SEGUIR VIVIENDO A PESAR DE TODO Tortura, muerte, injusticia, dolor. Una vez Theodor Adorno se preguntó “¿cómo escribir después de Auschwitz?”, indagando sobre la búsqueda de lo poético luego de una de las experiencias más terribles de la humanidad. Algo similar indaga Extramuros, documental del debutante Liv Zaretzky, donde a través de una cámara interrogadora, la película va construyendo la historia de encierro y tortura del escritor Miguel Angel Molfino, quien, tras estar privado de su libertad de forma ilegal durante la última dictadura militar, encontró en la escritura un sostén para soportal aquella injusticia. La familia Molfino fue perseguida por el Proceso de Reorganización Nacional (1976-1983) teniendo que soportar la cárcel, el exilio, la tortura, la desaparición y asesinato de sus integrantes. A través de un relato colectivo de los miembros de la familia y de otros individuos que van conformando el recuerdo de un tiempo pasado que no quieren olvidar, sino que recuerdan constantemente como forma de buscar justicia a todo lo vivido. Es interesante cómo el relato del documental logra crear la visión de los hechos desde diferentes puntos de vista: por ejemplo, la construcción del recuerdo del encierro de Miguel Angel (central en el film) es armado tanto desde el recuerdo de él mismo como preso político, así como también de sus hermanos desde el exilio, la ignorancia y la desesperación de no saber nada de su hermano. Además, esta memoria reconstruida es completada con el relato de sus compañeros de militancia y de celda, aportando cada uno una nueva visión subjetiva del mismo hecho. Zaretzky se encarga de dar un retrato cabal de la situación particular que se presenta en el documental. No sólo acumula una serie de relatos orales, sino que completa su investigación con la visita a Museos de la Memoria y con fragmentos de poemas de Molfino que sirven para contextualizar su escritura como forma de resistencia al medio hostil donde le tocó vivir. Zaretzky es una directora comprometida con lo social, en este caso puntual, a través de su aporte en la construcción colectiva de la memoria de un pasado que no hay que olvidar, para no volver a repetirlo. Nacida en el querido oeste de la provincia de Buenos Aires, como quien escribe estas líneas, ha participado anteriormente en el documental La lluvia es también no verte (2014), de Mayra Bottero, donde fue asistente de dirección, ahondando junto a la directora del film en la búsqueda de justicia de las familias de la tragedia de Cromañón. Extramuros es un interesante documental que aporta un granito de arena en el pedido que Molfino subraya al final del film: “Lo que prevalece es la deuda que uno tiene con nuestros compañeros desaparecidos, nuestros muertos, en el sentido que no podemos en esta etapa seguir con el mismo tipo de lucha, que tiene otras características (…) ahora es presionar para que todos los genocidas vayan a la cárcel, sean civiles o militares (…) Juicio, castigo y cárcel común para todos los genocidas”.
DEL AMOR Y OTRAS HIERBAS Quien no haya dudado alguna vez de una relación, que tire la primera piedra. Esa es la consigna de Entre Nosotras, la recientemente estrenada película de Maria Sole Tognazzi. El film cuenta la historia de amor, encuentros y desencuentros entre Marina y Federica, una pareja gay donde ambas integrantes conciben a la relación de una manera diferente. A travesada por la temática de la homosexualidad, la película no solo cuenta la historia de una pareja que duda luego de cinco años de relación, sino también que expone cómo la sociedad observa y estigmatiza las relaciones homosexuales, a tal punto que una de las protagonistas cuestiona y pone a prueba su deseo sexual, virándolo a lo que la sociedad acostumbra a ver: una pareja conformada por un hombre y una mujer. Sin embargo, es interesante cómo a través de la composición de este personaje, el film muestra cómo es el mismo individuo quien introyecta tales censuras y cuestionamientos, siendo que varios miembros de la sociedad miran la relación de forma más natural y aceptada que la propia protagonista. Sin embargo, como diría Tanguito Feroz, “pero el amor es más fuerte” y lo que alguna vez las unió, las volverá a unir. Entre nosotras expone solamente esto y nada más. Su puesta en escena es sencilla, realista y llena de los lugares italianos que el público desea ver (la playa, las calles antiguas, los cafés, etc), las actuaciones son correctas, sin que ninguna se subraye sobre la otra. Simplemente la película no se destaca en sus puntos técnicos, sino que sólo apunta a contar una historia de amor que ya varias veces hemos visto retratada en el medio cinematográfico. Entre nosotras pasará sin pena ni gloria por la cartelera local y mundial, pero sin embargo aporta un granito de arena más en la visibilización de la comunidad homosexual y los obstáculos que la misma debe atravesar cotidianamente.
