Rápida y mortal El prolífico y próximo a retirarse (aunque sigue sumando proyectos a más no poder) Steven Soderbergh vuelve a las carteleras nacionales con La Traición, un thriller de acción que posee un gran reparto para contener y dar brillo a la conocida luchadora de kickboxing y también de artes marciales mixtas Gina Carano, destacando que este film representa su primer protagónico en la gran pantalla. Mallory Kane es una especie de mercenaria que trabaja para una compañía que se dedica a realizar el trabajo sucio que el gobierno de los Estados Unidos y algunas empresas privadas no quieren hacer. Luego de un trabajo en Barcelona, Kane viaja a Dublin para cumplir un nuevo contrato siendo allí donde descubre que alguien la ha traicionado y que la única forma de limpiar su nombre es volviendo a su país y vengarse de quienes quisieron asesinarla. Lejos de la indiferencia y la frialdad de Contagio, Soderbergh impone con una vertiginosa narración una declaración de amor hacía la protagonista de este film. Al igual que con The Girlfriend Experience, donde hizo debutar en el cine comercial a la hermosa actriz porno Sasha Grey, Soderbergh plantea un universo sencillo que haga las mejores aptitudes de su inérprete otorgando bastante vigor y contención a su "figura invitada". Carano es la estrella absoluta de la obra y es ella realmente la encargada de mandar en el contexto que impone la película, porque a pesar de recibir órdenes de distintas personas en varias ocasiones es la bella protagonista la encargada de poner las situaciones en su lugar por medio de sus justicieros puños y vengativas patadas, algo que queda totalmente demostrado al comienzo de la cinta cuando le parte la cara a Tatum en su encuentro. Varios virtuosos planos secuencias, una deliciosa y poco invasiva musicalización, giros narrativos muy bien llevados, numerosos flashbacks y excelentes coreografías con un aura estética de video clip, son algunos de los recursos que utiliza el experimentado realizador de La Gran Estafa para darle un salto de calidad muy importante a este thriller de acción que a priori solo presentaba como detalle interesante el debut como protagonista de una gran luchadora de artes marciales. Por otra parte Soderbergh sigue conformando elencos plagados de figuras y La Traición con las participaciones secundarias de Michael Fassbender, Channing Tatum, Michael Douglas, Antonio Banderas o Ewan McGregor no es la excepción. Todos estos intérpretes se encuentran al servicio de la luchadora para contenerla y acompañarla para hacer más sencillo su desempeño en la película y aunque si bien Carano no realiza una labor donde se despilfarre expresividad logra imponer una atrapante pasión, algo de carisma y sensualidad, una escultural belleza y obviamente que también una espectacular capacidad física a una promisoria actuación que seguramente será el puñetazo inicial para una larga carrera en el cine de acción, que ya la tiene contratada para la sexta entrega de Rápidos y Furiosos y rumoreada para participar en The Expendables 3. La cuidada labor de Gina Carano y los grandes recursos narrativos y estéticos implementados por Steven Soderbergh son algunos de los elementos que convierten a La Traición en una película de acción que supera ampliamente la media de las producciones que han llegado a nuestras carteleras dentro de ese rubro.
