Jojo es un niño de unos diez años que vive en la Alemania Nazi. Siendo un fanático, sueña con convertirse en un soldado, e incluso su amigo imaginario es el propio Hitler. Cuando descubre a una adolescente judía viviendo refugiada en su casa, de a poco ira chocándose con la realidad, y viendo que la fantasía que creía se cae a pedazos. Luego de la espantosa Thor: Ragnarok, quien les habla no tenía demasiadas ganas de ver cualquier proyecto venidero encabezado por el realizador Taika Waititi, es por eso que mi hype para con Jojo Rabbit era nulo; y así fue la grata sorpresa que me lleve en el cine. Jojo Rabbit es una comedia de tono infantil pero que se sitúa en un periodo histórico trágico, y, por ende, este estilo de hacer comedia termina resultando bastante bizarro, que combinado con el drama real que produce la guerra, hace que el humor que maneja Waititifuncione a la perfección. Pero también debemos hablar del elenco. El pequeño Roman Griffin Davisse come la película, y justifica totalmente su nominación al Globo de Oro. Al mismo tiempo, está muy bien secundado, primero por la talentosa Thomasin McKenzie. Ambos componen una dupla súper querible, y el carisma que transmiten en pantalla es tremendo. En cuanto al reparto de adultos, todos tienen su momento para brillar, pero quien más destaca, una vez más, es Sam Rockwell. Es una lástima lo insoportable que se vuelve el propio Waititi a la hora de estar delante de la camara, y ya alguien le debería decir que deje de insistir actuando. Esto último mencionado, es quizás lo único negativo que le encontramos a la Jojo Rabbit, ya que como decimos, el resto de los apartados cumplen su labor. La duración es la más acertada, ni siquiera llegando a las dos horas, y, por ende, teniendo un ritmo que no se detiene y en el que de forma constante la historia avanza. Y para cerrar, también mencionar los escasos momentos que vemos de guerra. Ya que la trama se sitúa en la Alemania Nazi, era obvio que íbamos a ver un poco de contexto, y en este sentido, Waititi muestra buena mano para las peleas, sin nada que envidiarles a otros directores. Jojo Rabbit es la sorpresa que se venía diciendo en los festivales. Contando una historia tierna que mezcla el humor con la tragedia, no va a dejar indiferente a nadie, y hace que todos aquellos que odiamos Thor: Ragnarok, le demos una nueva oportunidad al director nacido en Nueva Zelanda.
Richard Jewell es un hombre solitario que vive con su madre, y sueña con unirse a cualquier cuerpo de seguridad de Estados Unidos. Luego de pasar por varios trabajos, termina siendo seguridad en los Juegos Olímpicos de Atlanta 96. Luego de que el famoso atentado suceda y Jewell sea considerado un héroe, con el transcurso de las horas, las cosas se irán dando vuelta y él es considerado como el principal sospechoso. Luego de La Mula, y ya a su edad, nadie esperaba mucho de una nueva película de Clint Eastwood, pero no hay nada mejor para un cinéfilo, que le cierren la boca; y El caso de Richard Jewell lo hace con creces, y sin traicionar el espíritu de Eastwood como realizador, quien gusta de contar estas historias protagonizadas por héroes anónimos o muy chicos. Y en este sentido la gran sorpresa de El caso de Richard Jewell es Paul Walter Hauser, quien encarna a Jewell, y muestra que lo visto en Yo soy Tonya(donde hacía del verdadero villano) no fue solo un accidente; sino que de verdad el actor tiene talento, y no solo eso, que puede soportar el peso de una película a sus espaldas sin despeinarse. Sería bastante agradable verlo llevarse una nominación al Oscar, e incluso, para los que vean la película, van a identificar una escena que se presta para que sea puesta mientras vemos su nominación. Dos secundarios que también se llevan las palmas son Kathy Bates y Sam Rockwell. La primera haciendo un hermoso personaje, que es el de la madre sufrida de Richard, quien ve como mancillan el nombre de su hijo solo porque se necesita un chivo expiatorio. El segundo al dar vida al abogado defensor, rol que se transforma en el sustento emocional de los Jewell, y quien nunca se rendirá a la hora de proteger a su cliente. Es una pena que el resto, en especial Olivia Wilde y John Hamm, estén desperdiciados al nivel de que sus personajes lo podrían haber interpretado cualquiera. Donde también gana la película, es en el ritmo. Las dos horas son las idóneas para contarnos la vida de Jewell hasta el incidente, con un gran momento de tensión previo a la explosión de la bomba; para luego ver el mini ascenso y posterior caída del personaje. Quizás en esa primera parte el film bajonea un poco, hasta que Rockwell entra en pantalla, y de ahí el ritmo se estabiliza. El caso de Richard Jewell es una gran película, que, de haberse estrenado el año pasado, casi seguro hubiera estado en el Top 5 de quien les habla. Aún no sabemos de dónde saca energía Clint Eastwood para seguir filmando; pero ojalá nunca se le acabe.
