n general, no tengo un gran recuerdo de “21 Jump Street”, la serie original en la que está basada la película. Viene a mi memoria, se presenta, como una más, con la salvedad de que estaba protagonizada por un carismático Johnny Depp, que por ese entonces (1987) tenía sólo 24 años… Era una historia simple de policías cuya habilidad era hacerse pasar por gente joven e infiltrarse para realizar diversas misiones. Tuvo un relativo éxito y desapareció hacia 1991. Hasta hoy… En la moda de reciclar, los productores de este Hollywood con cada vez menos ideas, le pidieron a Johan Hill, comediante de moda, que garabatee un guión para hacer una remake de aquel producto, con miras a volverlo a la arena. Nuestro simpático amigo hizo varias versiones y hasta se atrevió, audazmente, a ofrecerle la dirección a Rob Zombie (quien defenestró el libro y rechazó de plano la oferta) aunque finalmente los que saben (?), cerraron trato con el dúo Phill Lord y Chris Miller, quienes venían de un moderado sucedo con su familiar “Cloudy with a chance of meatballs”… El resultado? Una película menor a tono con el nivel de la comedia americana promedio. La historia transita por carriles ya conocidos: un par de compañeros (si, una clásica buddy-move) de la secundaria (bah, high school que le dicen), diametralmente distintos el uno del otro. Morton (Hill) y Greg (Channing Tatum) son el agua y el aceite. Pero con el tiempo (uno es muy nerd y el otro sólo fibra), se hacen amigos y egresan juntos de la fuerza policial. En su primera tarea, son enviados a controlar la seguridad en un parque al aire libre donde tendrán su bautismo de fuego: intervendrán sobre un grupo de personas que poseen sustancias ilegales. Lo limitado que es Greg para la actividad mental hace que se olvide de decirle los derechos al principal detenido, con lo cual, los dos arrancarán con el pie izquierdo su primera detención como oficiales… Su superior, el capitán Dicksson (Ice Cube), no los tiene entre sus preferidos y decide transferirlos a una unidad nueva, especial, que se prepara para combatir el crimen infiltrándose en círculos de adolescentes y jóvenes. La división en cuestión opera con un reducido número de camaleones que se especializa en detectar distribuidores de droga, así que a esa cuestión nuestro dúo protagónico se dedica, volviendo a la escuela a hacer algo de lo que mejor saben hacer: el ridículo. El resto, es previsible y no lo vamos a contar aquí. Si hay que decir que el guión de Michael Bacall (de quien amamos Scott Pilgrim vs The World, dicho sea de paso) es convencional y recorre los lugares comunes de las comedias para adolescentes que ya sabemos de memoria. Hay torpeza física, gags políticamente incorrectos, algunas críticas a la industria, algo de humor (pero no demasiado) y un par de escenas de acción simplonas que encuadran la historia. Y mucha simpatía en sus protagonistas, elemento que parece que la gran audiencia ama en el gran país del norte. Desde este sur, no alcanzamos a reirnos de la manera esperable para un tanque de semejantes proporciones. Desde ya, que sus aspectos técnicos son sólidos, su banda de sonido es de lo mejor, pero en cierta extraña manera, sentí que la propuesta no concretaba un homenaje a la altura de la original. Es otra cosa y para serla, quizás, hubiese sido mejor alejarla aún más de la histórica propuesta. Eso sí, si les gustan las comedias americanas para adolescentes, quizás puedan sumar puntos a mi valoración.
