Esta es la biopic de la vida del escritor, poeta, servidor militar, filólogo, lingüista y profesor universitario británico John Ronald Reuel Tolkien (1892-1973), más conocido como J. R. R. Tolkien, creador de la novelas fantásticas «El señor de los anillos» y «El hobbit», entre otras, llega de la mano del director finlandés Dome Karukoski. Se encuentra interpretada por Nicholas Hoult («La favorita») y lo acompaña la encantadora Lily Collins (“Espejito, espejito”) se pone en la piel de su esposa. La trama va y viene en el tiempo pasando por las distintas etapas de su vida (infancia, adolescencia y adultez) de forma dinámica, con un buen montaje, todo se recrea a través de una buena fotografía con los colores adecuados a la época que transcurre y mucho de lo que se muestra está reflejado en su literatura. Lo que le falta es mayor emoción y sorpresas, no resulta impactante y tiene algunos de los actores desaprovechados, por caso: Derek Jacobi y Colm Meaney, entre otros.
En épocas difíciles para la Argentina, en abril de 1976 se estrenaba «Los muchachos de antes no usaban arsénico» (a pocos días del golpe) de José Martínez Suárez, con Mecha Ortiz, Arturo García Buhr, Narciso Ibáñez Menta, Mario Soffici y Bárbara Mujica, una comedia negra, ácida y llena de referencias. En su momento no tuvo una gran aceptación pero con el tiempo muchos la admiraron y hasta compitió en la preselección para el Premio Oscar de 1976. Ahora llega esta remake en la que todos hacen un gran homenaje al cine nacional y en la que se ha cambiado un poco la trama y los personajes. Se centra en Mara Ordaz (Graciela Borges) que fue una estrella de cine en la época dorada; pero algo pasó y el público la fue olvidando, se aisló de todo en una casona alejada de la ciudad junto a: su esposo Pedro de Córdova (Luis Brandoni) quien debido a un accidente se encuentra en silla de ruedas hace años, también fue actor y vivió a su sombra, y sus amigos Norberto Imbert (Oscar Martínez), director, y Martín Saravia (Marcos Mundstock), guionista. Ellos se conocen hace varios años pero existen ciertos secretos y resentimientos. Todo cambiará cuando una pareja joven (Nicolás Francella y Clara Lago) aparece perdida en la zona y reconocen a la famosa actriz, la elogian y la animan a que vuelva a trabajar, además le aconsejan que venda la casa. A partir de ese momento todo cambia en la convivencia de estas cuatro personas que con el correr de los años fueron pasando cosas y a veces las relaciones al no ser tan sólidas se van deteriorando, vemos algunos flashbacks, se utilizan diálogos sutiles, filosos, profundos, como así también divertidos, un humor ácido, sarcástico, irónico, mordaz, hay tensión, suspenso, e interpretaciones extraordinarias por parte de los actores. Se logra una buena ambientación, estupendo maquillaje y vestuario, entre otros rubros técnicos. Este film podría ser tranquilamente una obra de teatro.
Su trama se encuentra dividida en cuatro capítulos que transcurren en el 2007, 2009, 2013 y 2016. Los protagonistas Beatriz y Rogério (Ailín Salas y Caco Ciocler), son seres que buscan rehacer sus vidas y reencontrarse con su interior. Por un lado, Beatriz luego de pasar por un gran vacío y momentos de angustia viaja a Brasil en busca de nuevos horizontes. Allí circunstancialmente en un concierto, conoce a Rogelio, un músico que trata de mostrar su talento y que no lo comparen con su abuelo quien fue un músico muy exitoso; juntos comienzan un romance tempestuoso a lo largo de distintas etapas. La cinta se desarrolla en una playa bajo un paisaje despoblado, tan solitario como estos protagonistas, no hay personajes secundarios, resulta bastante intimista, para resaltar ciertas emociones se implementa el uso de la cámara en mano El ritmo es lento y con el transcurrir de los minutos va cayendo y se esfuma el interés.
Vuelven a la pantalla grande los hermanos Luciano y Nicolás Onetti, sus últimos trabajos fueron: en marzo de 2018 “Los olvidados” y en septiembre de 2017 "Francesca". Una vez más estamos frente al giallo italiano y subgénero de terror. Visualmente propone un buen suspenso, con colores saturados y momentos oscuros, que se va entremezclando con cuerpos decapitados, sangre, escenas eróticas y una música que acompaña cada situación que lo requiera, una atmósfera surrealista y una vuelta de tuerca al final. Ideal para los seguidores y fanáticos de este género.
La trama engloba una serie de secretos, enigmas, venganzas, abusos, muerte y tragedia, que se van mezclando con situaciones presentes y del pasado, y con una serie de acontecimientos que viven cada uno de los personajes en este “pueblo chico infierno grande”, donde todos esconden algo y los espectadores se encuentran frente a un rompecabezas para descubrir que ocultan estos seres de sus vidas. Un relato que resulta perturbador, aterrador, tenso, con escenas sangrientas y con rituales fuertes, donde viven los recuerdos, la perdida, los encuentros, desencuentros, la pasión y el amor no correspondido. Por momentos tiene interesantes diálogos pausados e intrigantes, pero tiene algunos silencios, no le favorecen a la trama y hechos que quedan sin resolver. Cuenta con un acertado paisaje rural y se van creando buenos climas. Cuenta con buenas actuaciones y termina siendo una cinta sincera.
