La aventura de volver a casa. Un amigo abominable es una película de animación producida por Dreamworks Pictures, transcurre en la China contemporánea, cuando una adolescente se encuentra con un Yeti en el techo de su casa y decide devolverlo al Monte Everest con su familia. Está escrita por Jill Culton, quien la codirige junto Todd Wilderman, y en su versión original las voces de los personajes están interpretadas por Chloe Bennet, Albert Tsai, Tenzing Norgay Trainor y Sarah Poulson. La historia cuenta la aventura que vive Yi, una adolescente, que junto con sus vecinos Pen y Jin deciden llevar a un Yeti que vive en el techo de su edificio de vuelta al monte Everest. Y para lograrlo deben huir de una peligrosa organización que busca volver a capturarlo para demostrar su existencia frente a la comunidad científica. Si bien resulta imposible no tener en cuenta los puntos en común que comparte con E.T., en este caso la trama se orienta hacia la road movie, donde cada personaje aprenderá una lección que le cambiara la vida. La construcción del verosímil para que el mundo donde transcurre esta historia fantástica sea el real puede verse en muchos detalles de su diseño de producción, que abarca desde una escena en el Buda gigante de Leshan hasta un cartel de McDonalds. Esta reconstrucción animada fiel a la realidad en cada uno de los paisajes, permite que el espectador se sienta identificado con mayor facilidad con estos personajes comunes envueltos en una aventura extraordinaria en lugares que son muy típicos para el público oriental, a quien se dirige en primer lugar, ya que la historia transcurre en China. Pero el problema de la película está en el desaprovechamiento de los gags, porque si bien el foco se centra en la aventura, muchos de ellos no terminan de funcionar. Porque son demasiado trillados, como el del eructo del Yeti o no causan gracia, como es la serpiente que aparece de forma sorpresiva en diferentes momentos. En conclusión, Un amigo abominable funciona, especialmente para el público más pequeño, pero pierde en una comparación a la genial Pie pequeño, estrenada el año pasado, ya que ambas parten de una idea similar. Pero la segunda aprovechaba el humor para adaptar temas profundos y esta se concentra más en el relato de aventuras, haciendo uso de todos los lugares comunes del género.
Mejor no hablar de ciertas cosas. Historias de terror para contar en la oscuridad es el título de la nueva película de André Øvredal, un director que en esta ocasión vuelve a lucir su oficio para el género. Está protagonizada por la joven Zoe Margaret Colletti, que interpreta a una adolescente que encuentra un libro en una mansión abandonada, y la acompañan Michael Garza, Austin Zajur, Gabriel Rush, Kathleen Pollard, Gil Bellows, Javier Botet, Dean Norris y Lorraine Toussaint, entre otros. Uno de los guionistas de esta película, basada en una serie de cuentos escrita por Alvin Schwartz, es Guillermo del Toro, quien también cumple el rol de productor, y en la historia se puede ver la influencia de la obra literaria de Stephen King, ya que está ambientada en un pueblo del interior de Estados Unidos que tiene una mansión abandonada. Y es allí donde un grupo de amigos encuentran un libro misterioso, que relata con sangre la forma en que son asesinados diversos personajes. Uno de los aspectos que vale la pena destacar de esta película es su diseño de producción, a cargo de David Brisbin, que logra reconstruir este pueblo rural común y corriente de 1968, en el que lo aterrador irrumpe en la vida cotidiana de sus personajes, alimentándose de sus miedos. Y esto proviene de una mansión de estilo gótico abandonada ubicada en las afueras, marcando así un fuerte contraste que hace funcionar el relato. Y lo utiliza también para referirse a las consecuencias de la elección de Richard Nixon como presidente y la guerra de Vietnam, a las que se hace referencia de forma constante, como una metáfora del fin de esa época de optimismo que Quentin Tarantino representó en Había una vez en… Hollywood. Y a pesar de pertenecer a este subgénero que puede denominarse slasher sobrenatural, al igual que los dos capítulos de IT o la franquicia de La llamada, su director no abusa del gore, ya que apunta a un público adolescente. Pero a cambio hace un muy buen uso de la construcción de climas surrealistas rematados por jump scares efectivos. Y el hecho de no contar con estrellas dentro de su elenco genera una mayor empatía con el espectador, porque ve correr peligro de muerte a personas comunes, sin saber a ciencia cierta cuales de ellas pueden llegar a la última escena. En conclusión, Historias de terror para contar en la oscuridad es una película de terror eficaz, porque hace que no decaiga el interés de los espectadores a pesar de utilizar muchos de los lugares comunes del género. Y a su vez convierte a su director, André Øvredal, en alguien con mucho oficio para ser tenido en cuenta en el futuro.
