"London river": la potencia de una pequeña gran historia Dos personajes completamente opuestos, enfrentados por la cultura, la idiosincracia y la discriminación tienen su punto de encuentro en la pequeña historia que nos cuenta "London River", una historia con reminiscencias políticas y sociales sobre los acontecimientos vinculados con los antentados en Londres del 2005. Por un lado: Elisabeth Sommers (Brenda Blethyn), una mujer cristiana de clase media, viuda de un oficial de la marina que vive en Guernesey, en el Canal de la Mancha. Tiene como único sostén a su hija y su hermano. Cuando aparece la noticia de los atentados en Londes -donde está viviendo su hija- y no consigue contactarla telefónicamente, decide salir en su búsqueda. Por otro lado: Ousmane (Sotigui Kouyaté) un guardia forestal negro y musulmán, que ha abandonado a su hijo Alí hace muchos años. A pedido de su esposa, quien se entera de los actos terroristas, Ousmane intentará dar con el paradero de su hijo, intentando recorrer un doble camino de identidad y de encuentro. La trama los encuentra rápidamente en una misma búsqueda, con caminos permanentemente cruzados. El encuentro de dos seres tan diferentes, con un gran rechazo inicial por parte de Elizabeth y la difícil aceptación de algunos secretos que su hija no había compartido con ella, se va desenvolviendo a medida que avanza la trama y está siempre presenta la diferencia de razas, de culturas, de creencias, que abre una grieta abismal entre ellos. Sin embargo, esa necesidad de encontrar cada uno a sus hijos, es una fuerza de encuentro y de comprensión, de ayuda mutua que van logrando construir con las idas y vueltas propias de dos desconocidos, que a su vez necesitan refugiarse uno en el otro. Bouchareb elige contar la historia sin recargar las tintas en el dramatismo, pero dejando presente todas y cada una de las preocupaciones europeas actuales como la alfuencia inmigratoria, las confluencia de razas y culturas y la discriminación a flor de piel, la violencia, el terrorimo, la xenofobia. Y para contar su historia, Bouchareb (con un trabajo anterior, "Indigénes", nominado al Oscar como mejor película extranjera) cuenta con dos actuaciones soberbias que justifican la película en si misma. Brenda Blethyn es la Sra. Sommers (a quien vimos en "Secretos y mentiras", "Little Voice" "Expiación" y brillando en comedias como "El jardín de la alegría") y tiene una entrega atractivamente contenida cuando es necesario y rotundamente explosiva en los momentos más fuertes de la trama. Como contrapunto ideal, el actor Sotigui Kouyaté, recientemente fallecido y ganador por este trabajo del Oso de Plata del Festival de Berlín, transmite el dolor, la desconexión y la sopresa en cada uno de sus gestos y sus miradas. El vínculo entre ellos está construido por una cantidad de pequeños momentos que sólo dos grandes actores conducidos firmemente por un director que sabe lo que quiere, pueden lograr. La imposiblidad de ella de darle la mano cuando se conocen , los diálogos tímidos de Ousmane, la angustiante necesidad de tener noticias de su hija y el abrazo final y el regreso de cada uno de los protagonistas a su destino, transmiten una intensa emocionalidad en esta pequeña gran película. Para no perder de vista.
