Inspirada en un hecho real de 1985, "Oso Intoxicado" es un thriller muy dinámico que relata la historia del un avión del que el contrabandista Andrew C Thornton II se arrojó en paracaídas con droga, dinero y armas. Los paquetes de cocaína terminaron cayendo, igual que su cuerpo sin vida (su paracaídas no se abrió) en el Bosque Nacional Chattahoocheee en Georgia y la droga fue ingerida por un enorme oso negro provocando la adicción del animal que ocasiona un sinfín de sangre, muerte y mutilaciones varias con tal de conseguir más y más polvo blanco. El guionista Jimmy Warden, sólo tomó la noticia y agregó el resto: un grupo de narcotraficantes, Eddie (Alden Ehrenreich queriendo salirse del negocio), el jefe de la organización y padre de Eddie, Syd (Ray Liotta en su último papel en cine) y Daveed (O'Shea Jackson), que trabaja para Syd y necesita encontrar la mercancía, policías, los niños que faltan al colegio para ir al Bosque, Dee Dee (Brooklynn Prince) y su amigo Henry (Christian Convery), la preocupada madre de Dee Dee, Sari (Keri Russell), una Guardaparque con una experiencia dudosa (Margo Marindale), una bandita de chicos malos y otros personajes que rodean la historia del oso sediento de cocaína. Lo mejor de la película es el CGI del oso que es muy bueno gracias al trabajo del doble de riesgo Allan Henry y a los efectos que lo hacen ver súper real. La caída de las bolsas conlleva la investigación que viene después, y la acción que va creciendo, al igual que las muertes en un escenario muy atractivo. A esta película no hay que tomarla muy en serio, no es pretenciosa ni pretende serlo, es el oso, la cocaína y lo que este dúo genera, nada más. Pero no decae en ningún momento, el elenco cumple y el diseño de producción es muy bueno. No se puede pedir más para pasar un rato entretenido, siempre y cuando no seas de los que se impresionan con una seguidilla de muertes y desmembramientos por aquí y allá.
Con dirección de Rhys Frake-Waterfield, nos adentramos en esta suerte de historia que inicia con animación en blanco y negro y va relatando la amistad del niño Christopher Robin (Nikolai Leon) con Winnie Pooh (Craig David Dowsett), Piglet (Chris Cordell) e Igor, felices de compartir vida y travesuras en el bosque. Un día, ya mayor, Chris debe abandonarlos para asistir a la Universidad de Medicina y sus amigos, lejos de entenderlo, empiezan a cobijar dentro suyo un odio y un rencor que los transforma en asesinos sedientos de sangre que quieren vengar el abandono a costa de cualquier persona que se cruce en su camino. Ellos son mitad humanos mitad bestias y habitan el Bosque de los 100 Acres. Al terminar sus estudios, Chris vuelve a buscarlos junto a su prometida Mary (Paula Coiz) en lo que imagina será un amoroso encuentro. El mismo no resulta según lo proyectado ya que lo primero que hacen sus ex compañeros de aventuras es matar a su novia de la peor manera, secuestrando a Chris, el "traidor" por haberse ido a estudiar (?). Al primero que habían hecho "desaparecer" para comérselo fue a Igor (es que no tenían comida y tenían hambre...). A la historia de Chris se suma la de María (Maria Taylor), con el estigma de un stalcker que solía perseguirla. Por eso, ¿que mejor que buscar tranquilidad en el Bosque con sus amigas? Allí parte el grupo formado por la propia Maria, Jessica (Natasha Rose Mills), Alice (Amber Doig-Thorne), Zoe (Danielle Ronald) y Lara (Natasha Tosini), a relajarse a la cabaña que se transformará en una pesadilla. El film es una mezcla de diálogos absurdos, litros de sangre y un guion que mueve más a la risa que al susto. Las actuaciones son desastrosas, los asesinatos son los más gore que se puede ver, cabezas reventadas de todas las maneras, ojos que saltan...hasta los habitantes de un lugar cercano que pretenden defender al grupo de chicas de estos asesinos en serie resultan graciosos. En fin...nada que pueda rescatar salvo los escenarios, el Bosque está bien. El resto, olvidable. Impresionables, afuera.