Todos conocemos (o deberíamos) la suerte del protagonista de este documental. Darío Santillán fue asesinado brutalmente por fuerzas policíacas, el 26 de junio de 2002 en una protesta originada por movimientos sociales en un corte del Puente Pueyrredón, acceso principal de la zona sur con la Capital Federal. Su muerte, junto a la del compañero de militancia a quien estaba asistiendo, también baleado en el andén de la estación Avellaneda, Maximiliano Kosteki, tuvo gran impacto en la política argentina de la época. En ese tiempo, el entonces presidente Eduardo Duhalde, visiblemente afectado por las consecuencias derivadas de la represión (en su imagen pública) decidió adelantar las elecciones y autoexcluirse de la contienda, como hecho visible que motivara la llegada al poder de los Kirchner en 2003. Este documental de Miguel Mirra muestra por primera vez, imágenes inéditas de Santillán, en su cruzada solidaria por acompañar y liderar a los sin tierra y trabajo en sus reclamos allá por fines de los 90, cuando la crisis económica arreciaba en nuestro país. A lo largo del film, encontraremos no sólo aspectos de su vida de militancia, narrada por sus compañeros de agrupación (el Movimiento de Trabajadores Desocupados), sino también opiniones y registros muy interesantes que el gran público desconoce hasta el momento. En los archivos del MTD de Lanús, hay incluso un video de las asambleas previas a iniciar el bloqueo en los instantes previos a "La masacre de Avellaneda". Lo primero que hay que decir es que esta cinta tiene gran valor periodístico, porque aporta mucho material para el análisis y lo presenta claramente contextualizado. Por otra parte, hace justicia a la figura de Dario y le da la exacta dimensión que merece como emergente de un momento particular de la historia que no debe ser olvidado. Los registros que Mirra obtiene y comparte, son potentes y emotivos: escuchar a Darío liderando una toma (asentamiento) para conseguir tierras (en el barrio La Fe) conmueve: una vez que conocemos al protagonista, entendemos el porqué de su muerte (las circunstancias) y reafirmamos la concepción popular de que este mártir de las luchas sociales (de sólo 20 años!) ha dejado un ejemplo para el colectivo de los excluídos. Su bandera fue la solidaridad y este film se afirma en esa visión, construyendo un documento valioso, útil para entender al hombre detrás de la militancia y ver el legado de su obra. "Darío Santillán: la dignidad rebelde", es, sin dudas, un trabajo necesario para entender un momento histórico y social de la Argentina, reciente, que no deberíamos olvidar. Es la memoria la que hace país, y no el olvido. Esta película no tiene trailer pero hay un registro breve de Darío tomado por Cronica TV el día de la masacre:
(Parte del siguiente artículo es extractado de la reseña escrita para la apertura de BAFICI 2012, que este film abrió) Muchos de ustedes ya conocen a Armando Bo, hijo del legendario actor. Un director que viene del mundo de la publicidad y que tiene una extensa y exitosa carrera en el medio. "El último Elvis" es su primer largometraje, realización apoyada por nombres fuertes de la industria local que apostaron a favor de una gran idea y ahora esperan un merecido recibimiento del público este jueves de estreno. Es cierto, el film de Bo transmite fielmente el espíritu del cine independiente y de autor y esa fue la razón por la que los programadores del BAFICI la eligieron para que sea la marca del fest hace días.. Recordemos además que la cinta ya viene haciendo un recorrido interesante, compitió en "Sundance" hace poco y viene generando mucha atención por parte de la prensa especializada. Elvis, como un ícono de la cultura rock, atrae la atención de todos los públicos. En este caso en particular, "El último Elvis " combina, en cierta manera, una manera de narrar simple y austera, pero con gran calidad técnica y sobrias actuaciones. El film de Bo habla de la libertad, el precio de las elecciones, la paternidad y el arte, de una manera que impacta y desestructura al espectador. Quizás no haya mucho diálogo en el transcurso de la historia, pero seguro que es el justo y necesario para complementar un poderoso lenguaje visual que pinta claramente un derrotero lleno de matices, que alternan belleza y oscuridad en partes iguales. La historia nos presenta a un imitador del "rey", Carlos Gutiérrez (John Mc Inerny), quien se gana la vida haciendo shows pequeños caracterizado