Igualita a Suar Fredy (Adrián Suar) es un cuarentón que no abandonó todavía su eterna adolescencia y tiene todos los tics del típico mujeriego que está más abocado a ir a la peluquería para ocultar sus canas, no faltar a ninguna de las citas en las discotecas de moda con mucho champán que de sentar cabeza de una vez por todas. Una de sus conquistas en una nocturna "rotation" por su disco habitual, será Aylin (la siempre extrovertida y sonriente Florencia Bertotti, quien parece tener arraigados aún algunos de los mohines de Floricienta de los que no logra despegarse) quien después de algunas copitas de más en el departamento del Don Juan le confiesa que está en la búsqueda de su padre y que él no es más que una de sus tres alternativas. Exámen de ADN mediante, tratarán de encontrar la verdad, sin pensar ambos que este análisis les dará otra sorpresa más a ambos: Aylin está embarazada, por lo que en un mismo trámite Fredy se convierte en padre y futuro abuelo al mismo tiempo. El guión de Juan Vera (quien había participado como productor en "Un novio para mi mujer") le brinda a Suar la posiblidad de un Fredy escrito a su medida, en donde puede hacer carne cada una de las líneas de diálogo (cosa que no sucedía en una forzada composición teatral de "El año que viene a la misma hora" o bien cuando intentó tocar algunos otros matices en "El día que me amen" con Leticia Brédice). La velocidad de los diálogos en un estilo sitcom y la frescura con la que se desenvuelven tanto Suar como Bertotti, hacen que la comedia vaya por los mejores cauces y que el ritmo no decaiga en ningún momento. Es también un rasgo distintivo respecto de otras producciones, que la dirección sea de Diego Kaplan (cuya opera prima fue "¿Sabés nadar?" en el '97 con un registro completamente opuesto al que tiene esta comedia) y aún con sus diferencias, "Igualita a mi" respira en todo momento un estilo similar al de las comedias de Juan Taratutto o bien las anteriores producciones de Suar como "Apariencias" donde se remite a la comedia clásica bien estructurada. Sin bien puede haber algunos puntos del guión sobre los que puede tenerse algún reparo (sobre todo en la excesiva reiteración de las escenas de Suar en la disco donde ya quedó claro el perfil del personaje desde un primer momento sin necesidad de tanta repetición casi calcada -Suar bailando a los saltos mientras la señorita en cuestión se entrega a su "verso amoroso" entre la música ensordecedora-), el excelente trabajo de casting compensa cualquier observación y es una de las piezas claves del éxito en el ritmo de la comedia. Dentro del elenco secundario, si bien se destaca Claudia Fontán con un talento especial para este tipo de pasos de comedia (y con un guión que le podría haber dado más lugar a su personaje), todos los roles están cubiertos con una enorme eficacia: la madre de Aylin que llega desde el sur, con planteos completamente desopilantes al que fue su amor fugaz de juventud, la pareja de Juan Carlos Galván y Ana María Castel como los padres de Fredy y también Gabriel Chame Buendía como el hermano que sigue más los lineamientos de la familia que tiene que soportar al "tiro al aire" de su hermano. Un producto cuidado tambien en todos los rubros técnicos hace suponer que no solamente se pensó en dos figuras de amplia convocatoria televisiva para generar una concurrencia de público, sino de una decisión de entregar una buena comedia con todo lo mejor que brinda este género. Y Suar, agradecido, sigue nadando como pez en el agua....
Clonando un thriller francés... y despedazándolo nomás Julianne Moore es Catherine, una prestigiosa doctora casada con un profesor universitario (Neeson). Ella sospecha, está casi segura, que él le es infiel con alguna/varias de sus alumnas y tiene la certeza de que algo ha pasado, cuando él pierde el vuelo a su casa, justamente el día de su cumpleaños donde ella lo espera con una fiesta sorpresa. Decide sacarse toda duda cuando accidentalmente conoce a Chloe, una joven prostituta, a quien contratará para que intente seducirlo. No contenta con ello, Catherine pide que le describa los encuentros con su marido con lujo de detalles y es ahí cuando comienza a crecer una tensión sexual entre ellas. Este triángulo, prontamente, deviene en cuadrilátero amoroso cuando Chloe también intente seducir al hijo de la pareja. Realmente no se entiende porqué Atom Egoyan, un director que siempre en sus filmes deja una marca personal al contar las historias (como en "El dulce porvenir", "El viaje de Felicia" o "Ararat"), da un vuelco total en su filmografía, haciendo la remake de "Nathalie