Sobre el militarismo sintético Lo mejor que puede decirse de Bloodshot (2020) es que es más una película de acción tradicional con un dejo de thriller tecnológico que otra basura de superhéroes y aledaños destinada a los oligofrénicos de siempre del público contemporáneo, detalle que por cierto tampoco habla demasiado a su favor porque en sí esta ópera prima de David S.F. Wilson, protagonizada por un Vin Diesel todavía más de madera terciada que de costumbre, es una especie de remake para lelos de la excelente Upgrade (2018) de Leigh Whannell, la cual a su vez era una reinterpretación de aquella primigenia RoboCop (1987) de Paul Verhoeven. La película es por momentos aburrida y está repleta de CGI y cámaras lentas por igual, sin siquiera llegar al nivel de la formalmente similar aunque superior Soldado Universal (Universal Soldier, 1992), con unos jóvenes Jean-Claude Van Damme y Dolph Lundgren. La trama gira alrededor de otro de estos “patriotas” norteamericanos que andan matando árabes en Medio Oriente en nombre del imperio, ahora Ray Garrison (Diesel), quien termina secuestrado por un loquito, Martin Axe (Toby Kebbell), que lo asesina a él y a su interés romántico de turno, Gina DeCarlo (Talulah Riley). Por supuesto que un científico misterioso con un brazo robótico, el Doctor Emil Harting (Guy Pearce), y su mano derecha, la bella KT (Eiza González), lo traen de vuelta a la vida pero en una “versión mejorada”, léase con una fuerza descomunal y con la infaltable capacidad de sanar en unos segundos una y otra vez. No pasa mucho tiempo hasta que el amnésico Garrison, hoy Bloodshot para los amigos, recuerda los pormenores de la muerte de su amada y parte en pos de venganza contra Axe, lo que deriva en una masacre bien pomposa en el interior de un inmenso túnel. El guión de los erráticos Jeff Wadlow y Eric Heisserer sigue al pie de la letra las reglas básicas del formato del militarismo sintético y la manipulación psicológica/ emocional y rápidamente nos revela que todo se trata de una gran mentira para convertir al adalid en cuestión en un sicario al servicio de Harting mediante el implante de recuerdos que no son tales y el condicionamiento para que mate a esta o aquella víctima, haciéndola responsable en la mente del ex soldado de la muerte de Gina. Desde ya que se agradece que en el relato se mantenga este cuestionamiento de fondo contra el poder económico e informático, el mismo de las citadas Upgrade y RoboCop y volcado a señalar que el titiritero maquiavélico suele ser el que se autodenomina “salvador”, sin embargo la película en sí jamás puede levantar cabeza ni escapar de la mediocridad del mainstream pochoclero de nuestros días. En vez de apostar por secuencias de acción un poco más realistas y/ o cercanas a nuestra materialidad cotidiana, Bloodshot abusa del recurso digital en cada escena bombástica y para colmo la profusión de cámaras lentas -ardid aparentemente de cadencia retro- subraya la artificialidad símil videojuegos del asunto (para ser sinceros, existen videojuegos en el mercado actual que superan por mucho al apartado visual de la presente realización). No faltan el cliché del colega psicótico, Jimmy Dalton (Sam Heughan), hoy un militar que perdió sus dos piernas en combate, la presencia cómica de un genio de las computadoras que ayuda al héroe, Wilfred Wigans (Lamorne Morris), ni tampoco el ardid narrativo del secuaz del villano cambiando de bando porque de golpe le “creció” la conciencia, en esta oportunidad una KT que traiciona al personaje de Pearce. Muy lejos de las propuestas a las que trata de imitar y sin terminar de aprovechar los juegos de la memoria a lo Philip K. Dick y El Vengador del Futuro (Total Recall, 1990), el opus nos obliga a contentarnos con detalles placenteros minúsculos como el hecho de que el catalizador de los recuerdos del protagonista no es otro que Psycho Killer, la genial canción de 1977 de Talking Heads…
Adquirido para manipular “Bloodshot” (2020) es una película de ciencia ficción y acción que constituye el debut en la dirección de Dave Wilson. Co-escrita por Jeff Wadlow y Eric Heisserer, la cinta está basada en el personaje homónimo de Valiant Comics. Protagonizada por Vin Diesel, el reparto se completa con Sam Heughan (Outlander), Guy Pearce, Eiza González (Baby driver), Toby Kebbell (Destroyer), Jóhannes Haukur Jóhannesson, Talulah Riley, entre otros. Luego de cumplir una misión del ejército en el exterior, el soldado Ray Garrison (Vin Diesel) regresa (con varias cicatrices nuevas) a los brazos de su amada Gina (Talulah Riley). Sin embargo, la paz no durará mucho ya que Martin Axe (Toby Kebbell) toma como rehén a Gina para que Ray le revele una valiosa información. Con su esposa asesinada, Ray se despertará en un centro de tecnología, sin recordar mucho sobre su pasado. El doctor Emil Harting (Goy Pearce) y KT (Eiza González) le explicarán que él también fue asesinado. Sin embargo, gracias a la ciencia, Ray pudo volver a la vida. Con un cuerpo indestructible y una fuerza descomunal, las pesadillas de Garrison generarán que recuerde qué es lo que le pasó a Gina. De esta manera, Ray escapará del establecimiento con el objetivo de cobrar venganza por lo que le fue arrebatado. Esta nueva película de clase B de superhéroes más que contarnos una historia original resulta un rejunte de otras producciones tales como “X-Men orígenes: Wolverine” (X-Men Origins: Wolverine, 2009), “Ocho minutos antes de morir” (Source code, 2011), “Al filo del mañana” (Edge of tomorrow, 2014) y unas tantas más. Sin que la trama sea novedosa, el guión y las actuaciones tampoco ayudan. Por un lado los diálogos se sienten muy acartonados, no permitiendo explorar a los personajes en profundidad (a uno de ellos se lo utiliza constantemente como comic relief y nunca llega a causar ni siquiera una sonrisa). Por el otro, Vin Diesel en vez de interpretar a este superhéroe pareciera que está haciendo de sí mismo, grave problema teniendo en cuenta que él es el protagonista. Lo mismo sucede con Guy Pearce, al cual le toca ponerse en la piel de un científico que desde el comienzo se parece muchísimo a Curtis Connors, antagonista de “El sorprendente hombre araña” (The Amazing Spider-Man, 2012). Por más que los giros narrativos ayuden a que el filme siga su curso, llega un punto en el que el espectador pierde por completo el interés y ya empieza a pensar cuánto le queda al filme para que se termine. Ni las escenas de acción (grabadas de una forma que no permite dilucidar muy bien qué es lo que está ocurriendo paso por paso) ni los efectos especiales (donde se ve una notoria falta de presupuesto) consiguen que esta producción valga la pena. Con un humor que no funciona, clichés por doquier y un tercer acto lamentable, “Bloodshot” solo será pasable para los que disfruten de ver a Vin Diesel en la pantalla grande. Con una gran falta de personalidad, la ópera prima de Dave Wilson está destinada al olvido, igual que lo que ya le sucedió a “Hellboy” (2019).
