Luego de dirigir dos excelentes comedias como Supercool y Adventureland - Un Verano Memorable, Greg Mottola ha vuelto a las andanzas con Paul para contarnos la historia de dos amigos que de paseo por los Estados Unidos se encuentran con un alien llamado Paul, al cual deberán salvar de unos agentes que quieren atraparlo para experimentar con su cuerpo. Paul vendría a ser la primera excursión juntos de Nick Frost y Simon Pegg fuera de Inglaterra y también la primera película en la que Greg Mottola no es cobijado por el "ala protectora e interventora" de Judd Apatow en la producción del film, más allá de que la marca del realizador de Ligeramente Embarazada se encuentra en un elenco plagado de "sus" figuras como lo son Jane Lynch, Seth Rogen, Kristen Wiig y Bill Hader. Ambas excursiones resultan altamente positivas para los principales intérpretes delante y detrás de las cámaras de este film, debido a que Paul representa una de las mejores comedias que han llegado este año y reafirma a Mottola como uno de los mejores directores en la actualidad dentro de ese género. En clave de comedia que también funciona como road-movie, Paul presenta momentos rodeados de referencias cinéfilas a las películas de Ciencia Ficción, que no considero prudente citar para no arruinar la sorpresa, aunque la referencia sobre el final a una cinta que hace poco pasó por nuestras carteleras no tiene desperdicio. Lo positivo de este film en las mencionadas alusiones es que son narradas explícitamente por el director y son mostradas por sorpresa, generando siempre una nueva sensación al asistir al visionado de las secuencias que las poseen. Dentro de la clásica estructura de fuga y búsqueda, Mottola se permite introducir una ácida e interesante crítica a la religión por medio de la intromisión del gracioso personaje de la pueblerina, Ruth Buggs, interpretada brillantemente por esa gran comediante llamada Kristen Wiig. Al igual que en Supercool, Mottola basará el motor de su película en la amistad y la madurez de sus personajes, que nuevamente son abordados con la dificultad de entrometer entre ellos a un personaje fuera de este planeta, que vendría a ser el encargado de conectar a los intérpretes principales con el mundo externo y su posterior maduración. Quizás la repetición de las situaciones obscenas a cargo del entrañable alienígena, representan el punto más flojo de una gran comedia que no decae en ningún pasaje de sus 104 minutos. Nick Frost y Simon Pegg siguen demostrando que son una pareja cómica muy efectiva, mientras que Seth Rogen (por medio de las bondades del motion capture) y su voz dan vida a Paul. Ese "dan vida" suena un tanto trillado y es verdad, pero realmente aquí se ajusta perfectamente porque Rogen realiza una labor tremenda en la personificación del extraterrestre que tiene a su cargo los puntos más altos de este film.
Remake del film de mediados de los 80 que en nuestro país se llamó La hora del Espanto, se estrenó a 16 años de su salida Noche de Miedo que en este caso fue adaptada por Craig Gillespie, realizador de Lars y la Chica Real. Charlie Brewster es un adolescente que luego de pasar varios años en la zona más baja de la popularidad ha conseguido superar el anonimato conquistando a la chica más deseada de su escuela, Amy. Agrandado por las maravillas que le regala la vida, Charlie deja de lado a sus amistades de toda la vida para no perder ese bien tan preciado, la popularidad. Todo parece ir sobre ruedas hasta que se muda junto a Charlie un misterioso vecino que resulta ser un vampiro que se está cargando poco a poco a todas las personas que conoce. Con menos comedia que la versión citada al comienzo de esta crítica, Noche de MIedo representa un entretenimiento que basa sus principales pilares en el vertiginoso ritmo narratorio y en la construcción de las secuencias tensionantes de la mano, principalmente, de una perturbadora actuación de Colin Farrell. Su director Craig Gillespie no se anda con chiquitas y nos regala 106 minutos de diversión terrorífica, que de no tomarse tan en serio podría haber figurado como uno de los mejores estrenos del año. Quizás justamente ese es el mayor pecado de Noche de Miedo, debido a que no aporta la necesaria cuota de humor que tuvo su antecesora, aunque hay que destacar que promediando hacía el final del metraje, con la incursión de Peter Vincent, el film reputa en esa asignatura dejando un resultado positivo. Si bien el elenco del film se conforma por un reparto plagado de juventud que lleva sus actuaciones sin demasiados sobresaltos, hay ciertos roles que se encuentran bastante desaprovechados. El primer y principal ejemplo es la poca cámara que se le da a Christopher Mintz-Plasse, cuya sola presencia en los insuficientes minutos que aparece levanta el film. Otro claro desaprovechamiento que se hace en Noche de Miedo es en la labor de esa gran actiz llamada Toni Collette, que si bien posee varias secuencias, podrían haber elaborado un personaje más sofisticado para aprovechar las bondades de su talento. Sin dudas quien merece ser destacada por encima de ese reparto compuesto por muchos adolescentes es la inglesa Imogen Poots, que presenta una caracterización que posee la cuota justa de romance y sensualidad que precisaba su personaje. Noche de Miedo puede ser opacada por su versión original de culto, pero no por eso deja de ser un buen film de terror, que con sus aciertos y sus errores, representa una propuesta que merece ser vista.
