Cuarto documental de Florencia Mujica, éste en codirección con Daniel Najenson, abordando un tema tan importante como necesario, sea la década que sea, la “trata de blanca”. Impuros. Así se los denomina a todos aquellos que en el comienzo de 1900 y la década del ’30, dentro de la comunidad judía prostituían y “comercializaban” con mujeres traídas desde Europa: rusas, polacas, etc. Toda esta red estaba muy bien organizada y amparada desde muchos lugares por ámbitos del estado nacional. “Impuros” era el mote que les ponían dentro de la comunidad judía a todos aquellos que abusaban de la mujer y la colocaban dentro del negocio de la prostitución. Claro está que los tildaban como ya hemos dicho, pero no los entregaban con nombre y apellido porque para adentro todo, pero fuera de la comunidad se mantenían las formas. Impuros es un documental de denuncia, pero también de investigación. El camino que van haciendo los directores lo vemos en las entrevistas con historiadores, autores de libros, luchadoras por los derechos de la mujer, referentes de la comunidad judía, etc., en los textos, en las fotografías. Todo el material que se va aportando para ir desenmascarando ese universo de más de 80 años.
El silencio es un cuerpo que cae, ópera prima de Agustina Comedi, que tuvo su paso por el 20 BAFICI llega a las salas comerciales. “Cuando vos naciste, una parte de tu papá murió para siempre”. Con esa frase comienza el documental de Comedi. Pienso, mientras tengo la hoja en blanco frente a mí, qué contar y qué insinuar para que por ustedes mismos puedan descubrir lo que Agustina Comedi quiso contarnos en El silencio es un cuerpo que cae. El film comienza, probablemente con esa frase como disparador para Comedi, (re) descubriendo a su padre: Jaime. Jaime filmaba todo con su cámara hogareña y en eso se apoya la directora para ir juntando los pedazos del pasado que vivió y que le contaron. Jaime era su papá. Pero antes de eso era militante de izquierda en plena dictadura militar en Córdoba y desde su adolescencia y gran parte de su juventud tuvo amantes y hasta una pareja por más de diez años. Lo que su hija no sabía (así como tampoco su mamá) era esa militancia política y LGTB. Jaime era homosexual. El silencio es un cuerpo que cae comienza dentro de lo privado, de lo familiar. Con las grabaciones caseras realizadas por Jaime, con entrevistas a familiares y amigos (algunos quieren hablar, otros no. Algunos muestran su cara, otros no). Pero a medida que avanza la película, lo particular le queda chico y la directora lo entiende virando parte de la historia a lo que sucedía en aquellos años de militancia y homosexualidad. Jaime muere cuando la directora tiene tan sólo 12 años. En off, en varias ocasiones, se pregunta las cosas que nunca le pudo preguntar a él. Qué sentía cuando las llevaba junto a su mamá de viaje a los mismos lugares que fue muchos años atrás con sus amantes. Se pregunta y pregunta, por esas vidas “en la oscuridad” que debía llevar Jaime y sus amigos y amigas.
Dwayne Johnson es un ex agente del FBI que deberá rescatar a su familia atrapada en un edificio en llamas. La película no se llama ni Duro de Matar, ni Infierno en la torre, ni Volcano ni tampoco es Comando. Lo que sí es cierto es que comparte con ellas por lo menos algún punto, llevándolas al extremo en más de una escena. “La Roca” es hoy el actor mejor pago de Hollywood y, es vox populi, que cuida mucho su imagen en todas sus películas, siendo el bueno, el familiero, el que tiene honor, no usa drogas y rescata animalitos en peligro. En los últimos años lo viste en diferentes películas luchando con narcotraficantes, contra Vin Diesel “mano a mano”, contra el mismísimo mar y más recientemente “a puño limpio” contra cocodrilos y gorilas de más 10 metros. Para emparejar las cosas en Rascacielos: Rescate en las alturas decidieron que en el comienzo de la película pierda una pierna, pero esto no será un impedimento para todo lo que tendrá que hacer (saltar de edificio a edificio, luchar contra tres hombres a la vez o salvar a su familia de un rascacielos con más de 200 pisos en llamas). Como nos tienen acostumbrados este tipo de películas podemos decir que los malos son muy malos y los buenos son buenos. Se los ve, se les nota y no existe tal cosa como la “redención”. China y Estados Unidos (representados por el multimillonario que construye el rascacielos La Perla y “La Roca” el héroe que todo lo puede y tratará de salvar a su familia) serán nuestros buenos, pero siempre hay algún sociópata, preferentemente de un país de Europa del Este, que tratará de que las cosas no salgan bien y que nadie sobreviva. Con esto dicho, pareciera que les estoy pidiendo que no se acerquen al cine a ver Rascacielos: Rescate en las alturas. Pero no es así, por el contrario, acérquense porque aburrir no aburre, las escenas de vértigo funcionan tanto como las escenas de acción cuerpo a cuerpo. También, deberé admitir que “la Roca” tiene su carisma, tiene su energía en la pantalla y pocas son las cosas que uno pueda llamar malas o desastrosas de su parte. O quizás yo no pueda llamarlas así.
