La segunda parte de Happy Feet, secuela de la ganadora del Oscar a Mejor Película de Animación en el 2007 llegó a nuestras carteleras con la intención de destacarse entre los films animados infantiles como en su momento lo logró su predecesora y por lo menos entre las que ha visto este servidor, lo consigue y con creces convirtiéndose en una de las mejores propuestas del año dentro de ese rubro. Happy Feet 2 básicamente nos va a contar los problemas paternos que tiene Mumble con su pequeño hijo y como debe superarlos para alcanzar una mejor relación con Erik. Cuando la población de su helada tierra se ve en peligro por el encierro provocado por un inoportuno iceberg, Mumble deberá conseguir ayuda para poder salvar a los pingüinos encerrados. Conseguir este objetivo hará que también su hijo vuelva a creer en él. Realmente Happy Feet 2 tiene todo lo que un film de animación infantil necesita, personajes adorables, versiones de canciones clásicas a la altura de su leyenda, coreografías espectaculares, ternura, diversión, humor, amistad, honestidad, emoción, fidelidad y todos los ingredientes que se requieren para entretener y agrandar la sencillez de su historia. La única mancha que tiene el film es la excesiva solemnidad del comienzo, donde los diálogos se encuentran totalmente cargados de palabras superadoras, emotivas y llenas de enseñanzas que terminan provocando cierto aburrimiento, aunque luego con el pasar de los minutos las ideas se van acomodando sin que el buen resultado del film se vea trastocado. Por último quería destacar la gran secuencia final con la excelente versión de Under Pressure de Queen, a cargo de Mumble, Gloria y todas las especies encargadas de salvar a los pingüinos encerrados. Los niños están para buenas. Happy Feet 2 representa una opción más que entretenida para poder disfrutar junto a ellos en este fin de año que se avecina con interesantes propuestas infantiles.
Y si amanece por fin... Vamos a hacer un poco de memoria. En el 2008 llegó a nuestras carteleras, dirigida por Catherine Hardwicke, Crepúsculo, que vendría a ser la primer entrega de una de las sagas cinematográficas más exitosas de los últimos años. Solo un año más tarde se hizo presente Luna Nueva, pero esta vez dirigida por Chris Weitz, mientras que en el 2010 desembarcó Eclipse (realizada por David Slade), para ahora darle lugar nuevamente una temporada más tarde a la primera parte de Amanecer, que estuvo a cargo de Bill Condon. En un esfuerzo casi sobre humano vi las cuatro ediciones de la saga Twilight en solo 5 días y es mi deber asegurar sin ningún prurito que Amanecer es por mucho la mejor entrega de la franquicia, que ha venido de menor a mayor, aunque hay que destacar que de las cuatro partes es una buena película solo la que ha llegado a nuestros cines el último jueves. Amanecer retomará la historia desde donde la dejó Eclipse y nos mostrará el ¿esperado? casamiento entre Bella y Edward, para luego dar paso a la soñada luna de miel donde los tortolitos harán, ¡por fin!, el amor. Pero como no todo es color de rosa y menos en esta novela teen, Bella inmediatamente quedará embarazada de una criatura que supuestamente cambiará el rumbo de la humanidad y que también destruirá el tratado entre los Cullen y los lobos desatando una feroz pelea entre los chupasangre (de animales, porque son re buenos) y los hombres lobos. Unos defendiendo al enigmático bebé superpoderoso y otros intentando justamente todo lo contrario, destruirlo. A esta altura cualquiera que vaya a ver una película perteneciente a la saga que comenzó en el 2008 sabe que asiste a ver un film cargado de histeria (tanto afuera como adentro de la cinta), timorato y conservador, solemne hasta la médula y abarrotado de molestos clichés. Por ende, me parece más interesante resaltar los aspectos que hacen de Amanecer una buena película más allá de poseer algunos defectos en menor y otros en mayor medida, que conviertieron a Crepúsculo, Luna Nueva y Eclipse en películas que van de malas a mediocres. Amanecer es mejor película que las anteriores básicamente porque Bill Condon logró pulir con una estética superior y hasta atrapante a las escenas dramáticas y de acción, ya que la creación de los climax siempre fue de lo más deficiente en la franquicia, incluso más allá de las inexpresivas o sobreactuadas interpretaciones de las primeras dos entregas. Un fiel ejemplo de lo mencionado es la larga secuencia del parto de Bella, donde la tensión, la crudeza y el suspenso son llevados de manera excelente por Condon. También encontraremos como punto alto para la defensa una narración cinematográfica menos forzada e impostada, que se encarga de llamar a las secuencias importantes en los momentos