Actividad paranormal en el lado oscuro de la Luna Apollo 18 nos va a contar una misión secreta llevada adelante por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos que consistía en envíar a tres astronautas a realizar un nuevo reconocimiento en la Luna. Lamentablemente para los tripulantes de la nave espacial lo que encontrarán en el lado oscuro del satélite no será para nada lo que esperaban. Jugando como una especie de falso documental editado y "encontrado" en internet, Apollo 18 y su director Gonzalo López-Gallego intentan generar por medio de una supuesta puesta en escena filmada por sus protagonistas la máxima credibilidad posible sin tener en cuenta que para generar una obra que emule la realidad las imágenes deberían ser mostradas lo más fielmente posibles y no utilizando un proceso de montaje clásico que dote al film de un ritmo narratorio que no se condice con la idea de transmitir lo "ocurrido en la realidad". En ese sentido es una película mucho más honesta Actividad Paranormal 2, que ponía en pantalla secuencias (en exceso, es verdad) en las que no sucedía nada pero que favorecían a la emulación de la realidad que planteaba en su metraje la mencionada segunda parte de la obra promocionada por Spielberg. En Apollo 18 hay cosas de Cloverfield, El Proyecto Blair Witch, Enterrado y la citada Actividad Paranormal, utilizadas para intentar llevar adelante una idea de realidad que termina siendo contradictoria con un film que abusa del montaje y actuaciones demasiado exageradas para conseguir plasmar el realismo que muestran las cintas que intenta utilizar. Más allá de lo mencionado Apollo 18 consigue generar tensión y tiene secuencias de cierto dramatismo terrorífico, aunque aquí sufre de la ya clásica repetición de asustar por medio de efectos sonoros antecedidos por un pasmoso silencio, e incluso en la utilización del sonido también hay un terrible error por parte de su realizador al implementar una especie de música extradiegética compuesta por ruidos que vuelve a romper el concepto de realismo que intenta transmitir el film. Apollo 18 parte de una premisa interesante y atrapante, aunque en la totalidad de su metraje jamás supo como llevarla adelante con la credibilidad necesaria que un falso documental que intenta emular la realidad necesita.
Con una ingeniosa campaña viral cargada de interesantes trailers y spots televisivos, y también por medio de Twitter se estrenó Mi Primera Boda, la nueva comedia de Ariel Winograd, protagonizada por una pareja estelar inmejorable como la compuesta por Natalia Oreiro y Daniel Hendler. Mi Primera Boda nos mostrará como Leonora y Adrián intentarán llevar adelante la soñada fiesta de su casamiento, aunque lamentablemente para ellos nada saldrá como lo esperaban. Más allá de algunas situaciones cómicas que son sorteadas con zozobra, Mi Primera Boda no logra desarrollar un climax humorístico como el que prometió en sus avances en ningún pasaje del film. Hay una interesante y graciosa construcción de los personajes principales, por un lado tenemos a una mujer obsesiva, católica y hermosa y por el otro un hombre poco agraciado, judío y tacaño, aunque estos elementos son aprovechados solo en un puñado de escenas para luego volverse repetitivos ante la poca innovación en los gags. Como comedia de enredos el film funciona en varios pasajes, pero al sostener el relato basándose solamente en la pérdida del anillo nuevamente tiende a cierta repetición en la intención de causar gracia. Quizás el principal error en Mi Primera Boda es el poco aprovechamiento de un excelente elenco para secundar a Oreiro y Hendler en sus interpretaciones. Dentro del reparto secundario encontramos a Martín Piroyansky, Pepe Soriano, Muriel Santa Ana, Soledad Silveyra, Sebastián De Caro y Clemente Cancela, entre otros, donde solo es destacable la labor del primero, en el rol del primo del protagonista. El resto de los mencionados, y los no menocionados también, solo pasean por el film sin pena ni gloria alternando más malas que buenas. Un claro ejemplo del desaprovechamiento de los intérpretes menos principales son las secuencias protagonizadas por dos expertos en comedia teatral como Marcos Mundstock y Daniel Rabinovich (interpretando al cura y al rabino encargados de casar a la pareja) que jamás llegan a concretar un solo gag que no se vea venir a 10 kilómetros. A diferencia del cast secundario, la pareja protagónica llevada adelante por Daniel Hendler y Natalia Oreiro si logra conformar dos personajes que generan empatía y atracción, destacando que la sola presencia de la actriz de Francia eleva al film con una luminosidad bellísima. Realmente es una pena que Mi Primera Boda no llegue a cumplir con las expectativas que había generado, pero más allá de esto se valora el esfuerzo de que en nuestro país se intenten hacer películas de género.
