Nuevo trabajo del creador de "Salsipuedes" (2011), Mariano Luque, un cordobés que viene trabajando en equipo con gente de su misma generación que le hace muy bien al cine indie local: Iván Fund (aquí, productor) y Eduardo Crespo (director de fotografía). Esta conformación de identidades creativas, impulsa una propuesta intimista, pequeña, potente y con ritmo de tierra adentro, una historia femenina de principio a fin, donde la cuestión gira en torno a la construcción generacional de los diversos roles de la maternidad. "Otra madre" es el título de este segundo largo de Luque ( este estreno se complementa con un foco dedicado a la obra de Mariano integrado por su ópera prima antes mencionada, los cortometrajes "Sociales" y "Así me duermo" y la exhibición --en calidad de preestreno-- de su flamante documental "Los árboles", que a su vez fue el film de clausura de la 17° edición del DocBuenosAires. Considero imprescindible que vean la sensibilidad de este cineasta y el abordaje que hace de la violencia de género en "Salsipuedes" (fue en 2012 a la Berlinale también). Esta es la historia de una mujer (Mabel, jugada por Mara Santucho) que por cuestiones de fin de su relación de pareja, regresa a la casa de su madre. Allí se instalará con su pequeña hija, su hermana, su mamá y su abuela. Un universo femenino fuerte y complejo. En ese espacio, se jugará una silenciosa trama donde veremos cómo la nueva familia (un matriarcado), va configurando sus existencias en relación con su mirada del mundo. Hay en esa propuesta una construcción de significados que atraviesan los pequeños e informales diálogos que los personajes principales tienen. No hay demasiadas alteraciones ni situaciones de quiebre, no. Pero sí una sutil red va entrelazando climas y protagonistas, con la idea puesta en reflejar cómo llevan adelante su día a día este grupo de mujeres. Luque retrata en bellos fotogramas, una historia que no parece despegar mucho a nivel dramático, pero sí que convence al público por la identificación que genera. Más allá de estar rodada en el interior, con ese ritmo propio y color, y mostrarse casi comtemplativa a veces de una realidad subyacente y corpórea, "Otra madre" ofrece la posibilidad de estimular la reflexión por los roles y su transmisión generacional. ¿Por qué estas mujeres terminan todas juntas? ¿Qué sucede con los varones, que no son parte de los vínculos fundacionales de estas mujeres? ¿Hasta que lugar, la perspectiva de cada progenitora influye en las otras? Los interrogantes enriquecen el visionado y predisponen al espectador para conectar con el cine de Luque. Puede que para los aficionados al mainstream tradicional este tipo de aproximación cinematográfica les resulte un poco incómodo al principio, pero una vez que el encuadre está marcado, las cosas fluyen en forma natural. En lo personal, entiendo la manera en que el equipo de producción estructura cada movimiento en el desarrollo de climas, pero si reconozco que extraño la intensidad del film anterior de Luque. Aquí hay demasiadas mujeres y una lente que amplifica y recorta su mundo de manera singular, lo cual puede restarle posibilidades narrativas de profundización en otros campos de la interacción entre personajes. Me quedo con ganas de conocer más sobre cómo se relacionan estas madres e hijas con los hombres, en todo contexto. Más allá de mi percepción, creo que "Otra madre" es un paso adelante de este Luque y vuelvo a invitarlos, en la Lugones, al foco en su obra disponible hasta el 26 de octubre.
