Las películas sobre ladrones de arte que huyen de la ley, viajando por hermosas locaciones internacionales, son fáciles de disfrutar. Ofrecen escapismo a fuerza de una combinación imbatible de suspenso, acción, romance, glamour y toques de humor. En sus mejores versiones pueden ser verdaderas obras maestras, como sucede con Para atrapar al ladrón, de Alfred Hitchcock. O, por lo menos, muy buenas películas que dan ganas de verlas una y otra vez, como El caso Thomas Crown, de John McTiernan. Alerta roja se inscribe en este subgénero, con un poco más de énfasis en la acción, y llega respaldada por algunos factores clave que parecían asegurar el éxito del proyecto. Dwayne Johnson, Ryan Reynolds y Gal Gadot son estrellas del Hollywood actual, tres de los poquísimos nombres que pueden “vender” al público una película. Son atractivos, carismáticos y tienen sentido del humor. En los papeles son el equipo ideal para un film de este tipo. En la práctica, no son suficientes. El guionista y director Rawson Marshall Thurber tiene en su haber comedias exitosas como Se dice de mí, con Emma Stone, y Un espía y medio, con Dwayne Johnson y Kevin Hart. Más allá de las diferencias entre las películas, la constante es el buen uso de los talentos de cada intérprete. En Alerta roja está ausente esa capacidad que había demostrado Thurber para sacar lo mejor de actores que tienen mucho para ofrecer. Cada uno está en un carril distinto y hay cierta desconexión entre estos personajes que deberían sacarse chispas. Hasta el innegable encanto de Reynolds sufre por la elección de convertir a su personaje en una ametralladora de chistes con poca puntería. El guion no tiene mayor originalidad, pero no es eso lo que se espera de una película de este tipo. Una trama complicada que a nadie le importa realmente suele ser una característica de estos films que combinan suspenso, comedia y aventura. Lo imprescindible son personajes bien delineados, diálogos ingeniosos, escenas de acción vistosas. Apenas hay rastros de eso en Alerta roja, que se esfuerza por sorprender con algunas vueltas de tuerca en esta historia de dos de los mejores ladrones de arte del mundo en busca de unos huevos decorativos que pertenecieron a Cleopatra y el agente del FBI que los persigue. La utilización en la trama del robo de tesoros históricos por parte del nazismo resulta banal, aportando nada más que otra excusa narrativa y a la que le falta un verdadero sentido, como la justicia poética que tenía su inclusión en las películas de Indiana Jones. Alerta roja tiene algunos momentos logrados y un ritmo adecuado, pero llama la atención la poca sofisticación de su estética. Parte del encanto de las películas de intriga internacional es sacar provecho de la belleza y elegancia de las locaciones, construyendo un mundo de ficción del cual disfrutar junto con los personajes. El abuso de la utilización de drones, efectos CGI que se notan demasiado y una fotografía con poco vuelo juegan en contra de las mejores escenas y los momentos en los que los actores pueden lucirse, dándole el aspecto de una película con menores recursos de producción.
Está vendida como la película con el mayor presupuesto que haya tenido una producción original de Netflix. Fueron 200 millones de dólares, y mucho de esos billetes habrán ido a los bolsillos, y si no entraban, a las cuentas bancarias de Ryan Reynolds, Dwayne Johnson y Gal Gadot, el trío protagónico de esta comedia de acción que estrena antes en cines que en streaming. Sí, porque Alerta roja o Red Notice lo hace este jueves 4 de noviembre en un puñado de salas, y en una sola función nocturna, y desembarcará en ocho días, el viernes 12 de noviembre, en la plataforma de la N roja. ¿Es una película de acción? Hay peleas, huidas, persecuciones, tiroteos. Chequeado. ¿Es una comedia? Ryan Reynolds tiene más gags verbales que Dwayne Jonhson. Sí. Chequeado. Es una de esas películas como las que vimos infinidad de veces, sobre un robo (o dos, o tres), sin ir más lejos como El ejército de los ladrones, otra producción de Netflix que estrenó hace menos de una semana. Pero lo que hace la diferencia en Alerta roja es que está Ryan Reynolds delante de la cámara. No es el tipo de filme en el que importe demasiado el talento sentado en la silla del director. Alerta roja es una con Ryan Reynolds, en la que Dwayne Johnson impone su físico y Gal Gadot vuelve a demostrar por qué es una estrella de Hollywood, con su simpatía y su cara de estar de lado que hay que estar, aunque aquí no le pidan demasiado desarrollar sus dotes de actuación. Película de robos, que arranca con uno La alerta roja es la orden de aviso de Interpol de que está buscando a un delincuente. En el caso, un agente del FBI, John Hartley (Johnson) es avisado por El Alfil (un criminal, bah) que una joya, un huevo de orfebrería valiosísimo de tiempos de Marco Antonio y Cleopatra está por ser robado de una exposición en un museo italiano. Y allí llega, junto a gente de Interpol local, y ante el asombro de los ineficaces italianos -por qué será que los estadounidenses siempre son más inteligentes en las películas de Hollywood-, la pieza que están todos observando en el museo, es falsa. John le derrama Coca-Cola, y se desintegra. El huevo ya está en poder de Nolan Booth (Reynolds), que está allí mismo, y como van a cerrar el Museo de inmediato, se dispone a huir. Resumiendo: quien consiga ese huevo, más otro que está en poder de un mafioso italiano en Valencia y un tercero de paradero desconocido, se hará de una millonada en dólares, tanto como para poder hacer tres películas como Alerta roja. Y como toda película de acción de buena parte de este siglo, se filma en distintas locaciones alrededor del mundo. O se hace pasar como que es así, porque hasta llegan a la Argentina, en una secuencia que, quizá, tal vez, en una de ésas, exaspere a más de uno, por algo que no vamos a spoilear aquí. Lo dicho, Reynolds tiene una habilidad para la comedia que hace que cualquier cosa que diga o actúe le sienta bien. De Deadpool a Free Guy, el tipo es entrador, y supera las monotemáticas expresiones de Johnson, con cuyo personaje Nolan deberá aliarse -la típica pareja a la fuerza-para conseguir los otros huevos y atrapar a El Alfil (sí, es Gal Gadot, como se imaginaban y se sabe a poco de comenzada la proyección). Que el guion tiene más incongruencias que discurso de político en campaña es tan cierto como que la secuencia del helicóptero Dwayne Johnson se la debe haber robado a su “amigo” Vin Diesel de alguna Rápidos y furiosos.