Manuel Abramovich debuta en el largometraje con su película Solar que fue parte de la competencia argentina del 18 BAFICI. Abramovich viene del cortometraje, con mucho éxito y grandes trabajos como La Reina, ganador de numerosos festivales. Con Solar debuta en el largometraje, pero manteniendo sus características a la hora de filmar. Solar es un documental, o por lo menos eso intenta. La idea es registrar la reedición de un libro escrito por Flavio Cabobianco que en la década de los 90 fue un suceso mediático. Cuando digo que intenta ser, es porque a medida que avanza el documental Flavio le complica las cosas al director y, como ya supo “resolver” en otros trabajos, Abramovich se nutre de eso para sacarle más jugo a su película. Abramovich demuestra, en su debut en el largometraje, que a la hora de realizar un documental en cualquier lado hay una historia, un hecho o suceso digno de ser mostrado. Pero esta premisa no es válida para todos, es válida para él que en Solar, como dice el dicho, consigue sacar agua de las piedras.
Tras pasar por varios festivales internacionales llega el estreno de la ópera prima de Silvina Schnicer y Ulises Porra Guardiola: Tigre. Esta ópera prima fue filmada íntegramente en el delta del Tigre, haciendo con esto que ese lugar le dé nombre al film y que, también, termine convirtiéndose en un “personaje” más de la historia. Así como el lugar es clave, los personajes interpretados por Marilú Marini y María Ucedo son quienes nos hacen entrar en la historia, en su viaje al delta para ocupar la casa de una de ellas y así tratar de que no sea usurpada por extraños con otras intenciones. Las dos actrices son las primeras de muchos personajes que se irán sumando para lograr, con la ayuda del espacio geográfico, dar más interés e intriga a lo que va sucediendo, con dos actuaciones impecables que destacan en la película. Otro punto fuerte de Tigre es la banda sonora, muy importante para ir adentrándonos en la isla y en las historias de cada uno de los personajes. Mujeres con deseos, con problemas de todo tipo, el despertar sexual, las relaciones familiares. Todo eso se va sucediendo en Tigre de una manera interesante y lograda, pero es cierto que acercándose al final todo lo que se contaba con sutileza comienza a ser más explícito.
En su nueva película, Diego Lerman vuelve a abordar el tema de la familia pero, así como en Refugiado era la deconstrucción de la misma, en Una especie de Familia es la posible construcción de una nueva. Malena (Bárbara Lennie) es una médica porteña que viaja a Misiones para terminar los trámites de una adopción, con la cual su ex pareja (Claudio Tolcachir) no está muy de acuerdo. Allí está Marcela (Yanina Avila) a punto de dar a luz el bebe que dará en adopción mediante el nexo que realiza el doctor Costas (Daniel Aráoz). Visualmente Lerman nos tiene acostumbrados a que sus películas son, en esencia, puro cine. Cada plano, cada sonido, cada momento de Una especie de familia, está cuidado al detalle Nosotros, como espectadores, viajamos no sólo físicamente a Misiones sino también emocionalmente con Malena. Con sus dudas, con sus límites que, continuamente, está dispuesta a cruzar. Bárbara Lennie tiene sobre ella todo el peso de la película y pareciera no sentirlo dando una de las mejores actuaciones que se le haya visto. Pero el fuerte en Una especie de familia no está sólo en que la protagonista se luce, si no en que Aráoz interpreta de gran manera a este médico ambiguo, siempre llevándonos a dudar de sus intenciones, y tenemos a Avila, una actriz no profesional, sin experiencia en el medio, que cualquiera podría confundir con una actriz de trayectoria, con muchas cualidades y con escenas junto a Lennie que cortan el aire por la tensión y precisión con que son contadas e interpretadas. Lerman acierta en no hacer una película panfletaria ni de denuncia, sino en contar una historia y que a partir de ella se disparen muchas preguntas sobre la adopción en nuestro país.
Nico Casavecchia estrena su opera prima, Finding Sofia, con Rafael Spregelburd, Sam Huntington y Andrea Carballo, que participó de la Competencia Argentina del Bafici en 2016. Alex (Huntington) es un director de animación que vive en Brooklyn. Decide comprar un pasaje a Argentina persiguiendo la ilusión de conocer a una chica, a quien aún no ha visto en persona, con la que inició una relación online luego de que ella le dejara una crítica destructiva en uno de sus videos. Pero lo que esperaba no es lo que encuentra al llegar a Buenos Aires y juntarse con Sofia. Casavecchia es argentino, radicado en Estados Unidos, y con Finding Sofia nos trae a un norteamericano que viene a buscar el amor y la inspiración en Buenos Aires y construye una comedia que, por forma y contenido, uno no encontraría normalmente en la producción nacional. Alex no habla una sola palabra de español y cuando llega todo sale mal: Sofia no responde y cuando lo hace termina pasando una semana en la casa que ella tiene en el Tigre con su novio Víctor (artista plástico snob y déspota) y la asistente de éste, Flor. Drogas, cruces amorosos, un poco de crítica social y política. Planos secuencia, cámara en mano y una estética muy cuidada todo dentro de una pequeña comedia romántica.
