Terremoto: lo que ves es lo que hay ¿Qué pasaría si el mayor terremoto jamás registrado en la historia hiciera que la falla de San Andrés finalmente colapse? Básicamente es lo que plantea "Terremoto: La Falla de San Andrés", y con ese argumento el espectador no puede más que esperar destrucción por doquier. Y es lo que le dan. Ray Gaines (Dwayne Johnson) es un veterano de guerra que trabaja como piloto de helicóptero de búsqueda y rescate en Los Ángeles. Más allá de las dificultades de su trabajo, su vida transcurre tranquila. Lo único con que tiene que lidiar es con la separación de su esposa Emma (Carla Gugino) y la noticia de que ella se muda con su nuevo novio Daniel (Ioan Gruffudd). Pero también está la luz de sus ojos, su hija Blake (Alexandra Daddario), con quien va a pasar el fin de semana antes de que ella comience la universidad. Claro que todos los planes quedan cancelados cuando un terremoto destruye una represa con todo a su alrededor y Ray tiene que brindar sus servicios. Daniel se ofrece a llevar a Blake, haciendo una parada antes por San Francisco, y asunto arreglado. Mientras tanto, un experto en sismos (Paul Giamatti) logra descubrir la manera de predecir cuándo y en dónde van a ocurrir los terremotos. Y es así que da la alerta de que un sismo de una magnitud nunca antes registrada va a golpear la ciudad de San Francisco destruyéndola prácticamente toda. Cuando esto ocurre, Ray, después de rescatar a Emma, hará todo lo posible para ir en busca de Blake y tratar de ponerla a salvo. Antes de seguir adelante hay que marcar algo, esta película no califica dentro del género de cine catástrofe. Esa clase de películas, que tuvieron su auge durante la década del setenta y tiene grandes exponentes como "Aeropuerto" o "Infierno en la Torre", entre otras, cumplían ciertas reglas: un suceso catastrófico, pequeñas historias con varios personajes encarnados por actores conocidos que, indefectiblemente, en algún momento morían haciendo que el espectador sufriera mucho por esto. "Terremoto: La Falla de San Andrés", que nada tiene que ver con el largometraje protagonizado por Charlton Heston -Terremoto-, tiene más que ver con films como "Twister" o "El Día Después de Mañana". Lo que vemos acá es la aventura o recorrido de un par de personajes mezclada con la grandilocuencia de la destrucción masiva de algo. Ser exigente con un producto como éste sería demasiado. Está claro que una película así está hecha para disfrutar del pochoclo y la gaseosa y no pensar en absolutamente nada hasta el final. El espectador va a quedar asombrado con todas y cada una de las escenas en la que se destruyen edificios, puentes, casas, etc. Realmente son impactantes y logran transmitir esa sensación de vulnerabilidad de una persona ante la fuerza de un desastre natural. Hay varias cosas que parecen un tanto exageradas e inverosímiles, pero no molestan tanto tampoco. Paul Giamatti es el que más espíritu aporta, Carla Gugino está bien, Dwayne Johnson está bastante contenido con respecto a la acción y Alexandra Daddario eclipsa la pantalla con su belleza. Y nada más. Si buscan profundidad, contenido, reflexión, saquen entradas para otro largometraje. "Terremoto…" no da ni busca más de lo que su título nos promete. Al menos hay que reconocerle que es honesta y que no aspira a vendernos algo que no es. Lo que es seguro es que este fin de semana va a hacer temblar y sacudir la taquilla de los cines… Perdón, había que hacer el chiste.