como Elvis. Está separado de su esposa, Alejandra (Griselda Siciliani) y tiene una hija, Lisa Marie (!!!) a la que conoce poco y nada. Su alienación es poderosa y a pesar de que entendemos las razones que alimentan su pasión, lo cierto es que su adaptación a la realidad cotidiana no es la mejor, sin dudas. Un evento fortuito lo pondrá de cara a abordar su paternidad (real, no la ficticia que se juega en su mente) a la vez que intenta elaborar un nuevo camino para su historia, situación que modificará las vidas de los involucrados, para siempre. "El último Elvis" está atravesada por la música (que tiene un rol fundamental en la construcción de escenas, cada canción habla por el protagonista) y de más está decir que Mc Inerny es un intérprete sólido y convincente a la hora de imitar al genio de Memphis. Canta de maravillas y su vocalización conmueve al espectador. Griselda Siciliani y Margarita López (ex mujer e hija en la ficción) están correctas, cálidas y vulnerables y rodean con solvencia al intérprete principal... Bo utiliza un interesante lenguaje visual y nunca le faltan recursos a la hora de resolver el peso de cada escena. Es cierto que el actor que lleva el peso de la historia se luce más como cantante, pero eso no le quita brillo a la película. El relato es profundo y ciertamente gráfico (más de lo que superficialmente se ve) y fluye naturalmente, aunque es cierto que los primeros minutos son un poco áridos para el espectador corriente. También en el debe, su extensión total podría ser ajustada para beneficiar el relato. Pero más allá de estas observaciones, "El último Elvis" es una muy buena propuesta y no deberían perdérsela en estos días (estreno, jueves 26/4)... Material fotográfico cedido por: The Last Elvis movie image. Copyright(c) Anonymous Content, Rebolucion and K&S Films.
Todos ya conocen la franquicia española más exitosa internacionalmente: Rec. Si, ya sé, "Torrente" es muy popular, pero Hollywood no se ocupó de reversionarlo, cosa que sí hizo con el film de Paco Plaza y Jaume Balagueró. La historia que presenta no es nueva, ni original: una película de terror de bajo presupuesto sostenida en un presunto "found footage" y filmada cámara en mano. En 2007 se lanzó la primera, que es ya un clásico de culto del género. Una llamada de emergencia, un grupo de bomberos, una periodista y un camarógrafo atrapados dentro de un edificio donde el horror se desata con zombies de la vieja escuela. Recuerdo en particular cómo comenzó esta saga porque fue la única cinta de este tipo que me impactó en mucho tiempo. La ví, como se debe ver, en un cine con un dolby serio, y la verdad es que funcionaba de primera. Era corta, intensa, sangrienta y trepidante. No sucedio lo mismo con su continuacion, pero a pocos les importó. Pero fue un éxito, lentamente la gente comenzó (especialmente en España) a apropiarse de la historia y a pedir más. La productora local, Filmax, que primero habia pensado en cerrar Rec en su segunda entrega, recalculó el negocio y anunció dos más, siendo "Rec 3: Génesis", la primera de ellas. Si bien parece una precuela, narra hechos que tendrían lugar paralelamente al inicio del problema que todos conocemos. Y cambia, radicalmente, el espíritu de sus predecedoras: abandona la cámara nerviosa y los jadeos y trae una propuesta tradicional, teñida de humor y desenfado. Paco Plaza se ha quedado solo (Balagueró está preproduciendo la cuarta entrega: apocalipsis!) pero tomó nota del agotamiento del formato que llevó a Rec a ser lo que era. Optando por liberarse de las "ataduras" técnicas que sería contar este relato con el mismo encuadre de las anteriores, decide homenajearlo en el principio y luego dinamitarlo para llevar a esta tercera parte a otro nivel. La historia comienza en una fiesta de casamiento donde Clara (Leticia Dolera) y Koldo (Diego Martín) tienen todo listo para pasar el mejor día de su vida. Un gran salón, espacioso, DJ, servicio de catering, todo lo que puedan desear para ese momento tan especial. Los dos, se aman con locura. Tienen una especie de conexión espiritual que los hace percibir al otro todo el tiempo: están hechos el uno para el otro. Sin embargo, no tienen idea de la que les espera... Pavada de fiesta van a tener... Pobres. Los primeros minutos de rodaje se ven como material de un DVD casero, registrado por alguien que graba el evento, luego, la cámara en cuestión se rompe y ya no estaremos sujetos a ella. Uno de