En pocos días llegan las vacaciones de invierno, una vez más retorna este clásico del cine argentino y de “Argentina Sono Film”, con nuevos personajes. A 31 años de la primera “Bañeros” llega esta quinta entrega de la saga. A lo largo de su desarrollo Gino debe luchar contra los villanos que componen: Joaquín Berthold y Alex Caniggia, pero el jefe de estos es un personaje que se mantiene algunos minutos de incógnito, Matías Alé (no develo nada ya que se encuentra en el tráiler). Por otra parte como guardias de seguridad están: Pablo Granados, Pachu Peña y Nazareno Mottola, no sirven en su trabajo y son ineptos, les roban en sus narices, obviamente los despiden y como siempre los termina contratando Gino, como “bañeros” o “guardavidas”. Ellos tienen una particularidad y es que no saben nadar, en realidad son inútiles en todos los oficios. Le ponen un toque de humor similar al del programa “Sin Codificar”. En varias secuencias incorporan un drone llamado “Bongo” con carita que ayuda al guardavida Jessica (Sol Perez), sobrina de Gino. Lo que sigue es una serie de situaciones ridículas, (en humor no te sacan ni un ji) muchas chicas exhibiendo sus cuerpos, bikinis diminutas, plano detalle mostrando colas y pechos, hombres vestidos de mujer para masajear chicas, estas situaciones bastantes cuestionadas en la actualidad, varios personajes nuevos poco efectivos y un guión mediocre, vulgar y agotado. Cuenta con una importante cantidad de sponsor y la belleza típica de Mar del Plata. Se le hace un emotivo homenaje a Emilio Disi. Es posible que esta sea su última entrega.
Cuenta con una muy buena narración que nos relata parte de la vida del escritor, biógrafo y activista social austríaco judío de la primera mitad del siglo XX Stefan Zweig (estupenda interpretación de Josef Hader), quien debió exiliarse por su religión ante el arribo del nazismo. El film aborda las distintas etapas de la vida de este intelectual y nos permite recorrer junto a él algunas zonas donde estuvo como: Brasil, Argentina y Estados Unidos, lugares donde dejó huellas desde 1936 hasta su muerte en 1942. Es una historia muy rica como así también el elenco que participa en ella, como el personaje de su primera esposa en la excelente composición de la actriz alemana Barbara Sukowa como Friderike Zweig. Además trabaja el actor argentino Nahuel Pérez Biscayart (que se encuentra trabajando en Europa hace un tiempo), tiene un interesante papel secundario como Vitor D’Almeida, al igual que la actriz alemana Aenne Schwa representando a la segunda esposa del protagonista, Lotte Zweig. Todo su relato resulta atrapante, con una buena estética y una fotografía majestuosa, ayuda para disfrutar cada una de las épocas vividas, sus angustias y júbilos, además del reencuentro con su amigo Ernst Feder (Matthias Brandt), que vivía cerca de la casa de Gabriela Mistral (Márcia Breia), casualmente ellos junto a otras personas fueron quienes lo acompañaron hasta el día de su muerte.
El personaje principal es Will Sawyer (Dwayne Johnson), un ex agente del FBI quien tiempo atrás en una misión tuvo un terrible accidente, como consecuencia le amputaron media pierna y usa una prótesis para moverse. En la actualidad trabaja como asesor de seguridad en el rascacielos más alto del mundo, ubicado en Hong Kong. Una banda de brutales terroristas se apoderan de este edificio y tiene planes especiales, el lugar donde se encuentra la familia de Will, Sara Sawyer (Neve Campbell, actriz de la saga “Scream”), quien trabajó en los servicios y en Afganistán, es muy valiente y protege sus hijos (como una leona): Georgia Sawyer (McKenna Roberts) y Henry Sawyer (Noah Cottrell), los acecha un lugar que queda envuelto en llamas. Will huye de las autoridades que lo buscan, tiempo atrás le tendieron una trampa, debe limpiar su nombre y librar a su familia. Los que sigue son luchas cuerpo a cuerpo, tiros, persecuciones, estallidos, momento a punto de caer al vacío, escenas increíbles, varios personajes temibles entre ellos una mujer sanguinaria que lo compone muy bien Hannah Quinlivan. Este es un thriller de acción, entretenido, la tensión es constante, a pura adrenalina, te mantiene pegado a la butaca, a los espectadores que se dejen llevar, no les da respiro, en un edificio inteligente con una tablet se controla todo, de todas maneras nadie se salvará, un protagonista que lucha contra distintos obstáculos, también le pone su cuota de humor con la pierna ortopédica que usa, en parte acordemos que el actor y luchador profesional estadounidense, conocido como The Rock, ya no tiene la misma movilidad para ciertas escenas. Cuenta con un buen elenco, efectos especiales y secuencias fascinantes, incluye todos los elementos técnicos que necesita, una buena fotografía del ganador del oscar Robert Elswit (“Petróleo sangriento”), la banda sonora de Steve Jablonsky, en una trama previsible, que tiene un poco de “Duro de matar”, “Infierno en la torre” y “El fugitivo” y sobre todo un público cautivo que le dará los réditos necesarios.