Se desarrolla en un ambiente rural con un paisaje montañoso, la primera escena resulta impactante; animales manchados de sangre y una mujer decapitada. Por lo tanto comienza la investigación Cruz (Victor López), un oficial de la policía rural, se hace cargo de la investigación y uno de los sospechosos es David (Esteban Bigliardi), quien tiene una relación con Francisca (Tania Casciani), ella también tiene un amorío con el policía Cruz, se va tejiendo un triángulo amoroso pero todo se torna más confuso cuando esta aparece muerta y otras mujeres también y la misión termina siendo encontrar a este asesino serial. Comienza a aparecer una trama más asfixiante, va creciendo el misterio, con símbolos sexuales, algo sobrenatural acecha a los personajes, va girando hacia un terror psicológico, donde el espectador comienza a tomar más atención, hasta llega a incomodar, con toques del western y un ritmo que se va tornando frenético. La cinta tiene un director que pone bien la cámara, que termina siendo un personaje más. Un gran trabajo de luz, de color y con la excelente fotografía de Julián Apezteguia y Manuel Rebella,el sonido de Santiago Fumagalli y con un tema musical de Sergio Denis (“Te irás me iré”). Posee un toque que nos recuerda al cine de David Cronenberg y Guillermo del Toro, entre otros.
Este largometraje cuenta con un gran elenco de destacadas figuras, por lo tanto, se encuentra llena de personajes pero con actuaciones desparejas. La trama cuenta la relación entre padres e hijos donde el personaje principal es un antihéroe, separado y padre de un adolescente, Marcelo (Pablo Rago), ahogado por las exigencias de la jefa del diario Carrizo (Bernarda Pagés) para el que trabaja y no está pasando por su mejor momento ni en lo laboral ni en lo personal. Cuando matan a su padre, Tonio (Roberto Carnaghi) se enloquece y quiere descubrir al culpable, entonces la trama se va metiendo en el género policial, se va entrecruzando entre la política, la corrupción, los estafadores, pandilleros, la delincuencia y los negocios sucios. Además va a ir entrelazándose con metáforas literarias, el director va creando climas, intensos de oscuridad, con una buena estética para contar lo que quiere hacer resaltar, contrastando el basural, los barrios marginales y como viven los ricos. Su desarrollo termina siendo algo pretencioso y algunas subtramas y personajes quedan poco desarrollados no terminando de impactar.
Con el transcurrir de los minutos nos encontramos frente a Olavi (Heikki Nousiainen) quien se acerca a la jubilación, es huraño, gruñón, orgulloso, no fue muy afectuoso con su única familia, su hija Lea (Pirjo Lonka) a quien dejó sola y cuando se divorció tuvo que criar sola a su único hijo, ahora adolescente, Otto (Amos Brotherus), cosa que causó un gran quiebre entre ambos. Ahora acaba de encontrar una pintura muy especial que puede solucionar el futuro económico familiar, a partir de ahí la cinta va mezclando el drama familiar y el mundo del arte, donde existen los engaños, los negociados y las trampas. El film contiene buenos climas, cuenta con una estupenda iluminación, una fotografía impecable, con colores pastel y ese toque otoñal, varios pasajes conmueven a través de las muy buenas interpretaciones de los principales protagonistas. Una historia sencilla y encantadora.
Se encuentra protagonizada por Julia Roberts, (ganadora del Oscar por “Erin Brockovich”, 2000) y Lucas Hedges (nominado al Oscar como mejor actor de reparto por “Manchester junto al mar” 2016, además es el hijo del director), sobresale muchísimo la actuación de ella y tiene un papel para lucirse, aunque Hedges no se queda afuera, juntos logran momentos muy emocionantes y jugados en un duelo actoral en el cual ambos aportan personajes muy sólidos. A la cinta la complementa un buen elenco secundario integrado por: Kathryn Newton, David Zaldivar y Courtney B. Vance, que son una parte importante en la historia. Una vez más vemos como una familia lucha contra las drogas y su desintoxicación, bajo un paisaje helado, en épocas de navidad y algún momento sale a la luz secretos de la familia. Una de las tantas escenas magistrales es en la iglesia, en la casa, en la ruta, entre otras, papeles muy humanos, fuertes, donde está el perdón, las miserias, los valores, la rendición, una nueva oportunidad y no deja de ser desgarradora.
Esta es la remake de “Dos pícaros sinvergüenzas” (1988) protagonizada por Steve Martin y Michael Caine. Ellos estafaban a mujeres adineradas y esta es la versión femenina entre Rebel Wilson y Anne Hathaway, esta última trabajo en “Ocean's 8: Las estafadoras”, los personajes serian similares: Hathaway al de Michael Caine, mientras que Rebel Wilson se asemeja al de Steve Martin. El filme se encuentra dirigido por Chris Addison quien dos veces ganó el Emmy como productor de la serie Veep. Las protagonistas se unen y hacen todo un entrenamiento previo para vengarse de los hombres que alguna vez les mintieron. Su desarrollo es en escenarios paradisiacos y llenos de glamour, la seductora Josephine Chesterfield (Anne Hathaway) se hace pasar por oftalmóloga y Lonnie Rust (Rebel Wilson) finge ser ciega, juntas organizan una estafa a un importante magnate de la tecnología. Ambas protagonistas tienen muy buena química, son muy buenas actrices, ellas se destacan en cada escena con gags físicos y que te van ofreciendo varios tipos de sketches divertidos como si fuera para una tira de televisión, van sumando algunas bromas sexuales anticuadas, termina siendo un buen entretenimiento, previsible y con un giro al final.