Siempre se agradece cuando se estrenan películas que apuestan todo al entretenimiento por el entretenimiento mismo, al cine como arte máximo de la evasión, al espectáculo como refugio del escapismo regocijante. El cine es el arte del entretenimiento por excelencia desde el exacto momento en que nació como técnica movilizadora de espectadores ingenuos. Netflix no se olvida de la esencia del cine como divertimento pasatista y en Alerta roja, que tiene su doble estreno en salas y en la plataforma (en esta última, el viernes 12 de noviembre), no se sale un milímetro de las bases del espectáculo más estruendoso, ligero, superficial y gracioso, que además se da el lujo de reunir a tres de las figuras más fulgurantes de Hollywood: Dwayne Johnson, Ryan Reynolds y Gal Gadot. Escrita y dirigida por Rawson Marshall Thurber (Pelotas en juego, Rascacielos: rescate en las alturas), la película va de la buddy movie de aventuras hasta la comedia de robos con toques de acción carcelaria, en la que el agente del FBI John Hartley (Dwayne Johnson) persigue al ladrón más buscado de Interpol, Nolan Booth (Ryan Reynolds). El motivo son tres huevos de la época de Cleopatra y Marco Antonio, lo que también sirve como desafío para Booth, que quiere probarse como el mejor ladrón del mundo. La película muestra cómo Hartley captura a Booth y lo manda a la cárcel, hasta que aparece el personaje de Gal Gadot, The Bishop/Alfil, otra ladrona talentosísima en busca del tercer huevo, el más difícil de encontrar. El trío queda armado y se deberán ayudar entre ellos para lograr cada uno su objetivo. Hartley quiere esposar a Alfil, quien lo engañó haciéndole creer a la agente de Interpol que sigue el caso (Rita Aryu) que en realidad es él el responsable de robar uno de los huevos. Y Booth quiere el tercer huevo a toda costa, al igual que Alfil. Entre Hartley y Booth forman una especie de “matrimonio por conveniencia”, y en la química cómica entre ambos está la clave lúdica del filme. El robo de los huevos es el macguffin perfecto para que se desplieguen la acción aventurera y la comedia efectista, con guiños a Indiana Jones y a La gran estafa, con las vueltas de tuerca típicas de las películas de robos y aventuras, y todo enmarcado en una comedia de acción que sabe divertirse y jugar con gracia explosiva. Lo bueno de Alerta roja es que sus personajes se divierten mientras recorren distintos lugares del mundo, hasta caer en Argentina, a la que se muestra como reservorio histórico de nazis, donde se encuentra el tercer huevo. Johnson se luce con su musculatura ágil para las peleas cuerpo a cuerpo y con las persecuciones con balacera incluida; Ryan Reynolds aporta su carisma de ladrón chistoso con un par de gags que provocan la carcajada fácil, y Gal Gadot aporta la cuota de sensualidad con su fluida presencia y su elegancia para agarrarse a las patadas. Hay sorpresas de personajes cuyos nombres no conviene revelar, como la aparición de un famoso cantante pop que se autoparodia. También hay giros que logran sostener casi dos horas una aventura de ladrones y policías que no descansa un segundo en su constante juego autoconsciente. Alerta roja es un cóctel de géneros populares que realza el cine como entretenimiento masivo. Es cine de evasión en estado de gracia.
El director y guionista de Alerta roja (Red Alert, Estados Unidos, 2021) es Rawson Marshall Thurber, cuya filmografía algo despareja, más bien centrada en comedias, incluye nada menos que Dodgeball: A True Underdog Story (2004). Con ese antecedente es obligatorio tomarse en serio cualquier película que venga de él. Al menos hasta ahora, al menos hasta que Netflix lo convirtiera en otro director sin personalidad ni estilo. Esta comedia de acción y robos de guante blanco combina tres estrellas de Hollywood: Dwayne Johnson, Ryan Reynolds y Gal Gadot. Johnson interpreta a un agente del FBI que persigue y se enreda con los dos mejores ladrones -y rivales entre sí- del mundo, Reynolds y Gadot. La película le sumará luego algunas aventuras más tradicionales, con selva argentina, cita a Indiana Jones y todo lo que el manual indica. Se ven los ingredientes todo el tiempo, la película delata cada vez que coloca un nuevo elemento en cada lugar. La simpatía de los protagonistas es evidente, así como está claro que lo saben y lo explotan de forma algo artificial. Johnson es el duro, Reynolds el gracioso y Gadot, que ocupa un lugar menor en la película, la que se las sabe todas. Una vez que dejan claro esto, todo lo demás son vueltas de tuerca y sorpresas. Pero cuando el mecanismo es la sorpresa y la vuelta de tuerca, todo se vuelve aburrido y previsible. De mil chistes hay un número que funciona y la acción cobra vida por momentos. El cierre, como era de esperarse, tiene más de esas vueltas, pero ya no le importan a nadie. Y sí, otra infame promesa de secuela.
