Uno de los actores franceses más prestigiosos de la actalidad (Daniel Auteuil) tiene cierta inquietud por ampliar sus horizontes profesionales y cada tanto, le gusta dirigir. En esta oportunidad, nos presenta una versión remozada de una obra de teatro escrita por Florian Zeller, 'L'envers du décor', éxito francés que se expande por el mundo. Incluso, cuenta con una recreación porteña que se exhibe en el Paseo La Plaza, llamada "Sin filtro". Auteuil ya había dirigido esta obra en París y sintió que le podía sumar algo de perspectiva en una versión cinematográfica. "Enamorado..:" explora el mundo de la fantasía masculina, con la clara intención de mostrar el desenfreno del deseo del hombre mayor, hacia las mujeres jóvenes y hermosas. El síndrome ya conocido como "viejo verde", aunque aquí más racionalizado y elegante, acorde a una producción europea, de estas que están de moda últimamente donde burgueses se reunen a comer y se producen situaciones fuera de lo común, que impulsan cambios (o no) en sus vidas. Ya ese hecho, era (reconozco) un escollo para el análisis. ¿Qué tanto pueden aportar este tipo de adaptaciones excepto llegar más lejos (desde lo físico, para geografías que aún no tienen la obra en cartel), prescindiendo del dispositivo teatral?¿Qué tan significativo es su aporte si se respeta tanto los lineamientos del marco en el que fue creado? El desafío era entonces mostrar el mundo de los deseos del protagonista, para enriquecer la llegada del mensaje, claramente. Pero vamos a la trama. Todo comienza cuando Daniel (el protagonista comparte nombre con el director) hombre casado y común, se encuentra accidentalmente, con un viejo amigo, Patrick (Gerard Depardieu), a quien invita a comer para ponerse al día y pasar un momento agradable. Nada que anticipe algo demasiado disruptivo. Pero lo que a Daniel sorprenderá es el calibre de la mujer que vendrá con su compañero. Patrick estrena su condición de separado con una joven mucho menor que él, Emma (Adriana Ugarte, debutando en el cine francés), tremenda explosión de belleza y juventud. Para peor, él viene de abandonar a su ex, gran amiga de la mujer del anfitrión. Desde ya, podría pensarse que si no se conservan las formas, ciertas chispas podrían generar discusiones en la mesa. Me inclino a pensar que lo interesante de la obra, se juega de la mitad hacia el clímax, donde dejamos de lado un poco la cuestión liviana de la atracción física y se ponen en perspectiva conflictos de pareja atravesando una madurez compleja. Quizás lo que Auteuil claramente intenta, dos cosas, promover un debate sobre la fantasía masculina, en el marco de una edad que genera crisis en la mayoría de las parejas establecidas y presentar debate sobre el destino de la pareja cuando ya el reloj nos comienza a correr sin pausa ni prisa. También es cierto que algunas ideas que giran en silencio (el hecho de seducir mujeres jóvenes podría implicar una forma de retrasar el inevitable envejecimiento físico que nos acerca a la muerte) provocan cierta tensión en la mesa, que con el correr de los minutos muta en un drama moral, cuando su mujer expone lo incómodo de su situación (ante la presencia de Emma) y abre el debate sobre los problemas maritales de una unión que a priori, parecía ser equilibrada y segura. Pero no lo era tanto. El guión sigue los pasos teatrales (aunque hay algunas sorpresas con respecto a la versión que conocimos aquí) y dibuja bastante escenarios alternativos a la realidad que se vive en la cena. Ugarte luce encantadora y atrapa todas las miradas, como debe ser en este tipo de films. No podemos decir lo mismo de Depardieu que sólo aporta oficio y poco más. La revelación es el carisma que destila Sandrine Kiberlain como Isabelle (la esposa de Daniel), de lo mejor de la cinta. Lo que al principio parece una comedia desopilante, va cambiando de registro e instala un universo distinto, áspero y más reflexivo. Nostálgico. Me inclino a decir que es una película muy teatral, y el desafío era que el formato cine le permitiera al espectador promedio conocer la propuesta del autor. Auteuil enriquece visualmente la historia, aunque la cuestión de fondo sigue siendo idéntica. "Enamorado de mi mujer" dispara un tema álgido para ciertas parejas pero válido si el debate es lo tuyo. Transita por carriles habituales, y se deja ver sin mayores complicaciones. Creo, sin embargo, que la cercanía del director por el material, impidió que la película desafíe el orden teatral que traía. Ese ropaje costoso era el que había que desarmar, a la hora de llevarlo a la pantalla grande. No sucedió. Me incilino por definirla como una cinta discreta y ambigua. Puede funcionar si el elegante cine burgués francés te va.
