Voley: Un partido a favor de la amistad y el amor Estas últimas semanas se han estrenado varias películas argentinas de muy buena factoría y calidad: "El Patrón: Radiografía de un Crimen" y "Pistas para Volver a Casa", son ejemplos (Nótese también que son de distintos géneros). A estos filmes se les suma esta hermosa comedia llamada "Vóley", protagonizada, escrita y dirigida por Martín Piroyansky. Bien por el cine argentino. Nico (Piroyansky), Manuela (Violeta Urtizberea), Nacho (Chino Darín), Pilar (Inés Efrón) y Cata (Vera Spinetta) son un grupo de amigos que se conocen desde la adolescencia. Cada uno tiene puntos de vista de la vida muy distintos, pero aun así siguen unidos. Todos deciden pasar la noche de Año Nuevo en la casa de los abuelos de Nico, que queda en Tigre. A ellos se les va a sumar Belén (Justina Bustos), una amiga de Manuela que fue invitada sin consulta previa. Nico, que sólo piensa en estar con todas las mujeres que pueda, queda inmediatamente prendido de esta rubia de ojos claros súper sexy y vanidosa. Nacho no tiene problemas, porque es decisión de su novia Manuela, una controladora total. Pilar, que vive en su mundo sin darle bolilla a absolutamente nada, tampoco se niega y Cata, que es de muy pocas palabras, también acepta a la blonda. Desde que llegan a la casa, Nico pone en práctica su teoría: el amor no existe y el hombre no puede ser monógamo. Por supuesto que la idea es poder estar con Belén. El problema es que, algunas veces queriendo y otras no, logra estar con las demás mujeres de la casa, incluida Manuela. Todo se vuelve mucho más complicado cuando Nico descubre que se enamora de ella, un sentimiento que nunca había tenido. Ahora se siente angustiado, ansioso, sin poder controlar lo que siente, pero no puede contárselo a nadie. Obviamente el grupo se enterará y entrará en crisis, pero pronto se sabrá que él no fue el único que rompió las "sagradas" reglas de la amistad. "Una bocanada de aire fresco para el género", sería una frase adecuada -y trillada pero efectiva- para definir esta película. Martín Piroyansky, en su segundo largometraje después de Abril en Nueva York (2012), demuestra que conoce al dedillo la comedia y los tiempos que esta necesita. Pero por sobre todas las cosas entiende lo que puede hacer reír al espectador y saber qué situaciones contar. Imposible que nadie se sienta identificado con ciertas cuestiones que ocurren o los personajes que presenta. Tanto Vera Spinetta como el Chino Darín, que no tienen tanto rodaje en cine, están muy bien en sus roles, al igual que Justina Bustos en su debut en la pantalla grande. Piroyansky, que sabe y mucho de actuar, y Urtizberea logran grandes actuaciones. Aplausos para Inés Efrón que se luce muchísimo con su personaje. Lo único que a este periodista no le gustó tanto fue el final, que podría haber tomado otro curso y cerrar con moño la historia. Siempre es cuestión de gustos, ¿no? Este pequeño gran filme merece un lugar destacado dentro de la cinematografía local. Anoten el nombre de Piroyansky que, con tan sólo 29 años recién cumplidos, da muestras de un talento gigantesco al que hay que seguir porque seguramente va a brindarnos grandes películas. Vóley tiene todos los condimentos y cualidades necesarios para ganar el partido: un gran equipo con un armador talentoso. Vayan a verla y aplaudan cada punto.