Un agente del FBI y dos ladrones de objetos de arte se lanzan a la caza de tres piezas legendarias (unos «huevos dorados» que pertenecían a Cleopatra) en esta divertida comedia de aventuras protagonizada por Dwayne Johnson, Ryan Reynolds y Gal Gadot. Estreno en algunas salas el 4 de noviembre y en Netflix, el 12. En el ecosistema del cine que se propone ser masivo y popular parece haberse producido un cambio importante, de esos que uno recién nota después de un tiempo, por acumulación de experiencias. Sería largo de resumir pero uno podría definirlo de la siguiente manera: los llamados «blockbusters», las superproducciones de los últimos años, se han vuelto cada vez más graves, solemnes, pomposas. Ya no son películas, son declaraciones de principios con imágenes de fondo a modo salvapantallas. Las películas pueden ser mejores o peores (no es el tema aquí analizar una por una), pero muchas comparten esa gravedad, ese carácter elefantiásico, como si todas fueran adaptaciones de algún texto bíblico. En algunos casos puede ser esperable (DUNA o ETERNALS parten de materiales originales también bastante severos), pero la saga Bond, por ejemplo, dejó de lado casi toda la ligereza (que no es lo mismo que el humor o los chistes, es una cuestión de tono, de manera de encarar lo que se cuenta) y ahora es de una gravedad inusitada. Pasa lo mismo con los títulos de DC Comics y con algunos de Marvel, que por suerte tiene películas que conservan cierta chispa, a veces pasteurizada pero chispa al fin. El universo Disney se mueve entre títulos más «severos» y otros, como MANDALORIAN, que recuperar la alegría de la aventura. Viendo ALERTA ROJA recordé el placer que me generaban las películas de aventuras livianas, ligeras, graciosas, amables, que jamás se toman demasiado en serio a sí mismas. Me dirán que hay muchas así y quizás sea cierto pero no son las que más repercusión tienen, quizás porque esa misma liviandad no les permite ser parte de la conversación mediática y el debate online. Y hoy las películas empiezan en las salas de cine (o en Netflix, como es este caso) pero necesitan continuar en las redes con los temas que van generando o les van adosando para que los algoritmos repitan. Difícil que haya mucho para analizar en ese sentido con ALERTA ROJA. Es una gran superproducción (se dice que su presupuesto está entre los 150-200 millones de dólares y es la más cara del estudio), protagonizada por tres estrellas de esas que habitualmente no comparten cartel en una misma película (Dwayne Johnson, Ryan Reynolds y Gal Gadot) y funciona como una versión actualizada de esos films de acción y aventuras de los ’80, de INDIANA JONES a ARMA MORTAL, pasando por la propia lógica de las viejas películas de Bond: films de acción, suspenso, persecuciones e incontables vueltas de tuerca y mucho humor. ¿Es importante lo que sucede en ALERTA ROJA? ¿Habla de algo relevante, más allá de que se la pueda conderar «feminista» por poner a una mujer a combatir contra dos hombres y en general salir ganando? No. Es, como decía el gran Alfred Hitchcock, una «porción de torta» y nada tiene que ver con la vida real ni con la plausibilidad o la lógica. Es divertida, un poco absurda y por momentos tonta. Y a veces la gente solo quiere eso. Más aún, probablemente, en estas épocas ásperas y bastante amargas. Cómo hay muchos giros narrativos que cambian las perspectivas, digamos que los protagonistas son John Hartley (Johnson), un agente de FBI que persigue a dos ladrones profesionales que están tratando de encontrar y luego vender por una cifra billonaria tres «huevos dorados» que le fueron regalados a Cleopatra, en el antiguo Egipto. Ellos son Nolan Booth (Reynolds, en su acostumbrado estilo humorístico que, pese a usarlo siempre, sigue funcionando), un experto ladrón de caras piezas de arte y la misteriosa The Bishop (Gadot), que hace lo mismo pero de una forma más discreta. A Booth le gusta el show-off, que todos sepan y vean sus hazañas. A Bishop, aparentemente, nadie le conoce la cara. La película narrará el recorrido internacional que harán los protagonistas para conseguir las tres piezas, una de las cuáles nadie sabe dónde está. Engañado por The Bishop y desprovisto de su chapa como hombre de ley, Hartley se ve forzado a trabajar junto a Booth. Y entre ambos funciona la clásica mecánica de «buddy movie» con el más serio, fastidioso y responsable Hartley lidiando con las ocurrencias y salvajadas del arriesgado Booth. Pero cada vez que creen haber logrado algo, The Bishop les tiende alguna trampa. A la vez, a todos ellos los persigue Interpol, cuyos miembros siempre parecen estar un tanto retrasados en lo que respecta a la acción. Eso es ALERTA ROJA: tres superestrellas recorriendo el mundo (una importante locación es en «Argentina», aunque casi todo parece hecho en estudios, agregándole una cuota más de old school) mientras se pelean y engañan entre sí y a quienes los persiguen en la caza de las reliquias en cuestión. Pero si bien hay algunas historias y dramas familiares que aparecen a lo largo de la historia son también tratadas con humor, sin volver todo una experiencia traumática. Es que, más que ninguna otra cosa, ALERTA ROJA es una comedia y todo está rociado por ese tono zumbón y chispeante de películas como LA GRAN ESTAFA pero a escala planetaria. El trío tiene una gran química pero el que se roba el show es, otra vez, el carismático Reynolds. Es cierto que su estilo irónico, autoconsciente, que parece estar con un pie en la película y otro en guiñarle un ojo al espectador (sí, lo que hace en DEADPOOL) a algunos puede resultarle agotador, pero en este clima de tanques de taquilla severos, con protagonistas torturados que miran el piso, sufren y viven en permanente estado de auto-conmiseración, un actor que la pasa bien haciendo una película y que contagia esa energía a sus colegas y al público a mí me resulta más que bienvenido. Y no solo eso. Las escenas de acción son efectivas, el realizador de EL RASCACIELOS demuestra tener un gran timing para la narración y la comedia, y el guión tiene el ingenio necesario y los giros sorpresivos necesarios como para convertir a ALERTA ROJA en una experiencia placentera, como solían ser muchas de estas películas antes que la dictadura de los multiversos interconectados y los morosos tanques de taquilla que sobreactúan trascendencia se los llevarán puestos y los mandaran directo al streaming. En otras épocas, un combo como el de ALERTA ROJA, que no pasará a la historia pero que se propone divertir, entretener y lo consigue, se estrenaría en cines y estaría entre los films más taquilleros de un año. Si a Netflix le funciona –algo que parece inevitable– sería bueno que los demás estudios presten atención al ejemplo. A veces, una buena comedia de acción, un tanto retro, que beba más de Hitchcock y de Spielberg y un poco menos de Kubrick y Snyder, es lo que el espectador de cualquier edad necesita.