Después de la muerte del Líder Supremo Snoke, un misterioso mensaje, por parte de un peligroso ser, se hace presente en la galaxia. Kylo Ren y Rey, junto con sus respectivos aliados, irán tras dicho mensaje para develar la verdad, mientras La Primera Orden y la Rebelión están a punto de tener su encuentro final. Luego del fiasco que fue Los últimos jedis, y con la salida del proyecto de Colin Trevorrow en pos de que retorne J.J. Abrams, la expectativa por esta película había crecido un poco, porque pese a dividir algunas opiniones, El despertar de la fuerza había sido una entretenida película de Star Wars, y era lo lógico que quien comenzó esta nueva trilogía, la cierre. Y tenemos que decir que el resultado, va a dejar satisfecho a la gran mayoría. Star Wars: El ascenso de Skywalkerintenta arreglar los fallos de su predecesora, pero a la vez es consciente de que si los ignora, también estaría insultando a los fans de dicha cinta; así que decide usar algunas premisas establecidas, pero centrarse más en lo realizado por el propio Abrams en El despertar de la fuerza. Y quizás ahí radica uno de los aciertos (sino el mayor) de esta nueva Star Wars, el buscar contentar a todos, pero de una forma coherente. Así que gracias a dios ya no tenemos tramas de relleno, y la historia se centra en los personajes nuevos de la saga, dejando a los viejos conocidos solo para la cuota necesaria de fanservice que debe tener todo film que cierra una trilogía. De hecho, en Star Wars: El ascenso de Skywalkersentimos menos abuso de nostalgia que con la primera parte creada por Abrams. Pero, de todas formas, no estamos ante un film perfecto. Algunas tonterías siguen estando, como el de cortar momentos dramáticos con algún chiste, o el de sacarse cosas de la jalara porque si, sin dar demasiadas explicaciones, pero haciendo que la trama avance, dándole un buen y sostenido ritmo a la historia. Y ese es otro acierto, pese a que en algún momento las dos horas y veinte se sienten, la trama avanza de forma constante, logrando, que, pese a que la película pueda gustar o no en líneas generales, nadie pueda decir que se aburre ya que no suceden cosas. Star Wars: El ascenso de Skywalker es un digno cierre para una trilogía demasiado irregular. Con una aceptable primera parte que sentaba buenas bases pese a abusar del fanservice, y una segunda que tiraba todo el canon a la basura por mero capricho del director, este final de una era, estamos seguros, va a contentar a los más fanáticos como al público casual. Algo que ya vimos, es bastante difícil de lograr, sobre todo si pensamos en cierta serie medieval vista a inicios del 2019.