Cine europeo que renueva y aporta opciones a la nutrida cartelera porteña, llega a salas "50 primaveras" ("Aurore"), una película sobre los cambios de época en la vida, que describe un escenario donde lo físico, emocional y relacional, muestran su vinculación de manera original y simpática, con la idea de proponer una mirada esperanzadora (aunque ligera) sobre el paso del tiempo. En este nuevo trabajo de Blandine Lenoir (directora y actriz, aunque la recordamos por sus trabajos con el gran Gaspar Noé -ella fue partícipe de "Carne" y "Sólo contra todos"-), el centro del escenario será para Aurore Tabort (Agnès Jaoui) , mujer que está llegando al medio siglo en un momento de su vida, complicado. Su hija ha quedado embarazada y comienza a apoyarse en ella por su precaria situación de pareja (económica y relacional), y el pasaje pronto al abuelazgo, no parece sentarle bien a Aurore. Además, se acaba de separar de su marido de toda la vida y no posee empleo, con lo que sus condiciones de confort acaban de subrir un vuelco. Debe salir a empezar de nuevo, aprendiendo que todo lo construído, ya no existe y hay una nueva realidad cada día que golpea a su puerta y la invita a recorrer otro camino. "50 primaveras" es una cinta ágil, llena de matices curiosos para quienes no transitamos (aún!!) esa etapa, por temas de género o edad. Presenta conflictos de peso (por ejemplo, la menopausia es un tema aquí) que se dan por el paso del tiempo y aborda estrategias de la protagonista para reinventarse y seguir adelante. Accidentalmente se topará con un viejo amor de su juventud y deberá ver cómo avanzar en dirección a los mejores estados posibles, dentro de lo que ahora le sucede. El elenco ofrece actuaciones discretas (producido por un guión donde no son ellos elementos de sostén de la historia) siendo Jaoui el centro neurálgico de la propuesta. Ella es todo mohínes, candor y ternura. Transita varios estados y siempre logra ofrecer la mejor conexión posible con la escena y el espectador. Porque en definitiva, el gran conflicto de "50 primaveras" es la redefinición de los objetivos personales a cierta edad, y en ese camino, debemos decir que la cinta cumple con lo que promete. Buena propuesta para acercarse a los dilemas de los jóvenes adultos mayores y los caminos posibles en una edad donde aún tienen mucho para dar.
Seguramente ya saben que esta idea, en su formato original, fue explorada hacia principios de los 90' con un cast de jóvenes que después serían, en su gran mayoría, importantes en la industria (Julia Roberts, Kiefer Sutherland, Kevin Bacon, Oliver Platt). "Flatliners" en ese entonces era vista como una propuesta nueva en cuanto ofrecía la búsqueda del conocimiento detrás de la muerte, desde el análisis de la medicina tradicional. Y todo eso era perfectamente entendible, porque se explica en parte, por las edades de quienes llevan adelante el experimento. Aquí, en 2017, el danés Niels Arden Oplev, un nombre europeo que busca su primer impacto en Hollywood (viene de hacer algo de tevé americana, "Dead Man Down" antes que eso -con Colin Farrell- y también se lo recuerda por el inicio de "Millennium" en su versión original) lleva adelante una recreación de ese guión, con algunos cambios no tan interesantes. Lo cierto es que todos sabemos que 17 años después, las escenas de suspenso y la construcción, onírica (por así decirlo) de "Flatliners" tiene mayores recursos ahora. Desde lo formal, hay un mayor arsenal para la construcción del escenario y todo lo que implica el abordaje de las alucinaciones que sufren los personajes principales. O sea, era un buen guión y además en estos tiempos, deberíamos tener mejores trucos para lograr una mayor inmmersión del espectador en la historia. Bueno, no me pregunten porqué, pero eso no alcanza para lograr el impacto a priori esperado. Si bien tenemos un grupo de jóvenes similar (encabezado por Ellen Page y Diego Luna), lo cierto es que la trama es esquemática y doblemente previsible. Eso es lo que creo que le juega más en contra, muchos ya conocemos cómo viene la cuestión y encima, lo que debería sorprender, no lo hace y terminamos estableciendo todo el tiempo un paralelismo con la primera versión, que no favorece a la actual. La historia presenta a un grupo de estudiantes de medicina que, por el impulso de uno, Courtney (Page) se van a animar a un experimento fuerte. Se inducirán a la muerte y tratarán de volver de ella con los medios de resurrección para casos de emergencia. Lo que al principio les parece fabuloso (el poder de haber estado en "el más allá" los llena de vida y les abre sensibilidades distintas), con el correr de los días se torna oscuro. Estos sujetos transitaron un espacio del que en general no se regresa y probablemente haya alguna consecuencia sobre lo que generaron con su movimiento. Para más, Courtney (que es la que lleva adelante los cuestionamientos desde el cuerpo de la trama), tiene un pasado que la ha impulsado a transitar este camino y busca respuestas, que no serán quizás las que ella espera de la situación (todo