Alta cumbia, dirigida por Cristian Jure, un trabajo no sólo cinematográfico sino también antropológico y político-social. Alta cumbia es la película que el género de la cumbia villera se merecía desde hacía muchos años. Se presenta como una ficción en la cual se realiza un documental (que también es parte del filme) recorriendo los barrios, los referentes del género y desentrañando el por qué de su importancia allá en los años 90 y principios del 2000. Si bien cinematográficamente no es una película pulida ni tan lograda, en lo que respecta al sonido, las actuaciones y la fotografía, su mayor logro y donde está su corazón son las entrevistas logradas, de enorme riqueza. Puede que estos “desaciertos” a la hora de filmar sean los buscados y tengan una razón de ser por el tema que se está tratando, pero esto no invalida que al verla se sienta rudimentaria y amateur. El recorrido que hace su director desentrañando los orígenes de la cumbia villera, la estigmatización que sufrió y sufre el género por parte de mucha gente, así como las letras que representaban a esa parte de la sociedad que vivía en el olvido. La cumbia villera fue una música de protesta, sin ningún lugar a dudas, en donde Pibes Chorros, MalaFama, Los Gedes, Yerba Brava y Pablo Lescano fueron la voz de una sociedad oprimida, marginada y que encontraron en ellos una forma de expresión. Para tomar un ejemplo, la canción “Industria Argentina”, de Damas gratis, del año 2004, en su letra decía: “Patacones, Quebracho, Lecop, la puta que te parió, devolvé la plata que te llevaste al exterior. Políticos de porquería se robaron lo poco que quedaba en la Argentina.”
En Montecarlo (Misiones) Diego Marcone realiza Raídos: documental sobre los tareferos, bello y perturbador al mismo tiempo. Las condiciones laborales de los tareferos (aquellas personas que cosechan artesanalmente la yerba mate) es uno de los puntos que trata Raídos: el frío con el que se levantan para ir a trabajar, el calor con el que trabajan, el veneno que usan en las plantaciones, con apenas un trapo en sus caras, sueldos bajos y pocas posibilidades de mejora. Limitaciones y pesares. Marginalidad y pobreza. A merced de los cambios de la naturaleza y de las decisiones empresariales siempre favorables únicamente a sus propios beneficios económicos. Hay momentos en donde el director nos saca de ese lugar de trabajo y conocemos las casas y las vidas de los tareferos: salidas a los bailes, partidos de fútbol y otros momentos en los que se permiten descansar y disfrutar del ocio. Desde el pibito que recién empieza en el oficio hasta el más curtido por el sol y la tierra o aquel que quiere y decide seguir estudiando para procurarse otra vida, Marcone decide contarnos sus historias, las de tantos como pueda. Ese es un logro de Raídos porque nos ofrece la posibilidad de conocer a esos jóvenes, que viven una cruda realidad, desde la intimidad que la cámara ha conseguido imprimir, con sensibilidad y apostando a los detalles, a sus gestos, sus palabras y sus silencios.
Pasaron 21 años del filme original, el grupo se vuelve a reunir bajo la dirección de Danny Boyle en T2: Trainspotting en un proyecto que podría haber sido un desastre y resulta siendo una gran película con la dosis justa de nostalgia. 20 años pasaron para todos nosotros, pero también para los personajes. Pero si bien paso el tiempo, ellos siguen siendo los mismos. Renton vuelve a la ciudad y con él reaparecen Spud, Simon y por supuesto que Begbie. No hace falta aclarar en este texto en qué momento de las vidas se encuentra cada uno, basta con decir que la llegada de Renton cambia todo y el reencuentro del grupo será lo que vaya guiando todo, solo que esta vez cuando se ve an todos no será (en principio) en buenos términos. Las mismas drogas, el mismo humor, la misma cámara inquita de Boyle para filmar. Una banda sonora que es un personaje más, solo que a diferencia de la primera película no se destaca tanto. ¿Es necesario ver la primera para poder ver esta secuela? La respuesta es no, se entiende como una película individual también, con muchos flashbacks. Pero sin dudas que sin nos disfrutaron la primera entrega se perderán muchos referencias, chistes y un poco de la historia. T2: Trainspotting es casi tan oscura como la original. Asi como la original era sobre la juventud, la amistad y la situación política en Inglaterra. T2: Trainspotting es sobre estos cuarentones en crisis con sus vidas, sus familias y todo lo que los rodea.