Ver el afiche realmente me entusiasmó. Siento que en la actualidad, hay pocas comedias en los lanzamientos de cada viernes. Y la gente, convengamos, necesita reirse cada tanto. "Father figures" podría ser entonces, material combustible en este escenario flaco de buenas pelis de género. Pero no. A pesar de contar con un cast muy interesante, "¿Quién @#*%$ es papá?" transita por carriles poco iluminados, repitiendo esquemas fallidos y desaprovechando personajes que podrían ofrecer mejores contrapuntos. Creo que en parte esto sucede, por la falta de experiencia de su director, Lawrence Sher, quien a lo largo de su carrera se ha dedicado a la fotografía cinematográfica. Algo sucede con la conducción de los actores, puede suponerse. De por sí, el guión de Justin Malen no se si es el problema (el hombre escribió " Office Christmas Party" que me encantó) sino el hecho de confiar tanto en que Owen Wilson y Ed Helms resuelvan sus personajes siempre, desde sus referencias por defecto. Eso, sumado a que ha contado con grandes secundarios, y al no haber encontrado el camino para trabajarlos desde el humor, han terminado caicaturizados de una manera que el espectador, no disfruta. La historia es la de una mamá (Helen, aka Glenn Close) que en el día de su boda, le cuenta a sus gemelos Peter y Kyle (Helms + Wilson) que, a decir verdad, no está segura quien era en realidad su padre porque... en los 70', esa no era una preocupación importante. Los hermanos reaccionan de manera distinta, pero coinciden en hacer un camino de búsqueda de la verdad, visitando a los hombres que podrían ser su papá. La cuestión es que ahí arranca una especie de road-movie poco convencional, aderezada con algo de drama, humor escatológico e incorrecto y discretas actuaciones. A mi Wilson me cae bien, pero creo que si no está muy marcado por su director, tiende a volver siempre a su versión liviana donde hace bromas gestuales y abre mucho los ojos y... creo que él puede ofrecer otra cosa. Helms está lejos de sus mejores papeles y aporta su delirio natural para tratar de compensar la falta de humor de la pareja central. "¿Quién @#*%$ es papá?" intenta explorar el universo de la comedia americana de búsqueda y transgresión, en un registro que intenta lejanamente, acercarse a "The Hangover" o productos similares. Tiene aceptables rubros técnicos pero no termina por convertirse en el gran film que podría haber sido. Tengo la impresión que un aporte distinto de los protagonistas hubiese llevado el film a otro nivel. El resultado final está lejos de lo esperado y sólo cumple, como comedia de ocasión para quienes no conozcen demasiado de Wilson y Helms en este último tiempo.
Terror gótico desde Irlanda para renovar cartelera. Hay que reconocer que en este momento de alta demanda de productos de género, es interesante buscar en otras latitudes. En esta oportunidad, y siguiendo con la línea que trajo este mes "Winchester", de alguna lejana manera, "The lodgers" también aporta una mansión real. Llena de fantasmas, según cuentan los locales (Loftus Hall en County Wexford en ese lugar, donde también se dio el rodaje) y como punto de atracción para quienes les gusta este tipo de intrigas. Esta es la historia de dos hermanos mellizos, Rachel (Charlotte Vega) y Edward (Bill Milner), quienes son húerfanos viviendo en dicho caserón desde hace un largo tiempo. Algo sucede allí porque ellos no pueden escapar de ese espacio, dado que hay entidades (si, digamos), que marcan que reglas deben seguirse para sobrevivir: "nunca dejar entrar extraños", "nunca salir de sus cuartos a medianoche" y "si intentan escpar, la vida de su hermano/o estará en peligro". Bajo esta premisa, Rachel y Edward intentan vivir la vida que pueden, hasta que un soldado (Sean jugado por Eugene Simon) regresa después de la guerra (la película está ambientada en las primeras décadas del siglo pasado) y pone en riesgo el escenario establecido. Hay una energía oscura que amenaza a los hermanos y ellos intentan, dentro de sus diferencias, cuidarse y resolver su condición. El tema será cómo reaccionarán los "inquilinos" frente a tamaño acto de rebeldía. En "The lodgers" encontrarán sólidos rubros técnicos, un gran trabajo de fotografía y sonido. A todo eso, la presencia de Charlotte Vega es magnética en grado extremo y eso provocará que incluso quienes estén seguros que el film no los atrae, quedarán enganchados por su encanto y sencillez. El director Brian O'Malley es especialista en la creación de atmósferas y creo que queda cautivado por el lugar donde rondó. Eso produjo cierta falta de tensión en la curva de tensión que el film debería generar siendo una cinta de terror más bien clásica. Pero más allá de eso, "Los inquilinos" es una propuesta simple, discreta y elegante sobre los fantasmas que habitan el alguna perdida mansión irlandesa...
