Ocho años después del estreno de Iron Man, que dio inicio al MCU, comienza la Tercera Fase con la llegada Capitán América: Civil War. Las reglas del universo compartido están establecidas y ahora es momento romper con algunos de esos parámetros. Post-Ultrón Vamos a dejar en claro dos cosas desde el principio para poder avanzar sin esa mochila a cuestas: Primero, aunque el título sea Capitán América: Civil War, es una película de los Avengers y no debería verse como algo aislado o independiente, tanto de lo que vino antes como de lo que vendrá después. Segundo, aunque tenga algunos puntos de contacto, NO ES EL COMIC. Ir esperando una transcripción de aquellas páginas históricas puede resultar en una decepción innecesaria porque aunque hay unas cuantas referencias para el público seguidor de las publicaciones de Marvel, el desarrollo del conflicto tiene poco que ver con la versión en papel. Los dos temas principales que darán forma a la película son presentados desde los minutos iniciales, primero revelando información sobre el pasado de Bucky Barnes como asesino a las órdenes de Hydra y luego mostrando a la nueva formación de los Avengers en Nigeria rastreando a Crossbones, uno de los últimos agentes de Hydra que quedaran activos después los eventos en El Soldado del Invierno. Así como la invasión Chitauri llevó a la creación de Ultrón, la catástrofe de Sokovia puso en el ojo de la tormenta a los Avengers por lo que cuando el aún poco experimentado grupo no puede evitar las bajas civiles durante la misión, los gobiernos del mundo reciben grandes presiones de la opinión pública para encontrar una forma de controlar a los Avengers. La solución parece ser la firma del Acuerdo de Sokovia, un documento que pone a la organización hasta entonces independiente bajo autoridad de las Naciones Unidas, dándole jurisdicción internacional pero quitándole la decisión final sobre cuándo y dónde intervenir. Es en este punto donde renacen algunas de las diferencias que ya separaron a Steve Rogers y Tony Stark en el pasado, porque aunque ambos se sienten responsables por las vidas que no pudieron salvar, Tony vuelve a mostrarse a favor de una autoridad fuerte al mando, mientras Steve cree que la burocracia sólo los hará mas lentos e ineficaces, además de preocuparle el tener que dejar en manos de políticos decidir quienes son aliados y quienes enemigos. Sin embargo la ruptura del grupo se mantiene diplomática hasta que entra en la ecuación el amigo de la infancia del Capitán América, quien lleva tiempo viviendo en la clandestinidad y tratando de recuperar sus recuerdos. Aunque para las autoridades sigue siendo un criminal buscado, Steve sabe que las acciones de Bucky no fueron voluntarias pero defenderlo lo pondrá definitivamente en el bando opuesto de la versión legal de los Avengers dirigida una vez mas por Tony Stark. Los fundadores del grupo tienen motivos de sobra para caerse mal y el Acuerdo de Sokovia sólo les da la excusa para dejar fluir esos enojos guardados en su corta carrera juntos, pero no faltarán tampoco motivos nuevos para separar a los Avengers y forzarlos a luchar entre sí. Pasado, presente y futuro Todas están dentro de un mismo universo compartido, pero Marvel viene presentando dos clases de historias diferentes dentro de ese conjunto. Mientras algunas como Ant-Man, o Guardianes de la Galaxia son bastante independientes y no requieren de mucho conocimiento previo por parte del público porque son principalmente para presentar al personaje, otras como Avengers y Capitán América: Civil War son la columna vertebral del universo compartido y no es algo nuevo que en estas películas grupales se exploten tramas y personajes de esas historias individuales, incentivando al público a consumir todas las películas como parte de una misma franquicia. Esto deja la ventaja de no tener que presentar tantos personajes al mismo tiempo, pero a la vez tienen la gran dificultad de tener que dosificar sus historias secundarias para que no se desdibuje la principal, uno de los problemas que La Era de Ultrón no logró resolver con mucho éxito. Esta vez parecen haber aprendido de sus errores porque aunque hay muchos personajes y cada uno tiene su momento para lucirse, está bien marcado quienes son los que llevan adelante la historia y quienes están ahí para darles apoyo sin estorbar. Incluso la presentación de las esperadas incorporaciones de Spider Man y Pantera Negra al universo compartido aportan sin distraer y cumplen con su función de generar expectativa hacia sus películas propias sin revelar anticipadamente más que lo necesario, con la astucia de invertir más tiempo en el rey de Wakanda que en el trepamuros neoyorkino, a sabiendas de que mientras nadie que entre a ver esta película necesita que le expliquen quien es Peter Parker ni lo que puede hacer, muchos otros apenas conocen a Pantera Negra y es necesario filtrar cierta información básica para integrarlo. Capitán América: Civil War no tiene propuestas visuales novedosas como pudo haber sido Ant-Man o promete ser Doctor Strange, pero mantiene la espectacularidad a la que nos tienen acostumbrados y sabe balancear la violencia más cruda que suele tener la franquicia de Steve Rogers con la pirotecnia visual de la ciencia ficción mas exagerada, sello de la franquicia Iron Man. Combinando los talentos de cada héroe para enfrentarlos siempre a rivales que estén en un mismo nivel, las escenas de pelea resultan fluidas y entretenidas pero aunque parecen haber quedado atrás los tiempos en que los héroes siguen levantándose sin sentir dolor ni cansancio, nada es tan serio ni trágico como para evitar la clásica dosis de humor que los detractores de Marvel tanto detestan, un tema que también parecen estar aprendiendo a dosificar mejor para que no estorbe con la acción ni el drama. Conclusión Después de algunos traspiés durante la Fase Dos, Marvel parece haber recuperado el rumbo. Capitán América: Civil War no es nada nuevo, pero hace muy bien lo viejo y aunque sigue siendo principalmente un producto de acción entretenido, muestra un progreso en cierta solidez argumental que le venía fallando.