¿Cuántas veces vimos a Vin Diesel interpretar a un hombre sediento de venganza, que se muestra más por sus acciones que por sus palabras? Bloodshot es, en más de un sentido, más de ello, con el toque de ser la adaptación del cómic Valiant, y la apariencia de un filme cyberpunk. Pero no es como RoboCop o El vengador del futuro, ambas de Paul Verhoeven, en las que la mutación del cuerpo era esencial para la trama. Aquí, el actor que es Dominic Toretto en la saga de Rápidos y furiosos -no estrenó la novena que ya anunciaron habrá una décima el año que viene- y que alguna vez fue elegido por Steven Spielberg para ser uno de los que estaba Rescatando al soldado Ryan- es Ray, un combatiente de elite del ejército estadounidense. Un tipo que desoye mandatos, que tiene más cicatrices que dientes y que es recibido por su esposa -rubia, bonita, más joven, interpretada por Talulah Riley, de El origen- en la pista donde aterriza un avión, para ir en descapotable a un hotel en la costa amalfitana. Pero ya se sabe: cuando el protagonista de un filme de acción va de la mano de su pareja, más temprano que tarde a ella van a secuestrarla, o lo que es peor, torturarla y/o matarla delante de los ojos inyectados en sangre de, en este caso, su marido. Todo para que a él también le peguen un tiro. Bah, lo matan. Y como nadie reclama su cuerpo -Gina, recuerden, murió- es utilizado por una corporación para transformarlo en una máquina de matar invencible y casi casi inmortal. En la sangre -de ahí el título original, que se mantuvo en nuestro país, le introducen unos “nanitos”, que hacen que los tejidos se recuperen de inmediato cuando recibe golpes o balazos. Ray despierta sin tener memoria de nada, y el malo de Guy Pierce (Memento) le miente. Hay otros ex soldados -no hay afroamericanos ni asiáticos, pero sí una mujer, y de ascendencia latina (la mexicana Eiza González, de Baby Driver y de Hobbs & Shaw, spin-off de R&F) y unos secretos y vueltas de tuerca que no vamos a develar. Lo único que diremos es que, como marcábamos al comienzo, el personaje de Diesel de repente recuerda que a su mujer la asesinaron, y se escapa de la corporación en Asia y aprende a pilotear un avión y descubrir dónde está el maldito que acabó con la vida de su amada. Bloodshot no ofrece nada nuevo ni tampoco es la pretensión del director Dave Wilson, que proviene del mundo de los efectos visuales, más que nada en videogames y alguna película de Avengers y Star Wars. Entonces habrá escenas bien coreografiadas de acción, efectos, sí, pero no muy sorprendentes. Y también se sabe que pocas cosas hay más cinematográficas que vidrios rotos. Y gotas de agua. Lo que asombra -un poco- es la escena en la que todo transcurre sobre harina, con luces rojos que le dan un aspecto de extrañeza a todo. Los fans de Diesel la pasarán bomba, los de los filmes de acción saldrán satisfechos. De eso se trata esto.
Vin Diesel nos tiene acostumbrados a éste tipo de personajes. Y Ray Garrison/Bloodshot es uno más de ellos. Después de la saga de “Rápido Y Furioso” (de hecho, son los mismos productores) y todas las que le siguieron, llega un producto que mezcla acción con mucho de ciencia ficción. Un héroe basado en los cómics de Valiant que tiene varios giros en el guión. Al principio Ray es un soldado cumpliendo funciones, luego de ésto toma vacaciones con su mujer para hallar la muerte demasiado temprano y volver a la vida gracias a la nanotecnología implementada por la Rising Spirit Technologies, lo que le posibilita habilidades que un humano no posee, esto significa que será una máquina de matar biotecnológica, indestructible y con capacidad para autosanarse llamada “Bloodshot”, pero manejada por la Organización. Esa es básicamente la historia que sin ánimo de contar más, dará unas cuantas vueltas no sin antes mostrarnos persecuciones y muchas peleas. Se nota que no es un film con un gran presupuesto y Vin Diesel está en su zona de confort. Lo acompaña Guy Pierce, Sam Heughan como Jimmy Dalton, Eiza Gozález como Katie/KT y Talulah Riley como su mujer, Gina Garrison. Es la primera película del director Dave Wilson, con guión de Eric Heisserer y Jeff Wadlow y no es de gran impacto, ni está muy bien contada, de hecho hubo momentos en los que me aburrí. Como positivo, hay elementos fantásticos del cómic creado por Kevin VanHook, Don Perlin y Bob Layton que resultan interesantes. De todas formas, sólo para fans.---> https://www.youtube.com/watch?v=4w3ouMaLILc ---> Bloodshot DIRECCIÓN: Dave Wilson. ACTORES: Vin Diesel, Toby Kebbell, Sam Heughan, Eiza González, Michael Sheen. GUION: Eric Heisserer. FOTOGRAFIA: Jacques Jouffret. MÚSICA: Steve Jablonsky. GENERO: Fantasía , Acción . ORIGEN: Estados Unidos. DURACION: 109 Minutos CALIFICACION: Apta mayores de 16 años DISTRIBUIDORA: UIP - Sony FORMATOS: 2D. ESTRENO: 12 de Marzo de 2020 ESTRENO EN USA: 21 de Febrero de 2020
Crítica emitida al aire en Zensitive Radio Nordelta
Recuperando al Soldado Universal. Bloodshot no se avergüenza de ser un remix de películas como Soldado universal, Terminator y Robocop. Y precisamente por este descaro la última cinta de Vin Diesel funciona muy bien como producto pochoclero de acción sin freno. Se trata de una adaptación basada en el cómic Valiant, creado por Kevin VanHook, Don Perlin y Bob Layton, que no defraudará a todos aquellos que acudan al cine buscando acción, golpes y todo tipo de efectos especiales. Dave Wilson (Love, Death & Robots) construye un divertimento de dos horas en el que nada tiene demasiado sentido, pero en el que todo funciona muy bien. Porque seamos realistas, ¿quién no disfrutó en su juventud de Soldado Universal? Bloodshot toma todo lo que funcionaba de aquel filme de 1992 rodado por Roland Emmerich y lo amplifica hasta sus máximas consecuencias. Al igual que Van Damme, en esta cinta Vin Diesel también es un implacable soldado que es resucitado por una misteriosa compañía tecnológica. Poco a poco irá recuperando la memoria y descubriendo las nuevas habilidades que le proporciona la nanotecnología. En este sentido es espectacular ver como recibe balazos y como, literalmente, se va desintegrando para posteriormente recuperarse sin problemas. Nada que no hayamos visto ya en Terminator pero con mejores efectos especiales y sin temor de hacer el ridículo. Bloodshot tiene mucho del cómic en el que se basa, pero principalmente es una ensalada de tiros en la que no hay un momento para relajarse. Nada falta para el disfrute de la historia: desde giros de guion imposibles hasta villanos armados hasta los dientes. Mención especial se merece la participación de la bellísima Eiza González (Fast & Furious: Hobbs & Shaw) que busca lucirse en cada plano. Realmente la cinta está diseñada para su disfrute. Poco se le puede reprochar a un producto comercial que sólo busca entretener y que lo hace bien y sin complejos. Lo único mejorable es la actuación fría y con cara de pocos amigos de Vin Diesel. Realmente es el personaje que lleva desarrollando toda su carrera, pero en esta ocasión es tan frío e inexpresivo que es difícil conectar. No obstante, como soldado implacable y calculador es intachable. Lo que está claro es que Bloodshot será un éxito de taquilla. Mal tiene que darse para que no nos encontremos ante una nueva franquicia.
Basada en el comic del mismo nombre, esta propuesta de acción cumple con las premisas que se prometen desde el arte mismo: ACCION, ACCION y más ACCION. Dentro del género su estructura en LOOP posibilita que Vin Diesel se luzca haciendo lo que mejor sabe, pegando, destruyendo, recibiendo tiros y reconstruyendose ( por un capricho del guion que lo hace una máquina de venganza asesina programada sólo para eso), para volver a hacer esto una vez más hasta que el guion decide cerrar el relato. Curioso que el villano sea Guy Pearce, quien otrora protagonizara Memento y ahora juegue con la memoria de Diesel, borrando y cargando información para manipularlo.
Texto publicado en edicion impresa.
No estaba muerto Bloodshot es una película de ciencia ficción basada en la historia de un superhéroe creado por Valiant Comics, una editorial fundada por Jim Shooter y Bob Layton, ambos vinculados antes a Marvel, y que, si no hubiera sido terminada y exhibida, nadie extrañaría. A diferencia de otras, que pudieron tener una idea similar pero con menos toques de “soldado del futuro que descubre que lo están utilizando” (se me viene a la mente, salvando las distancias estéticas y temáticas, y con un actor con capacidades limitadas, pero al menos un poco más interesante en su concepción y desarrollo como fue Crank). Pero claro, ni cerca está la película de la que hoy les hablo de la genial y novedosa (en su momento) idea sobre un hombre que necesita adrenalina constante para sobrevivir, lo que, en el seguimiento de sus peripecias, le imprimía al relato una velocidad desenfrenada. En Bloodshot casi todo es decepción: un cuento a medias, que parece tomar elementos de miles de otras ficciones y en su desesperación por tomar ideas termina no pareciéndose a nada, ni siquiera a sí misma, y a la vez se parece a mil películas. Es entonces que pierde el rumbo y Dave Wilson, quien solamente ha dirigido antes un capítulo de Love, Death and Robots (Sonnie´s edge, de 2019), no logra despegarse de las obviedades del género al que procura pertenecer. Y es que esto también es medio confuso pero al menos va armando una guía que nos indique qué es lo que estamos viendo y hacia dónde va lo que se cuenta. Aunque, a juzgar por el resultado, se cae rápidamente, a pesar de las buenas intenciones teóricas. Supongo que una de las razones para que Vin Diesel interprete este personaje y cuente esta historia es que forma parte del equipo productor, y eso ya más o menos dice todo. Yo le recomiendo (aunque él nunca llegue a saberlo, almita de Jebús) que le ponga fuerza a la eterna franquicia de Rápido y furioso porque el día en que eso se termine realmente su carrera como actor no tendrá mucho más para dar. Bloodshot es una película olvidable y que, como aquella muletilla del micro en clave de comedia Cualca rezaba, no era necesaria.