Nada que perder 2 es una pelicula brasilera basada en la vida del Obispo Edir Macedo, interpretado por Petrônio Gontijo, fundador de la Iglesia Universal del Reino de Dios. Está dirigida por Alexandre Avancini y Sylvie Yarza y completan el elenco Day Mesquita como su esposa Ester Bezerra, Beth Goulart, Dalton Vigh y Eduardo Galvão entre otros. Esta película es la secuela de Nada por perder, estrenada en Argentina en el 2018 y también se basa en los libros sobre la vida de este predicador escritos por Douglas Tavolaro, quien aparece entrevistando al protagonista, que le va contando acontecimientos de su vida, que vemos en forma de flashbacks. Y es así como encontramos a nuestro protagonista recién salido de la cárcel, y en la que la prosperidad de su Iglesia entra en una serie crisis que van desde la persecución a los fieles hasta el derrumbe de un templo. Pero todas estas situaciones dolorosas en lugar de hacerle perder la fe en Dios lo llevan a buscarlo en un viaje al Monte Sinaí. Entre los aspectos que vale la pena destacar de la película es en que no hace falta conocer la vida de Edir Macedo para entender lo que ocurre, ya que todos los acontecimientos se presentan de forma ordenada, permitiéndole a los espectadores una fácil comprensión. También es interesante como sus directores buscan mostrar lo que ocurre recurriendo al lenguaje cinematográfico, en lugar de recurrir a una gran cantidad de datos históricos, difíciles de recordar y que ralenticen la narración. Y el principal aspecto negativo está en su estética televisiva, porque si bien se nota que conto con un presupuesto elevado, el director de fotografía, Pedro Cardillo, filma en digital. Y desaprovecha el enorme potencial que le pueden aportar las imágenes en el desierto, por ejemplo, para habiendo utilizado filtros cuyos tonos potencien más el estado de animo de sus personajes, dándole así un tono poco más épico a este relato. En conclusión, Nada que perder 2 es una película interesante, porque permite conocer la historia de este líder religioso contemporáneo. Y si bien seguramente será disfrutada por sus seguidores, no deja de lado a todo aquel que quiera saber quién es, introduciéndolo asi en su vida personal y su obra pastoral.