La muerte les sienta bien Allá por el año 2000 apareció una película de terror que se caracterizó por presentar como único villano a la muerte, ese film se llamó Destino Final. Once años después de aquel original estreno y con cuatro películas más que menoscabaron la interesante idea original llegó una nueva entrega que se caracteriza por seguir innovando en las ocurrentes muertes y por continuar la línea de bajo desarrollo de la historia y los personajes. Destino Final 5 nos contará la historia de un grupo de jóvenes que salva su vida en un terrible y trágico derrumbe de un puente por medio de una premonición de uno de sus integrantes. Lamentablemente para ellos, su destino no era sobrevivir y la muerte los irá buscando uno por uno para llevárselos para siempre. Sinceramente nunca fuí un fiel seguidor de la saga Destino Final, y de hecho no he visto la cuarta y no recuerdo si me perdí alguna del medio, pero si debo admitir que esta quinta entrega ha logrado entretenerme a pesar de sus evidentes falencias. Como lo ha sido en sus anteriores ediciones las principales notas negativas de Destino Final 5 se presentan en el limitado desarrollo de los personajes principales, en la estereotipada elección del elenco (el negro, el nerd gracioso, la muchacha sexy, etc) y un guión que realmente hace agua por varios lados. Incluso creo que no vale la pena analizar demasiado estos detalles porque no es lo buscado por el film y por sus seguidores, aunque considero que si hay que destacarlo. Ahora como contraparte positiva encontramos que gracias a los momentos de tensión muy bien creados, algunas escenas con buen sentido del humor, varias sangrientas muertes que llaman la atención por su ingenio y la secuencia inicial del puente que roza lo espectacular, además de la positiva y complementaria implementación de la tecnología 3D, en este caso "la muerte les sentó bien" a los protagonistas y Destino Final 5 cumple con la dosis de terror y suspenso que necesitan las carteleras en esta época donde estas opciones no abundan. El elenco integrado por muchachos que empiezan a caminar en la gran pantalla pasa sin sobresaltos los 92 minutos del film, destacando que en las escenas dramáticas se ven sus peores momentos en frente de las cámaras. No queria irme sin mencionar las perturbadoras intervenciones de Tony Todd en el papel del Sr. Bludworth, que son un punto muy alto dentro del film. Destino Final 5 viene a demostrar que la saga no está perdida del todo y que todavía puede seguir brindando buenas películas aún con todas sus limitaciones.