X" de Anne Fontaine, sin siquiera proponerse una vuelta de tuerca interesante. El terceto original eran los geniales Gérard Depardieu, Fanny Ardant y Emmanuelle Bèart y se hace dificil, muy dificil, que "Chloe" logre tener alguna ventaja en la comparación. Si bien en una primera mitad, Egoyan logra convencernos en el planteo dramático de la historia con algunos toques de erotismo, en la segunda mitad se vuelca de lleno al thriller, olvidando por completo las pulsiones iniciales que movían a los personajes, dejándolos emocionalmente a la deriva. Sólo se rescata la exquisitez de las escenas eróticas y la excelente tensión sexual que cruzan Julianne Moore y Amanda Seyfried (la protagonista de "Mamma Mia"), pero con eso sólo no alcanza. Las acompaña Liam Neeson, quien no logra dar con el tono que el rol demandaba: no ayuda para nada su máscara gélida y distante, que se contrapone con el supuesto carisma de este profesor que roba corazones. Quedándose completamente a mitad de camino entre los dos tonos que propone, sólo se rescata como gran protagonista a Julianne Moore y si bien en algunas escenas Seyfried logra buena química, en otras está completamente sobreactuada y desentonando fuertemente con el papel de prostituta de lujo. Sobre el final, la sugestión del relato original y ambiguo que planteaba "Nathalie" -sobre lo que puede haber sucedido y lo que Chloe puede haber simulado/inventado-, queda empantanado en una resolución sumamente infantil y simplista. No hacia falta Atom, clonar una película para no agregarle ni una sóla buena idea. Igual, te perdonamos.
Una ardilla + un energizante + un jacuzzi + un guionista carente de ideas = un pequeño bodrio Un grupo de amigos decide pasar un fin de semana en un hotel de montaña en el que estuvieron 20 años antes, como una cierta forma de revivir los buenos momentos juntos. Si bien las instalaciones no están tal como las recordaban, encuentran a un famoso jacuzzi en la habitación que por un "error" se convierte en una máquina del tiempo que los transporta a 1986. Con esta idea bastante poco original, "Un loco viaje al pasado" (fallida traducción del título original) intenta mezclar algunos elementos de "Volver al futuro", "La máquina del tiempo" con otros ingredientes típicos de cualquier otra comedia en donde los protagonistas cambian de época y/o de cuerpos como en "Quisiera ser grande" "13 going on 30" o la clásica "Freaky Friday - Un viernes de locos" para caer finalmente en el lugar común de que cambiando supuestamente alguna vivencia del pasado, se modificarán sus vidas actuales: no les suena conocido? El argumento es completamente artificial, sustancialmente increíble pero como si esto fuese poco, el estilo que elige en los tramos de mayor humor es totalmente desacertado, bordeando el mal gusto y desplegando la escatología de la que ya hicieron escuela los hermanos Farrelly ("Loco por Mary" "Amor Ciego"), un perfil que no le queda para nada bien a John Cusack a pesar de que su personaje es el que mantiene mayormente la línea y no da mucho lugar a la grosería. La confrontación de sus vidas como adolescentes contra la época actual podría haber dado lugar a que se homenajearan algunos momentos adolescentes o que sirviera para analizar la década de los '80 con una mirada más cargada de ironía y lograr un producto que podría haber estado más cercano a esta nueva corriente de comedias de hollywood que transita por este humor "zarpado" pero con un mejor guión y con situaciones mucho más creíbles que pueden empatizar más con el público, como es el caso de las comedias de Judd Apatow ("Ligeramente Embarazada" "Virgen a los 40" o "Forgetting Sarah Marshall"). Como ícono de las comedias blancas de los '80 aparece en un papel de reparto Chevy Chase (el mismo de "Juego Sucio" "Parece que fue ayer" y "Vacaciones") a quien no solamente lo lastima el paso del tiempo sino que se presta a un papel donde el guión no le ofrece la mínima oportunidad de lucimiento. Hasta una ardillita que se pasea por algunos momentos de la película tiene escenas más divertidas e interesantes que las que le tocan en suerte a Chase. Ni empatiza con un homenaje a los '80 ni aprovecha a fondo el tema que propone, "Un loco viaje al pasado" queda sencillamente como una comedia que no sirve más que para pasar el rato y en algún punto uno se pregunta si habiendo tanto guionista suelto no hubiesen podido encontrar una mejor manera de viajar al pasado que sumergiéndose en un jacuzzi "poseido" por un energizante (?!). Un pastiche que apenas califica para una tarde de DVD sin mayores pretenciones que matar el tiempo.