Fui uno de los primeros que se fascinó con "Bølgen " ("La última ola" en Argentina) a poco de estrenarse en 2015 en Europa. Era realmente poco usual que un film de cine catástrofe proviniera de Noruega y que se lograra estructurar con bajo presupuesto en un género habitualmente ostentoso en recursos. Sin embargo, "La última ola" era un gran producto. Visualmente potente y honesto, el film de Roar Uthaug llamó la atención de todos por su habilidad de mezclar, el drama personal con la espectacularidad de una tragedia, épica. Lo que nunca esperabamos es que tuviera secuela. Probablemente porque... ¿Cuántos tsunamis o movimientos sísmicos se te puedan dar en la vida en un corto lapso de tiempo? Sí, ya sé. Si vivís en Indonesia o en las islas del Pacífico puede ser pero... ¿En los fiordos noruegos...? "Skjelvet" (aquí "Terremoto") es la continuación de esa historia del geólogo al que nadie escucha... hasta que es demasiado tarde. Dificultades a priori que resolver cuando se planteó el tema de hacer una segunda parte: ¿Cómo volver a instalar un escenario de devastación, con modestos recursos económicos? sumado a... ¿Qué tipo de historia esperaría el público en una segunda parte? El nuevo hombre detrás de la silla principal, John Andreas Andersen se inclinó por no innovar demasiado y plantear un conflicto casi idéntico, que se inicia con las sensaciones post-destrucción de Geiranger (la villa en la montaña que es el epicentro en la primera parte) y sus secuelas en el protagonista, Kristian Eikjord (Kristoffer Joner) quien vive una profunda depresión de la que no puede salir. Kristian en la actualidad está separado de su mujer, Indun (Ane Dahl Torp) y sus hijos y no encuentra la manera de sobreponerse a aquella gran tragedia que destruyó su lugar. Es un hombre famoso ahora, pero vive mal, no logra conectarse con lo que sucede y parece obsesionado con descubrir nuevas fallas para prevenir lo que sabemos que es, inevitable, tanto en la vida como en el cine. Es entonces cuando se produce un incidente con un colega en un túnel de una autopista, que lleva a Kristian a acercarse a su investigación: el fallecido le había enviado un sobre y lo alertaba sobre un probable evento en Oslo que podría tener severas consecuencias. Junto a la hija del científico, Marit (Kathrine Thorborg Johansen), comenzará a rastrear fuentes de información hasta entender la lógica de lo que está sucediendo: un sismo amenaza la principal ciudad noruega y el tiempo apremia. Mucho más cuando su familia, se encuentra dispersa en distintos puntos de Oslo a segundos del terremoto y alguien debe alertarlos del enorme peligro que corren... "Skjelvet" es un drama muy bien actuado, donde lo que el público espera, se condensa en un corto espacio proporcional de tiempo. No es que esperábamos "San Andreas". Para nada, aunque sospechabamos que quizás podrían adentrarse con más detalle en el momento del sismo propiamente dicho. No sucede. Digamos que el director centra su atención en explorar las heridas familiares y profesionales del evento anterior, y falla en desdibujar el detalle de la investigación y la exposición del mismo a las autoridades. Se supone que Kristian ya es un hombre destacado y si el sospecha algo, deberíamos estar haciendo las valijas para escapar... No es que falte oficio, o es una elección (el drama por sobre la espectacularidad de una Oslo viniendose abajo) o es no contar con los recursos para extender esa postal. Sea como fuere, es probable que por más sólida que sea la parte final (en términos visuales y sonoros), lo cierto es que deja gusto a poco para el público tradicional. Por eso digo que si bien "Terremoto" es presentada como una película de acción y destrucción, no lo es en esencia. Es un drama familiar, dentro del marco de una tragedia sísmica. Lo cual, ni le suma ni le resta, pero afectará a quienes busquen acción desde el primer momento. Hay mucho desarrollo de vínculos, que hacen tedioso largos tramos del relato. Ergo, no le encuentro mucho sentido a "Skjlvet", si la idea era repetir la estructura de su primer parte. Que una vez haya funcionado no significa que pueda hacerse dos veces, con las mismas limitaciones. Supuse entonces que la idea era subir la apuesta, pero no. Entiendo que no se le puede reprochar calidad de interpretaciones porque la cinta está muy bien actuada, pero hay que entender (en algún punto) que si vas a hacer cine catástrofe, tenés que jugar fuerte. Quizás una vez logres no financiar en grande la apuesta la primera vez pero... dos veces te sucede lo mismo? Parece demasiado para los estándares actuales...Sólo recomendada para fans de "La última ola", siempre y cuando vayan con moderadas expectativas.
