El mundo puede cambiar La situación que transitan los animales en Sudafrica es muy complicada. Más allá de la empatía que tengamos hacia éstos, como seres humanos, tenemos que tomar conciencia que nos necesitan para evitar su extinción completa. Son seres vivos, no productos. Resulta difícil enterarse del maltrato e injusticia que padecen estos increíbles seres, que considero, hacen de este mundo cada vez más artificial, un lugar más humano. El mensaje es que si una persona logra transformar su conducta codiciosa usando a los leones, todos podemos lograrlo. En Mi mascota es un león (Mia et le Lion blanc, 2018), Mia (Daniah De Villiers) tiene once años cuando comienza una relación extraordinaria con Charlie, un león blanco nacido en la granja felina de sus padres Alice (Mélanie Laurent) y John (Langley Kirkwood) en Sudáfrica. Ambos crecen como hermanos, más allá del hermano de Mia, Mick (Ryan Mac Lennan), que es muy unido a ella. El lazo que construyen la nena y el leon es muy fuerte, son inseparables. Tres años más tarde, Charlie se convierte en un imponente león. Mia descubre el secreto oculto detrás de la granja: su padre vende leones a los "cazadores de trofeos". Mia ahora tendrá una misión: salvar a Charlie contra viento y marea, y su hermano será su mejor aliado. Gilles de Maistre es un director y guionista francés, diría que de temple intrépido por este film, puesto que no toca un tema de taquilla, demostrando un especial interés por los derechos de los animales, despreocupado en un rédito económico y esto es muy valedero. Filmar en Africa con semejantes animales debe ser arriesgado y toda una aventura y aprendizaje para el equipo y nosotros. Claro que es un relato entretenido, las escenas de acción y suspenso están bien logradas, la música acompaña. Si bien el guion es predecible, la realidad es que los amantes de los animales no esperamos grandes giros argumentales sino disfrutar en familia de la belleza de los lugares, contemplando su magestuosidad. Y, desde ya, nutrirnos del amor que despierta en nosotros la fuerza de la relación que nace entre los protagonistas, Mia y el león Charlie. Eso se logró ampliamente, observamos el crecimiento de Mia y el de este leoncito cachorro hasta que tiene 3 años y debe irse porque representa un peligro. Además de la intensa lucha por salvarlo con el dificultoso trabajo de llegar a una Reserva para que consiga la libertad que le arrebató el hombre. La mirada de un animal es magia pura, transforma todo lo "oscuro" que existe a nuestro alrededor en amor y pureza. La codicia y el dinero son lo opuesto a la felicidad. ¿Cómo sería el mundo sin ellos? Con toda sinceridad, no me gustaría vivir en él. Este film nos relata una maravillosa historia y además tiene la clara intención de concientizarnos y humanizarnos ya que si nuestra actitud hacia el tema no cambia de raíz, pronto los leones, por ejemplo, desaparecerán por completo.
Frágil coraza. Lo más disfrutable de Cuando dejes de quererme (2018) es recorrer la investigación junto a los protagonistas. A través de flashbacks descubriremos quién fue en verdad el padre de la protagonista y también algunas verdades; marca el complejo panorama del País Vasco de 30 años atrás con la Guardia Civil, la represión franquista y ETA, juega bien las piezas del thriller y destila una dulce tristeza que encaja de manera natural con el alma de esta mujer que está siempre a la defensiva. Laura (Flor Torrente) es una joven argentina que vive en Bs. As. junto a su padrastro Fredo (Eduardo Blanco). Ella y su madre se marcharon, luego de ser abandonadas por su padre. Pero un buen día recibe una llamada desde España, en donde le comunican que el cuerpo de su padre acaba de ser encontrado enterrado en un bosque cercano. Las pruebas forenses indican que Félix Careaga (Eneko Sagardoy) murió hace más de 30 años asesinado. Laura decide volar a España para enterrar a su padre, acompañada por Fredo. En su viaje conoce a Javier Egoskue (Miki Esparbé), agente de seguros, que comunica a Laura la exis¬tencia de un seguro de vida firmado por su padre. Egoskue, intrigado por la historia del asesinato y atraído por Laura, emprenderá junto a ella y Fredo una particular investigación para descubrir quién acabó con la vida de Félix Careaga. Igor Legarreta es el director de esta coproducción argentino-española, en la que se destaca por la dirección de actores y la fotografía, no así el guion que desde el comienzo presenta dificultades por pecar de incongruente, con más de una casualidad, lo que no es positivo y auspicia un film predecible a pesar de la buena interpretación de Flor Torrente y de la dulzura y tristeza que transmite su mirada angelical. El personaje del talentoso Eduardo Blanco otorga simpatía, aunque en ciertos momentos realiza chistes que nos descolocan más de lo que divierten, puesto que desentonan con el dramatismo, en todo caso, este es un problema de los guionistas y no de su excelente desempeño. Sin embargo, la intriga está presente, enfatizada con la música y flashbacks, logrando de manera liviana confundirnos por ciertos momentos y esto sí es positivo, puesto que un policial debe precisamente despistar con mentiras, información incorrecta y pistas falsas hacia el espectador. Logra un acierto al desarrollar la historia de amor desde un lugar secundario y que funcione de todas maneras. Todo viaje, en definitiva, nos hace redescubrirnos, las piezas se mueven y acomodan nuestra vida con la renovación; un bello mensaje que nos llevamos está relacionado con el final que, para mi sorpresa, sí es impredecible y con el nombre del film que si te despertó curiosidad entonces deberás ver la película para enterarte...