El famoso escritor de misterio Harlan Thrombey es encontrado muerto en su estudio, Así empieza una investigación a cargo del detective Benoit Blanc, donde tanto los hijos y nietos del difunto son sospechosos, así como su enfermera personal. Luego del desastre épico que fue Los últimos Jedis, Rian Johnsonvuelve a estrenar una película, provocando bastante curiosidad por parte de los cinéfilos. Mayor aun cuando se conoció el elenco plagado de caras conocidas, y la historia al más puro estilo Agatha Christie ¿Ente navajas y secretos es la redención de Rian Johnson? Podríamos decir que sí. No solo la dirección recae en Johnson, sino que también el guion, y podemos decir que estamos ante uno de esos films divertidos que nos van a sacar más de una risa, sobre todo por el carisma de los actores, más que por una historia bien pulida o trabajada. Y es que, viendo el casting, la mayoría de los actores son buenos y carismáticos, de esos que, con un guion decente, logran dar más que solidas interpretaciones. Y así es como en este apartado no vemos ningún punto flojo en la película, ya que todos tienen sus cinco minutos para lucirse. Aunque si podría decirse que algunos aparecen demasiado poco, o entran bastante tarde en escena (Chris Evans por ejemplo). A lo que nos referíamos con que la historia no esté bien pulida; es que como tiene que ser en este sub género, los giros y contra giros de guion están a la orden del día. El tema es que nunca en la película logramos tomar a alguno de los sospechosos como real perpetrador del crimen, porque dicha resolución se nos presenta a la mitad del film. Esto a priori es original, pero le resta bastante fuerza a lo que viene después, sobre todo al clímax. Lo mismo podemos decir sobre la elección de no centrar el protagonismo en el investigador, y si en otro personaje (Ana de Armas). Nuevamente Johnson cae en la trampa de hacer algo original, pero no poder sustentarlo con la misma intensidad durante toda la película, haciendo que por momentos las dos horas y monedas de duración, se terminen sintiendo. Entre navajas y secretos es una divertida película, con algunas buenas ideas de Rian Johnson a nivel guion, pero que no están del todo bien resueltas; algo que parece ser moneda corriente en el director y guionista. Si gustan de ver films con elencos plagados de estrellas, y reírse por momentos en el cine, es una recomendación segura.
Roy Courtnay es un anciano, pero, sobre todo, un estafador nato. Su nueva meta, es seducir y robarle todo su dinero a Betty, otra mujer mayor y solitaria como él. La pareja parece llevarse bien, pese a que el nieto de Betty sospecha de Roy, pero el pasado de este se hará presente, creando varias dificultades. Casi sin hacer ruido, llega a nuestros cines El buen mentiroso, film que se apoya en su totalidad, en las presencias de Hellen Mirren y Ian McKellen, quienes no solo logran cargarse el peso del film a sus espaldas, sino que deben ser de los pocos actores de la tercera edad, que llegaron a grandes sin casi hacer el ridículo en películas de dudosa calidad. Sobre la historia mucho no podemos contar, ya que cualquier cosa aparte de la sinopsis podría resumirse como spoiler. Pero sí podemos decir, es que el film por alguna extraña razón, se nos presentaba como alguna comedia de atracos, cuando en realidad, estamos ante un thriller bastante interesante, que hace foco en el pasado de ambos personajes centrales. Así que como es de suponer, Mirreny McKellen se roban la función con sus actuaciones. Ambos son viejitos encantadores y cariñosos, pero cuando la trama lo pide, cambian de personalidad, volviéndose unos personajes bastante perturbados y misteriosos, al grado que no nos gustaría cruzarnos con ninguno de ellos. También hay que recalcar la sobria fotografía que tiene la película. Todo en tonos muy apagados y fríos, demostrándonos que hasta en los momentos de felicidad de los personajes, algo turbio está sucediendo por detrás. Poco más se puede decir sobre El buen mentiroso. Es de esas cintas correctas, muy bien actuada, y que nos va a entretener en sus casi dos horas de duración. Pero al mismo tiempo, salvo por sus protagonistas, nadie se la va a acordar al cabo de una semana.