Una derrota ajustada Diego Peretti vuelve a nuestras carteleras con Fuera de Juego luego de un puñado de buenas comedias como Música en Espera y No sos vos, soy Yo o principalmente esa última gran comedia del cine mainstream nacional llamada Tiempo de Valientes, donde este actor hacía pareja con Luis Luque. Esta coproducción entre España y Argentina nos cuenta cómo un joven y talentoso futbolista argentino (Chino Darín) tiene una oferta para fichar para el Real Madrid justo cuando su representante sufre un doble infarto. Allí entra en acción Diego (Diego Peretti), un médico y frustrado futbolista, para hacerse pasar por un experto manager que ubicará con el mejor contrato a la juvenil promesa nacional. Llegados a España se toparán con Javier (Carlos Tejero), un representante español que también tiene el poder para representar al muchacho. Juntos Diego y Javier trabajarán un poco en conjunto y también por separado con varias mentiras de por medio para intentar cerrar el acuerdo que salve sus mediocres vidas. Como dice uno de los tantos mandamientos futbolísticos, el hecho de poner más delanteros en cancha no equivale a ganar y mucho menos a ganar por más goles. De alguna manera también se podría aplicar una premisa similar en el cine afirmando que a más cuestiones o subtramas a desarrollar a priori no quiere decir que el resultado de la película termine siendo bueno. Es que en Fuera de Juego hay varios nobles escenarios a desplegar que resultan interesantes. Uno podría ser el choque de culturas entre un porteño y un español, con las similitudes y diferencias que eso conlleva. Otro también es el aprovechamiento de la inexperiencia de ambos protagonistas en las grandes ligas donde quieren entrometerse. Sin dudas son esas dos premisas donde la película explota sus mayores virtudes que generalmente son conseguidas por la dupla cómica y con gran química entre Diego Peretti y Carlos Tejera. En cambio las subtramas románticas y los giros en el relato son los que quedan más a la deriva por la poca fluidez narrativa y las incursiones interpretativas de los actores secundarios. Es que los giros en la historia no aportan nada y hasta incluso restan porque se ven venir de muy lejos y resultan totalmente previsibles y aburridos. Mientras que en los roles secundarios encontramos a Carolina Peleretti que lleva adelante una labor carente de total expresión, mientras que Ricardo "Chino" Darín (hijo del popular actor argentino) intenta dar sus primeros pasos en la gran pantalla con una interpretación que tampoco lo deja volar demasiado. Los cameos de Martín Palermo e Iker Casillas, las breves pero interesantes participaciones de Ricardo Darín y los buenos goles de la delantera Peretti-Tejero no pudieron salvar a Fuera de Juego del fracaso, aunque al menos consiguieron una derrota ajustada.
Viajando en el tiempo El trío conformado por Barry Sonnenfeld, Will Smith y Tommy Lee Jones se calzó el traje negro luego de 15 años para combatir una invasión extraterrestre, que solo podrá ser evitada si el Agente J (Smith) viaja al pasado para salvar la vida del Agente K (Lee Jones) y extermina a un peligroso alienígena que busca evitar por medio de un viaje en el tiempo ser encarcelado. El comienzo dubitativo de esta tercera parte hacía temer lo peor. Con una torpe y brusca narración, con momentos de humor totalmente desnaturalizados y faltos de gracia (como la escena de Emma Thomson imitando la inolvidable secuencia protagonizada por Steve Carell en Todopoderoso, pero con un resultado que roza el patetismo), con secuencias de acción totalmente impostadas y mal llamadas, estos primeros minutos posicionaban a Hombres de Negro 3 con grandes chances de ocupar el podio a la peor película del año. Pasados esos olvidables momentos Hombres de Negro 3 comienza su repuntada con el viaje al pasado a cargo de Will Smith. Allí es como si empezara otra película donde el humor fluye enérgicamente con incluso algunas ácidas críticas hacía varios destinatarios que realzan el valor de la producción. Es que la saga Hombres de Negro (que de alguna manera volvió sin que nadie la necesitara/llamara luego de una segunda parte bastante irregular) necesitaba una renovación o algo que apartara la sensación de que ya no quedaba nada nuevo por contar dentro de esta franquicia, pero la curiosidad de la película es que esa especie de innovación se da yendo al pasado, un argumento de lo menos innovador y complejo de implementar con buenos resultados, y cambiando el rostro a uno de sus principales protagonistas. Cuando J viaja al pasado se encuentra con un nuevo K que es llevado adelante por Josh Brolin. Es justamente ese personaje el encargado de darle frescura a la saga con un K más flexible y demostrativo, y también se forma una gran química con Smith (que de nuevo demuestra que es una gran opción como comediante con otra buena performance), pero siempre logrando respetar la esencia que Tommy Lee Jones le imprimió en las anteriores entregas. De alguna manera es atrayente y a la vez interesante como la tercera parte funciona con medidas que a simple vista parecen cambiar todo, pero que a la vez no cambian demasiado los atributos que la primera parte supo demostrar en el pasado. Incluso guarda para el final una sorpresa que funciona por completo, y que tranquilamente si no hubiera sido llevada y contada con determinación, pulso y sutileza podría haber llevado a la película al fracaso absoluto. Sus buenos momentos de humor, su conciente parentesco con esa obra maestra del cine como Volver al Futuro y su bien llevada renovación son algunos de los puntos que posee Hombres de Negro 3 para ser un buen retorno a nuestra pantalla que de no ser por su errático comienzo se hubiera convertido en una de las mejores propuestas de este año.