Es un entretenimiento lujoso con un trío de actores de gran popularidad, Dwayne Johnson que juega el papel de un perfilador de la unidad de análisis de comportamiento de FBI, Ryan Reynolds el famoso ladrón Nolan Booth, y la contundente Gal Gadot, que cuando aparece demuestra su magnetismo. En la película escrita y dirigida por Rawson Marshall Thurber, la estrella israelí es un misterioso personaje que se adelanta siempre a los esfuerzos de la dupla de hombres. Si bien por el covid la película se hizo en Atlanta, el diseño de producción es fastuoso y se ven escenas en Castel Sant´Angelo, Bali, selvas, minas de cobre, palacios y museos. En el argumento se buscan los tres huevos enjoyados que Marco Antonio le regaló a Cleopatra. Uno se exhibe en el museo de Roma, el otro lo tiene un coleccionista privado y el tercero tiene paradero desconocido. En el juego del ladrón y el policía, los personajes de Johnson y Reynolds son acusados de ser socios para su beneficio, por eso se emite la “alerta roja” del título. Así que ladrón y perfilador del FBI se unen para salirse con la suya uno y limpiar su nombre el otro. Ahí aparece Gal Gadot tan linda como peligrosa. El film tiene homenajes evidentes como a Indiana Jones, pero también tiene cosas que hemos visto en Misión Imposible, la saga Bond, la saga Bourne y siguen los nombres. Pero es vistoso, entretenido y liviano, sin escenas de muerte o tortura que lo hace viable para la visión en familia. También queda la puerta abierta para una secuela, es que la química de los tres protagonistas es grande y se sacan chispas con diálogos divertidos y grandes escenas de acción coreografiadas por expertos
"Alerta roja" confunde inventiva con capricho Alerta roja demuestra, una vez más, que reunir actores y actrices populares y carismáticos podrá ser condición necesaria, pero nunca suficiente, para una buena película. No alcanza con Dwayne “The Rock” Johnson, Ryan Reynolds y Gal Gadot para mantener a flote esta historia que mezcla, sin ninguna intención de ocultarlo, situaciones propias de las sagas La gran estafa con otras de Indiana Jones, todo salpimentando con una pátina cool propia de estos tiempos. ¿Que cómo confluyen una de ladrones de guante blanco y otra de aventuras arqueológicas? Gracias a que la película confunde inventiva con capricho, elevando los límites de la verosimilitud, de por sí usualmente elevados en este tipo de películas, hasta niveles imposibles. Alerta roja es una ensalada de ínfulas glamorosas e itinerantes, una comedia (leve) de acción (leve) que recorre gran parte del mundo (desde Bali a Roma, de Egipto a ¡Argentina!) con frenetismo, a velocidad supersónica. Una maniobra similar a la de un guion que pareció haberse escrito con la directiva de que cada escena entregue una nueva revelación, además de mostrar a alguno de sus intérpretes en ropa de etiqueta. La de Rawson Marshall Thurber (el mismo de dos grandes comedias como Pelotas en juego y ¿Quién *&$%! son los Miller?, en su tercera colaboración con Johnson luego de Un espía y medio y Rascacielos: rescate en las alturas) es la típica película que basa su funcionamiento en la acumulación. En este caso, de países visitados, de situaciones que bambolean al relato como un chico a un osito de peluche, de personajes que parecen buenos, pero después son malos, pero al final no. Clásicamente estructurada a la manera de una "buddy movie", Alerta roja tiene su piedra fundamental en la relación entre el agente del FBI John Hartley (Johnson) y el muy astuto ladrón Nolan Booth (Ryan Reynolds). Al principio, el primero, con la ayuda de una inspectora de Interpol (Rita Aryu), detiene al segundo justo cuando acaba de robar uno de los tres huevos de oro que provienen de la época de Cleopatra y Marco Antonio. El problema es que gran parte del golpe fue orquestado por una mujer misteriosa que hace llamar Alfil (Gadot) y cuyas intenciones cambian unas veinte veces durante las casi dos horas de metraje. La cuestión es que Hartley y Booth terminan presos y obligados a ayudarse mutuamente a escapar. Hay en sus interacciones un evidente esfuerzo por ver quién es más canchero, quién remata mejor los chistes (mayormente flojos), quién se luce más: gran parte de la película funciona, entonces, como una exprimidora dispuesta a sacarles hasta la última gota de simpatía. Y lo logra, a tal punto de volverlos insoportables. Habrá más engaños y más fiestas de gala tratando de dar con los otros huevos, y hasta un viaje a un refugio nazi donde supuestamente estaría uno de ellos. Un refugio ubicado en ese país recóndito donde piensa Hollywood que se escondieron todos los nazis de la Tierra luego de 1945. El país se llama, claro, Argentina: si para X-Men Villa Gesell era una zona montañosa con nieve, aquí hay unos bosques tropicales que hacen que el Amazonas parezca la reserva ecológica de la Ciudad de Buenos Aires. Alerta roja: la película donde todo es posible.