Focus: una gran estafa Seguramente uno de los criminales con más glamour, o mejor retratado, en la historia del cine es el del estafador. Ese personaje que tiene un ingenio tremendo, gran habilidad para la actuación, mucha oratoria, muy buen gusto y sobrada inteligencia y que usa todas esas cualidades que posee para quebrantar la ley en beneficio propio. Son carismáticos, seductores y sus historias siempre entretienen. Muchas películas dan cuenta de ello: El Golpe, La Gran Estafa, Atrápame si Puedes y Nueve Reinas (2000), son algunos de los ejemplos. Y justamente la película argentina tiene muchas similitudes con la que nos compete hoy: Focus: Maestros de la Estafa. Nicky (Will Smith) es un experimentado estafador que conoce todos los trucos y todo lo que tiene que ver con su profesión a la perfección Es así que se da cuenta de que Jess (Margot Robbie), una joven y hermosa mujer, está tratando de engañarlo para sacarle dinero. Le sigue el juego, la expone y le da un par de consejos antes de irse. Pero a Nicky le cae muy bien y, poco a poco, acepta enseñarle el oficio y sumarla a su equipo de trabajo para realizar golpes. A medida que va pasando el tiempo y comparte todo con ella, Nicky se siente cada vez más atraído hacia Jess. Después de realizar un golpe millonario, él decide separarse abruptamente de ella y tomar distancia. Tres años más tarde Nicky se encuentra en Buenos Aires a punto de ejecutar un plan y, cuando está a punto de hacerlo, se encuentra nuevamente con ella. Todo esto cambiará radicalmente el curso de las cosas. ¿Ahora se entiende lo de Nueve Reinas? Salvando las distancias (sexo de los personajes y relación sentimental), tenemos también aquí a un tutor y un pupilo que realizan estafas. Claro que el film argentino supera ampliamente a este largometraje que peca de no saber qué quiere contarnos. La película arranca muy bien, relatándonos las peripecias, trucos y engaños de este tipo de criminales, incluso nos muestran una gran escena de cómo se organizan y dan un golpe en Nueva Orleáns. Todo esto despierta el interés en el espectador y estas escenas de acción están muy bien filmadas, explicadas y editadas por los directores y guionistas Glenn Ficarra y John Requa, los mismos de Loco y Estúpido Amor. El problema surge cuando la trama se traslada a Buenos Aires; dicho sea de paso, hermosas las locaciones de La Boca, Puerto Madero, Palermo y Recoleta, entre otras. Rodaron durante 16 días en nuestro país y se ve todo muy lindo. Pero toda esta "argentinidad" no alcanza para salvar a una película que no sabe qué quiere contar: ¿Una historia de amor o una historia de criminales? En todo caso, falla a la hora de mezclar las dos cosas, si se quiere. Smith y Robbie, a quien vamos a volver a ver juntos en Suicide Squad (2016), él personificando a Deadshot y ella a Harley Quinn, están bien. Nada que decirles. Robbie eclipsa la pantalla y Will sabe cómo hacer su trabajo. El problema, como se dijo, pasa por otro lado y eso es lo que atenta contra el largometraje. Es como si fuera un auto que arranca y se para, arranca y se para, arranca y se para. Termina fastidiando. La estafa mayor pasa por querer vendernos que, como fue éxito de taquilla en EE.UU. la primera semana, el filme es bueno. Y no lo es. Es simpático que la palabra "focus" en inglés significa concentrase, enfocarse: y eso es exactamente lo que le falta a la película. Irónico, ¿no?
Alma salvaje, una tranquila historia de superación Hay momentos en que la vida nos golpea duro y nos deja al punto del knock-out. Todas las personas pasan por esto y se enfrentan a decisiones que cambiarán su vida para siempre… O no. Todo depende de cada uno. Cheryl Strayed tuvo una situación así cuando tenía 22 años. Su madre había muerto de cáncer, sus medio hermanos se habían ido, había tenido años de excesos (drogas y sexo casual) y su matrimonio había acabado en un divorcio. Acorralada, hastiada de su vida, sin saber qué hacer ni adónde ir, sin nadie a quien recurrir toma una decisión impulsiva: recorrer el Pacific Crest Trail. Este es un sendero de extenso recorrido que va desde la frontera de México hasta Canadá y que tiene un total de 4286 kilómetros. Cheryl nunca había pasado una noche al aire libre, ni tenía experiencia en senderismo y se impuso el objetivo de hacerlo sola. Fue una experiencia angustiante, agotadora, que hizo flaquear más de una vez a su protagonista, pero que le permitió reacomodar los pedazos de su destruida vida. Este viaje de autodescubrimiento y "limpieza" mental logró reencauzar su vida y encontrarle un sentido. El 20 de marzo de 2012 se publicó el libro "Salvaje" (Wild: From Lost to Found on the Pacific Crest Trail), escrito por Strayed y que relata su viaje sanador -se consigue en las librerías de nuestro país-. Cinco meses antes de que saliera a la venta, la autora le envió una copia a Reese Whiterspoon diciéndole que si había una actriz capaz de interpretarla era ya. Ésta quedó encantada con el contenido e inmediatamente compró los derechos para adaptarla a la pantalla grande. Whiterspoon no sólo protagoniza sino que también produce "Alma Salvaje" (Wild, 2014), una película que tuvo dos nominaciones al Oscar, uno a Mejor Actriz para