XxX volvé que te perdonamos, incluidas tus horrendas secuencias de acción con CGI barato. Las historias del agente secreto especialista en deportes extremos eran malas pero al menos te hacían reír con sus ridiculeces. Por el contrario, Bloodshot es una película tan aburrida como la fuente original que la inspiró. Un cómic infumable de la editorial Valiant que surgió a comienzos de los años ´90 y se colgaba de un modo obsceno del suceso que había tenido un tiempo atrás el film de Roland Emmerich, Soldado universal, con Jean Claude Van Damme y Dolph Lundgren. El protagonista era un militar muerto que revivía a través de la tecnología para ser utilizado como una máquina de matar cibernética. Un héroe perfecto que no podía ser herido por balas, ataques de misiles e inclusive la incineración. Otra habilidad que presentaba en la historieta era su capacidad para volverse invisible. En otras palabras, un bodrio de proporciones épicas que consiguió llegar al cine debido a este apogeo que vive el género de superhéroes actualmente en Hollywood. Sony a través de este proyecto se tira a la pileta para intentar establecer un nuevo universo cinematográfico que es la tendencia comercial del momento. Una idea ambiciosa que encuentra dos grandes barreras en esta película. Por un lado, Bloodshot cuenta con la desventaja de ser una producción penosamente genérica, monótona y predecible, donde los realizadores no hicieron nada por darle una mínima vuelta creativa a esta temática. No es recomendable verla en el cine en una función nocturna ya que las posibilidades de quedarse dormido durante el visionado son grandes. Toda la intriga del militar invencible que intenta vengar la muerte de su esposa mientras se esfuerza por recuperar los recuerdos perdidos de su vida es soporífera y el contexto que rodea al personaje carece de algún elemento atractivo. Nadie le exige a un proyecto de estas características que presente un argumento de Isaac Asimov pero por lo menos debería ser entretenida y contar con escenas de acción decentes para pasar el rato. La ópera prima de Dave Wilson, un realizador que viene del campo de los videos juegos, contiene efectos visuales paupérrimos que hoy ni siquiera se encuentran en una producción clase B. La pelea final de Bloodshot con un falso Doctor Octopus en un ascensor parece una secuencia filmada en 1995 y ese es el momento más elaborado de esta producción. Wilson con su penosa dirección evoca los vicios del peor Michael Bay de Transformers, donde inserta numerosos cortes de edición en los momentos peleas o tiroteos que impiden que se entienda con claridad lo que uno ve en la pantalla. El otro inconveniente pasa por el casting de un Vin Diesel anestesiado, quien hace lo mismo de siempre y no presenta grandes diferencias en este papel y su labor en Rápido y furioso y XxX. Tobin Bell encarna a un villano psicópata que odia al protagonista sin motivos y tiene una presencia limitada, mientras que Guy Pierce le da vida a un científico que parece salido de una película de los años ´60. Dos grandes actores criminalmente desperdiciados en este sopórifero collage digital que nunca llega a entusiasmar con el prototipo de superhéroe perfecto que ofrece. El personaje principal es insulso, la trama es mala y falla a la hora de generar interés por el concepto de ciencia ficción que propone. Tampoco hay secuencias de acción notables que por lo menos hagan entretenido al espectáculo desde los aspectos visuales. No encuentro ninguna virtud destacable para justificar el costo de una entrada de cine en una película tan desganada en su realización como Bloodshot. Otro fiasco de Vin Diesel para el olvido.
Muy lejos de Marvel y DC Protagonizada por Vin Diesel, el filme no termina de convencer ya que el abuso en los efectos visuales y una historia que no tiene nada que ofrecer le juegan en contra. Ray Garrison (Vin Diesel) es un soldado que cae en combate. Entonces, la corporación "RST" con la que trabajaba utiliza la nanotecnología para convertirlo en una indestructible furiosa máquina de matar llamada "Bloodshot". Si bien la organización controla su cuerpo y su mente, implantándole recuerdos falsos, Garrison empieza a recordar quién era originalmente y, utilizando sus poderes, irá en busca de la verdad cueste lo que cueste. El filme es la primera adaptación al cine de un personaje de Valiant Comics, y si bien la marca parece tener la intención de crear una franquicia del héroe y llevarlo a las grandes ligas, aprovechando el buen momento del género, gracias a Marvel y DC, los resultados no son prometedores. Una historia que no tiene nada para ofrecer, en un universo que tiene algunos toques cyberpunks (atrasados 20 años) y que hace gala de una catarata interminable de efectos visuales que marean. Porque sí: no es que los efectos estén mal hechos, sino que su intensidad termina cansando y parecen estar por delante de la narrativa. Otro bodrio olvidable del machote Vin Diesel.
NI MARVEL NI DC: Vin Diesel quiere su propia franquicia comiquera Vin Diesel insiste con las franquicias de súper acción, esta vez, de la mano de un personaje comiquero con poderes sobrehumanos y regenerativos. Asu manera, tanto Disney como Warner Bros. y Fox (ahora también parte de la compañía del ratón), lograron explotar exitosamente los derechos de sus propiedades intelectuales superheroicas. Sony Pictures hace lo propio con Spider-Man y un universo que se sigue expandiendo más allá de Peter Parker. Con “Bloodshot” (2020), el estudio busca sumar otro poroto y otra franquicia comiquera, esta vez, de la mano de Valiant Comics y el personaje homónimo creado por Kevin VanHook, Don Perlin y Bob Layton. Acá no hay “publicidad engañosa”, la idea de esta película es convertirse en la primera entrega de una serie historias agrupadas bajo el paraguas de Valiant, un nuevo universo compartido que, por supuesto, dependerá del triunfo del debut cinematográfico de David S. F. Wilson -su anterior trabajo detrás de las cámaras fue uno de los episodios de “Love, Death & Robots”-, el guión de Jeff Wadlow (“Kick-Ass 2”) y Eric Heisserer (“La Llegada”), y los músculos irrompibles de Vin Diesel. El problema principal de “Bloodshot” -como exponente del género de súper acción y el superheroico- es que no trae absolutamente nada nuevo a un panorama que, de entrada, ya está sobrecargado de opciones. Es más, su acercamiento, sus efectos especiales, sus arquetipos y giros narrativos quedan obsoletos al no poder evitar la comparación con mejores exponentes que la precedieron. Diesel es Ray Garrison, marine ultra patriota y aguerrido que, tras volver de una exitosa misión en Mombasa, se reencuentra con su adorable esposa Gina (Talulah Riley) en la Costa Amalfitana, donde las cosas se complican. Parece que alguien se la tiene jugada y se desquita con la señora, un acto cruel que Ray debe presenciar sin poder hacer nada al respecto, antes de pasar a mejor vida. Por suerte (o no) para él, el doctor Emil Harting (Guy Pearce) y su equipo científico logran resucitarlo gracias a la nanotecnología, convirtiendo a este ex soldado en una verdadera máquina de matar, también conocida como Bloodshot. Pero Ray no recuerda su pasado ni a esa esposa que tanto amó… hasta que lo hace y comienza su cruzada revanchista contra el hombre responsable de su propio asesinato: Martin Axe (Toby Kebbell). Nadie parece tener una chance al enfrentarse con este ser de fuerza sobrehumana y poderes regenerativos, casi invulnerable, pero hay mucho más detrás de sus actos. Vin te mira fijo y se acaba el problema Poco y nada se puede decir de la trama de “Bloodshot” si queremos mantener el mínimo misterio pergeñado por los realizadores. Claro que nada es lo que parece cuando se trata de estos personajes, que no siempre están en la vereda de lo correcto. Lo más importante de la película terminan siendo sus violentos enfrentamientos y escenas de acción, recargadas de tiros, explosiones, efectos no tan bien llevados y las nulas emociones de Vin Diesel que, tenemos que reconocerlo, ni el papel de resucitado le sienta muy bien. Wilson y sus guionistas no logran escapar de los arquetipos narrativos más desgastados que suelen aparecer en este estilo de historias. Todo, absolutamente todo, nos recuerda algo que ya vimos, sea “Robocop”, “Matrix” o el shooter videojueguil que primero se les venga a la cabeza. “Bloodshot” es un despliegue de todos esos lugares comunes, y ni siquiera entretiene lo suficiente, justamente, porque la ‘conspiración’ que se esconde detrás y las motivaciones de los protagonistas vienen un tanto flojita de papeles (o sea, de guion). El resto son elaboradas secuencias de efectos por computadora y personajes secundarios repletos de clichés. Estás muy lejos de Escocia, Sam KT (Eiza González), la chica linda y ruda del equipo, la que debe conectar emocionalmente con la humanidad del héroe y no dejar de mostrar el ombligo porque, ante todo, es una chica linda (¿?). Dalton (Sam Heughan) y Tibbs (Alex Hernandez), dos supersoldados compañeros de Garrison al servicio de Harting, demasiado bidimensionales como para sumar algo a la trama, más allá de su fuerza bruta y sus cuerpos mejorados cibernéticamente. O Wilfred Wigans (Lamorne Morris), el típico cerebrito que no responde ante nadie y viene a salvar las papas. Incluso el científico de Pearce no logra escapar de la megalomanía más clásica. Claro que los amantes de la acción por la acción misma y sin muchas pretenciones (o del pelado protagonista, que ya le conocen las mañas) van a salir satisfechos con este relato cosmopolita que nos lleva de paseo de ciudad en ciudad (Mombasa, Budapest, Londres) al mejor estilo James Bond o Ethan Hunt, aunque jamás está a la altura de sus aventuras. Tampoco es seguro que satisfaga a los seguidores del cómic original, pero sigue estableciendo a Vin Diesel como carismático protagonista de una nueva ¿franquicia? comiquera que, quizás, no pase de esta primera fallida entrega.