«Red notice» llama la atención, primeramente, porque es una película que podría ir perfectamente a salas comerciales, sin tener que pertenecer al catálogo de un servicio de streaming. Más allá de las cuestiones que ahora desgranaremos, es una apuesta grande de la «big N» en pos de consolidarse frente a la creciente cantidad de compañías que están alumbrando alternativas para desbancarla. Hasta aquí, había cine arte vendido a Netflix en los pasados años en carácter de exclusividad («Roma» es el ejemplo perfecto), pero nunca un producto (insisto) de primera línea comercial y mainstream había llegado a los hogares tan rápido, siendo que a priori, contaba con potencial para hacer un dividendo en el box office global. Debo decir, primero, que cada vez que veo a The Rock, me envuelve una sensación de incomodidad, porque no logro encontrarle el tono a sus últimos personajes. Sus líneas son básicas, no tiene química con nadie y excepto en contadas oportunidades, carece de diversidad de registro para la interpretación. Sí, ya se, Vin Diesel es peor. Bueno, no me acostumbro. Ustedes sabrán disculpar. Johnson vuelve a convocar a un amigo para rodar, y en este caso se trata de Rawson Marshall Thurber, con quien hizo tándem en «Skyscraper», detrás de cámaras. Con el visto bueno de los productores, se sumó posteriormente al proyecto a dos grandes figuras de la industria actual, Ryan Reynolds y Gal Gadot, apostando a que su popularidad sea suficiente para garantizar calidad, cosa que desgraciadamente, no sucedió. Pero…¿De qué va «Red notice»? La trama presenta a dos ladrones de joyas y obras de arte, que se enfrentan por la obtención de una serie de tres «huevos egipcios», posesión nada menos que de la glamorosa Cleopatra allá a lo lejos y hace tiempo. Al parecer, Dwayne (John, un investigador) quiere poner tras las rejas a Booth (Reynolds), porque cree que podría llegar hasta «el Alfil»(Gadot), figura prominente del crimen y con un trabajo bien hecho, ambos ladrones terminarían en la cárcel. Lo que vendrá entonces, es una serie de pequeñas historias cortas, en distintas ciudades, donde los forzados compañeros tratarán de resolver los problemas derivados de la acción de esta búsqueda de las joyas, mientras lidian con problemas derivados de su forzosa actualidad. Ya se imaginarán, Reynolds en modo «Reynolds», haciendo bromas a reglamento, la seducción embriagante de Gadot, cada vez más segura y ofreciendo confirmación explícita de su rango de súper estrella y Johnson… bueno, también en modo «ídem», haciendo lo que mejor sabe y más le gusta, se ve… La cinta funciona porque la familiaridad y cierta dosis de humor de «pals», logran sostener en la primera parte la atención. Una vez que las piezas están dispuestas, hay menos sorpresas y el relato transcurre en forma más convencional. El guión intenta de a ratos alguna vuelta de tuerca, pero todos son arrestos discretos, que no logran impulsar la calidad de lo que estamos viendo. Como nota de color, uno de los escenarios presentados (recorren varios países), está estructurado en estudio, lo cual, para nosotros en particular, nos hace preguntarnos… ¿no podía haberse cambiado el destino?¿el presupuesto no daba para otro viaje más? Sorprende y seguramente se harán ustedes, preguntas similares. En cuanto al valor de la propuesta, es un film sin demasiadas aspiraciones más que entretener y ser vehículo para el lucimiento de la habilidad especial de cada protagonista. Es decir, en ese sentido no encontrarán nada nuevo aquí y libra por libra, quizás podría esperarse más para una película cuyo presupuesto es de 200 millones de dólares. Entiendo que aquí hay una especie de cross-over entre las viejas aventuras de Indiana Jones, algo de «National Treasure» (con Nicholas Cage, si no la recuerdan) y cualquier cinta de ladrones de guante blanco que recuerdes (por ejemplo «The Thomas Crown affair» aunque hay muchos más). Lo cual no implica que el resultado sea satisfactorio. No sorprende, «Red notice». Seguramente ese equipo podía hacer una cinta más intensa y atractiva que la que verán. Pero está bien, un poco por debajo de lo esperable, cumple.
El entretenimiento más caro de Netflix mezcla la acción con la comedia Dwayne Johnson, Ryan Reynolds y Gal Gadot conforman el trío protagónico de "Alerta Roja" (Red Notice, 2021) una película con una historia vista un millón de veces, pero, que, en este caso, funciona como la maquinaria de un reloj suizo y, además entretiene. Rawson Marshall Thurber dirige la hasta ahora más cara producción original de Netflix, con un presupuesto estimado de unos 200 millones de dólares. Una mezcla de sagas como La gran estafa, Jason Bourne, Misión Imposible, James Bond e Indiana Jones. Incluso tiene una escena de baile copiada directamente de Mentiras verdaderas (True Lies, 1994). De original, poco y nada. De entretenimiento, mucho. Cuando Interpol envía una "alerta roja", significa que toda la policía del mundo debe estar atenta para capturar a los criminales más peligrosos del momento. A partir de esta premisa la historia gira en torno a John Hartley (Dwayne Johnson), un agente del FBI obsesionado con atrapar a los dos ladrones de arte más buscados por Interpol: Nolan Booth (Ryan Reynolds), y el Alfil (Gal Gadot), un giño a Gambito de Dama, quienes planean, por separado, robar los tres huevos de oro que Marco Antonio le regalo a Cleopatra para vendérselos a un excéntrico millonario egipcio que se los quiere entregar a su hija Cleopatra como regalo de bodas. Así la trama nos transporta por el robo de un museo en Roma. Una persecución en Bali. Una fuga carcelaria en Siberia. Una fiesta de disfraces y una corrida de toros en Valencia. Un casamiento en El Cairo (con Ed Sheeran cantando entre los invitados) Y sí, Argentina incluida con la búsqueda de un tesoro nazi en las Cataratas del Iguazú. Marshall Thurber toma elementos de las películas de robos y aventuras y se burla de todos esos lugares comunes a los que él también recurre. Lo importante no es que el público crea que lo que ve es real, sino que acepte lo inverosímil y disfrute de él. En ese sentido, Alerta roja, que en gran parte funciona por el carisma de sus estrellas, no por sus virtudes actorales, es un tren bala que transita sin complicaciones argumentales y donde el espectador no quiere bajarse en ninguna de sus estaciones.