"Tomorrowland": cuando la fuerza no acompaña Estamos en los gloriosos y esperanzadores años cincuenta. Frank (Thomas Robinson) es un niño brillante que se presenta a la Feria Mundial de Ciencias para ganarse un premio con su invento: un rudimentario y experimental jetpack (que no funciona del todo bien). Ni siquiera pasa la mesa de inscripción, pero lo que sí gana es llamar la atención de Athena (Raffey Cassidy). Esta misteriosa nena le entrega un pin que le abrirá la puerta a un mundo fantástico llamado Tomorrowland en la que, básicamente, todo es posible. En ese mundo son bienvenidos todos aquellos que tengan una gran imaginación e ideas que sirvan para mejorar la calidad de vida. Y Frank fue invitado a formar parte de él. Estamos en la actualidad. Todo es caótico y el futuro se ve bastante negro. Casey (Britt Robertson) es una adolescente muy inteligente, llena de curiosidad científica, que por sobre todas las cosas tiene una cualidad que la destaca: es optimista y tiene esperanzas de cambiar el mundo. Casey es contactada por Athena porque parece ser la elegida para una misión en la que está en juego el futuro del planeta. Para ello deberá juntarse con un adulto, desilusionado y resentido Frank (George Clooney), y juntos ir a Tomorrowland en busca de la posible salvación. Si ustedes están cansados de las secuelas, remakes, reimaginaciones, relanzamientos, etc, etc, etc; y están ávidos de encontrar películas que les ofrezcan historias originales, "Tomorrowland" responde a sus plegarias. De hecho, el director Brad Brid declinó la invitación para hacerse cargo de "Star Wars: Episodio VII - El Despertar de la Fuerza", para trabajar en ésta porque le atraía lo original de la propuesta (y eso que es fanático de la saga creada por George Lucas). El realizador de "Los Increíbles" y "Ratatouille" junto a Damon Lindelof y Jeff Jensen fueron los que tuvieron la idea original, y después los dos primeros se encargaron del guión. Y ahí es donde un poco falla este filme. Primero hay que dar gracias por tener ante nosotros una obra que nos ofrece algo nuevo y original, es realmente una sensación refrescante. "Tomorrowland" comienza con mucha fuerza, atrapa al espectador, pero después se va diluyendo. El error radica en querer explicar demasiado las cosas y no hay necesidad. A veces hay que tener un poco más de fe en los espectadores y no querer darle todo masticado. Tomorrowland es como un chicle que va perdiendo el sabor. La idea es buena y su finalidad es valedera (sin contar demasiado tiene un mensaje que ojalá sea escuchado), pero se desinfla. Y lamentablemente eso repercute mucho y es lo cuenta. Bird demuestra una vez más que es un excelente director y que seguramente en Pixar lo están extrañando. Por ejemplo, la escena que transcurre en la casa de Frank, cuando él y Casey están escapando de sus perseguidores es, sencillamente, tremenda. En cuanto al elenco, a los siempre efectivos y correctos Clooney y Hugh Laurie (interpreta al Gobernador Nix, el "malo") se les suma el gran trabajo de Raffey Cassidy y Britt Robertson, que es el alma de la película. Aplausos para las dos que están muy bien. Si se lo estaban preguntando, la respuesta es sí. El largometraje se basa en el parque temático homónimo de Disney. Ya que no existe la ciudad que muestra el filme, pueden conformarse con un tour a ese lugar. Bueno, algo es algo.
El gran regreso de Mad Max En 1979 el director George Miller sorprendió al mundo con su película "Mad Max. Este film, que pertenece al Ozploitation (películas de explotación australianas de bajo presupuesto y, claramente, demenciales), contaba la historia de Max Rockatansky (Mel Gibson), un policía de caminos que trabaja en la Patrulla de Fuerza Central. Situada en un futuro preapocalíptico, las pandillas de motociclistas dominan las carreteras australianas. Max se enfrenta a una de ellas y, como consecuencia, incapacitan a su compañero y le matan a su esposa e hijo. Por supuesto que se vengaba y acababa con todos ellos. El largometraje fue un éxito, llevo a la fama al bueno de Mel e inició una saga que continuó con dos películas más: "Mad Max II: El Guerrero del Camino" y "Mad Max III: Más Allá de la Cúpula del Trueno". Treinta años tuvieron que pasar para que podamos ver un nuevo largometraje de esta franquicia. Y el tiempo bien valió la espera. Max (Tom Hardy) es un hombre solitario, atormentado por su pasado, que vaga por un mundo postapocalíptico en el que el agua, la comida y el combustible son los bienes más preciados y buscados. Pero es capturado y llevado hasta un hostil y peligroso lugar para servir como donante de sangre (y lo que fuera) de los "chicos de la guerra", hombres dispuestos a sacrificar su vida por su jefe Immortan Joe (Hugh Keays-Byrne), el violento y sanguinario dictador que manda en la ciudadela. Por otro lado está Furiosa (Charlize Theron), que se dispone a recorrer el páramo en un camión de guerra para ir en busca de combustible y municiones. O eso es lo que creen los demás, ya que su verdadera intención es llevar escondidas a las novias de su tirano jefe y liberarlas en el lugar en el que ella creció para que sean