esto que sucedió con su hermana, y que descubrirán quienes vean la peli). Los secundarios no aportan demasiado (flojito James Norton en un rol crucial), y el desarrollo de los eventos, es lineal y nada sorprendente. Veremos a los jóvenes aspirantes a médicos deambular por edificios y corredores oscuros, ser acosados por ruidos y presencias extrañas... Se imaginan no? Y a la hora del resultado final, la variedad de efectos utilizados y algún que otro aporte lúcido (pueden ver a Sutherland de visita, en una secuencia "homenaje") no alcanzan para calificar a esta "Línea mortal" como un producto sólido y atractivo. Sólo podemos decir que podrá (en cierta manera), llamar la atención de quienes no conocen nada de la original y servir como entretenimiento modesto, para quienes les gustan los sustos moderados. No alcanza picos de tensión destacados ni tampoco nos lleva a un viaje moral definido como la anterior... Eso, sin contar que desperdicia a una gran actriz como Page y deja de lado la potencia que Luna podría darle, quienes lucen haciendo esfuerzos por transmitir emociones encontradas en la historia, sin ningún éxito. Llama la atención viniendo de un director acostumbrado a ir al límite de sus productos, cómo pierde puntos a la hora de establecer los encuadres de opresión y paranoia en este guión. Estoy seguro que podría haber estado mucho mejor. Sin dudas.
Los noruegos esperaban con ansiedad este estreno mundial. Era la primera vez en muchos años que toda una película de gran presupuesto era filmada en su territorio por completo. También, que se utilizaba un material literario escrito originalmente por uno de sus hijos pródigos, Jo Nesbøs. Este autor ha vendido más de 36 millones de copias de su trabajo, y ha sido traducido a más de 40 idiomas. "Snømannen", la obra original en que está basada la peli es la séptima novela del detective emblema de Nesbøs. Pero la magia de Hollywood todo lo puede. Así como hace poco con "Mitch Rapp" (se acuerdan de Vince Flynn y su trayecto de 15 libros sobre el personaje en que está basada "American Assassin" de reciente estreno?) los productores toman un camino discutible. Se elige una obra (presumiblemente la mejor, dicen, aunque Harry Hole tiene 10 publicadas y son muy destacadas por la crítica) y sin analizar mucho que lo que le da sentido y forma a ese reconocimiento del público puede basarse en la paciente construcción del perfil de quien lleva adelante la historia, pretendiendo un suceso similar en la pantalla grande con una versión condensada y edulcorada del héroe en cuestión. Bueno, no es así. Menos cuando en la sala de edición algo pasa con los que seleccionan el material. Por vaya a saber uno que razón, el talentoso director sueco Tomas Alfredson , a quien hasta este film no se le escapaba un fotograma de más en sus desarrollos, falla en el orquestado del desarrollo de este "Muñeco de nieve". Alfredson viene de hacer las maravillosas "Let the right one in", y "Tinker Tailer Soldier Spy", por lo que es difícil creer que haya organizado tan pobremente el material recogido en Noruega. Todo esto que conté es para explicar, desde mi visión, porqué "El muñeco de nieve", como producción cinematográfica, parece errática y desprovista de tensión. Sí, ofrece algunos segmentos "gore" y tiene un argumento que puede interesar, pero desconcierta durante la construcción de la trama, por tener lagunas sorprendentes en cuanto a secuencias y continuidades de personajes. La historia, les decía, es una más de las del brillante detective Hole (Michael Fassbender). El es un hombre que tiene problemas en su vida personal (la paternidad, el alcohol y las relaciones con las mujeres encabezan el ránking), pero en lo suyo, es de lo mejor de Noruega. Aquí es convocado para resolver un crímen macabro, del que pronto descubrirá que es sólo un eslabón de una cadena más larga. Hasta incluso podría encubrir a un poderoso asesino serial de tradición en la región. Hole, no trabajará solo, sino que hará tándem con Katrine (Rebecca Ferguson) para la resolución del caso, pero como se imaginarán, la atracción mutua de sus perfiles llevará también a escenarios de mayor intriga en el devenir de los hechos. "El muñeco de nieve" está plagada de secundarios que no alcanzamos a entender, ya sea porque son de breve aparición o porque sus aportes son inexistentes para lo que nos interesa : la resolución de los crímenes. En definitiva, esta es una de esas cintas que deben haber sido testeadas ante espectadores antes de su llegada a salas, y los resultados no fueron los deseados. En consecuencia, algo podría haber pasado porque no la siento una película plena de Aldredson, más allá de la belleza con la que sigue los paisajes nórdicos y cierta sensación de intriga que la historia respira. Falta tensión y profunidad en los personajes, a pesar del denonado trabajo de Fassbender por llevar adelante su perfil. Está lejos de lo esperado y es probable que si están atentos, descubran algunas inconsistencias en el universo narrativo, no esperables para una producción de este tipo.