Soñar no cuesta nada “El origen es una idea que es como un virus, es altamente contagiosa. La pequeña semilla de una idea puede llegar a definir o destruir”. "Tu mente es la escena del crimen" Intentar resumir en algunas pocas líneas el complejísimo argumento de "El Origen" sería una tarea estéril y que no tiene sentido, cada uno tendrá que entregarse a la lógica que invita a seguir desde las primeras imágenes, este thriller con toques de ficción "futurista" y un guión elaborado con una precisión envidiable. Sólo bastará maravillarse desde su trailer con estas imágenes de una calidad estética impecable que nos sumergen en este mundo onírico y paralelo en donde se desarrollará esta historia escrita por Christopher Nolan (guionista y director del film) quien más allá de ser recordado por sus últimas películas de la saga de Batman, ha sido el director de interesantísimos films como su opera prima "Following", su recordada "Memento" y de "El gran truco" el genial thriller con Hugh Hackman y Christian Bale (quizás su único tropiezo haya sido la remake de un thriller noruego "Insomnia" con Al Pacino y Robin Williams). Nolan penetra en el universo de los sueños para zambullirnos en un vertiginoso relato que no da respiro y que en un momento llega a estar narrado en cuatro planos diferentes, que él enhebra con mano maestra y que logra mantener el interés sin soltarnos ni un minuto durante las casi dos horas y media de película. Sin dudas tiene reminiscencias a otros films como "Matrix" "Blade Runner" o más tangencialmente con "Eterno Resplandor de una mente sin recuerdos". El poder de intrometerse en el mundo de sueños para resolver paralelamente situaciones del mundo real ha sido abordado por diversos autores y directores de cine, pero Nolan le imprime un sello personal que permite darle más de una lectura: en una primera capa hay un ritmo de película de acción y suspenso, pero por debajo de esa electricidad narrativa hay temas vinculares (padres e hijos, la figura de la madre, la muerte del padre, la herencia, la familia como núcleo basal) acompañados con un combo bien armado de tratado de psicología más "ciencias" alternativas. El perdón, la redención, la culpa, el sueño, la interpretación, la idea positiva como razón del cambio en cada uno, la semilla de una idea como inicio de una realidad, son algunos de los temas que Nolan esconde magistralmente detrás de una película de altísimo presupuesto que cuenta con un despliegue técnico y visual increiblemente seductor. El elenco es de primera línea y Leonardo Di Caprio una vez más (como lo hizo hace poco de la mano de Martin Scorsese en "La isla siniestra") demuestra que no solamente tiene carisma y taquilla sino un enorme talento para ponerse en sus hombros films complejos con personajes magnéticos y torturados. Lo acompaña un elenco sin fisuras como Marion Cotillard (ganadora del Oscar por "La vie en rose"), Ellen Page (la jóven de "Juno"), Joseph Gordon Levitt (en un papel diferente al de "500 días con ella" y al de la serie "3rd. Rock from the Sun") y los veteranos Tom Berenguer y Pete Postlewhite. "El Origen" logra concatenarse con la filmografía completa de Nolan: la memoria como un juego entre el pasado y el presente -y como forma de llegar a la verdad de un hecho que ha sucedido- como lo abordaba en "Memento", la posibilidad de invadir los sueños y verse en otras vidas como se mimetizaba el protagonista de "Following" con las vidas ajenas y la narración en varios planos que abordaba en "El gran truco" creando diferentes mundos de ficción, paralelos, virtuales, que se conjugan y conectan con el mundo real, cada una con su energía, su color y su potencia (en un momento convive un nivel de relato que se vincula con el agua, otro con la nieve, otro con el aire -cuerpos que "levitan"-, hasta llegar a último nivel de una estética más apocalíptica y desoladora). Y una vez que el vértigo de la historia nos haya envuelto en todas sus capas, Nolan nos regala uno de los finales más movilizadores y perfectos que haya dado la cinematografía del mainstream hollywoodense de estos últimos tiempos. Impresionante.