Ambientada en los años 80 la película española dirigida por Víctor García y guion de Guillem Clua, es la típica película de fantasmas que involucra niños. La historia es la de una familia compuesta por dos hijas y sus padres, que se mudan al pueblo de Tarragona, ya que están pasando una apremiante situación económica y consiguen trabajo en un matadero, propiedad del resto de la familia que los ayuda y también los menosprecia. Judith (Olimpia Roch) la hija menor, toma la comunión, todo el pueblo se reúne a festejar y la costumbre es que cada niña se saque una foto con su muñeca. Aquí no hay muñeca ya que no hay dinero. Luego de la Comunión Sara (Carla Campra), su hermana mayor, quien es seguida de cerca por su padre, va a una fiesta con su amiga Rebeca "Rebe" (Aida Quiñones) y amigos en un pueblo cercano. Al volver Sara cree ver en el bosque una niña vestida de blanco que luego desaparece. Lo que sí encuentra es una muñeca antigua que conserva y que es el disparador para "despertar" la maldición que cae sobre los cuatro jóvenes que la vieron. Con desconcierto las mujeres intentan buscar una explicación a lo que está sucediendo y que envuelve una leyenda urbana con los consiguientes sobresaltos y alucinaciones. El film posee un comienzo promisorio que luego se desvanece, cierto suspenso, buena recreación de época y está bien interpretada con una situación familiar creíble, pero terror, lo que se dice terror, no hay y no ahonda en situaciones que hubieran sido muy interesantes (como la relación de maltrato que tiene el padre de Rebe hacia ella). Y el CGI del "fantasma"...lo dejamos ahí.
La nueva película de Scott Beck y Bryan Woods (responsables de la gran "Un Lugar en Silencio" junto a John Krasinski) nos adentra en un tiempo lejano, exactamente 65 millones de años atrás. Mills (Adam Driver), piloto interestelar, está casado con Alya (Nika King) y la pareja tiene una hija, Nevine (Chloe Coleman) con una salud delicada. Su próxima misión consiste en embarcarse durante dos años y transportar pasajeros. En el viaje su nave choca con una lluvia de asteroides, por lo que debe proceder a efectuar un aterrizaje de emergencia en un planeta desconocido, en lo que después sabremos que es la Tierra. La única sobreviviente es Koa (Ariana Greenblatt), con la que se entiende poco, mediante señas y a fuerza de repetir palabras ya que la niña no habla inglés, así que... no sabremos nada sobre ella. Sin conocerse, tendrán que confiar uno en el otro para escapar de lo que ya es una pesadilla y se pondrá peor cuando se encuentren con feroces dinosaurios que dominan el lugar. La única escapatoria es ubicar una cápsula que está a quince kilómetros en una carrera contra el tiempo y a merced de los peligros del lugar. Esta es la premisa de un film simple de una hora y media que me recordó en varios momentos a "Jurassic Park", pero si las comparo, pierde. Los efectos no aportan demasiado, no me brindó suspenso ni emoción en ningún momento, aunque la química entre los dos fluye. Lo que no es entretenido aquí es el guion, repetitivo y aburrido. Y uno siempre espera mucho más de Adam Driver, un actor que ya demostró un gran talento para desafíos de otra envergadura.