ella y otra a Mejor Actriz de Reparto para Laura Dern, que personifica a su madre. La apuesta fue bastante importante, ya que como director se eligió al canadiense Jean-Marc Vallée, el mismo de "Dallas Buyers Club: El Club de los Desahuciados" (Dallas Buyers Club, 2013). El realizador hace un gran trabajo transmitiéndonos las sensaciones y sentimientos que expresa la protagonista y las reacciones ante su entorno. Incluso como guionista tenemos al gran Nick Hornby, el talentoso escritor inglés. Pero ambos no pueden hacer mucho ante un material que se vuelve algo repetitivo y, por momentos, cansador. Es que, salvo un par de escenas que intentan acabar con la monotonía, el filme peca de cierta "tranquilidad", o dicho en otras palabras: se vuelve plano y aburrido. No hay sobresaltos, no hay algo que despierte al espectador, ni siquiera los flashbacks que cuentan la historia de la protagonista logran despertarlo de su sopor (logra que uno recurra permanentemente al reloj preguntándose si falta mucho). ¿Le sobran minutos a la película? Totalmente. Podría haberse dicho lo mismo en menos tiempo y ser más efectivos. Uno termina más cansado que Strayed de caminar. No podemos dejar valorar el trabajo de Whiterspoon y Dern, bien merecidas sus nominaciones. Un par de datos de color: la verdadera Cheryl hace un cameo (es la mujer que al principio del filme le desea suerte), al igual que su hija, que hace de ella joven. Si sienten que no pueden más con sus vidas, que los agobia su situación y que no tienen escapatoria, éste es un largometraje que les enseña que nunca es tarde para revertir las cosas y siempre hay una segunda oportunidad. Eso sí, vayan con calma porque se toma su tiempo para explicárselos.
50 sombras de Grey: mucho ruido y poco erotismo Cada tanto suele aparecer una obra -en este caso es un libro pero también puede ser una película o una canción, por ejemplo- que sacude todo a su alrededor. Hablamos de aquellos productos que generan tantos admiradores como detractores, esos de los que la gente no puede parar de hablar (mal o bien). Esto es lo que sucedió con "Cincuenta Sombras de Grey", novela erótica publicada en 2011 por la inglesa Erika Leonard James. La trama, básicamente, cuenta la relación entre una joven recién graduada de la universidad y un exitoso empresario de negocios. Esto no sería nada raro si no fuera porque se describe puntillosamente las prácticas sexuales "poco comunes" de la pareja. Rápidamente el libro fue acogido en su mayoría por el público femenino, desde adolescentes a mujeres casadas, aunque maliciosamente se lo tildó de "porno para mamás". Hubo también fuertes críticas por su, según algunos, pobre y mala escritura; y por su representación de la práctica sadomasoquista. Lo cierto es que esta novela se convirtió en una trilogía con la publicación de Cincuenta Sombras Más Oscuras" y "Cincuenta Sombras Liberadas". La colección vendió más de 31 millones de copias en todo el mundo, estableció el récord como la edición de bolsillo de ventas más rápida de todos los tiempos, superando a la de Harry Potter, lo que convirtió a E.L. James en la autora más vendida desplazando a J.K. Rowling. Como no podía ser de otra manera, la adaptación a la pantalla grande no se hizo esperar. Y también generó ruido, ya que en Malasia la prohibieron por considerarla "pornográfica". Demasiada calificación para un film chato y poco "picante". Anastasia Steele (Dakota Johnson) es una estudiante de literatura que le hace un favor a su compañera de cuarto, una estudiante de periodismo que está enferma: hacerle una entrevista al joven y exitoso empresario millonario Christian Grey (Jamie Dornan). Mientras se sucede el reportaje Ana cae bajo el influjo del enigmático hombre, y él queda prendido de la ingenuidad y frescura de ella. De a poco empiezan a frecuentarse hasta que Grey le pide comenzar una relación pero bajo sus propios términos. Ana descubrirá así que él tiene unos particulares gustos sexuales y una obsesión por controlarlo todo. Lo primero que llama la atención de este filme es la elección de dos mujeres en el equipo creativo: Sam Taylor-Johnson como directora y Kelly Marcel como guionista. Tal vez la intención haya sido captar la sensibilidad de la protagonista, por eso el toque femenino. Vaya uno a saber. Lo cierto es que, para una obra que venía con tanta publicidad por su carga erótica, nos entregan un filme vago, bastante artificial y con poco sentido. Cuando salió el trailer lo vieron más de 100 millones de personas, convirtiéndolo en el más visto de 2014. Incluso ya se anunció oficialmente la adaptación de los otros dos libros. O sea, es una de las películas más esperadas de este año. El problema es que los diálogos son dolorosos para el oído, poco inteligentes y hasta naif en algunos casos. Las escenas "subidas de tono" no son ni tan fuertes ni tan explícitas siquiera como para generar polémica. Caerles duro a Johnson y Dornan no sería justo, ya que hacen lo que pueden con un material que promete más de lo que vale. Si ésta es la gran película erótica que nos prometieron estamos muertos. Hay que pedirle perdón a Sylvia Kristel, la protagonista de "Emmanuelle".Perdonalos, Sylvia, no saben lo que hacen.