los invitados aparecerá lastimado en una mano, sospechosamente (qué habrá causado tal herida?) y cuando la fiesta arda en su apogeo, no nos quedará otra que volver a sumergirnos en el universo de los zombies con todas las de la ley. En esta oportunidad, y como ya Plaza sabe que no nos vamos a sorprender fácilmente, decide desestructurarnos a través del humor. Esta Rec tiene muchas escenas cómicas, absurdas y delirantes y deja de tomarse en serio como las anteriores. Films con zombies hay a patadas, por lo que él decide jugar con dos elementos que muchos de ellos no tienen: química entre los protagonistas y humor negro a rabiar. Dolera y Martín lucen perfectos en sus roles, en todo momentos nos convencen de lo sagrado de su amor y gran parte del film se sostiene desde la empatía que generan en pantalla. Están de la hostia! Si es cierto que el guión tiene momentos poco felices (algunos diálogos innecesarios) y por lo menos un par de secundarios discutibles. También, que cuando el asunto toma temperatura, la película termina cas abruptamente y nos deja un sabor amargo, esperando por más. Pero en general, para ser una tercera parte, Paco Plaza logra entretener a su público y hacer que pase un buen momento. Lo cual, definitivamente, no es poco. Si, uno siente algo de nostalgia porque el producto ha perdido parte de su esencia (es inevitable), pero se entiende la razón del cambio y las estrategias para nutrir la franquicia. Es una muy buen opción, si son fans del género, sin dudas. Terror con sello ibérico!
Me gustan este tipo de películas. Las siento emparentadas con "Ciudad de Dios" de alguna manera, a quien tengo por primera referencia en el tema. La descripción y el abordaje de la problemática de las pandillas y sus conflictos, es una veta muy interesante para narrar. Mucho más, en un terreno donde hay pocos exponentes del tema. Llega "Reus" a nuestras pantallas, y lo primero que notamos es que se inscribe dentro de las revelaciones de este año. Sin dudas, el film uruguayo, tiene valores que sustentan tal afirmación. Pensada y ejecutada por un trío de cineastas convencidos (Alejandro Pi, Pablo Fernández y Eduardo Piñero han tenido que bregar mucho para poder filmar su proyecto), "Reus" se presenta en sociedad apostando a crear un retrato convencional, lejos del espíritu festivalero que ha tenido el cine oriental en estos últimos tiempos. Se nota en la película un esfuerzo claro por hace un cine accesible, bien contado y a la altura del conflicto que presenta. Esta es la historia de una contienda en las calles del Reus, un barrio de Montevideo (que dicho sea de paso, ya no es lo que la peli presenta, ha cambiado). La marginalidad se respira en sus calles y permanecer sin protección en dicho lugar no es una buena idea. Hay aquí una lucha de intereses cruzados instalada, por un lado están los comerciantes (históricos del barrio), quienes intentan que haya paz en su barrio, están cansados de vivir amenazados y ya no son tan dóciles como en otras épocas. Enfrentados a ellos, encontramos a "El tano", quien sale de la cárcel después de haber sido delatado y lidera un grupo de delincuentes "con códigos" que busca vengarse de quienes lo entregaron y poner las cosas en órden para los suyos. Por otro lado, la sangre nueva está representada por "Los pibes", jóvenes que tienen una fuerte adicción a la pasta base y subordinan toda negociación a sus necesidades primarias. Todos, desde ya, tienen clara su posición y están dispuestos a defenderla, a como de lugar. Ah, y está la policía que completa el cuadro. Con todo lo que eso significa! No queremos contar mucho más, sino invitarlos a que se adentren en el corazón de cada grupo y vivan desde adentro, esta guerra, codo a codo con sus protagonistas. Si bien es cierto que promediando el metraje el guión se desinfle un poco o que los aspectos técnicos en algunas balaceras no estén a la altura de las circunstancias, hay que reconocer que sus directores han hecho un producto típico de género que llama la atención. "Reus" es un film independiente hecho con mucho esfuerzo y eso se nota en cada fotograma. Está haciendo camino en el exterior a pesar de no dar con el perfil que tradicionalmente el cine uruguayo ofrece fuera de sus fronteras. La película trae aire fresco al género y nos ilumina el rostro: necesitamos más cine que cuente estas historias. Y que lo haga bien, como en este caso. Una curiosidad en cartelera que no deberían dejar pasar.