EN LA GUERRA Y EN EL AMOR TODO SE VALE…Y EN EL SEXO TAMBIEN Se podrían hablar de diversas teorías que expliquen el por qué de los gustos y deseos sexuales. El psicoanálisis y la sexología, entre otros estudios, se ocupan de este campo… pero nada de eso importa en la película El amor se hace: allí lo único que importa es disfrutar. Sea como sea. El film nos muestra cinco parafilias principales que atañen al deseo sexual: dacrifilia, elifilia, herbofilia, somnofilia, harpaxofilia. Lejos de una mirada juzgadora, inquisidora, de extrañeza o burla, la película retrata estos patrones de comportamiento sexual de una manera inteligente, con un humor sutil pero sumamente efectivo, que permite describir de forma espontánea y natural cómo es convivir, aceptar y disfrutar de lo que nos genera placer. La película se centra en cinco parejas centrales, donde cada una representa una parafilia diferente. Algunas desde la vergüenza, otras desde el pudor, otras desde la tentación o de otra forma, cada dupla va experimentando, conociendo y experimentando las diversas prácticas sexuales de forma abierta y sin tabúes, demostrando que el sexo y las prácticas sexuales que se realizan para obtener placer, mientras sean consensuadas, son saludables realizarlas. La puesta en escena se lleva a cabo en diferentes ambientes, todos repletos de colores muy vivos. La película en general tiene una coloración muy alegre que, sumado a la correcta musicalización, a los diálogos repletos de una comicidad pícara (que le permiten abordar escenas pudorosas de forma airosa) y a las grandes interpretaciones, hacen del film una experiencia más que disfrutable. En este aspecto, vale destacar la actuación de Anna Katz, quien compone un personaje fresco y divertido, que en dupla con el director del film, Paco León, construyen una pareja eficaz tanto a nivel dramático como en el efecto de comicidad. El amor se hace se presenta como una comedia inusual, ya que toca un tema aún un tanto tabú en la sociedad, y sin embargo funciona perfectamente a la hora de ser mirada. La sexualidad es una parte constitutiva del ser humano, que siempre que sea con el aval del otro, proporciona placer al momento de la concreción de deseos y fantasías en este plano. Soda Stereo no diría lo mismo, ya que para ellos nada era más dulce que el deseo en cadenas, a lo que el film le respondería “¿Y quién te quita lo bailado?”.
CUANDO EL TIEMPO Y LA NARRACIÓN SE MEZCLAN A CONTRA RELOJ Contratiempo es un film atrayente: con una estructura narrativa de impacto temporal, el film se propone armar una intriga constante e in crescendo… y lo consigue. Con una historia típica sobre un asesinato a resolver, el film muestra el interrogatorio, en tono de confesión a regañadientes, de un supuesto asesino. A través del diálogo, el hombre imputado va desarrollando su versión de la historia y en ella se va revelando una faceta totalmente opuesta del hombre que creemos conocer al principio. Es interesante este cambio en la interpretación del personaje, que va mostrando diferentes matices, lo que hace rico el ver la composición como un proceso de desarrollo. El relato del protagonista se encuentra interrumpido por flashbacks subjetivos de la versión de la historia de quien relata, en primera instancia de Adrián (el supuesto asesino) y luego de la preparadora de testigos. Desde la visión de ambos, tendremos las versiones de cómo este contratiempo ha impactado en sus existencias y en su devenir como seres humanos. Si bien este tipo de estructura narrativa es ya muy conocida, no deja de ser entretenida y atrayente a la hora de ver una película de suspenso, ya que estas idas y venidas temporales, sumado al contexto claustrofóbico de una habitación donde se lleva a cabo la confesión y una música que sirve para aclimatar y aumentar la atmósfera de suspenso, resulta efectiva para el público, que estará invadido por la duda hasta los últimos minutos del film. La puesta en escena es visualmente bonita, ya que muestra paisajes y lugares de España bellamente compuestos. Sin mucho más que decir, la película es entretenida y recomendable para los habitúes de los films de suspenso, pero también para los que no. Tendrán que verla para comprobar esta breve reflexión de quien escribe.