Misión conocida Michael Brandt, guionista de la excelente 3:10 to Yuma y Se Busca, debuta como director con este irregular thriller llamado Misión Secreta que nos contará como dos agentes (uno perteneciente al FBI y otro a la CIA) deben encontrar a un peligroso y experto asesino llamado Cassius que trabaja para Rusia llevando desaparecido varios años y que ahora ha vuelto para asesinar unos nuevos objetivos. Misión Secreta comienza alertando nuevamente sobre la peligrosidad de los rusos por sobre los Estados Unidos, gracias a los agentes infiltrados que poseen en sus fuerzas de seguridad. Desde este absoluto inverosímil parte Brandt para mostrarnos unos 100 minutos cargados de clises (nuevamente los americanos son hombres de familia y los rusos maquinas musculosas y solitarias), actuaciones carentes de matices y demostraciones y giros narrativos totalmente impostados para crear tensión. Es que en Misión Secreta nada fluye con naturalidad o soltura, todo parece puesto ahí para generar determinadas sensaciones y lamentablemente esto se nota demasiado. Por otra parte su realizador recurre a varios flashbacks que son invocados torpemente y su guion es un cumulo de sobre explicaciones y subrayados que terminan por completar un adormecedor y aburrido combo. Si se podría admitir que sobre los minutos finales el film guarda un giro narrativo que funciona a nivel sorpresivo, pero que en definitiva no llega a salvar al film. Incluso hasta existe una especie de culpa en el relato que resulta llamativa, que se demuestra al darle un contexto de venganza para matizar su frialdad y crueldad que existe en Cassius. Lamentablemente Brandt no tuvo las agallas de poner a un "villano" oscuro y punto, algo que sin dudas hubiera sido mucho más interesante para visionar y analizar. Richard Gere y Topher Grace encabezan el reparto de Misión Secreta con dos actuaciones bien distintas pero con el mismo mal resultado. El querido Gere sigue explotando sus ojos de labrador triste en los momentos de "nobles" de la trama que si bien se encuentran bastante gastados por momentos funcionan, pero el problema principal surge cuando debe aportar oscuridad a su Paul Shepherdson siendo allí donde no presenta ningún rasgo creíble, natural o palpable. En cambio Grace lleva adelante una interpretación totalmente exagerada y por momentos hasta insoportable. Sus momentos de calma no aportan nada y los de crisis se encuentran muy forzados en su desarrollo y concreción. Misión Secreta llega a nuestras carteleras para aportar solamente un descuidado thriller cargado de aburridas, repetidas y principalmente conocidas convencionalidades.