libres. Así se inicia una persecución encarnizada en el que Maxqueda involucrado. ¿Cómo? Le están sacando sangre para alguien llamado Nux (Nicholas Hoult), y como éste está todavía débil para manejar, no tienen mejor idea que encadenar a Max el auto y que la transfusión se haga mientras conduce. El ex policía logrará escapar de esta tremenda situación y se unirá al grupo de mujeres para ayudarlas a lograr este peligroso y casi imposible objetivo. Si bien las remakes, reimaginaciones, reinicios y relanzamientos dejan al desnudo la falta de ideas de la industria, este film se sale de esa mediocridad. Miller reinicia la saga de una manera inteligente, ya que elige utilizar el universo de Mad Max más que su historia. Y esto queda claro porque en esta historia la protagonista es Furiosa. Hay varios guiños a las películas anteriores pero tampoco es necesario haberlas vistos porque no hacen a la trama. Son joyitas sólo para el conocedor que serán bienvenidas y le sacarán una sonrisa. Visualmente es fantástica y las escenas de acción son espectaculares, manteniendo al espectador a pleno todo el tiempo. Sí, señores, George Miller está recargado en este film. Para aquellos viejos fans, uno de los guionistas es Nick Lathouris (Grease Rat en la de 1979) e Immortal Joel es Hugh Keays-Byrne, que hacía del malvado Cortadedos en la original. Hardy firmó para realizar tres largometrajes más (queremos el cameo de Gibson) y se esperan con mucho placer. Los viejos amantes de la saga no se van a sentir decepcionados y los nuevos tienen un nuevo héroe de acción a quien comenzar a idolatrar. Mad Max comienza a rodar nuevamente por los caminos. Bienvenido sea.
"El Exótico Hotel Marigold 2"¿un regreso innecesario? Deborah Moggach es una escritora inglesa, bastante conocida en su país, que publicó 18 novelas hasta el momento. Su apellido real es Hough, y es hija de los escritores Charlotte y Richard Hough (aparentemente el talento se lleva en la sangre). Además de su trabajo literario, Moggach es también guionista y ha adaptado, tanto a la pantalla grande como a la chica, su propias novelas y la de otros reconocidos autores. Por ejemplo: "Orgullo y Prejuicio", de Jane Austen; o la serie para la BBC "The Diary of Anne Frank ". En general, las novelas de esta escritora son contemporáneas y suelen tocar temas como la familia, relaciones sentimentales, el divorcio, los hijos, etc. En 2011 uno de sus escritos, These Foolish Things (2004), se transformó en la película "El Exótico Hotel Marigold". La trama del filme, por si no la vieron, contaba cómo un grupo de ancianos viajaba a la India -por diferentes motivos- atraídos por la publicidad de un supuesto hotel restaurado, ideal para ser tomado como una residencia geriátrica. Al llegar se encuentran con que la realidad es otra y los lujos no existen en el lugar. Sin embargo, descubren que el sitio les puede ofrecer otras cosas, como la esperanza de un nuevo amor, nuevas amistades o demostrarles que todavía pueden ser útiles en un trabajo. Nuevamente estos simpáticos señores retornan en "El Exótico Hotel Marigold 2", aunque sería hora de que vayan pensando en tramitar la pensión realmente. La historia continúa unos meses después de los acontecimientos ocurridos en la primera. Sonny (Dev Patel) viaja a Estados Unidos con la Sra. Donnelly (Maggie Smith) para entrevistarse con Ty Burley (David Strathairn), un inversionista que podría ayudarlo con el sueño que tiene de comprar otro hotel para expandir el negocio. Mientras tanto, también prepara su casamiento con Sunaina (Tina Desai) pero la llegada de un viejo amigo lo pone celoso. Burley promete revisar la oferta, y es por esto que cuando al Marigold llegan Guy (Richard Gere) y Lavinia (Tamsin Greig), y sólo queda una habitación buena disponible, Sonny aloja al hombre pensando que es la persona encargada de dar el visto bueno para el trato. Por su parte, Norman (Ronald Pickup) y Carol (Diana Hardcastle) pasan un momento complicado en la relación. Madge (Celia Imrie) tiene dos propuestas de matrimonio y no sabe por quién decidirse; y Douglas (Bill Nighy) trata de formalizar una relación con Evelyn (Judi Dench) ahora que está separado de su señora. Todos y cada uno tendrán contratiempos que tendrán que solucionar. Hay que decir que es un hecho destacable que una película de estas características tenga una segunda parte: no tiene ni superhéroes, ni héroes de acción, ni efectos especiales masivos ni siquiera es una saga literaria. Eso no quiere decir que sea necesaria. Repite guionista, director y elenco (impecables todos ellos), pero las historias parecen forzadas y con poco sentido. Al igual que la primera, no se entiende por qué transcurre en la India si no es relevante el lugar bajo ningún sentido, y ni siquiera las costumbres o la idiosincrasia del país son claves en la historia. Hay más de 300 años de experiencia y talento entre los protagonistas principales del filme, y es hermoso verlos mostrar lo que saben hacer. El problema es con lo que tienen que trabajar. Mejor que consigan el aumento para los jubilados así pueden descansar tranquilos y no se les ocurre hacer una tercera parte, ¿no?