BAJOS IMPULSOS ¿Qué queda después de una guerra? Eso explora Vigilia, la nueva película de Julieta Ledesma. Esta co-producción argentina-uruguaya se mete en el inconsciente colectivo de un pueblo rural atravesado por una guerra y una sequía desoladoras. El film se presenta como una mostración de los efectos más devastadores de una guerra arcaica, a partir del regreso de un hijo a una familia que encontrará absolutamente dislocada. A través de los planos, las escenas y las dinámicas entre los integrantes de esta familia (padre, madre, hijo y sirvienta) y con los animales, la película va construyendo una atmosfera densa, cargada de las connotaciones que el entorno genera en los integrantes del clan. Los animales encarnan un elemento fundamental, porque a partir de ellos los espectadores nos adentramos en un mundo pulsional, instintivo y ajeno a la moral: es el mundo que la guerra les dejó. Las relaciones se vuelven básicas, mínimas, animales, lo que sumado a una puesta en escena rica de ver, deja expuesta una interesante influencia surrealista, donde realidad, ficción y subjetividad se entremezclan en un juego de interpretación para los espectadores. La ya nombrada puesta en escena es exquisita, digna de destacar y lo que más sobresale de esta película, ya que roza la experimentación. La misma retrata un pueblo del interior de la Argentina, con sus paisajes despoblados, llenos de naturaleza en estado puro. Las tomas son prueba fiel de eso, a través de un rico juego de sombras, de secuencias largas con sonido ambiente y de gran angulares, habilitando una conexión interesante entre lo humano y lo natural, en un devenir microsocial que remite a un orden primitivo de existencia. Esta animalización de los personajes se refuerza con el poco uso de los diálogos: los mismos son breves -monosílabos en ocasiones- y muchas veces cargados de una violencia incoherente, que permite la deshumanización de los lazos que unen a los integrantes de esta pequeña comunidad. Además, la atmosfera de locura que va creciendo en el devenir de la historia, ayuda a la concreción de una historia más bien mítica, la cual es bien interpretada por los actores. Pequeña historia, repleta de reminiscencias ancestrales, míticas y bíblicas, Vigilia es un buen reflejo de lo que el cine nacional es capaz de hacer, mostrando una historia fuera de lo común del realismo al que generalmente nos tiene acostumbrados la cinematografía local.