"El código enigma": filme (demasiado) redondo Entramos en el mes de febrero y comienzan a llegar a las carteleras de los cines todas aquellas películas que resultaron favorecidas con alguna nominación importante para la entrega de los premios Oscar. Así le llega el turno a "El Código Enigma", un film que se alzó con 8 nominaciones, entre ellas: Actor, Actriz de Reparto, Director y Película. Nada mal para un largometraje sobre la vida de un matemático, ¿no? Hagamos un poco de historia y conozcamos sobre quién trata esta obra. Alan Turing, considerado uno de los padres de la computación, trabajó durante la Segunda Guerra Mundial para descifrar los códigos de la máquina Enigma. Este artefacto fue utilizado por Alemania desde 1930 para emitir mensajes mediante un mecanismo de cifrado rotatorio. Turing y su equipo lograron descubrir cómo funcionaba y conocer de esta manera información sobre ataques, movimientos de tropas, objetivos, etc, que enviaban los nazis. Se dice que, gracias a esto, la guerra concluyó dos años antes de lo previsto. Todo este trabajo se mantuvo en secreto y la carrera de Turing acabó súbitamente cuando se descubrió que era homosexual. Como era considerado un delito en esa época, en 1952 se lo procesó y se le dio a elegir entre dos opciones: ir a prisión o someterse a un tratamiento de castración química. El matemático eligió la segunda y dos años después, tras pasar momentos desagradables y muy malos, supuestamente se suicidó ingiriendo una manzana con cianuro (hasta el día de hoy existen dudas sobre si fue un homicidio). En 2009, y gracias a una movilización pública solicitando al Gobierno que pidiera disculpas oficialmente por la persecución contra Alan Turing, se emitió un comunicado oficial por el trato que tuvo durante sus últimos años de vida. Recién el 24 de diciembre de 2013, por orden de la Reina Isabel II, recibió un indulto por todo tipo de culpa. "El Código Enigma" abarca varias etapas clave de la vida de Turing: su adolescencia internado en un colegio, su trabajo en Bletchley Park para descifrar la máquina Enigma y los amargos años posteriores a su condena por declararse homosexual. Este largometraje es "redondo", y cuando lo adjetivo de esta manera quiero decir que tiene todas las cualidades que tiene que tener para pelear por Mejor Película. Y eso es lo que, personalmente, a mí ya no me atrae tanto. Es que la película es muy correcta en todo sentido: cuenta la historia de un personaje real que hizo un gran aporte a cierto momento de la historia, las actuaciones son pulcras y sin fisuras, la ambientación de época, música, guión, todo es un combo perfecto. Ideal para los votantes de la Academia. "El Código Enigma" es una muy recomendable película que no debería defraudar a nadie que la vea. Pero, para mi gusto, no tiene ese plus o ese extra que la haría descollar. No "arriesga" demasiado. Pero claro, son opiniones. Benedict Cumberbatch demuestra, una vez más, que está a la altura de los grandes y pelea seriamente por convertirse en uno de los mejores -si no el mejor- actores ingleses de la actualidad. Muestra mucha pasión y convencimiento en lo que hace. Un gran dato es que los parientes de Turing expresaron que el artista fue una excelente elección para el rol y que demostró saber muchísimo sobre su vida. ¿Ganará "El Cógido Enigma" el Oscar? Eso es algo que no podemos ni nos atrevemos a descifrar. Mientras tanto, vayan al cine, saquen sus entradas y aprendan un poco de historia. Cine educativo.