adecuados, logrando una interesante cohesión que jamás se hizo presente en los otros films. Robertito Pattinson y Taylor Launter no son buenos actores, o por lo menos no han podido demostrarlo hasta ahora, pero desde Crepúsculo hasta Amanecer hay un cambio notorio en ambos, consiguiendo evolucionar junto a sus papeles a tal punto que en esta primera parte a Pattinson comienzan a entendérsele los gestos y Launter finalmente comienza a tenerlos. Inclusive hasta tienen momentos dotados por algo muy interesante, el carisma. En cambio Kristen Stewart sigue demostrando que tiene pasta y representa nuevamente a la perfección a Bella, aunque con el paso de las ediciones el abuso de ciertos gestos y caras se torna algo tan insoportable como el histeriqueo que realizó con los personajes de Edward y Jacob en las tres ediciones anteriores. Con varias mejorías Amanecer se convierte en la obra más rescatable de la saga Twilight, dejando abierta la puerta para una segunda parte que seguramente cerrará dignamente la adaptación que por suerte va de menor a mayor.
El malo de los Anderson, es decir que no estamos hablando ni de Paul Thomas ni de Wes, se encaprichó con llevar a la gran pantalla una nueva adaptación del clásico literario escrito por Alejandro Dumas titulado Los Tres Mosqueteros y el resultado es una endeble y mala película que hace agua por todos lados. Si bien todos conocemos la historia de Los Tres Mosqueteros, en esta adaptación nos contarán como el joven, inexperto y duvitativo rey Luis XIII es manipulado por el Cardenal Richelieu para lograr hacerlo caer del trono y así convertirse en el próximo gobernante de Francia. Para esto el ¿temeroso? Cardenal cuenta como aliada con una inexcrupulosa espía que trabaja para ambos lados para así desatar una guerra contra la Inglaterra del Duque de Buckingham. Athos, Aramis y Porthos, más el joven D'Artagnan, serán los encargados de frenar la conspiración y así devolverle la paz a su querido reino. Todos sabemos que si Paul W. S. Anderson se encuentra detrás de las cámaras tendremos acción vacía, fuera de contexto y grotesca asegurada, aunque realmente no pensé que Los Tres Mosqueteros se me iba a hacer tan difícil de asimilar. ¿Se puede adaptar un clásico literario como la novela de Alejandro Dumas para convertirlo en una película de videojuegos con acción futurista a lo Matrix "de época"? No tengo una respuesta, ya sea afirmativa o negativa, debido a que en el cine es muy complejo marcar límites, aunque lo que si puedo asegurar es que esa supuesta fusión en Los Tres Mosqueteros no funciona en absoluto. Básicamente porque Anderson no supo narrar una historia sencilla, sin demasiadas vueltas, tratando de partir desde una básica pero sólida plataforma que le de una mínima relación para así poder desplegar sus conocidos artefactos pirotécnicos en materia de acción. Esto se da porque a lo largo de sus 110 minutos no se discriminan, ni se priorizan las escenas de acción, que de por si merecen un resaltado importante, para allí implementar espectaculares coreografías, ralenti y demás recursos, y así no agotar todas las balas en escenas que no valen la pena o incluso para no abusar totalmente de estos recursos y así terminar demostrando unas secuencias de luchas totalmente insufriblemente repetitivas. También Los Tres Mosqueteros falla en la implementación estética de las escenas futuristas de acción que no pegan en absoluto con la solemnidad que poseen todos sus diálogos. Más allá de lo grotescas e insoportables que resultan las largas luchas, Anderson no se encarga de crear y desarrollar un solo personaje que logre generar algo de empatía y que se encuentre lejos del típico estereotipo del querido género de aventuras. Hay momentos donde es increíble ver a actores de buenas actuaciones para este tipo de films como Ray Stevenson o Milla Jovovich totalmente desdibujados y hasta sobreactuando gestos como si buscaran desesperadamente generar alguna sensación en el espectador. En toda película de aventuras debe haber villanos que estén a la altura, sino la tensión y el peligro que se necesita es imposible que sean transmitidos. Tanto la versión gay del Duque de Buckingham a cargo de Orlando Bloom, como la caracterización desaprovechada y edulcorada del Cardenal Richelieu en manos del genial Christoph Waltz o la ya nombrada patética labor de Jovovich como Milady de Winter no logran producir un mísero centésimo de temor para conseguir que la historia pueda sostenerse sobre sus hombros y marche hacía un final mínimamente entretenido. Lamentablemente el género de aventuras se encuentra maltratado este año con esta nueva versión de Los Tres Mosqueteros y la aburrida y desangelada Piratas del Caribe: Navegando Aguas Misteriosas.