DE AMORES, DECEPCIONES Y REVANCHAS El mundial 2014 marcó un hito fundamental en la cultura argentina: el hermoso cántico “Brasil decime que se siente, tener en casa a tu papá”. Tan importante y culturalmente significativo fue este canto futbolero, que en el 2017 el nuevo film de Fernando Fraiha se basa en esta canción y de ella toma el título, Decime que se siente. La venganza. La historia se centra en Caco y Vadao, dos amigos que emprenden un viaje hasta la Argentina en busca de una venganza amorosa. Y, claramente, nada sale como pensaron que saldrían y encuentran más de lo que buscaban. El film mezcla géneros como la comedia, el road movie y el western, produciendo una película entretenida, llevadera y graciosa. En una clara estructura hollywoodense, la pareja protagonista son dos amigos completamente distintos que se complementan, ya que Vadao, el amigo del flamante “cornudo” lleva adelante los momentos más cómicos, denotando un personaje compinche, inmaduro pero muy fiel a su amigo. En contraposición, Caco es un personaje un tanto más serio, deprimido por su decepción amorosa pero que, ayudado por su amigo, logra cerrar el ciclo de una historia que no fue (ni será) y encontrar la esperanza de un futuro más prometedor. La película está adecuadamente filmada, es interesante como con tomas pertenecientes al cine western (con una musicalización que complementa) logra significar esta aventura en una búsqueda importante para nuestros héroes en cuestión. Las escenas denotan paisajes, pueblitos, elementos del floklore que habita en el camino por carretera que une Argentina-Brasil, al mismo tiempo que en su andar se van topando con personajes exóticos que enriquecen su experiencia y aportan algo en la superación de la crisis de los protagonistas. En esta búsqueda de venganza (¿Qué peor para un brasilero que lo cambien por un argentino exitoso?) ambos amigos encuentran lo que no sabían que buscaban: cambiar la forma de encarar sus relaciones, de conectar con los demás, superando los obstáculos y decepciones del pasado. En este periplo, es interesante cómo la película muestra los estereotipos que circulan del argentino en la cultura brasilera y, parodiando los mismos (con el cántico futbolístico a la cabeza), logra una desdramatización que habilita a reflexionar más en lo que nos conecta que en lo que nos diferencia del país vecino. Descontracturada comedia, que hibrida varios géneros en un spaguetti interesante de ver, Decime qué se siente. La venganza funciona. Si bien la película se agota promediando el metraje, resultando hacia el final un poco tediosa, el humor es inteligente, las actuaciones son correctas y la filmación denota calidad y conocimientos cinéfilo. Cabe destacar a modo de cierre, que el film inconscientemente retoma la idea que postuló en su momento Aldous Huxley “Viajar es descubrir que todo el mundo está equivocado sobre otros países”.
DE REENCUENTROS, DESENCUENTROS Y BÚSQUEDAS SIN RUMBO Mariano Goldgrob incursiona por primera vez en la ficción con Vapor, film pequeño, poético, nostálgico. Con el deambular de una pareja que se reencuentra el director plantea un relato sencillo y sin embargo profundo, lleno de aquellas cuestiones que inundan la cotidianidad de cualquier individuo. Los protagonistas se presentan ahogados por una problemática existencial, la de querer y no poder, por eso mismo estos seres poéticos (pero incapaces) se encuentran para sobrellevar la tragedia de una muerte insipiente. Paradójicamente el contexto que los rodea y condiciona es el de la sequía, una sequía que trastoca a una Buenos Aires bellamente retratada. El tema es la falta, la falta del ser querido que se perdió, de un amor que no funcionó, de una profesión que no resultó, de un paseo que no lleva a ningún lado, la falta de agua que lave los “mambos” que ambos acarrean en sus espaldas. La película se presenta como una cámara intrusa que sigue el andar nocturno de estos dos amantes por la ciudad de Buenos Aires: las calles, el subte, la cantina de barrio, una fiesta under, construyen una puesta en escena repleta de lugares comunes, identificables para el espectador porteño. En el andar constante de ambos personajes, este periplo nostálgico del reencuentro (sumado al alcohol y al calor de una sequía que azota la ciudad) va desarrollando una tensión amorosa particular, de aquellos que quieren estar juntos, pero no se animan. Los diálogos son por momentos profundos (hablan de deseos pasados y futuros, experiencias) y por momento banales, denotando cómo el encuentro íntimo se va postergando, lo que crea la intriga del film. La pareja protagonista está muy bien concretada por la dupla de actores, la dinámica entre ellos es atrayente y estimulante para el espectador, que no deja de querer saber más de su historia, ya que la misma es relatada fragmentariamente, por medio de recuerdos, sensaciones, anécdotas, etc. Esta progresión dramática es eficaz y entretenida, consiguiendo de esta forma atrapar al público, sin necesidad de musicalizar las escenas, ya que el dialogo y el trabajo corporal de los actores es casi en tu totalidad trabajado desde un aparente sonido directo. En su sencillez, Vapor permite disfrutar de los pequeños detalles que construyen los grandes momentos (como es el caso de un reencuentro amoroso). En este sentido, el film recuerda a otras grandes películas como como las de Richard Linklater (Antes del Amanecer, Antes de atardecer, Antes de la medianoche) Abbas Kiarostami (Copia certificada) o de Hans Canosa (Conversations with other women).