En un año con varias interesantes comedias llegó Quiero Matar a mi Jefe, una película que por su muy buena recepción en los Estados Unidos y su excelente cast de actores se había ganado un lugar más que interesante para lo que restaba del año. Como bien lo indica su nombre Quiero Matar a mi Jefe narra la historia de Nick, Kurt y Dale que cansados de los abusos de sus patrones y con la ayuda de un ex convicto deciden poner en marcha un ¿astuto? plan que quiere terminar con la vida de estos. Obviamente que nada saldrá como lo planeado, poniendo en aprietos al trío de amigos. Jason Bateman, Charlie Day y Jason Sudeikis interpretando a los amigos protagonistas, Jennifer Aniston, Colin Farrell y Kevin Spacey a los enfermos jefes y Jamie Foxx como el delincuente recién salido de prisión eran un elenco más que rico para que Seth Gordon hiciera una comedia inolvidable, de esas que marcan a fuego una generación y que son recordadas por años. Peeeeerooo lamentablemente Quiero Matar a mi Jefe es simplemente una buena comedia con algunos momentos simpáticos, que se caracteriza por no lograr cumplir con las expectativas que había generado a priori. El film comienza bien, con una voz en off complementaria al relato que nos cuenta en resumidas cuentas la miserable actualidad de nuestros protagonistas, para luego pasar a las presentaciones de los jefes, que realmente es de lo mejor del film. Con el pasar de los minutos se va creando una buena atmósfera alrededor de la película de la mano de su buen inico y del planeamiento del asesinato de los jefes, algo que jamás se llega a explotar por las falencias narrativas de Gordon en la resolución de los conflictos que fueron creados con buen pulso. Es como si el director de Navidad sin los Suegros hubiera gastado todas las balas en la primera media hora quedándose sin municiones para la batalla final, algo fundamental en una comedia. Incluso es en la media hora final donde el film decae en situaciones totalmente mal cerradas que casi tiran por la borda las buenas intenciones de su comienzo. Si bien Quiero Matar a mi Jefe terminó representando un estreno menor que no llega a meterse en las mejores comedias del año, hay que destacar las grandes actuaciones de su sexteto protagonista. Realmente da gusto ver a Kevin Spacey haciendo de un jefe pedante, paranoico, soberbio y mala leche. También es un placer ver a Jennifer Aniston como una bomba sensual, en un papel totalmente alejado a sus clásicos personajes e incluso tendremos el agrado de presenciar una labor asquerosamente despreciable como la de Colin Farrell. Lamentablemente el trío de amigos no está a la altura de los tres jefes y solo poseen algunas escenas dignas de sus parteneres. Bateman transita el film desanimado y en piloto autómatico, Sudeikis tiene sus momentos en un personaje que no difiere demasiado con su actuación en Pase Libre, solo que aquí concreta los tiros que tira, y cerrando a los protagonistas tenemos a Day que es de los tres el que mejores escenas tiene. Quiero Matar a mi Jefe tiene secuencias que pagan el valor de su entrada, aunque lamentablemente no llega a cumplir con las expectativas que había sembrado con su inmejorable elenco.
Luego de dirigir Anita que fue estrenada en el 2009, ha vuelto a la gran pantalla Marcos Carnevale con una curiosa e interesante historia de dos mujeres de realidades opuestas unidas ante la muerte del hombre de su vida. Elena es una directora de cine y Adela una estudiante de periodismo, ambas relacionadas sentimentalmente con Augusto, solo que la primera es la mujer y la segunda es su amante. Cuando Augusto muere, Elena y Adela comienzan a contactarse porque el último deseo del difunto era que su mujer cuidara a su amante que posee una personalidad bastante depresiva y con tendencias al suicidio. De esa interesante premisa en plan de comedia dramática parte Viudas, aunque lamentablemente solo se quedará en lo que prometió en su buen trailer y en las grandes actuaciones de su dúo protagónico, además de las simpáticas intervenciones de sus actores secundarios. De la historia solo nos quedará poco y nada, ya que lo nuevo de Carnevale es una repetición de situaciones sin evolución a lo largo de la mayoría de sus minutos para luego dar un vuelco drástico en su repentino y errático final, que deja un irremediable sabor a poco. Viudas comienza muy bien mezclando con buen pulso los momentos dramáticos con los de comedia, siendo estos últimos un poco más efectivos que los otros gracias a las graciosas participaciones de Martín Bossi interpretando a una mucama travesti paraguaya. Lamentablemente con el pasar de los minutos las situaciones más de drama comienzan a regodearse y a abusar de los primeros planos y de la música para conseguir "tocar alguna fibra" y llegar a conmover, algo que logran en parte, aunque también consiguen una sensación de cansancio con el lindo y reiterativo pianito. Más allá de que aquí también hay ciertos registros de repetición y poca profundidad, es en el apartado cómico donde el film cumple con buenos resultados. ¿Que decir del dúo protagónico? La historia recae demasiado sobre los hombros de las protagonistas, que la soportan en sus 100 minutos de duración con dos excelentes actuaciones. Tanto Graciela Borges, como Valeria Bertuccelli tienen dos labores del carajo, representando sin dudas el punto más alto de Viudas. Mención aparte merece la gran versión que realizó Vicentico sobre El Paisaje, la canción creada por Franco Simone, que es la encargada de musicalizar la mejor secuencia de la cinta en su primera mitad.