Cyberthriller esquemático y vertiginoso R oboCop, Soldado Universal, Misión: Imposible, El vengador del futuro... La enumeración de películas a las que Bloodshot les debe sus ideas sería interminable. Más allá de estar basada en la historieta publicada por Valiant Comics, a nivel de elementos dramáticos, estilo narrativo y recursos visuales de alto impacto no excede demasiado el ejercicio de imitación, acumulación y reciclaje. Tráiler "Bloodshot" - Fuente: Sony Pictures Entertainment02:53 Ray Garrison (Vin Diesel) es un marine que, tras sobrevivir a pura acción en una misión suicida en África, se reencuentra con su bella novia en la Costa Amalfitana. Ambos son secuestrados y, sí, asesinados (todo esto ocurre antes de los títulos de apertura). Como nadie reclama el cadáver, el ejército se lo cede a una corporación liderada por un multimillonario científico, Emil Harting (Guy Pearce), que logra convertirlo en una suerte de robot implacable implantado en un cuerpo humano. El problema es que el resucitado sigue sintiendo y recordando los traumas de su vida previa y hará todo lo posible para concretar su venganza. Bloodshot resulta un cyberthriller esquemático, más allá de su incesante despliegue de efectos visuales. Hay una obsesión por sostener un vértigo construido a fuerza de constantes cortes de montaje y música machacante, pero entre la obviedad del guion y la inexpresividad de los intérpretes (empezando por el propio Diesel) nunca supera el vuelo rasante de un típico film de acción con muchos golpes, tiros y testosterona, pero poco sentido del humor, ingenio y creatividad.
"Bloodshot": cine de acción musculoso y vacío La adaptación para la pantalla grande del cómic homónimo es de otra de esas películas visualmente avasallantes y ruidosas que, queriendo ser muchas cosas a la vez, termina siendo ninguna. Como si no fuera suficiente con el brote de coronavirus circulando libertinamente por todo el mundo, la ciencia se anota otro poroto en contra al encontrar la manera para que Vin Dieselpueda revivir tantas veces como sea necesario. Mejor dicho, tantas veces como requiera el delirante guión de Bloodshot, su nueva incursión en el cine de acción tan musculoso como vacío, que para la ocasión suma una dosis más que abundante de ciencia ficción, cuando no de liso y llano absurdo. Desde estas páginas felicitamos a los seguidores del hombre con apellido de combustible –que los hay, y en gran número– porque tendrán casi dos horas de entretenimiento garantizado viéndolo renacer una y otra vez con el objetivo único de revolear trompadas y balazos. Para el común de los mortales, en cambio, la adaptación para la pantalla grande del cómic homónimo -publicado por primera vez en 1992 por la editorial Valiant- es de otra de esas películas visualmente avasallantes, ruidosas y enrevesadas que, queriendo ser muchas cosas a la vez, termina siendo ninguna. Bloodshot tiene muchas ideas pero ninguna propia ni bien ejecutada.Diesel es aquí Ray Garrison, un soldado muy enamorado de su novia que termina muerto luego de haber sido secuestrado por un villano que no se sabe muy bien qué quiere ni quién es. Menuda sorpresa se lleva al despertar en medio del laboratorio tecnológico a cargo de doctor Emil Harting (Guy Pierce) y enterarse no solo de que el ejército "donó" su cuerpo para investigaciones científicas luego de que nadie lo reclamara, sino que estuvo muerto durante varios días. Ah, y que no tiene memoria. Su segunda (y tercera, cuarta, quinta...) vida es producto de la aplicación en las venas de unos elementos microscópicos con forma de hormiga con la capacidad de, entre otras cosas, reconstruir el tejido de manera instantánea. Gracias a eso Garrison encarna el sueño húmedo de Donald Trump: un super soldado disciplinado e indestructible, violento y con una fuerza envidiable. Las similitudes -"homenajes", se excusarían los guionistas- de Bloodshot con otras películas de acción o ciencia ficción son tan obvias que cuesta pensar que ningún ejecutivo se haya sonrojado a la hora de aprobar el proyecto. Si bien el punto de partida es muy parecido a Robocop y el diseño del laboratorio, al de El vengador del futuro, no hay atisbo de la ironía sardónica del realizador Paul Verhoeven, mucho menos de su acidez política. Podría pensarse a Garrison como un remedo tardío y adusto de Jason Bourne, pero ni Diesel es Matt Damon ni el director Dave Wilson tiene la mano para la acción de Paul Greengrass. Más bien lo contrario, puesto que si el británico pone el montaje frenético al servicio de la urgencia y la desesperación del relato, aquí ese montaje genera únicamente confusión. Incluso Garrison tiene un dispositivo brilloso en el centro del pecho que recuerda al de Iron Man, aunque desde ya que a éste la faltan toneladas del carisma sobrador de Tony Stark. Hasta de El origen se toma la idea de "crearle" recuerdos para que opere al servicio de la empresa, además de un tono grave y mortuorio que hace de Bloodshot una película tan mustia como su protagonista.
Nuevamente un héroe de "comics" como protagonista de un filme de acción. Esta vez es el marine (ahora ex) Murray Ray Garrison, que gracias a una empresa tecnológica que trabaja para el ejército es reciclado una y otra vez para mejorar su rendimiento, hacerlo invencible gracias a la nanotecnología e impedirle recordar. Porque el pobre Garrison, entre misión y misión que le encomiendan, trata de recuperar su identidad y poco a poco se da cuenta que amaba a Gina y que Gina fue asesinada y él debe matar a sus asesinos, que también lo asesinaron a él. Toda esa cuota de venganza se conserva en su sangre y le permite ir contra todo posible agresor que se le cruza en el camino. "Bloodshot" es una de las creaciones de la editorial Valiant, empresa fundada por el jefe de Marvel Comics hace treinta años, adquirida luego por otra compañía de entretenimientos hasta que se asociaron con Sony Pictures en su rubro cinematográfico. Esta es una de las cinco películas en la que el "comic" redivivo toma relieve y es capaz de destrozar a cualquiera que lo desafíe. HEROE DE HISTORIETA El filme tiene todos los elementos de los que gusta el aficionado a los superhéroes: acción, situaciones de peligro, persecuciones siderales, recurrencia a nuevas armas tecnológicas. Y muchos, muchos efectos especiales. Nada nuevo, pero todo perfectamente organizado, filmado con un ritmo vertiginoso y un Vin Diesel que, olvidado de sud épocas en que custodiaba famosas discos de Manhattan, se recicla en personajes como el Dominic Tintoretto de "Rápidos y furioso" o integrando la banda de los "Guardianes de la Galaxia" para desembocar en este "Bloodshot" al que veremos en próximos años recreándose en sagas cada vez más sofisticadas.
