LA MALA EDUCACION Comedia políticamente incorrecta que, pese a no aprovechar las exageraciones que aquí son planteadas para brindarle más humor a la cinta y, principalmente, a la poca imaginación en el planteo del conflicto y en su respectiva solución, es una propuesta bien actuada, con algunas buenas escenas de comedia bien pensadas y con un sentido irónico y crítico logrado por momentos. Elizabeth es una mujer que decide renunciar a su trabajo para aprovecharse de la riqueza de su pareja. Sorpresivamente éste la abandona, obligándola a volver a tomar el puesto que acaba de dejar y a tratar de encontrarle la vuelta a un nuevo estilo de vida. A ella no le importa cómo educa a sus alumnos, es irresponsable, bebe antes y durante las clases y se queda dormida mientras los deja mirando películas que poco tienen para enseñarles. Un día descubre que un nuevo maestro aparece en el colegio y que él tiene el suficiente dinero como para satisfacer todas sus necesidades. Una cirugía estética va a ser su próxima meta para tratar de conquistar al soltero profesor. La primera característica que aparece al estar viendo esta propuesta es que la misma es políticamente incorrecta y que esa problemática, o virtud, nunca se revierte durante su transcurso. Aquí los buenos son los malos y los villanos los protagonistas que supuestamente están haciendo las cosas bien; hay insultos, golpes y demostraciones de poca responsabilidad cada vez que la profesora entra en el colegio; se desarrollan personalidades que llevan adelante los estereotipos del género (mujer obesa que está sola; el maestro galán; los alumnos y sus padres que solo quieren aprobar; y la muchacha que va a hacer todo lo posible por conseguir lo que quiere); y el humor, en casi todas las escenas, se centra en la explicitud de cada una de estas cuestiones. Esta es una película muy particular, pero que pese a sus problemas, entretiene y presenta algunos planteos secundarios que, si bien están camuflados, logran aparecer en ciertos momentos. Toda esta exageración del mal, que nunca logra captar al máximo el humor, impidiendo que se desarrollen escenas muy bien logradas de comedia, tiene un sentido crítico y satírico hacia el sistema de educación que está muy bien logrado y que juega con la ironía propia de la premisa y la personalidad de la protagonista. Lamentablemente, esta virtud no florece en la película y, producto de un guión que no explora la comedia inteligentemente, no logra ser transmitida con fluidez e interés al espectador. En otras palabras, "Malas Enseñanzas" desarrolla un trasfondo reflexivo que, como consecuencia de un guión poco profundo, no logra traspasar la pantalla grande. Las actuaciones son buenas, en especial el trabajo realizado por Cameron Diaz en el rol protagónico. Su personaje está plagado de clichés y de actitudes que ya fueron vistas muchas veces en otras películas del género, pero ella le brinda un interés y un espíritu renegado a la personalidad de su papel que están muy bien logrados. Quienes la acompañan también están correctos: Justin Timberlake (el profesor millonario), Jason Segel (el maestro de gimnasia) y Lucy Punch (la compañera de trabajo que le hace la vida imposible a Elizabeth). Bien fotografiada y con una banda de sonido que no aporta demasiado al desarrollo de la historia, "Bad Teacher" es una propuesta de humor negro que dividirá al público, sencillamente porque no logra transmitir con fluidez la interesante premisa que toca. Bien actuada, pero sin las suficientes escenas de humor que inviten al espectador a reírse reiteradas veces. Una cinta entretenida, pero que se olvida rápido. UNA ESCENA A DESTACAR: baile.