Kate (Katarina) es una joven que, tras salir de una grave enfermedad, no logra re armar su vida. Sin un lugar donde vivir, perdiendo amigos de a poco, y al borde del despido, conoce al joven Tom, quien se muestra muy interesado en ella, y, sobre todo, en ayudarla a salir adelante. La magia de la navidad, época en la que transcurre la historia, se va a hacer presente. Last Christmas: otra oportunidad para amar llega como el clásico film en co producción entre USA e Inglaterra que todos los años nos aparece en época navideña. Esta vez por suerte no es una historia coral, sino que se centra, casi en su totalidad en Kate, el personaje interpretado por Emilia Clarke. Lo primero que tenemos que decir, es que el que vaya buscando una comedia romántica al uso, le vamos diciendo que no; ya que la historia se acerca más a la auto superación y encontrar nuestro lugar en el mundo, que el de la magia navideña solo sirviendo para encontrar pareja. En este sentido la elección de Emilia Clarke es bastante irregular. Por un lado, la actriz británica logra transmitir a la pantalla su carisma y simpatía vista fuera de cámara; pero, por otro lado, al tener más de un momento emotivo, nuestra ex Khaleesi demuestra lo limitada que es cuando la trama la exige algo más que sonreír. En este sentido se echa en falta algún secundario de bastante peso. Si bien tenemos a Michelle Yeohcomo la jefa de Kate, y en más de un momento, y sin mucho esfuerzo logra comerse la película, su participación es bastante escasa, sirviendo casi como alivio cómico que como un real apoyo moral para Emilia Clarke. Y lo mismo podemos decir de Emma Thompson y casi la totalidad de los secundarios. A esto debemos sumarle un giro de guion que se ve venir a los quince minutos de película, cuando se nos presenta todo el trasfondo de Kate. Es una pena que la historia se centre tanto en este momento, en lugar de hacer más hincapié en la auto superación de dicho personaje; algo que solo se ve con un par de escenas de montaje y poco más. Last Christmas: otra oportunidad para amar es de esas películas “buenaondistas” con todas las ñañas de las comedias familiares inglesas. Mucho humor naif, bastante azúcar, y drama liviano como para compensar tanta melosidad, pero que desaprovechan algunas buenas ideas. Para verla en familia para pasar un momento ameno en el cine, y poco más.
Elena Houghlin es técnica en informática en una empresa que crea el dispositivo Calisto, capaz de controlar la electricidad sin ningún tipo de cable. Lo que parecía ser el futuro de la energía limpia, también puede ser usado como arma, y es por eso que una agencia de espionaje entra en acción para salvar a Elena y evitar que dicho artefacto caiga en las manos equivocadas. Pero hay más de un implicado en dicho caso. Luego de la injustificada polémica que desató Elizabeth Banks debido al fracaso de taquilla que está siendo Los Ángeles de Charlie en Norteamérica, tenemos que coincidir con el gusto de los espectadores del país del norte, y asegurarles que estamos ante uno de los peores films vistos en el 2019. La cantidad de cosas mal concebidas que tiene esta película es alarmante. Ya hemos visto como a veces las cintas de acción fallan en las escenas donde deben destacar, o en la creación de sus personajes, e incluso en las actuaciones. Pero rara vez somos espectadores de un proyecto que le erra a todos los apartados; incluso hasta en la música. Lo que más salta a la vista, entre las cosas negativas, son lo mal rodadas que están las escenas de acción. Desde el más que evidente uso de los dobles, y, por ende, planos para no ver las caras de las actrices, hasta la más que obvia utilización de cables. Aunque si vale decir que Ella Balinska logra salir bien parada en dichas secuencias; porque si tenemos que mencionar la labor de Kristen Stewart como heroína de acción… habría que buscar quien fue el ejecutivo culpable de dicho cast. Pero el principal error de Los Ángeles de Charlie es no haber entendido que hizo exitosa al film de hace más de una década. Todos sabemos que aquella película era mala, pero en su elenco tenía a una de las actrices más convocantes del momento, así como otra que era (y es) muy querida por toda la audiencia; algo de lo que carece la nueva entrega. Pero más grave aún, es que este intento de reboot decide tomarse enserio así mismo, en vez de abrazar su lado más ridículo y absurdo, algo que, si hacía, y bien, la obra que tenía a Drew Barrymore a la cabeza. Los Ángeles de Charlie termina convirtiéndose en una película pésima, con muy poco salvable (lo mencionado de Balinska y un chiste cinéfilo). El resto es una sucesión de sin sentidos, que se esfuerza a cada momento para conectar con el espectador, pero que desde su concepción nunca entendió al mismo; algo que queda en claro con las recientes declaraciones de Elizabeth Banks. A verla bajo su propio riesgo.