Basado en la novela gráfica homónima Cowboys y Aliens desenfunda y aterriza en nuestras carteleras para fusionar al western con la ciencia ficción, bajo la dirección del pochoclero Jon Favreau y con las actuaciones de Daniel Craig, Harrison Ford y Olivia Wilde. Básicamente esta adaptación nos cuenta como los habitantes del lejano oeste deben defenderse de una plaga de poderosos extraterrestres que quieren adueñarse de su oro y de sus tierras. La apuesta era compleja ya que fusionar al género de vaqueros con los monstruitos verdes de la ciencia ficción no era una tarea facíl de llevar adelante, aunque la mano de Favreau detrás, y también la de Spielberg como productor, me llevó a pensar que de este experimento podría haber sálido algo sobresaliente. Lamentablemente me equivoqué, porqué Cowboys y Aliens es una película mediocre que falla tanto como western, como cuando la ciencia ficción quiere aportar sus elementos fantásticos. Comienza muy bien sembrando unas interesantes dudas sobre el origen y el estado de Jake Lonergan, aunque lamentablemente esas dudas duran solo unos pocos minutos gracias a que el realizador de Iron Man y los numerosos guionistas que intervinieron en el proyecto se encargarán de quitarnos todo ese misterio sobre el personaje principal por medio de unos poco sutiles flashbacks y unos demasiados explícitos diálogos, algo que genera una lamentable desconexión con el protagonista. Después de ese ¿buen? comienzo Favreau se encarga de introducir al relato las naves espaciales sin conseguir crear ni una sola pizca de tensión, algo fundamental ante la llegada de lo desconocido e incluso un elemento que no debe faltar en películas de esos dos géneros. Lamentablemente esto no es lo peor, ya que en sus casi dos horas tendremos que soportar que cowboys estrechan lazos con los indios (!!!!) para luchar contra unos verdes aliens que conocemos muy poco y los cuáles carecen totalmente de alguna personalidad. La culpa de está fallida película no solo es la ambiciosa mezcla de géneros y como le chinga en el intento, sino que además de eso uno de sus principales problemas es la falta de profundidad en los personajes y en las historias que narra sobre los mismos. Daniel Craig lleva adelante una caracterización que se va desdibujando a medida que conocemos su historia, al igual que Harrison Ford que representa a lo más malvado del film para luego volverse compasivo y bondadoso de la nada misma. Al mal desarrollo del conflicto principal (léase justamente los cowboys contra los aliens) le tenemos que sumar a las patéticas y básicas historias de redención como "padre e hijo de mala relación" y "los misteriosos lindos que se atraen" que realmente no logran entablar una sola situación más o menos interesante. Más allá de todas las cuestiones que comento más arriba Cowboys y Aliens tiene sus momentos y puede llegar hasta resultar entretenida, pero realmente da pena ver como tiraron por la borda una interesante idea con detalles que podrían haberse evitado de poner un poco más de empeño en el guión y en la resolución de los conflictos. Si hay que destacar que en los apartados cómicos, en la hermosa música y en algunas secuencias de efectos especiales finales, Cowboys y Aliens cumple a la perfección con lo que prometía su interesante trailer. También no hay que dejar de mencionar las buenas actuaciones de Paul Dano y Sam Rockwell, que son los encargados de aportar las únicas escenas simpáticas del film. Por lo menos en Cowboys y Aliens quedó demostrado que el western y la ciencia ficción son dos géneros complejos de mezclar y salir airoso en el intento, será cuestión de ponerse a esperar y ver si alguien se anima a fusionarlos en el futuro con mejores resultados.