"Una noche para sobrevivir": una meta dificil para Liam Neeson y el espectador En junio Liam Neeson cumple 63 años. Y vaya uno a saber por qué, en el último lustro Hollywood lo posicionó como un héroe de acción. No vamos a empezar a enumerar los films, pero últimamente se han estrenado varios y todos tienen ese tufillo a "parecidos". Es decir, si uno fuera al videoclub en unos meses, sólo viendo las carátulas sería difícil discenir si la vio o no. "Una Noche para Sobrevivir"lo trae nuevamente como protagonista de una de estos productos de acción y, aunque está rodeado de varios actores de renombre, eso no salva a este film de la mediocridad absoluta. Décadas atrás Jimmy Conlon (Liam Neeson) era el más letal y peligroso asesino a sueldo que podía haber. Ahora sólo es una sombra de ese hombre que existió: es borracho, todos se ríen de él, y no tiene contacto con su familia. Está pagando en vida por los pecados que cometió, ya que pudo zafar de la justicia del hombre pero no así de la Divina. El único que le tiende una mano es Shawn Maguire (Ed Harris), su amigo de la infancia y jefe de la organización para la cual trabajó. Danny (Boyd Holbrook), el hijo de Shawn, comete un grave error en una negociación y lo resuelve asesinando a dos criminales bastante pesados. De todo esto es testigo Mike (Joel Kinnaman), el hijo de Jimmy, quien automáticamente se es perseguido por Danny para matarlo y que no hable. Para proteger a su hijo, Jimmy mata a Danny, y ahora toda la mafia y la policía corrupta de la ciudad irán tras sus pasos. Tienen toda una noche para tratar de solucionar las cosas, y el ex asesino tendrá la oportunidad de elegir entre su antigua familia mafiosa o su familia verdadera, a la que abandonó hace tiempo. El español Jaume Collet-Serra vuelve por tercera vez a trabajar con Liam Neeson, tras "Desconocido" y "Non-Stop: Sin Escalas". Se nota ambos se conocen mucho: el realizador sabe qué sacarle a Neeson y cuáles son sus puntos fuertes. El actor conoce a la perfección cómo hacer de tipo duro y la actuación que necesita brindar. Pero lamentablemente el filme es muy descuidado. Por nombrar un par de cosas: tiene un problema de continuidad importante, algo que en los tiempos que corren no puede ocurrir. Hay una escena de persecución de autos en la que vemos cómo se golpean entre ellos y, a la escena siguiente, aparecen sin un rasguño. O que la historia se venda cómo que transcurre durante la Navidad pero las tomas en la ciudad no muestran decoraciones alegóricas. Neeson, Harris, Kinnaman, Vincent D'Onofrio, Bruce McGill, Nick Nolte (en un papel que quedó tan chiquito después de la edición que ni siquiera está en los créditos), Génesis Rodríguez (sí, la hija del Puma); el casting es impresionante pero tanta calidad actoral está desperdiciada en un guión más preocupado por mostrarnos más acción que inteligencia. El problema es que la película es totalmente previsible y podemos anticipar cada escena que va a ocurrir 20 minutos. No hay giros, sorpresas, nada. ¿No tuvimos demasiados largometrajes de despiadados y crueles asesinos con conciencia arrepentidos de sus acciones? Los realizadores parecen pensar que no. Para que quede claro: ¿quieren hacer una película de violencia y acción desmedidas? Tomen el ejemplo de "Sin Control" y pongan manos a la obra sin remordimientos. Eso es mucho más honesto. Liam Neeson tiene que sobrevivir toda la noche y el espectador casi dos horas de película. Es complicado decir quién la tiene más difícil.