Como anuncia el nombre original de Enredadas pero Felices, esta comedia coral sigue a varias familias en sus conflictos internos durante la semana previa al Día de la Madre. Madre no hay una sola Al acercarse la fecha del festejo, las distintas estructuras familiares reaccionan a su manera en anticipación y la película las muestra en paralelo sin una real conexión entre todas aunque se crucen sus caminos algunas veces. Mientras una madre divorciada se resiste a ser reemplazada por una versión mas joven no sólo por su ex marido sino sobre todo por sus hijos, dos hermanas intentan reparar la relación con su madre después de mentirle durante años sobre sus parejas y una joven adoptada se esfuerza por resolver sus conflictos de abandono para poder consolidar su propia familia. Como variantes un poco menos clásicas, también tendremos a una exitosa vendedora de televisión que abandonó todo plan de familia para concentrarse en su carrera y un viudo reciente esforzándose por procesar el duelo propio al mismo tiempo que debe llenar el hueco en la vida de sus hijas en el primer día de la madre desde la muerte de su esposa. Con una cadena de situaciones de comedia, cada una de las historias repite una y otra vez el mismo mensaje sobre la importancia de las madres, remarcándolo por si no se había entendido alguna de las veces anteriores. No hay sorpresas en el desarrollo de las historias ni de los personajes, todos son prácticamente lo que se ve a simple vista desde el principio y mas allá de algunos gags que pueden llegar a causar gracia, todo sucede como se anticipa desde los primeros minutos y al promediar la película lo único que sigue siendo un misterio es por qué alguien habrá considerado imprescindible cambiarle el titulo original por una traducción tan poco descriptiva. Día de la Madre El director Garry Marshall (Mujer bonita, Novia fugitiva) ya usó la estructura de historias mezcladas coincidiendo en la fecha del Día de los enamorados y Año nuevo, por lo que después de Enredadas pero Felices (Mother´s Day) sería lógico esperar que use el mismo guión para hacer alguna otra película durante el domingo de Pascuas. Nada de lo que sucede en esta película es algo que no se viera infinidad de veces en otras producciones similares y muchos personajes son estereotipos tan rígidos que resultarían graciosos si fuera una parodia, pero como pretenden tomárselo en serio causan más vergüenza ajena que risa. En el país de las rubias donde se ubica Enredadas pero felices apenas existen mujeres con otra misión en el mundo que cuidar su imagen y ser madres o esposas, hasta llegar al extremo de conseguir un trabajo sin necesidad de exponer la propuesta de diseño que nunca le vimos invertir tiempo en preparar. Sólo la dupla mas joven y proletaria parece tener una relación mas ecuánime donde ambos se reparten las tareas de ganar dinero y criar a su pequeña hija sin necesidad de ocultarse cosas importantes para sostener la pareja y, aunque ni ellos se salvan del mandato social de necesitar tener una boda como se debe para no caerse del mundo al menos parecen ser los únicos personajes de la película que no creen que sea obligatorio mentirle a sus propias familias sobre lo que piensan y sienten. Pero dejando de lado esas cuestiones, es una película que cuenta con que la gente compre una entrada sólo porque hay caras famosas en el póster. Sería irreal esperar alguna clase de propuesta estética interesante, pero al menos que las historias no fueran tan endebles ni que los diálogos además de acartonados resulten tan previsibles como la mayoría de los chistes, que son tan sobre-explicados como la pretendida moraleja de la historia. Conclusión Enredadas pero felices es de las que van a pasar un domingo a la tarde por algún canal de aire porque se puede ver sin prestarle mucha atención ni tomársela en serio.