Cuento de amor, locura y de muerte Ya desde la primer escena, que luego queda congelada para que en un intenso y extenso flash-back nos puedan contar cómo llegaron los protagonistas hasta allí, "Partir" se construye desde lo más clásico del drama pasional. Una historia muchas veces contada, por el cine, por el teatro, por la literatura, una historia de infidelidad, de triángulo amoroso que tiene todos los condimentos de un melodrama esquemático y que por ende, no deparará mayores sorpresas. Pero sobreponiéndose a todo esto, el típico terceto pasional que nos presenta la directora Catherine Corsini (que tiene varias películas filmadas, pero es ésta la primera que se conoce en Argentina), es resuelto eficazmente, contando la historia sin ningún tipo de rodeos y precipitándonos sobre los hechos de forma absolutamente convincente. Ella es una típica mujer de clase alta, inmensa en la aparente seguridad que le brinda su rutinario matrimonio, su lujoso pasar y su familia bien constituida. Su marido está ocupado en su trabajo, en sus negocios, vive como en otra sintonía. Y el aburrimiento y la falta de interés se percibe en el ambiente. Cuando aparezca en su casa Iván, el obrero que venga a efectuar unas reformas, la atracción será mutua e inmediata. Ella estará dispuesta a dejarse llevar por lo que siente por él, una persona completamente diferente y ajena a su mundo pero que sin embargo mueve en ella una versión desconocida. Quizás sea esa notable diferencia la que los empuje a vivir una pasión incontrolable. Desde Flaubert con su "Madame Bovary" hemos tenido incontables retratos de mujeres hartas de una seguridad matrimonial aparente, encerradas en una jaula de cristal que no las hace felices. Como ya fue dicho, en "Partir" no hay nada nuevo en la historia, pero Kristin Scott Thomas logra darle una fuerza y una convicción a su personaje que nos hace sentir necesaria esta nueva mirada a la típica historia de infidelidad condimentada por un amor entre diferentes clases sociales. Después de su notable trabajo en "Hace mucho tiempo que te amo", demuestra nuevamente que es una actriz de un talento singular, que logra transmitir en una mirada, en un gesto, una catarata de sentimientos. La acompaña, como el obrero que revoluciona su vida, Sergi López (conocido por nosotros por sus trabajos en "El laberinto del Fauno", la genial comedia "El cielo abierto", la reciente "Mapa de los sonidos de Tokio" y el uno de los estrenos de este año de Ozon: "Ricky"). Juntos son dinamita: logran transmitir una química que hace que esta historia sea absolutamente creíble y logre captar la atención en todo momento. Como el marido engañado, completa el excelente terceto Yvan Attal, el director de un segmento de "New York, I love you" y "Mi mujer es una actriz", aquí en su faceta de actor. Si bien Corsini mueve los personajes por todos los lugares comunes posibles en el género y les dé una dimensión demasiado aferrada al cliché, vale la pena asomarse a este drama pasional por las excelentes actuaciones que logran Scott Thomas y Lopez y por la seguridad con la que la directora logra llevar el melodrama a buen puerto sin que en ningún momento -por más esquemática que pueda ser la historia- dejemos de querer saber qué les sucederá a los personajes.