"Los Vengadores: La era de Ultrón". El encuentro necesario En 2008, y tímidamente, Marvel comenzó una nueva etapa en la que se atrevía a llevar -de nuevo- al cine a sus superhéroes. No había tenido mucho éxito antes y, de todo el enorme listado de productos que tenía, tuvo una curiosa elección. Así se estrenó Iron Man. Sí, este superhéroe no gozaba de la enorme popularidad de otros y tampoco era muy conocido para la gente que no fuera fan de los cómics. Pero el filme fue un éxito y rompió con todo. Después llegarían Hulk, Thor, Capitán América y sus secuelas para desembocar en "Los Vengadores", que los reunía a todos y que se convertía en la frutilla del postre. Sin entrar en detalles específicos sobre la Fase 1 o Fase 2 del Universo Cinematográfico de Marvel (para mi gusto, algo que sólo le atañe al fanático), después de tres años están otra vez juntos -posiblemente la última en que veamos a este equipo de "Los Vengadores: Era de Ultrón ". Y, como toda reunión entre amigos tras varios años, las cosas ya no son iguales. En su lucha por tratar de acabar con las fuerzas de Hydra el grupo de superhéroes recupera el cetro de Loki, que contiene una gema del infinito. Antes de que Thor (Chris Hemsworth) se lleve el arma de su hermano a Asgard, Tony Stark (Robert Downey Jr.) le pide a su compañero que se lo deje estudiar. Junto con la ayuda de Banner (Mark Ruffalo), Stark trata de hacer funcionar un programa llamado Ultrón para mantener la paz en el mundo. Todos sus intentos parecen fracasar y, cuando menos lo esperan, Ultrón hace su aparición. Claro que, si las cosas pueden salir mal, lo harán; y esta creación tiene su propia idea de cómo lograr el cometido de la paz mundial: básicamente, acabar con la humanidad y empezar todo de nuevo. Iron Man, Thor, Hulk, el Capitán América (Chris Evans), Viuda Negra (Scarlett Johansson) y Ojo de Halcón (Jeremy Renner) tendrán que hacer todo lo posible para detenerlo. Joss Whedon, ya convertido en un experto en la materia, vuelve a escribir y dirigir como lo hizo en 2012. A diferencia de la primera película, pone más énfasis en personajes como Ojo de Halcón y Viuda Negra, y contiene bastante al de Iron Man, que es un acierto. Pero también lidia con mostrar a otros -aunque sea algunos minutos- que ya han hecho su aparición: Maria Hill (Cobie Smulders) James Rhodes/ War Machine (Don Cheadle), Falcon (Anthony Mackie) y podríamos seguir nombrando. Claro, como dijimos antes, los próximos Vengadores que veamos serán con miembros nuevos y hay que presentarlos. Es por eso también aparecen Pietro (Aaron Taylor-Johnson) y Wanda Maximoff (Elizabeth Olsen) y La Visión (Paul Bettany). Más allá de esto, esta secuela toma un tono más serio y está más "hablada" que su predecesora. Da la sensación que es un escalón que había que subir para llegar a lo importante: Avengers: Infinity War Part 1 (2018) y Avengers: Infinity War Part 2 (2019). Veamos, las escenas de acción, efectos y producción son enormes e inobjetables. Pero hay una carencia: en la primera el tándem drama-acción-humor era casi perfecto, y en esta casi que se pierde. ¿Será que ya se habrá dicho todo y no hay algo nuevo que mostrar? ¿Será demasiada sobredosis de superhéroes? Todo puede ser. Para los fanáticos: no se enojen, hay cosas que difieren de los cómics, pero tampoco es para matarse. Por supuesto, no se pierdan la escena que viene tras los créditos que dice y mucho.