En palabras del propio Steven Soderbergh, Contagio podría significar una de sus últimas películas debido a que su retiro se encuentra a la vuelta de la esquina. Lo que no aclaró Soderbergh en su momento son los metros que le quedan hasta el final de la calle, debido a que tiene pendiente para estrenar en este año el film de acción llamado Haywire, mientras que en los próximos dos ocupará las carteleras mundiales con otras tres películas y quién sabe si no agregará alguna más. La cuestión es que Contagio nos narrará como un letal y contagioso virus se está cargando a buena parte de la población mundial. Basado en un esquema de película coral, Soderbergh intentará a lo largo de sus más de 100 minutos mostrarnos como afecta esta implacable enfermedad desde distintos puntos de vista que abarcan a funcionarios de la Organización Mundial de la Salud y el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos, a las autoridades militares y gubernamentales, a los periodistas amarillistas y por último a las personas comunes y silvestres que pueden o no portar la temible pandemia. Es llamativo como Soderbergh no realiza ningún tipo de crítica sobre las principales instituciones interventoras en este conflicto, pero si lo hace sobre el portavoz del cuarto poder, dando el rol más mercenario, oportunista y canallesco al blogger interpretado por Jude Law, mientras que los militares y los funcionarios son toda gente leal que se encuentra trabajando activamente para encontrar la cura. Incluso deja totalmente de lado el obvio negociado que puede haber con los laboratorios al momento de fabricar la ansiada cura para el mortal virus, algo que me resultó contrastante contra el nivel de realismo que venía mostrando el film. A tal punto llega el positivismo de Contagio sobre algunos funcionarios que existe un subrayamiento sobre el corajudo personaje de Kate Winslet al momento de morir cediendo su frazada, que genera nuevamente una momentanea desconexión con el realismo que viene mostrando la película. Winslet deja en claro en todas sus apariciones que va a fondo con lo que demanda su profesión de doctora, no hace falta mostrar que fue una heroína incluso hasta el último instante de su vida. Por último no quiero dejar de destacar el repetitivo e innecesario flashback final que nos revelará con imágenes el origen de la pandemia, algo que el guión se había encargado de narrarlo en varios pasajes de la obra. Más allá de las cuestiones mencionadas arriba, la primera parte del film dotada con ritmo imparable es brillante (donde juega constantemente con el tiempo narrativo) y es allí justamente donde se puede apreciar el talento de Soderbergh para ir mostrando los distintos ángulos de una tremenda crisis, dotando a la mayoría de los intérpretes de un contexto y una pequeña evolución que justifica de alguna manera su inclusión en la cinta. Otro punto a favor de Contagio es que mientras avanza su metraje es imposible para uno no vivir el film y ponerse en la piel de los personajes. Esto se da gracias al gran realismo y a la intensidad que le imprime a la narración la dirección del siempre interesante realizador de la trilogía La Gran Estafa. Dentro del reparto plagado de estrellas se destacan Matt Damon, Kate Winslet y Jude Law, siendo este último el encargado de llevar adelante una excelente caracterización totalmente distinta a las que nos tenía acostumbrados.