Todo comienza con un prólogo a fines del siglo XIX a cargo del mítico Van Helsing (Voz original de Jim Gaffigan) a quien siempre intentan matarlo pero fracasan una y otra vez. Finalmente cae en el mar y nada se sabe de él. Luego la acción se traslada a la actualidad, Drácula (voz original Adam Sandler) cuida su hotel, a Mavis (Selena Gomez), su hija, a la que adora y de la que siempre está pendiente y ahora que se casó obviamente se suma su yerno Johnny y sus nietos. Su hija Mavis ama a su Papi y nota que se siente solo, y junto a sus amigos organizan un viaje sorpresa en un crucero que irá desde el Triángulo de las Bermudas, pasando por un volcán subacuático hasta la ciudad perdida de Atlántida. Inician un viaje increíble en el que va toda la familia más todos monstruos (humanizados), en ese paseo Drácula conoce a la Capitana del Barco, Ericka (Kathryn Hahn), es amor a primera vista, pero esta tiene otras intenciones, mandatos y secretos. Este film tiene un corte bien familiar, es divertida, entretenida, con enredos, chistes efectivos y varios mensajes entre ellos: lo importante que es la familia, el compartir, el amor, el encontrar nuestro lugar, el no a la discriminación, que no hay que guiarse por las apariencias y sobre todo que todos somos iguales. Hasta hay un homenaje a los Gremlins, entre otras situaciones y un perro gigante muy travieso. Si bien la pasas muy bien por lo citado anteriormente y se le suman varios números musicales con canciones estupendas, su guión es un poco flojo (fue mejor la segunda entrega), por momentos resulta algo reiterativa en sus chistes y situaciones, algunos personajes se encuentran poco aprovechados como el de: Johnny (voz original Andy Samberg), el hombre invisible Griffin (David Spade), entre otros. Pero en conjunto resulta eficaz, con una animación de calidad, diseño de personajes y ante un final abierto, solo nos resta esperar “Hotel Transilvania 4” para el 2021.
Esta historia es además un road movie donde un padre y un hijo (excelentes interpretaciones de Mohammed Bakri y Saleh Bakri) van repartiendo en mano invitaciones de boda por la ciudad de Nazaret, a lo largo de un día viajamos junto a estos protagonistas, participamos de sus discusiones, relaciones familiares, los encuentros y sus diferencias, sucesos inesperados, las mentiras, los ocultamientos y los deseos. A través de este relato la directora Annemarie Jacir intenta mostrar como vive ese país, con interesantes diálogos y toques de humor, una pintura del lugar, costumbres, cultura, están las visiones según las edades, entre un hombre grande que sigue con sus tradiciones, y su hijo que vive bajo otras reglas, de neto corte europeo. Esas vivencias le aportan para que no coincida con muchas ideas de su padre. Por otra parte resulta casi imposible reconciliación entre dos pueblos que viven en constante conflicto.
La directora con cierta melancolía nos muestra un lugar que tuvo vida, un pueblo pequeño en la Provincia La Pampa, su estación de tren Mariano Miró, se inauguró en diciembre de 1901 donde viajaron tan solo 9 pasajeros, ese número con el transcurso de los años fue creciendo en 1906 ya viajaban cerca de 2000 personas. Pero en 1912 la zona quedo casi abandonada, como muchas zonas se transformo en un pueblo fantasma y quedo todo escondido bajo plantaciones. Poco se sabe del lugar, pero con la ayuda de un grupo de arqueólogos de la Universidad de Buenos Aires se reconstruyó parte de nuestra historia, se fueron encontrando cartas, fotos, planos, candados, monedas, objetos, algunos testimonios y una investigación que sirve para recuperar el conocimiento de un territorio olvidado.
Esta es una historia coral, bajo un bello paisaje, en una zona donde concurre muchísimo turismo de todas partes, allí ocurren “cosas”, hay habitantes a veces con temperaturas de 14 grados bajo cero en invierno, sufren miseria, los marginados, barras, prostitución, drogas, alcoholismo, adicciones, abusos de todo tipo, familias con distintos problemas, las mafias, la corrupción y el sistema carcelario, entre otras situaciones. Resulta interesante el mundo que construye el cineasta José Celestino Campusano (54 años) quien se inspira en hechos reales ocurridos en Bariloche, una vez más el cine sirve también para reflexionar y denunciar. Uno de los puntos que no ayuda a este film son las actuaciones muy pobres.