Vida atravesada por lo artístico. ¿Qué relaciona al poeta y dramaturgo de Granada Federico García Lorca con el flamenco? Lo que describe su obra, la pasión, la intensidad, el amor, la tragedia y que ambos tienen su origen en Andalucía. Transmitió a través de su obra, una ecuación extraordinaria de poesías y obras de teatro; su vida fue corta, pero intensa. Terminó como una tragedia y de manera injusta. Es uno de los artistas de más influencia para el habla hispana, el mejor dramaturgo de España y de enorme significancia para nuestro país: este documental, le rinde homenaje. Una compañía de artistas ocupa una fábrica recuperada por sus trabajadores en Bailar la sangre (2019), de Andrés Martínez Cantó y Eloísa Tarruella. El objetivo es montar Bodas de sangre, de Federico García Lorca, en cuatro cuadros teatrales/musicales. ¿Existe una identidad para un flamenco del sur, portuario, urbano y postindustrial? Este documental de creación, fusión de textos, se anima a dar otro paso de exploración lorquiana, un paso de baile. Con la propuesta de Andrés Martínez Cantó y Eloísa Tarruella buceamos en aguas lorquianas fusionadas con el flamenco, cuya mayor intención es romper con lo tradicional y con una entrega completa por parte de los protagonistas que se traslada al espectador, atravesando los límites del teatro. A través de Bodas de sangre, una obra inquietante y enigmática, nos conectamos con una tremenda pasión con la intención de sentir la obra como nuestra y cercana a esta tierra, puesto que Lorca conocía muy bien el universo femenino lo cual es sustancial para lograr la armonía y energía artística que se merece y aquí, en Bs. As. asumió el artista que era debido a la gran popularidad que tuvo. Cristina Banegas nos relata sus vivencias con una corta y concreta entrevista, en la cual nos describe lo que sintió interpretando obras del dramaturgo, -ambos tienen raíces andaluzas-, fue un poeta único, dejó como legado una obra inmensa, tenía un compromiso ideológico, político y estético. Lorca buscaba las zonas de la pérdida de los límites, al igual que el flamenco; este film amalgama danza, coreografía, actuación, música, pasión, dramaturgia; atraviesa las paredes de un teatro estructurado que nada tendría que ver con un artista como Lorca.