Asesinos por naturaleza Contando con un elenco de lujo integrado por Jason Statham, Clive Owen y Robert De Niro, y una historia atrapante protagonizada por expertos asesinos, el debutante Gary McKendry tenía en Asesinos de Elite la materia prima para hacer uno de los grandes films de acción del año, pero lamentablemente solo logra presentar un producto de acción que apenas supera a la media. Este thriller de acción nos contará, basado en una historia real, como un joven y experto asesino retirado llamado Danny, debe volver a las violentas andanzas para rescatar a su mentor en manos de un jeque que promete dejarlo en libertad a cambio de que él realice un nuevo trabajo. La misión consistirá en asesinar a tres agentes de un grupo secreto del gobierno británico que fueron los encargados de ultimar a los hijos del poderoso secuestrador. El inconveniente para Danny y su equipo se dará cuando un avezado ex agente llamado Spike se interponga en su objetivo para defender a los que fueron sus compañeros en el pasado. El problema con Asesinos de Elite se da cuando pasada la primera parte se toma demasiado en serio la historia del film comenzando a dar volantazos e introduciendo en el relato a gobiernos, guerras, sociedades secretas, soldados, mercenarios, relaciones amorosas y demás cuestiones que lo único que hacen es entorpecer la fluída narración con la que había comenzado. Más allá de lo mencionado en el párrafo anterior, este thriller presenta secuencias de luchas estelares entre los participantes y persecuciones de autos que valen ampliamente el valor de su entrada, aunque lamentablemente no son la cantidad que hubiera deseado para un producto que contaba con contendientes de la talla de Statham y Owen. Volviendo con el trío protagonista hay que destacar que tanto Owen, Statham, como De Niro tienen unas actuaciones acordes a sus leyendas, donde el segundo es quien representa sin dudas al más destacable de los tres. Asesinos de Elite podría haber sido un gran thriller de acción, pero lamentablemente logra como resultado ser un film que apenas merece ser destacado por las excelentes, aunque insuficientes, secuencias de acción y también por las actuaciones de su trío protagonista.
El rati horror show Basada en una historia real, Justicia Final nos va a con tar la incansable lucha de Betty Anne Waters por demostrar la inocencia de su hermano, que fue condenado a cadena perpetua por un crimen que no cometió. Para lograr su cometido Betty Anne estudió leyes y se enfrentó de manera obsesiva contra viento y marea por sacar a Kenny Waters de prisión. Justicia Final basa sus fundamentales fortalezas en el éxito que consigue en la traslación del sacrificio hecho por la protagonista en sus 18 años de pelea por la liberación de su inocente hermano. Tony Goldwyn, más conocido por interpretar al malo de Ghost, logra transmitir en la dirección del film el espinoso camino que tuvo que transitar Betty Anne, sin caer en golpes bajos ni exageraciones insoportables que pueden ocurrir dentro de los "films basados en historias reales". Por medio de la utilización del flashback, Goldwyn se encargará de contarnos la difícil infancia y el compañerismo que tuvieron en su vida los hermanos, aunque hay que destacar que este noble recurso es usado en algunas oportunidades en exceso, generando algunas confusiones con el tiempo de narración del film y también cayendo en la insoportable necesidad de subrayar, reforzar y repetir las cuestiones mencionadas entre los hermanos que ya habían sido mostradas claramente en secuencias anteriores. Los experimentados Hilary Swank y Sam Rockwell llevan adelante los papeles de los unidos hermanos con actuaciones incuestionables. Swank, que hace algunas semanas estuvo al frente del reparto de la horrible Invasión a la Privacidad, vuelve a nuestras carteleras con una interpretación a la altura de su nivel de talento. Rockwell tuvo en sus manos el papel más interesante de la obra por los distintos momentos que atraviesa a lo largo del metraje, y lo llevó adelante con total soltura convenciendo tanto en los momentos más duros, como en los que requieren una dosis de humor y carisma.