El desafío: amor adolescente en el Tigre El Desafío es el programa más popular de la televisión del momento. Es un reality que se dedica a recorrer todo el país buscando talentos, a los cuales les da la oportunidad de presentarse frente a cámaras para que demuestren lo suyo. Es así que este show llega al Tigre, específicamente a un parador llamado Delta Beach, propiedad del joven Hernán (Gastón Soffritti). Esta es una gran oportunidad para él, ya que conseguir un contrato para alquilar el lugar lo ayuda a salvarlo de la quiebra. En Delta Beach también trabaja Juan (Nicolás Riera), amigo de Hernán de la infancia, que es un joven rebelde, de espíritu libre, que cuida de sus dos hermanitos porque al morir sus padres quedó a cargo de ellos. Viejos rencores entre ellos volverán a surgir porque, con el equipo del programa, llega la productora, Julieta (Rocío Igarzábal), joven y hermosa que enamora a los dos amigos. A medida que ella va conociendo más a Juan, su vida profesional y ética será puesta a prueba con los métodos poco ortodoxos del conductor estrella del programa: Willy (Diego Ramos). Esa es, palabras más palabras menos, la trama que nos presenta El Desafío (2014), una de las películas argentinas más flojitas que han llegado a la pantalla grande en los últimos tiempos. Es interesante ver que ninguno de los involucrados -artísticamente hablando- en este film tiene mucha experiencia en la cinematografía nacional. El director Juan Manuel Rampoldi tenía un corto en su haber de hace una década, lo que explica mucho de los errores de continuidad y hasta cierta inexperiencia para contarnos la historia. Extraño, ya que los guionistas -Alejandro Montiel, Milagros Roque Pitt y Diego Schipani- si tienen bastante laburo en sus espaldas, incluso detrás de cámaras. En cuanto al elenco, para que se den una idea el que tiene más "experiencia" en cine es Darío Lopilato. Aquí hace un personaje que podríamos decir que es la versión moderna, o mejor dicho, un Coqui Argento entrado en años. La pareja protagónica, Nicolás Riera y Rocío Igarzábal, debutan en este film. Los ex Casi Ángeles no pueden sostener este bodrio, por más buenas intenciones y ganas que le pongan. Ella intenta ser más que una cara bonita y a él le dijeron que se pasee mostrando su físico y tratando de dar el perfil de un "hombre duro". Podríamos especular que se intentó lucrar con el romance que vivían estos dos chicos en el momento de filmar (hoy acabado) para atraer al público teen. Si funciona, sería un milagro. El pobre Gastón Soffritti intenta tomarse en serio el trabajo, pero también sucumbe ante la mediocridad. Una mención especial para Diego Ramos que le saca todo el brillo posible a su personaje y, con muy poco, hace mucho. Parece algo increíble que en pleno siglo XXI, con largometrajes nacionales como Relatos Salvajes (2014) compitiendo al Oscar a Mejor Película Extranjera, a alguien se le ocurra hacer un film de estas características. Huele a vieja, a una clase de películas que pensábamos que ya no veríamos más, a un producto hecho para recaudar con el único atractivo de presentar "estrellitas" del momento, a una forma de hacerle publicidad a un lugar, en este caso el Tigre, y sus atractivos (se nota mucho, en serio). Esperemos que aprendan la lección y no intenten más denigrar al cine nacional con esta clase de obras. Eso sí, queda para el espectador un verdadero desafío: tratar de ver esta película y encontrar algo positivo. Suerte con eso.
