Sorpresas que dan vida. ¿Cuál fue la última sensación que recorrió tu cuerpo? ¿Qué recuerdo tienen de la última vez que sintieron temor, enojo, amor o alegría? ¿Qué pensarían si existiese la posibilidad de jamás volver a sentir alguna emoción? Amor por sorpresa (2015) plantea un escenario donde la comedia se adueña de la tragedia, donde la trama insinúa una introspección propia, y termina siendo mucho más que sólo una película provocadora de risas.
El contrato Amor x sorpresa (De Surprise, 2015) es una comedia romántica nórdica, que surge a partir de una idea interesante y que dispara la acción del relato: ¿qué pasaría si en medio de una decisión drástica uno encuentra el verdadero amor? Así, el film dirigido por el laureado Mike van Diem (Carácter), presenta a dos personajes desesperados, Jacob (Jeroen van Koningsbrugge) y Anne (Georgina Verbaan), quienes acuden a una misteriosa empresa llamada Elysum en la que acordarán su deceso. Elysum es una organización que se encarga de terminar con la vida de personas que no pueden hacerlo por sí mismos: a partir de un contrato se establecen las pautas con las que se matará a cada persona que se acerque y contrate sus servicios. Jacob, ante la inevitable necesidad de finalizar sus días, acude al lugar para ver si pueden ayudarlo a terminar con el tedio por la reciente partida de su madre y por la imposible asistencia de los cientos de empleados que posee en la mansión que acaba de heredar. Mientras aguarda que su fin llegue, conoce a Anne, una mujer que en apariencia también está buscando una salida a su dramática situación. Jacob y Anne comenzarán a conocerse, pero siendo conscientes que a ambos pronto la muerte le llegará, por lo que el compromiso no existirá y sí la sola idea de disfrutar hasta el último momento. Y en ese punto es en donde la película pierde solidez, porque al querer justificar una historia de amor, deja de lado su costado más simpático y cínico, cercano a la comedia negra, inclinándose por querer forjar un relato clásico de amor entre dos seres desesperados e incompatibles. Cuando el guión se detiene en el detalle exhaustivo de los personajes, su entorno, y los empleados de Elysum, Amor x sorpresa gana en solidez y en su capacidad por forjar un relato que acerca al film a clásicos de la comedia de enredos y el policial más bizarro. Pero cuando quiere explorar en profundidad el romanticismo, más allá de la cuidad producción y puesta en imágenes, cae en lugares comunes y clichés que alejan a la historia de su esencia y potencia. Amor x sorpresa vuela cuando, por ejemplo, intenta reflejar en imágenes el agobio de Jacob y sus infructuosos intentos de matarse, y choca consigo misma cuando utiliza el baile, por citar sólo un punto, como tema narrativo unificador de las penosas historias de ambos. Si el guión de Mike van Diem, Karen van Holst, tenía un potente punto de partida y posibilidad de desarrollo, la historia final termina por opacar ese destello original, llenando de convencionalismo al relato y terminando por hacer naufragar a una película que podría haber tenido otro tono y otra resolución.
¡Matame que me gusta! Tras la muerte de su madre, el apático millonario Jacob van Zuylen de With (Jeroen van Koningsbrugge) tomará la drástica decisión de vender todos sus bienes y terminar con su vida. Tras una serie de intentos de suicidio cómicamente frustrados, el protagonista encontrará una agencia secreta en la cual, mediante un contrato irrompible, elegirá ser asesinado en cualquier momento o lugar sin saber la forma en la que sera llevado a cabo su ansiado final. Al momento de elegir su féretro, el personaje carente de emociones, conocerá a otra desgraciada clienta de la empresa, la joven Anne De Koning (Georgina Verbaan). Ambos serán victimas del amor a primera vista, haciendo que se cuestionen la irreversible decisión de quererse morir sea como sea. Esta simpatiquisima comedia negra, marca el esperado regreso del cineasta Mike Van Diem, ganador del premio Oscar por ‘Carácter’. Basada en el cuento corto de H. J. Schönfeld, esta película cuenta con los mas deliciosos elementos del cine europeo entrelazados con un argumento interesante y poco convencional. “Amor x sorpresa” cuenta con algo que no todos tienen… un gran manejo de las escenas silenciosas, algunos de los mejores chistes o momentos de la historia son mediante miradas o gestos. Si bien el tercer acto es un tanto extenso y con un cambio de ritmo muy repentino (compuesto por un plot twist que no me termino de cerrar), las transiciones del proyecto son perfectas. A esto se le suma una excelente fotografía y dirección, ya que cuenta con unos planos fantásticos, muy al clásico estilo del cine europeo. Los personajes son pintorescos e interesantes, un trabajo actoral indudablemente genial de todo el reparto, en especial el de Jan Cleir como Cornald Muller, encargado del mantenimiento de la enorme finca del acomplejado protagonista y responsable de uno de los momentos mas especiales de la cinta. El drama y la comedia están nivelados al punto de conciliar ambos aspectos de forma bastante ligera. Lo que no quiere decir que el mensaje de la película sea pobre, sino todo lo contrario. Puede que el guión no nos haga reír a carcajada limpia, ni tampoco nos haga llorar a cántaros, pero la autenticidad de su contenido es indudable. El concepto de ‘La Sorpresa’ (forma de morir que eligen la pareja protagonista) es, a pesar de contar con un desenlace disparatado y repentino, una metáfora poderosa y contundente,. En resumen, “Amor x Sorpresa” es una película carismática. La gracia y la fuerte personalidad del film, opaca todo desperfecto argumental que se le pueda encontrar. Si disfrutan del cine disfuncional o del cine europeo, les recomiendo al 100% esta comedia negra con una hermosa pizca de romance.