Una fiesta en altamar Luego de una agresiva campaña promocional llegó Battleship: Batalla Naval, la película inspirada en el clásico juego homónimo que consta en hundir los barcos o lo que sea que haya en la cuadricula de tu contrincante. Alex Hopper es un teniente de la marina que tiene algunos problemas de actitud y que desea casarse con la hija del Almirante Shane, el cual no lo quiere ni un poquito. En plenos ejercicios de práctica ubicados en el medio del Pacífico, esta flota integrada por algunos buques descubre a unos poco amigables extraterrestres que dentro de un campo de fuerza (que restringe la posibilidad de solicitar refuerzos de ninguna especie y calibre) desatan una batalla sin cuartel que será terminada cuando solo un barco quede a flote. Peter Berg (en lo que sin dudas representa su mejor película) vuelve al ruedo luego de la mediocre Hancock para ponerse al frente de una película que a priori era una pavada gigante y que luego de su visionado es... Una pavada gigante, pero tan entretenida, tan celebratoria y autoconsciente de su pavadez que termina siendo una GRAN sorpresa. ¿Cómo puedo explicar esto? A ver, Battleship: Batalla Naval presenta todos los estereotipos y clises de las películas pertenecientes a ese género denominado "los yankees siempre salvan al mundo contra los extraterrestres porque son los más patrióticos, los más aplicados y los más grosos". Desde el soldado con problemas de actitud que busca la redención, el heroico soldado retirado que indaga pero no encuentra nuevamente una razón para seguir adelante, la rubia debilidad (en este caso tiene dos buenas debilidades en un solo cuerpo) que espera a la vuelta, toda la solemnidad del mundo, los nerds que tienen miedo pero que finalmente se arman de agallas para participar en la salvación del planeta y un gigantesco etcétera son algunos de los puntos en común que presenta este film con otros dentro de ese rubro. Pero hay grandes matices en Battleship: Batalla Naval que la hacen un ejercicio totalmente adrede y exagerado (su parentesco en esa autocelebración con 2012, de Roland Emmerich, es notable) en esos clises, que termina siendo un producto que da la vuelta para llenar de acaramelados, grasientos y ricos pochoclos nuestra cinéfila panza. Un claro ejemplo de la amplificación de las obviedades que posee esta película es la ridícula pelea del soldado lisiado contra uno de los tantos aliens que invaden Hawai, donde hay una estupenda explotación por medio de varios planos de las pìernas ortopédicas del personaje de Gregory D. Gadson que de alguna manera comparan/enaltecen la armadura del extraterrestre contra la "metálica indumentaria" que posee el teniente retirado Mick Canales en sus piernas. Existe por último una muestra más (siendo sin dudas la más ejemplificadora de la idea que quiero transmitir) promediando las tres cuartas partes de la cinta que no quiero contar para no arruinar la sorpresa, pero les anticipo que si desean subirse a bordo, el film se convierte en una fiesta donde Ac Dc y su Thunderstruck aporta todo su infernal y potente sonido. Es como si en ese momento Battleship: Batalla Naval estacionara en un puerto y el capitán comentara a todos el nuevo y festivo destino; si ahí decidís subirte vas a pasar una gran celebración totalmente autoconsciente frente a la pantalla de cine, pero si te bajas y te quedas en el aburrido puerto vas a presenciar uno de los productos más embolantes y solemnes de tu vida. Incluso en las pocas secuencias que el juego creado a comienzos de los años '30 irrumpe de la mano de los guionistas que tuvieron un momento de lucidez y desarrollaron una idea para introducir los elementos clásicos del juego en la trama demuestran que en serio se tomaron esta supuesta adaptación. Tal es el punto, que la adaptación del Batalla Naval (donde supuestamente dos flotas de barcos se enfrentan) es una humorada tremenda que queda demostrado en que los "buques" extraterrestres no navegan en el océano, sino que chapotean en el agua. Para otra crítica o texto (no quiero extenderme más) quedarán sus parentescos con la saga Transformers (el parecido de las naves y los efectos de sonido son llamativamente similares), sus buenas actuaciones con el poco interesante debut de la cantante Rihanna, su banda sonora a puro y potente rockandrollnenenenene y sus grandilocuentes efectos especiales CGI, pero no quería despedirme sin aceptar a Battleship: Batalla Naval como una de las gratas y grandes sorpresas de este año.