Bloodshot es la opera prima del especialista en efectos visuales Dave Wilson, una pelicula de acción y ciencia ficción protagonizada por Vin Diesel. En esta ocasión la estrella del cine de acción interpreta a Ray Garrison, un soldado caído en combate, al que una extraña corporación lo resucita utilizando nanotecnología y lo vuelve indestructible, ya que su cuerpo se regenera rápidamente. Completan el guion Eiza Gonzalez, Sam Heughan, Toby Kebbell, Talulah Riley y Guy Pearce. Basado en el comic llamado Valiant, la película cuenta la historia de Bloodshot, este supersoldado interpretado por Vin Diesel que busca vengarse de los que asesinaron a su esposa. Pero una vez que lo consigue comienza a darse cuenta que las cosas no son como él las recuerda y que la empresa que lo resucito está involucrada en la verdadera historia. Lo primero que vale la pena destacar es que esta película funciona porque suple sus debilidades con entretenimiento. Porque dosifica la información de su complicado argumento que fusiona Robocop con El vengador del futuro de manera tal que resulte claro y que no decaiga la acción dramática con largas explicaciones que terminan resultando anticlimáticas. Y tanto el buen uso de los efectos visuales como el montaje vertiginoso de las escenas de acción hacen que todo resulte verosímil. Otra debilidad que tiene esta película es Vin Diesel, un actor inexpresivo y poco carismático, que se adecua perfectamente a las exigencias de este personaje, ya que su físico y su destreza para las escenas de acción son las adecuadas. Y como contraparte está Guy Pearce, que interpreta un personaje parecido al que hizo en Iron Man 3, el doctor Emil Harting, el empresario tecnológico con un brazo robótico que dirige una compañía llamada RST y no es quien simula ser. Siendo así como la linealidad de su protagonista funciona para las escenas de acción y la complejidad del antagonista es la que le agrega misterio y hace avanzar la trama. En conclusión, Bloodshot es una película de ciencia ficción que conoce sus debilidades y saca provecho de ellas. Y logra deslumbrar con las escenas de acción y el buen uso de los efectos visuales, cumpliendo su objetivo de mantenerse entretenida en todo momento.
Desastre sanguíneo. Reconozco que a veces el público pretende que las producciones de superhéroes ajenas a Marvel repitan los mismos elementos que la compañía de Disney. Sin embargo, Bloodshot pudo haber sido un desaire a un género que disminuyó apenas su exposición. Lamentablemente esta vez la cuestión de fondo no tiene que ver conque no se parece a un filme de Marvel, sino con el hecho de que Bloodshot no ofrece nada nuevo. Si viste Soldado Universal (el cómic surgió como homenaje en aquel entonces) o Robocop la película toma esos elementos sobre un hombre que luego de un trágico accidente es mejorado y busca venganza. La misma fórmula, una y otra vez. El problema no es ése: a la falta de originalidad debe sumarse la actuación en piloto automático de Vin Diesel que, desde ya, no ayuda en lo absoluto. En esta clase de filmes el villano siempre tiene un rol fundamental. En esta ocasión, Toby Kebbell, actor que hizo un olvidable Dr. Doom en la versión 2015 de Los 4 fantásticos, nos brinda un antagonista sin desarrollo ni motivaciones claras. Seguramente muchos se lo olviden en cuestión de segundos al salir del cine. En cuanto a la heroína, tampoco se entendió la química con el protagonista: el guión la explica “por que sí”. Con respecto a las escenas de acción, y dejando de lado el CGI espantoso que se utilizó, reconozco que al menos Vin Diesel sale airoso en esa oportunidad. El clímax es lo mejor del filme. Vin Diesel anunció secuelas en numerosas entrevistas. No deja de ser una oportunidad para poder corregir todos los errores cometidos.
Nacida de un comic que tiene la curiosidad de no pertenecer ni a DC ni Marvel, la Valiant Comics asociado al personalísimo de Vin Disel con los otros productores de «Rápido y Furioso» nos dan un producto de entretenimiento puro que no tiene demasiadas pretensiones ni angustias existenciales de otros superhéroes. Vin Disel es una garantía de acción con un estilo a la antigua, el aire de los setenta, con toques de humor, y con un carisma personal que tiene muchos seguidores. El sabe lo que hace y cómo hacerlo, y para que todo tenga su impronta cyberg punk encontró como director a un experto en videojuegos y efectos visuales Dave Wison, en su ópera prima.. El argumento donde se mueve Vin, con sus músculos en montaña, su aire suficiente y levemente zumbón tiene que ver con Robocop, Soldado Universal, Matrix, y Frankestein, Un poco de todo conocido y agitado, nada demasiado original. El es un soldado muy activo y patriota que toma determinaciones individualistas y riesgosas que muere en acción. Su cuerpo es donado a una corporación liderada por el “malo” Guy Pierce. Ahí lo reconstruyen con unos “elementos” en la sangre que zurcen cualquier herida en segundos y lo hacen invulnerable. También le cambian los pensamientos para que sus venganzas lo hagan tan efectivo. Efectos especiales contundentes que se encaminan a una pelea final al toda orquesta. Los amantes del género contentos.
Memento Mori Aunque Ray Garrison (Vin Diesel) no sigue las órdenes de sus superiores, no pueden decir que no hace su trabajo; es capaz de enfrentarse él solo a una célula terrorista para liberar a un importante rehén, volviendo a casa solo con heridas menores. Pero su última misión le trae complicaciones inesperadas, poniéndolo en la mira de un peligroso psicópata que no tiene problemas en secuestrarlo junto a su esposa Gina (Talulah Riley) para conseguir la información que necesita. Ray no tiene las respuestas que busca y ambos son asesinados a sangre fría. Ese es apenas el comienzo para Ray, pues despierta en la camilla de un laboratorio obra de del Dr. Emil Harting (Guy Pearce), un experto en el diseño de miembros cibernéticos que formó un pequeño escuadrón de soldados aumentados por implantes. Ray no puede recordar ni siquiera su propio nombre, mientras se entera que es el primer humano revivido por una tecnología experimental consistente en llenar su sangre de millones de nanobots, los cuales reconstruyen su cuerpo al instante que es dañado y le dan la habilidad de comunicarse con otras computadoras. La promesa de que sus recuerdos irán volviendo se cumple bastante pronto,pero alterado por las imágenes de su esposa siendo asesinada frente a sus ojos lo ponen en una brutal cacería para destruir al responsable, una misión de venganza para la que usará todas sus nuevas habilidades como Bloodshot. Lenny es Teddy Los avances de Bloodshot revelan demasiado de una trama que (aun sin poseer grandes complejidades) podría beneficiarse de esconder un poco los escasos giros que plantea. En vez de buscar generar alguna sorpresa, apuesta únicamente a las escenas de acción como punto de mayor atractivo. Es una estrategia algo confusa, porque los cómics no son tan populares como para asumir que todo el público ya va a conocer de qué se trata antes de empezar. Los personajes secundarios no dejan de ser bastante chatos, aunque tienen un par de rasgos definidos que insinúan una mínima voluntad de desarrollarlos más allá de lo que se puede ver en el corte final de la película. No deja nunca de ser una película de acción directa y entretenida, tomando además conceptos de ciencia ficción para darle un poco más de volumen a la simple trama de venganza. Lo hace con cierta eficacia por más que se quede a mitad de camino, quizás apostando a expandir esas ideas en una posible secuela. Nunca queda claro cuánto de lo que recuerda Ray ni cuánto de lo que le dice Harting es real, dejando la puerta abierta para que mucho de lo que considera su identidad sea una mentira para hacerlo más efectivo en su misión. En promedio, Bloodshot tiene algunas buenas escenas de acción con coreografías no muy originales, medidas dosis de humor que no alcanzan a distraer y un interesante contexto de ciencia ficción que no termina de explorar. Resulta una propuesta tibiamente entretenida, con potencial para haber sido algo más de lo que finalmente entrega.