ESPIONAJE Y VELOCIDAD Pixar es una de las mejores productoras que hoy en día está trabajando en el cine, no solo porque cada una de sus realizaciones han cautivado la imaginación de grandes y chicos, sino por demostrar, en cada película, que la originalidad y la emoción pueden ir de la mano de la animación. Siendo "Cars 2" la cinta más floja de la productora, está de más decir que, pese a sus errores, es una propuesta mucho más interesante y mejor lograda que muchas de las otras que se estrenan anualmente. Un grupo de vehículos están tratando de sabotear, para poder tener el control de la distribución de la gasolina, el Grand Prix Mundial en el que participa Rayo McQueen. El intrépido auto, con la ayuda de su despistado amigo Mate y de un escuadrón de agentes secretos, va a tratar de impedir dicha misión e intentar de salvar a la Tierra de las garras del mal. Introduciéndose con una espectacular escena de espionaje al mejor estilo "James Bond", esta película, inmediatamente después de la presentación del título, comienza a desarrollar el conflicto y a profundizar el lazo de amistad que une a los dos personajes principales, invocando un problema que produce una espontánea separación y llamando a la emoción y al romance para acompañar la historia. Al igual que en la primera parte, la amistad forma parte del superobjetivo de la moraleja de la película, al igual que el cuidado del medio ambiente y el aprecio al tercero. Todas estas cuestiones están muy bien presentadas y desarrolladas en la historia, manteniendo dudosamente el toque Pixar de emoción que caracteriza a la productora y manteniendo un nivel de sorpresa argumental que siempre logra destacarse y que presenta varias vueltas de tuerca algo extrañas e impensadas para el género de la animación. La técnica es excelente. Comenzando con la precisa, detallada y bella animación, creando cada espacio físico con suma delicadeza y esplendor visual, y presentando movimientos y puntos de vistas muy originales, vertiginosos en las carreras y muy divertidos; siguiendo por la banda sonora que acompaña muy bien lo que sucede en escena; y terminando con efectos de sonido que producen un aura muy entretenido y disfrutable, "Cars 2" es técnicamente perfecta. A su vez, el uso de la tecnología en tres dimensiones, al igual que en las demás cintas de la productora, se ve bien aprovechado en la creación de profundidad en la pantalla y no es usado para tirarle cosas a la cara al espectador. El 3D es un complemento de la historia que nunca cobra protagonismo, pero que está para enriquecer la hermosura visual aquí propuesta. Los nuevos personajes y la vuelta argumental producida con el espionaje le aportaron una bocanada de aire fresco y de originalidad muy bien expuesta en escena, en especial en las primeras secuencias y en los treinta minutos finales, situaciones muy locas, pero con una velocidad e intensidad muy bien resueltas. Es así como la historia toma un rumbo totalmente diferente al de la primera película. Por otro lado, hay muchas referencias para que los padres que acompañen a sus hijos a verla puedan disfrutar recordando diferentes vehículos del pasado y ubicarlos en cada uno de los espacios físicos que los personajes van visitando. El problema que aquí aparece, y que produce una leve decepción, teniendo en cuenta que este film es de los mismos creadores de "Toy Story" y "Wall-E", es la imposibilidad de que el mensaje y las moralejas logren traspasar la pantalla para emocionar al espectador, cosa que siempre estuvo presente en las demás cintas de Pixar. También, se entra en algunos terrenos humorísticos que desentonan con la inteligencia propia de la productora y que parecen ser algunos caprichos por parte de los realizadores que no pudieron llevar adelante en las demás películas. Pese a los problemas, "Cars 2" es una secuela que se disfruta; que desarrolla técnicamente una excelente y hermosa visual; que introduce nuevos y atractivos personajes; que entra en terrenos arriesgados y oscuros (muy buenos); que mantiene las identidades de los viejos vehículos y que desarrolla, aunque no llega con la emoción y el golpe necesario, un mensaje sobre la amistad que vale la pena escuchar. ¿La peor película de Pixar? Sí. ¿Es por eso una mala película? No. ¿Es mejor que muchas de las cintas que no forman parte de la productora? Sin lugar a dudas. UNA ESCENA A DESTACAR: final.