Big Eyes: Una historia real, aunque usted no lo crea La historia de la artista Margaret Keane es muy peculiar. Durante décadas su segundo marido, Walter, se atribuyó la autoría de sus famosos cuadros de niños de ojos grandes llenos de tristeza. Como ella los firmaba "Keane", y Walter el único talento que tenía era venderse muy bien así mismo, la gente interpretó que las obras eran suyas. La obra de Margaret se hizo extremadamente popular en la década del sesenta: aparecieron en revistas muy importantes, las celebridades del momento pedían hacerse retratos con su estilo y tuvieron una campaña de marketing esplendorosa. Con el tiempo la artista se fue recluyendo más y más en su hogar, triste además al saber de la estafa que cometía su esposo. Esto duró más de una década hasta que decidió abandonar a su marido y reclamar por los derechos sobre sus cuadros. Esta batalla fue larguísima: Margaret declaraba a quien quisiera escucharla que ella era la verdadera autora de los cuadros y Walter no decía nada. Finalmente en 1986 lo demandó a él y al diario USA Today por un artículo en el cual afirmaban que las obras eran creación exclusiva de Walter Keane. Por fin, el jurado falló a su favor y le permitió firmar sus obras como Keane y condenó a su ex esposo a pagarle 4 millones de dólares. Ahora esta increíble, pero real, historia llega a la pantalla grande de la mano de Tim Burton con Big Eyes - Retratos de una Mentira. La película comienza mostrándonos a Margaret (Amy Adams) yéndose de su hogar junto con su hija, dejando atrás un matrimonio desastroso. Y continúa mostrándonos su intento por comenzar una nueva vida, cómo conoce a Walter Keane (Christoph Waltz), su casamiento y el suceso de hechos que se dieron para una de las estafas de arte más importantes de la historia. Sin dudas, esta biopic es sólida, correcta y no depara muchas más sorpresas de la historia que contamos al principio. Lo que sorprende, y bastante, es que este filme, ni por temática ni por estilo visual, parece del director Tim Burton. Y eso es algo que sorprende. Burton es fan de la obra de Keane, incluso tiene una gran colección de pinturas y retratos hechos por la artista de su ex mujer Helena Bonham Carter y de su chihuahua. Pero, y perdonando la insistencia, no es el típico filme del director. Sobrevuela sí un aire burtoniano y podría decirse que hay una identificación con el realizador. Así como Margaret Keane se siente oprimida por su obra (algo que se muestra en algunas escenas) y decide cambiar de estilo para poder respirar, existe este paralelismo con Burton. Sus largometrajes son siempre esperados y, últimamente, también muy criticados. Tal vez el director se cansó y ahora pruebe con algo distinto. Lo cierto es que es la primera película desde ¡Marcianos al Ataque! en que no utiliza ni a Bonham Carter ni a Johnny Depp, y en la que tampoco actúa, ni siquiera en papeles secundarios, algún actor de su gusto. Detalles curiosos. Se verá qué pasa. Vale destacar la actuación de Adams, que se ganó un Globo de Oro, y podemos perdonarle a Waltz sus excesos con el personaje que le toca. Por lo demás, estamos ante un largometraje previsible y sin demasiadas vueltas que quedará como un quiebre en la filmografía de Tim Burton. Dato: en la escena en donde ambos pintan en el parque, la viejita que se ve detrás en la escena leyendo un libro es la verdadera Margaret Keane. Tengan los ojos bien abiertos, y no se la van a perder.
"La bella y la bestia": un cuento infantil, que no podrán ver los niños Hace unos pocos días se conoció que Disney lanzará la película con actores reales de Winnie the Pooh y también de Dumbo, que se suman a otros clásicos que ya se hicieron como "Alicia en el País de las Maravillas", "Maléfica" y "La Cenicienta". También tiene en carpeta "La Bella y la bestia", con Emma Watson en el papel de Bella y Dan Stevens como la Bestia. Este film vería la luz recién en 2017, pero antes nos llega esta versión francesa de este clásico titulada, obviamente, "La Bella y la Bestia". Vale recordar que, como casi la mayoría de los cuentos de hadas tradicionales, es bastante complicado conocer su origen. Existen muchas versiones y diferentes autores a los cuales se les atribuye su autoría. Lo cierto es que la primera versión publicada fue la de la escritora francesa Gabrielle-Suzanne Barbot de Villeneuve, en 1740, aunque la más conocida es la revisión -muy abreviada- de la obra original de Villeneuve, publicada en 1756 por Jeanne-Marie Leprince de Beaumont. Tras el naufragio de su barco, un comerciante (André Dussollier) queda en la quiebra y se ve obligado a mudarse de la ciudad al campo junto a sus seis hijos. Entre ellos se encuentra Bella (Léa Seydoux), la más joven de sus hijas, alegre y llena de bondad. Pero los problemas del comerciante aumentan cuando descubre un mágico reino y se roba una rosa para ella. Bestia (Vincent Cassel) es el que reina sobre el lugar y lo condena a muerte, pero le da tiempo para despedirse de su familia. Cuando Bella se entera que por su culpa su padre enfrenta ese destino, decide sacrificarse e ir ella en su lugar. Allí no encontrará la muerte, sino