El segundo opus de Sergio Mazza, "Vergara", continúa (en cierta manera), con el interés que había mostrado el realizador en su documental "Natal": trabajar el tema de la paternidad y explorar que sucede con esa inquietud de traer seres al mundo, y acompañarlos en ese maravilloso trayecto. Marcelo Vergara (Jorge Sesán) es un hombre de convicciones. Pero no está pasando un buen momento. Lo despidieron de un trabajo que lo apasiona, la radio... y ese momento se suma a una necesidad (o impulso) de consultar sobre su capacidad reproductora, porque él siente que ha llegado el momento de ser padre.. Sí, ese es su deseo. Y se pondrá en campaña hasta toparse con una difícil verdad. El resultado de los estudios lo movilizará en forma, y afectará sus perspectivas personales e íntimas, provocando que nuestro protagonista comience a hacerse planteos que reconfiguren su vida personal. Mazza moldea junto a Sesan, un Marcelo querible. Lejano, hostil, pero destacado. Y lo instala en un momento de su vida donde el cambio de rumbo se percibe inminente. No es que Marcelo sea un sujeto plástico, justamente lo que creo que se intenta hacer, es mostrar este perfil de hombre, dentro de un marco lejanamente emparentado con el cine de Woody Allen. No podría decir cuál es el tema de Marcelo. Pero sí se que que es un tipo honesto, duro, que merece ser escuchado. Tiene ciertos rasgos neuróticos y sus reacciones no son de las mejores... pero... La cuestión es que un amigo lo intenta ayudar y ponerlo al aire (en radio), para abrirle camino, pero la cosa termina mal y el pibe va a terminar laburando en el puerto. Vergara se sentirá raro, pero a pesar de su momento personal, intentará dar respuestas a los interrogantes que le surgen en relación a temas importantes de su vida... Como pueda. Podemos decir que "Vergara" es un film que tiene cierto estilo emparentado (en forma lejana), con las ideas de Woody Allen. Tiene su impronta jazzera en la estridente banda de sonido (que a mi no me parece una buena idea, debo reconocer), un personaje principal con problemas de relación y un entorno que mira con rareza, su singularidad. Rodada en Rosario, chiquita pero sólida, "Vergara" es una propuesta ajustada que muestra que hay un cine distinto que se puede hacer en Argentina. Maduro y honesto, con una construcción de humor corrosivo vertido en pequeñas dosis homeopáticas que no me molestan, pero que si no entrás en la sintonía del film, quizás se puedan sentir un poco invasivas e incómodas. Pero es el tono del film, y si te prendés, entrás en su lógica y todo cobra mucho sentido. Las actuaciones son adecuadas, siendo claramente el punto alto, Jorge Sesán en el rol de Marcelo. María Celia Ferrero (Laura) y Lautaro Borghi (Juan Pablo), suman desde sus papeles secundarios necesarios. Más allá de eso, creo que Mazza suma puntos en esta ficción y consolida todo lo bueno que sabemos que puede generar. Quizás podamos revisar "Vergara" desde varias ópticas pero considero que es un paso adelante de Mazza en su carrera, sin dudas.