Mientras que la gran industria sucumbía ante los efectos de Cameron y su Titanic arrasador alrededor del mundo; en el mismo año, otra película se convertía en objeto de culto inmediato tras alzarse como la gran ganadora del Oscar a la Mejor Película en Idioma Extranjero, hablamos de Carácter, de Mike Van Diem. Casi veinte años tuvimos que esperar para ver el próximo opus de su director, dedicado en el medio al servicio publicitario. Vale aclara, Amor por Sorpresa se presenta como un producto bien diferente de aquella ópera prima. Mezcla de comedia negra y romántica, algunas similitudes inmediatas pueden encontrarse en Buscando un amigo para el fin del mundo y el estilo de ciertas comedias francesas sofisticadas. La premisa es original; Jacob (Jeroen van Koningsbrugge) decide terminar con su vida, no puede soportar el dolor por la pérdida de su madre, y pese a haber heredado una mansión, todo es oscuro según su visión, nada lo contenta. Tras algunos intentos personales fallidos, acuda a una empresa, Elysium, que brinda el servicio de acabar con la vida de sus clientes mediante determinadas pautas. Sin mayores inconvenientes morales, todo sería “normal”, de no ser porque en el medio, Jacob conoce a Anne (Georgina Verbaan), una mujer que firmó un contrato con la misma empresa, y se enamoran. De este modo, el guion, basado en una historia corta del escritor Belcampo, realiza una bisagra. Con un inicio propio del disparate y la comedia negra, aunque delicada, luego del enamoramiento y de la imposibilidad de quebrantar el arreglo con un cumplimiento seguro pero incierto en cuanto al plazo, se da paso a una historia más típica en la que ambos persones deciden sacarle el mayor provecho a lo que les quede de vida, claramente algo no tan original. De todos modos, cierto cinismo e ironía nunca es del todo abandonado, y cuando recurre a él vuelve a brillar. Probado en el melodrama con su anterior film, Van Diem rehúsa de cualquier golpe bajo; al momento de exponer las tragedias de sus protagonistas lo hace con liviandad y gracia; lo mismo podría decirse a la hora de encarar el asunto de la muerte. Habrá escenas específicas para el drama y para la reflexión de su planteo vital, pero nunca en grado de maniqueo. Hay un cierto margen para la corrección formal y el buen gusto, propio de la comedia europea más clásica (olvídense del corrosivo humor inglés). Esta co-producción entre Holanda- Bélgica-Alemania-Irlanda decide ir por los caminos leves y esbozar sonrisas antes que producir fuertes carcajadas. van Koningsbrugge y Verbaan logran buena química entre los dos y apuntalan la situación cuando tiende a caer. Ambos parecieran tener pasta para la comedia y el director logra sacarles un buen timing. Hay también un interesante trabajo en el desarrollo de los secundarios para rodear a la pareja. Los empleados de Elysium y los de la mansión de Jacob tendrán buenas características proclives a la comedia y sus intérpretes saben aprovecharlas. Sin grandes logros, ni demasiados artilugios, Amor por sorpresa entrega un producto noble, distintivo, y que se ubica un poco más arriba de la media que nos llega corrientemente desde los EE.UU. con una fórmula armada y gastada. Quizás lo que permita que se mantenga arriba sea su planteo y su tratamiento, cuando las puertas al melodrama estaban abiertas de par en par, Van Diem y su Co-Guionista Karen Van Holst Pellekan plantean los mismos conflictos, pero con una sonrisa en la cara. De más está decir que también elude ciertos lugares comunes de la comedia romántica hollywoodense actual. Amable, mantiene un inicio que no lo sostiene, no llega a profundizar en pos de quedarse en el terreno más tradicional y conocido, y, aun así, en esa media tinta el resultado no deja de ser satisfactorio nunca. Es en la estética donde Van Diem demuestra que ha pasado sus últimos años en el ámbito publicitario. Siempre prolija, cuidada, con una fotografía de colores amalgamados y brillantes, es también desde esa postura un trabajo formal. No quedará en el recuerdo eterno, no arrasará con premios, ni posiblemente pase a integrar una lista de cuto, pero Amor por accidente cumple su objetivo de entretenimiento y lo hace con armas loables dejando en el medio varios apuntes interesantes. Con eso le alcanza.