El agotamiento de algunas fórmulas no tiene que ver necesariamente con la fórmula en sí misma sino en la incapacidad de los cineastas de darle aunque sea una mínima pequeña vuelta de tuerca para que exista la justificación de nuevos acercamientos. Bloodshot está basada en un cómic y a partir de eso se podrían justificar el esteticismo burdo y repetitivo de las escenas de acción. Como quien descubre un truco nuevo, el director repite movimientos de cámara y velocidad para construir efectos impactantes las primeras veces, pero que agotan rápidamente. Vin Diesel, indiscutible en la series de películas The Fast and the Furious, tiene serios problemas para construir personajes interesantes o creíbles que provoquen algún tipo de simpatía. La corporación tecnológica que se queda con el cuerpo del experimentado marine y lo convierte en una máquina de matar, es la misma corporación vista en docenas de películas, con algunos pequeños chistes actuales que no sorprenden ni interesan. Los momentos espectaculares son esos únicos destellos dentro de una película irrelevante.
Vin Diesel: el superhéroe invencible. Crítica “Bloodshot”. En el presente el mundo de los superhéroes domina el mercado. El despilfarro de acción y efectos especiales vende y produce franquicias exitosas. “Bloodshot”, la opera prima de David S.F. Wilson, se estrena este jueves en el país y claramente no querrá ser la excepción. De la mano de un Vin Diesel aún más fuerte e invencible, la cinta busca atrapar a los amantes del subgénero. Wilson, quien participó como especialista en efectos especiales en “Avengers: era de Ultrón” (2015), desembarcó en la dirección con el comic de la editorial estadounidense Valiant Comics. “Bloodshot” (“Inyectado de sangre”) es un personaje creado por Kevin VanHook, Don Perlin y Bob Layton que llega a la pantalla grande con Vin Diesel como el personaje indicado. Estados Unidos y el sueño del súper soldado se mantienen latentes. Diesel, un ex oficial del ejército que fue asesinado, vuelve a la vida tras miles de inyecciones de sangre y sus nanobots que sanan al instante cada herida sufrida. La innovación por parte de un científico con brazo metálico (Guy Pearce) convertirá al protagonista en un ser imbatible que nadie podrá detener. El relato tendrá otras idas y venidas entre la venganza de un amor, múltiples asesinos y enemigos que no se esperaban. Pero todo sin tanto preámbulo y recurriendo siempre a excesiva escenas de acción. Si uno quiere ver peleas, tiros y persecuciones, esta será su película. Para aquellos que buscan algo más, solo será una historia más. Puntaje 55/100.
UN SUPERHÉROE IRRELEVANTE Es cierto que hay propiedades y/o franquicias que se adaptan a los rostros, estilos y carismas de sus estrellas. Ahí tenemos, por ejemplo, a la saga de Misión: Imposible, que convirtió en el vehículo ideal para ese corredor nato que es Tom Cruise. El problema surge cuando los protagonistas tienen poco para aportar más allá de sus músculos: es el caso de Vin Diesel, que con Bloodshot donde intenta construir una saga propia de superhéroes. Lo cierto es que, nos guste o no (en caso de quien escribe, la respuesta es negativa), Diesel ya viene haciendo películas de superhéroes con las distintas entregas de Rápidos y furiosos y XxX, en las que la hipérbole son la norma. Los problemas de esas películas pasan, en buena medida, por la voluntad de construir discursos entre obvios y facilistas vinculados a la importancia de la familia, el compañerismo y la amistad, mientras se reivindica una posición pretendidamente cool y anti-sistema. Algo parecido sucede con Bloodshot, basada en un cómic del sello Valiant, que se centra en un soldado que, luego de ser asesinado, es revivido por una compañía de alta tecnología con poderes de fuerza y sanación por fuera de lo normal. La vuelta de tuerca –que ya estaba en el trailer, así que no estamos spoileando nada- es que el jefe de la compañía (Guy Pearce, haciendo de malo sin esfuerzo) utiliza al protagonista para deshacerse de sus enemigos a partir de una alteración de su memoria y la explotación de sus deseos de venganza por la muerte de su esposa. Eso termina funcionando como trampolín para una discursividad sumamente banal sobre el amor, la memoria, el deber de un soldado y cómo las corporaciones manipulan a los individuos. Si las bajadas de línea del guión de Jeff Wadlow y Eric Heisserer son superficiales, la puesta en escena del director Dave Wilson no colabora mucho para potenciar la trama y lo de Diesel es, nuevamente, un ejercicio de repetición para nada estimulante o carismático. De ahí que Bloodshot entre rápidamente en un terreno previsible, sin sorpresas o rasgos de originalidad, acumulando piñazos, persecuciones, explosiones y efectos especiales sin demasiado criterio. En el medio están Eiza González interpretando a una mujer algo torturada por sus acciones; a Sam Heughan haciendo de un villano directamente infantil en su resentimiento para con el protagonista; y Lamorne Morris y Siddharth Dhananjay compitiendo por ver quién suma más chistes estereotípicos de un nerd de las computadoras. Y si el film amaga en un momento con reflexionar sobre las capas de los relatos y las realidades que pueden convivir en las mentalidades de una misma persona, se queda en meras insinuaciones. Bloodshot es una película que pretende ser importante desde lo que dice pero cuyo andamiaje formal la ubica en un lugar a lo sumo discreto y ciertamente irrelevante.
[REVIEW] Bloodshot. Un soldado desmemoriado intenta recuperar su historia a través de rápidos golpes nano mejorados. Bienvenidos al nuevo film de Vin Diesel. Admitiré desde el comienzo que no he sido lector del cómic que Eric Heisserer y Jeff Wadlow adaptan con dirección de Dave Wilson, un artesano de los efectos especiales que deviene en director. Su primer largo con actores reales, luego de su paso por «Love, Death & Robots» (2019) con «Sonnie’s Edge»; una interesante amalgama de cyberpunk y peleas clandestinas. Acaso no será necesario entendemos -el haberlo leído, repetimos-, ya que las adaptaciones suelen ser tan libres como se propongan los estudios, como maquinen los guionistas. Algo, aclararemos también, más que positivo porque jamás podrá realizarse el traspaso sin perder algo de su genio fundador y necesario; porque para repetición sincronizada de las viñetas por qué producirla, verdad. Es por eso que ha sido un viaje de descubrimiento este personaje, interpretado por Vin Diesel – el cabeza de familia de la extensa y siempre presente «Fast and Furious»-, aunque pobre lección deja. No es un film aburrido, ridículo y hasta involuntariamente cómico quizás, pero no exento de algunas bien desarrolladas escenas de acción con sus jactanciosas «catchphrases» al uso. Pero vayamos por parte; Ray Garrison (Vin Diesel) es un soldado revivido por la corporación Rising Spirit Technologies a través del uso de nanotecnología, convirtiéndolo en un soldado perfecto, inmortal y por lo tanto letal. Mientras intenta recuperar su memoria comienza una suerte de búsqueda implacable de quienes lo asesinaron. Venganza que lleva a cabo utilizando sus nuevas mejoras. Es obvio que la historia, inspirada en el cómic que comenzó a publicarse en 1992, es una referencia tanto en tono como trama a las películas de acción de aquella década, una de las más interesantes, para bien o mal, de este género en particular. Cada uno de sus actos es una construcción milimétrica de sus características, el héroe solitario y quebrado envuelto en un conflicto reflejo de su interior, colmado de traumas pasados, las escenas de acción física, que aquí es un punto a destacar y la trama lineal, casi de manual sobre villanos y corporaciones oscuras, ligadas a intereses no muy santos. Todo este aparato al servicio de Garrison/Diesel genera una historia que al revisitar esos lugares comunes se siente por comenzar predecible y por seguir falta de la picardía que esas películas consentían en su drama, ciertamente para alivio de un público cautivo de la desenfrenada matanza. Es ciertamente una extraña amalgama entre «Robocop» (1987) y «Demolition Man» (1993), ciencia ficción, acción y pulp que se toma demasiado en serio perdiendo la oportunidad de, también, construir desde otro lugar a sus personajes, la mayoría de ellos planos y por lo tanto estancados en medio del delirio nanotecnológico de la trama. Si de por sí el espectador entiende que es una historia imposible, y da pié a la suspensión de la incredulidad, un trabajo más concreto en su desarrollo del cuento habría colaborado a profundizarlo. Porque tener esa fuerza elite de soldados mejorados que luego serán unos meros comparsas de, la además poco expresiva, performance de Vin Diesel es una pena y desperdicio de material. Muchas de sus acciones están sujetas a los giros que el guion necesita para seguir adelante, solo empujones de plot twist. En definitiva, sin querer dilatar más esta review, concluimos que sus escenas de acción son la mejor baza de este film que de historia poco y nada, y menos en desarrollo de un personaje. Pero en definitiva, como debe ser, todo queda en manos del espectador.