TRIBUTO AL ARTE Woody Allen es un director amado y odiado por muchos, que últimamente no ha conseguido plasmar en pantalla una historia interesante, bien resuelta y con el toque personal que ha caracterizado su filmografía años atrás. Por suerte, "Medianoche en París" vuelve a tomar lo mejor de dicho autor, con muy buenas actuaciones y una originalidad que se destaca desde los primeros minutos de proyección. Gil es un hombre que queda fascinado con la ciudad de París, por lo que comienza a pensar en mudarse allí para poder inspirarse para la finalización de su primera novela. Su prometida no está de acuerdo y continuamente van a discutir sobre sus dicisiones. Por las noches, él inexplicablemente hace un viaje a los años 20, donde va a encontrarse con las máximas figuras culturales y artísticas de la época, situación que lo convence mucho más de quedarse en dicha ciudad. La película tiene un comienzo en el que se pueden ver diferentes imágenes, con cámara quieta, sobre París, presentando la ciudad y creando la atmósfera indicada para que la historia pueda desarrollarse. Se muestran los lugares típicos y algunos no tan conocidos expuestos con encuadres muy llamativos y una fotografía hermosa. Con rapidez, la cinta presenta a los dos personajes principales y a su entorno social, procurando personificarlos con detallismo y haciendo hincapié en las actitudes de Gil y su negación con uno de los amigos de su mujer. Se plantea el conflicto de la historia muy sutilmente y se empieza a inspeccionar en una fantasía que nunca se ve desbordada por la propia locura de dichos momentos. Sin duda alguna, cada una de las situaciones del pasado, en las que el protagonista comienza a entablar una relación con las personalidades artísticas de los años 20, son las más interesantes y las mejores logradas de la película, no solo por el excelente trabajo de personificación, de vestuario y de ambientación que se puede apreciar en cada uno de esos pasajes, sino porque dichos momentos están plagados de sorpresas que el espectador podrá identificar y con ellas entretenerse, todas teniendo un mismo hilo conductor: la cultura parisina. El humor, como en toda película de Allen, tiene mucho protagonismo y aquí se vuelve a remitir a una ironía y a un absurdo que estaba algo faltante en las cintas del director de los últimos años. Gil y cada uno de los viajes al pasado son los principales exponentes de la gracia y de dicho desarrollo que hacen referencia a los clásicos del realizador y al humor de los hermanos Marx, solo que aquí llevado adelante con mucha delicadeza y no tanta exageración. El guión introduce el argumento como una típica historia romántica, luego va pasando por la comedia y el drama, con algunos toques de fantasía y ciencia ficción y concluye con una esperanzadora y muy bien lograda escena final. Las actuaciones son muy buenas. Owen Wilson logra destacarse desde su primera aparición, no solo al desarrollar la identidad de su rol, quien dice que nació en una época diferente, sino porque tiene algunos rasgos físicos y aprovecha mucho las expresiones faciales, las cuales hacen referencia al mismísimo Woody Allen. Muy buena interpretación protagónica. Rachel McAdams también está bien, en especial al ser firme en sus convicciones y al mantener siempre sus personalidad intacta. Quienes los acompañan le aportan lucidez y una pizca de histrionismo a la historia, por ejemplo: Michael Sheen, un hombre culto e insoportablemente manipulador; Marion Cotillard (Adriana), una mujer que vive los mismos sentimientos que Gil; Alison Pill y Tom Hiddleston, como la pareja Fitzgerald, y cada uno de los que poco a poco aparecen encarnando alguna personalidad histórica de la cultura francesa (esa escena con Buñuel que hace referencia a "El ángel exterminador", una de sus películas, es excelente). "Midnight in Paris" es una película que tiene un desarrollo muy interesante, una propuesta original, divertida e inteligente, que demuestra que Woody Allen, pese a que sus últimas películas no hayan sido del todo satisfactorias, puede volver a ser quien era en el pasado. Con muy buenas actuaciones y miles de referencias a la cultura parisina, esta es una película que hay que ver, observar y recomendar. Una gran cinta, un tributo al arte y a la belleza francesa. Imperdible. UNA ESCENA A DESTACAR: cada una de las idas al pasado.
CINE SUPERFICIAL AL 100% Michael Bay es un gran creador de pirotecnia, tiene una habilidad innegable para crear despliegues visuales imponentes y muy atractivos, pero le faltan dos cosas que hasta el mismísimo productor de esta película (Stephen Spielberg, uno de los maestros de los efectos especiales) nunca se olvida de llevar adelante: sentido y emoción, cuestiones que en esta tercera parte hacen falta desde la primera escena. En 1969 el Apollo 11 llegó a la Luna, pero lejos de encontrar paz y de demostrar ese gran paso para la humanidad, allí se topan con una extraña nave alienígena y con cinco aparatos que parecen ser de mayor importancia para el futuro de la Tierra. Los Autobots van a tener que organizarse y planear una perfecta estrategia para poder desplazar del planeta a los Decepticons, ahora comandados por Sentinel Prime, e impedir que se apoderen del mundo. La película da comienzo con un prometedor prólogo en el que se dio una vuelta de tuerca interesante a la situación espacial de la década de los 60. Principalmente, se hace alusión a la llegada del hombre a la Luna y el verdadero sentido de esa misión. A su vez, se utiliza material de archivo para crear un realismo mucho más atractivo y atrapante. Cuando llega el