Renais a las finas hierbas En un reportaje al cineasta Alain Resnais, celebrado director de "Hiroshima mon Amour" y las más recientes "Conozco la canción" o "Corazones", comentó que la idea que lo movió a adaptar para la pantalla la novela "L'incident" de Gailly es "el sentido de la síncopa, el deseo de hacer variaciones sobre una situación como un músico de jazz le busca nuevos ángulos a un mismo tema". Y con este puntapié inicial, Resnais juega con estas posibilidades de variación de una historia sencilla durante los frescos 105 minutos del film. Sobre una anécdota simple, logra abrir un abanico de posibilidades, de eventualidades, de encuentros y desencuentros que van haciendo girar la trama en distintas direcciones -y a veces sobre sí misma- sin poder encasillar a su último opus, "Las hierbas salvajes", en ningún genero en particular. Marguerite va a comprarse zapatos, un placer que ella se habilita como un juego, probándose varios pares en su local preferido con su vendedora preferida. Al salir del negocio, esa tarde cualquiera, un jóven en patines pasa a toda velocidad y le arrebata la cartera, dejándola sin un centavo. Por otro lado, George cuando va a subir a su auto, en el estacionamiento y junto a la rueda, encuentra la billetera de Marguerite y comienza a tejer las diferentes fantasías posibles para abordar a esta mujer que sólo conoce por el nombre y por las fotos de sus documentos... y devolverle sus pertenencias. Rozando el thriller con un ritmo Hitchcockiano, el policial, saltando a la comedia y al romance más clásico (a quien el director rinde un homenaje con una radiante Grace Kelly en el afiche y las fotos de "Los puentes de Toko Ri") se divierte mutando de género en género, desorientando al espectador de forma tal que la película sorprenda a cada paso por su falta de previsibilidad y por la irracionalidad en las reacciones de sus personajes. ¿Porqué George se ha obsesionado tanto con esa desconocida hasta el punto de descuidar a su pareja? ¿Y su pareja, porqué acepta silenciosamente esta nueva relación que George pretende construir? ¿Qué le despiertan a Marguerite las llamadas de ese extraño que encontró en algún momento su billetera pero con el que no tiene porqué seguir hablando? Resnais nos deja libre el campo para que nosotros como espectadores tratemos de darle respuestas a cada una de esas preguntas que deliberadamente nos deja sin responder. Y así los personajes se construyen tan irracionales como intrigantes. Y fundamentalmente, para este juego cinematográfico que lo consolida con sus casi noventa años en uno de los directores más prolíficos e interesantes del cine francés actual, Resnais cuenta con el trabajo de André Dussollier (George) y Sabine Azéma (Marguerite) cuyo disfrute se transmite fuera de la pantalla (quienes ya habían probado su excelente química como los padres de joven que no quiere irse de su casa en "Tanguy "). Azéma está radiante con sus pelos rojos electrizados que marcan el nervio desde la primer aparición y Dussolier se regodea con ese personaje de un hombre de oscuro pasado que esconde más de lo que muestra y que a la hora de poner en juegos sus sentimientos, se pone a dudar como un niño. Mathieu Amalric y Emmanuelle Devos, dos super estrellas del cine francés actual, participan con dos roles secundarios completamente deliciosos que marcan algunos de los pasos de comedia que nos regala Resnais amenizando la trama. Sin duda el esplendor visual, el color de las imágenes y el ritmo de la narración confirman que Resnais todavía tiene mucho para regalar.