Años 60. Lionel trabaja para el detective privado Frank Minna, quien, en pleno caso, es asesinado por unos misteriosos hombres. Ahora todo el equipo de Minna, sobre todo Lionel, se pondrá a investigar para saber que pasó en realidad. Pero ellos no tienen en cuenta que están a punto de meterse contra los pesos pesados de la ciudad de Nueva York a nivel política. Dirigida, escrita, producida y protagonizada por Edward Norton, nos llega Huérfanos de Brooklyn , film que a la distancia se nota que está pensado para ir directo a la disputa de entregas de premios, y que viendo la fecha en la que se estrena, queda claro que no lo veremos figurar en ninguna premiación por casi ninguna terna, y ahora pasaremos a explicarles porque. Huérfanos de Brooklyn recuerda un poco a lo que fue la reciente Contra lo imposible, donde casi todos los apartados son correctos (ambientación, actuaciones, lógica de la trama), pero que, en su majestuosidad, se nota una falta de pasión por el proyecto, y por ende, tenemos una película sin alma, que no va a disgustar a nadie, pero que es fácilmente olvidable. Tomemos de ejemplo la actuación de Edward Norton, quien hace un papel aceptable, pero queda muy lejos de sus mejores roles (American History X por ejemplo), y pese a que su personaje padece de Síndrome de Tourette, por lo cual padece varios tics o de reacciones no controladas; parece algo más puesto para hacer lucir al actor que por necesidad de la trama (aunque suponemos que viene desde la novela que se adapta). Donde sí hace ruido la película, es en su duración. Las dos horas y veinte que dura se sienten muy pesadas, con varios tramos que, si bien en el momento no molestan, si uno los piensa, no aporta nada a la trama. Además de un romance, típico del cine noir al que pertenece el film, que no aporta nada a la historia en general y se siente en extremo forzado, en parte por la diferencia de edad entre los actores. Poco queda para mencionar de Huérfanos de Brooklyn. Como dijimos, es de esas cintas tan correctas, que se nota demasiado la búsqueda de premios y, por ende, la falta de amor al proyecto. Lo que nos da como resultado, una película que en el momento se puede disfrutar, pero que a los pocos días nos vamos a olvidar de haberla visto. Veremos cómo sigue la carrera como director de Edward Nortonluego de este irregular paso.