El drama anti bélico Mandariinid (Mandarinas) es la coproducción entre Estonia y Georgia que compitió con Relatos Salvajes por el Óscar a mejor película extranjera que finalmente se llevó la polaca Ida. Por un puñado de cítricos La caída de la Unión Soviética abrió las puertas a que en muchos de sus territorios satélite se instalara durante años una situación de guerra civil casi permanente aún no del todo resuelta. Sin la férrea mano del ejército rojo para mantenerlos controlados, afloraron movimientos separatistas y caudillos con ejércitos privados que se enfrentaron a los incipientes estados locales en continuos conflictos como el que amenaza a Ivo y Marcus en el pequeño pueblo perdido entre las montañas de la región separatista de Abjasia donde viven. Aunque todos sus vecinos viajaron hacia Estonia huyendo de los enfrentamientos, ellos se resisten a marcharse antes de terminar la cosecha de mandarinas por más cada día reciban noticias de que los combates se acercan al pueblo. La violencia los alcanza antes de lo que esperan, cuando una sorpresiva escaramuza frente a sus puertas entre milicianos georgianos y mercenarios chechenos deja un sobreviviente herido de cada bando, a los que Ivo sin dudar un momento salva la vida alojándolos en su casa. Los enemigos no pueden olvidar fácilmente sus diferencias, pero agradecidos con su salvador aceptan una tregua forzada y juran esperar a estar recuperados para terminar de matarse. Ese será el tono de la historia desde entonces, deslizando algo de humor ácido dentro de un crudo contexto dramático mientras dos hombres que se odian sin conocerse pero se ven obligados a convivir en una pequeña vivienda rural hasta que se recuperen de sus heridas. Mientras a Marcus sólo le importa terminar con su cosecha, Ivo será un firme mediador entre ambos, sin revelar sus verdaderos motivos para tanto esfuerzo aunque sus huéspedes sospechen que su negativa a abandonar el pueblo se debe a algo más importante que unas mandarinas. Para una sociedad civil que sólo la vivió como algo lejano, la guerra puede hacer las entretenidas historias heroicas o emocionantes que muchas veces estamos acostumbrados a ver. Mandarinas en cambio, es claramente producto de una sociedad que la encuentra en su propia puerta y que sabe que puede caer víctima de cualquiera de los bandos involucrados aunque no pertenezca a ninguno de ellos. Sea para defender una tierra que consideran propia aunque nunca la hubieran visitado o para alimentar a su familia, tanto Ahmed como Niko son hombres de honor y actúan convencidos de sus razones para involucrarse, pero la guerra que nos muestran tiene muy poco de honorable o heroica porque esa es la perspectiva de Ivo, un hombre que vivió muchos años y ha visto suficiente como para entender algunas cosas que espera poder inculcar a los ansiosos guerreros más jóvenes. Aunque las limitaciones técnicas y de presupuesto no son muy notorias, lo que realmente se destaca de esta propuesta es un guión simple pero sólido que cuenta una historia pequeña que ocurre al margen de la guerra. No hay casi sorpresas en el desarrollo de los hechos, pero los personajes logran hacernos desear saber más de ellos contando apenas fragmentos de sus vidas, incluso de forma indirecta o hasta sin palabras. A primera vista Ivo, Ahmed y Niko difícilmente podrían ser más diferentes, pero la apiñada convivencia hace imposible quedarse en la mirada superficial de los prejuicios que cada uno trae y los tres actores saben expresar con gestos o acciones lo que sus personajes no pueden decir con palabras. Conclusión Mandarinas es una película bastante teatral que depende mucho de la empatía que generan sus personajes en el público. Tiene una historia simple pero ágil que no pierde tiempo en explicar todo y aunque es profundamente dramática no se regodea en la angustia que puede generar sino que hasta se permite romper algunas situaciones tensas con destellos de humor contenido que no desentonan con el clima general que construye a lo largo de la trama.
Blue Lips es una coproduccion argentino-española, grabada principalmente en Pamplona durante los festejos de San Fermín, pero también en Buenos Aires, Matera, Oahu, Los Ángeles y Río de Janeiro, con la participación de intérpretes y directores de cada sitio. Escape a la asfixia Las Fiestas de San Fermín son una celebración que tiene lugar anualmente en la ciudad española de Pamplona durante una semana del mes de julio. Ademas de los multitudinarios festejos en las calles, durante estos días tienen lugar los famosos encierros, donde los participantes corren más de ochocientos metros delante de un grupo de toros. Los días previos al inicio de las festividades, seis personas de distintos lugares del mundo se preparan para viajar hacia la ciudad con diferentes motivos pero con un compartido sentimiento de opresión que les impide desarrollar sus vidas como quisieran. En Los Ángeles, el periodista Oliver se despide de su planificada vida con su novia para ir a encontrarse con el fotógrafo italiano Vittorio, quien vive cargando una vieja culpa que se ve acrecentada cuando su padre se acerca a sus últimos días. Además de cubrir los festejos juntos deben entrevistar a la estrella del fútbol brasilero Guido Gol, retirado después de una grave lesión y que está en la ciudad para grabar un comercial durante el encierro. En Hawai, Kalani huye de su familia y las tradiciones que le imponen mientras que la porteña Malena no puede quedarse con la suya porque necesita volver a Pamplona donde recibe tratamiento por una enfermedad congénita que pone en peligro su vida. Aunque es originaria de la ciudad, Sagrario lleva años sin regresar a ella y sólo lo hace por obligación cuando se cumplen diez años de la muerte de su marido y debe renovar los papeles de su tumba. Cada uno tiene sus temas para resolver, pero en el camino a lograrlo se cruzará con algunos de los otros para ayudarse mutuamente. Seis personajes, seis directores Blue Lips se las ingenia para lograr que la ciudad y sus festejos sean un protagonista más de la película, no sólo un telón de fondo mientras suceden otras cosas. Cada uno de los seis personajes se acerca a la fiesta desde su propio lugar y la vive con el filtro de sus propias preocupaciones. Cada director sigue a su personaje tanto en su lugar de origen como en Pamplona, pero