María Eugenia Sueiro es una conocida directora de arte que ha trabajado con muchos directores argentinos de prestigio (Burman, Agresti, Martel, etc). "Nosotras sin mamá" es su ópera prima, una película interesante, profunda, amistosa y cercana, que describe un momento de la vida de tres hermanas apenas posterior a la pérdida de su madre. Filmada en blanco y negro y protagonizada por Eugenia Guerty, Vanesa Weinberg y Nora Zinski, este recorte que elige el guión para caracterizarlas se da en una casa del conurbano bonaerense, cuando una de las protagonistas, apremiada por problemas económicos, convoca a un tasador para liquidar el mayor bien de la fallecida: su quinta. Ahí, conoceremos en profundidad a Amanda, a quien las deudas y la relación con su marido la sumergen en una gran angustia; Ema, quien regresa de Europa por unos pocos días y es la más abierta del grupo y Teresa, la menor, quien duela desde la piel lo sucedido y se aferra a no vender la propiedad donde viviera tantos años y situaciones felices con su madre. En cierta manera, deshacerse del inmueble sería cortar con el lugar donde muchos recuerdos se atesoran y que funciona como nido para estas tres hermanas que la vida llevó por distintos caminos. Por cierto hecho casual, ellas deberán pasar un tiempo elaborando a su manera, todo esto que les genera el reencuentro como grupo (Ema ha llegado especialmente para la ocasión) y la aceptación de la partida física de su madre. La estética del film tiene mucho que ver con el teatro, hay cierta laboriosidad en la construcción de diálogos que hace que vayamos descubriendo de a poco las aristas de cada personaje. Sueiro muestra gran pericia para mostrar el mundo interior de cada hermana. Como cada una ellas siente y asimila lo que sucede y propone estrategias inmediatas y básicas para enfrentar el dolor y el vacio. La película posee mucho lenguaje físico, manifestado en detalles pequeños (el contacto que tienen las hermanas en esta espera, ya sea dentro de la casa o en la proximidad de la pileta, por ejemplo) y siempre elige un registro costumbrista y levemente ácido para caracterizar las emociones. "Nosotras sin mamá" es un buen debut para Sueiro en otro rol. Recomendada especialmente para quienes son amantes del teatro o son degustadores de las cintas donde lo familiar se hace eje y corazón.