Desde nuestra cómoda posición citadina, de blancos, muchas veces estamos alejadísimos de la problemática que atraviesan los pueblos originarios para defender su cultura y territorio. Y sabemos, por la historia que hemos estudiado en las escuelas, que el Estado (y ahora, los privados), han avanzado sobre sus espacios, lastimando con fiereza a esas comunidades y tratando de aislarlas, quitandoles todo lo que ellas poseen. Incluso la vida misma. Este documental dirigido por Ignacio Ragone, Juan Fernández Gebauer y Ulises de la Orden nos lleva al Gran Chaco, para conocer en detalle, el sentir de los habitantes aborígenes que intentan mantener la llama encendida de sus ancestros, sobreviviendo como cazadores y recolectores. "Chaco" es un documental que impacta, a todo nivel. Tanto, que encontramos a un dirigente indígena charlando con los directores, y lentamente aparece un patrullero para intervenir, primero silenciosamente y luego a través de una charla, con el líder entrevistado. El poder de la policía y los terratenientes, se ve con claridad. Las historias de matanzas, emboscadas, engaños y agresiones hacia los miembros de las comunidades originarias se siguen repitiendo a lo largo del tiempo. Y hoy, siguen tan vigentes como hace 400 años. Con otros dispositivos, pero con la misma efectividad. La cinta está hablada en quom, wichí y pilagá y castellano y propone conocer las historias de cinco grandes representantes de estos pueblos: Israel Alegre, Valentín Suárez, Juan Chico y Laureano Segovia y Félix Díaz. Todos ellos encabezan procesos de visibilización de lo que sus comunidades viven y sufren, día a día. Las entrevistas logradas en el campo, dicen muchísimo más de lo que puede descubrirse desde la oralidad. Los directores logran con el poder de los testimonios y todo lo que rodea ese registro, impactar con fuerza en el espectador. "Chaco" es un film que te adentra en un universo al que no podés ignorar. Interpela, el saber que no hemos aprendido nada con el correr de los años. Hace muchos años, el Estado atacó y destrozó a nuestros pueblos originarios. Y hoy en día, la desidia y la complicidad de quienes ejercen los poderes formales y económicos, siguen oprimiendo a estos argentinos, de otra manera, pero con igual efectividad. Hay espacio para la reflexión sobre el hombre que vive en el monte y entiende la ecología como ninguno de nosotros podrá jamás. Este documental no sólo se ocupa de registrar y poner en valor la lucha por preservar la cultura y los derechos de estos pueblos, sino que ofrece reflexiones valiosas sobre el ambiente y las condiciones económicas que definirán nuestro futuro, como nación. La película ofrece también, dentro de su impactante envase visual (uno de los puntos altos de la realización), unos cuadros de animación destacada realizados por Adrián Noé y Dante Ginevra , que explican tramos de la historia vivida en el Gran Chaco, que debemos conocer. Un film profundo, con potente evidencia, necesario y comprometido. De los grandes documentales que este año nos regaló. No dejen de ver "Chaco". Todos, necesitamos tomar conciencia de lo que ocurre en el NEA para darle difusión e instalar el tema en la agenda de los asuntos políticos urgentes.
Todos los que tenemos casi 50, estamos muy en tema con la recuperación del terreno donde se asentaba el legendario estadio de San Lorenzo de Almagro. Conocemos la problemática y muchos de nosotros hemos estado, en el mítico Gasómetro. En particular, recuerdo la magia de aquella cancha, instalada en Avenida La Plata entre Las Casas e Inclán, con sus tablones de madera y su verde césped... Este documental, reconstruye la historia de aquella dolorosa pérdida, y el camino autogestionado que hicieron socios y simpatizantes, para volver a tener estadio en Boedo, lugar del que nunca debieron salir. Sergio Criscolo, dirige una interesante reconstrucción sobre el proceso reciente, pero también indaga y presenta la rica historia cuerva, desde inicios de siglo. Boedo, es un barrio símbolo para todos los porteños, y en ese sentido, el documental muestra testimonios de gente de la música, el deporte, la política y la dirigencia, que dejan su opinión sobre este trayecto en el que la recuperación del estadio, parece ya un objetivo posible. Aquel espacio fue creado en 1916 y se cerró, por presiones del gobierno militar que al parecer tenía un negociado inmobiliario con una empresa de supermercados ya conocida por todos, en 1982. Luego, el club debió jugar sus partidos de local, en otros lugares, se fue al descenso y a su regreso, montó el operativo para armar otro estadio, que es el que actualmente posee en el predio de Villa Soldati. Pero la reconstrucción está en marcha. Algo increíble, desde ya. Socios y adherentes compraron metros del futuro estadio por valor de 7 millones de dólares. Apostaron a la recuperación y establecieron una red que presionó a la política con un reclamo claro, hasta lograr que la Legislatura porteña promulgue una ley que resuelva ese regreso. El film muestra el corazón del barrio y la pasión que genera en su gente, todo lo que constituye su misma esencia. Los reportajes tienen un aporte sustantivo, son intensos, hay mucha emoción que atraviesa cada segmento de la peli y el trabajo de Criscolo es efectivo y atractivo. Incluso para los que no somos cuervos, desde ya. La pasión genunina trasciende la pantalla. La sentís. Es la magia del fútbol, y la pertenencia al barrio. El amor por los colores. No hay muchos adjetivos para agregar, "Volver a Boedo" es un homenaje a los hinchas. A su lucha por recuperar lo que es suyo. A poner en la superficie la historia de un reclamo justo. Vale la pena adentrarse en él, y si amás la redonda, te va a encantar.