difícilmente alguien lo note porque las distintas manos tienen una mirada unificada para lograr no terminar como una secuencia de cortometrajes sino como un conjunto de pequeñas historias ensambladas de forma que se crucen cada tanto y se ayuden a avanzar, en el camino reflexionando sobre la identidad, los sueños y la muerte. Cada uno de ellos tiene algo propio que les impide alcanzar o hasta descubrir la vida que quieren llevar adelante, pero uno de los puntos interesantes del guión es que no lo muestra ni resuelve con largos monólogos explicativos sino con acciones o pequeñas conversaciones laterales. En contrapartida, parte de lo interesante que suena la estructura se debilita cuando algunas historias no son tan sólidas o complejas como necesitan para sostener el conjunto. No es un problema que las historias sean cotidianas o que no revelen muchos detalles de la vida de los protagonistas, pero sí que no alcancen a explicar algunas de sus acciones con una profundidad mas interesante. Lo que decepciona un poco es que esa profundidad parece estar latente, esperando para salir pero sin encontrar el tiempo suficiente como para hacerlo. Aunque estereotipados, los personajes son en general queribles y no es difícil relacionarse con lo que les sucede. Es un detalle fundamental porque son ellos el centro de todo, incluso más que lo que les sucede durante esos pocos días que los vemos y que realmente es un reflejo de las cosas que los vienen aquejando desde tiempo antes. Lo que merece una mención especial sobre Blue Lips es que ademas de la ya mencionada dificultad de la dirección conjunta, buena parte de las imágenes de la fiesta son reales, mezclando a los intérpretes entre los miles de asistentes reales a los festejos para construir un buen marco de ambiente que unifica todo el resto donde la alegría y el desenfreno de toda una ciudad se ve muy creíble. Conclusión Aunque no sea algo nunca visto, Blue Lips es interesante tanto desde la propuesta hasta como se la llevó a cabo. Logra tomar historias dramáticas sin volverlas solemnes ni lacrimógenas, pero su principal problema es que quizás por falta de tiempo esas historias padecen cierta falta de contundencia y profundidad, haciendo que se desdibuje parte de lo llamativo que previamente resulta la premisa.
La Jugada Maestra (Pawn Sacrifice) es la nueva película de Edward Zwick (Diamante de sangre, El último samurai) en la que recrea la corta pero agitada carrera de Bobby Fischer camino al título de Campeón Mundial de Ajedrez. Esos Rojos Maestros La guerra Fría enfrentó a las dos superpotencias de entonces en cada ámbito donde pudieran encontrar forma de competir y lógicamente el deporte fue un campo de batalla muy concurrido. Durante cuarenta años los ajedrecistas entrenados en la escuela soviética dominaron la escena con muy poca resistencia del resto del mundo, hasta que un adolescente autodidacta de Brooklyn comenzó a llamar la atención fuera de su país al lograr convertirse en la persona mas joven hasta entonces en conseguir el título de Gran Maestro. Después de diez años arrasando en cada torneo en el que se presentara llegó a enfrentarse por el título con el entonces campeón del mundo Boris Spassky en Islandia, donde comienza la película con el anuncio de que Fischer no se presentó a jugar el segundo partido de los veinticuatro pactados. Un momento después de verlo encerrado en su habitación y con evidentes signos de estar sufriendo alguna clase de desequilibrio mental importante, La Jugada Maestra nos lleva de regreso a su etapa de formación durante la adolescencia y el ascenso a las mas altas posiciones dentro del mundo del ajedrez, mostrando al mismo tiempo su progresivo deterioro mental. Rocky en un tablero No hubo otro momento, anterior o posterior, en que el ajedrez gozara de la popularidad que tuvo durante la carrera de Bobby Fischer, aunque quizás lo que realmente le atraía a parte de gente no era tanto su actividad como sus poco diplomáticas declaraciones y las excentricidades que expresaba cada vez que tenía la oportunidad. Que un joven de supuestos orígenes humildes llegara con escaso apoyo a enfrentarse a la estructura estatal soviética fue sin dudas una imagen explotada para valorizar los ideales capitalistas de forma similar a como lo hicieron los soviéticos y la película no se queda atrás en ese aspecto, comparando varias veces sin sutileza la diferencia de poderío en cada equipo, asegurándose de demostrar que todo lo que tiene Fischer lo consiguió con su propio esfuerzo. Las partidas son intrascendentes hasta para los seguidores del deporte, que lo máximo que recibirán es la mención de algunas aperturas y estrategias sin mayor análisis o explicación porque La Jugada Maestra se encarga de repetirnos que Bobby es un genio pero nunca nos da ningún argumento para sostener esa afirmación. Tampoco profundiza en los problemas que tiene para relacionarse con la gente, controlar sus altos niveles de ansiedad ni cómo fue desarrollando el profundo sentimiento antisemita y anti estadounidense que más adelante le causarían varios problemas con la prensa y la opinión pública. Por esta variedad de enfoques inconclusos es que no queda claro cuál es la intención de la película, porque no parece ser la exaltación nostálgica de un héroe olvidado ni una reconstrucción histórica con intenciones de ser precisa sino casi lo opuesto a ambas posibilidades. Si la esquizofrenia de John Nash funcionaba para construir el personaje y hablar de sus esfuerzos, la paranoia de Fischer sólo parece servir para minar la credibilidad de sus polémicas opiniones, inapropiadas para el icono del american way que se pretendía que fuera en el enfrentamiento con el comunismo. Conclusión La Jugada Maestra es endeble. La historia principal no tiene mucho para contar, principalmente porque no hay forma atractiva de mostrar en la pantalla un deporte donde todo el talento de los participantes está atrapado dentro de sus cerebros, invisible a las cámaras. Intenta complementarlo con la historia personal del ajedrecista y el contexto político, pero en ambos casos lo hace de forma tan tibia y simplificada que las líneas secundarias se deshacen en el aire antes de solidificarse en algo interesante, al punto que la mayoría de los personajes secundarios podrían nunca abrir la boca sin que se note su ausencia.