Una Gran Manzana cortada en fetas... Primeramente circuló en DVD y luego ha sido finalmente estrenada en cine, esta novedad al estilo de "Paris, je t'aime" en donde se reúnen nuevamente un grupo de directores, para contarnos cada uno su historia de amor, en este caso, teniendo como telón de fondo a la big apple: New York. Y es siempre una delicia ver lo imponente de esa ciudad con sus diferentes barrios y su heterogeneidad exhultante. Brooklyn Bridge, Chinatown, la calle 42, Braodway, Tribeca, el Central Park, Strawberry Fields, los rascacielos.... pero perfectamente uno podría disfrutar de lo mismo en un exquisito documental para televisión. Porque en este caso, las diferentes historias situadas, excepto por algunas excepciones, no tienen ningún interés particular en la construcción del relato ni están contadas de alguna forma novedosa por parte de los directores. De todos modos, por la velocidad y la brevedad de cada historia, no hay tiempo de aburrirse, el film en sí es divertido. Su antecesora "Paris, je t'aime" tenía como cualidad, hurgar un poco más en la idiosincrasia parisina y cada una de las historias abría y cerraba presentando al quartier al que aludía. De esta forma, se presentaba en sí misma como una idea de relatos discontinuados, mientras que en este caso, en "New York, I love you" se trata pretenciosamente de busca un vehículo entre las deshilachadas historias, lo que no hace más que subrayar la inexistencia de hilo conductor y hacer de esa historia-nexo, la más inconsistente de todas. El elenco es extenso y todos hacen trabajos al menos correctamente (aunque el trío Julie Christie - Shia Le Bouf - John Hurt en el delicado segmento de Shekhar Kapur son notables) pero no pasa lo mismo con la dirección de los cortos. Sobre todo, el que está dirigido por Natalie Portman sobre la historia de un padre negro que lleva a su hija al parque y es confundido por el resto de las madres como su cuidador es completamente desacertado en todo sentido con una mirada completamente perimida y discriminatoria. Y es una lástima que las actuaciones en el segmento de Robin Wright Penn y Chris Cooper queden naufragando en el medio de diálogos sumamente faltos de interés, donde el palabrerío no permite acceder al verdadero centro de la historia. Por otro lado, sobresalen muy por sobre la media el de Fatih Akin (espléndido director de "Contra la Pared" y "Al otro lado" sobre un pintor que le propone a una bella mujer oriental que pose para él con el Barrio Chino como centro del cuento), el de Yvan Attal con Ethan Hawke y Maggie Q con un pequeño giro sorprendente en el final de una conversación a la salida de un bar y por la picardía cómplice del guión se destaca el de Bret Rattner con la promesa que hace un jóven de llevar a la hija del farmacéutico al baile de promoción, dando lugar al segmento más divertido de las 11 historias. No hay mucho más para comentar de esta gran manzana cortada en lonjas, muchas de ellas acarameladas y otras que sólo quedan para hacer compota.
Libertad, Igualdad, Fraternidad Asi como semanas atrás con "Carancho", Pablo Trapero subrayaba sus intenciones como cineasta con un film totalmente alineado dentro de lo que es su filmografía, otro de los grandes directores del cine nacional actual, Israel Adrián Caetano (el director de las geniales "Un Oso Rojo" y "Bolivia" en cine o sus incursiones en la televisión con "Tumberos") se aleja diametralmente del estilo impreso en su propia obra, para aventurarse en la construcción de un film totalmente intimista. "Francia" nos brinda una historia centrada en la problemática que atraviesa una pareja recientemente separada, que por motivos económicos decide volver a compartir la vivienda (él no tiene mucho dinero como para alquilar otra cosa, ella le propone alquilar una pieza que le queda libre en la casa). Los vínculos devastados tras la separación, las tensiones del nuevo esquema de convivencia, un planteo de nueva dinámica familiar y la violencia implícita o explícita de los protagonistas, está atravesada por la mirada de una niña de 12 años, Milagros Caetano -hija del director-, testigo de todo lo que está sucediendo y lógico emergente del derrumbe familiar. En las antípodas del nervio del thriller o el policial que Caetano filma magníficamente, en esta nueva película, elige deliberadamente filmar un microcosmos: una pareja quebrada y su hija, sin dejar de lado el rasgo social que acompaña a la historia y que se encuentra presente en toda su filmografía. Cuando Mariana comience a presentar problemas para relacionarse con sus compañeros, problemas pedagógicosen general será la excusa para bucear en las relaciones parejas/ex-parejas, de