Finalmente se estrenó la secuela de Shazam! después de una exitosa primera parte en 2019. Con dirección de David F. Samberg, y con guion de Henry Gayden y Chris Morgan, la acción se desarrolla en Filadelfia, donde Billy Batson (Asher Angel), de diecisiete años atraviesa problemas de inseguridad con respecto a sus poderes y si es merecedor de ellos.Vive con sus hermanos y padres adoptivos, Víctor Vásquez (Cooper Andrews) y Rosa (Marta Milans). Billy se transforma en un superhéroe (Zachary Levi) gracias a un mago que le dio superpoderes cada vez que dice la palabra mágica (Shazam) y los comparte, actuando en bloque, con sus hermanos. Freddy Freeman (Jack Dylan Grazer) se convierte en: "Freddy" (Adam Brody), Darla (Faithe Herman)/ "Darla" (Meagan Good), Mary Broomfield/ "Mary"(Grace Caroline Currey), Pedro Pena (Ovan Armand)/ "Pedro" (DJ Cotrona), y Eugene Choi (Ian Chen)/ "Eugene" (Ross Butler). Como en toda película del género, tiene que haber villanos. Aquí las dos mayores hacen su entrada triunfal al robar de un Museo, un mágico bastón de madera que le otorga poder a su poseedor. Hespera (Helen Mirren) puede controlar el clima y Kalypso (Lucy Liu) la mente. La tercera es la adolescente Anthea (Rachel Zegler), con el poder del eje de rotación. Como Ann, la joven asiste al Colegio adonde concurren los Vásquez. El motivo de la llegada de las hijas del Dios griego Atlas es recuperar lo que les fue robado por "Wizard" (Djimon Hounsou), por lo que Shazam se verá envuelto junto a sus hermanos en una lucha para defender a su familia y eventualmente, al mundo entero. Sin ánimo de spoilear, la película intenta buscar el chiste de manera casi permanente, pero esta vez el humor, no está tan logrado. Las escenas de acción son buenas, hay un gran despliegue y visualmente, cumple. El problema es un guion algo desordenado que no ofrece nada más original que lo que ya hemos visto en films de superhéroes. Esperaba un poco más porque la primera me había parecido muy entretenida. De todas maneras, brinda lo que los fanáticos de los personajes de DC cómics van a buscar.
Maybe I Do" o "Quizás para Siempre" reúne un elenco notable de celebridades, lástima que el guion atrase cien años, y además sea irreal y poco probable. El director y guionista Michael Jacobs presenta tres parejas, la primera está compuesta por los jóvenes Michelle (Emma Roberts) y Allen (Luke Bracey), quienes ya conviven aunque ella sueña con el casamiento y él no lo tiene en sus planes. Cuando surge una pelea por este tema luego del casamiento de unos amigos, ella plantea si seguir adelante o cortar definitivamente. Como última chance, Michelle le pide a Allen que asista a una cena en la casa de sus padres, para presentarlos, sin saber que casualmente, ya se conocen. Los padres de Michelle son Howard (Richard Gere) y Grace (Diane Keaton), algo aburridos y desconectados por el paso del tiempo y los padres de Allen son Mónica (Susan Sarandon) y Sam (William H. Macy) pasando por la misma situación de desgaste pero con una relación más distante y menos cariñosa. Lo que sus hijos no saben y por supuesto, tampoco los integrantes de los matrimonios, es que los cuatro tienen relaciones cruzadas: Howard y Mónica tuvieron un breve affaire que él quiere terminar, y ella no, y Sam y Grace se habían conocido el día anterior en un cine y sólo habían compartido una charla y una ida a un Hotel que no pasó a mayores. Cuando finalmente se produce el encuentro entre los seis, los mayores se sorprenden y se ponen nerviosos y los hijos buscan consejo en sus padres, se pone en tela de juicio el amor, si están felices con sus respectivos compañeros y si desean seguir, si el amor puede sostenerse a través de tantos años y si la pasión puede durar. Las charlas se repiten y los chistes son muy malos, da pena ver esos nombres tratando de ser graciosos, sin lograrlo. No hay una buena construcción de personajes, ninguno es creíble. Convengamos en que hacer comedia es muy difícil, eso está fuera de discusión, pero aquí se desperdicia un gran elenco que seguramente habrá sido difícil de reunir y con el que se podría haber hecho una película menos previsible.