Parabellum es el primer largometraje del austríaco Lukas Valenta Rinner, grabado con equipo e intérpretes argentinos en escenarios naturales del delta en Buenos Aires. Allí se dirige un grupo de gente común que deja atrás su vida en la ciudad para a prepararse a la llegada del fin del mundo. Si quieres la paz, prepara la guerra Aunque algunos sigan su vida con normalidad, él sabe que el apocalipsis está empezando y no pretende dejar que lo tome por sorpresa. Abandona su vida de oficina en la ciudad para unirse a un grupo de gente promedio que se interna por los ríos del Delta con la promesa de recibir la instrucción necesaria para protegerse y sobrevivir cuando la sociedad se desmorone. Allí los recibe un grupo de instructores en un complejo hotelero mucho mas cercano a un spa que a un campo de entrenamiento, pero las inicialmente amigables clases de camuflaje o botánica se vuelven cada vez mas serias a medida que el grupo se achica y van pasando los distintos niveles del curso. Inicialmente los veremos realizar toda clase de ejercicios y prácticas con un extraño sentido del humor que hace equilibrio en el borde del absurdo pero progresivamente ese humor desaparece para ser reemplazado por una crudeza claustrofóbica mientras las comodidades van desapareciendo y el pequeño grupo es llevado al extremo de la exigencia física y mental, empujándolos a los límites de la cordura para convertir a los pocos que lo resisten en un endurecido grupo de supervivientes. Parabellum aborda la temática ya vista en la mayoría de las historias post-apocalípticas, obligando a personas comunes a dejar atrás su civilidad para descubrir hasta donde estarán dispuestos a llegar para sobrevivir en un entorno hostil donde los recursos no alcanzan para todos. Sin embargo es la forma de contarlo lo que se sale de lo habitual, eliminando los diálogos prácticamente en su totalidad y dependiendo de la expresión corporal de los intérpretes para que podamos descifrar parte de lo que está sucediendo. Conclusión La narrativa entrecortada y la ausencia casi total de diálogos hacen que Parabellum no sea una película accesible y que deje afuera a quienes esperen una historia más que un concepto o una construcción de climas. Al mismo tiempo, es lo suficientemente breve como para que la intención no se desdibuje y se convierta en un recurso demasiado caprichoso.