"Esta es otra de las 7000 Yineth que existen... Aunque tanto el vestuario como los nombres han cambiado pero la esencia sigue siendo la misma pecosa", estas son las palabras con las que comienza este documental de Daniela Castro y Nicolás Ordóñez que describe el recorrido de vida de una mujer que desde niña fue secuestrada por la guerrilla en Caqueta, Colombia y puesta a luchar en los conflictos armados desde muy temprana edad. Yineth hoy en día trabaja procurando la integración de quienes participaron de la guerrilla y buscan ahora integrarse a una vida ciudadana con paz y sin guerra. Para quienes no están familiarizados con el conflicto en el hermano país, las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) han enfrentado a los gobiernos durante mucho tiempo y aprovechando la naturaleza geográfica del terreno, han ofrecido gran resistencia militar en su lucha contra los líderes de turno. No es tema de debate el porqué del conflicto, aunque sí el documental deja que Yineth caracterice y ejemplifique las condiciones en que se produce su ingreso al ejército revolucionario, sin emitir opinión y mostrando imágenes de archivo para enmarcar la naturaleza de los conflictos. El proceso de paz no fue sencillo y sus consecuencias siguen hoy en día dividiendo opiniones en la sociedad colombiana. La película está estructurada en base a relatos de Yineth sobre diferentes aspectos de su vida. Pero más allá de lo escalofriante de su narración de su experiencia militar, lo que impresiona es cómo tuvo que cambiar de nombre y profesión en muchas oportunidades para poder sobrevivir. Ella huyó de las FARC y la supervivencia no fue sencilla. La construcción de su identidad es el sostén del film y se integra con los recursos justos para entender su realidad. Yineth (su séptimo nombre) es una mujer intensa, de una gran fortaleza, pero que cuando vuelve a su historia, se quiebra, y nos muestra el dolor de cada paso de su recorrido de vida. Castro y Ordoñez siguen a Yineth con atención y concientes de la potencia de su mensaje, dan mucho lugar para su palabra. Esta elección creemos que se apoya en el análisis del personaje principal, más que en el contexto en que se dio su camino de vida. "Alias Yineth" es una herramienta potente para graficar la situación pos-guerrilla de quienes han participado del conflicto armado en Colombia. Ofrece un retrato personal complejo e interesante, que lo hacen un documental necesario para entender la realidad de ese conflicto en el hermano país.
Epoca de Oscars, época de biopics. Nada mejor para meterse en los bolsillos a los miembros de la Academia que mostrar alguna situación histórica intensa, rica, patriótica y heroíca para copar los medios con su mensaje. Pero no siempre es tan lineal la cuestión. Esas narraciones de vida, incluso a veces, van justamente en dirección contraria. Esto es lo que sucede con "I, Tonya", película dirigida por el talentoso Craig Gillespie (el australiano detrás de "The finest hours" y el hit "Lars and the real girl"), en la cual seremos testigo de la trastienda de una de los mayores escándalos periodísticos en relación a un hecho deportivo en la historia de USA. Sí, bueno, lo de O.J.Simpson también fue grosso. Pero no. Aquí la historia en cuestión nos presenta a Tonya Harding (Margot Robbie, en una actuación increíbe), patinadora profesional de infancia dura (llena de abusos, violencia), quien aspiraba a ser la estrella que representara a USA en los juegos olímpicos (de invierno) en Lillehammer (1994). Sin embargo, en su camino, se topará con otra gran deportista de estilo distinto al suyo, Nancy Kerrigan (Caitlin Carver) quien luchará por el mismo privilegio. "Yo Tonya" gira sobre la historia de vida de la patinadora y amplifica sobre el escándalo que le costó su carrera, pero eso (la interna) se los dejamos para que lo descubran en el relato completo. Tonya es una mujer que se ha forjado desde un hogar humilde, y sus enormes problemas familiares, la han llevado a tomar malas decisiones en un momento bárbaro de su carrera. Robbie le pone el cuerpo a la atleta con fibra y decisión y hace una composición sólida e intensa cuyos matices no dejan de sorprender a este cronista. No la creía capaz de tanto. Mea culpa. La relación con su madre, LaVona (Allison Janney quien ganara el Oscar el domingo pasado por este rol) y su marido Jeff (Sebastian Stan), son los puntales para una historia contada desde varias perspectivas, divertida, intensa y a la vez, muy dolorosa. El guión de Steven Rogers peca quizás de dividir demasiado el contenido de cada evento, mostrando distintas perspectivas, en parte porque los relatos de cada personaje aportan una visión distinta, y no todos suenan verídicos (dicho sea de paso!). No es que yo pretendo que veamos una recreación de realidad exacta, pero todo ese universo coral, está bien, pero le quita en cierta manera unidad al relato. Lo hace, sin dudas, más dinámico, pero a la vez,más confuso. "Yo Tonya" genera una mezcla de emociones raras. Asombra, por momentos. Pero no es la única emoción que genera. Hay mucho vértigo y energía en cada segmento y el film se disfruta mucho. Sin dudas, una historia que atrapa, por lo visceral del conflicto deportivo, pero mucho más por la trayectoria familiar de Tonya, que es lo más sensible del relato. Muy buena.