momento de finalizar con esta introducción, con la presentación del título del film, la cinta empieza a encontrar y a desarrollar problemas que, al igual que en la segunda parte de esta historia, no permiten que el argumento avance ni que la acción se vea justificada. Por un lado, se plantea el relato de los Autobots, el descubrimiento de Sentinel Prime y el plan que los Decepticons tienen para recuperar su planeta, todo ésto planteado con una visual que en todo momento se destaca, con grandes movimientos y escenas de acción muy bien logradas. Por otro lado, se desarrolla la vida de Sam, quien está buscando un trabajo y quiere volver a formar parte de las aventuras que interrumpieron su pasado y cambiaron su ritmo de vida. Es aquí donde aparecen los primeros problemas de la película. Hay una incoherencia horrible en cada una de las transiciones que pasan de un punto de vista al otro, se hacen cambios bruscos de la música y se invoca, continuamente, a un espíritu "American Pie" que está de más y que, en vez de divertir, funciona como un exponente de ridiculez que innecesariamente alarga la historia. Los primeros treinta minutos de la vida de Sam tranquilamente se pudieron quitar, ya que no aportan nada a la historia y solo están de relleno para desarrollar ese tipo de humor y mostrar las curvas de la nueva novia del personaje. En términos argumentales es muy difícil entablar una comparación con las demás películas de la saga o con otras parecidas del género, porque prácticamente no tiene una historia ni un argumento que se vaya nutriendo y enriqueciendo mientras los minutos van pasando, es tan solo el planteo de una guerra alienígena en la Tierra. Uno de los principales problemas de la segunda parte de "Transformers" era que en las escenas de acción no se entendía qué estaba sucediendo ni quién estaba atacando a quién. Aquí, Michael Bay prestó un poco más de atención en la elaboración de dichos momentos y, aunque no están del todo claros, hay un abuso de la cámara lenta innecesario y no hay toma que dure más de diez segundos, los cambios realizados permitieron que las destrucciones tengan un aprovecho mucho más atractivo y entendible. El principal error de esta propuesta se puede dividir en dos cuestiones que van de la mano: por un lado, la falta de sentido en todo lo que está sucediendo y por otro el inexistente desarrollo de los protagonistas y los personajes secundarios. Es increíble ver cómo muchos de los juguetes que en la infancia han entretenido a generaciones enteras y han explorado la imaginación de los niños y adolescentes, aquí Bay los invoca como toda persona hubiese soñado, con grandes armas, intimidantes formas físicas y millares de balas, y los convierte en aburridas y monótonas figuras de hierro. No solo no hay un planteo coherente de las "personalidades" de los alienígenas, sino que son tantos los que se van presentando que en ciertos momentos no se logra entender qué es lo que sucede ni cómo es posible que suceda lo que en escena está pasando. Pero el error más grave va por el lado del hombre y la incompleta personificación que se le da a cada uno de los humanos que van apareciendo. El protagonista, Sam, interpretado por Shia LaBeouf, mantiene la misma identidad que en las pasadas películas, haciendo chistes innecesarios y salvando continuamente a su amada del peligro, ahora encarnada por una regular Rosie Huntington-Whiteley. Están los padres, que son como la encarnación de Bernie y Rozalin Focker; un estereotipado Josh Duhamel (las escenas de reclutamiento dan vergüenza ajena); un desaprovechado John Malkovich; un poco lucido, en especial teniendo en cuenta la importancia que se le dio en las pasadas películas, John Turturro; y un Patrick Dempsey que nunca se logra entender qué es lo que está haciendo ni por qué lo hace. Las actuaciones son muy regulares y el desarrollo de las identidades de cada uno de ellos están muy incompletas. Pero, y es allí donde Bay logra destacarse, la película presenta un despliegue visual que satisfacerá a todo fanático de la pirotecnia y de los efectos en CGI. Explosiones, tiros, una ciudad en llamas, peleas, cámaras lentas, saltos, vuelos, teletransportación, y unos interesantes efectos en 3D, son lo que esta película le ofrece al espectador, junto con na banda de sonido que acompaña muy correctamente el desarrollo de cada una de las escenas de acción. Sin lugar a dudas, la última hora es impecable visualmente, un sinfín de transformaciones y vueltas que están muy buenas, pese al apurado e inconcluso final. "Transformers: Dark Side of the Moon" es la tercera parte de la regular saga dirigida por Michael Bay, con un uso de los efectos especiales envidiable, pero con ausencia de emoción, de sentido, de coherencia, de guión y de buenas actuaciones. Es exactamente lo que el director propone, un relato plagado de efectos, de sonidos e imágenes en movimiento sin alma, sin ese sentido humano que tanto los Autobots dicen defender. UNA ESCENA A DESTACAR: inicio.