La buena suerte está echada Zac Efron es un marine de guerra a quien la suerte le pone en su camino la fotografía de una hermosa muchacha que le sirve como una especie de amuleto para regresar a su casa de Irak. De regreso en su país, Logan Thibault (así se llama el personaje interpretado por Efron) se propone encontrar a la protagonista de esa foto para agradecerle que le haya salvado la vida. Allí comienza una historia que es mejor mirarla, vivirla y sentirla que leerla de un texto. Cuando te Encuentre está basada en una novela de Nicholas Sparks (el cual ya ha tenido varias adaptaciones como Diarios de una Pasión, Querido John o La Última Canción) y como hemos visto en varias de las películas que se basan en los escritos de Sparks la suerte juega un papel fundamental en sus historias. Bueno, en realidad, se podría decir que en la mayoría de los films románticos la suerte y el destino juegan un valor sobresaliente que dependiendo de la sensibilidad de cada uno puede resultar excesivo, pero de alguna manera ese exceso ayuda en muchas ocasiones a generar el ambiente épico que necesitan esos "romances de película" que tanto le gusta contar a Hollywood. Cuando te Encuentre posee varios defectos, entre los cuáles encontramos su abrumadora solemnidad, su poca originalidad y su previsibilidad, su falta de matices en la personalidad de los personajes principales o los momentos heroícos panfletarios hacía el ejército yankee. Pero más allá de estos defectos, y esto es lo que más amo del cine mainstream de Hollywood, la historia llega a sentirse, a vivirse e incluso a desear que por fin se concrete ese increíble y destinado "romance de novela". O sea, lo que quiero expresar es que el cine norteamericano a pesar de sus conspiradores excesos en búsqueda de conseguir ese ambiente increíble y épico (que cualquiera que vaya a ver, ya sea por gusto propio o ajeno, este tipo de películas debe conocer) logra generar en muchas ocasiones productos muy efectivos en su cometido. Si una película romántica no conmueve, no crea suspiros, no inventa momentos grandiosos e inolvidables, es un fracaso y realmente Cuando te Encuentre si bien no logra concretar al 100% esas premisas (si no estaríamos hablando de una obra maestra) si llega en parte a crearte y contagiarte una historia de amor. Nada más y nada menos. Zac Efron sigue en carrera hacía convertirse en un muy buen actor y aquí consigue una interpretación que arrancará varios suspiros a la platea femenina. Por otra parte tenemos a la linda Taylor Schilling que se encargará de acompañar a Efron de manera eficiente y con buena química entre ambos. La buena suerte está echada y Cuando te Encuentre representa una efectiva opción para los amantes de los "romances de película".
Un súper equipo ¿Quién no soñó alguna vez de niño (y de grande también, seamos buenos entre nosotros) con ver a sus superhéroes peleando codo a codo, escudo a escudo y rayo a rayo para salvar la humanidad todos juntos en una película, ya sea de la mano de Dc Comics con Justice League of America o de Marvel con The Avengers? Bueno, Los Vengadores vendría a ser la película encargada de cumplir ese sueño con creces. Y hay que admitir que no la tenía fácil ya que estar a la altura de semejante sueño era complejo, pero gracias a su espectacularidad, su humor y principalmente su aprovechamiento de los personajes se puede afirmar tranquilamente que Los Vengadores es una de las mejores películas sobre superhéroes que se ha hecho jamás. Loki ha juntado demasiado poderío, gracias al ayudín de un ejército alienígena y a un cubo de energía proveniente de Asgard que se encontraba en investigación en la Tierra, y debe ser parado para evitar la destrucción de toda la humanidad. Esto solo será posible si Iron Man, Hulk, Thor, Capitán América, Hawkeye y Black Widow, trabajan juntos y luchan contra una invasión de extraterrestres comandada por el resentido y malvado hermano del mencionado dios del trueno. Los Vengadores es una gran película. Tiene todo lo necesario para ser recordada por años entre sus fanáticos y entre aquellos que vayan a buscar al cine puro entretenimiento del bueno. A lo largo