Uno de los dichos populares sobre la cultura pop contemporánea expresa que “las segundas partes nunca fueron buenas”. La experiencia ha demostrado que la veracidad de esta declaración está en duda, que hay una manifestada generalización, porque el actual género superheroico, liderado por el MCU, ha regalado segundas partes tanto al nivel de su predecesora, mejores o un poco por debajo, pero siempre “buenas” películas. Para el quinteto más disparejo de la galaxia conformado por Star-Lord, Gamora, Drax, Rocket y Groot, quienes con Guardians of the Galaxy (2014) brindaron aire fresco al Universo de héroes con su estilo irreverente, histriónico y musical, una secuela podía confirmar ese lugar especial que se ganaron en el corazón del público y la crítica o, por el contrario, hacer sospechar que su éxito se basó más en la sorpresa por sus formas y no habría manera de poder redoblar la apuesta con algo distinto y llamativo. Pero Guardians of the Galaxy Vol. 2 llegó y se encarga de minar este estereotipo sobre las segundas partes.
Dos mujeres que se pelean por un hombre. Parece un conflicto de telenovela noventosa pero no, es el resumen, a grandes rasgos, de Unforgettable -aquí traducida a “Mio o de nadie”– en donde el Test de Bechdel que evalúa la brecha de género evidencia el machismo impregnado en la cultura cinematográfica norteamericana.
La verdad está oculta. Esta es la premisa de Los Padecientes, el esperado estreno basado en la novela del analista Gabriel Rolón. Una premisa a priori clásica de las historias de suspenso, pero que con el contexto piscoanalítico obliga a otra lectura, a un minucioso trabajo sobre la palabra y las acciones que requieren de constante atención; a un viaje dentro de la perversión y la psicosis en forma de thriller.
El film en inglés del director noruego André Øvredal se titula originalmente The Autopsy Of Jane Doe. Para entender el juego que suscita el mismo con el relato es necesario saber que hablar de una Jane Doe en Estados Unidos equivale para nosotros a decir Juana Perez, o sea, un nombre común que refiere al anonimato de una persona. Jane Doe puede ser cualquiera. Cuando los muertos se levantan para hacer estragos, no importa quién fuera en vida. Esas son las imágenes a través de las cuales se construye su relato.
La relación entre el animal y el hombre se ha ido modificando a lo largo de la historia de la humanidad, lo que ha dado lugar a diferentes estudios y expresiones que definían este vínculo. Podemos decir que una mascota es parte de la familia del dueño y estaríamos hablando de una redefinición muy explicita de la estrechez y la opinión que el humano posee de la naturaleza. El faro de las orcas intenta ser este canto hacia la integración con el espacio que nos rodea y todos sus seres.
La nueva entrega de Dreamorks es una fábula capitalista en clave animada. The Boss Baby retoma la misma técnica de su anterior producción, Storks, y vuelve a plantear su historia desde un ángulo similar: los bebés; casi como si fuera una secuela conceptual. A diferencia de su predecesora, este film dirigido por Tom McGrath (Madagascar, Megamind) entrega un relato más entretenido y simpático.
El terror parece no querer saber nada con reinventarse, por lo menos aquel que más llega a la cartelera. Si hay algo de lo que no se puede acusar a estas producciones es de falta de insistencia, porque a cada mes el espectador encuentra varias alternativas del género. Llega el turno de The Bye Bye Man, que aquí aterriza con el título de Nunca Digas Su Nombre. Una más que demuestra que el miedo y el susto se mantienen vigentes, pero no precisamente por deslumbrar con su calidad.
Imagínense a los tiernos 18 años, el mundo a los pies y listo para comenzar la verdadera vida. Imagínense que de pronto ese futuro prometedor se ve arrebatado por un arma que es entregada en las manos y una orden para pelear una guerra. Claro que imaginarlo casi no hace falta, sucedió, y la guerra se perdió. Esos chicos ahora son tumbas anónimas que permanecen silenciosas en el cementerio Darwin de las Malvinas. ¿Y con aquellos que pudieron volver? A ninguno le fue indiferente esa disputa, creo que existe cierta noción de lo que les sucedía a aquellos que regresaban, independientemente de si eran capaces de retomar o seguir adelante con sus vidas, o a los que ya no podían lidiar con su propia existencia y decidían poner punto final. Rodrigo Fernández Engler, en su debut como director, elige retratar uno de los momentos más oscuros y trágicos de nuestra historia de esta manera. ¿Qué importa la guerra? Miremos a los pibes, lo que fueron y lo que son.
Recordar los terroríficos gobiernos militares de los países latinoamericanos se vuelve causa común, los oscuros años ’70 son una etapa que aún se propone superar y queda un largo trecho. Paz Encina escribe y dirige este documental que toca muy de cerca a nuestro país, y su título es el claro mensaje de lo que no se debe abandonar: la memoria.
Ray Kroc puede ser un nombre desconocido en estos pagos, no así McDonald’s que ya forma parte del diccionario contemporáneo de la cultura popular. Que la compañía de hamburguesas más famosa de la historia ocupe prácticamente todos los rincones del globo se lo debemos a ese hombre. The Founder lleva a recorrer ese rápido camino en que Kroc pasó de ser un simple vendedor de artículos al empresario creador de una especie de religión culinaria, de una forma que deja en claro que su sueño americano no fue un viaje irreprochable e íntegro.