VOLVER A EMPEZAR Intenso relato sobre las inoportunas vueltas de la vida y sus posteriores consecuencias, que se destaca, no solo por el lado actoral, presentando a un elenco muy sólido y convincente en cada uno de sus personajes, sino por la fuerza, tranquilidad y realismo que el director le otorgó al desarrollo de la historia y esa bella manera, acentuándose en la iluminación, de mostrar la prosperidad del matrimonio en la cruel situación por la que están pasando. Becca y Howie son un matrimonio que debe encontrar la manera de volver a equilibrarse luego de la desgarradora y sorpresiva muerte de su pequeño hijo. Para hacerlo comenzarán a ir a terapia de grupo y a tratar, pese a los inconvenientes, de mantenerse unidos y superar la situación. La historia se introduce sin contar el hecho trágico de la película Uno poco a poco se va enterando de lo sucedido en el pasado y va comprendiendo las decisiones y reacciones de los personajes, al mismo tiempo que se descubren relaciones, miedos y fortalezas de cada uno de ellos. Esta decisión está muy bien llevada en escena, ya que desde el comienzo potencian el trabajo actoral, lo hacen mucho más creíble y a la vez más elaborado al tratar de comprender los sentimientos de los protagonistas con solo expresiones y movimientos, lo que aporta un dramatismo que se destaca en todo momento y mantiene con suspenso el conflicto argumental de la cinta. Esta es una historia sobre el sufrimiento, sobre un matrimonio que no sabe qué hacer con sus vidas luego del terrible acontecimiento que les sucedió, sobre las decisiones fallidas y correctas que juntos van a ir tomando, y principalmente, sobre las emociones y sentimientos posteriores a dicho momento. Es allí donde aparece el trabajo del director y del guionista, quienes lograron adaptar y llevar adelante, de manera respetuosa y con un realismo que se destaca en cada una de las escenas, una historia difícil de ver por momentos, muy bien lograda, profunda y muy fuerte. Se exploran con detallismo y hasta explicitud las reacciones de la protagonista, se crea una visual que en todo momento va mimetizando los ánimos de los personajes (atención a las luces del final) y se dejan en claro, desde la primer escena, las intenciones del director al retratar y profundizar los sentimientos de los roles principales. La cámara va adoptando con lucidez y dinamismo el preciso movimiento de los personajes, destacando, con tomas generales y algunos primeros planos a los rostros, la transmisión al espectador de las emociones de los protagonistas. La música acompaña suavemente el desarrollo de la historia y en un preciso momento, cobra un protagonismo muy efectivo, convirtiendo a dicha escena en una de las mejores logradas de la cinta (desencuentros cerca del final). El trabajo actoral es excelente. Nicole Kidman desarrolla un personaje que desde la primer escena uno trata de comprender y de sentir lo que ella está sintiendo. El mejor logro de la actriz al interpretar a Becca es la espontaneidad en cada una de las reacciones y esa maravillosamente lograda identidad que desde el principio desarrolla y que poco a poco la va personificando, cada vez que hay una reunión familiar o con amigos su personaje dice o hace algo que altera al resto. Su sufrimiento, su dolor al ver al chico con quien se pone a charlar en el parque por las tardes y esas intuitivas reacciones que tiene con las personas, están perfectamente interpretadas por Kidman. Aaron Eckhart también está muy bien, en especial cuando su personaje no soporta las decisiones de su mujer (excelente escena en la que se lo puede ver diciéndole todo lo que piensa) y al demostrar, con un silencio o una simple expresión de su rostro, el amor de Howie por su esposa. En los roles secundarios, quien más se destaca y quien cuando aparece se roba el protagonismo de dichas escenas (casi todas acompañando a Nicole Kidman) es Dianne Wiest, en una interpretación maravillosa. Vale destacar el trabajo realizado por Miles Teller. "Rabbit Hole" es una cinta fuerte, que no es para todo tipo de públicos, ya que explora con excelencia y virtuosismo los sentimientos de una pareja ante la muerte de un hijo y se centra en cada una de las reacciones y acciones futuras para superar el dolor. Una profunda, muy interesante, bien guionada y dirigida película, que su mayor virtud es la excelente calidad de las actuaciones de sus interpretes (Nicole Kidman y Dianne Wiest brillan). UNA ESCENA A DESTACAR: final y la escena de la discusión
REVIVIENDO LA MUERTE Luego de la muy buena propuesta titulada "Moon", Duncan Jones vuelve a la dirección, ahora con un proyecto que él no escribió, que mantiene una prolijidad excelente, con actuaciones muy buenas y un juego argumental que le aporta dinamismo, interés y calidad a la propuesta. Un hombre tiene una misión que cumplir con el ejército de los Estados Unidos, tiene que revivir los últimos 8 minutos de la vida de un pasajero de un tren, para encontrar al responsable que ocasionó una explosión allí y que promete un atentado mucho mayor en el centro de Chicago. El tiempo corre, y él, encarnando una identidad diferente a la suya, va a tener que hacer todo lo posible por cumplir con su objetivo. La película nunca se preocupa por que el espectador pueda entender qué es lo que está sucediendo, aunque por supuesto se dan las razones necesarias para que el mismo pueda comprender por sí solo cada una de las actitudes de los personajes. Pero, la cinta no se centra en contar cómo se logró dicho experimento ni cómo se supone que se va a continuar en el futuro, no hay intención de hacerlo ni mucho menos largas escenas en las que los personajes cuentan qué está pasando. Es aquí donde aparece la parte subjetiva del film y donde cada uno de los espectadores lograrán tomar un aspecto diferente de la historia y sentirla mucho más que el resto. A su vez, se llega a un final que hará pensar y que invita al posterior debate. Se nota desde el primer minuto que el