Una segunda Madre (Que Horas Ela Volta?) dirigida y escrita por Anna Muylaert, recibió el Premio del Público en el Festival de Berlín y el Premio del Jurado en Sundance. Es un drama optimista que aborda el choque generacional que se produce cuando Val pide alojar temporalmente a su hija en la casa donde trabaja, después de años sin verse. Mejor ajena que propia Val se desvive por su trabajo y pasó muchos años en San Pablo atendiendo a un acaudalado matrimonio y su hijo adolescente, a quien crió desde niño. El padre de familia es un depresivo artista que perdió el interés por toda actividad y se dedica a vivir de su herencia mientras su esposa lleva una exitosa pero no muy lucrativa carrera de diseñadora. Tal como afirma su autora que es común para la clase alta brasilera, ambos dedican poco tiempo a su hijo Fabinho y ceden esa responsabilidad a Val, lo que resulta en un adolescente cariñoso pero un tanto consentido que la trata como una segunda madre. Aunque durante todos esos años demostró que no le falta habilidad ni voluntad de hacerse cargo de un niño, esa dedicación le impidió cumplir el mismo rol en la vida de su hija Jessica, generando una serie de tensiones y reproches mutuos que esperan agazapados la oportunidad de salir. Y la oportunidad llega cuando Jessica llama a su madre desde su ciudad de origen anunciándole que necesita pasar algunos días con ella en San Pablo para rendir el examen de ingreso a la universidad, a lo que Val accede con gran alegría pero sin aclararle que el alojamiento que le consigue es en la misma casa donde vive y trabaja. Allí es recibida cordialmente por la familia, pero cuando descubren que no tiene una personalidad sumisa como su madre tanto Fabinho como su madre comienzan a ver amenazado el lugar en la estructura familiar que venían sosteniendo, por lo que el acceso a algunas situaciones comienza a serle explícitamente vedado y Jessica descubre que la bienvenida no era tan sincera. Medio camino del héroe Aunque la relación con sus empleadores es superficialmente afectuosa, Val sabe los límites del lugar que ocupa y hasta cierto punto entiende que hay algo de falsedad en esa relación familiar en la que está inserta, aunque elija negarlo. Con su vida absolutamente dedicada al trabajo, es hija de una generación que considera normales las reglas tácitas de su servidumbre y las cumple estrictamente, sin replantearse los motivos ni soñar con un cambio. La llegada de Jessica revoluciona a la familia entera justamente porque rompe esas reglas que Val considera obvias, al principio por ignorarlas pero cuando mas tarde comienza a conocerlas, las rechaza abiertamente. Para la recién llegada resulta ridículo que un cómodo dormitorio de huéspedes permanezca vacío mientras su madre vive en una calurosa y pequeña habitación fuera de la casa, de la misma manera que le parece absurdo no aceptar los ofrecimientos e invitaciones que le hacen los dueños de casa. Su madre le insiste con que lo hacen por cortesía y que esperan que con la misma cortesía los rechace, pero Jessica es parte de una generación donde la clase trabajadora ganó derechos que le fueron negados por décadas y que ya no cree que deba aceptar ser tratada como ciudadanos de segunda, por lo que cuando descubre esa hipocresía en las relaciones decide que no quiere seguirles la corriente, sin tener en cuenta los disgustos que eso le produce a su madre. Val le enseña a su hija como es el mundo desde su experiencia, pero Jessica responde enseñándole que su mundo no es todo el mundo y que no está obligada a aceptar ser lo que se espera que sea. A pesar de la resistencia inicial, Val comienza a ver validez en algunos de los planteos de su hija, descubriendo que su vida no era tan ideal ni inmutable como ella creía y animándose a soñar con romper con la inercia del rumbo que llevaba. Conclusión Una Segunda Madre es discreta pero precisa, con todos los personajes fieles a si mismos y un guión bastante ágil que no cuenta nada que no sea necesario para abordar con seriedad pero sin solemnidad una historia compleja con la que muchos se podrán sentir identificados desde distintos ángulos porque genera reflexiones interesantes sobre el choque generacional y de clases, pero sobre todo sobre el hecho poco mencionado de que los hijos no están para aprender pasivamente de sus padres sino que también tienen la misión de cuestionarlos, enseñarles y ayudarlos a crecer.
El Bosque Siniestro (The Forest) es una historia de terror situada en un famoso bosque japonés elegido por los suicidas. Es el primer largometraje de Jason Zada, para protagonizarlo viajaron Natalie Dormer y Taylor Kinney, ambos más reconocidos por su imagen que por sus dotes interpretativos. Mar de Árboles Aokigahara, conocido como Mar de Árboles, es un bosque de 35 km2 ubicado en la base del Monte Fuji en Japón y está asociado históricamente con demonios de la mitología japonesa. Además de ser un sitio turístico es el segundo lugar preferido por los suicidas a nivel mundial, llegando a encontrarse un centenar de cadáveres por año y apareciendo en el Manual del Suicida como un sitio recomendado. En algún punto su reputación cruzó el océano y como ya ha sucedido antes en un mismo año se hicieron dos películas con su historia, ambos sin buena recepción. Dormer interpreta a las gemelas Sarah y Jess, pero por suerte dejaron morocha a Jess para que no nos confundamos. Jess es la hermana atormentada, la que no encuentra su camino y en el intento de encontrarlo se establece en Tokio. Sarah es la centrada, la que se hace cargo de los problemas de su hermana, la que ofrece una cena elegante para los jefes de su pareja. La Rubia. No es poco común que los gemelos afirmen tener una mutua conexión que les permite saber el ánimo del otro a distancia, por lo que cuando Sarah recibe noticias de que su hermana desapareció en el bosque y la presumen muerta, ella viaja inmediatamente para rastrearla convencida de que está viva aunque en peligro. Después de las obligadas muestras de “rarezas” japonesas en Tokio y una recurrente pesadilla con una carpa en un sótano para la que curiosamente no usaron la misma toma que en el trailer, la escéptica Sarah llega al infame bosque buscando un guía que acepte ayudarla pero nadie se muestra dispuesto a entrar al bosque con ella. Como es de esperarse esa ayuda vendrá de mano de otro occidental, un periodista que le ofrece