Publicada en edición impresa.
LA MUERTE LES SIENTA BIEN Una comedia romántica con mucho humor negro y una artificiosidad que subraya el delirio. Esta dirigida y escrita por Mike Van Diem, un ganador del Oscar por su film “Carácter”. Aquí todo tiene un toque absurdo, enredado. Delirante, un marco donde el romance nace anticonvencional. Un supermillonario, apenas muere su madre, decide contratar los servicios de una empresa que se encarga de matar a sus clientes, según sus pedidos minuciosos. Cuando está buscando el ataúd que contendrá sus restos conoce a una chica que se presenta como una clienta más. Y a partir de allí, con eficacia crece este romance mortuorio con vueltas de tuerca de un argumento que hacia el final pierde un poco de eficacia. Es una producción donde intervienen Holanda, Bélgica, Alemania e Irlanda. Un poco de humor distinto y bienvenido.
En Amor x sorpresa hay un muchacho rico que quiere morir Terminar con la existencia y prepararse para una muerte digna son elementos que sufren muchos seres cuando ya no tienen razón para existir. Esto es, precisamente, lo que le ocurre a Jacob, un multimillonario que habita una lujosa mansión y está rodeado por decenas de sirvientes. Cuando muere su madre, ya cree que nada tiene sentido pues todo su micromundo se desbarranca, ya que ni siquiera el amor pasional se le ha acercado nunca. Bien pronto todo este andamiaje toma el camino de la más divertida farsa cuando Jacob comienza a preparar sus días finales, y así se dedica con ahínco a elegir el ataúd en el que descansarán sus restos. Pero en la funeraria conoce a una hermosa joven, de la que se enamora y que probablemente tuerza sus planes. En torno de estas aventuras y desventuras el director holandés Mike van Diem, quien en 1997 ganó el Oscar a la mejor película extranjera por Carácter, elaboró una entretenida y divertida secuela de escenas. Dentro del género de comedia romántica, Amor x sorpresa posee todos los atributos para insertarse con simpatía en sus dos personajes centrales, y el saldo es un entramado a la vez cálido y humorístico apoyado con indudable calidad por Jeroen van Koningsbrugge y Georgina Verbban como esa pareja que, a través del amor, olvida sus deseos mortales. Un elenco dispuesto con entusiasmo a acompañar a los protagonistas en este ir y venir entre persecuciones, engaños y secretos y unos rubros técnicos de gran calidad suman puntos a esta trama concebida con inteligencia y pericia para delicia de los espectadores. Lo que no es poco.