Tres historias de esperanza y fe A más tardar (2018) es una película que trata sobre la memoria y la identidad. Queda claro que las voces de los sobrevivientes en primera persona no sólo son irreemplazables sino necesarias para conocerlos, tomar conciencia y, más importante, ser escuchados con el respeto que merecen. Este documental escrito y dirigido por Mariana Guth nos relata la historia de tres hermanos -Martín, Tomás y Doris- quienes motivados por el descubrimiento de un diario personal escrito por su madre, conmemoran cómo vivieron su infancia durante la ocupación nazi en la antigua Checoslovaquia; crueles y duras historias que revelan diferentes aristas del hombre en donde, afortunadamente, predominan la generosidad, la amistad, la valentía y el amor. Con la participación de Martín Roubicek, Tomás Roubicek y Doris Roubicek La directora Mariana Guth se valió de testimonios, fotos, cartas y videos de la época, con un estilo personal, utilizó dibujos.Tal vez para contrastar la crudeza del contenido dramático, y enfatizando con la música. Incluso, logró el reencuentro en Checoslovaquia con los protagonistas y sus primeros amigos, en lo que fue una bella reunión con sus raíces también. Consiguió así reflejar una mirada sobre la infancia y la gente que ha transitado situaciones tan traumáticas, que quizás no puedan dar testimonio por algún tiempo. La generación de postguerra tardó muchos años en contar lo que se vivió, eso ya se constituye en un enorme logro personal. Sin embargo, estos documentos son indispensables para reflexionar acerca de los acontecimientos que además nos tocan de cerca como humanidad y sensibilizan para tener otro acercamiento a la historia. No hay nada más doloroso que llevar una historia dentro tuyo y no poder contarla, a veces nadie te pregunta y se puede malinterpretar como falta de interés. A pesar de lo sufrido, estas personas no transmiten resentimiento ni odio, probablemente porque el dolor tiene matices. Recuerdan lo positivo de lo vivido y el día más feliz de sus vidas fue cuando se terminó la guerra. Me llamó especialmente la atención cuando terminada la contienda bélica se refirieron a los jóvenes soldados alemanes también como víctimas de esa guerra. En fin: tenemos mucho que aprender de estas personas…
Espejos. Tres generaciones supuestamente unidas por sus diferencias, más que por sus virtudes, son las encargadas de contarnos una historia que gira en torno a un libro escrito por el más joven, resultando el mismo una excusa para redescubrirse interiormente y cuestionarse cómo es la relación entre ellos. En Ahlat Agaci (2018) el director y guionista turco Nuri Bilge Ceylan nos propone un relato honesto y simple, en el que un aspirante a maestro y apasionado por la literatura, Sinan (Dogu Demirkol), al regresar a su pueblo natal de Anatolia, se encuentra con una realidad que le disgusta y rechaza. Tiene un fugaz encuentro con una mujer por la que siente algo, pero ella está por casarse. Él siempre ha querido ser escritor, terminó su primer libro y está buscando quien lo patrocine, tarea casi imposible. Debe lidiar con su padre Idris (Murat Cemcir), un maestro que dejó atrás sus mejores años y en el devenir de la vida se ha convertido en un adicto a las apuestas; además tampoco tiene una relación amable con su propio padre, su abuelo Asuman (Bennu Yildirimlar). El nombre del libro en cuestión es el mismo del film, que resultará una excusa para tocar tópicos profundos de la vida de los mismos y con los cuales podremos reflexionar y filosofar al respecto. ¿Qué se puede decir ante semejante obra de arte? Es posible mantener al espectador encantado durante 3 horas, quizás eso lo explique todo… Cabe decir que el director Nuri Bilge Ceylan tiene una forma muy sutil de filmar, la fotografía es realmente admirable, se recomienda ver este film en cine para contemplarlo en su totalidad. Con un guion impecable, impredecible y sorprendente, logra cautivarnos de principio a fin; es de una finura poco usual y con muchísimo respeto al espectador. Sin dudas nos dejará pensando y la idea es hacernos partícipes del relato, estando presente tanto la voz del autor como la nuestra. Muy difícil de lograr y extraño en tiempos de inmediatez total. El director aprovecha todos los recursos de manera extraordinaria: las locaciones, las actuaciones, los planos/contraplanos, los planos detalle, los colores que nos regala la naturaleza y la banda sonora adecuada en el momento oportuno, aprovechando cada silencio y técnicas de dirección; eligiendo desde la estructura dramática, de manera simbólica y con astucia e inteligencia, nos describe la personalidad del protagonista para conocerlo aún más, probablemente en lo que sería una alegoría de su personalidad de observador nato y temperamento provocador. La alegoría del espejo de una persona en otras pocas veces tan bien lograda, es lo que más me impresionó, en lo personal. Es un film de estilo libre, con un abanico de mensajes, puesto que hace un recorrido por innumerables tópicos que nos conciernen a todos y con meta mensajes varios, que considero, tendrán distinta connotación y llegada según el espectador.