Con estructura teatral, y ambientada en 2010, aunque parece una película de época, "Women Talking" está inspirada en la novela de Miriam Toews basada en un caso real acerca de una colonia menonita de Bolivia ultra conservadora y religiosa. Llevada al cine con guion y dirección de Sarah Polley en la película se cuenta lo que deben sufrir, niñas y adultas al ser violadas y golpeadas reiterada y brutalmente por los hombres de la colonia. Para hacerlo usaban tranquilizante para vacas, con lo cual, al día siguiente no recordaban nada, sólo quedaban las marcas, signos del violento abuso. Ahora ellas deben tomar una decisión, y tienen tres caminos: perdonar y aguantar, quedarse y luchar o abandonar el lugar junto a sus hijos. Para votar se reúne un grupo en el granero. Sin hombres por dos días, ya que fueron arrestados, no hay tiempo para llegar a una conclusión. Lo que sigue es una clase magistral de actuación de un maravilloso elenco donde se destacan Ona (Rooney Mara), embarazada producto de una violación, Salomé (Claire Foy) y Frances Mc Dormand (en un rol breve pero extraordinario), Mariche (Jessie Buckley), Greta (Sheila McCarthy) y Agata (Judith Ivey) y un gran, Ben Whishaw como el dulce y sensible August, maestro de la comunidad y enamorado de Ona, único personaje masculino que es requerido para tomar nota, ya que al estar prohibida la educación para niñas (no así para los niños) son analfabetas. En las charlas hay llanto, furia contenida, trauma, miedo, complicidad y empatía. Con una fotografía de gran belleza, el guion hace foco en el hermoso lugar donde viven, y a la vez refleja en la negrura del vestuario lo que habita en el interior de cada alma. El film es sensible, crudo, reflejándonos aún hoy. No olvidemos que todavía sufrimos opresión por más que se reconozca que estamos en camino a un cambio. Cada personaje está bien construido, bien delineado, cada una con una personalidad marcada. Nominada al Oscar como Mejor Película y Mejor Guion Adaptado, "Women Talking" nos atraviesa con su dureza, nos interpela a pensar en nuestra sociedad, todavía patriarcal y en el rol de las mujeres, dispuestas a romper cadenas
Opera prima de Mehdi M. Barsaoui y producida en conjunto por Francia y Túnez, “El Engaño” comienza con la postal de una familia feliz en el verano del 2011. Fares (Sami Bouajila), Meriem Najla Ben Abdallah) y su hijo Aziz (Youssef Khemiri), de 10 años vuelven de vacaciones en auto, cantando y bromeando. En el medio de la nada y con un país convulsionado quedan presos de un aterrador tiroteo del que los padres salen ilesos pero no así su hijo que recibe los disparos que lo llevan al hospital, donde el Dr. Dhaoui (Noomen Hamda) les informa que su condición es crítica, hay que operarlo. Conforme pasan los días Aziz empeora, lo que desemboca en la necesidad de un trasplante parcial de hígado. Cualquiera de los padres según las leyes de Túnez, con su tipo de sangre podría ser el donante pero, a raíz de esta encrucijada, un secreto fuerte y doloroso sale a la luz. El guion y la dirección de Mehdi M. Barsaoui rescata la urgencia sin dejar de lado que Fares fue engañado. La situación de la pareja cambia, se produce una distancia, y ambos comienzan a buscar alternativas. El donante puede ser alguien que buscan, pero también existe la posibilidad de ingresar en el mercado negro de órganos manejado por un misterioso hombre que aparece de manera sorpresiva (Slah Msadek). Están dispuestos a lo que haga falta para salvar la vida de su hijo. El elenco es sólido y se luce en los silencios y en las palabras, pasando de la alegría absoluta al drama desesperante cuando la salud está en juego. Una buena muestra del director tunecino con algunos giros y un guion del que conviene saber lo menos posible.