director de esta película es Duncan Jones, ya que se mantiene la misma coherencia y el misterio narrativo que predominó en "Moon" y principalmente se invoca a la emoción como principal fuente dramática de la película. Aquí hay un personaje que tiene un pasado problemático y que quiere resolverlo siendo parte de un experimento del gobierno, una cuestión que está muy bien lograda en la historia y que le aporta mucho sentimiento al relato del protagonista y al trasfondo político que el mismo tiene. Pero, la característica que aquí más se destaca, es la vuelta de tuerca que se decidió hacer para desarrollar el argumento. Cada uno de los viajes a esa realidad paralela, las actitudes del protagonista y ese maravilloso final están logrados con una calidad técnica impresionante, con un ritmo que nunca decae y con una inteligencia que vale la pena resaltar. Todo lo que aquí va apareciendo presenta una delicadeza y una prolijidad milimétrica, no solo visualmente, sino técnica y argumental; no faltan los planteos filosóficos que dejarán pensando al espectador y no sobran los momentos de tensión y emoción. Una dirección que consagra a Duncan Jones como uno de los realizadores de Hollywood a seguir más interesantes de los últimos años. Las actuaciones son muy buenas. Jake Gyllenhaal logra exponer su parte emocional en el papel, lo hace creíble y explora varios matices que son acordes a cada uno de los pasajes de la película. En los momentos de acción está muy correcto y en los dramáticos también, una buena interpretación. Michelle Monaghan también está bien, aunque su personaje no tiene el desarrollo necesario como para hacerlo destacable. De todos modos, cumple con su parte y logra crear una química muy buena con el protagonista. Quienes más se destacan, son los que están del otro lado del experimento, o sea, Vera Farmiga y Jeffrey Wright. La primera con una seriedad y una frialdad impresionante, pero que va mostrando, muy lentamente, su factor humano, sin duda alguna el mejor personaje y la mejor actuación de la cinta. El segundo, aportándole una rudeza y una incertidumbre muy buena al creador del "Código fuente". Muy buenas actuaciones. "Source Code" es una cinta rebuscada, con un estilo visual y argumental muy particular, con buenas interpretaciones y una dirección que logra destacarse en todo momento. Una propuesta para pensar y debatir, una película inteligente, entretenida y muy bien lograda. El segundo film de Duncan Jones, un director que, hasta el momento, no defrauda y vale la pena seguir. Imperdible. UNA ESCENA A DESTACAR: final.
Historia que en cierta manera trata de mimetizar un género puramente norteamericano, el western, está ultima película de Fernando Spiner es una correctamente fotografiada propuesta, con un guión que desarrolla un argumento muy similar al visto en muchas otras cintas del estilo y una calidad muy pobre por el lado actoral.
JUGANDO CON EL DESTINO Película de ciencia ficción que plantea un juego argumental muy original, con actuaciones correctas y técnicamente excelente, pero que pudo convertirse en una gran propuesta si se acentuaba un poco más la emoción y la poca exageración cerca del final. Luego de perder las elecciones, el candidato a senador David Norris, va a presenciar algo que ningún ser humano tendría que ver: es testigo de una serie de cuestiones protagonizadas por unos hombres de sombrero que controlan el destino de cada individuo del planeta. Ellos le muestran su futuro, pero él no lo acepta y va rápidamente en busca de la mujer que ama y que dichas personas le dicen que tenga cuidado. Ellos van a hacer todo lo posible por impedir que él logre contactar a la muchacha. La cinta tiene un planteo argumental que está muy bien desarrollado y presenta una originalidad muy bien expuesta durante el transcurso de la narración. Los términos filosóficos que aquí van apareciendo le dan un toque distinto y muy interesante a la propuesta y demuestran que una cinta de acción puede ser muy entretenida y diferente, a la vez que inteligente y estar bien escrita. Desde un comienzo son muchas las preguntas que van apareciendo y que parecen no tener respuesta inmediata, pero mientras los minutos van pasando y los diferentes conflictos paralelos al principal se van resolviendo, la película va cobrando sentido y va desarrollando una temática paradójica que está muy bien resuelta y que hará reflexionar al espectador. La acción está presente, las corridas, y ese juego estrepitoso con las puertas cerca del final, le aportan dinamismo y velocidad a la imagen, aparte de estar filmadas con una técnica excelente, mostrando desde varios ángulos distintos el mismo hecho. A su vez, la banda sonora tiene algunos puntos en los que es protagonista directo de las escenas, en especial en las persecuciones y en todos los desarrollos rítmicos que van apareciendo en la segunda mitad de la historia. La ciencia ficción aparece desde el principio y, aunque parece algo innecesaria en ciertos momentos, en especial al final, cuando se abusa un poco de la temática, le aporta una verosimilitud importante al hecho y un entretenimiento mucho mejor a la película. El principal problema, que interviene principalmente en la conclusión, es la falta de emoción en la relación entre la pareja protagónica. Las actuaciones son muy buenas, Matt Damon se destaca en todas las escenas, pero su personaje se ve limitado, ya por cuestiones de escritura, a salvar el destino de su amada y a no expresar, con realismo y amor, sus sentimientos. Esto mismo sucede con el rol de Emily Blunt, muy bien interpretado, pero algo frío en emociones. "The Adjustment Bureau" es una cinta que se remata con una frase que hará pensar y reflexionar al espectador, que presenta buenas actuaciones y una historia original muy interesante. Con planteos filosóficos y con una visual que le da una vuelta de tuerca distinta al género. Una correcta película para disfrutar, pensar y debatir. UNA ESCENA A DESTACAR: segundo encuentro.