Y llegó el día en que uno de los grandes íconos del humor en historietas llegara a la pantalla grande y nada menos que en 3D. El clásico personaje creado por René Ríos, "Condorito" ya cumple 68 años de antiguedad y todos los que pasamos los 30, lo hemos seguido en sus aventuras. Recordemos que originalmente, Condorito es un producto chileno aparecido hacia 1949 y fue transformándose en una tira símbolo, para los lectores de latinonamérica, siendo actualmente leída en más de 120 períodicos de habla hispana en todo el mundo. Para los que no conocen al personaje, este simpático pajarraco vive en Pelotillehue, está eternamente enamorado de Yayita, una despampanante mujer y se lleva mal con su suegra, de gran importancia en la versión cinematográfica, Doña Tremebunda. Tiene un grupo de amigos particulares (Cara de Huevo, Ungenio, Garganta de Lata, etc) con los que se junta a beber en el bar "El tufo" (sic) y sueña con ganar mucho dinero para conservar el amor de su amada. El disputa ese afecto con Pepe Cortisona, rival eterno de Condorito, un tipo con mucho dinero que desprecia la amistad y sólo quiere mostrar su vanidad ante todo tipo de público. La realización de "Condorito, la película", es de Pajarraco Films y Aronnax Estudios y cuenta en la dirección a los experimentados Alex Orrelle y Eduardo Schuldt ("Los increíbles", "Buscando a Nemo"), quienes tuvieron la difícil tarea de que el personaje no perdiera sus rasgos esenciales al abandonar el 2D de las historietas por un 3D más acorde a lo que el cine familiar demanda en estos tiempos. La historia nos presenta escenarios y temáticas ya transitadas por las tiras cómicas de Condorito. El personaje principal tiene problemas de relación con Doña Treme, quien no quiere que su hija, Yayita, se case con alguien sin futuro. Nuestro pajarraco es pobre y el acecho de Cortisona, le pone un poco de calor al conflicto. Sin embargo, la aventura será parte en el espacio. Hay una nave alienígena que se aproxima a la tierra a rescatar un artefacto escondido hace miles de años que podría significar el fin de la raza humana. El jefe de los aliens se llama Molosco (voz de Jey Mammon, uno de los grandes aciertos del film) y es bastante básico, pero se las ingenia para hacerle una propuesta a Condorito, hará realidad un deseo a cambio de un pedido. Ya se imaginarán que el peso de la mala relación entre yerno y suegra desembocará en un incidente de proporciones intergalácticas (bueno, no tanto!). De ahí en más, Condorito junto a su fiel sobrino Coné, lucharán para recuperar a Doña Treme del secuestro por parte de los invasores, y defenderán a la tierra ante la amenaza de su destrucción total. La cinta tiene un aceptable trabajo en todos los aspectos técnicos y se destaca el cuidado trabajo de las voces. Para quienes seguimos a Condorito hace años, nos tranquiliza la manera en que esto se resuelve. Funciona. Donde siento que no están los planetas alineados es en el guión. Lo que hizo popular al pajarraco es la interacción con los amigos. Ese micromundo de delirio que ellos poseían como atributo, se encuentra ausente en la película. Aquí, el "envase" de aventura, pone la cuestión en otra perspectiva. Y en ese sentido, todo se conjuga como en cualquier película familiar. Desorden, alineación, análisis de conciencia, búsqueda de la reparación, éxito y unidad. Y quizás justamente lo que me gustaba de la historieta era esta eterna lucha por ser original teniendo pocos medios. Condorito siempre fue un buscavidas, y aquí estamos lejos de esa caracterización. Rápidamente se transformará en héroe, y eso está lejos de lo que el personaje principal proponía en el papel. Más allá de eso, la cinta es entretenida y lineal y a los chicos puede que les interese. Tengo curiosidad por como las nuevas generaciones se acercarán a él. Ojalá le den el lugar que se merece. Condorito es un símbolo para una enorme cantidad de lectores y está bueno poder disfrutarlo en el cine. El pajarraco se lo merecía sobradamente.