EL TIEMPO Y LA DISTANCIA NO TODO LO CURAN Xavier Dolan es uno de mis directores predilectos. Talentoso y multifacético, este joven canadiense se renueva en cada una de sus entregas. Esta vez le toca el turno a Es sólo el fin del mundo, su último film. Como de costumbre y fiel a su estética moderna, Dolan vuelve a embellecer la pantalla. Sin alejarse de su ya trabajada (y autobiográfica) temática homosexual, Dolan presenta la historia de un joven que regresa a su hogar luego de una larga ausencia de doce años del hogar materno, retorno marcado por una decisión trascendental en su vida. Este regreso del hijo pródigo a un hogar y una familia que mantiene aún vigente las mismas problemáticas por las que se alejó en el pasado, destapa una olla a presión que estalla en varios momentos y con distintos integrantes del clan, creando desde la actuación, las tomas subjetivas (bellas y artísticamente compuestas) y la musicalización una tensión dramática constante y en continua progresión durante el desarrollo de este reencuentro familiar. Es destacable, y aquí haré un paréntesis, que la musicalización en las películas de Xavier Dolan es tan precisa y tan pertinente que se convierte en un elemento no sólo característico sino también en un ingrediente esencial al momento de hilvanar las diferentes historias que cada una de sus películas presenta. La gama de colores, el vestuario, la puesta en escena en general, siempre son tan cuidadosamente elaboradas y tan estéticamente bellas de ver, que sus films son un deleite a los ojos de cualquier espectador. Las actuaciones son correctas, destacándose siempre el poder que tiene el director para trabajar los papeles femeninos, permitiendo a las actrices desarrollar roles fuertes, interesantes y ricos dramáticamente. En este caso tuvieron la oportunidad tres grandes actrices: Léa Seydoux, Nathalie Baye y Marion Cotillard, cada una desde su rol, permiten elaborar personajes densos (en el buen sentido de la palabra) psicológica y actoralmente. Habiendo dicho esto, no puedo dejar de recomendar un film anterior de Dolan, Lawrence anyways (2012), donde realiza un trabajo excelente Suzanne Clément, al igual que su compañero Melvil Poupaud, ya que ambos logran crear una dupla que llega a tocar la sensibilidad del público. De igual manera, en Es sólo el fin del mundo Vincent Cassel también realiza una participación más que atrayente, componiendo un personaje contradictorio, repleto de emociones encontradas. Interesante aspecto es que este film es una adaptación de una obra de teatro, influencia que se nota no sólo en las actuaciones, sino también en el encuadre de ciertas tomas y en la fotografía, aunque el estilo moderno de Dolan se subraya de igual manera. Bello, interesante y disfrutable, Es sólo el fin del mundo pertenece a un director al cual ya podríamos denominar un autor con todas las letras, que logra crear en cada película una obra de arte visual, argumental y sonora.