Muero de amor Es una comedia sofisticada, que tiene un timing que envidiarían muchos directores de sitcoms. Con dos películas dirigidas en los últimos 18 años (la anterior es Carácter, 1997, Oscar al mejor filme hablado en idioma extranjero el año en que lo único que en la ceremonia se escuchaba era Titanic) no podría decirse del holandés Mike van Diem que sea un realizador ducho. Pero lo cierto es que Amor por sorpresa no sólo es una rareza por su origen (¿cuántas comedias de los Países Bajos ha visto el lector estrenarse en la Argentina?) sino porque tiene un timing que envidiarían muchos directores de sitcom de media hora. La trama es básica y sencilla. Jacob (Jeroen van Koningsbrugge) es heredero de una fortuna, vive con su madre en una tremenda mansión, tiene decenas de autos pero bien dicen que el dinero no hace a la felicidad. Así que cuando su madre muere, decide desprenderse de todo, hasta de su vida. Como los intentos de suicidio son vanos (esto es una comedia), apela a los servicios de una compañía para que lo pase a mejor (para él) vida. En el contrato se especifica que será por sorpresa y que una vez que lo firme, no podrá echarse atrás. El asunto es que mientras está eligiendo su propio ataúd, conoce a Anne (Georgina Verbaan), que está allí por el mismo motivo. La atracción es casi instantánea, y Jacob no sólo ya no quiere morir, sino que planea escapar con su amada. Este tipo de películas se sostienen o, mejor, son agradables y da placer verlas a medida que el espectador va conociendo a los personajes, estos van creciendo al mostrarse y, por supuesto, los diálogos tienen la chispa y la gracia necesarias. Todo esto se cumple en Amor por sorpresa. También la inesperada vuelta de tuerca (no me vengan con que se la veían venir...) y las actuaciones. Porque el filme reposa en los protagonistas, sus expresiones, pensamientos y cambios de humor para que el público salga de la sala con una sonrisa y recuerde -o piense por una vez- que también hay un cine entretenido y hecho con talento que se hace lejos de Hollywood. Lástima que llegue tan poco.
El holandés rico que tiene tristeza El film relata la historia de un millonario que contrata un servicio para que lo maten, pero se arrepiente. Comedia negra con aire romántico en su primera parte, comedia romántica con trasfondo negro en la segunda, comedia ligera en general, y no diremos cómo termina, esta película holandesa cuenta la irónica peripecia de un tipo forrado en plata pero aburrido de no sentir nada. Es el vacío existencial en persona. ¿Para qué vivir? Decide matarse. Pero de pronto se enamora de una chica. Y ella se enamora de él. ¿Para qué matarse, entonces? El problema es que, justo antes de conocerla, él contrató los servicios de una agencia de "muerte asistida", algo así como "Usted pone el cuerpo, nosotros le damos un buen final". Opción: "de sorpresa". "Y no le devolvemos el dinero". La chica lo entiende: ella también contrató el mismo servicio. Ahora sólo les queda disfrutar de la poca o suficiente vida que les queda, mientras se las ingenian para escapar de las "sorpresas". Entretanto, el público disfruta con la simpatía de los intérpretes, el ingenio del guión y de los diálogos, la belleza de una elegante serie de lugares, pilchas, autos y demás muebles e inmuebles, la buena mano del director para hacernos mantener la sonrisa casi a todo lo largo, y la moraleja que va surgiendo de la trama. El director es Mike van Diem, una autoridad del cine publicitario que en toda su vida sólo hizo un mediometraje y un largo: "Carácter". Y con ese solo largo se ganó el Oscar. Los intérpretes, Jeroen van Koningsbrugge, Georgina Verbaan, Henry Goodman (el dueño de la empresa de sepelios asegurados) y Jan Declair (el jardinero con algo para decir). Guión de van Diem y Karen van Holst Pellekaan, basado en el cuento "De surprise", del humorista holandés Herman Pieter Schonfeld, alias Belcampo (que eso significa Schonfeld en italiano). Dicho sea de paso y sin mala leche, el asunto trae a la memoria una vieja pieza de Bernard McKenna con Graham Chapman, "The Odd Job", que acá se estrenó como "Haga el favor de matarme". Un tipo, deprimido porque la mujer lo dejó, contrata a un fulano sin trabajo para que lo mate. La mujer vuelve, él se reanima, y el otro, ahora que tiene un trabajo, quiere cumplirlo, no sea que le exijan la devolución del dinero anticipado.