de sus más de dos horas, que en ningún pasaje se hacen pesadas, encontraremos secuencias de peleas calibradas con excelencia y vértigo, escenas de acción plagadas de espectaculares y hermosas explosiones y grandes momentos de humor que descargan y aligeran su solemnidad. Pero especialmente lo que hace grande a esta película es la gran explotación que realiza Joss Whedon (muy buena labor de este "silencioso" realizador) de la "psicología" de los personajes y sus diferencias para desatar los conflictos entre las personalidades (y principalmente sus egos) de estos consagrados superhéroes. Es allí y en el párrafo siguiente donde radican las principales fortalezas de Los Vengadores. Chris Evans, Chris Hemsworth, Jeremy Renner, Mark Ruffalo, Samuel L. Jackson y el malvado Tom Hiddleston, además de los secundarios Cobie Smulders, Clark Gregg, Gwyneth Paltrow y Stellan Skarsgård, componen diez jugadores de este equipo de ensueño que ejecutan su rol en la cinta y se complementan a la perfección. Aunque como en todo súper equipo, siempre hay un fuera de serie, un crack, un Messi, un Riquelme, el encargado de darle ese toque de calidad a la jugada; y aquí ese importante papel lo juega el inmenso Robert Downey Jr. sin ningún tipo de duda. Cada aparición de Downey Jr. como Iron Man o Tony Stark levanta los ánimos por los cielos y termina con su carismático sello todas las buenas intenciones de la película, y además es el encargado casi exclusivo de marcar los tiempos humorísticos de la cinta. Es decir, si no contara con el actor de Chaplin, Los Vengadores sería una buena película pero con Downey Jr. sumado a lo expuesto más arriba estamos en presencia de una gran cinta de superhéroes que saciará por completo nuestras ansias de acción en la gran pantalla hasta que llegue la esperada Batman: El Caballero de la Noche Asciende. Los Vengadores llega a nuestras carteleras para cumplir nuestro sueño con creces y darnos una película fuera de serie que exprime a más no poder las virtudes de un súper equipo.
Caperucita caza secuestradores Amanda Seyfried, luego de protagonizar La Chica de la Capa Roja y El Precio del Mañana, vuelve a nuestras carteleras con un thriller que no termina de explotar el potencial que presenta su historia. Jill es una joven que al sufrir la desaparición de su hermana, y ante la falta de ayuda de la policía por su inestable pasado, decide ella misma emprender la búsqueda debido a que según su propia experiencia solo tiene 12 horas para encontrarla viva. Los thrillers delimitados con una determinada unidad temporaria, siempre utilizan ese límite para agregar más tensión y vértigo a la narración. Además 12 Horas cuenta con una subtrama psicológica. Ambas premisas no son explotadas dentro de su historia por completo debido a las falencias narrativas de su director y también por el poco desarrollo en los personajes secundarios. El realizador brasileño Heitor Dhalia no consigue desenmarañar este thriller con soltura, suspenso y una pequeña dosis de originalidad, cayendo en todos los lugares comunes habidos y por haber dentro de este género, dejando sin lugar a alguna sorpresa en su poco creíble, predecible y aburrido relato. Relato, que a priori, contaba con elementos para finalizar en un resultado bastante más redondo. Hay algunas tomas aéreas y generales de la ciudad de Portland y en particular del bosque Forrest en la puesta en escena por parte de Dhalia y su director de fotografía Michael Grady que son utilizados de manera eficaz para poner en situación y contexto el desarrollo de la película. Quizás en su repetición termine pareciendo forzado, pero se valora la intención. Amanda Seyfried, que más allá de algunos bodrios que ha protagonizado representa a una de las mejores actrices que dio su generación, se banca bien el rol de joven atormentada y quizás representa el punto más alto de esta anodina y mediocre cinta. Si 12 Horas en parte funciona, es por la garra y el corazón que le pone la actriz de encandilantes ojos saltones a su personaje. Ojalá en sus próximos proyectos encontremos a la bella Amanda un poco más acompañada que en esta mediocre película llamada 12 Horas.