El cine nacional sigue explorando el género terror, con diversa suerte. Daniel Alvaredo y Rafa Menendez dirigen una nueva producción juntos (ya hicieron "Paternoster") y ahora se animan a contar una historia bien clásica, claustrofóbica y de claro corte indie. Un espacio físico reducido, dos actores populares (María Leal y Guillermo Pfening) con una enorme trayectoria y una trama que suena bastante familiar para quienes hemos visto relatos de esta especie. "La señora Haidi" se presenta como un relato tradicional de una mujer demente, de apariencia amable, que vive en una casa alejada e incomunicada del resto del mundo. A ella llega una pareja de amantes (conformada por Pfening y María Abadi), quienes tuvieron un accidente automovilístico y necesitan ayuda. Haidi (obviamente Leal), es enfermera. Parece una persona amable y sencilla, por lo que ellos acceden a quedarse una noche hasta sentirse mejor. Pero claro, en pocos fotogramas, le sacamos la ficha a Haidi Es una fanática religiosa que lee la Biblia y no la interpreta demasiado bien ( o sí, no puedo opinar sobre esto!) por lo que a ella la cuestión de la infidelidad que trae la pareja la afecta y mucho. Además, tiene un par de pichichos que se ven rudos y amedrentan cualquier movimiento sospechoso, con lo que el panorama se irá complicando a medida que la trama avance. Lo cierto es que María Leal, compone a una sólida psicópata (nos alegra verla en un rol distinto al que hizo en su carrera tradicionalmente) y Guillermo Pfening hace lo que siempre hace: actúa bien y en forma convincente. El problema que se evidencia cuando la historia se aproxima a su cierre, es que a pesar de los esfuerzos por construir un universo hermético, la falta de ideas innovadoras para los movimientos y recorridos de los personajes hacen que el film no pueda despegar de la medianía. Hay grandes películas que se han hecho en espacios muy pequeños (y les pongo dos ejemplos, los primeros que se me vienen a la mente, aclaro, uno es "Misery" -con la que está cinta comparte alguna lejana influencia- y el otro es "Buried", que si bien la presentan siempre como ícono del género suspenso, para mí es una historia del terror más puro que puedas experimentar) y no veo eso como impedimento para transitar situaciones nuevas. Aquí es todo bastante lineal. Quizás un grado de mayor locura en Haidi, algún dispositivo mecánico amenazante, más "gore" a lo largo del proceso... No lo se. Sí siento que la historia que ví, ya la he visto varias veces. "La señora Haidi" es un intento de hacer cine de género, con actores de primer nivel, eso está claro. La cuestión (creo) es entonces desarrollar (teniendo en cuenta las posibilidades reales de producción) historias con más vueltas de tuerca que sorprendan al espectador. Ese, es el verdadero gran desafío de este momento del cine nacional.