Para los que no están familiarizados con el animé (como yo), les cuento que Gamba, es un producto japonés basado en una novela publicada en el año 1972 que llegó a la televisión con una serie de 26 episodios y una película posterior, hacia 1991 llamada "Ganba to Kawauso no Bōken ". Como en muchos casos, este género de historietas deja muchos personajes cada año y la industria, a medida que encuentra financiación, decide llevarlos a la pantalla grande. Este es el caso de Gamba, quien regresa con una nueva aventura, familiar y de corte tradicional, para seguidores y nuevo público menudo ahora global. Gamba es un ratoncito (inquieto y valiente) que esperar vivir una aventura a la altura de sus sueños. Si bien el es uno animalito urbano, cierto día decide experimentar un viaje al océano, con miras a cumplir su aspiración de disfrutar algo nuevo. En la embarcación en la que viaja, dará con un amiguito llamado Chester, quien le contará que hay un poderoso clan de comadrejas liderada por un villano de nombre Noroi, que aterra la región donde reside su familia. Chester teme por ellos y pide ayuda a los pasajeros del barco, con la idea de armar un equipo para enfrentar a los malos. Gamba acepta el desafío y junto a algunos amigos, partirá hacia esa isla para confrontar con Noroi y lograr llevar paz a la región. Todo transcurrirá en un clima previsible de desafío y unidad en la acción para lograr el objetivo. Sin sorpresas. Lineal. Con pocas notas de humor. Desde el punto de vista técnico, no me sorprendió el nivel de "La gran aventura de Gamba". Probablemente esperaba más del engine, pero no. Es una animación aceptable, donde la dirección utiliza estrategias poco inteligentes para buscar mayor llegada: hay demasiada cámara lenta, y algunos fondos no están a la altura de un buen film de este tipo de género. En cuanto a las voces, son de audio latino y no suman ni restan. Progresión dramática no hay y sólo vemos un trayecto aventurero interesante para chicos cuya edad no supere los 7 años. No hay sorpresas para el público adulto ni tampoco un OST que llame la atención. Apoyamos los lanzamientos en los cuales los estudios independientes juegan nuevos desarrollos en animación. Este no lo es. "Las aventuras de Gamba" es un producto que no aporta nada nuevo al género y que curiosamente viene de una geografía en la cual abundan los ejemplos efectivos (Japón). Habrá que ver porqué. Sólo para niños pequeños, y no piensen que ustedes tendrán espacio para estar integrados a algún tipo de disfrute.