Más compañían se suman al desafío de la animación en distintas partes del mundo. Y en nuestro recorrido por las empresas que apuestan fuerte a encontrar un posicionamiento para sus productos, llegamos (nada menos) a Brasil. Allí están los chicos de Start Desenhos Animados, quienes lanzan un film pensado para el multimercado: "Lino, una aventura de siete días". Podemos decir de "Lino", que estuvo nominada a los Platinos iberoamericanos en su categoría respectiva, hace poco. Y que llega con la expectativa de posicionarse, en varios mercados, con un sello que aún, parece ser difuso, en cuanto a identidad. Supongo que lo más difícil, ya a esta altura de desarrollo de herramientas digitales más accesibles, que la cuestión es construir productos con sello propio. Como lo han podido desarrollar las grandes compañías, quienes se prenden en el juego para mostrarse como nuevos potenciales propuestas, deben contar con algo distintivo. Y eso, es una carencia de "Lino...". Puedo decir que la veo muy bien en la parte técnica (aunque el nivel de detalle para secundarios y fondos dinámicos podría estar mejor), y no tanto en el guión, porque más allá de un prometedor inicio, las nuevas ideas se acaban pronto y todo se transforma en un recorrido simpático, por muchos lugares comunes de las pelis de este género. Rafael Ribas, el director, logra presentar una situación divertida al principio (la escena donde vestido de gato, el protagonista sufre maltrato en su actividad laboral) y establece el marco de desesperación y agobio del protagonista (Lino). Sin fuerzas, desesperado y con serios problemas económicos, el personaje principal acude a un mago para implorarle algún tipo de milagro, que lo aleje de su penoso momento. Pero como lo barato sale caro... el místico elegido equivocará el hechizo y transformará a Lino, el humano, en un gato. Y una vez que el pibe quedó transformado, le caerá además un niña en brazos (y no es broma!) que vendrá a complicar más las cosas. Ellos deberán, junto con una nueva banda de amigos, tratar de conseguir la manera de volver a la normalidad, mientras son blanco de una investigación policial con pocas luces. "Lino..." fue comprada en varios mercados y la gente del estudio manifiesta estar contenta con los resultados. Eso es un dato a tener en cuenta. Yo siento que para la familia, esta producción de Ribas cumple. Ofrece muchos gags físicos y tiene varios elementos identificables, de otras producciones de mayor fuste, que le suman para estructurar su propuesta de desarrollo. En definitiva, un film que muestra que en América Latina hay capacidad instalada para generar nuevas propuestas de animación, desde la programación. Lo que sí, seguimos la búsqueda de ideas consistentes, de ruptura, que ofrezcan una experiencia divertida, para todos los espectadores en la sala. Los adultos, incluídos.
