casi hippie. De a poco iremos viendo como estos improvisados malandrines, tienen que ir armando el plan, previendo cualquier eventualidad. De la mano de Ariel Winograd nos llega El robo del siglo, que se encarga de contarnos la preparación, ejecución y consecuencias del ya famoso atraco, todo con un tinte de comedia al más puro estilo de la saga de Danny Oceanprotagonizada por George Clooney, pero argentinizada lo máximo posible. Y con esto creo que podemos resumir casi toda la cinta. Quienes hayan visto anteriores films de Winograd, sabrán que nos vamos a encontrar una comedia que hace gala (y por momentos abusa) de los argentinismos, pero que así y todo son entretenidas; pero que nunca logran pasar esa barrera, dejándonos un sabor agridulce. En esta ocasión, suponemos que, al contar un hecho conocido por casi todo el mundo en nuestro país, decidieron llevarlo para el lado de la comedia, restándole casi todo el dramatismo al atraco; y salvo, aquellos que no tengan ni idea de que pasó (un poco de cultura general no vendría mal…) nadie se va a sorprender por la resolución del asalto, o ese evento casi absurdo que sucede una vez dado el golpe. A esto debemos sumar, que, salvo los personajes principales, es decir, los compuestos por Diego Peretti y Guillermo Francella, el resto que casi carece de trasfondo, haciendo que sumado al ya sabido resultado del robo, nos importe poco y nada que es de cada uno de ellos; y volviéndose personajes bastante planos y en algunos casos, caricaturescos. Pero no todo es malo en El robo del siglo. La película tiene buen ritmo, y pese a los defectos que mencionamos más arriba, se hace bastante llevadera ya que siempre está pasando algo en pantalla, y la trama va hacia delante de forma constante. El robo del siglo es una película entretenida y poco más. ¿Vale la pena verla en el cine para apoyar las producciones nacionales? Definitivamente sí, pero de las propuestas locales que tuvimos los últimos meses en lo que se refiere a mainstream, hemos visto cosas superiores.
Luego de que fuera tirada a un callejón, la gata Victoria conoce un mundo plagado de misterio, baile y canto. Ahora Victoria será observadora de la competición jelical, donde Gatusalen elegirá a un felino para que tenga una mejor vida. Después de unas semanas de retraso, llega a nuestro país Cats, con toda la polémica que se había producido en torno a su estreno. Que el cgi era terrible, que el diseño de los gatos era más aterrador que encantador, que el elenco estaba desperdiciado, e incluso se supo que el propio director, Tom Hooper estuvo hasta último minuto editando la película; o peor aún, que después de su estreno se seguía trabajando en los efectos. Y por desgracia, tenemos que decir que si, Cats es el desastre que se vaticinaba. Lo primero que salta a la vista es que nunca fue una buena idea la de mezclar humanos con cuerpos hechos en cgi. El trabajo final de unión termina siendo bastante pobre, y en más de una ocasión (presten atención a la aparición de Taylor Swift) parecen que las caras están superpuestas a los gatos antropomórficos. A esto hay que sumarle varios problemas con las escalas de los objetos y el tamaño de los gatos, y algunas secuencias bastantes creepys que incluyen ratones y cucarachas con caras humanas. A esto debemos mencionar el grado de vergüenza ajena que nos dio algunas cosas. Y no lo decimos por la millonésima vez que Rebel Wilsonintenta hacer humor con el sobrepeso, sino por ver como Ian McKellen hace el ridículo, o Idris Elba (el mismo que se quejó por su uso en el MCU y el abuso del mismo con respecto al cgi) contradiciéndose y tocando fondo. Quizás las únicas que se salvan son Judi Dench y Jenniffer Hudson, la primera por darle algo de seriedad al proyecto, y la segunda por algo que explicaremos en el siguiente punto. Una de las cosas que, si debemos destacar, son las canciones. Todas están interpretadas con un nivel de excelencia digno de los mejores musicales; incluso aquellas que son cantadas por gente que no tiene dotes de cantante (como los ya citados Dench o McKellen). Es una lástima que los subtítulos no estén a la altura, cambiando el significado casi de estrofas completas, solo para que las palabras rimen. Eso sí, por suerte a Memory la respetaron y es el mejor momento de toda la cinta. Cats podría haber sido un gran musical, pero las malas decisiones que se tomaron a la hora de llevarla a la gran pantalla; en especial a las que se refieren a no hacerla en cgi en su totalidad, o por el contrario ir por efectos prácticos, terminaron matando al proyecto. Da pena ver como alguien que nos dio obras como El discurso del rey o Los Miserables, es el responsable de hacer este hibrido.