CUANDO LA MUERTE GOLPEA LOS TALONES No sé si a alguien más le pasó, pero ¿nadie nunca tuvo miedo a que lo declaren muerto y despertarse en el interín del proceso funerario de nuestra ya acabada existencia? Quien escribe tira la primera piedra y reconoce que durante su infancia tal hecho representó uno de sus miedos más recurrentes. De dicha condición de excepción se trata la película española El cadáver de Anna Fritz, thriller de suspenso que conjuga los tópicos de la muerte, la enajenación sexual, el individualismo y la desesperación en una hora y media de suspense bien concretado. El film se centra en la dinámica de un cuarteto algo perverso: Paulo, un joven que trabaja en la morgue y dos amigos (Javi e Iván) que le insisten en ver el cadáver de una bella actriz recientemente fallecida: Anna Fritz. Los más bajos instintos surgen al momento de enfrentarse cara a cara con el cadáver de la famosa, quien despojada de todos los beneficios que su fama le concedió y de los derechos de cualquier ser humano, es ultrajada de la forma más vil por dos de los integrantes del cuarteto. Tal hecho aberrante desata lo que será el conflicto central del film: Anna no está muerta. Ante esta inesperada situación la individualidad, el instituto de supervivencia, la enajenación que en si misma conlleva dicha escena, hace que de manera escalonada la intriga y el suspenso del film vayan in crescendo hasta el desenlace. La puesta en escena es escueta, la mayor parte del film transcurre en el depósito de una morgue, las actuaciones son correctas y la historia ya es conocida en el mundo del cine. Sin embargo, la película logra entretener. A modo de cierre de esta brevísima nota de opinión, sería interesante destacar que si bien la historia en si misma ya ha sido vista tantísimas veces en la ficción, este film en particular me ha habilitado a pensar qué hacen los sujetos cuando se encuentran en una situación de poder: cómo actuó Paulo, el trabajador de la morgue, con el poder que dicha labor le confiere sobre los cuerpos allí depositados; Iván, con el poder que creyó tener sobre el cuerpo de una muerta, etcétera; efectivizando que ciertos modos de accionar o bien pueden denostar la peor clase de ser humano o la sensibilidad de empatizar y ponerse en el lugar del otro.
DIOS ES MUJER El nuevísimo testamento es un film que propone una historia que podría tildarse de algo infantil pero que en realidad plantea un interesante ejercicio de reflexión sobre la vida humana, la necesidad de las creencias religiosas y la forma de vivir nuestra efímera existencia. La historia que se presenta es la de Ea, hija de Dios, hermana de “J.C”, quien cansada de los maltratos de su padre y de cómo este se burla y juega con el destino de todos los humanos, decide rebelarse contra él huyendo de su casa y revelando a todos los hombres el tiempo de vida que les queda. Interesante paradoja existencial. ¿Qué harías si supieras el tiempo que te queda por vivir? Múltiples son las respuestas que la película aborda, las cuales van surgiendo a medida que la acción dramática se centra en la búsqueda por parte de Ea de seis nuevos apóstoles, ya que como su hermano “J.C” se lo reveló, dieciocho es mejor que doce. En esta búsqueda, la pequeña niña transforma la vida de estos seres, quienes, al dar testimonio en el nuevísimo testamento, abordan de forma reflexiva el tiempo de vida que han vivido, el que han malgastado y el que aún les queda por vivir, ensalzando el deseo de concretar sus verdaderos anhelos. Este film belga es entretenido y bello desde lo visual, lo narrativo y desde el trabajo de los actores. Con una gran influencia del francés Jean-Pierre Jeunet en su famosísima Amelie (2001), la película presenta la historia mitad relatada por un narrador omnipresente, mitad visualizada materialmente en el devenir de los hechos. Además, la puesta en escena, los colores, los encuadres en sí mismos, el trabajo con la cámara y el hermoso personaje de Ea, nos remiten al periplo de la heroína Amelie, quien busca concretar su deseo en este mundo al que parece no pertenecer. Destacable es también la banda sonora, con canciones tan bellas como las tomas artísticas que abundan. Sin revelar nada más, se tendrá que ver la película a fin de poder adherir o no a los postulados implícitos que la misma propone mientras expone entre líneas una gran crítica a la intervención cotidiana de la tecnología en nuestras vidas, la idea del destino, la voluntad de poder (planteada desde lo niesztchiano) y hasta qué punto tenemos control sobre nuestras vidas, aunque de ser así no es sólo percibir ese empoderamiento sino reflexionar para qué lo usamos, ya que vivir no es sólo existir: se trata también de disfrutar el viaje.