Es difícil trabajar la fusión de géneros, cuando se intenta crear algo original. La alquimia para hacer que funcione un film con dosis similares de suspenso, acción, terror, intriga y romande... es complicada. En muy pocas ocasiones ha resultado y es por eso que cuando vez el afiche de "Game night", sospechás. Tu otro yo (ese que te habla cuando menos lo esperás), te dice: "¿funcionará?". Y desde este lugar, porque hacemos un servicio noble, les decimos (a vos y a tu otro yo): "sí, funciona". No me pidas que te de mucho fundamento de cómo se estructura, pero sí puedo decirte que "Game night" es una peli divertida, liviana, veloz, llena de giros inesperados que quizás no te impacten de lleno, pero seguro justifican el precio de tu entrada (lo que en estos días, no es poco). Detrás de las cámaras contamos con John Francis Daley y Jonathan Goldstein, quienes hicieron hace un tiempo la nueva versión de "Vacation" y saben como exhibir situaciones escatológicas, bizarras y orginales. No es que su arte sea particularmente superlativo, pero son buenos artesanos de la industria. Hacen lo suyo y tratan de que la pases bien. Y en general, lo logran. El argumento de "Noche de juegos" es simple. Una pareja copada (Rachel McAdams -siempre un faro donde esté- y Jason Bateman), una reunión de amigos aficionados al juego, un hermano que regresa y propone una invitación sospechosa y luego, lo que aparenta ser un típico encuentro donde parejas amigas descargan sus ansiedades a través de lo lúdico, termina en otro escenario. No digamos explosivo, pero casi. Aquí no podemos decirte que es cierto y que no. Tampoco anticiparemos si toda la confusión que se da a partir del presunto secuestro está pensada de antemano o va sucediendo a medida que los protagonistas impulsan caminos. Sí te digo que "Game night" de a ratos parece una montaña rusa, acelera y se vuelve violenta, delirante y atractiva. No es nada especial, pero Rachel McAdemas está en su mejor momento como actriz y su carisma compensa las limitaciones actorales de Bateman, quien hace lo que hace siempre: el tipo despistado, bueno pero que nunca da con la nota necesaria para avanzar en la vida. Hay un par de conflictos que aparecen (lo familiar, la búsqueda del hijo, las desaveniencias entre los protagonistas) pero siempre están subordinados al ritmo trepidante que la aventura propone. Complementa, pero lo importante es resolver el secuestro. Si es que realmente lo es. El resto del elenco está bien, ofreciendo una atmósfera divertida, de sábado por la noche intenso, que el espectador sabrá agradecer. Si buscan entretenimiento directo y simple, "Noche de juegos" cumple con creces. Parece una hermana menor de "The Hangover" y se siente muy cerca de "Date night" y la clásica ochentosa "After hours", sin dudas. Es una cinta desestructurada y fresca y si bien no siempre acierta la dirección, nunca renuncia a generar situaciones donde la sonrisa esté presente. Eso suma, más, cuando comedias no abundan en cartelera en estos tiempos.
Palo Pandolfo es un ícono del rock vernáculo. Quizás no sea tan conocido por la gente joven, pero yo, que estoy acercándome a los 50, recuerdo tremendos recitales de Don Cornelio y la Zona, allá por los ochenta, donde presencié el talento vivo de este músico que, como muchos intérpretes locales, ha ido reinventándose a lo largo de los años con singular éxito. Luego de Don Cornelio vinieron los Visitantes (en los 90', una banda terrible), y ya más cercanos en el tiempo, sus bandas La Fuerza Suave y La Hermandad. Palo en 2016 lanza un nuevo trabajo llamado Transformación, y en ese proceso de preparación y armado del material, es acompañado y registrado por el director Ivan Wolovik, quien orquesta un seguimiento sutil del proceso de edición de ese gran disco, en esta que es su ópera prima. Asi es como "Transformación" no sólo es un larga duración, sino también un documental. Compartiremos sesiones con los músicos, charlas informales con popes de la escena local (Ricardo Mollo, imperdible en la escena donde discuten que sucede con los temas una vez que se han vuelto masivos) que colaboraron en las canciones ("Sonido plateado y "El conquistador", si necesitan esa información), reflexiones de café de gente de la industria, y la atmósfera pura, sin filtro, del invisible proceso creador del artista. Desde ya que se sentirán cómodos en la estructura de la cinta y en ella, habrá mucho espacio para desgranar el recorrido musical de Pandolfo y cómo enfrentó las mutaciones a lo largo del tiempo en su carrera. Todos sabemos que Palo Pandolfo suena increíble, pero encontrarlo en su intimidad de músico, estableciendo ideas y narrando cómo llegó a ser quien es, tiene una llegada potente, incluso para quienes no son sus seguidores tradicionales. "Transformación" es un registro prolijo, intenso, sobre cómo un artista avanza sobre un material y lo modifica hasta dotarlo de esa singularidad que lo hace explosivo. Ofrece una mirada de observación curiosa, amena, sobre todo lo que implica hacer un gran disco de rock.