compartir el guía a cambio de dejarle escribir sobre su historia. Pesadillas y alucinaciones Como explica el guía local antes de entrar, los yūrei no son tan diferentes a los fantasmas occidentales, pero siendo japoneses es de esperar que sean un poco mas sutiles. Los residentes de este bosque siniestro son estrictamente etéreos y no pueden dañar a los vivos físicamente, por lo que utilizan el engaño, la tortura psicológica y la locura para presionarlos a autoinflirgirse daño y quedar atrapados con ellos. La premisa es interesante y construye una mitología medianamente coherente, pero toda esa fuerza se siente diluida por la necesidad de causar sobresaltos en vez de profundizar los motivos y mecanismos que tiene el bosque para atrapar a determinadas personas que se sienten atraídos a su interior. Tenemos alguna idea de quienes son más vulnerables a su influencia, de por qué las gemelas son parte de ese grupo y de por qué no es un capricho ese vínculo ente ambas, pero aunque tampoco es necesario saber cada detalle, todo se queda en una insinuación tibia. Porque aunque por momentos intenta ser una película climática que genere nerviosismo y miedo con las sutilezas de lo que implica la situación más que por lo que se muestra explicitamente, siempre termina cayendo en el impacto burdo que arruina el clima creado momentos antes. Los aciertos del guión no alcanzan a tener contundencia y las actuaciones acartonadas tampoco ayudan a que se lo tome demasiado en serio, por lo que resulta un poco mas rescatable es el tratamiento visual que recibe el bosque, el gran personaje de la historia que durante el día tiene una misteriosa e inquietante belleza y por el que la cámara se mueve fluidamente entre los árboles acompañando la búsqueda de la hermana perdida. Conclusión Luces parpadeantes ………………………. CHECK Susurros inaudibles………………………… CHECK Gente apareciendo de golpe……………… CHECK Personaje que advierte del peligro……….. CHECK Eye-Candy que lo ignora………………….. CHECK Agregar “Siniestro” o similar para que el público entienda que es una de terror …. CHECK Juntar todo en una historia interesante……. FAIL A pesar de tener una premisa potencialmente interesante y algunas ideas capaces de diferenciarla del promedio, El Bosque Siniestro es una película de manual pobremente resuelta que pretende explotar el estilo japonés sin atreverse a abandonar los lugares comunes de Hollywood, quedándose a mitad de camino de ambos. Seguramente escrita y dirigida por alguien que realmente entienda la mitología que representa y la cultura que la generó, hubiera resultado en un producto mucho mas interesante.
Brookyln es un drama romántico que muestra la nostalgia del inmigrante lejos de su tierra y las dificultades del sostener la decisión de un cambio de vida lejos de lo que se esperaba de nosotros. El hogar es el hogar John Crowley dirige la adaptación del libro de Colm Tóibín situado a principios de la década del cincuenta en la que una joven inmigrante irlandesa (Saoirse Ronan), atraída por la promesa de un futuro mejor en los Estados Unidos abandona la comodidad de su casa materna para mudarse a Nueva York, donde la espera un trabajo de vendedora y la posibilidad de estudiar para convertirse en contadora. Rodeada de irlandeses pero alejada de su familia, la nostalgia es una carga demasiado pesada y flaquea su voluntad de quedarse hasta que conoce a un joven italiano que la ayuda a realmente construirse una vida propia en su nuevo hogar. Sin embargo cuando una tragedia la obliga a regresar temporalmente a Irlanda, todo parece diferente que antes de irse. El pueblo que no tenía nada para ofrecerle, le brinda ahora la oportunidad de tener un futuro y tanto su madre como el resto de su entorno conspira para lograr que se quede y la pone en la difícil situación de tener que elegir entre dos vidas que desea intensamente. Aunque algunas situaciones no están del todo pulidas, la nostalgia es creíble y se transmite al público aunque sea algo tan difícil de imaginar para alguien que no le ha tocado vivirla en primera persona. No es una historia que busque sorprender sino emocionar, lo que hace que su simpleza y previsibilidad sea un poco perdonable porque aunque algunas cosas no cierran del todo está decentemente relatada y logra transmitir algunas de las fuertes emociones que padece la protagonista. Saoirse Ronan se luce con varias escenas muy dramáticas donde en soledad debe expresar sólo con gestos lo que no puede decir con palabras, dejando que sean sus compañeros los que aporten la dosis de humor que haga soportable tantas lágrimas. En ese aspecto destacan sus compañeras de pensión y la madura dueña de casa, capaz de replicar con mucha ironía las burlas de sus inquilinas menos cordiales sin que se le mueva un músculo de la cara. Tampoco se mueven mucho los gestos de su enamorado, aunque en ese caso no es algo para elogiar. El papel de Emory Cohen es muy bidimensional y empalaga ver como la persigue cual perro faldero sin decir ni hacer demasiado, lo que no ayuda a compenetrarse con el sufrimiento de Ellis cuando se siente tironeada entre Irlanda y Brookyln. Con una historia tan limitada, es necesario recurrir a lo visual para lograr potenciar la idea que pretende transmitir cada escena y en ese aspecto Brookyln resulta un poco mas interesante y llevadera. Retrata bellamente algunos paisajes urbanos de Nueva York así como los semi rurales de Irlanda, con una construcción de época muy verosímil y cuidada. Desde el mismo trailer se notan pequeñas sutilezas como vestir a la protagonista con un tapado verde en medio de una multitud ocre, repitiendo el código con la hermana que la despide desde el muelle para destacar sus individualidades. Detalles como estos hacen que pierda un poco en realismo, pero gana en poética y es un intercambio más que favorable. Conclusion Brooklyn es una película de género y difícilmente alguien la vea confundiéndola con otra cosa. Quien disfrute de una historia sentimental y romántica en un sentido un poco anticuado del término, volverá a verla cuando la pasen un domingo a la tarde por la TV y no prestará atención a algunos diálogos forzados y situaciones apresuradas. Sin embargo, sería un error simplificarla como sólo una historia romántica porque toca otros temas incluso mas fuertes, como el romper con el mandato familiar o los miedos de enfrentar proyectos deseados pero abrumadores.