Francotirador, la película que da en el blanco Christopher Kyle entró en la Marina de los Estados Unidos casi por casualidad. De joven intentó ganarse la vida como cowboy de rodeos, pero un accidente en un brazo lo retiró rápidamente. En 1998 intentó enrolarse para formarse como un Navy SEAL, aunque lo desestimaron por esa misma lesión. Tuvo más suerte un año más tarde y fue admitido en el programa de SEAL en la especialidad de francotirador. Kyle hizo cuatro vueltas en la Guerra de Irak y se convirtió en una leyenda viva. Los iraquíes lo apodaron el "Satán de Ramadi", ya que tiene en su haber unas 255 muertes. El Pentágono le acreditó sólo 160 porque para "confirmar" una muerte tiene que haber un testigo. El norteamericano hizo cosas como matar a 40 enemigos en un solo día, dar en un blanco a una distancia de 2.100 metros o asesinar a una mujer con un bebé en brazos que portaba una granada. Kyle declaró muchas veces que no consideraba a sus enemigos como personas y que su objetivo era sólo salvar la vida de sus compañeros. Fue herido dos veces por otros francotiradores, sobrevivió a seis atentados con explosivos, pusieron precio por su cabeza (20 mil dólares) y ganó dos Estrellas de Plata y cinco Estrellas de Bronce. Permaneció 10 años en los SEALs hasta que se retiró para poder salvar su matrimonio con su esposa Taya, con quien tenía dos hijos. De vuelta en su hogar fundó una empresa de seguridad privada llamada Craft International y escribió un libro autobiográfico titulado American Sniper donde relata sus experiencias en Irak, que fue un éxito de ventas. El sábado 2 de febrero de 2013, Kyle y un amigo llamado Chad Littlefield se encontraban practicando tiro en un campo en Rough Creek Lodge en Glen Rose, cuando fueron asesinados por un ex marine llamado Eddie Routh. Al día de hoy no se saben sus motivos, sólo que supuestamente tenía desórdenes mentales. Clint Eastwood y Bradley Cooper decidieron llevar la vida de este "controvertido" hombre a la pantalla grande con "Francotirador ". El resultado: un estupendo film. Es interesante, y necesario, contar la historia de Chris Kyle. ¿Por qué? Es que fácilmente se puede confundir a este filme con uno propagandístico y mostrar lo que en realidad pensaba y decía el verdadero Kyle es fundamental para entender lo que se muestra en la película. El largometraje es de esos de la "vieja escuela", con un Eastwood ligeramente distinto a sus obras anteriores. La historia de este adicto a la guerra que poco a poco va siendo alcanzado por los horrores que ella conlleva es magistralmente narrada por el viejo Clint, que sabe bien qué es importante contar y qué no. No retrata a un héroe ni a un súper hombre que lucha a muerte por su país, sino a un hombre superado por su entorno (aunque él no lo sepa o entienda) que hace lo que puede y cree necesario para que sus compañeros sobrevivan. Bradley Cooper, por su parte, está impagable. Se nota la dedicación y el amor que el actor le puso a este papel, como si su vida dependiera de ello. Se sabe que el actor logró hablar por teléfono con Kyle un par de semanas antes de que lo asesinaran por la producción del filme. Es como si hubiera aprendido hasta el último detalle para honrar al soldado y dar su mejor performance. "Francotirador" recibió seis nominaciones al Oscar, incluidas Mejor Actor y Mejor Película. Eso es anecdótico, pero en un punto reafirma lo gran película que es. Así que ya saben, si eligen ir a verla, sepan que van a dar en el blanco.
"Corazones de hierro": una batalla cruda y honesta Finalmente llega a las salas de los cines Corazones de Hierro", que corrió con la tremenda mala suerte de haber sido hackeada y puesta on line a finales de noviembre pasado. Este fue un duro revés para el filme, que se erigía como uno de los blockbusters con que la distribuidora tenía pensado sacar suculentas ganancias. Lo cierto es que se estrena, y eso es una buena noticia. Vale la pena recordar algo: esta película, como todas, se disfruta plenamente en una sala de cine. Por las dudas, lo aclaramos. Es el año 1945. Los aliados ya entraron en Alemania y están yendo pueblo por pueblo tomando el territorio. Es una tarea sucia, desgastante y hasta sangrienta, pero necesaria para tratar de terminar con esta locura. El sargento Don "Wardaddy" Collier (Brad Pitt) comanda un tanque Sherman apodado Fury. Él y sus cuatro hombres: Boyd "Bible" Swan (Shia LaBeouf), Trini "Gordo" García (Michael Peña), Grady "Coon-Ass" Travis (Jon Bernthal) y el novato Norman Ellison (Logan Lerman), están en la avanzada de la ofensiva final europea. No tienen respiro y sus órdenes son ir al frente tratando de "limpiar" el camino de enemigos y asistir a las tropas. Escasos en número y armamento, tendrán que enfrentarse al último, bestial y desesperado contraataque que Adolf Hitler lanza para que no tomen su país. ¿Podrán sobrevivir estos hombres a los últimos días de la Segunda Guerra Mundial? La mente detrás de esta historia pertenece al director David Ayer, que alcanzó notoriedad por su trabajo como guionista en Día de Entrenamiento (Training Day, 2001). Eso le permitió ponerse