Robert Redford tiene una aguda mirada para hacer cine político y que este luzca atractivo e interesante, incluso para el público que naturalmente no elegiría este género a priori. Indudablemente, es un veterano de la industria que se luce cuando llega la hora de hablarle a sus conciudadanos de cómo él siente ser americano. En 2007 nos trajo "Lions and lambs", feroz mirada sobre el mundo de la noticias y el terrorismo en EEUU y ahora llega la hora de volver a los libros de historia a analizar el asesinato de Abraham Lincoln y sus consecuencias en aquel contexto post-guerra civil. "The conspirator" comienza con la velada donde el gran estadista es asesinado (recuerden, en un teatro y a una semana de la rendición de Robert E. Lee frente a Ulysses Grant que cerró el conflicto). En dicho atentando, también se buscaba poner fin a la vida del Vicepresidente y el Secretario de Estado, pero eso no sucedió. Las heridas producidas por el resultado de la contienda Norte-Sur estaban a flor de piel y el hecho se cobró la vida de el hombre del que se dice, abolió la esclavitud. Rápidamente, los militares (para también fortalecer el frente interno) deciden iniciar un proceso para capturar a los conspiradores y juzgarlos con severidad. En poco tiempo dan con un grupo que presuntamente complotaba en una casa de inquilinato regenteada por Mary Surratt (Robin Wright), y es entonces cuando deciden armar una comisión para decidir sobre su culpabilidad. La composición de dicho tribunal estaba pensada para ser expeditiva y resolver penas ejemplares con celeridad. Pero para que dicho "simulacro" de proceso judicial (viciado de nulidad legal, digamoslo de una) tuviera sentido, el Senador Johnson (Tom Wilkinson) le pide como favor personal a un héroe de guerra, Frederick Aiken (James McAvoy) que se encargue de la defensa de la mujer frente a dicha corte. Al principio, Aiken, un férreo defensor de la visión confederalista, se niega, pero ante la orden de su superior (él es abogado y quiere alejarse del mundo de las armas pero acta órdenes), termina accediendo ante lo pedido. Al conocer a Mary e indagar sobre la acusación, descubrirá un escenario nunca antes pensado para él. De ahí en más, la película se transformará en un clásico thriller de escritorio. Enmarcado en un contexto real y que bien documentan los libros con relativo detalle (hay fuentes bibliográficas que aportan material complementario sobre la cuestión). El conflicto central está marcado por la necesidad de las naciones de respetar el estado de derecho, incluso en momentos de guerra o conmoción interna. Y ese tema, créanme, es bastante actual en Estados Unidos en estos tiempos. "The conspirator" es una película de suspenso bien construída, muy cuidada desde lo técnico, que aporta una interesante revisión histórica a la luz de hechos recientes. Desde el punto de vista actoral, hay confiables trabajos de McAvoy y Wright, acompañados por secundarios de relieve entre los que se destaca, sin dudas, Kevin Kline. Redford retrata el conflicto y establece posición: la ley se debe respetar siempre, ya que la Constitución (por la que dieron la vida muchos hombres) rige los actos de gobierno, siempre. Un muy buen título para renovar cartelera. Otra gran entrega de un director al que vale la pena seguir.
Hace un tiempito ví el último trabajo de Tarsem Singh ("Inmortales") y más allá de que era una pochoclera clásica, percibí que el hombre tenía oficio para contar historias en escenarios mágicos e irreales. Si bien yo no lo hubiese elegido para dirigir "Mirror mirror", lo cierto es que es un tipo capaz de darle cierta impronta a sus relatos que ciertamente atrae público. Eso si, era una apuesta fuerte. El 1ro de junio abre otra versión de la mismo clásico cuento llamado "Snow White", a secas. La contienda está declarada... Advertencia: lo primero que hay que hacer cuando uno se prepara para esta nueva versión de "Blancanieves", es tener en cuenta que aquí nada debe tomarse muy en serio. No es el tiempo de heroínas pasivas, que esperan que su príncipe las rescate y haga todo el gasto solito. Digamos que hoy en día, las chicas son más desenvueltas, tienen mucho para decir y Nieves, no escapa