una extraña nueva vida en donde de a poco, todas las noches mientras cena, comenzará a conocer al extraño y aterrador dueño del castillo y comenzará una historia de amor. Esta película, estrenada en Francia el 12 de febrero de 2014, se convirtió en un éxito de taquilla y hasta recibió tres nominaciones en los Premios César. Tiene varios puntos a favor, como ser el elenco: el gran André Dussollier con su inagotable cuota de talento actoral; Eduardo Noriega, que personifica al villano Perducas; el siempre magnético Vincent Cassel (sí, hay escenas en las que no aparece todo peludo y con dientes filosos); y la ascendente Léa Seydoux, ya convertida en una chica Bond en el próximo film del espía inglés titulado "Spectre". Otro punto positivo es el trabajo de Christophe Gans, visualmente perfecto. Hizo films como "Pacto de Lobos" o "Terror en Silent Hill" en donde ya demostraba su enorme capacidad para meternos en mundos de fantasía. Aplausos también para el vestuario y decorados, que tiene mucho trabajo encima. El problema que tiene el filme es que nunca llegamos a creernos la conexión emocional entre los dos protagonistas, y eso es crucial en la historia. El desenlace es inimaginable en la progresión de la historia que Gans elige contarnos. Y tal vez también el personaje de Noriega, que toma protagonismo al final como para darle algo de tensión al largometraje. Detalles que, tranquilamente, pueden molestar mucho o dejarse pasar… Según el gusto del consumidor. Un cuento de hadas para chicos que ni siquiera van a poder ver por la calificación que ostenta (tiene un par de cosas violentas que la justifican). No se preocupen, pueden recurrir a su niño interior e ir a verla, ¿no?
"Home" Encuentro divertido del tercer tipo No hay demasiada verdad revelada en decir que en el rubro de películas animadas para chicos, Pixar es el rey indiscutido de la industria. Quien hace lo posible para pelearle ese reinado, a base de buenas historias y calidad técnica, es DreamWorks. Sin dudas la compañía mejoró muchísimo en los últimos años y, después de haber exprimido hasta la última gota de "Shrek", nos brindó nuevas sagas que gozan de buena salud y futuro: "Madagascar", "Kung Fu Panda", "Cómo Entrenar a tu Dragón", son algunos de estos ejemplos. Ahora nos llega "Home - No Hay Lugar Como el Hogar", que primero era un cortometraje que fue convertido en largo. Este filme está basado en el libro "The True Meaning of Smekday", publicado en 2007 por Adam Rex. Y créanme si les digo que la empresa acertó nuevamente en su elección de qué brindarnos. Una raza alienígena llamada buv va invadiendo planeta tras planeta para tratar de escapar de los Gorg, sus enemigos acérrimos. Es así como llegan a la Tierra, la colonizan ocupando las casas de las personas, desechando las cosas a las que no les ven utilidad y trasladan a todos los humanos hasta una nueva locación: Australia. Los buv son una raza muy particular cuyas acciones son metódicas, precisas y no pierden tiempo en insignificancias como la amistad o las relaciones personales. Siempre hay alguien que se destaca por ser diferente y no seguir los parámetros establecidos. En este caso es Oh (Jim Parsons), un buv que no goza de mucha popularidad entre los suyos (todos tratan de evitarlo, por eso su nombre proviene de esa expresión, que es la que hacen cuando lo ven). ras que no vive haciendo torpezas y equivocándose, no tiene mejor idea que organizar una fiesta en su nuevo departamento para festejar el haber encontrado un nuevo hogar. Para ello manda un mail avisándoles a todos, con tan mala suerte que el mensaje va dirigido incluso a sus enemigos. Claro que lo hace sin querer, pero esto hace que empiecen a perseguirlo los de su raza para que les dé el password desu casilla y anular todo. Oh escapa de ellos , se encuentra con Tip (Rihanna), una nena que logró escapar de la invasión y vive escondida en un departamento junto con su gato. Ambos formarán un dúo improbable en el que cada uno aprenderá el valor de la amistad y el verdadero significado de la palabra hogar. Es cierto que, en la mayoría de los casos, los filmes infantiles tocan los temas de amistad, valores familiares, amor filial, etc. Lo que hace que algunos se destaquen es la forma de contar su historia, o los personajes que emplea para hacerlo. En este caso el alienígena Oh es uno de los más simpáticos y graciosos que vimos en la pantalla grande en los últimos tiempos. A esto hay que agregarle que los guionistas Tom J. Astle y Matt Ember nos proveen de unos diálogos muy divertidos y eficaces que funcionan hasta en la versión doblada al español. A Rhianna -que se encargó de crear toda la banda sonora del largometraje- y Parsons los acompañan Steve Martin como el Capitán Smek, líder de los buv que hace recordar mucho al Rey Julien de la saga Madagascar. Jennifer Lopez le pone su voz a Lucy, la madre de Tip y Matt Jones a Kyle, un policía de tránsito al que Oh lo considera su mejor amigo. No lo duden ni un segundo. Esta es una apuesta muy divertida para el cine en el que grandes y chicos van a disfrutar por igual. No comentan el error de perderse esta película.