Más allá del infinito. Ad Astra: Hacia las estrellas es una de las películas que compitieron por el León de Oro en la última edición del Festival de Venecia. En ella, Roy McBride, interpretado por Brad Pitt, es un astronauta que viaja al espacio en búsqueda de su padre desaparecido, Tommy Lee Jones. Está escrita y dirigida por James Gray y completan el elenco Liv Tyler, Ruth Negga y Donald Sutherland, entre otros. La historia transcurre en un futuro cercano, en el que el planeta tierra sufre las catastróficas consecuencias de una radiación de antimateria que amenazan con destruirlo. Por eso el Mayor Roy McBride es enviado en una misión al planeta Marte para enviar desde allí un mensaje a su padre, un astronauta desaparecido en una misión más allá del sistema solar para saber si está involucrado y puede ayudarlos a detenerla. Y a medida que avanza su viaje irá recolectando información sobre su padre, que lo lleva a replantearse su relación con él y a intentar entender las causas de su desaparición. Lo primero que vale la pena tener en cuenta es que si bien esta película se trata sobre una travesía espacial, está contada desde el punto de vista de su protagonista, lo que se explicita mediante el recurso de la voz en off. Es por eso que vamos teniendo la misma información que él sobre su padre desaparecido a medida que vamos recogiendo testimonios tanto de terceros como audiovisuales, asemejando así la trama de esta película a la de Apocalipsis now en el espacio exterior. Esto se puede apreciar también en el muy buen trabajo de sonido, donde por momentos podemos oír la respiración de Roy McBride en planos generales. Otro aspecto a tener en cuenta es el gran trabajo de fotografía a cargo de Hoyte Van Hoytema, cuya cámara parece flotar en el aire reflejando la falta de gravedad que hay en el espacio, consiguiendo así unas imágenes de una belleza notable similar a la de El árbol de la vida. Así como también se destaca en el uso del color, iluminando en tonos grises las escenas que transcurren en la luna y rojos las de marte, haciendo que resulte verosímil que se encuentran en dichos planetas de acuerdo a la idea de los mismos que tenemos como espectadores. Esto es posible también gracias al diseño de producción a cargo de Kevin Thompson, quien construye un futuro cercano verosímil basado en la tecnología actual, aunque bastante más avanzada, por supuesto, donde hay automóviles y subterráneos en una luna colonizada y el uso de transbordadores espaciales es mucho más frecuente. En conclusión, Ad Astra: Hacia las estrellas es otra travesía espacial similar a la de 2001: Odisea en el espacio, pero a diferencia de esta obra maestra de Stanley Kubrick no busca reflexionar sobre la relación del hombre con la tecnología, sino que es la excusa para que su protagonista realice un viaje interior de autodescubrimiento y redención. Es por eso que este relato intimista contado en una escala épica tiene serias posibilidades de competir en muchos rubros, especialmente técnicos, en la temporada de premios a las mejores películas del 2019.
Jettatore. Iniciales S.G. es una película protagonizada por Diego Peretti, en la que interpreta a Sergio Garces, un actor con una carrera fallida al que le ocurren una serie de desgracias durante los últimos días del Mundial de futbol del 2014. La dirigen Rania Attieh y Daniel Garcia, quienes además cumplen el rol de guionistas, y por ser una coproducción con Estados Unidos cuentan con la participación de Julianne Nicholson. La película se divide en dos partes, la primera se dedica a describir a su protagonista, mostrando su vida, su trabajo, la relación con sus amigos y con Jane, una norteamericana que viene a Buenos Aires a pasar unos días y con la que vive un romance bizarro como el de Embriagado de amor. Pero un giro en la trama da lugar a una segunda parte más interesante, metiéndose de lleno en el terreno policial y dando rienda suelta al humor negro. Todo esto es complementado por una narración en off a cargo de Daniel Fanego, que explica las emociones y los pensamientos de Sergio, un recurso del que lamentablemente se abusa, desaprovechando situaciones que podrían haberse resuelto con el uso de acciones concretas. Lo más interesante que tiene esta película es su puesta en escena, ya que utiliza una estética neonoir, característica de las películas que conformaron el destape del cine nacional durante la vuelta de la democracia a mediados de la década del 80. Es así como sus directores retratan una Buenos Aires nocturna y sórdida, iluminada con luces de neón y acompañada por una música con ritmo de jazz compuesta por Bill Laurance y Maciej Zielinski, que da sentido a que sus personajes anden desabrigados cuando los acontecimientos históricos ocurrieron durante el invierno. Un párrafo aparte merece el muy buen trabajo de Diego Peretti, cuyo aspecto desgarbado es ideal para interpretar a este antihéroe patético con la nariz vendada debido a un accidente que le trae problemas para trabajar. Y tiene buena química con Julianne Nicholson, una turista ingenua a la que todo le resulta novedoso e interesante, potenciando así las escenas humorísticas, como la primera cita compartiendo un sauna junto a un desconocido. En conclusión, Iniciales S.G. es una comedia de humor negro enmarcada dentro de una trama policial, pensada para el lucimiento de Diego Peretti. Pero que tiene dos problemas serios, el primero es que la segunda parte, que es la más interesante tarda mucho en llegar, y el segundo es el abuso de la narración en off, que impide explotar al máximo el enorme potencial narrativo que tiene esta historia.