Hombres de hierro Bajo la producción de Steven Spielberg y Robert Zemeckis, Shawn Levy contó en Gigantes de Acero con el inmenso Hugh Jackman para contarnos la historia de Charlie Kenton, un ex-boxeador que al prohibirse el deporte que practicaba decide dedicarse al boxeo entre robots, que vendría a ser una práctica bastante popular en el 2020. Para Charlie su vida no podría ser peor frustrado por no poder prácticar, debe plata por todos lados, su robot fue destruido por un toro, su relación amorosa con Bailey no va ni para atras ni para adelante y encima debido a la muerte de la madre, ahora tendrá que hacerse cargo de su hijo Max, del cuál no recuerda ni su edad. Aunque nada le sale bien, la aparición de su hijo traerá consigo un nuevo aire de triunfos y esperanzas, para que juntos puedan recuperar el tiempo perdido. Shawn Levy (Una Noche en el Museo, La Pantera Rosa, Una Noche Fuera de Serie) se sale de las comedias, género en el que no ha brindado grandes productos, para aprovechar al máximo una trama cargada de sentimiento, humor y drama que no se regodea jamás en las bajezas que puede llegar a tener el cine mainstream que náufraga dentro de este tipo de propuestas. Pero el sentimiento no va solo en la historia, sino que se transmite en la sensibilidad, prolijidad y tranquilidad con la cuál Levy nos narrá las más de dos horas de duración que tiene este excelente largometraje, algo que sinceramente me sorprendió gratamente por la mediocre filmografía que tiene este realizador. Incluso en las escenas de acción/pelea se asiste a un espectaculo muy bien filmado llamativo en un director que no viene de ese palo. Si al mencionado sentimiento le sumamos unos gigantes robots boxeando al mejor estilo Rocky Balboa, a Hugh Jackman brindando otra gran actuación, a Evangeline Lilly iluminando la pantalla con cada aparición, el drama y la tensión épica propia de las películas que poseen las películas de deportes y las subtramas de ajustes de cuentas, amorososas y familiares que se van metiendo, es imposible que Gigantes de Acero no sea una de las mejores propuestas que ha llegado a nuestras carteleras este año. Hugh Jackman puede hacer llorar y reir a una piedra. Este australiano que en solo unos días cumplirá 43 años tiene un carisma y una versatilidad que realmente asombra con cada oportunidad que tiene en la gran pantalla. Por otro lado tenemos al pequeño y "perfectito" Dakota Goyo que sostiene muy bien al film en los momentos que se le plantean en soledad, al igual que la hermosa Evangeline "Kate de Lost" Lilly que resultaron ser dos parteneres perfectos para el actor que interpretó en el pasado a Wolverine. Menciones apartes merecen la excelente utilización del "invisible" CGI y la contratación del ex campeón de boxeo Sugar Ray Leonard como asesor para entrenar a Jackman y coordinar las peleas de robots, en donde se demuestra la seriedad con la que se tomaron este producto. Gigantes de Acero ingresa a pura combinación de jabs con ganchos al selecto grupo de lo mejor que ha llegado a nuestras pantallas en este año.
Simplemente sangre Corría el año 1982 y Arnold Schwarzenegger se puso en la piel del mítico personaje creado por Robert E. Howard, llamado Conán. Hoy, casi 30 años después, de la mano de Conan el Bárbaro, ha vuelto a la gran pantalla el forzudo cimmeriano para ajusticiar al malvado Khalar Kym, que fue el encargado de asesinar a su padre y además de destruir todo su pueblo. Bajo la dirección de Marcus Nispel, Conan el Bárbaro intenta emular lo mejor de grandes películas épicas de los últimos tiempos para lograr introducir a un gran personaje como Conan en el lugar que se merece, algo que no conseguirá jamás en sus 113 minutos de duración. Los principales y molestos errores del film que aquí nos ocupa son el exasperante tono solemne totalmente ausente de sentido del humor, el subrayado de ciertas cuestiones, el abuso de recursos narrativos como el flashback y la abusiva sobre explicación. Amigo Nispel, no hace falta explicar varias veces la misma escena para que entendamos que la máscara se encuentra dispersa en distintos puntos de la tierra media, con una o quizás dos alcanza y sobra. Tampoco es necesario recurrir al flashback cada vez que no sepas como contarnos algo que pasó en el pasado, o peor aún cuando quieras subrayarnos lo que ocurrió en el pasado con una continua repetición de escenas ya mostradas. Más allá de los negativos puntos que se mencionan arriba hay que destacar que en Conan el Bárbaro existe un buen desarrollo de los personajes principales compuestos por Conan, Khalar Kym, Tamara y Marique. Incluso las personificaciones a cargo de Jason Momoa, Stephen Lang, Rachel Nichols y Rose McGowan, respectivamente, están a la altura de la exigencia de sus personajes. Otro apartado interesante fue la buena utilización de la violencia mostrada en la cinta, que si bien hacía el final podría haber doblado la apuesta y no quedarse en su sangriento comienzo, no deja de ser un elemento que eleva al film un poco más dentro de la mediocridad pueril que tienen a veces las propuestas del género épico.