De la mano de un prácticamente desconocido guionista y director Holandés se estrena Amor por sorpresa. Una comedia romántica plagada de humor negro y situaciones tanto graciosas como incómodas, que le dan a este film un lugar diferente al del resto de las películas del género. ¿Y si existiese una empresa que puede encargarse por cuenta de sus clientes de ese engorroso proceso que puede ser el suicidio?. Jacob está cansado de vivir una vida carente de toda emoción para él, por lo cual, apenas fallecida su madre, intenta por varios medios suicidarse, pero todos sus intentos son truncados. Finalmente Jacob se topa de forma casual con una empresa que brinda un servicio único a quien lo pueda pagar: asesinarlo para que el final de su vida llegue. Jacob contrata inmediatamente los servicios, sin saber que en la misma empresa conocerá a Anne, otro cliente que quiere terminar con su vida, y con la que finalmente comenzara a entender los intrincados sentimientos que afloran en la vida de un ser humano. Claro que ambos ya firmaron su contrato y ahora están contra reloj viviendo una historia de amor con caducidad anticipada. Ya desde el comienzo, Amor por sorpresa deja bien en claro que el humor negro va a ser el verdadero protagonista de este relato. Ayudado por un personaje principal que logra volver convincente una expresión de piedra en su rostro, los intentos de suicidio fallidos y la imposibilidad de este multimillonario de encontrar un momento para estar solo y poder terminar con su vida, son al mismo tiempo patéticos y divertidos, muy al estilo del humor inglés, pero con la incorrección política clásica de los directores de comedia europeos. Con un argumento más bien sencillo, este director se da el gusto de poner en juego algunos valores preconcebidos en nuestra sociedad, y hacerlos drásticamente a un lado, mientras se ocupa de lo que las decisiones tomadas generan en los personajes. Jeroen van Koningsbrugge como el insensible Jacob y Georgina Verbaan como la perdida Anne son la pareja protagónica que tiene que encarar el difícil trabajo de volver verosímil un guión siempre al borde de la exageración. La química entre ellos es más que creíble y realmente logran que uno se crea el enamoramiento en una situación tan extrema. La historia de amor en un punto termina tomando demasiado protagonismo, y ahí el director, con una destreza admirable, pone en Jacob la carga de traer lo realmente importante nuevamente a la pantalla. Un punto aparte en la película es el genial elenco secundario, los integrantes de esa empresa misteriosa que harán lo que sea por lograr cumplir con el contrato firmado, volviéndose protagonistas de la parte de comedia física infaltable en el género.
Un hombre que ha firmado un contrato para acabar son su vida conoce a una mujer que hizo lo mismo. Así nace esta comedia romántica negra, capaz de meterse con asuntos tan importantes, y difíciles, como el suicidio asistido, la ausencia o el vacío de la riqueza material sin despegarse de su esencia: una historia de amor distinta. Hay una voluntad evidente de esquivar lo trillado, pero también un convencionalismo de base del que no escapa. De todas formas, consigue divertir, lo que no es poco.
A nuestro protagonistas, que es un multimillonario, Jacob van Zuylen de With (Jeroen van Koningsbrugge) le fallece a su madre, decide desprenderse de todos los bienes materiales y también atenta en varias oportunidades contra su vida pero nada le sale bien. Todo se desarrolla con un tono de comedia negra. Por lo tanto para lograr su deseo contrata una agencia que le dará muerte por sorpresa y no se puede arrepentir., en ese momento justo conoce a Anne de Koning (Georgina Verbaan), quien también tiene la misma meta. Y surge una situación previsible para el espectador porque ellos se enamoran pero contiene una vuelta de tuerca que muchos no se la esperan. Es divertida, con un guión inteligente, diálogos, buenas actuaciones, chispeante y entretenida.
Comedia negra holandesa Pasaron casi veinte años desde que el director holandés Mike Van Diem realizó su última película. Aquel título, Carácter se hizo famosa por habar ganado el Oscar a Mejor película extranjera. Ya en el olvido, aquel film difícilmente entre en la lista de los films fundamentales de la historia del cine y razonable que así sea, por otro lado. Pero a aquel drama pesado le sigue ahora una comedia de humor negro con toques de fantasía. Sin duda es raro ver que luego de una espera tan grande el regreso es para hacer una pieza tan ligera y con tan poca identidad. Ganar el Oscar, como se ve, no es sinónimo de una explosión en la carrera de nadie. El protagonista de esta historia es un millonario que ya no encuentra motivos para vivir y decide suicidarse. Como encuentra esta tarea demasiado complicada, termina contratando los servicios de una muy prolija empresa encargada de terminar con la vida de las personas que lo solicitan. Dicho final no es conocido por el que contrata y puede ocurrir en cualquier momento. Cualquiera puede adivinar que al contratar este servicio que no puede cancelarse, el protagonista del film se arrepentirá. Enamorado de una joven, quiere retroceder sobre sus pasos pero la empresa se niega rotundamente. Filmada con prolijidad, pero con muy poco estilo, la comedia no pasa ni por un momento la barrera de la más pulcra mediocridad. La originalidad de no venir de los países habituales se agota en unos pocos minutos y luego se trata de un completamente trillado guión, sin sorpresas ni sobresaltos y alargado para convertirse en algo más que un ingenioso chiste. Si olvidamos que el director esperó casi dos décadas para regresar con esto, podríamos pensar que estamos frente a un título adocenado de esos que cubren cómo pueden los baches de una abultada programación de cable. Si quieren ver una comedia con gusto a poco pero hablada en holandés, tal vez esta sea la única oportunidad en el año de escuchar dicho idioma en cine.