a este signo de los tiempos. No esperen tampoco que los secundarios respeten la tradición al estilo Disney porque ellos también se han aggiornado a la posmodernidad (ya verán el porqué!), lo que sí podemos decir que se mantiene es, la aparición de los elementos tradicionales que son característicos en la legendaria trama. No más que eso. "Mirror mirror" es la historia de una reina bastante perversa y con cierto sentido ácido del humor, (jugada por Julia Roberts) y la guerra desatada que hace para sacarse de encima a una rival peligrosa, su hijastra (Lily Collins, la hija del gran Phil!!!) quien la enfrenta por el amor de un príncipe (Armie Hammer). Hay en el medio una lucha de poder instalada que tiene tintes económicos (y, el déficit de caja se hace notar cuando algunas mujeres dirigen países no?) y todo el encanto habitual que este tipo de historias trae a través del color que aportan sus personajes. La soberana del reino (el rey desapareció misteriosamente en un bosque) tiene una obsesión con la belleza y por mantenerla, es capaz de todo, así que en cuanto Nieves se interponga entre ella y su último deseo (desposarse con un príncipe español), seremos testigo de su loca furia en otra divertida composición de la Roberts. Lo primero que hay que decir es que esta es la última película que hizo la famosa diseñadora de vestuario Eiko Ishioka (ganadora del Oscar por Drácula) y su mano en los trajes es digno de destacar: muchos de ellos sorprenden, sobre todo los que giran sobre la fantasía animal. Los fastuosos vestidos que usa la realeza son increíbles, es una pena que ya no esté entre nosotros tamaña figura (falleció en enero). La dirección de arte cumple un sólido trabajo y recrea un atmósfera (aunque el CGI parezca muy simple) a tono con el relato, brindando el marco necesario para que los protagonistas desplieguen su repertorio a la hora de entretener. Los secundarios son deliciosos, los enanitos (entre quienes se lucen Joe Gnoffo y Mario Povinelli) y el mayordomo jugado por Nathan Lane hacen lo suyo con oficio. Y la película entretiene. No es un film que amerite grandes debates, sino simplemente una adaptación moderna de un clásico de los cuentos de hadas. Quienes tienen que disfrutarla más, son los chicos. Y si bien ellos se pierden bastantes gags (sobre todo en la versión doblada), lo cierto es que hay que reconocer que es un producto bien hecho. Si, seguramente nos hubiese gustado una Roberts un poco más salvaje, una Collins menos estereotipada y dulce y un Hammer que realmente aporte algo más que sus pectorales, pero no... Y todo bien. Pasa. "Espejito espejito" es una película liviana pero entretenida. Cumple. Mención especial para el cuadro final a lo Bollywood, así que no se vayan de la sala cuando la historia termine.
Para el espectador casual, que no tiene mucho recorrido en el cine independiente, esta será una sorpresa. Si no conoce a Video Films, a la gente de Farsa producciones o jamás escuchó hablar de las anteriores "Plaga Zombie", es probable que se extrañe de saber que en Argentina se produce cine de clase B, muy bizarro y bien producido. Los chicos de esta productora, hacen ya historia cerrando su trilogía con la clara idea de instalarse a otro nivel: "Revolución Tóxica" tuvo estreno mundial el 30 de marzo y por 48 horas estuvo disponible para verse por youtube sin costo. Si bien ahora mismo pueden verla en sala (o conseguir su DVD, visiten a los distribuidores autorizados), lo cierto es que estos zombies suburbanos han salido del placard. Bien por ellos. Eso sí, para que les guste, tienen que tener afinidad con este tipo de cine. Si bien hay varios grupos que desde el conurbano vienen trabajando la veta bizarra y autogestionada, hay que decir que Farsa ha llegado lejos (si no vean "Filmatrón", exhibida en BAFICI hace unos años con Laura Azcurra como protagonista!): han perfeccionado sus técnicas de abordaje del género desde su nacimiento (a fines de los 90') y demuestran en cada apuesta que aprenden rápido. Pablo Parés y Hernán Sáez tienen mucho rodaje detrás y era de esperar que el cierre de esta franquicia mostrara la etapa creatva en la que se encuentra el equipo. Para los que no conocen