Pensaba mientras estaba en la sala viendo "Colette", que podría ser una película ideal para los tiempos que corren. El debate global y local sobre el rol de la mujer, está en los medios y brinda un universo rico para contrastar posiciones, realidad, e historia. "Colette" de Wash Westmoreland (cuyo gran antecedente profesional es "Still Alice") llega para actualizar la bio de una tremenda escritora y performer, Sidonie-Gabrielle Colette, de la Francia de principios del siglo pasado. Keira Knightley es la elegida por el cineasta par llevar adelante un papel complejo, lleno de matices, que la actriz resuelve con suerte dispar. El tramo de la vida de la escritora que se desarrollará en "Colette", va desde los meses previos a su unión matrimonial con Herny Gaulthier-Villars (Dominic West) hasta la primera década del siglo pasado. Lo que Westmoreland está interesado en mostrar, en este segmento de la vida de la escritora, es su proceso de transformación de ser una campesina sencilla en una artista de ruptura y total relevancia para la escena cultura parisina de ese período. Conocemos a Colette (Knightley) como una jóven mujer de la pequeña villa de Borgoña, preparada por su familia, para contraer enlace con un sujeto que la impulse social y económicamente. Sus padres fomentan la relación de su hija con un escritor bastante histriónico, que derrocha simpatía y promesas de progreso para Colette. Ellos ya se conocen -a pesar de que esto no parece estar en la superficie- (en el film no sabemos cómo sucedió), y la pasión entre los enamorados da lugar al establecimiento de una pareja parisina de clase en poco tiempo. "Willy" (Henry), es agente literario y su trabajo es captar y promover escritores, esforzándose por sostener su prestigio en el medio y sostenerse económicamente. Es cierto que le cuesta mantener cierto nivel de vida, tal vez, por encima de sus posibilidades. Fuerza a sus contactos y empleados para que produzcan textos, libros y cuentos, que él comercializa, mientras se dedica a disfrutar la vida social a pleno. Su esposa, mira y aprende en silencio a través de los años. Ella tiene condiciones innatas para la alta literatura, pero sólo se analizará esta condición en detalle, cuando Willy esté en la quiebra y ya no tenga más ideas de donde tomar. Colette entonces, aprovechará esta circunstancia, para lograr que su libro, "Claudine" basado en sus experiencias sexuales y sensoriales de la adolescencia, vea la luz y se transforme en un hit de ventas. El único problema es que la autoría de la obra, será firmada por Willy, quien se arrogará frente a los medios, ser el único responsable de esa pieza literaria. Si bien la relación con Colette se estaba volviendo inestable (ya comenzaba ella a experimentar su costado bisexual), lo cierto es que este antecedente inicia un período de discusiones fuertes en la pareja. Colette era un espíritu libre y transgresor y cree que tiene derecho a disfrutar del éxito de su obra pero...su marido opina lo contrario. Aquí vemos la premisa fundacional del film, el director (y guionista) desarrolla con paciencia la aparición de rasgos e ideas únicas que tenía la talentosa vanguardista, hasta llevarla al punto en que tanto se siente afectada, que comienza a explorar la escena teatral, con espectáculos no convencionales que la pondrán en el centro de la escena cultural parisina. Y se permitirá tener amantes, también. Si debemos decir que, Westmoreland simplifca demasiado todo lo que sucede puertas adentro en el matrimonio. Quienes conocemos la historia, sabemos que había mucho material para avanzar con propuestas más radicales. Pero no, se elige el tono descriptivo y el ritmo lento y pausado... Este cuidado por las formas y la perspectiva de mostrar lo transgresor casi como exótico, quitandole el corazón de la pulsión, es lo que hace al film, plano y sin demasiados matices. Colette era incendiarias en términos de ir contra lo establecido, y aquí la vemos medida, paciente, controlada y amable. Esto seguro que esta era una gran oportunidad para ir más allá y explorar la intimidad de lo que Colette sentía y pensaba sobre las relaciones y el género. Y nada de eso está presente, excepto una relación estable con Sophie de Morny, marquesa de Belboeuf (Missy, jugada por Denise Gough), que se apoya mucho en el costado creativo y treatral, antes que el pasional. Y no demasiado más. En definitiva, una biopic demasiado "correcta" para una mujer excepcionalmente incorrecta. Si quieren una primera aproximación a Colette, puede servir. De lo contrario, pueden sumar la versión de 1992, ("Becoming Colette") que siento muy superior a esta realización.