Hace mucho tiempo que no veía una película romántica que me dieran ganas de recomendarla con entusiasmo. El último caso donde me ocurrió algo similar fue con In Your Eyes (2014), una joyita independiente producida por Joss Weddon (Los vengadores), que lamentablemente no se estrenó en los cines. Amor por sorpresa es una genial producción de Holanda que presenta una propuesta romántica plagada de humor negro. Una combinación que no suele ser usual en este de tipo de relatos. El film representó el regreso al cine del director Mark van Diem, quien ganó un premio Oscar en 1997 por el drama Carácter, y desde entonces no volvió a gestar otros proyectos. Como se puede apreciar claramente en la sinopsis, la trama es muy atractiva y gira en torno a una compañía que les ofrece a los suicidas una muerte segura. El cliente puede eligir el modo en que desea acabar con su vida, ya sea un accidente o un asesinato, y ellos se encargan de arreglar los detalles. Un problema para los protagonistas cuando surgen el amor entre ellos y descubren que no pueden revertir el contrato que firmaron. Con esta premisa tan interesante el director van Diem brinda una brillante comedia de enredos que se fusiona con el género policial en la última media hora del film. La química entre los protagonistas, que no son caras conocidas para el público local, y el dominio del humor negro que presenta el director brindaron la combinación perfecta para desarrollar una historia de amor diferente. Los personajes principales están muy bien desarrollados y el espectador puede conectarse emocionalmente con ellos. Dentro de las numerosas situaciones delirantes que vive el protagonista, la transformación que produce en su vida el amor llega a ser emotiva y este es uno de los aspectos más atractivos del conflicto. Si venían decepcionados con las últimas películas románticas que venía ofreciendo la cartelera, especialmente las producciones hollywoodenses, Amor por sorpresa es un gran opción para tener en cuenta.
Azarosa coincidencia: la semana pasada se estrenaba Yo antes de ti, un cuento de hadas aristocrático llegado del país separatista europeo del momento en el que se defendía con una disimulada opulencia el derecho a quitarse la vida. Siete días después llega otra apología de la eutanasia, ya no como cuento sino como una presunta comedia romántica. La prodigalidad es la misma, no así la perspicacia para hacer digerible la irrealidad que une a aquel filme con Amor por sorpresa. En ocasiones, las disparatadas fantasías de los pudientes alcanzan la cúspide de una irremediable estolidez cercana a la idiotez. El insólito argumento: después de que la millonaria madre de Jacob pasa a otro mundo, al único heredero no le bastará para justificar su propia existencia el hecho de habitar en una mansión monárquica de parques y jardines inmensos y de contar con cientos de sirvientes a su disposición. Tras un par de humorísticos intentos de quitarse la vida, remedos de gags, la nostalgia lo llevará a un recinto de su infancia que solía visitar con su padre para contemplar el mar. En ese momento, descubrirá por accidente que existe una empresa dedicada a ayudar a los desesperados a viajar (en primera clase) hacia el otro mundo. Así, en el día en que firmará un contrato irrevocable para acabar con su vida, en el piso tres de la compañía, Jacob conocerá a Anne, la mujer de su vida, otra cliente que ha tomado la misma decisión. Lógicamente se enamorarán, y el problema mutuo consistirá en anular ese pacto, el cual en principio no puede deshacerse. De allí en más, habrá enredos, persecuciones y sorpresas. No todo es lo que parece. Quien recuerde Carácter, la precedente película del realizador holandés Mike van Diem, no encontrará la solemnidad de aquel filme ni su supuesta profundidad psicológica. El tono de autoayuda es lo que aquí predomina, más decisivo que la voluntad humorística que se le quiere impartir a algunas escenas. Hay que decir que el único plano agraciado, una panorámica del océano, depende más de la locación y el buen tino de filmar durante un día nublado, que de alguna idea concreta de puesta en escena. A veces, a los personajes se les da por bailar. Lo bueno es que para eso suena Oblivion de Piazzolla. Debe ser lo mejor de toda la película.
Humor negro: un tipo sin emociones contrata a una organización para que lo mate; encuentra a una chica que ha hecho lo mismo, se enamoran y tienen que empezar a escapar de los profesionales del pasaje al otro mundo. No es precisamente original, aunque no le faltan sorpresas y está diseñada como una comedia de aventuras asordinada que resulta más que simpática en el balance final. Y de paso, casi nunca tenemos cine holandés, así que bien vale.