Perdiendo el control. Claudia es una comedia argentina escrita y dirigida por Sebastian De Caro y protagonizada por Dolores Fonzi como una organizadora de eventos sumamente obsesiva. La acompañan Laura Paredes, Julián Kartun, Paula Baldini, Gastón Cocchiarale, Jorge Prado y Julieta Cayetina. La película nos cuenta la historia de Claudia Segovia, una empleada de una empresa de eventos, que tiene que hacerse cargo de improviso de un casamiento, pero se le derrumban todos sus planes cuando la novia le confiesa en secreto que no quiere casarse. Esto la llevará a a investigar los motivos y a hacer todo lo posible para que la boda no fracase, y así poder conservar su trabajo. Buena parte del humor que tiene esta película se debe a la disciplina militar con la que Claudia lleva a cabo su trabajo. Esto se puede apreciar desde la pulcritud de su uniforme hasta como llama base de operaciones a la oficina desde donde dirige el evento, y que luego se convierte en una sala de interrogatorios. Pero a mi parecer esta situación absurda no termina de rematarse con gags efectivos, ya que hay muchos menos de los que el espectador podría esperar. Porque su director no le saca todo el provecho que le ofrece el muy buen trabajo de Dolores Fonzi, generando un fuerte contraste entre su disciplina obsesiva y una fiesta desastrosa inspirada en las comedias de Blake Edwards, sin necesariamente plagiar a La fiesta inolvidable. Pero un aspecto positivo a destacar de todo este potencial desaprovechado después de un comienzo genial en el que Claudia reta a la organizadora del velorio de su padre, seguramente por cuestiones presupuestarias es que Sebastián De Caro es un director a tener en cuenta en el futuro. Porque es bienvenido al cine argentino contemporáneo esta apuesta por el humor negro enmarcado en situaciones cotidianas con las que es fácil identificarse En conclusión, Claudia es una comedia que plantea muy bien una situación, pero que no termina de explotarla al máximo, desperdiciando así su enorme potencial humorístico. Pero se destaca el muy buen trabajo de Dolores Fonzi y queda la esperanza de que la sociedad con Sebastián De Caro como director traiga futuros proyectos mucho más interesantes.
Presidente bajo fuego es la tercera entrega de una franquicia de películas de acción protagonizada por Gerard Butler como Mike Banning, un agente secreto acusado injustamente de atentar contra la vida del presidente de Estados Unidos, interpretado por Morgan Freeman. La dirección en este caso se encuentra a cargo de Ric Roman Waugh, y completan el elenco Piper Perabo, Danny Houston Jada Pinket Smith y Nic Nolte, entre otros. Así como en Ataque a la Casa Blanca el argumento era similar a Duro de matar, en este caso se asemeja al de El fugitivo, porque el protagonista una vez apresado logra escapar. Y debe probar su inocencia y encontrar a los culpables para evitar un futuro atentado a manos de un grupo de terroristas que utilizan tecnología armamentística de primer nivel mientras es perseguido por el FBI. Lo primero que vale la pena destacar es que la larga experiencia de Ric Roman Waugh como doble de riesgo se ve reflejada en su oficio como director de películas de acción. Y esto se ve reflejado en su estilo basado de la época dorada del género, porque prevalece la destreza física por sobre los efectos visuales. Es por eso que las escenas de combate no lucen espectaculares, pero si verosímiles, y entretienen al espectador, gracias a un muy buen uso del montaje y los efectos de sonido. Un párrafo aparte merece Gerard Butler, actor ideal para el cine de acción que no busca homenajear a las grandes estrellas del género en las décadas del 80 y 90, sino que es como ellos, con la diferencia de que empezó su carrera mucho más tarde. Y es así como esta película no se ve como el homenaje que vimos en Los indestructibles, sino como una más, ideal para alquilar en un videoclub si estos hubieran seguido existiendo. En conclusión, Presidente bajo fuego es, al igual que sus predecesoras, una película efectiva, que permite el lucimiento de Gerard Butler como héroe de acción de la vieja escuela. Y es así como utiliza muchos de los lugares comunes del género para entretener al espectador.