Creo que ya he dicho en innumerables oportunidades, que celebro que la animación familiar, no sea un negocio de pocos. Entiendo que las grandes compañías llevan una enorme delantera con respecto a los players independientes que tiene limitados recursos para enfrentarlos con éxito, pero intentar, siempre hace a la industria más competitiva. Y sí, creo que hay lugar para todos. De hecho, el género terror y el infantil, son dos de los grandes movilizadores de audiencias en nuestro país. Siempre se necesitan títulos en cartelera para abastecer esa demanda. En esta oportunidad, vamos a ir a una producción ucraniana, que rompe un poco la lógica de producciones de este tipo, al menos en lo geográfico. Porque la peli que dirige Oleh Malamuzh se nutre mucho (demasiado) de muchos personajes y tramas que nos remiten a historias que ya conocemos. Esta es la historia de una princesa raptada. Un desafío que impulsa a un artista a soñar quedarse con la chica, convertirse en caballero y ser el heredero del imperio. Un rescate, en definitiva. Ruslan no pertenece a la nobleza, pero conoce, accidentalmente, a la princesa Mía. Algo pasa entre ellos, aunque el primero no sabe que la dama, es la hija del rey. Mientras ellos comienzan a reconocerse, ella será secuestrada por Chernomor, un terrible (feo) hechicero que aparece contra todos los pronósticos y se lleva a la encantadora Mía. El rey estalla en furia y dolor y abre la búsqueda ofreciendo que aquel que traiga a su hija sana y salva, podrá desposarla. Hasta ahí, lo que ya todos imaginamos. Aventuras, color, algo de diversión, algún personaje secundario simpático. Un malvado que juega bien su rol. Mía, por su parte, construye su perfil con retazos de heroínas ya vistas (una de las hermanitas de Frozen), pero sin la fuerza que se espera dentro de los nuevos cánones de los films que empoderan al género femenino. Digamos que "La princesa encantada" es un intento válido por procurar ofrecer un producto de animación atractivo para chicos. A diferencia de los ofrecidos por los grandes estudios, los grandes quedamos afuera (nada atrae demasiado, lejos de lo divertido que es ver cine de Pixar o Dreamworks) y sólo los peques la pasan bien en sala. Que en definitiva es lo que vale la pena. Como producto cinematográfico, debo decir que tiene aceptables condiciones técnicas y reconocerle su carácter de novedad por ser de Europa Central. Desde el guión y el desarrollo de personajes e historia, no me pareció que haga algún tipo de aporte original. Se apega a los establecido y tradicional y esa, es su principal debilidad.
Conocimos el cine que propone Paolo Zucca, unos años atrás cuando nos llegó a salas comerciales, un film suyo prometedor, "El árbitro" (2013). En aquella oportunidad, utilizó el histrionismo del gran comediante Stefano Accorsi como bandera, para mostrar cómo la vida en los pequeños pueblos de Italia, tienen una pintoresca lógica particular. Esta idea regresa, con otro envase (mucho más político, por así decirlo), con "L'uomo che comprò la luna". Zucca intenta explorar la vida en los pueblos del interior del país y elige sumergirse en la idiosincracia de una determinada región, con la intensión de mostrar contrastes, ópticas, ideas. El lugar, Cerdeña. La historia es bastante simplona. Tanto, que me costó ubicarla en algún tipo de contexto. Digamos, que hay que dejarse llevar (en su anterior trabajo, todo era menos simbólico y más visible) por la trama, sin buscarle demasiado sentido. Los servicios de inteligencia (bue, digamos) tienen la data de alguien compró la luna. Y saben que hoy en día no hay que dejarse madrugar con los negocios. No amigos! Hay un sardo que se declara dueño de la luna. Peligro. Danger. ¿Qué pueden hacer los agentes del recontraespionaje (Maxwell Smart dixit)? Pues buscar al hombre en cuestión en su propio terruño. Y para eso hay que prepararlo para que pueda llevar adelante su misión, con todo lo que ello signifca. Es entonces cuando aparece Kevin, (Jacopo Cullin) un soldado impresentable, y se lo empieza a adiestrar para que parezca un sardo de verdad. De ahí que arranca cómodamente un relato de humor regional, donde se hace hincapié en la postura, los gestos, las costumbres y los modismos que debe tener un buen habitante de Cerdeña. Una vez que el protagonista está listo para su desafío, deberá ir al terreno y tratar de encontrar a Badore (Benito Urgu), para verificar qué sucedió con la compra de la luna. Lo que vendrá luego (ah, el amor), mejor no anticiparlo. Zucca trabaja en espacios reducidos con habilidad. Elige perfiles interesantes, y monta una historia sencilla. No se precibe un guión con gancho. No, y creo que no todos las comedias que giran sobre lo cultural, tienen el mismo impacto en función de lo que presentan. Acá todo es muy austero. Ingenioso, si. Pero no un festival de originalidad. Lejos de eso estamos. Debo reconocerle al director italiano, su habilidad para contar historias simples. Creo, sin embargo, que en esta oportunidad, el guión no logró traccionar una comedia divertida. Apenas, una colorida postal de los sardos, muestra cabal de la riqueza de su cultura para quienes no estamos en tema.