LOS PEQUEÑOS VAMPIROS SUPERAN AL GRAN AMO Basado en el cómic homónimo coreano, esta adaptación es una correcta propuesta visual, con una estética muy estilizada y perfecta, pero con una historia que entra en lugares comunes del género, en los golpes típicos del terror, en algunos chistes y argumentos innecesarios, y en la exagerada aparición de un final muy abierto. En un mundo paralelo, los hombres han sido, por años, invadidos por vampiros. Ahora, la sociedad se encuentra casi prisionera por sus actos, dirigida por la religión y por la paranoia por los hechos pasados. Un sacerdote, luego de la captura de su sobrina, va a revelarsele al sistema y a tratar de impedir una nueva guerra. La primera característica visual que aparece y que introduce un estilo que ejemplifica y a la vez simplifica lo que a posterior se va a desarrollar, es la incorporación de la animación, la cual empieza en la escena siguiente al momento inicial de la cinta. Estos pocos minutos, respetando los dibujos del cómic, son aprovechados para mostrar la parte más cruda y violenta de la historia. Lo que aquí se ve luego no está representado en el live action, los brutales asesinatos y las grandes cantidades de manchas de sangre, si bien no faltan en las escenas finales, no tienen el protagonismo ni el atractivo visual que aquí se desarrolla. Una prolija y muy bien lograda escena, que introduce la historia con rapidez, procurando que el espectador pueda sumergirse lo más velozmente posible en la época y el espacio presentado. Luego de ésto, la cinta comienza a desarrollar los diferentes conflictos que acechan la vida del protagonista, y es allí donde van apareciendo los problemas. Primero que nada, el personaje encanado por Paul Bettany, dejando de lado que se asemeja a muchos de los que él interpretó en otras producciones, carece de matices emocionales. No hay sentimientos encontrados, no se transmiten con fluidez las situaciones que quieren introducir el romance (que nunca se concreta) con uno de los personajes femeninos, y esa lucha que él presenta contra el sistema para salvar a su familia no se siente profunda ni justificada. El trabajo de Bettany es correcto, en especial en las escenas de acción, pero totalmente deslucido en los pocos momentos dramáticos de la película. Por otro lado, el villano carece de fuerza, de temor y de identidad. Son pocas las escenas en las que él aparece, por lo que son escasos los intentos iniciales por introducir su personalidad e incrementarla para expresar el temor o la incertidumbre que los personajes principales siempre dicen tener. Están mucho mejor logradas cada una de las criaturas individuales que van poniendo a prueba las habilidades de los vengadores, son rápidas, aparecen repentinamente en escena y presentan una actitud al matar que impone miedo. Muy acertado el diseño físico y los efectos de sonido de cada una de ellas. La historia tiene algunos golpes sonoros imprevisibles que harán saltar al espectador, no por lo que se ve, sino por el repentino grito de algún personaje o vampiro; tiene una conclusión que deja una puerta muy abierta para una segunda parte, lo cual decepciona, ya que nunca se ve esa tal amenaza invisible de la que tanto los roles hablan; y desarrolla unos muy buenos efectos especiales que son lo mejor que esta propuesta le brinda al espectador (las escenas en el tren están llenas de acción y conjugan una correcta homogeneidad entre los aspectos visuales y el veloz ritmo narrativo). "Priest" es una cinta que aprovecha por momentos el 3D para jugar con las profundidades y acercarle a los rostros del público algunos objetos o personas (cuentas del rosario y las dagas voladoras), que tiene un planteo visual muy estilizado y correcto, pero con una historia que no concluye, que no emociona ni presenta actuaciones que se luzcan. Una regular propuesta, con buenas escenas de acción, pero que entra en muchos de los lugares comunes del género, en especial los momentos de terror, y que no saca provecho de todas las armas que se ponen en la mesa. UNA ESCENA A DESTACAR: tren.