Una vez más, Netflix prendió la máquina de hacer chorizos taquilleros Netflix empieza a despedirse del año con Alerta Roja, mega producción con grandes estrellas de Hollywood y no muchos más atributos. Si aspira a demasiado, saldrá visiblemente defraudado. Netflix empieza a despedir un 2021 cargado de películas originales con Alerta Roja, mega producción que reúne a Dwayne "The Rock" Johnson, Gal Gadot y Ryan Reynolds, tres de los actores más buscados de Hollywood, en un filme de súper acción tan entretenido como fácilmente olvidable. Grandes tomas de acción ligera y emocionante, enfrascadas en un guión líquido. La fórmula perfecta para producir éxitos palomiteros. El agente de perfiles del FBI John Hartley (Johnson) e Interpol se han unido para encontrar a dos infames ladrones de arte (Gadot y Reynolds) antes de que cometan el robo del tercer huevo de Cleopatra, una joya de valor invaluable que fue regalo para Cleopatra de Mark Antony el día de su boda. Después de su muerte, los huevos se esparcieron por todo el mundo, pero ahora The Bishop (Gadot) tiene el primer huevo. Nolan (Reynolds) tuvo el segundo hasta que Hartley lo atrapó. La celebración es de corta duración ya que Hartley es incriminado por ayudar a Booth a robar el huevo, y ambos son enviados a prisión en Rusia. De ahí en más las casi dos horas de Alerta Roja afirman sus raíces en terreno seguro para Dwayne "The Rock" Johnson: acción desenfrenada, buenas escenas de pelea y aventuras para toda la familia. Los personajes de Alerta Roja son superficiales y los actores no destacan precisamente por sus atributos en el oficio. Aún así, la historia se sostiene por las tres mega estrellas, remadores profesionales que se cargan al hombro una película para espectadores no pretenciosos que busquen desconectarse por un rato de la actualidad y los problemas que nos aquejan en la vida diaria. No se dejen engañar: es solo otra gran película de Netflix, pomposa y de grandes fuegos artificiales que se perderá en la mente y se irá muy pronto de ella. Para pasar el rato, cumple. Si aspira a demasiado, saldrá visiblemente defraudado.
Qué dilema hablar de un producto tan, pero tan malo como Red Notice, película ultra liviana y tediosa que de tanta mezcolanza de géneros, chistes inoportunos que intentan romper el hielo y personajes que parecen salidos de otras películas parece una de esas bebidas energéticas donde meten todo tipo de porquerías en la procesadora y que adquieren un color y textura extraños. Acá hay de todo: acción, aventuras, comedia, thriller. Hay una gran cantidad y abuso de los efectos digitales que no ayudan mucho a una película que intenta ser muy física (por las corridas, trompadas, patadas y persecuciones) y que ni siquiera representa un goce para aquel que disfruta el espectáculo a la vieja escuela. El cine y los videojuegos van de la mano con el correr de los años. El relato gira en torno a un ladrón experimentado, Nolan Booth (interpretado por Reynolds), un tipo inteligente que además anda dando brincos como un canguro en medio de peleas y persecuciones varias. Un día se manda el robo del siglo pero como quien está detrás es John Hartley, agente de INTERPOL (Dwayne “La Roca” Johnson), podemos adivinar que las cosas no saldrán cómo estaban planeadas. Nolan es atrapado por robar de un museo uno de los tres huevos que pertenecían a Cleopatra, un tesoro milenario casi invaluable. Nolan, más allá de su intachable currículum, es un ególatra que se proclama el mejor ladrón o estafador del mundo, sin reparar que tras sus pasos se encuentra Sarah Black (Gal Gadot), ladrona de arte que intentará apoderarse del motín a toda costa y que amenaza con arruinar la reputación de Booth. Para eso forjará una trampa que involucra a Hartley en el robo como cómplice de Nolan. Hartley entonces deberá intentar limpiar su nombre a como dé lugar mientras sortea junto a Nolan un sinfín de problemas. Ambos serán aliados en contra de su voluntad y a partir de las circunstancias. Primero dejemos en claro lo siguiente: que alguien le avise a Ryan Reynolds que esto no es Deadpool. Esa verborragia humorística que no deja un solo minuto en silencio para descansar el oído del espectador no es graciosa. No ayuda que además explique los chistes, mal de los tiempos que corren en el cine y gran cantidad de series: subrayar cada acción, situación y en este caso, gags. Netflix cree que el espectador es medio salame y necesita que todo esté servido en bandeja. A La Roca lo bancamos porque nos cae simpático, sí, pero acá hace otra vez de La Roca: no pedimos que sea Marlon Brando pero cuando quiere o pone más ganas logra salir más airoso. Sin ir más lejos, en esa gran película de acción que fue Skyscraper, su padre de familia sin una gamba estaba bastante bien, aún con sus limitaciones y clichés. Gal Gadot no hace de Mujer Maravilla pero sí del nuevo estereotipo femenino de “soy canchera, todo me sale bien, cago a palos a todos y además soy linda”. Obvio, una mujer poco agraciada no va a compartir con estos divos. En definitiva, ninguno de los personajes es interesante o (fuera de su aspecto físico) atractivo, pese al carisma que puedan o no tener estas estrellas. Red Notice es una película obvia, que intenta ser endemoniadamente divertida y paradójicamente, termina aburriendo. Aburre que desde los primeros minutos siempre sorteen todo tipo de peligros y no haya una sensación de riesgo latente y palpable: sí, sabemos que se van a salvar (principalmente por el tono de la película) pero aun así el peligro tiene que ser vertiginoso y el espectador debe sentir ese vértigo, ante todo porque debemos sentir empatía por los personajes. La acción debe estar segregada en partes específicas y cada tanto relajar al espectador para que cada secuencia en la que lo espectacular tenga protagonismo alcance picos altos y de tensión. Red Notice no entiende esto. Hasta esa obra maestra de la acción desmedida que es Mad Max: Fury Road tiene instantes en que las explosiones y persecuciones se toman su descanso. Acá la irresponsabilidad está mal jugada, porque hasta el cine que tira todo por la ventana debe estar bien contado. Aburren también los chistes constantes y repetitivos, la canchereada fácil por parte de los protagonistas. Se confunde esto último con carisma. La trama en sí es un pastiche que no puede sostener ninguno de los géneros a los que alude, principalmente la acción, que se torna reiterativa no solo dentro de su universo. Esto James Cameron lo filmó diez o veinte veces mejor en True Lies hace casi treinta años. Una comedia de súper acción que se disfrazaba de uno o varios géneros para hablar de los problemas maritales en la vida de un agente ultra secreto. Claro que Rawson Marshall Thurber, director de este bodrio, no es James Cameron, aunque hizo esa gran película de 2018 antes mencionada, llamada Skyscraper: en ella había súper acción e irresponsabilidad pero también buenos personajes y una gran sensación de riesgo y tensión desde el minuto cero. En Red Notice abundan las referencias cinéfilas innecesarias, como si eso pudiera despertar cierto cariño en algunos espectadores y sumar puntos, sin saber que es una moda pasajera que, esperemos, se termine pronto y que irónicamente aniquila cada vez más el cine actual: al nombrarlas extrañamos varias de esas películas de antaño, teniendo enfrente semejantes adefesios.