No fue magia. Bruja es una película argentina, dirigida por Marcelo Paez Cubells y protagonizada por Érica Rivas, en la que interpreta a una madre que utiliza la magia negra para recuperar a su hija secuestrada por una red de trata. Y la acompañan Leticia Brédice, Pablo Rago, Juan Grandinetti, Maite Lanata y Miranda de la Serna. Con un guión de Matías Caruso, la historia se centra en Selene, una madre soltera cuya hija Belén es secuestrada por una red de trata encabezada por un personaje interpretado por Leticia Brédice. Y para buscarla cuenta con la ayuda de Ricardo, interpretado por Pablo Rago, otro padre cuya hija también fuera secuestrada y descubren que muchas autoridades del pueblo están involucradas en el negocio. Es por eso que tiene que recurrir a sus conocimientos de magia negra para liberarla y castigar a los responsables. Si bien estamos ante una premisa interesante, falla al introducir la magia negra en un thriller con una estética de sexplotaition, porque no termina de resultar verosímil. Esto se debe al mal uso de los efectos visuales, porque queda en evidencia el uso del CGI, en lugar de recursos analógicos que la hubieran hecho más interesante, aprovechando además su bajo presupuesto. Y en eso se diferencia de Las esclavas, otra película argentina que aborda el mismo tema con una estética similar, pero con una crudeza tal que incomoda al espectador y lo obliga a reflexionar sobre la gravedad del asunto. Otro punto en contra son sus actuaciones, porque a pesar de estar bien caracterizadas en los personajes, no resultan verosímiles. Es así como tenemos a una Érica Rivas que sobreactúa gritando por su hija en lugar de desarrollar con más profundidad los diferentes estados de ánimo que atraviesa su personaje. Y Leticia Brédice desaprovecha la oportunidad de interpretar a esta villana fría y cruel, limitándose únicamente a maltratar por igual a sus empleados y a sus víctimas, sin profundizar en las ambiciones del personaje. En conclusión: Bruja denuncia la trata de personas utilizando las reglas del cine de género. Y si bien el mensaje queda claro, y esto es lo más importante, no funciona debido a que toma decisiones desacertadas en puesta en escena, desaprovechando así una de las ideas más interesantes que dio el cine nacional en estos últimos años.