detrás de cámaras y en su haber tiene dos películas bastante interesantes: Soldado de Ciudad (Harsh Times, 2005) y En la Mira (End of Watch, 2012). Tómense el tiempo de verlas si no lo hicieron. Ah, Warner lo eligió para dirigir la adaptación del cómic de DC Suicide Squad. No sería de extrañar, ya que el realizador tiene la impronta oscura que la editorial le está dando a las adaptaciones de sus obras al cine. Ayer es un realizador crudo, directo, sin concesiones, cuyas historias van directo al grano y no tiene miedo en mostrar lo que sea necesario mientras ayude al guión. Y eso es lo que le puso a Corazones de Hierro, un filme intenso, angustiante, por momentos claustrofóbico, que vomita la crudeza de la guerra y la desesperanza en nuestras caras. El largometraje cuenta con un elenco templado, que aporta la cuota necesaria de trabajo sin sobreactuaciones ni estridencias. Brad Pitt nos da su solidez habitual, Bernthal y Peña no desentonan jamás al igual que Logan Lerman, cuyo personaje es el rayo de luz de humanidad que atraviesa a todos los demás. Shia LaBeouf, que para este periodista es uno de los mejores actores que aparecieron en los últimos años, le pone una intensidad tan profunda a su actuación que merece que lo reconozcan con algún premio. Este largometraje trata sobre los horrores de la guerra, la deshumanización, la pérdida de fe; pero también nos habla sobre el coraje, el apoyo en el otro -no importa lo que haya hecho o haga- y la tremenda lucha por aferrarse a un poco de de lo que nos define como humanos. "Corazones de Hierro" da una franca pelea y sale airosa del combate. Medalla de honor por eso.
Papeles en el viento: amigos son los amigos Quien haya leído literatura sobre fútbol (cuentos, novelas) sabrá que Osvaldo Soriano y Roberto Fontanarrosa son dos de los autores más reconocidos en esta temática. Con estilos diferentes, ambos supieron rescatar el espíritu, la pasión y mística futbolera que tan bien caracteriza a este deporte en nuestro país. Eduardo Sacheri tomó el legado de este género y en la actualidad, podemos afirmar con total seguridad, es el mejor autor en este rubro. Profesor en escuelas secundarias del conurbano bonaerense, comenzó a escribir cuentos a mediados de la década del noventa. Sus escritos captaron la atención del periodista Alejandro Apo que comenzó a leerlos en su programa de radio, logrando que Sacheri tome mucho reconocimiento. En 2005 se animó a escribir su primera novela: La Pregunta de sus Ojos. Al director Juan José Campanella le encantó el libro y se contactó con Sacheri pero no para adaptarla a la pantalla grande sino para hacer un guión original de otra historia. Finalmente decidieron hacerla, el escritor fue el guionista y dieron a luz a "El Secreto de sus Ojos", ganadora de muchísimo premios, entre ellos el Oscar a la Mejor Película Extranjera. "Papeles en el Viento" es la tercera novela de Sacheri, publicada en 2011, y también lo tiene a él como guionista, adaptando su propia obra nuevamente (algo poco habitual en el cine). Fernando (Diego Peretti), Mauricio (Pablo Echarri) y El Ruso (Pablo Rago) intentan sobreponerse por la muerte de El Mono (Diego Torres). Los cuatro eran amigos inseparables, más allá del camino que haya tomado cada uno en su vida. Y si la amistad no era suficiente para unirlos estaba la pasión por el club de sus amores: Independiente de Avellaneda. Pero El Mono dejó atrás a una pequeña hija, a quien quiso garantizarle el futuro, para dejarle un legado, haciendo una inversión: gastó todo su dinero en la compra de una promesa del fútbol que quedó en la nada. Ahora sus tres amigos intentarán hacer lo imposible para recuperar esa plata tratando de vender a este delantero que no hace goles y que está jugando a préstamo en un pequeño club del interior. ¿Podrán un profesor de secundaria, un ambicioso abogado y un comerciante sin suerte meterse en el complicado y extraño mundo del fútbol y lograr su cometido? Hay oportunidades en que los astros convergen y se juntan varios talentos en una misma película que logran regalarnos una hermosa obra. Y ése es el caso de Papeles en el Viento (2014). Por un lado tenemos a un director avezado como Juan Taratuto que maneja la comedia muy bien -"No sos Vos, Soy Yo"- y dio sobradas pruebas de hacer lo mismo con el drama en "La Reconstrucción". Taratuto y Sacheri realizaron un guión sólido, consistente, con toques de humor acertados entre tanta carga emotiva. Por otro lado, el elenco: Rago, Echarri y Torres siempre correctos, efectivos, mientras Peretti, que lleva el protagonismo, hace lo de siempre: pone todo su talento y oficio logrando que su trabajo sea excelente. Es importante aclarar que este largometraje no es para "futboleros", sino para todos aquellos que entienden y sienten el valor de la amistad. Sí, hay dos o tres gags sobre fútbol muy buenos y que los fanáticos del deporte disfrutarán sin lugar a dudas. Pero lo que más se valora es tratar de mostrar ese sentimiento que hace posible que hagamos lo que sea por nuestros amigos. Buen cine nacional para emocionarse y llorar un poquito. Dense la chance de hacerlo.