Mi gran Noche es la nueva película de Alex de la Iglesia (Crimen Ferpecto, Las Brujas) en la que fiel a su estilo , despliega un catálogo de personajes absurdos y humor ácido durante la grabación del show televisivo de año nuevo. La fiesta interminable Aún faltan meses para fin de año pero el canal de televisión ya lleva semana y media grabando el programa especial de noche vieja, demorado por una importante secuencia de errores, accidentes y problemas. Mientras afuera quinientos empleados despedidos asedian el canal y se enfrentan con la policía dificultando que nadie más pueda entrar o salir del estudio, adentro se preparan para grabar los espectáculos de los artistas invitados. Cuando una grúa aplasta a uno de los extras y nadie quiere ocupar su lugar porque creen que hay un mufa en la mesa, la producción debe traer un reemplazo desde afuera que desconozca la situación, dando pie a la entrada de José. Su ingreso desprevenido será la forma de meternos en la dinámica del grupo de alienados extras que llevan muchos días fingiendo festejar año nuevo en continuado, mientras que detrás de cámara la pareja de conductores se destripa mutuamente por el protagonismo, un icono adolescente de pocas luces es chantajeado y un cantante de cuarenta años de trayectoria maltrata cruelmente a cualquier persona que se le acerque. Los primeros minutos son frenéticos y presentan los rasgos generales del coro de personajes ridículos cuyos problemas serán los protagonistas de la película, porque Mi Gran Noche no tiene un eje claro ni una historia principal que resolver, sino mas bien una aglomeración de situaciones que suceden en el mismo sitio al mismo tiempo. Pocas de esas historias interactúan entre sí, pero entre todas se las ingenian para mostrar el contraste entre la crisis económica que sufre la gente común y las disputas banales de los grandes egos del espectáculo que están aislados en su burbuja y sólo se preocupan por quedar mejor parados ante las cámaras aunque eso implique pisotear a un colega. José a través del espejo Justamente por esa estructura coral, se vuelve fundamental la interpretación de los personajes para que las situaciones se vuelvan creíbles mas allá de que nada las sostenga en una misma línea. En esa función se destaca la autoparodia que hace Raphael como lo más cercano a un villano que tiene la película, acechado por un desequilibrado admirador que planea matarlo en el escenario. Un poco menos logrado está su joven competidor, un ingenuo icono adolescente que recuerda a varios pesonajes reales y que debe ser rescatado continuamente de distintos escándalos sexuales por su diminuto manager, un personaje que podría ser bastante gracioso si no intentara tan fallidamente hacerse pasar por argentino. Aunque en el trailer parece tener una participación mas importante, el jefe interpretado por Santiago Segura hace apariciones esporádicas, principalmente lidiando con los representantes de los artistas y una directora de cámara de fuerte carácter. Al meterse en un mundo extraño que es la normalidad para el resto de los presentes que ya llevan varios días enloqueciendo lentamente, José se convierte un poco en la mirada del espectador y es quien nos recuerda lo absurdo de las situaciones que ocurren a su alrededor aunque más de una vez prefiera no tener que pensar demasiado en eso porque necesita del trabajo, a diferencia de sus compañeros el mundo exterior con sus problemas reales, sigue aún muy cercano para él. Cada personaje y cada pequeña historia sumadas en conjunto construyen una parodia del mundo del espectáculo, principalmente de los enormes egos que lo habitan y crean una especie de mundo paralelo alejado de lo que sucede en la calle. La violencia exterior contrasta con el clima de falso festejo que se vive adentro, generando una situación de encierro que en un segundo de distracción puede recordar a una película de zombies. Conclusión Mi Gran Noche está un escalón por debajo de otras películas del director en la que los chistes eran parte de una historia relativamente coherente, pero su caos no le impide ser cómica de todas formas ni que deslice algunas críticas sociales a fuerza de gags continuados, como suele ser también su estilo. Puede parecer menos violenta o sórdida que otras de sus producciones y en parte es así, pero a la vez también se trata de personajes mas acostumbrados a disimular su peor costado hacia el público, necesitando entonces prestar atención a los detalles para ver sus reales intenciones.