Si te acercas al cine buscando alguna solución sobre cómo ser una buena mamá y esposa cuando sos una mujer que trabaja fuera de la casa, lamentablemente aquí no vas a encontrar mucho, sobre todo si tenés más de un trabajo, más de dos hijos y si tu nivel económico no le llega ni a los talones al que tiene el personaje de Sarah. Creo que se equivocan en venderla...
Una nueva comedia protagonizada por Sarah Jessica Parker ha llegado a nuestras carteleras, que también se podría resumir diciendo que un nuevo bodrio aparcó en nuestros cines para aburrirnos escandalosamente. Por unos segundos dudé y pensé que quizás estaba exagerando, pero al repasar las últimas cintas que llegaron de la actriz totalmente carente de expresión debido al botox que tiene en la cara encontré las dos Sex and the City, Soltero en Casa y la horrible ¿Y... Dónde Están los Morgan?, dándome cuenta que mi ¿aventurada? afirmación era totalmente precisa. Ahora, ¿Cómo lo Hace?...¿Sigue por el mismo camino? La respuesta es tan efectiva como lamentable: si. ¿Cómo lo Hace? nos va a contar, en versión light y carente de profundidad alguna, el trajín de tareas que debe llevar adelante una madre de familia con dos hijos que viaja en cantidades considerables a la semana por cuestiones laborales. El día de Kate se divide en realizar las actividades que toda madre debe realizar y además ocuparse de su esclavizante puesto de trabajo, generando que esas ocupaciones en muchas ocasiones no sean compatibles. La premisa no era desalentadora, ya que poder ver desde la óptica femenina los problemas que causa la ausencia de la figura materna en la casa era sin dudas un punto de partida, al menos, interesante. El problema de ¿Cómo lo Hace? no es la trama, sino que los graves inconvenientes radican en el rol abusivo protagónico que recae en la inexpresiva Jessica Parker y en el intento de profundizar una crítica light y timorata sobre la mirada de la sociedad hacía esas madres que dedican igual tiempo al trabajo que a la casa. Incluso también falla narrativamente al recurrir a los videos con declaraciones de los protagonistas sobre la protagonista (que encima nunca son aclarados en qué contexto se tomaron, quedando totalmente descolgados de la narración) por tornarse tremendamente repetitivos e innecesariamente explicativos con las secuencias que se van sucediendo. Lamentablemente o no, dependiendo de los gustos de cada uno, las operaciones y el botox han arruinado a Sarah Jessica Parker, ya que su cara no transmite una sola sensación a lo largo de sus actuaciones desde hace ya algunos años y si encima encontramos que el film se encuentra girando totalmente a su alrededor es de esperar que ¿Cómo lo Hace? termine siendo una película totalmente olvidable. Greg Kinnear y Christina Hendricks se encuentran totalmente desaprovechados, mientras que a Pierce Brosnan lo veremos haciendo su clásico papel de galán. De hecho los momentos donde Kinnear irrumpe son los más pasables de esta comedia que posee un insuficiente puñado de chistes bien logrados en sus 89 minutos. En un año plagado de buenas comedias ¿Cómo lo Hace? llegó para bajar drásticamente el promedio final y para recordarnos que cuando Sarah Jessica Parker se encuentra en cartelera, conviene mejor disfrutar en casa de algún hermoso clásico como His Girl Friday, que justamente es citada en el transcurso de este film.
Cómo ser madre y mujer sin morir en el intento Siempre lo dije, a mí el feminismo me cag** la vida. Vivimos en una época donde querer ser ama de casa y dedicarte de lleno a los hijos es sinónimo de ser una dejada, una mantenida y entonces no basta con ser linda, delgada, sexualmente activa sino que además tenes que ser profesionalmente exitosa y, como si fuera poco, madre. Si no sos madre es como si no fueras mujer. Cuestión que si no podés con todo eso es tal cual reza uno de los personajes: "Un hombre dice que se irá de la oficina para estar con su hijo y todos lo ven como el ejemplo paternal a seguir. Una mujer dice que se irá de la oficina para estar con su hijo enfermo, y será condenada como desorganizada, irresponsable y sin compromiso". Pero más allá de que muchas tenemos que llevar esta vida de locos por cuestiones de necesidad netamente económicas y dejando los análisis sociales de lado, un estudio medio al cuete para una comedia como esta, "I don't know how she does it" (título original) es una comedia que entretiene y sale aprobada para aquellos que sepan desde el vamos que van a ver, si sos mujer con un ritmo de vida similar y, sobretodo, si sos de esas personas que nunca saben decir que no y ahí van por la vida tratando de cumplir- muchas veces infructuosamente por aquello de quien mucho abarca poco aprieta- todo aquello que promete. La bellísima Olivia Munn lo más sobresaliente del film Esta es una comedia cuya protagonista le juega en contra ya que medio mundo la compara con una especie de secuela vital de la popular Carrie que encarna en Sex and the city; me la juego que si estuviera protagonizada por alguna otra de las actrices del momento sería una comedia mejor recibida ya que a pesar de sus previsibilidades y sus clichés infaltables, cumple en gracia y tiene momentos realmente hilarantes. Repito e insisto que funciona sobretodo para nosotras, las que corremos como ella, las que nos hemos agarrado piojos, las que nos vivimos sintiendo un desastre por tener que comprar en la panadería las tortas de feria en vez de ser las perfectas madres cocineras, las que siempre llegamos tarde a todas partes y que sentimos que colapsamos cuando los peques nos miran con cara de "me lo habías prometido". Basada en un best seller de Allison Pearson y dirigida por Douglas McGrath (Emma, Infamous) la peli no es otra cosa que una comedia donde la que realmente destaca es Olivia Munn (Iron Man 2) como Momo, la fría y super workaholic asistente de la Parker. Todo en uno, comedia de situación, drama liviano y vuelta a comedia romántica, "Cómo lo hace", que estrenará este primero de Diciembre, es una buena opción de esas para ir a ver con una buena amiga como excusa para darnos un respiro. Otros, apuesten por su espera en DVD.