Rebelde con causa. La música de mi vida cuenta la historia de Javed, un adolescente británico hijo de padres paquistanÍes que se siente identificado con la música de Bruce Springsteen. Basada en hechos reales, está dirigida por Gurinder Chadha, y protagonizada por Viveik Kalra, Kulvinder Ghir, Nell Williams, Aaron Phagura y Haylet Atwell, entre otros. La historia transcurre en 1987, en Luton, una pequeña ciudad del Reino Unido, donde vive Javed, un joven que descubre en Bruce Springsteen a un artista cuyas letras expresan lo que le pasa y lo ayudan a ganar seguridad en esa etapa difícil de su vida. Pero también lo enfrentan con su padre, porque se vuelve una fuente de inspiración para expresarse mediante la literatura, en lugar de estudiar economía para ser un comerciante exitoso. Lo primero que vale la pena destacar es la empatía que genera su protagonista con los espectadores, y ayuda mucho que no sea un actor conocido, porque vemos a una persona común con los mismos problemas que tuvimos todos a su edad. Por eso la película puede ser disfrutada sin conocer la obra de Bruce Springsteen, y se justifica la polémica decisión de incluir frases de sus canciones en la pantalla, además de que obviamente ocupan buena parte de la banda sonora. Otra cosa que hay que destacar es la gran actuación de Kulvinder Ghir, en el papel más estereotipado, pero a su vez el más complejo. Porque no se limita a cumplir únicamente la función de comic relief, sino que también es un antagonista que atraviesa una crisis de identidad similar a la de su hijo, porque cuando es despedido de su trabajo deja de ser el sostén económico de su familia. Pero el punto en contra está en que La música de mi vida abarca demasiados temas, cuya directora vivió personalmente porque nació en Kenia y se crio en Inglaterra. Y si bien lo hace de forma orgánica, la duración resulta excesiva, haciendo que el espectador corra el riesgo de perder el interés en la segunda mitad, cuando todavía falta para el clímax. En conclusión, La música de mi vida recuerda a El club de los cinco, porque ambas reflejan los problemas de la adolescencia durante la década del 80, y por eso hay una escena que los homenajea. Y al estar basada en la vida de una persona real llamada Sarfraz Manzoor, hace que el público conecte rápidamente con los problemas de su protagonista y pueda pasar un rato agradable viéndola en familia.
Recordando cómo vivir Un hombre en apuros es una comedia francesa escrita y dirigida por Herve Mimran y protagonizada por Fabrice Luchini, un actor de larga trayectoria, aunque no muy popular en nuestro país. Completan el elenco Leila Behkti, Rebecca Marder, Igor Gotesman e Yves Jaques, entre otros. Basada en la novela de Christian Streiff, en los primeros minutos se nos presenta la estresante rutina de Alain Wapler, un exitoso empresario de la industria automotriz mientras suena Julio Iglesias cantando “Me olvidé de vivir” en francés. En seguida vemos cómo sufre un ACV (accidente cerebro vascular), que cambia su vida para siempre, trayéndole problemas en el habla y en la memoria. Los irá superando con la ayuda de Jeanne, su fonoaudióloga, que no sólo lo ayuda a recuperar el habla, sino que también a replantearse las prioridades en su vida. Lo primero que vale destacar de esta película es que utiliza el humor para abordar un tema serio como es la recuperación de una persona que padeció un ACV. Aunque lamentablemente el espectador que no conoce el idioma francés se queda afuera de la mayoría de los gags, generados por las dificultades en el habla de su protagonista, ya que leerlos subtitulados al español no genera la misma comicidad. En segundo lugar, la trama no se detiene tanto en la recuperación terapéutica, como ocurre por ejemplo en “La escafandra y la mariposa”, sino en la recuperación de sus lazos afectivos con su hija, lo que resulta mucho más interestante. Y por último debemos rescatar el buen uso narrativo que hace del montaje que se adecúa a los tiempos de su protagonista, acelerados al comienzo y más tranquilos con el correr de las escenas. Además de utilizar muy bien el montaje paralelo y la construcción de escenas donde Alain se pierde, transmitiéndole al espectador esa sensación de angustia. Pero donde la película decae es en el tratamiento de la subtrama, que cuenta la búsqueda que hace Jeanne de su madre biológica. Porque ésta nunca se conecta con la trama principal, a pesar de que comparten el mismo tema, y se resuelve de manera arbitraria, lo que hace que el clímax carezca de la emoción necesaria. Conclusión: Un hombre en apuros utiliza el humor para relatar de forma llevadera un tema tan duro como las consecuencias del ACV. Y el resultado final es una pelicula agradable, ideal para ver en familia, ya sea en cine o en algún servicio de streaming en un futuro cercano.