El mejor cierre para "El Hobbit" Pasaron poco más de dos años desde que el director Peter Jackson decidió volver a meterse nuevamente en el fantástico mundo de J.R.R. Tolkien. Se iba a desempeñar sólo como productor y guionista, pero los retrasos en la producción hicieron que Guillermo del Toro -el elegido hasta ese momento para estar en la silla de director- abandonara el proyecto. Jackson tomó las riendas del asunto y estrenó "El Hobbit: Un Viaje Inesperado" sabiendo dentro suyo que se le venía otro trilogía encima, a pesar de que ya se había torturado con la saga de "El Señor de los Anillos". Tal vez Jackson sea algo masoquista, ¿no? Lo cierto es que esta historia podría haberse resumido tranquilamente en dos películas, como fue la idea original. Pero los números siempre mandan en Hollywood y quién se iba a perder la tonelada de dólares de recaudación que esto traería. "El Hobbit: La Batalla de los Cinco Ejércitos" es un cierre magnífico para esta saga, por lo épico, lo espectacular, por como diríamos los argentinos: "Está puesta toda la carne en el asador". Bilbo (Martin Freeman) y los enanos han logrado echar al dragón Smaug (Benedict Cumberbatch), que ahora desata todo su poder sobre la Ciudad del Lago. El Bardo (Luke Evans) tratará de acabar con él, mientras tanto Thorin (Richard Armitage) busca desesperadamente la Piedra del Arca, haciendo que su juicio y sus decisiones se nublen por completo. Galadriel (Cate Blanchett) rescata a Gandalf (Ian McKellen) y este da aviso de la peor noticia: Sauron ha vuelto a la Tierra Media con legiones de orcos a su disposición dispuestos a adueñarse de la Montaña Solitaria. La batalla que se aproxima definirá el futuro de todos. Nunca sabremos cómo hubiera sido esta trilogía dirigida por el mexicano Guillermo del Toro, lo que sí podemos afirmar es nadie podría haber hecho un mejor trabajo que Peter Jackson. Es que el neozelandés tenía la experiencia y con este último filme terminó de pulir aquellas cositas que tal vez molestaban en "El Señor de los Anillos". Además, esta hexalogía quedó completa con el mismo toque personal. En esta tercera parte el realizador se dedicó casi por completo a mostrar una de las batallas más grandes que se pudo haber visto en la historia del cine. Es cierto, da la sensación, si se quiere, que la resolución del tema "Smaug" es prácticamente rápida y va directo a los bifes. Con esto quiero decir: ¿tanto machacar durante dos películas con el dragón para resolverlo de forma tan acelerada? Más allá de esta -vuelvo a repetir- sensación, que suele ser muy personal, lo que sigue es un filme poderoso con batallas sensacionales. Además, se cierren las historias de cada personaje de forma magistral. Insisto, claramente Peter Jackson sabe qué hacer con un proyecto de este calibre y pasarán varios años hasta que veamos a alguien que esté tan comprometido y conozca de punta a punta la historia que quiere contar (ahí, me parece, radica su fuerte). Si Ian McKellen y su Gandalf traspasaron la pantalla con la trilogía pasada, siendo uno de los personajes secundarios pero de los más amados por los fanáticos, en ésta McKellen termina por ponerle la frutilla al postre y hacerla suya completamente. La saga empieza y termina con él, literalmente. Tendrán emoción, mucha acción, algún homenaje a personajes pasados, todo un combo para disfrutar a pleno. Aprovechen el feriado, tómense un poco más de dos horitas de su tiempo y festejen el 2015 yendo a ver esta película en las salas de los cines.