Para los que no conocen al candiense Sheldon Wilson, el hombre es guionista y director y su expertisse la tiene en el campo de los productos televisivos. Acumula muchas horas ahí y eso le sirve para lanzarse a aventuras más arriesgadas, como colocar alguna de sus propuestas en el mercado internacional. Hoy en día, especialmente en América Latina, hay una gran cantidad de espectadores que siguen el género (terror) y están abiertos a cualquier tipo de lanzamientos, sin analizar mucho como llegaron a sala. En este caso en particular, "The unspoken" (sería como "lo silenciado"), es presentada a nivel local como "El origen del terror en Amityville", siendo que no hay conexión alguna con aquel viejo clásico de los años 80' (en realidad la primera entrega de la saga fue en 1979 pero...) que era la versión "seria" de lo que podría ser la franquicia "House". Casas embrujadas, demonios, apariciones, crímenes. Ustedes ya saben. La cuestión es que aquí no hay demasiado nuevo bajo el sol. O en las sombras, que sería más adecuado al género. La historia ya la deben conocer, una sucesión de crimenes brutales al inicio para ambientarnos y ponernos en tema, luego la casa en cuestión queda abandonada y al tiempo, nuevos huéspedes van a habitarla, con los consiguientes problemas que van desde convivir con apariciones, hasta un cierre donde la situación termina de manera desconcertante, aunque acomoda un poco las ideas que andaban por ahí dando vueltas. La historia (luego de un inicio fuerte en el pasado), nos trae a la señora Peterson (Pascale Hutton) con su hijo mudo, Adrian (Sunny Suljic), quienes se mudan al lugar en cuestión buscando nuevos horizontes. Claro, las cosas no salen como se esperaba (para ellos) y pronto comienzan a sucderse hechos extraños que alteran la adaptación. Y como te esperás, nadie piensa ni confía en su percepción acerca de lo que sucede. Porque además, hay unos adolescentes involucrados en la generación de problemas, que amenazan la seguridad familiar y que nos hacen pensar en muchas cosas, mientras los objetos se mueven, los espectros actúan... ¿Por qué la casa está embrujada? No alcancé a verlo con claridad pero quizás sea parte del misterio. Sí, al final entendí el sentido de algunas cosas (de algunas solamente) pero no me convenció. "El origen del terror en Amityville" ofrece corrección en los rubros técnicos, poca sorpresa y actuaciones pobres y deslucidas. Nada que sea diferente de lo que habitualmente se está trayendo en distribución en el género. Excepto "It" y alguna cosa más (ahora viene "El muñeco de nieve" y le tengo fe), no ha habido demasiada suerte para los fans del terror este año.
Tita Merello es y fue una leyenda porteña. Una mujer única, adelantada a su época. Comenzó su trayectoria artística en un momento en que su género no era el mejor para ascender en el mundo del espectáculo y se transformó en una estrella de enorme nivel internacional. No desplegó su carrera hacia otras latitudes, sencillamente porque ella amaba Buenos Aires e hizo nido, contagiando a todo su medio con su talento y creatividad. Teresa Constantini lleva adelante una biopic cuya mayor fortaleza es la perfomance de Mercedes Funes. "Tita de Buenos Aires" es un trabajo lineal sobre el ascenso de Merello desde el mundo de la pobreza y la violencia, en los cabarets de mala muerte, hasta el estrellato máximo, como ganadora de premios y con su lugar en las marquesinas siempre encendido sobre la mítica calle Corrientes. Se estructura también, con sus relaciones primarias, su madre (aquí Esther Goris), sus amigos (Andrea Pietra, Ludovico Di Santo como Hugo del Carril), su primer amante de distinta clase social (Mario Pasik) y el gran amor de su vida, Luis Sandrini (Damián De Santo). Constantini muestra como se fue forjando el carácter de Tita, a lo largo de los años, y cuál fue la manera (recordemos que es ficción basada sobre algunos aspectos comprobados de su biografía) en que la intérprete fue subiendo peldaños en la consideración popular. Primero su tortuosa relación con un medio hostil, y una vez que se encuentra con Simón Yriondo (Pasik), cómo esa asociación le permite comenzar a hacer sus primeras armas como artista. La trama siempre irá mostrando los pasos que le permiten a Merello en su vida ir avanzando hasta volverse una cantante y especialista del show business local. Párrafo aparte para la complicada relación que ella tuvo con el que sería uno de los máximos comediantes argentinos del siglo pasado, Sandrini, de quien se enamoró y con quien vivió una historia singular. Mercedes Funes le pone capacidad y entrega a su rol desde todos los ángulos. Logra ponerse en la piel de Tita y hasta canta todos los tangos que se escuchan en la cinta, siempre con profesionalismo y solvencia. Vibra cuando hay que hacerlo y enternece en igual proporción. Los rubros técnicos son sólidos y la ambientación es cuidada hasta en sus mínimos detalles. La banda sonora atrae y la película se disfruta aunque no seas fan de la artista ni hayas llegado a sala atraído por la leyenda porteña. En el debe, sólo puede señalarse que la historia es bastante esquemática, y si bien las actuaciones son solventes (Goris es la mejor, sin dudas), quizás nos hubiese gustado transitar más el devenir de Tita en su relación con el público y la política, tema que la atravesaba y que no termina de desarrollarse como polo de interés dentro de la biopic. Más allá de eso, "Tita de Buenos Aires" es una propuesta que rinde homenaje a una artista central del campo popular y la historia de nuestra ciudad y sólo por eso, su visionado es recomendado. Además, la encantadora presencia de Funes, potencia la invitación.