Todo a pulmón Nada ni nadie puede detener la concreción de una organización sustentada en base a la solidaridad, el compromiso y orientada al bien común; más aun cuando ésta se cimienta sobre bases genuinas de autenticidad en el reclamo y necesidades impostergables. En Amanecer en mi tierra - Lihuntun Inchin Mapu (2018), Ulises de la Orden, nos entrega un documental basado en el resultado de la unión entre "Vecinos Sin Techo" y el "Lof Mapuche Curruhuinca". La utopía de recuperar las tierras y usufructuarlas en base a un modelo sustentable y a un acuerdo de convivencia pacífica entre vecinos y mapuches; se cristaliza hoy en un proyecto de doscientas cincuenta viviendas, de las cuales ya se construyeron más de cincuenta. Además, la colaboración de expertos en la materia se refleja en el tipo de tecnologías aplicadas al desarrollo de este proyecto habitacional. El estilo del director, personal e informal, logra incluirnos en el debate, donde presenciamos en primera persona la lucha del pueblo, además de ciertas cuestiones coyunturales. A través de una entrevista en la Radio Comunitaria de San Martín de los Andes, intercala en el desarrollo, vivencias, conflictos y la vida austera de quienes deben lidiar con un clima hostil, además de los bellísimos paisajes del lugar. La cultura marginal se traduce aquí en un círculo vicioso, alejando al hombre de la dignidad, que es justamente lo que necesita un sistema opresivo para seguir funcionando. Estas agrupaciones representan un estorbo para ciertos políticos y desarrolladores inmobiliarios. Quizás el mensaje principal que desea transmitir el director, -y respiramos cuando, al llegar la noche, contemplamos un enorme cielo despejado, lleno de estrellas que auspician una luz en el camino-, es hacernos partícipes de los logros obtenidos con muchísimo esfuerzo y trabajo, puesto que en ningún momento se realizan entrevistas o algún integrante de la cooperativa mira a cámara; con lo cual, sentimos el efecto de vivir junto a ellos todos los altibajos, aciertos y desventuras de este emprendimiento. Como toda gran familia, existen peleas y discusiones, pero llegado el momento de necesitar al otro, la unión se constituye en un gran puente que vence las diferencias. Ambos grupos tienen mucho que aprender del otro y aman su tierra, porque en definitiva, deben luchar por sus derechos, lidiando con los mismos obstáculos. "A través de los pobres, los poderosos se hicieron ricos", triste pero contundente realidad de la cual esta cooperativa decidió ser consciente, transitando el camino de espectadores, a actores de su destino.
Nunca subestimes al Indicado. Sin lugar a duda es uno de los estrenos más esperados en lo que va del año. Esta tercera entrega es muy ambiciosa y está a la atura de lo que ansían los fans. Con efectos especiales sorprendentes, lo normal es que quieras volver a verla en cine. Keanu Reeves, en uno de sus papeles más icónicos, realizó el 98% de las acrobacias, dato tan solo para tener en cuenta antes de verla. Él será capaz de enfrentar toda eventualidad y afortunadamente para deleite del espectador, surgirán muchas. Los perros tendrán mucho que ver tanto para la trama como para la melancolía y sed de venganza del protagonista. En John Wick 3 – Parabellum (2019) nuestro héroe (Keanu Reeves) retoma desde el final anterior y huye para salvarse puesto que infringió un reglamento esencial: asesinó dentro del propio Hotel Continental. Condenado por todos, los servicios relacionados con el Continental están cerrados para él. John se encuentra sin apoyo, su cabeza tiene precio, su jefe lo abandonó y es atacado por los asesinos más peligrosos del mundo. Entre las estrellas principales tenemos a Halle Berry, Ian McShane, Lance Reddick, Mark Dacascos, Anjelica Huston, Laurence Fishburne y Asia Kate Dillon, cada uno más o menos desarrollados desde la construcción del personaje, su psicología, cómo acompañan al protagonista y sus habilidades; siendo los demás personajes secundarios. Mucho se puede decir de este fim tan esperado de puro acción y suspenso excelentemente logrados, dirigido por Chad Stahelski. Keanu Reeves (Matrix, 1999) nos deleita nuevamente con sus habilidades combativas, es admirable su entrenamiento en artes marciales (kung-fu, wushu, silat indonesio) y manejo de armas. El inglés Jerome Flynn (Game of Thrones), es uno de los recién llegados a esta secuela, junto a Anjelica Huston. Gran despliegue de escenografía, interpretaciones, efectos especiales, dirección, guion -que en este género de películas poco énfasis se le brinda; sin embargo, aquí es coherente, correspondiente a las anteriores entregas, y logra ser impredecible-, paseamos junto a John por Nueva York, Marruecos, Marrakech y el Sahara. John Wick 3 – Parabellum hace foco en batallas grupales que muestran la coreografía absoluta, fusionando los estilos de las artes marciales, desde el kung fu al wushu y el silat indonesio, a diferencia de los dos primeros juegos, que fueron entre dos oponentes. No nos olvidemos de los perros belgas de Sofía, que fueron entrenados por Andrew Simpson; cada Malinois fue elegido por su inteligencia, su agilidad y su placer de aprender, logrando una suerte de jiu-jitsu canino. La música y locaciones son extraordinarias y enfatizan la trama. Parabellum también es el nombre de un arma, una pistola alemana, así como sus municiones. Para John Wick 3 – Parabellum, Chad Stahelski y su equipo han procurado garantizar que las escenas de acción sean aún más imponentes que en las dos anteriores, con un enfoque más auténtico logrando un resultado brillante: las acrobacias son reales y las peleas excepcionales. El director optó por tomas amplias que le mostraran al espectador los detalles de secuencias. Si bien la mayoría de las peleas de los dos primeros John Wick fueron entre dos oponentes, esta tercera creación se concentra en muchos choques de grupos que realzan la coreografía del conjunto. Sin más que agregar, solo queda disfrutar del film y del talento de un Reeves que a sus 54 años demuestra encontrarse en óptimas condiciones.