Aquí la cámara sigue a cuatro adolescentes amigas: Juli, Cami, Agus y Peque (Laura Grandinetti, Camila Rabinovich, Ana Waisbein y Camila Vaccarini) a mediados de los 90, viven en Ingeniero Maschwitz, deciden vivir una gran aventura solas, viajan al centro de la ciudad para transitar por nuevas experiencias en una larga noche. Una vez en la ciudad viven una sucesión de situaciones increíbles, una noche en el boliche, música, amor, marihuana, alcohol, una razzia policial, la pérdida de sus mochilas y un momento de inseguridad. Estas adolescentes dejan ver a través de sus conversaciones la sensibilidad y la inocencia. Ellas a través de sus intercambios van tocando varios temas como: el embarazo, el amor, la amistad, el sexo, los reproches, las relaciones de madre e hijas, entre otros temas. Las actuaciones de estas jóvenes actrices son muy aceptables, espontáneas y simpáticas, dentro de los roles secundarios: Esteban (Felipe Villanueva) y Romi (Sofía Palomino). Este es el debut en su primera película como directora de Jimena Blanco, estuvo en la Competencia Oficial Internacional del (20) Bafici.
Todo va girando en torno a un experimento organizado por el gobierno, siguen los hechos a una distancia segura: el Jefe de personal - Arlo Sabian (Patch Darragh), la Dra. Updale (Marisa Tomei), una psicóloga creadora de este estudio, entre otros. Tiene mucho que ver la ayuda financiera relacionada con el derecho de las armas, la legislación, haciendo un estudio social en Staten Island durante 12 horas en el que todo vale. Dentro de los personajes principales están: un capo del narcotráfico Dmitri (Y'lan Noel), que protege su negocio y quien intenta conquistar a Nya (Lex Scott Davis), que vive pendiente de su hermano Isaiah (Joivan Wade) ellos están solos y se cuidan mutuamente; Nya está en contra de la depuración e intenta refugiar a la mayor cantidad de personas en la iglesia. Mientras Isaiah sin que sepa su hermana se queda en su departamento, para vengarse de Skeletor (Rotimi Paul), un drogadicto, violento y cuyo aspecto causa temor. Además participan de la depuración una pandilla de neonazis que llevan antorchas, hombres con capuchas, parches, cargan banderas identificatorias, asesinan a varias fieles que se encuentran en la iglesia principalmente afroamericanos, al mismo tiempo hay otros seres agresivos. Lo que continúa es lo tradicional, cada año hay un período de desgobierno durante 12 horas, detrás de todo esto hay una causa, se utiliza para disminuir la población de las clases socioeconómicas más bajas, los que no pueden pagar sus impuestos, los que no tienen trabajo, entre otros factores. Al igual que las películas anteriores hay persecuciones, rodeos, acosos, asaltos, odios, agresiones y repudios, todas ellas de extrema violencia. Podríamos encontrar cierto paralelismo con la vida real, en países con gobiernos de derecha.
Martino Zaidelis debuta en la dirección de cine con esta comedia basada en la exitosa película chilena “Sin filtro” (2016) de Nicolás López y recientemente se estrenó "Sin filtro" (en España como “Sin rodeos”) de Santiago Segura. En esta remake el relato conserva la parte original pero los diálogos son más dinámicos, las puteadas nuestras son las más logradas, le da otro toque el clásico de Celeste Carballo, “Me vuelvo cada día más loca” y se realizan algunos cambios sobre todo al final. Como protagonista principal se encuentra la encantadora y carismática actriz, cantante, diseñadora, empresaria, conductora, modelo uruguaya y embajadora de buena voluntad de UNICEF en el Río de la Plata Natalia Oreiro. Su personaje vive situaciones que a cualquiera le pueden pasar, luchar con su pareja quien no le presta atención, el hijo de este es un atrevido, su hermana que se desvive por su gato, su ex novio, la futura esposa de este, una amiga desatenta, un jefe que la humilla poniendo un chica más joven en sus tareas y una serie de situaciones complicadas. Prácticamente todo el peso de la película cae sobre Oreiro, que sale airosa, se luce, se divierte y la cámara la ama, excelente la labor de Pilar Gamboa; esta magnífica, es la amiga que no le presta atención, que vive pegada al celular y a sus problemas, el resto del elenco: Gimena Accardi, Fernán Mirás, Diego Torres, Malena Sánchez y Hugo Arana, cumplen bien sus papeles.