Diego Kaplan viene de dos películas protagonizadas por actores muy populares ("Igualita a mí" y "Dos más dos") y de buen rendimiento comercial. En esta oportunidad, arma un cast con intérpretes también conocidos por el gran público (con locales y una estrella brasileña) y fusiona un mix de ideas varias sobre el sexo, las relaciones complejas entre hermanas y los despertares hormonales, de dispar resultado. Hay que decir sí, que todo lo que se ve en cuanto a la producción de "Desearás al hombre de tu hermana", luce prolijo y ajustado. No es una película donde las cosas parezcan al azar. Kaplan elige un registro un poco desconcertante para su trama, porque si bien la cinta es y debe ser un drama, familiar y de búsqueda, de a ratos ofrece momentos donde vira hacia la comedia y ofrece situaciones que no parecen acordes al clima que se viene construyendo en el relato. Estamos en los famosos ochenta. Qué década por Dios! En una alejada playa, se prepara el escenario para el conflicto central, una madre especial, dos hermanas que viven en un estado de eterna playa y descanso, un padre ausente. Las dos hijas de Carmen (Andrea Frigerio), Lucía (Mónica Antonópulos) y Ofelia (la famosísima Pampita Ardohain), vienen de momentos difíciles. Han tenido lugar eventos en sus vidas que las han separado y no se hablan. Sin embargo, y sin mayores preámbulos, luego de una escena que preludia la importancia que tendrá el sexo en la cinta, la película arranca en el casamiento de Lucía. Ella es cantante, exitosa y se dispone a contraer enlace con Juan (Sorini), hombre al que parece, le atraen los desafíos de conquista sin mayores pruritos morales. Ofelia llega al lugar invitada por su madre con su prometido. Viene del Amazonas y de vivir en forma silvestre y regresa al hogar ("La Soñada", una casa de verano con pileta, ideal para vivir siempre allí) con motivo de la fiesta y para reconciliarse con su hermana. Arriba con Andrés (Guilherme Winter), un simpático brasileño que hace lo mejor que sabe hacer: desplegar su sonrisa y buen semblante ante su familia política. Pero lo que parece un reencuentro incómodo, es sólo la punta del iceberg. Las hermanas vienen de una historia brava de competencia y actividad sexual compartida en su juventud. Y esos sucesos las han marcado de una manera que parecen haber afectado su vida, para siempre. El hecho de que en el presente todos se encuentren aislados en una casa junto al mar, provocará que afloren reproches, atracciones peligrosas y sobre todo, asomarán los temidos secretos, en forma de objetos y de conductas. Carmen entonces, esa gran mamá que dormía con una serpiente a poco de enviudar, será la encargada con sus apariciones de descomprimir el clima de tensión que se instala entre las mujeres: compiten todo el tiempo y son muy atractivas. Se sacan chispas tanto sea en esta edad adulta como cuando son evocadas en su adolescencia. La construcción de este vínculo estará clara para el espectador: tendremos el presente y el pasado todo el tiempo coexistiendo, como para mostrar a las claras que hay asuntos sobre los que trabajar. Debemos decir que las escenas eróticas aportan algo de calor, pero no demasiado. El histrionismo de Sorini y el carisma de Winter traen humor y frescura, desconcertando de a ratos al espectador. ¿No es esta una historia que pinta para tragedia y eso debe respirarse en el aire todo el tiempo? Kaplan ambienta bien los escenarios y ensambla bien todos los rubros técnicos pero esta indescisión le resta puntos al resultado final. Pero además, donde se percibe mayor debilidad, es en la conexión entre las hermanas. Antonópulos