Ironía capitalista. El arte salva a las personas, las sana y destruye paradigmas vetustos para dar paso hacia lo nuevo. En este caso se trata de la música y de un contexto muy particular: los músicos deben lidiar con la censura y las contrariedades que relacionan el arte con la política en un contexto casi post-soviético. En Leto (2018) Kirill Semyonovich Serebrennikov (cineasta ruso y el menos favorito de Putin) nos entrega un drama-biopic que sucede en Leningrado, en un verano a principios de los 80: la escena del rock de la ciudad está en pleno apogeo. Viktor (Teo Yoo), un joven músico que creció escuchando a Led Zeppelin, T-Rex y David Bowie, está buscando su camino. El encuentro con su ídolo Mike (Roman Bilyk) y su esposa Natasha (Irina Starshenbaum) cambiará su destino. Juntos construirán una leyenda como pioneros del rock ruso y un triángulo amoroso. Las actuaciones son geniales en general, se nombran bandas o músicos como Talking Heads, Lou Reed, Duran Duran, Dylan, Led Zeppelin, The Clash, The Beatles, The Stones, The Doors, Joy Division, Blondie y The Who. Cabe destacar que el film está inspirado en hechos reales, algunos de los diálogos y personajes son ficticios y cualquier conincidencia con la realidad no fue intencional. Leto es mucho más que una historia de músicos: es un relato de la Unión Soviética al borde del abismo, como homenaje melancólico a revolucionarios músicos que abrieron el camino. Es un film de alma despreocupada y relajada. Se destaca la fotografía y el estilo collage del director que elige intervenir por momentos a través de un músico con anteojos que viste un sobretodo, como vórtice entre lo que está sucediendo y el mensaje a transmitir al espectador. Es una clara crítica al régimen actual de Rusia; desde el comienzo, la elección del blanco y negro no es para nada fortuita, -connotada la censura hasta en sus diálogos, con destellos de colores y escasas escenas a color-, trazando un fuerte contraste entre lo que sienten los protagonistas y por tanto nos trasladan a nosotros, y a lo que están sometidos a vivir. Con pequeños movimientos de manos, pies, brillo en sus miradas, un cartel para sus ídolos, el público está sentado y en orden observando un recital, con una pasión contenida que en cualquier momento va a explotar y esto sólo puede suceder porque están siendo controlados, tanto el público, como la banda. Sin embargo, la historia está por cambiar y es por eso que cuando se generan disputas en el tren o colectivo, el director nos regala unos espontáneos videoclips en el que participamos todos, con un estilo hippie y con temas como The passenger o Psycho Killer. Suficientes razones para ver esta propuesta que será indeleble tanto para los que vivimos la vida con música ya hasta como una necesidad para arrancar el día y para los que no, por su originalidad, soltura y por lo impredecible. Las rupturas en cine siempre atraen y aún más cuando potencian de forma natural la realidad de la trama y sus personajes. Podría ser nuestra historia… a la vez que escuchamos excelente música, adoramos las improvisaciones que más de uno habrá imaginado caminando o viajando en subte, bondi o tren, simplemente escuchando música… la magia del mundo interior que nos generamos sólo y gracias a la música.