Con las actuaciones principales de Martina Gusman, Alan Pauls y Germán Palacios, el realizador Santiago Palavecino nos contará en La Vida Nueva la historia de Laura y Juan, un matrimonio ¿feliz? que se encuentra esperando la llegada su primer hijo. La tranquilidad del pueblo se ve quebrantada cuando en una pelea Cesar recibe una puñalada a manos de Nicolás, que vendría a ser el hijo de Martinez, la persona más influyente de esa pequeña ciudad. Juan es testigo de este hecho y asiste al muchacho al borde de la muerte hasta el hospital más cercano, donde "casualmente" se encuentra con Martinez, el cuál le ofrecerá una oferta difícil de rechazar para que no incrimine a su hijo en el violento hecho. La Vida Nueva parte de una trama interesante, pero lamentablemente no llega a desarrollarla con soltura en ninguno de los pasajes de sus 75 minutos. Tanto Gusman, como Pauls y Palacios parecen atados, contenidos y las palabras que tienen en sus diálogos, son dichas con lentitud y frialdad, algo que lamentablemente se condice con la distancia narrativa con la que es contada la película. Volviendo a la historia, Palavecino, abre en La Vida Nueva demasiados frentes que jamás llegan a ser contados y cerrados en buena forma. Tenemos la frustrada historia amorosa de Palacios y Gusman, también tenemos la infeliz relación de Gusman y Pauls y por último presenciamos la continua extorsión que recibe Pauls a manos de Néstor Sanchez y así y todo la película no levanta en ningún momento, por falta de química en las relaciones y por la ausencia total de tensión en las tramas "policiales" que atraviesa la obra. Lamentablemente La Vida Nueva desaprovecha la oportunidad de poseer un reparto con talento para narrar una historia que a priori resultaba muy interesante.
Vecino invasor Invasión a la Privacidad se estrena con varios meses de atraso para contarnos la historia de Juliet, una joven doctora que luego de que su marido le sea infiel decide divorciarse y mudarse a un departamento ubicado en Brooklyn. Su nuevo hogar simboliza las triple B, bueno, bonito y barato, y la cereza del postre para conseguir una pronta recuperación es aportada por un amistoso vecino que no parece ser lo que realmente muestra. Sin dudas el título y el argumento nos recuerda a Sliver: Invasión a la Privacidad, y lamentablemente la comparación no va a dejar bien parada a esta última, siendo que Sliver con todas sus limitaciones tiene para rescatar la sensualidad y los para nada despreciables desnudos de Sharon Stone, algo que en The Resident (así es su nombre original) ni siquiera se puede rescatar. En su debut como director el filandés Antti Jokinen narra torpemente un thriller que carece de rumbo, ideas y tensión. Incluso hay un inentendible abuso en la utilización de ciertos recursos, como el flashback implementado en la primera mitad del film que viene a subrayarnos lo que ya había dejado en claro el film al comienzo.No pedimos desde este rincón expresivo un thriller innovador que remueva los cimientos del cine, pero si al menos uno que no se torne terriblemente previsible, repetitivo, edulcorado y ausente de suspenso alguno. Dentro del trío conformado por Hilary Swank, Jeffrey Dean Morgan y Christopher Lee, es el actor que encarnó a Saruman quien presenta una actuación oscura y llena de incertidumbre, logrando causar con su sola mirada un aura de maldad atrapante. Lamentablemente para Invasión a la Privacidad, y más allá del indudable talento de ambos, la pareja protagónica integrada por los mencionados Swank y Dean "Javier Bardem con barba tupida" Morgan pasa por el film totalmente inadvertida y no posee una sola escena, ni siquiera sobre los minutos finales, que pueda rescatarse por sobre la mediocridad reinante de la obra. Invasión a la Privacidad representa un thriller totalmente carente de innovación, drama y suspenso, que lamentablemente ni siquiera llega a ser un entretenimiento edulcorado.