Se estrenó en cines y en Netflix la esperada película de acción “ALERTA ROJA”, con las explosivas interpretaciones de Gal Gadot, Dwayne Johnson y Ryan Reynolds. ¡Advertencia, véanla! El film trata sobre una competencia interminable entre dos ladrones (Gadot, Reynolds) por la posesión de tres reliquias egipcias muy valiosas y antiguas, y, además, la persecución por parte de un agente del FBI (Johnson), que trabaja en conjunto con la Interpol y los persigue por todo el globo. El mayor valor de entregar estos tesoros a una familia rica de Egipto no serían los objetos en sí, sino el hecho de que estuvieran juntos, reunidos por primera vez en mil años. Es una típica película de robos y persecuciones, con algunos giros “inesperados”, totalmente esperados. ¿Funciona? Totalmente; la película es un manual de cómo usar clichés para que sirvan a la historia y la enriquezcan, en vez de degradarla. Sin embargo, ver tantos recursos narrativos ya vistos, agolpados nuevamente, esforzándose en agradar, impactar y convencer, se siente muy manipulador para el espectador. La mezcla de referencias y giros suman al perfil pochoclero de la pieza audiovisual. Los tres actores tienen una dinámica grupal muy interesante que enriquece la forma de contar la historia. Más allá de un guion algo obvio, predecible y sobre-explicativo, las interpretaciones ayudan a que nos involucremos, nos atraen, ya que tienen una gran química en pantalla. Sobre todo, hablando de Johnson y Reynolds. Un aspecto sumamente destacable es la calidad del material visual. La cámara está manejada de una forma magistral. La película entera es una clase de cómo captar la atención visualmente, cómo impactar mediante contrastes y colores, cómo enfocar los coreografiados movimientos de los actores. Más allá de que las escenas de lucha cuerpo a cuerpo no cuentan con una edición y montaje que ayude a construir su credibilidad, la fotografía es impecable, la producción y habilidad técnica con respecto al desarrollo en pantalla de la historia son los puntos fuertes de la película. Otro aspecto destacable de la trama es que recorre todo el mundo. Muestra diferentes paisajes, viaja por Europa, África, América del Sur, de una forma sumamente atractiva e inusual para una producción destinada a plataforma de streaming, que, por lo general, suelen contar con imágenes optimizadas para pantallas más pequeñas, planos más cercanos, y tomas de cámara que sean disfrutables en un celular o tablet. Advertencia: es una película sumamente superficial, sin ningún tipo de análisis ni profundidad. Pochoclera y familiar, es perfecta para verla sin prestarle demasiada atención. Para ser lo que es, visualmente es una maravilla, y súper divertida. En mi opinión personal, disfruté muchísimo de la performance de Ryan Reynolds y la presencia de Gal Gadot como femme fatale. Por Carole Sang
Un guiño desprejuiciado a los clásicos de acción Netflix sigue apostando fuerte. Una de sus últimas apuestas es “Alerta roja”, protagonizada por Dwayne Johnson, Gal Gadot, Ryan Reynolds, tres actores surgidos del mismísimo corazón de Hollywood y protagonistas de muchas de las películas más taquilleras de los últimos años. El título hace referencia a las alarmas internacionales que dispara Interpol para investigar y perseguir criminales. En este caso el trabajo está a cargo de John Hurtley (Johnson), el mejor perfilador de la agencia que debe ir tras los pasos de Nolan Booth (Reynolds), uno de los dos ladrones de obras de arte del mundo del mundo. En el medio aparece la competencia de Booth, conocida como “The Bishop” (Gadot), que intenta quedarse con un preciado botín, un objeto que perteneció a Cleopatra y que fue robado por los nazis. Aunque la trama produce un constante déja vu por las semejanzas con tanques de la industria, ese aspecto de patchwork cinematográfico funciona. Y lo logra en parte a esas descaradas similitudes que no intenta ocultar, ayudado por un trío de protagonistas que hacen exactamente lo que se espera de ellos. Johnson -literalmente es una roca actuando-, Gadot -inexpresiva pero súper sexy-, y Reynolds que salva las escenas con humor y desparpajo mientras juega con las ambigüedades sexuales que le regaló el guión. Cuando aparecen referencias a otras películas -en este caso se destacan dos: la saga de “Indiana Jones” y “Misión imposible- suele decirse que son homenajes. En este caso ese “homenaje” tiene un espíritu juguetón, con un guión inverosímil y atrevidos comentarios homoeróticos del personaje de Reynolds al de Johnson. El director Rawson Marshall Thurber también cumple con lo que se espera de él tal como lo hizo en películas anteriores: pone en escena esa mezcla de acción, humor absurdo, suspenso y alguna supuesta referencia histórica, como cuando una de las escenas transcurre en Argentina donde el trío llega tras la pista del tesoro nazi escondido en la selva misionera.