Una vida en 24 horas. Es un film orientado a todo aquel que tiene el corazón abierto a las opciones que brinda el destino; en este caso, un breve pero eterno instante que compartimos en este planeta. El amor no concibe explicación alguna y racionalizarlo resulta una lamentable pérdida de tiempo. A veces, la magia sucede y el universo alinea ciertos sucesos de manera tal que produce una reacción en cadena en donde cada uno de éstos resultará indispensable para el resultado final. The sun is also a star (2019), basada en la novela de Nicola Yoon, dirigida por Ry Russo-Young, se desarrolla en Nueva York. Daniel (Charles Melton) y Natasha (Yara Shahidi) son dos jóvenes de realidades y pensamientos muy diferentes. Ella y su familia van a ser deportados y él tiene un conflicto interior con respecto a su formación profesional siguiendo mandatos familiares. En este contexto se conocen y se enamoran. Sin embargo, sin la intervención del destino, ambos probablemente nunca se hubiesen encontrado. Gracias a que él es un poeta de alma y ella amante de la astronomía, sus vidas están a punto de cambiar de manera radical. ¿Qué hay en común entre este chico romántico a punto de ingresar a la universidad y una adolescente de temperamento pragmático y jamaicana? El film quizás sea un poco cursi y redundante en los tópicos que se tratan, y, aunque la narración resulte predecible y algo naif, está planteada de forma inteligente, con escenas y secuencias bien desarrolladas, buen manejo del ritmo del relato, diálogos oportunos y actuaciones acertadas; lo cual, junto a un buen manejo de la fotografía, locaciones adecuadas – como una contraposición de lo establecido vs. lo que intenta ser-, y una banda sonora acorde, cumple su cometido para cierto público al cual intenta dirigirse. Es interesante la vuelta de tuerca a la clásica historia romántica adolescente norteamericana, al tratar temas tan delicados como la discriminación, los problemas de los inmigrantes y el choque cultural que se produce en el seno de las propias familias donde los hijos se encuentran cercanos y más apegados a la cultura estadounidense, debiendo lidiar con posiciones tradicionalistas e inflexibles de sus progenitores. El mensaje más preponderante es siempre recordar abrirle el corazón al destino, y no alarmarse por llegar tarde, porque nunca se sabe lo que el destino nos tiene preparado. Todos están tan “ocupados mirando al frente” que sólo ella miró hacia arriba y entonces él la vio por primera vez…
Aquí, ahora, y siempre Por muchos motivos más que razones, es aconsejable reconectarnos con la transparente mirada de un perro, que no sólo es irreemplazable, sino que refuerza el amor que despiertan estos ángeles, ese sentimiento honesto y puro, repleto de dulzura, y el agradecimiento eterno que sentimos por tenerlos en nuestra vida. La razón de estar contigo: un nuevo viaje (A dog´s journey, 2019) nos relata la historia de Bailey, en la voz de Josh Gad, un perro a quién su dueño Ethan (Dennis Quaid) le encomienda la tarea de cuidar a su nieta C. J. (Kathryn Prescott). Y como buen amigo del hombre, Bailey tendrá muy presente este pedido y asumido propósito en sus cuatro reencarnaciones. A los amantes de los perros, les conmoverá presenciar la nobleza y entrega de ellos en pantalla grande, que se traduce de forma incondicional en tiempo y espacio. Es la propuesta de Lasse Hallström en esta secuela de La razón de estar contigo (A Dog's Purpose, 2017). Para disfrutarla, debemos dejar fuera de la sala cualquier prejuicio o racionalismo, puesto que la intención aquí es que nos nutramos de ternura y simpleza. Sí podremos disfrutar de bellísimos paisajes y música que acompañan adecuadamente al melodrama; las actuaciones son convincentes, sobre todo en los momenos de interacción con los perros. En el film se plantean temas como la reencarnación y el tratamiento de enfermedades graves, -cuestiones discutibles relacionadas con la fe y vivencias personales-, sentimiento vs. raciocinio. Más allá del guion o estructura dramática, que resulta algo obvia porque recurre a los típicos clichés holywoodenses, el espectador quedará encantado con el sinfín de razas caninas protagonistas en el transcurso del film. La reencarnación bien podría ser real o tranquilamente una alegoría para lo que sucede en las relaciones humano-canino, y es que cada perro que aparezca en tu vida será la prolongación del anterior. Por algún misterioso motivo, ellos saben cuando los necesitamos.