Anunciado como diferente a cualquier superhéroe que hayamos visto antes, Bloodshot no solo es igual a la mayoría de los que vimos siempre sino que, además, la película basada en el personaje de Valiant Comics y dirigida por el debutante Dave Wilson es inferior a cualquier título de Marvel y DC. El filme protagonizado por Vin Diesel, el paradigmático héroe calvo de la acción más rápida y furiosa, tiene un grave problema de guion, que hace que lo que sucede en la historia no se entienda del todo debido a la cantidad de inconsistencias lógicas, baches inexplicables e incoherencias que desconciertan en más de una escena. En los primeros minutos vemos a Ray Garrison (Diesel), un soldado del ejército norteamericano, reducir al enemigo con eficacia. Luego lo vemos de vacaciones en la costa amalfitana con su prometida, interpretada por Talulah Riley (El origen), hasta que aparecen unos tipos que los secuestran y los matan. Después de esta introducción resuelta con bastante pragmatismo, Ray despierta sin memoria en un laboratorio de la compañía Rising Spirit Technologies frente al Dr. Emil Harting (Guy Pearce), quien lo resucita a través de la nanotecnología, introduciéndole “nanitos” en la sangre que hacen que los tejidos se reconstruyan de inmediato cuando recibe balazos. Es decir, Ray se despierta convertido en Bloodshot, un fortachón a prueba de balas y con una fuerza sobrehumana, mezcla de Wolverine con RoboCop. Aunque no sabemos cómo llegó hasta el laboratorio, por más que intentan explicarlo con la excusa de que nadie reclamó su cuerpo, lo que sí sabemos es que Ray no recuerda nada. Pero de a poco le empiezan a venir imágenes a la memoria que le permiten recordar lo que le pasó, lo que lo lleva a vengarse de los que mataron a su amada. Lo único rescatable de la película es Diesel, quien, a pesar de su carácter taciturno y sus frases lacónicas, hace todo lo posible para sostener la historia con su carisma y con la fama de héroe popular ganada en todos estos años. También hay que destacar a su compañera de turno, la actriz Eiza González en el papel de KT, un arma letal fabricada por el mismo laboratorio que le permite a Bloodshot apostar por una segunda oportunidad. El resto de los personajes no ayuda mucho, ya que, por ejemplo, no se llega a entender la rivalidad que surge entre el que tiene piernas ortopédicas y el personaje de Diesel. Bloodshot se manda muchas macanas narrativas e intenta mezclar la ciencia ficción ciberpunk con una trama demasiado intrincada e innecesariamente pretenciosa, que incluye recuerdos confusos y una vuelta de tuerca rebuscada, que no hace más que convertirla en el remedo pochocleril y torpe de Memento en clave de película de superhéroes.
Con el correr de los años la frase ‘’no juguemos a ser dios’’ sirvió de inspiración para que muchos autores y directores hagan desde obras de teatro hasta películas con la idea de "crear vida". Una de las más importantes es "Frankenstein", un ser creado por humanos, pero aunque en ‘’BLOODSHOT’’ eso no es lo que sucede veremos algo muy parecido: volver a la vida después de la muerte gracias a la ciencia. El creador de esta historia adaptada es Eric Heisserer quien junto al director Dave Wilson logran una pieza de ciencia ficción que no es para nada despampanante pero sí por momentos graciosa. ‘’BLOODSHOT’’ narra la historia de Murray Ray Garrison como personaje principal interpretado por Vin Diesel y aquí es donde podemos decir que Diesel ya sabe moverse como protagonista cuando es el héroe de acción (y más si es un rol poco exigente). El resto del reparto lo componen Siddharth Dhananjay, como Eric, y Lamorne Morris, como Wilfred quienes comparten buena parte del peso humorístico. Cabe aclarar que la cinta se perfiló rápidamente como una de las más esperadas del año. Basada en el cómic Valiant, el cual posee una base de fans de gran escala, las expectativas eran altas y podríamos decir que no se llegaron a cumplir del todo. La cantidad de efectos especiales y la forma de contar los hechos narrativos logran que los 110 minutos que dura la película (a mi criterio bastante larga) sean llevaderos y no logren cansar tanto. Quizás podría terminar diciendo que el filme no busca reinventar el género de superhéroes ni las historias que tienen como protagonistas a sujetos muertos resucitados a través de la tecnología, más bien logra quedarse en el molde encontrando su lugar entre las demás pero sin sobresalir. "Terminator", "RoboCop", "Soldado Universal", "Misión Imposible", "El vengador del futuro", "Rápidos y furiosos" y "John Wick" son algunas de las tantas películas a las que ‘’BLOODSHOT’’ le debe buena parte de sus ideas. De igual manera recomiendo que la vean si son fans de la ciencia ficción y mucho más de la acción ya que en eso no escatiman para nada. Por Keila Ayala
Al principio tiene algunos momentos de lucidez pero todo el acto final está muy tirado de los pelos. Matthew Vaughn metió algo de mano pero no se nota. Tampoco podemos exigirle demasiado a una película producida por Vin Diesel.
En Bloodshot está la simiente de una muy buena película de ciencia ficción. Temas como humanos mejorados y recuerdos implantados (a lo Philip K. Dick) que, combinados, podrían dar a un thriller apasionante plagado de paranoia y conspiraciones. El problema es que el filme precisa 45 minutos de su tiempo para llegar a dicho punto y transformarse en interesante. Antes de eso es un pastiche mediocre, dirigido sin pasión, como si fuera una peli de acción de los años 80 protagonizada por Schwarzenegger… y sin ser uno de sus mejores filmes (¿recuerdan Triple Identidad o Carrera Contra la Muerte?). Y después de eso mejora bastante, lástima que la chatura de las perfomances y los malos efectos especiales arruinan la experiencia. Bloodshot se basa en un superhéroe de la Valiant Comics creado en 1992. La Valiant es una editorial fundada por un ex director de Marvel y un abogado inversionista en 1989, los cuales hicieron una oferta por la marca del sello rojo y se quedaron con las ganas (con lo cual decidieron crear su propia factoría de comics). Los tipos reclutaron a un montón de ex empleados de Marvel, generando comics originales o dibujando marcas licenciadas – como la de Turok, Cazador de Dinosaurios, un comic formidable que llegué a leerlo en Uruguay en su edición original de Western Publishing antes que lo transformaran en cualquier cosa -. Les fue bien, les fue mal, se fundieron, renacieron, fueron vendidos, se volvieron a fundir y recién lograron estabilidad en el 2005 cuando un grupo de emprendedores adquirió la firma de las manos de Acclaim Entertainment. Los tipos se establecieron como una sólida tercera vía en el mercado dominado por DC y Marvel, e incluso le disputaron mano a mano el top de ventas cuando DC se despachó con la opereta de La Muerte de Superman en 1992, el cual se vendió por toneladas. De entre todo su staff Bloodshot es uno de sus personajes mas populares. El principal problema de Bloodshot (como film) es Vin Diesel, que actúa como productor del filme. Como para que no queden dudas de que se trata de un filme de Vin Diesel el tipo se rasga la ropa, queda en musculosa blanca, maneja autos vintage, anda en lugares exóticos y siempre tiene una mina en bolas en algún lado. Es hartante ver como una estrella se encasilla en su nicho – el de fans de Vin Diesel – para darles lo que esperan en vez de ponerse al servicio de la historia. La primera mitad es tan rutinaria – las mismas rutinas de marine de Call of Duty con Diesel abatiendo terroristas en Medio Oriente; el tipo canchereando con su esposa; incluso cuando es muerto y revivido, el tipo no se la cree y se ríe desubicadamente de cualquier cosa – y uno sospecha lo peor especialmente cuando ve a Toby Kebbell como villano. Kebbell tiene un prontuario largo como mufa en cualquier película que participe desde la blandísima Los 4 Fantásticos en adelante (el otro con el que se saca chispas es Jai Courtney que prácticamente arruina todo filme donde participa). Por suerte lo de Kebbell es un susto pasajero y la excusa para ver de lo que realmente trata Bloodshot. Es allí donde se nota el segundo problema, que es darle a un director novato el manejo de semejante producción – Dave Wilson, que viene del nicho de los videojuegos y dirigió un capítulo de Love, Death & Robots (el de las peleas ilegales con monstruos) -. Todo eso tiene un tufillo a Spawn (el filme) que mata, con gente embelesada en exprimir los dolares de presupuesto para sacar mas secuencias de FX y dándole cero bola a la trama y las perfomances. Las peleas son genéricas, el momento de las revelaciones deberían ser shockeantes y no lo son, e incluso un personaje tan atroz y anodino como el genio hacker que encarna Lamorne Morris termina por apoderarse de la pantalla para nuestra desgracia y sufrimiento. Incluso el cambio de bando de algún que otro personaje no está desarrollado como corresponde y pasa a ser un mero Deus Ex Machina. Pero si algunas escenas son buenas, el otro problema por el cual Bloodshot no te llega es que el personaje es tan superpoderoso que no hay kriptonita que lo detenga, con lo cual es lo mas aburrido que hay (incluso al final le arreglan el tema de la energía de los robotitos para que Diesel no se quede sin batería cuando tiene una refriega importante) . Básicamente es un dios semi humano / semi robot con conexión gratis a Internet de por vida, y sin arma en la Tierra que lo puede detener… con lo cual no puede haber situación dramática posible que se pueda construir con él. En muchos aspectos se parece a Robocop – agente de la ley muerto, revivido y con la memoria borrada, deseo de venganza hacia sus asesinos, conectividad a bases de datos de vigilancia, capacidad de sobrepasar su programación interna – con la diferencia de que a la parte humana de Robocop las balas lo lastimaban. Acá Diesel es tan imparable que ni un ejército de engendros mejorados (encabezado por Sam Heugan y cia) puede hacerle siquiera un rasguño; y el final es un absurdo total hasta el punto que pareciera que el guión fuera escrito por un grupo de adolescentes enamorados del personaje y que quieren hacerlo mas fuerte que Superman (y eso que son tipos de prestigio, responsables de cosas inteligentes como Arrival, Bird Box, Kick Ass 2 entre otros títulos). El flagelo del Coronavirus – que diezmó la taquilla norteamericana en los últimos dos meses – no es excusa para el fracaso de Bloodshot. Cuando tuvieron la posibilidad de contratar a alguno de los genios de John Wick como director – Chad Stahelski y David Leitch – decidieron ahorrar plata entregando el proyecto a un novato que terminó siendo sobrepasado por el ego de Diesel… y acá están los resultados. Al menos Stahelski y Leitch lo hubieran convertido esto en algo mucho mas excitante; así como está le pone el clavo final al ataúd de alguna franquicia posible basada en propiedades de Valiant Comics… a menos que se gasten unos mangos, contraten talento verdadero y no dejen que estrellas ególatras acaparen el centro de la producción para sí mismas.