Sabemos que las buenas ideas escasean. Y que como ya dijimos infinidad de veces, hay un importante caudal de público que espera ver cine de terror en sala. Que realmente lo disfruta y que está dispuesta a adentrarse en historias que a priori, quienes no somos simpatizantes de este tipo de cintas, no elegiríamos. Repito esto cada tanto, porque "Midnight man" se ubica en ese franja de películas que reacciones adversas en críticos y periodistas, cuando en realidad, son productos genéricos de industria sin más intenciones que entretener. Pueden gustarte o no. Pero se siguen haciendo por son redituables. Y cada tanto, alguno da el golpe y genera toda una ola de pasiones alrededor del mundo ("A quiet place"; "Herditary", quizás "Ghostland" este año), pero no son demasiados casos. Dicho todo esto, debo decirte, que "Midnight man" no levanta mucho la aguja del amperímetro. Sí, tiene en su elenco a dos leyendas del cine de género, Lin Shaye ("Insidious") y Robert Englund ("Nightmare on Elm Street") a las que todos (me incluyo) queremos ver siempre, porque conocen a fondo lo que se espera de ellos y nunca defraudan. Pero la cuestión es que por muy buenos actores que sean, sin un guión complejo, potente y versátil, las posibilidades de lucimiento son escasas. Y debemos decirles, además, que esta peli, es una remake. Más precisamente de una indie irlandesa de un director y escritor joven que también colaboró en la producción de su remozada versión amerciana, Rob Kennedy. En la original, si mal no recuerdo no se encuentran personajes de adultos mayores porque son todos adolescentes pero... bueno, ustedes entenderán los cambios pedidos por la compañía responsable. ¿De qué trata "Midnight man"? De un espíritu demoníaco, que se invoca a través de un juego. La película arranca en la década del 50' contando como fue este proceso en una casa cualquiera, vivido por algunos niños, una noche en particular. Las cosas se salen de control y ya en las primeras escenas nos damos cuenta que Travis Zariwny (que dirigió la innecesaria nueva versión de "Cabin Fever"), no está dispuesto a hacer algo demasiado sutil. Muestra el poder de fuego (por así decirlo), de un monstruo que no está dispuesto a dar tregua. Las escenas de apertura son un poco fuerte incluso para los fans del género. Masacrar niños en cámara no es de lo más usual como carta de presentación, pero...algo dice no? De allí nos trasladamos al presente, donde Anna (la sobreviviente del inicio), está senil, anciana, y es cuidada por su nieta, Alex (Gabrielle Haugh). Cierto día, esta inquieta chica junto a su amigovio, buscará cosas en el ático y dará con el equipo del juego en cuestión. Mientras ellos están revisando el material, aparecerá la abuela y estallará en gritos hasta desvanecerse. Digamos que sabe que la pesadilla volverá a reiniciarse. El doctor Harding (Englund) la atenderá por su recaída y los chicos comenzarán a sospechar que hay mucho secreto encerrado en la casa y en todo lo no dicho. De ahí en más, comenzará un derrotero de eventos esperables, como la materialización de miedos y fantasías, producidos por el "midnight man", ideales para los amantes del género. Digamos que enfrentar a este demonio, no parece ser una tarea sencilla... En líneas generales, el film ofrece una correcta ambientación y tiene intérpretes que ponen lo mejor de sí, pero el guión no ofrece nada demasiado original. Termina pareciéndose a muchas películas que vemos siempre, donde la trama no da giros que conmuevan al espectador. Sí, hay algo de gore, muchos gritos y un cierre esperable. "Demonio de medianoche" puede considerarse como una peli más, con el plus de contar con dos actores muy populares que quizás, con otro guión, podrían haber marcado la diferencia.