Jacob, reciente heredero de la fortuna de su madre, la que al parecer además de la gran mansión y la colección de autos, no le ha dejado ganas de sobrevivirla. Por su cuenta Anne, dispuesta a no seguir en esta vida, es una bella joven muy aburrida. Ambos coincidirán en una empresa que se encarga de solucionar inconvenientes de este estilo. Dicha funeraria resuelve los problemas inapelablemente una vez firmado los contratos, será durante ese tramiterío que la pareja se conoce y estallará obviamente el amor. El inconveniente es que el contrato ya esta en marcha y nada se puede hacer para que se detenga la muerte que será sorpresiva, y sin el conocimiento del “cliente”. amorPor lo que los enamorados tendrán que ponerse a resguardo de la loca funeraria y una persecución desopilante. La entonces ya mesa esta servida para una cadena de sketchs inteligentes y bien resueltos. De Mike van Diem el director, hemos conocido en 1997, la extraordinaria y cruel Carácter, Oscar al mejor película en idioma extranjero. Este giro de género, muestra la ductilidad de un director quién tiene una producción escasa y muy difícil de localizar. Una acida comedia que tiene mucho de un gélido amour fou con humor negro y dos protagonistas desahuciados, sin voluntad de vivir .Un buen film para olvidar la realidad sin tanta culpa. AMOR X SORPRESA De Surprise. Holanda/Bélgica-Alemania/Irlanda, 2015. Dirección: Mike van Diem. Guión: Mike van Diem, basado en una historia de Karen van Holst Pellekaan. Fotografía: Rogier Stoffers. Edición: Jessica de Koning. Música: Brian Byrne. Intérpretes: Jeroen van Koningsbrugge, Georgina Verbaan, Jan Decleir, Henry Goodman. Duración: 102 minutos.
La vida y la muerte son temas clásicos de la ficción. Pero la posibilidad de interrumpir la vida mediante una muerte inesperada aunque acordada de antemano de manera profesional, ya es un concepto más extravagante. Es el concepto de Amor por Sorpresa. Jacob (Jeroen van Koningsbrugge) no es un hombre feliz. Desde niño que no demuestra sentimientos, y la muerte de su madre lo lleva a querer ejecutar una decisión tomada: suicidarse. Claro que en su residencia, repleta de servidumbre, se le complica encontrar la privacidad para ahorcarse, dispararse con una escopeta o asfixiarse. Entonces descubre Elysium, una empresa privada que se especializa en lograr que los clientes tengan un buen viaje al otro mundo, utilizando tácticas y momentos que uno puede elegir. Jacob opta por la sorpresa, de manera que el deceso sea inesperado. Minutos después de firmar el contrato, conoce a Anne (Georgina Verbaan), otra aspirante a “viajera”, y la atracción será inmediata. Mientras esperan ser atropellados o algo por el estilo, empezarán a compartir momentos, bailar tango, andar en los carísimos autos del muchacho… El hasta el momento insensible Jacob comienza a sentir apetito por la vida… y ganas de no morir aún, por lo que pide una prórroga a Elysium. No será nada fácil alterar los papeles, así que los recientes enamorados pasarán a estar en problemas que, les guste o no, podrán hacerlos “viajar” cuanto antes. Luego de ganar el Oscar a la Mejor Película Extranjera por Carácter, en 1998, el director holandés Mike van Diem fue tentado por Hollywood. Estuvo cerca de filmar Juego de Espías, que recayó en Tony Scott. Tras una serie de frustraciones, enfocó su talento en los avisos publicitarios. Amor por Sorpresa marca su regreso al largometraje, y con una comedia romántica que, más allá de algunos elementos esperables si esta película se hubiera hecho en los Estados Unidos (golpes, disparos, persecuciones), posee un tono melancólico que la vuelve entrañable. La premisa remite a Al Filo de la Muerte (título argentino de The Game, de David Fincher), a la nacional La Corporación, a cargo de Fabián Forte, con algo de Los Agentes del Destino. Sin embargo, la película de van Diem se sostiene por sí misma, y también es convincente durante las escenas dramáticas. Con una apatía que no esconde ternura, Jeroen van Koningsbrugge hace querible a Jacob. Su inexplicable carisma le sirve para conquistar a Anne y al espectador, como un James Stewart de los Países Bajos. Georgina Verbaan funciona como su complemento ideal, y el resto del elenco no desentona en el código que maneja la película. Amor por Sorpresa no llega a ser una obra maestra y la resolución queda forzada, pero le alcanza para dejar pensando en cómo el amor se puede imponer a la muerte.