Ya sabemos cómo funciona la industria yanqui. Al igual que en la época de la fiebre del oro, cuando encuentran una veta la explotan hasta agotarla. El cine no es la excepción, así que con la irrupción de Marvel en este siglo (que vendría a ser la mina de oro principal digamos). todos los buscadores van al río de la historieta y la novela gráfica a ver si encuentran algo que de guita. Flash, Superman, Batman, X-Men, Avengers, Sin City, 300... Hasta ahí, historieta más, historieta menos, podemos decir que todo esto es una máquina de hacer guita, y como todos allá quieren aunque sea una migaja de la torta, nos espera una larga lista de quién-catzo-lo-conoce haciendo cola para ver la luz en la pantalla grande (si el COVID-19 lo permite, claro). En el caso de Bloodshot se trata de una historieta creada por Kevin Van Hook, Bob Layton y Don Perlin allá por 1992 para la Valiant Comics, una compañia que fue cambiando de manos como veinte v eces hasta que se estabilizó, con lo cual también hubo varios relanzamientos de éste personaje. Hace poco firmaron para hacer (Dios libre y guarde) cinco películas, y aquí está la primera. Ray (Vin Diesel) es un soldado de elite a quien vemos incursionar intrépidamente en una misión con su pelotón. Terminada la misma, tasa tasa cada cual a su casa. En plena vacación con su mujer algo sale mal y un villano muy muy malo la mata a sangre fría y luego a él. Sin embargo, el Dr Emile Harting (Guy Pierce) y su equipo del Proyecto Rising Spirit lo resucitan para convertirlo en un super-soldado por cuya sangre circula una invención llamada "nanitos", que no sólo regeneran su tejido a lo Wolverine sino que le dan también una fuerza sobrehumana. Su memoria, supuestamente borrada, entrega trazos del asesinato de su mujer, así que cuando se acuerda de todo sale en busca de venganza. Este rejunte de ideas, un poco copiadas del guión de “Robocop” (1987) y el ya mencionado Wolverin,e se convierten en la excusa para que el director Dave Wilson de rienda suelta al despliegue de acción y efectos visuales que propone la estética del cómic original, en desmedro de la construcción de un personaje del que sabemos poco. No alcanzan cuatro tomas de un paseo en la costa italiana y una conversación intrascendente en la cama para construir el personaje protagónico, ni mucho menos un vínculo emocional con el espectador. Al dejarnos de importar (o que nos de lo mismo) si Ray se quiere vengar, o tocar el piano, o estudiar horticultura, seguir sus pasos se torna aburrido. Estamos entonces frente a otro de los tantos productos de acción imparable (de muy buena factura por cierto) que va en desmedro de la historia que se quiere contar. ¿El antagonista de todo esto? Bien, gracias. La tangente por la cual el libreto podría haber encontrado una fuente de interés es desperdiciada en lo anecdótico, es decir da la sensación que lo único importante es explicarle al público cómo funciona la tecnología, y así, tenemos un villano endeble pintado con brocha gorda. Al igual que las producciones de Michael Bay el interés de “Bloodshot” se pierde entre miles de balazos y piñas, y si bien hay público que sólo pide eso el hecho de que lleguen las secuelas asusta más que el coronavirus.
Gracias a los superhéroes, podemos decir que definitivamente el cine entró en la era de las superescenas. No en los superrelatos, no en los superpersonajes: solo en las superescenas. Estamos ante un cine que no es barroco –el barroco cuestiona sus propios modos, siendo simplistas– sino rococó, donde todo lo que queda es ornamento. No necesariamente una película realizada bajo ese criterio es “mala”. El problema no es si la pasamos bien o mal sino si tiene sentido verla o no. Podemos pensar, también, que tiene más sentido comer que ir al cine, pero por alguna razón necesitamos del arte. “Bloodshot” es una película rococó en el sentido más lato del término. Adapta un cómic que tiene solo veinte años y que ya reciclaba una tradición de ochenta; utiliza elementos de otras películas (hay un soldado muerto, revivido como máquina con superpoderes que recuerda mucho a “Wolverine” y es usado para matar con una manipulación que viene directamente de “Memento”) y la dirige un experto en efectos especiales y videojuegos, utilizando el criterio de que cada secuencia sea lo más espectacular posible, no importa cuán inhumana parezca. Está bien, Vin Diesel es simpático, el tema básico es el leit motiv del nuevo siglo (el estatuto de la realidad) y hay tiros y patadas a lo bestia. Al terminar, podemos preguntarnos si no vimos este collage antes. La respuesta es sí, aunque la pregunta ya no tiene sentido.
El corazón como defensa Bloodshot (2020) es un film de acción que se desarrolla en un potencial universo. Una película que cumple lo que promete, entretiene y combina lo mejor de exitosos films como Matrix (The Matrix, 1999), ofreciendo a los espectadores pasar un buen momento. Película de superhéroes basada en el personaje Valiant Comics del mismo nombre. Dirigida por David S. F. Wilson y protagonizada por Vin Diesel, el film sigue a Ray Garrison (Diesel), un soldado que fue asesinado en acción, solo para ser revivido con superpoderes por una organización que quiere usarlo como arma. Se trata de una ópera prima predecible desde el guión, aunque con algunos giros interesantes. Respeta los tres actos y su comienzo es claro, aporta momentos graciosos con razón de ser, que se comprenderán durante el desarrollo. Consigue entretenernos, a pesar de su extensa duración, puesto que se podrían haber evitado varias escenas. Una mezcla de films como Terminator (1984), Matrix (1999), El Origen (Inception, 2010) y The Truman Show (1998) consiguiendo captar el alma de cada una y transmitiendo un claro y reiterativo mensaje que no desentona con el género. Si bien las actuaciones en general son buenas, se destacan la de Diesel que una vez más se luce en las escenas de acción en el rol de superhéroe con corazón y de su antagonista Guy Pearce (Memento, 2000) que simula fragilidad y esconde maldad. Como se espera en estas películas, la trama no funcionaría sin una femme fatale, interpretada por la sensual Eiza González. Con todos ellos es fácil empatizar y vivir la experiencia.