padres-hijos, de maestros-alumnos y sobre todo profundizar en la dificultad de la pequeña protagonista para lograr un equilibrio para poder rearmarse en tiempos de tormenta. Sin embargo, el desafío que propone una película más personal y más arriesgada, no hace salir a Caetano del todo airoso: por momentos la trama parece no tener un rumbo preciso algunas escenas demasiado "explicativas" no armonizan dentro de la trama, como si sólo estuviesen justificadas en la medida en que introducen uno de los tantos temas que la película quiere tocar. Con una mirada crítica sobre todo a la imposibilidad de contención del sistema educativo y de generar ámbitos de asistencia social para los casos de estos niños que comienzan a fracturarse, fruto de estas separaciones conflictivas, el guión opta por presentar algunas viñetas, algunas situaciones, planteando una salida -si es que los personajes la tienen- demasiado liviana respecto del nivel con el que venia trabajando la historia. Sin terminar de definir si prefiere dejar una mirada infantil sobre el mundo adulto y o un giro de la mirada del mundo adulto sobre el infantil, y contando un giro final complaciente, los resultados generales son parcialmente acertados. No sin que esto signifique que "Francia" no sólo es interesante para poder ver una faceta diferente de la filmografía de un director talentoso que siempre tiene buenas historias para contar, sino tambien por el trabajo de Natalia Oreiro y Milagros Caetano /madre-hija en el film/ y el de los actores secundarios (Lola Berthet, Daniel Valenzuela y Violeta Urtizberea, entre otros), aunque justamente el guión no logre incluirlos y poder desarrollarlos lo suficiente dentro de la trama. Caetano asume un nuevo riesgo y si bien no logra un film que sobresalga dentro de su propia filmografía, vale la pena haberse arriesgado para mostrar una nueva faceta en la que quizás "Francia" sea el embrión de algunos proyectos futuros.
Ozon: otra película de un cineasta particular Hace pocas semanas se estrenó "Ricky" de este particular director francés que indudablemente encuentra un placer especial en la búsqueda de expresión mediante distintos géneros y diferentes propuestas estéticas y de estilo cuando aborda la dirección de cada una de sus películas. Su último trabajo "El Refugio" abre con un primer capítulo extremadamente duro: una pareja joven, adicta a la heroína, consume hasta perder la noción del tiempo. Son unos pocos minutos en donde Ozon puede mostrar con extrema crudeza, una sensación de asfixia, de locura y de pérdida. A los pocos minutos, cuando la madre del muchacho entre al departamento con unos potenciales compradores, encontrará a su hijo muerto y a su novia, Mousse, en estado de coma. Mousse va a despertar, pero para enterarse en el hospital que está embarazada de 8 semanas. Ella no quiere abortar -como pretende la familia de su novio, típicamente burgueses de la clase alta francesa-. Elige entonces recluirse en una casa de las afueras de París, préstamo de un hombre que ha tenido en algún momento un vinculo sentimental con ella. La visita de Paul, el hermano de su novio fallecido da lugar al inicio de una nueva relación y a que Ozon pueda abordar algunos temas recurrentes. En "El refugio", Ozo vuelve sobre la maternidad (que aparece fuertemente en "Ricky"), la reclusión y la desaparición (como en "Bajo la Arena") y principalmente con el personaje de Paul, es nuevamente la ocasión de tocar temas vinculados con una mirada activa sobre la comunidad homosexual (ya sin un tinte dramático como en "Tiempo de Vivir" sino con una mirada esperanzadora sobre la pareja y la posibilidad de ejercer la partenidad y de inserción en el ámbito social y familiar). La principal ventaja en el relato de Ozon es su sencillez, pero por sobre todo la mirada completamente despojada de sentencias que cubre a sus personajes. Brinda una mirada amorosa que permite entregarles la posibilidad de redención, cada uno en su camino y de reformular lo vivido y el tiempo por vivir. Con un relato mucho más convencional que en su ultima entrega ("Ricky") y con una ajustadísima actuación de Isabel Carré en el rol protagónico de Mousse casi excluyente para la construcción de esta película (con un trabajo en las antípodas de las desquiciada de "Anna M - Obsesionada" o diferente al paso de comedia de "La cliente") y con la presencia magnética de Louis Ronan – Choisy en el rol de Paul; este último trabajo de Ozon lo sigue mostrando en su madurez creativa. Nos deja en su final, los enigmas presentes inequívocamente en el cine Ozon desde siempre, los temas que deja abiertos para la reflexión, en una nueva e interesante incursión en su mundo.