Más bellos que ladrones El carisma de Dwayne Johnson, Ryan Reynolds y Gal Gadot alcanza para tapar ciertas carencias de la nueva película del director de Dodgeball. ¿De qué va? Cuando la Interpol envía una «Alerta roja», significa que los departamentos de Policía de todo el mundo deben estar alerta para capturar a los criminales más buscados. Todas las alarmas saltan cuando un temerario robo une al mejor agente del FBI con dos criminales rivales entre sí. Una coincidencia que hará que suceda lo impredecible. Alerta Roja, traducción del título del último tanque cinematográfico de Netflix, fue anunciada con bombos y platillos como la producción más costosa de la plataforma con más de 150 millones de dólares de presupuesto y con un trío protagonista taquillero y convocante. Una película de robos, persecuciones y esbeltos ladrones de guante blanco, escrita y dirigida por Rawson Marshall Thurber (Skyscraper, We’re the Millers), quien ya tiene en su haber buenas comedias de enredos y grandilocuentes explosiones. Para estas peripecias, el realizador volvió a convocar al protagonista de su última película, Rascacielos: el musculoso Dwayne Johnson (San Andreas; Hobbs & Shaw) quien interpreta al agente del FBI John Hartley, encargado de perseguir a los ladrones de arte más buscados del mundo, que están en carrera tras unos huevos egipcios tan valiosos como misteriosos. Uno de estos exitosos y hábiles malhechores siempre impecables es Nolan Booth, con un Ryan Reynolds (Deadpool, The Proposal) que va evadiendo trampas y obstáculos mortales sin perder la gracia ni dejar de hacer chistes cada dos parlamentos. Por esas cosas de la trama, la aventura se vuelve una suerte de buddy movie poliladrón cuando Hartley y Booth unen fuerzas para perseguir al Alfil, o «the Bishop«, una deslumbrante Gal Gadot (Wonder Woman; Fast & Furious 6) que con su sola sonrisa se perfila como esas estrellas del Hollywood de antaño, bellas y gráciles, que no son simples damiselas en apuros; por el contrario, esta ladrona encantadora levanta la historia y le da relieve a la pareja masculina que por momentos se vuelve una de esas tantas duplas repetidas de la que ambos actores han sido parte, a pesar de su innegable carisma. Los personajes son bastante trillados, se mantienen siempre en el mismo tono, con diálogos chistosos y exceso de remates, sin dejar de lado sus afilados reflejos y elegancia impoluta para sus correrías, pero más que un punto criticable es una clara intención de la película que remite a otras tantas clásicas. El film busca inscribirse en el género de aventuras y atracos, con lo que además regala varias referencias escondidas y otras tantas explícitas. De Indiana Jones a Tras la Esmeralda Perdida, pasando por la célebre Para atrapar al ladrón de Alfred Hitchcock o esas películas de Steven Soderbergh donde criminales con cierta ética y honor siempre tienen un plan bajo la manga, Red Notice se cubre de homenajes y reminiscencias. La música compuesta por Steve Jablonsky (Skyscraper, Desperate Housewives) acompaña de modo correcto la aventura. Hasta suena «Libertango» del gran Astor Piazzolla para ambientarnos en España, aunque recién más tarde los personajes lleguen circunstancialmente a la Argentina, pero el tango confusamente situado solo es un detalle dentro de una soundtrack simpático y agradable. Que en sí son definiciones que le caben a toda la película, porque a pesar de sentir que ya hemos visto todo lo que pasa, el carisma de sus tres protagonistas puede cubrir ciertas carencias. Incluso aquellas que provocó la coyuntura mundial, dado que parte de la superproducción se vio interrumpida y obstaculizada por la pandemia con lo que muchas locaciones internacionales en las que se preveía filmar in situ debieron ser reducidas a grabaciones en estudio con mucho croma y fx, lo que devaluó la híper producción que se planeaba. Sin embargo, no deja de ser una entrenida y pochoclera película de aventuras con un trío que deleita la vista y tiene oficio para seducirnos y a los que queremos acompañar hasta el final de sus hazañas aún cuando los giros de la trama no sorprendan demasiado. Gadot despliega su belleza, Reynolds con su timing para la comedia y Johnson como la siempre rendidora «Roca» son suficientes como para disfrutar un film que, si bien no será la obra magistral de su género, cumple los requisitos para complacer a un público ávido de persecuciones, atracos y estafadores de buen corazón, todo con resplandeciente glamour. Marshall Thurber complementa su trabajo en la dirección de esta producción lujosa y muy vistosa con un guion correcto y oportuno. El resultado final quizás quede un poco grande para salas de cine, pero es recomendable como oferta de streaming para ver en casa. A lo sumo, sentirán que dos horas de sus vidas fueron robadas por los ladrones más lindos del mundo.
En un fenómeno sin igual, "Alerta Roja" se ha convertido en la película más vista de @netflixlat desplazando a 'Bird Box', tras 3 años de reinado. Con un reparto encabezado por figuras convocantes de la actualidad, más una gran campaña publicitaria, no resulta sorpresivo encontrarse con estos resultados. De más está decir que aún tratándose de la producción más cara de la plataforma (200 millones de USD), no hay inversión posible capaz de esconder a un film cuando su guión es completamente deficiente. Cuesta recordar la cantidad de escenarios que se recorren en la película, no hay continente en el que los protagonistas no pongan un pie. En "Alerta Roja" sobran los países, pero lamentablemente, faltan las ideas. • Dwayne "La Roca" Johnson, Gal Gadot y Ryan Reynolds son quienes protagonizan esta historia de robos y persecuciones y quienes, debido a su carisma, venden la película por sí sola. Es que si vamos a la historia, no es que atraiga mucho por sí misma. Un robo de un objeto muy preciado (en este caso los huevos de Cleopatra), ladrones, policías, espías, y por supuesto cientos de giros y contragiros que buscan impactar, rompiendo con cualquier ápice de verosimilitud posible. Si bien es cierto, que 'Alerta Roja' no pretende tomarse muy en serio a sí misma, la realidad es que falla demasiado en cada uno de los episodios en los que explora el 'comic relief'. La búsqueda de construir una suerte de 'buddy movie' entre Reynolds y Johnson resulta totalmente fallida, transformándose en una serie de intervenciones por momentos irritantes. Es tal la superficialidad de todo lo que ocurre en el film, que empatizar en algún aspecto se vuelve una tarea difícil. • Aún con la excesiva utilización del CGI, podría afirmarse que las escenas de acción están correctamente rodadas y representan quizás el único punto rescatable de esta producción. Sabor a poco, cuando el presupuesto es multimillonario y las posibilidades de distribución son ilimitadas. Y aún falta lo peor, ya que seguramente haya 2da parte.