Comedia adecuada pero predecible La comedia romántica es, un poco por convención y otro poco por necesidad, el más predecible de los géneros. Pero de ahí a que el propio poster te revele el principal punto de giro de la película ya es otro cantar. Amor por Sorpresa es un título que, a pesar de tener una reflexión inteligente en su tratamiento temático, no deposita tantas risas como uno puede llegar a creer. ¿Cuál es la sorpresa? Jacob, un heredero multimillonario, que desde hace mucho tiempo no expresa sentimiento alguno, pierde a su madre. Al ser está una de las anclas de su vida, decide usar el dinero que le queda para contratar los servicios de una misteriosa firma para que lleve a cabo su propio asesinato. Dicho servicio se llama “La Sorpresa”; no sabrá cuándo o cómo ocurrirá su deceso, simplemente que ocurrirá. No obstante, en el momento que elige su ataúd, termina conociendo a Anne, que ha contratado el mismo servicio y con quien inicia una historia que le hará replantearse, a la larga, la necesidad de lo que ha contratado. Si bien el guion posee buenas intenciones estructurales, un desarrollo de personaje llevado con riqueza, y un desarrollo temático que está presente con sutileza en todas las escenas, debe decirse que el desarrollo narrativo como un todo tiene unas cuantas inconsistencias. Estas contribuyen, a la postre, a que los momentos de humor se reciban más con una risita que con la carcajada que seguramente estaban buscando los realizadores. Una lástima, pues tenían la materia prima para contar una historia excelente. En un párrafo aparte deseo aclarar que si vas a meter una gran revelación sobre uno de los protagonistas que llega pasada la mitad de la película, no la pongas en el poster. Si hay una característica del personaje que está en el poster y esta no se ve en los primeros 10 minutos de película (o en la totalidad del primer acto), estamos hablando de un punto de giro y un cambio crucial en la percepción del personaje que llega con el devenir de la trama, y que el espectador debe ver por sí mismo. Entiendo que el tema de la pistola les puede atraer espectadores que habitualmente no consumen este tipo de cine, pero estarían arruinando su propia sorpresa (cuec!), lo cual hicieron. Por el costado técnico no hay absolutamente nada que criticar, la película cuenta con una enorme riqueza en todos y cada uno de los apartados, particularmente en fotografía y dirección de arte. El aspecto interpretativo esta llevado con decencia y profesionalismo. Conclusión Amor por Sorpresa es una comedia romántica en donde el romance funciona, pero la comedia apenas hace mella a causa de sus inconsistencias narrativas y una predictibilidad que azota al espectador incluso antes de entrar a la sala. El carisma de los protagonistas les puede gustar, y las situaciones cómicas pueden causarles una gracia que a mí personalmente no me llega, pero los baches que posee su historia es lo que la hace, como un todo, un poco difícil de recomendar.
Cambio de planes Amor por sorpresa (The Surprise, 2015) es una película romántica distinta. El director y guionista holandés Mike van Diem, retrata una historia que atrapa desde el comienzo y que atraviesa varios géneros como la comedia negra y la acción. Jacob (Jeroen van Koningsbrugge) es un multimillonario que considera que su vida no tiene sentido, entonces decide contratar una empresa dedicada a terminar con la vida de sus clientes. Pero ese mismo día se enamora posprimera vez. Y la afortunada es Anne (Georgina Verbaan), una joven que también firmó contrato con esa empresa. Lo más interesante es la originalidad del film. Diversos climas se conjugan de forma efectiva, y consolidan un argumento que genera tanto momentos de risas como de emoción. Mike van Diem lleva a la pantalla grande a un personaje querible que bien podría ser analizado en una película de perfil psicológico. Pero son precisamente esos aspectos los que posibilitan la parodia. Como en la mayoría de las comedias, reírse de las problemáticas produce que no parezcan tan terribles. Y en este caso se pone de manifiesto un tema tan crucial como la muerte. Koningsbrugge y Verbaan conforman una linda pareja. Sus actuaciones son buenas y permiten que la historia avance con naturalidad. Amor por sorpresa tiene los condimentos necesarios para que una comedia resulte: un argumento que se sostiene, buenas actuaciones y hermosos escenarios. Diversión asegurada, con un toque de humor negro.