"Mi villano favorito 3", la ternura continúa Como tantas otras secuelas, "Mi villano favorito 3" sale invicta pero no trae nada nuevo ni original, incluso queda desdibujada entre subtramas interminables y poco atrapantes. La historia de este filme comienza cuando Gru recibe la noticia de que tiene un hermano gemelo, se trata de Dru (la voz original de ambos la interpreta Steve Carell) y es casi su opuesto, es rubio de pelo largo, multimillonario y tiene una figura esbelta y jovial. Cuando ambos al fin se conocen, Dru le pide a su hermano que le enseñe los trucos de la villanía. Al mismo tiempo, emerge un nuevo villano con un perfil muy particular: se trata de Balthazar Bratt, una ex estrella de la televisión de los años 80 que perdió su atractivo y por ello, la fama. En consecuencia llega para vengarse de Hollywood acompañado de un vestuario y música de esa década dorada. Hits como "Take On Me", "99 Luftballons" o "Into the Groove" se escucha en cada escena. Uno de los aciertos es justamente ese, utilizar recursos de la década ochentosa recrear una atmósfera retro y así, para atrapar a los padres. Así, el ex villano junto a su esposa Lucy, sus hijas Margo, Edith y Agnes y los tiernos Minions, se embarcan en una aventura repleta de acción. Otro factor para destacar en esta era donde la violencia también acecha en el universo infantil, es que si bien hay acción, es mostrada de una manera colorida: las bombas son globos de chicles y los tiros son flechas. Lo cierto es que los pequeños seres amarillos seguirán en la pantalla, ya que "Minions 2" llegará a los cines en 2018.
Icono de los noventa por excelencia, “Baywatch” cautivó al público en más de 140 países durante 11 temporadas. Claro que fue con Pamela Anderson y David Hasselhoff y no con Dwayne Johnson y Zac Efron, que protagonizan esta versión deslucida y atontada. Resulta curioso que el director Seth Gordon, que se acertó en “Ladrona de identidades”, haya terminado haciendo un filme tan redundante y falto de gracia. La trama del filme se asemeja a un capítulo de la mítica serie: los guardianes de la bahía van tras una magnate asesina que quiere adueñarse de todas las propiedades y prosperar con el narcotráfico. Así, se pasan el día investigando, atrapando ladrones y desmantelando cargas de droga, un trabajo de policías más que de socorristas. ¿El resultado? 120 minutos situaciones obvias como mostrar a mujeres voluptuosas correteando a cámara lenta por la playa, o chistes banales sobre partes íntimas o fluidos corporales. Y como si fuera poco, hay muchas alusiones a la homofobia, lo que revela que “Baywatch” es sexista. Entre las escenas de acción y las pruebas que deberán pasar los novatos socorristas para salvar a la bahía, aparece un flashback con la presencia de Hasselhoff, que protagoniza una escena cuasi bizarra, y por último, Pamela Anderson, si logran reconocerla...
La venganza continúa No existen límites para la saga “Piratas del Caribe” que vuelve con su quinta parte, esta vez, para luchar contra la oscuridad de los fantasmas. Es que el capitán Jack Sparrow, personaje icónico de Johnny Depp que sigue generando risas, se enfrenta a los piratas comandados por el capitán Salazar, interpretado por el español Javier Bardem, un rol de villano que le calza perfecto. La acción transcurre en el Triángulo de las Bermudas, donde legendarios piratas se dan batalla para adquirir el poder del mar, pero para eso, deben encontrar el Tridente de Poseidón. Así, entre diálogos que rozan el humor y generan ciertas risitas en los espectadores y grandes dosis de acción, esta película sigue cautivando con el único fin de entretener. Los grandes aciertos son los efectos especiales, por momentos exagerados, y las locaciones, paradisíacas y fantasmagóricas. Otra de las virtudes es la historia que se desprende del Capitán Smith (Geoffrey Rush), que le aporta una dosis de emoción a este sinfín de aventuras. ¿Conclusión? Sin dudas, esta versión no defraudará a los fans por su astucia, despliegue de artillería y acción constante. Un tanque de Disney que está siempre listo para disparar y del que ya se espera la sexta parte, claramente con Depp a bordo.