mucho de estos chicos, la historia es simple. Hay una invasion extraterrestre, tres sobrevivientes (Bill, John y Max), intentan detener lo que sería la fase final de ese arribo, a través de una idea particular: crear una especie de "caballo" (zombie, en este caso) de Troya para que, al volver a la nave madre, lleve una carga de explosivos que destruya el corazón del team visitante. No queremos anticipar mucho de los perfiles individuales de los protagonistas, pero sí decirles que poseen un raro equilibrio: son guerreros pero cada uno tiene su propia historia de vida que lo marca y define su camino en esta lucha. Los tres han desarrollado una extraña amistad y los principios que los guían, tienen lo suyo! El guión (quizás el punto más débil de esta entrega), desde ya, no hay que tomarselo más que como una excusa para ver como este equipo homenajea todas las influencias del género clásico y las enriquece con sus propios aportes (el musical en el desarmadero muestra que hay cosas que se pueden hacer bien, si uno cree en ellas). Farsa se caracteriza por usar una paleta brillante, mucho maquillaje y filma con el oficio que la producción requiere. Nunca dejen de olvidar ni por un momento que este cine es clase B. Pero tampoco pierdan de vista el esfuerzo que significa rodar un film de esta envergadura con pocos recursos económicos. A estos tipos ideas les sobran, dinero no. Eso sí, hacen maravillas con lo que tienen. En esta oportunidad esta historia se cierra (con todo, es una auténtica fiesta de graduación) pero habrá mucho por venir. Todo fin significa un nuevo comienzo. "Plaga Zombie 3" es una pelicula que todos deberían ver, sólo para conocer que hay gente que hace cine independiente en todo tipo de géneros, incluso en los que no son tan populares. No dejen pasar la oportunidad de acercarse y visitar este universo, no todos los zombies tienen que pasar forzosamente por la previsible caracterización al estilo "The walking dead"...
Me costó la película. Debo reconocer que sus primeros 40 minutos de proyección me parecieron anodinos, descriptivos (lindos paisajes sureños) y sin mayor relieve. Con un fuerte sesgo documental, "Tiempos menos modernos" hasta ahí me parecía un film sin mayores atractivos, hasta que un elemento se incorpora a la discusión (la televisión satelital como medio de comunicación y entrada a la globalización) y detona la cuestión. Ahí, si, cambia el panorama casi instantáneamente. Lo que hasta ese momento era pausado y hasta, podría decirse, naturalista, toma forma y cobra sentido. La historia comienza a brillar, hasta plantearse como un claro ejercicio de confrontación teórica: ¿modificamos la vida de los sujetos si los invitamos a conectarse con un medio electrónico y lo exponemos a él? Esa es la pregunta (que se toma bastante tiempo en aparecer, digamos) que se juega en el film. La respuesta, previsible, es lo de menos. El camino, cinematográficamente, es lo que importa. Lo rico está en degustar cómo se va dando el proceso. Oscar (Payaguala) vive en una zona montañosa (cordillerana?) del sur. Tiene una existencia simple, es un hombre de campo y sus actividades son todas, de tipo rural. Nos adentramos en su casa y somos testigos de su rutina hasta que cierto día, un amigo chileno le recuerda que en su galpón hay un regalo para él. No sabemos muy bien cómo, pero llegó a su hogar un aparato de televisión satelital. Así es que Oscar, poco conmovido por la noticia, deja que Felipe (Nicolás Saavedra) instale la antena y lo ponga en funcionamiento. De más está decir que es la puerta a un mundo que Oscar no sospechaba que podía existir. "Tiempos menos modernos" cuenta, en definitiva, la historia de un proceso de incorporación de un hombre de campo a la cultura global. Para bien, o para mal (eso tendrán que decidirlo ustedes). Payaguala es un ejemplo ideal para graficar este proceso. Desde lo técnico, una película correcta, modesta y honesta. Como Oscar. Así de simple. Su director, Simón Franco nos convence a través de su lente, de la importancia de reflexionar sobre la anécdota y darle sentido. Una alternativa interesante si son espectadores ávido por las historias personales con sesgo documental.