Los hermanos Michael y Peter Spierig, en franco ascenso en la industria (hicieron el regreso de "Jigsaw" en 2017), vuelven a la carga con un film de terror, de estructura clásica, basado en una serie de relatos biograficos sobre la mujer que lideraba la acciones de la famosa compañía de rifles de repetición americanos: Sarah Lockwood Winchester. Al parecer (y esto si es parte del contexto histórico), esta mujer, Sarah (jugada en el film por Helen Mirren), sentía un gran dolor y preocupación por las víctimas fatales que se desataban por la creación máxima de la familia: el rifle a repetición. Esa arma era utilizada en su tiempo mucho, y ella creía (al parecer), que esos espíritus venían a su casa a reclamar paz. De ahí que se le ocurrió la idea de tener una casa enorme, y de ir construyendo habitaciones y ambientes en forma sucesiva, decorados o funcionales para cada persona que presumiblemente había muerto, y cuyo espíritu visitara la casa Winchester. Digamos entonces que este era "su" mecanismo para limpiar la culpa por haber generado la máquina que quitaba vidas. Ella parece haber estado buscando contener a esos enojados y dolorosos espíritus atenuando su situación de dolor y angustia...(dicen sus múltiples biógrafos) Recordemos que su marido había muerto de tuberculosis y su hija recién nacida también. Sin dudas, Sarah era una mujer poderosa y conflictuada, rol que define por excelecia a Helen Mirren. El rol le calza como un guante de seda. Convengamos que la historia luce interesante. Los Spierig parten de un hecho popular, imaginan un escenario y lo recrean con cast que lidera Mirren, centro del juego en cualquier cinta donde participe. Aquí la trama comienza cuando la compañía, intentando quitarle el control de las acciones a Sarah, envía a investigar que sucede en la casa (y con la clara intención de declararla insana)a un psiquiatra de nombre Eric Price's (Jason Clarke). El es bastante escéptico del tema de los espíritus y sus manifestaciones. Pero intenta hacer su trabajo con algo de decoro... Sarah (Mirren)... Está en otra sintonía. Tiene muchísimo dinero y... algún tornillo le falta. La actriz británica se luce componiendo otro personaje que si lo hiciera otra intérprete, sería un impresentable. Ella se las arregla para convencernos de la locura de la viuda Winchester sin demasiados problemas. La cinta propone sustos, puertas que se abren y cierra, presencias amenazantes, seres inmateriales que deambulan, ceremonias de invocación... Bueno, todo lo que ustedes ya se deben imaginar. Nada luce demasiado especial, pero se nota el esfuerzo por invitar a una inmersión emocional en la temática del film... Clarke hace lo que puede con su rol (no ofrece demasiados matices), y el resto del cast no aporta demasiado. "Winchester" transcurre como una especie de "The Conjuring" fuera de registro y levemente bizarra. Es una sensación extraña, pero no parece "orgánica" (se que mi referencia no fue de lo mejor pero...). Hay preocupación de sobra por asustar y mostrar locura, y lo cierto es que pasados unos minutos, esperamos con ansias construcciones con giros y color, y la verdad, esto no sucede. La trama, cuando promedia el film, se vuelve previsible y repetitiva y si no fuera por el trepidante final, nos dejaría un gusto amargo en la boca. Más allá de eso, "La maldición de la casa Winchester" es un film que se deja ver y se sostiene por la calidad de una actriz que siempre hace bien disfrutarla en pantalla. No es quizás todo lo que esperan, pero tampoco saldrán defraudados.