Creed III” encuentra a Adonis Creed (Michael B. Jordan) en Los Angeles, retirado del boxeo siendo Campeón Mundial de peso pesado, pero cerca de la actividad. Promueve el deporte y supervisa su gimnasio junto a Tony “Little Duck” Burton (Wood Harris). Vive en una mansión con su mujer Bianca (Tess Thompson) ex cantante y ahora compositora/productora, y su hija, Amara (Mila Davis-Kent) ambas con discapacidad auditiva de distinto grado. Cuando su vida está tranquila, aparece su antiguo amigo de la adolescencia, Damian "Dame" Anderson (Jonathan Majors), quien acaba de salir de la cárcel después de 18 años y pretende volver al ring para cumplir su sueño postergado. Algo reticente pero también sintiéndose culpable por haber desaparecido de su vida, Adonis lo acepta en el gimnasio porque los años que cumplió Dame adentro, lo involucran. Mediante flashbacks, este drama deportivo con guion de Keenan y Ryan Coogler y Zach Baylin nos sumerge en la época en que las actividades de ambos estaban invertidas: el que tenía un gran futuro y ganaba todas las peleas era Dame y Adonis, además de ser su amigo y admirador, lo asistía. Una noche, después de un desagradable encuentro con un hombre que lo había maltratado en la infancia, Dame lo defiende. Adonis, con 15 años, (Thaddeus James Mixson Jr.) escapa luego de atacar a Leon y al primero le toca pagar con el encierro. Cuando se reinserta en la sociedad, Dame ve todo lo que él ansiaba para su vida en su ex amigo...Eso va a reavivar una relación tormentosa donde también está involucrada la madre de Creed, Mary Anne (Phylicia Rashad), reticente a la vuelta del ex-convicto, que, hambriento de gloria, pasa a ser el villano con aires de revancha, mezcla de orgullo y resentimiento, desafiando a Creed para que también vuelva a pelear. Michael B. Jordan hace un digno debut como director mostrando dinamismo en las peleas que se ven muy reales. La película es entretenida, aunque abarca demasiados temas. En cuanto a las actuaciones, se puede decir que son buenas, especialmente la química que se genera entre ambos protagonistas, pero...resulta predecible, como todas las del género. Sólo para fanáticos.
The Whale” nació como obra teatral, y por primera vez un texto de Samuel D. Hunter, se adapta a la pantalla grande. Él también es el responsable del guion de la película que cuenta con dirección de Darren Aronofsky y que ha cosechado elogios en cada Festival al que se presentó, especialmente por la actuación de su protagonista Brendan Fraser, quien retorna luego de un impasse de varios años en las grandes ligas. En el film es Charlie, un hombre con problemas de salud que se deben principalmente a su obesidad severa, la que se agrava al morir su pareja Alan, un ex estudiante suyo en sus clases de dramaturgia y por quien dejó a su mujer Mary (gran actuación de Samantha Morton) y a su hija Ellie (Sadie Sink) que en ese momento contaba con ocho años de edad. Poca gente lo rodea, esa es su decisión mientras atraviesa una depresión que no le impide intentar enmendar errores del pasado. Muy cerca suyo se encuentra su incondicional amiga, enfermera y ex cuñada Liz (Hong Chau), Thomas (Ty Simpkins) quien llega casualmente a su puerta como tantos jóvenes que predican el Evangelio y quiere ayudarlo y finalmente su hija Ellie (Sadie Sink) que vuelve a verlo por algo puntual. Los encuentros con la adolescente están llenos de furia y reclamos a los que Charlie responde de la mejor manera; ya que pretende recomponer el vínculo. Cada movimiento que realiza le demanda gran esfuerzo y aquí se luce Adrien Morot diseñador del traje y las prótesis necesarias para que el protagonista sea puro desborde. Un relato dramático pero también conmovedor que exhibe almas y corazones rotos y que de la mano de Fraser propone un viaje doloroso e intenso a puro talento sin caer en golpes bajos.