canta y compone su personaje con sus mejores recursos, pero a veces parece fuera de tono. Ardohain es todo voluntad pero su mayor aporte lo hace, sin embargo, desde lo no verbal. Las dos intentan mostrar una relación tortuosa, pero no alcanzan a punzarse con convicción y eso afecta la fuerza de la trama. Se siente la falta de tono dramático (arranca y se apaga a los pocos minutos) y algunas pinceladas ocurrentes en los diálogos (sobre todo en los varones), diluyen el interés hacia el cierre de la cinta. En resumen, "Desearás..." es un producto que se sale de la raya y provoca. Apela y desconcierta en su afán por conmover. Seduce, desde la belleza permanente en pantalla que trae el trío principal. Pero nada más. Las discusiones sobre la naturaleza del sexo y cómo se forman los gustos en esa materia, no logran ser definidos con precisión. Sí debo decirles que hay alguna escena en particular que puede quedar hasta en la memoria de los cinéfilos y ella sola hasta podría valer el precio de la entrada misma... No es lo que promete pero... Te puede funcionar.
Si no vieron las anteriores entregas del universo "Lego", deberían reservarlas para cuanto antes. Las dos predecedoras ("The Lego movie" y el capítulo sobre Batman) acumularon prestigio y promovieron buenas ventas en todo el mundo. Esta vez, Warner explora otra historia mientras esperamos la secuela de la original para 2018. Nos vamos a Oriente, a ver una trama de amor mal resuelto, entre padre e hijo. "Lego Ninjago" está atravesada por dos cuestiones: tenemos la típica historia de conformación de un súper equipo para defender un lugar (una tarea épica y desproporcionada) y la tortuosa relación de amor no correspondido entre padre e hijo. Un pequeño guiño al mundo de Star Wars, sin duda. La historia nos presenta a Lloyd, un simpático y querible Lego que vive en la ciudad de Ninjago, donde todo parece estar de diez. Menos para él, porque todos allí saben que él es hijo del líder de la fuerza "oscura": Lord Garmadon, un villano que está orquestando la destrucción de su hermosa ciudad y que no cuenta con muchos amigos en el lugar, digamos... Pero Lloyd no baja los brazos y quiere formar parte de un escuadrón de protectores de la ciudad. Mucho más cuando la amenaza se vuelve más definida y Garmadon viene por todo. Ahí hay temer. El integra un grupo de Ninjas para combatir al malo de turno pero, como se imaginarán, no será fácil la misión. Más porque Lloyd es un sujeto bastante errático y torpe. La película se construye a través de efectivos gags con el protagonista luchando contra el bullying que recibe en muchos ámbitos por ser quien es, y sus ansias de destacarse como defensor y héroe de su ciudad. El guión no ofrece sorpresas pero cumple con su objetivo primario. En cuanto a la realización técnica, otra vez, nada que objetar. Tres directores haciendo su primera experiencia fuerte (Charlie Bean, Paul Fisher, Bob Logan), y seis guionistas (!) trabajando para pases un buen momento en sala. La animación es un punto fuerte de la propuesta y en la versión subtitulada encontrarás voces de Jackie Chan, Dave Franco, Micahel Peña, Justin Theroux y Olvia Munn, entre otros, lo cual incrementa el valor del film. "Lego Ninjago" peca sí de repetirse en una fórmula de "autosuperación" de los protagonistas que merece replanteo de cara al próximo episodio. No hay demasiado que objetarle (de hecho, uno la pasa bien en sala), aunque el tema de insistir por el mismo camino es quitarle cierta sorpresa al espectador. Por todo lo demás, es un cinta familiar muy entretenida que a los adultos les va a interesar mucho