Llega al Gaumont en estas horas, "Mala Vida", una producción de Machaco Films dirigida por el dúo Mad Crampi y Fernando Díaz, realizadores de importante recorrido en el indie local. En esta oportunidad se lanzan a cranear una cinta casi coral, de varias historias que se entrecruzan en algún punto, enmarcadas en una Buenos Aires colorida, extraña y llena de teléfonos a disco! La trama arranca con un programa de tevé que muestra la preocupación en el ambiente artístico por la desaparición sorpresiva de "Heidi"(Belén Chavanne) , una artista teen pop de la que se sabe poco y nada. La misma, terminará apareciendo en el living de la casa de dos vagos, desocupados, inconciente, y aferrada a una cartera llena de dinero. Algo le pasó a Heidi pero no entendemos bien qué. Si bien pareciera que esto implicaría un secuestro extorsivo, la realidad no es tan simple como parece. Por otra parte tenemos a una parejita conformada por un pibe que roba autos y una chica que se parece mucho a Heidi, excepto que claro, no es estrella de la música. Ella le cuenta que está embarazada, y el caballero, mostrando toda su galantería, decide ofrecerle casamiento. Eso si, no es su hijo y aún no han intimado ya que su relación apenas acaba de comenzar. A partir de estos ejes (en apariencia distantes) se van sumando personajes, algunos más definidos (el asaltante profesional de bancos) y otros más difusos, con la intensión de enriquecer el conflicto principal y favorecer situaciones de desencuentros y absurdos. La cinta, intenta mantener un ritmo alocado a través de gags cortos, que no siempre son efectivos. Quizás el guión podría ofrecer algunos matices más interesantes dada la ductilidad de personajes que transitan la escena. El humor no es tan natural pero hay mucho histrionismo en el elenco y eso favorece el clima de delirio, aunque nunca termina por alcanzar niveles de cohesión narrativa para llevar al film a otro nivel. Esto se manifiesta en una historia que luce desbalanceada, donde se percibe que fue pensada con entusiasmo, pero cuyo ensamble final . "Mala vida" es movimiento puro y merece un párrafo aparte el carisma de Chavanne , auténtico imán para el espectador (Joaquín Berthold también juega con el absurdo en su rol de Julián y no se le puede negar que entiende el juego). Ambos protagonistas son de lo mejor de la cinta. Crampi y Díaz han hecho un gran esfuerzo en "Mala vida" y han elevado los estandares de producción un poco más allá de lo que habitualmente vemos en este tipo de propuestas. Los rubros técnicos aportan lo suyo y la banda de sonido está muy bien (la canción principal, "Mi alma lloró" cantada por "The Tormentos" suena increíble), son una grata sorpresa. Me atrevo a decir que abona un camino de ideas novedoso para el cine de género local que invita a explotar guiones más arriesgados. De todas maneras, es siempre una noticia alentadora ver cómo día a día, la industria sigue explorando formatos mainstream y buscando afianzarse en un sello distintivo con sello local.
Para mí la historia de la animación no sólo se construye con Pixar y los estudios hollywoodenses que conforman la plana mayor americana de realizadores. No, dentro de ese género, siempre hay que ubicar en el podio a Nick Park con la propuestas de su estudio Aardman. Creador de la mítica saga de "Wallace and Gromit", "Chicken run" y "Shaun the sheep", Park ha mostrado una enorme capacidad para transmitir ideas con simplicidad, buen humor inglés clásico y una animación en clay (con ambientes y personajes en arcilla o plastilina) y stop motion notables. Luego de un parate importante (su compañía tambaleó económicamente porque es muy prestigiosa, pero hace films caros que no tienen buenos resultados en la taquilla), vuelve con un largo que hace honor a la tradición inglesa: un film que se toma en solfa lo histórico y que habla principalmente de una de las grandes pasiones británicas, el fútbol. Dug es un "caveman" en aprendizaje, tiene un cerdito que lo sigue y juega a ser una suerte de Gromit (¿recuerdan ese perrito adorable?), más básico Le cuesta enfrentarse a los grandes desafíos de su mundo, digamos que tiene sus problemitas. Su gente vive en las proximidades del cráter que dejó la caída de un meteoro que se encargó de despanzurrar a una gran cantidad de animales prehistóricos. Cierto día su tribu verá como Lord Nooth, un despiadado villano , invade su territorio, forzándolos a cambiar sus hábitos de vida. Pero Dug encuentra propone una estrategia para embarrar la cancha y tratar de sacarse dde encima esa dominación: desafiar a Lord Nooth a un match para definir quien se queda con la administración del valle. ¿El deporte? Clásico. Uno que han creado los mismos ingleses. El problema, como se imaginarán, es que la banda de Dug no se distingue por destacarse en el juego, así que habrá que entrenar duro hasta llegar al gran partido que definirá qué sucede con el territorio en juego. Park toma la dirección en solitario y se encarga de darle al film, su toque personal distintivo. El nivel de realización es el habitual en estos casos y el guión, un alarde de sutilezas y sonrisas cómplices. "El cavernícola" no es uno de esos films que te hará descostillarte en la butaca, pero cuando termina su proyección, toda la familia sale de sala con una enorme sonrisa en su rostro. Funcionan, pero hay que darles tiempo para que vayan encadenando las hilarantes secuencias que muestran lo mejor de Aardman en acción. No tiene la estridencia de otros títulos familiares, pero "El cavernícola" es una cinta que los seguidores de Nick Park amarán. Si no se encuentran en esa primera línea de simpatizantes, igual recomendamos que se acerquen a disfrutarla. Es de lo mejor en cartelera de esta semana.