LA MIRADA INVISIBLE DE LA VENGANZA Manteniendo el mismo estilo y perfección visual lograda en "Orgullo y Prejuicio", "Expiación, Deseo y Pecado" y "El Solista", aquí Joe Wright invoca una historia que toca aristas totalmente diferentes a las desarrolladas en sus filmes anteriores, con excelentes actuaciones por parte de los protagonistas y una mezcla homogénea entre géneros, que le aporta dinamismo, originalidad y mucho entretenimiento a esta propuesta de venganza. Hanna y su padre viven en el bosque y él está entrenando a la muchacha para poder sobrevivir a los acontecimientos que en un cercano futuro la invadirán. Ella se aprende su discurso de memoria y, ante la llegada de ese extraño e inesperado día, comienza a descubrir, al mismo tiempo que escapa de las garras de una organización que la quiere asesinar, pero que no entiende porqué, las razones y el pasado de su madre. La incertidumbre y la falta de respuestas está presente durante todo el transcurso de la película. Desde la primera escena, en la que se puede ver a la adolescente en plena acción cazando y siendo amenazada por quien luego sabemos que es su padre, la cinta comienza a plantear diferentes situaciones que no tienen una justificación aparente y que nunca logran poseer un sentido mucho más significativo que el que se plantea superficialmente en las instancias finales. Todo lo que envuelve a la organización que quiere asesinar a la familia, a ese curioso botón rojo y a la explicación de cómo supuestamente los dos personajes principales lograron sobrevivir, es un misterio que el espectador tiene que armar en su cabeza y darle forma para poder entender la historia a la perfección y crear un relato coherente. Esta es una de las características que sobresalen de "Hanna", la habilidad del director por plantear un argumento lleno de preguntas, de las cuales solo responde las necesarias. A su vez, la perfección visual que aquí se presenta, que mantiene un paralelismo muy bueno con diferentes escenas filmadas en las películas anteriores del director, es hermosa y expresa calidad, talento a la hora de utilizar las herramientas cinematográficas y esa marca personal que aquí nuevamente vuelve a estar presente. El plano secuencia que comienza con la salida del padre de un colectivo y que termina en una fabulosa pelea en un subsuelo, es impresionante, no solo por el tranquilo y detenido uso de la cámara, la cual acompaña al personaje en toda la caminata, sino porque se juega con los cambios de velocidad. Junto con todo el conflicto en el parque de diversiones, estas escenas son las mejores de toda la película. Otra de las características que aquí sobresalen y que le aportan calidad y verosimilitud a la historia, es la intensidad de las actuaciones. Saoirse Ronan está excelente en su personaje, su fuerza, su mirada, las expresiones de su rostro, los movimientos corporales y esos matices emotivos, divertidos e inocentes que muestra en diferentes escenas, le aportan mucho realismo y destaque a su personaje. Cate Blanchett, en una villana que no se preocupa por hacer las cosas bien, ni se lamenta por buscarle una justificación moral a lo que hace, está también muy bien, especialmente en las escenas finales y en esa secuencia en la que mira escondida la masacre que la adolescente hace dentro de los laboratorios. Eric Bana, el padre, también está muy bien, se luce al comienzo y en esa pelea que tiene con Hanna llegando a la conclusión. La acción aparece y es protagonista de numerosas escenas, las cuales están maravillosamente filmadas. A su vez, la música, compuesta por The Chemical Brothers, es impecable en cada momento de tensión, de diversión y de acción, cumpliendo con las atmósferas creadas visualmente y con el movimiento y ritmo de cada una de ellas. Muy buena banda sonora. "Hanna" es una película que presenta excelentes actuaciones protagónicas, una historia que logra destacarse por no ser pretenciosa y por mostrar una particular y personal manera de hacer cine. Bellísimamente filmada y fotografiada (plano secuencia), divertida, con algunos toques de terror y con buenas escenas de acción. Una muy buena propuesta, una cinta de Joe Wright diferente a sus películas pasadas. UNA ESCENA A DESTACAR: pelea en el parque y el plano secuencia.