La verdad os hará libres ¿Cuántas parejas se separarían si uno mirara el celular del otro?", plantea una de las protagonistas en medio de una cálida cena de amigos y parejas. Y el juego comienza: todos deciden dejar sus celulares en el medio de la mesa y que todos los mensajes de WhatsApp, llamadas e información esté disponible para todos y así, demostrar que no hay nada que ocultar. Pero cuando todo parece inocente, los demonios salen a la luz. Mientras emergen conversaciones sobre temáticas maritales como la crianza de los hijos, el sexo según pasan los años, la necesidad de hacer psicoanálisis y la fidelidad, los teléfonos empiezan a sonar. Pero en medio de la verdad, aparecen enredos y mentiras, engaños y sorpresas. ¿Hasta dónde es bueno saber? ¿Cuál es el límite de la intimidad? ¿Es posible seguir adelante sabiendo que la persona amada mintió, ocultó, engañó? ¿La verdad os hará libres o presos de nuestros propios fantasmas? Esos y miles de interrogantes despierta este filme que refleja a la perfección la injerencia de la tecnología en las relaciones humanas, cuya remake está siendo realizada por el español Alex de la Iglesia. Advertencia: mirar esta película puede causar posibles discusiones con quien tengas al lado.
Una leyenda vertiginosa Guy Ritchie lleva la leyenda del Rey Arturo a la pantalla grande con una versión que deslumbra por su ritmo vertiginoso, fiel a la impronta cinematográfica del director ex marido de Madonna. El filme relata -de forma no cronológica y con flashbacks constantes- la historia de Arturo, cuyo padre fue asesino por su tío Vortigern para usurparle el trono. Pero cuando Arturo crece en la antigua Gran Bretaña y es obligado a extraer la espada de la piedra, su vida cambia drásticamente y se debe enfrentar su legado. Lo cierto es que la película cautiva por su impacto visual y efectista, su inquietante banda sonora, sus luchas grandilocuentes y sus criaturas fantásticas que emergen del agua y de la Tierra. Hasta por momentos parece que fuera un trailer constante o un videoclip. Sin embargo, ni los personajes (con un elenco encabezado por Jude Law en la piel del villano que no logra transmitir nada en todo el filme) ni la trama alcanza a estar a la altura de la parafernalia que se ve durante los 140 minutos del filme, lo cual resulta insustancial y poco atrapante. ¿Conclusión? Una película para los amantes de las luchas de masas, caballeros, magos, hechiceras y paisajes escoceses donde la fantasía se convierte en realidad de las manos de Ritchie, el encantador del séptimo arte.
Aventura para los sentidos Inocente, desenfadado y entretenido, "Guardianes de la Galaxia 2" regresa a la pantalla grande con un aluvión de imágenes lisérgicas para los más chicos y los más grandes también. Ya pasaron tres años desde la primera entrega de esta propuesta de Marvel sobre las aventuras de unos renegados influenciados, claramente, por "La guerra de las galaxias". En esta segunda parte, el filme se centra en Peter, interpretado por Chris Pratt y el encuentro con su padre desconocido, una especie de Dios universal que encarna Kurt Russell. Lo cierto es que el padre se llama Ego y creó un planeta que es una suerte de paraíso que creó solamente con el poder de su mente, lo cual despierta lecturas metafóricas infinitas sobre el poder, el amor y la belleza, mientras los conflictos familiares y las subtramas aparecen a cada minuto del filme. Y los personajes como Groot, la pequeña ramita, es uno de los más acertados del filme, que irradia ternura e inocencia en cada escena. Si lo que se busca es pasar 136 minutos lúdicos disfrutando del maravilloso universo de superhéroes de Marvel, esta película es una cita acertada, un deleite para los sentidos donde los paisajes paradisíacos con cascadas y verde perfecto no significa que todo lo que brille sea oro.
Ilusión en la barbarie La crueldad de la guerra se apodera de la pantalla grande con esta película basada en el drama del genocidio armenio. Situada en Constantinopla y Siroun, al sur de Turquia, este filme seduce por los paisajes montañosos y despojados, mientras el horror de la violencia relata los hechos ocurridos durante la Primer Guerra Mundial. Lo interesante de este filme es que no se focaliza en la guerra al cien por ciento, sino que cuenta un triángulo amoroso en medio de la barbarie, demostrando las adversidades a las que debe someterse el amor en tiempos de guerra. Mikael (Oscar Isaac) es un estudiante de medicina armenio que está comprometido con una mujer que no ama, mientras que Ana (Charlotte Le Bon) es una bella maestra franco-armenia, que está en pareja con Chris (Christian Bale), un periodista de Associated Press muy comprometido en difundir la verdad sobre lo que estaba sucediendo en ese momento. El director irlandés Terry George, quien ya había llevado a la pantalla grande el drama de otro genocidio, en "Hotel Rwanda" (2004), logra crear el clima hostil de la guerra con la ilusión del amor, lo cual resulta un combo atractivo para disfrutar de 133 minutos de séptimo arte.