La Cenicienta: Para volver a creer en los finales felices Poca gente sabe que "La Cenicienta" es un cuento de hadas que tiene varias versiones de distintos países del mundo. Son dos las que tienen más popularidad: la alemana escrita por los famosos Hermanos Grimm, que forma parte de la colección "Cuentos de la infancia y del hogar". La otra es la que escribió en 1697 el francés Charles Perrault, cuyo título es " Cenicienta o El zapatito de cristal" De aquí se basó Walt Disney para su clásico animado "La Cenicienta" y es la que más arraigada está en América. Ahora nos llega esta versión con actores que respeta la historia original y nos brinda una muy buena película. Ella es una niña que vive una infancia perfecta junto a su madre (Hayley Atwell) y su padre (Ben Chaplin). Pero su mamá muere de forma trágica y es su papá quien se encarga de criarla, dándole todo el amor del mundo. Así pasan los años y llega un momento en que su padre decide que es hora de volver a formar una pareja. Ella (Lily James) está dispuesta a apoyarlo y recibe a su nueva madrastra (Cate Blanchett) y a sus hijas Anastasia (Holliday Grainger) y Drisella (Sophie McShera) en su hogar. El trío de mujeres es bastante particular pero la joven hace todo lo posible para que su padre sea feliz y no le lleva problemas. La tragedia vuelve a golpear su vida cuando él, en uno de sus viajes por trabajo, muere de forma repentina. De repente, toda su vida cambia. Queda a merced de su madrastra y hermanastras que la empiezan a tratar como su sirvienta, incluso la apodan "Cenicienta" cuando la encuentran cubierta de cenizas. A pesar de los maltratos, ella no pierde la fe y renueva las esperanzas cuando conoce a un joven en el bosque -el famoso Príncipe- que dice ser un empleado del palacio llamado Kit (Richard Madden). Como el Rey (Derek Jacobi) quiere que su hijo se case, éste accede mientras le permita organizar un baile al que acudan todas las doncellas del reino, con el secreto deseo de volver a ver a la joven que conoció y que le robó su corazón. Cuando la invitación para el baile llega, Cenicienta no puede asistir, ya que le prohíben ir y le destruyen el vestido. Pronto llegará la ayuda de su Hada Madrina (Helena Bonham Carter) que le dará una oportunidad para que su vida cambie nuevamente para siempre. En los últimos años llegaron a la pantalla grandes películas con historias clásicas que, de una u otra manera, reversionaban la historia o a sus personajes. Eso dejaba cierto "sabor amargo" porque las historias que tan bien conocíamos eran, de alguna manera, cambiadas. Bueno, eso no pasa en este filme. Tal cual conocemos la famosa historia es lo que se nos presenta. Y eso es un gran acierto. Kenneth Branagh es un director clásico, y no hay dudas que su mano se nota en el largometraje. Además, no abusa de los efectos especiales (lo combina muy bien) ni se apoya en ellos para relatar la historia. Aplausos de pie por esta decisión. Los actores principales son más conocidos por su trabajo en televisión que por sus películas: Lily James era Lady Rose MacClare en la serie "Downton Abbey" y Richard Madden fue conocido por interpretar a Robb Stark en "Game of Thrones". Ambos están muy bien, pero por supuesto que Cate Blanchett se roba la película y a Bonham Carter le bastan 20 minutos para desplegar su enorme talento. Antes del filme van a poder disfrutar del corto "Frozen Fever", tan bueno como la película a la que precede. La Cenicienta llegó para hacernos creer nuevamente en la fantasía y los finales felices. Y le estamos muy agradecidos.