Harry Brogan es un asesino del gobierno de Estados Unidos. Luego de su última misión, el veterano sicario decide retirarse ya que no puede cargar con más asesinatos en su conciencia. Siendo un cabo suelto, ahora Harry se debe aliar a la también agente Danny Zakarweskipara escaparse de sus antiguos empleadores, quienes utilizan a un misterioso soldado para deshacerse de Harry. Ambos hombres tendrán mucho más en común de lo que piensan. De la mano de Ang Lee, nos llega Proyecto Géminis, una cinta de acción en la que se nos vende a Will Smith enfrentándose a Will Smith, en un concepto renovador… si estuviéramos a principio de la década o incluso unos años atrás. Así es, el hecho de poner a un actor a luchar contra un doble que luego es reemplazado por sí mismo (ya sea rejuvenecido o no) ya se vio varias veces en el cine, así que, que un proyecto de este calibre se nos presente como algo novedoso, suena bastante absurdo. Lo que si asombra, es ver la cantidad de nombres involucrados en un proyecto, que, en el resultado final, es bastante mediocre y olvidable. El primero de ellos es Ang Lee, director que puede hacer genialidades como The life of Pi, o bodrios olvidables como Hulk. Por desgracia Proyecto Géminis entra en este último grupo; mostrando poco y nada del talento que se sabe que tiene el realizador taiwanés, incluso asombra lo mal dirigidas que están algunas escenas, en especial, casi todos los diálogos; haciendo unos primeros planos bastante extraños y difíciles de ver. Los otros nombres destacables están en el elenco. Si bien sabemos que Will Smith hace tiempo no logra dar con una buena película, es por esto que su descenso a la mediocridad es alarmante. Y ni hablemos de Clive Owen, quien pasó de ser candidato a encarnar a James Bond, y luego protagonizar The Knick, a aparecer en films, que como mucho, son intrascendentes. Solo podemos decir que Mary Elizabeth Winstead es la única que logra salvarse de este incendio. Solo podríamos destacar algunas escenas de acción en Proyecto Géminis, pero ni así, ya que cuando los dos Smith están cara a cara, el cgi se nota bastante. Proyecto Géminis es un film fallido casi desde su concepción, buscando innovar con algo que ya no sorprende al espectador. Con los nombres que había en el proyecto, se esperaba un mínimo de calidad, pero por desgracia, eso nunca se ve en pantalla.
Los responsables de Ford Motor Company, deciden que es hora que la empresa se haga de un nombre en las carreras, en especial, en Las 24 de LeMans. Por esto deciden contratar al diseñador de autos Carroll Shelby, quien a su vez le pide ayuda a su amigo y piloto Ken Miles. Pero las trabas que pone la propia empresa, así como tratar de vencer a Ferrari en su propio juego, va a poner en aprieto el sueño de estos hombres. Cuando se anunció Contra lo imposible (Ford v Ferrari en su título original) no fuimos pocos los que pensábamos que esta película era serie candidata a pisar fuerte en las nominaciones a los diferentes premios que se otorgan a lo mejor del cine. Pero una vez vista la cinta, la verdad es que el gusto a poco que nos deja es bastante importante. Contra lo imposible es de esas películas que cumplen con todos los apartados. Es decir, buenas actuaciones, bien dirigida, argumentalmente no tiene errores que salten a la vista, y al ser de época, está bien ambientada. Pero la falta de alma, de espíritu que tiene, es bastante evidente, haciendo que como película en general, se nos haga bastante sosa. Esto se puede notar sobre todo en las partes de las carreras, lo que debería ser uno de los puntos fuertes del film. Si recuerdan Rush, es donde más destacaba la película, atrapándonos hasta a los que no nos gusta el automovilismo; pero esto no sucede en Contra lo imposible; de hecho, hasta podríamos decir que los momentos de diálogos y tensión sobre las pruebas fallidas de los autos, son más interesantes que cuando los vemos correr. Es una lástima que esto suceda, ya que como mencionamos antes, el resto de los apartados están bien ejecutados, en especial el de las actuaciones. Pese a que Matt Damon y Caitrona Balfe están desperdiciados (sobre todo ella, en un rol que podría haber hecho cualquier actriz), Christian Bale es quien mejor sale parado de todo el elenco; pese a un acento que le pusieron, que se escucha bastante extraño. Contra lo imposible es una aceptable película, que está por sobre la media del cine más regulero que se puede encontrar en cartelera, pero que nos deja una enorme sensación a poco, y que podrían haber explotado mas tanto la trama como a sus actores. Un resultado bastante agridulce para el talento con el que se contaba.