El sinsabor del reencuentro A más de una década de la salida de la primera y a 9 años de la última entrega de la saga American Pie con el elenco original, llega American Pie: El Reencuentro que intentará mostrarnos cómo han sido las vidas de los protagonistas de las ediciones pasadas tras varios años de haberse egresado de su escuela. Jim, Oz, Finch, Kevin y Stifler están de regreso en East Great Falls para celebrar un nuevo aniversario de su salida de la secundaria. Sus vidas no son las mismas, ya que Jim se ha casado con Michelle y ahora tiene un hijo, Oz es un exitoso conductor de un programa deportivo, Finch es un trotamundos, Kevin convive felizmente con su novia y Stifler no ha cambiado demasiado, sigue siendo el mismo solo que ahora trabaja como una especie de cadete en una importante empresa. Si bien sus vidas parecen idílicas, la felicidad completa no representa un concepto aplicable a sus actualidades que no se parecen demasiado a lo que ellos desearon al salir egresados del colegio. Si bien posee un puñado de chistes bien logrados, American Pie: El Reencuentro carece por completo de algo de frescura que renueve el humor sexual adolescente que supo mostrar en el pasado la franquicia. Todo gira alrededor del sexo (ya sea la falta/sobra/insatisfacción de él) en esta cuarta parte, como si el único problema que tuviera este grupo de amigos a lo largo de la historia fuera solo ese. O sea no hay ni la más mínima evolución dentro de la estructura de los personajes, solo hay repeticiones de fórmulas y algunas medidas efectistas que aparentan ser un progreso en sus vidas como puede ser el casamiento, ser padre, ser exitoso o conseguir trabajo, pero que en el fondo terminan demostrando que los personajes siguen siendo los mismos hundiendo el resultado de la cinta. Si bien se puede hacer una cinta basándose únicamente en ese tono cómico, hay que tener en cuenta que hacer 4 películas no es igual y desgraciadamente aquí le termina jugando bastante en contra. Incluso si dejáramos de lado ese "pequeño detalle" la cinta tampoco explota al máximo el citado humor sexual y escatológico, más allá de algunos momentos que rememoran a los mejores momentos (que no son pocos) que supo presentar la saga en el pasado. Jason Biggs, Alyson Hannigan, Chris Klein, Thomas Ian Nicholas, Tara Reid y Seann William Scott vuelven a ponerse el traje que tan bien les quedó en el pasado logrando salvar al film del aburrimiento absoluto. American Pie: El Reencuentro prometía ser una reunión cómica que devolviera a las carteleras el espíritu que supo cosechar esta saga de culto en el pasado, aunque lamentablemente terminó siendo simplemente el sinsabor del reencuentro.
Dos extraños son los que se miran La vuelta de Diego Torres a la gran pantalla no fue de la mejor manera, Extraños en la Noche parte de una atrayente propuesta para culminar en un cúmulo de buenas intenciones que se ven opacadas por el mediocre guión y algunas actuaciones que no dan la talla. Martín y Sol son una joven pareja de músicos que, a pesar de tener talento, reman todos los meses con distintas presentaciones para lograr pagar el alquiler. Un día como cualquier otro escuchan unos extraños ruidos en el departamento de arriba, generando en ellos un convencimiento de que allí arriba ocurrió el asesinato de su vecino. Así ambos comenzarán a investigar el confuso episodio, mientras su relación como pareja empieza a agrietarse. No vamos a discutir desde este lugar el talento de Diego Torres como cantante, pero si podemos analizar tranquilamente que no es un gran actor de cine. Tampoco es malísimo, pero en el rol que le fue impuesto para este film no deja sacar ese costado canchero y carismático que tiene el autor de Color Esperanza. Su versión de antihéroe es poco creíble, demasiado contenida y forzada. En realidad Extraños en la Noche presenta varias secuencias que a priori pueden ser graciosas, pero que son traídas a la trama por un brusco, forzado y poco fluido guión. Por decantación es de esperar que la mayoría de los momentos en la labor de Torres, por no tener la experiencia en el rubro que si posee el resto del elenco, no tengan el ritmo y el punch necesario que debe tener una comedia, más allá de presentar una buena química con su pareja protagónica. Por otra parte Extraños en la Noche no logra desarrollar del todo ni la trama romántica, ni el supuesto crimen. Es más, promediando la segunda mitad de la cinta hay una leve y esperable inclinación hacía la relación de los protagonistas y es allí donde el film despliega sus mejores momentos, ya sean dramáticos, románticos o cómicos. Aunque lamentablemente luego vuelve a ser llamada "la investigación", generando una insalvable desconexión hasta el final de su metraje. Para ir cerrando hay que mencionar que los apartados técnicos de Extraños en la Noche son llevados delante con gran factura y también sería injusto dejar de destacar las actuaciones de Julieta Zylberberg y Fabián Vena que son los encargados de levantar la obra con cada aparición.