Bajo la dirección de Rupert Wyatt han regresado a nuestras carteleras los monos superpoderosos para contarnos como los pichicateados primates comenzaron a dominar nuestro mundo. Se destacó excesivamente en los avances previos al estreno el laburo de la gente de Weta en la creación digital de los simios y realmente deberían haberlo destacado mucho más porque lo que han hecho es increíble y creo que después de Avatar ninguna obra ha utlizado esta herramienta con tanta excelencia. Lograron darle a Caesar expresiones humanas fácilmente entendibles y fundamentalmente creíbles, demostrando que se pueden hacer buenos trabajos con esta tecnología siempre que se aplique con sabiduría y perfección. Los actores de carne y hueso como James Franco, Freida Pinto y John Lithgow solo son meros acompañantes en esta aventura sobre la vida de Caesar y ninguno logra equiparar al nivel de expresividad que posee éste. A tal punto es el grado de expresión que lograron darle a Caesar, y obviamente que también a los otros simios que lo acompañan, que es imposible no sentir empatía con el poderoso mono. Caesar es el verdadero protagonista de El Planeta de los Simios: (R) Evolución y Rupert Wyatt se encargó de narrar con gran pasión, pulso y dedicación la evolución del querido primate, generando una compenetración con el film que no se rompe en ningún pasaje de sus 105 minutos. Más allá del sobresaliente apartado en los efectos especiales y el gran desarrollo del personaje de Caesar, El Planeta de los Simios: (R) Evolución, se convierte en uno de los mejores estrenos del año por lograr dotar al film con drama, humor, tensión y acción, todos apoyados y sustentados en una fluída y sentida narración a cargo de Wyatt. Por último no quiero dejar de destacar al gran laburo de Andy Serkis, el hombre detrás de la interpretación de Caesar. Recordemos que Serkis fue el encargado de llevar adelante por medio del performance capture a Gollum de El Señor de los Anillos y a King Kong, ambas dirigidas por Peter Jackson. El Planeta de los Simios: (R) Evolución es la gran sorpresa en lo que va del año por no ser solamente una gran película de efectos especiales, sino también por sustentar a los mismos en una historia narrada con pasión y gran pulso.
Mi nombre es Larry, Larry Crowne A más de 15 años de Eso que tú Haces!, Tom Hanks ha vuelto a ponerse detrás (y delante) de las cámaras para dirigir y protagonizar Larry Crowne, una comedia romántica que nos contará la historia de Larry, un vendedor de supermercado que es despedido de su empleo tras una reestructuración de personal por no tener una formación universitaria. Desempleado y dispuesto a no vivir dos veces el mismo percance Larry comienza a estudiar, conociendo allí a una frustrada profesora de la cuál comenzará a enamorarse.l Hanks se toma su tiempo para introducirnos en la trama romántica del film con una larga y por momentos tediosa introducción a nuestro loser principal . Pero cuando la trama gira dejando más de lado la típica historia de superación personal y se mete bastante más de lleno en el romance del protagonista y Mercy, allí es donde Larry Crowne se convierte en una comedia un tanto más atractiva y graciosa. El realizador, actor, productor y amigo/socio de Steven Spielberg quiere que veamos en Larry Crowne una película pasatista y que salgamos del cine satisfechos por haber visto un film que "no hace pensar demasiado y que tiene un lindo mensaje". Digo esto porque es la única justificación que le encuentro a la liviandad con la que son afrontados los problemas de Larry o la "simpática crítica" que se le hace al sistema hipotecario de los Estados Unidos. Hanks y Larry Crowne cumplen con su cometido y brindan en su nuevo film un entretenimiento honesto, edulcorado y poco profundo, pero que en definitiva logra el resultado que se propone. Hay detalles que dependiendo de la aceptación que tenga cada uno pueden resultar insoportables o adorables. El ejemplo más claro de esto es el grupo de "motoqueros" más bondadoso y gentíl de la historia del universo (escribo motoqueros entre comillas porque no quiero ofender a los que lo son de verdad), que por momentos pueden resultar algo empalagosos, pero que de alguna manera acompañan el dejo de bondad y amistad que tiene el relato. Julia Roberts y Tom Hanks se las ingenian para tener algunos momentos simpáticos a lo largo de la cinta, aunque hay que destacar que la composición del personaje de Tom no se diferencia demasiado de su inolvidable Forrest Gump. Incluso ese querido brillo en los ojos en la mirada de Larry tiene un parecido muy similar al del muchacho que fue capitán de un barco de camarones y peleó en la guerra de Vietnam. Si es interesante y digno de destacar que Hanks esquive la ya repetitiva y cansadora atracción de opuestos de este género, para crear una historia de amor más creíble e interesante basada fundamentalemente en el cambio de vida que necesitan ambos protagonistas, que en definitiva tiene más que ver con el tono "superador de obstáculos" que posee el film. Distando demasiado de la perfección Larry Crowne cumple al menos con su cometido de ser una comedia poco profunda y liviana.