Patriotismo extremo En la era de los atentados, donde casi todas las semanas ocurre un acto terrorista, llegó “Día del atentado”, una propuesta cinematográfica que no se diferencia mucho de lo que se ve en los noticieros televisivos a diario. El filme se estrena justo cuatro años después del atentado con dos bombas en el maratón de Boston, uno de los ataques más devastadores en Estados Unidos, después del ocurrido el 11 de septiembre de 2001, que dejó tres muertos y más de 200 heridos. El director Peter Berg lleva adelante un relato fiel a la tragedia que fusiona ficción y realidad, en la que utiliza recursos documentales con imágenes reales de un discurso de Barack Obama o del momento en el que se captura al asesino. La historia se sitúa en la previa del maratón donde de repente, todo se tiñe de fuego y sangre por las explosiones de dos bombas caseras puestas por dos jóvenes musulmanes. A partir de esta tragedia, el filme se focaliza en la búsqueda exhaustiva de los asesinos, como una cacería que no hace más que mostrar el odio y la guerra entre oriente y occidente: todas las fuerzas de Estados Unidos contra dos personas con bombas caseras. Lo cierto es que, más allá de ser un filme que cae en el excesivo patriotismo y el estereotipo de “todos los musulmanes son asesinos y los americanos buenos”, hay múltiples factores que hacen que sea un filme digno. Primero, el elenco estelar con Mark Wahlberg a la cabeza, Kevin Bacon, J.K Simmons y John Goodman y segundo, la dosis de suspenso que flota durante los 135 minutos es muy lograda y mantiene al espectador rígido en la butaca, aún sabiendo cómo termina la historia.
Retrato de una crisis El cine francés tiene ese toque especial, como una hoja de laurel que distingue a un simple risotto de un plato gourmet. Será el acento idiomático tan sensual, que hasta distiende las discusiones, o esa atmósfera francesa que invita al romance. Lo cierto es que en este drama de Cyril Gelblat el conflicto matrimonial es el centro de la trama, así como también sus inevitables consecuencias: las mudanzas, la separación de bienes y la crianza de los hijos. Antoine y Alice deciden divorciarse y el hombre será el encargado de cuidar a las niñas de 5 y 9 años. Ella es una exitosa jueza que sostiene económicamente el hogar, mientras que él es un músico y productor que atraviesa la crisis de los 40, con fantasías de eterno adolescente. En medio de la crisis, esta ex pareja comienza a recuperar su vida después del matrimonio. Las escenas se vuelven más tiernas y muestra cómo un padre irresponsable reconstruye el vínculo con sus hijas. Si bien por momentos algunas situaciones podrían calificarse como clichés, es una película que intenta salir de los estereotipos y dotar con aire fresco y guiños a la vida cotidiana. Una historia que habla de la posibilidad de la reinvención en las familias disfuncionales.
El fracaso de las almas La mayor Motoko Kusanagi es una hibridación de cyborg y humana a cargo de una sección policial dedicada a descubrir y atrapar a los criminales más peligrosos de la sociedad japonesa. Interpretada por Scarlett Johansson, este híbrido no sólo tiene un cerebro humano, sino que tiene su propio “ghost”, que hace referencia al título del filme, con respecto a que tiene su propia alma: siente, piensa y tiene recuerdos. Pero este ser empieza a sospechar de la compañía que la creó cuando se encuentra con otro híbrido que la hace reflexionar sobre sus propias capacidades. Este filme basado en un manga creado a fines de los 80 por Masamune Shirow, que Mamoru Oshii adaptó para un animé, se sitúa en una ciudad futurista, repleta de estímulos visuales que invaden la cotidianeidad. Las escenas de acción y el impacto visual hacen de esta película una buena opción pochoclera para los amantes del género, pero que no tienen demasiadas pretensiones. Sin embargo, la filosofía de esta historia peca de cierta: revela cómo el exceso de tecnología reemplaza las aptitudes humanas y cómo el alma, la memoria y la reflexión pueden ser enemigos de ciertos sistemas que pretenden alienar. Cuando tener un alma es, simultáneamente, un triunfo y un fracaso.