La vida de una mujer muy ocupada siempre se puede complicar aún más. Basada en una novela de Allison Pearson, esta nueva comedia que se presenta en nuestros cines nos cuenta la historia de Kate Reddy, una mujer que no para de hacer malabares en su vida para poder ser una buena profesional en su trabajo y buena esposa y madre en su hogar. Pero Kate se va a dar cuenta de que las cosas siempre pueden estar peor cuando su esposo consigue el trabajo de sus sueños y ella también, obligándola a viajar demasiado y a conocer a un nuevo y muy tentador hombre. Creo que leyendo la sinopsis muchos ya pueden asumir lo que voy a decir a continuación: si buscan sorprenderse y divertirse con algo nuevo, no vayan a ver esta película. Una comedia bastante simple con una trama sencilla y sin sorpresas, una gran cantidad de clichés y personajes típicos encarnados por actores bastante famosos (Sarah Jessica Parker, Pierce Brosnan y Greg Kinnear entre otros) que no consiguen que tengamos ningún interés por la cinta. La forma en la que nos quieren contar la historia no queda muy clara ya que primero se nos presenta una especie de documental, con la gente hablando para la cámara, mientras que en otros momentos se ve la imagen congelada de la escena mientras la protagonista (en movimiento) nos dice lo que piensa o siente. Se utiliza algún que otro elemento más de este tipo, lo cual es bastante extraño dentro de la historia ya que la mayor parte del tiempo la historia está contada (y mostrada) de una manera más tradicional. Una película previsible de principio a fin, que tampoco llega a divertir tanto como para poder dejar pasar por alto algunas cosas. Pero tal vez puede ser buena para tener de fondo en tu televisor cuando salga en DVD en alguna de esas juntadas de amigas que se dan alguna que otra noche.
La difícil tarea de ser mujer (I Dont Know How She Does It) Ser madre nunca fue fácil, pero en los tiempos que corren las mujeres se han convertido en personas multifuncionales, con más utilidades que un cortaplumas suizo. Hoy las mujeres se encargan de grandes puestos empresariales, su familia, hijos, comida, esposo y, además, lo hacen bien. En este mundo tan competitivo superan las actividades de sus pares e incluso de los hombres. De eso trata esta producción del realizador Douglas McGrath, que narra la historia de una brillante empresaria y madre polifacética que pretende ser la mejor, en todos los órdenes de la vida, y que se verá desbordada cuando su marido quede desempleado y ella afronte un nuevo desafío comercial. Kate Reddy (Sarah Jessica Parker) es madre de dos hijos y una brillante gestora financiera, aún con una apretada agenda de reuniones y viajes nunca deja de pensar en las tareas familiares y actividades personales. Al caer la noche, vuelve a su casa para reencontrarse con su esposo Richard (Grez Kinnear), un arquitecto, y sus dos pequeños hijos. La trama suma mayores inconvenientes cuando a Kate le asignan una nueva cuenta que la obliga a realizar frecuentes viajes a Nueva York, Richard consigue a su vez un gran trabajo, situación que debilita el delgado hilo que mantiene unido a este matrimonio. Para complicar las cosas, el nuevo y encantador colega de Kate, Jack (Pierce Brosnan), empieza a convertirse en una inesperada tentación para ella. Esta historia es una adaptación de la novela I Dont Know How she Does It, escrita por Allison Pearson, y suena muy actual. Sarah Jessica Parker aparece en un papel al que está acostumbrada y se la ve cómoda, como en los comienzos de Sex and the City. La película cumple con lo previsto, y con un nutrido reparto compuesto por los siempre correctos Greg Kinnear, Kelsey Grammer y Pierce Brosnan.
¡Qué tierno! Quienes paguen por ver esta película conocen qué artilugios les deparará. Y es que ¿Cómo lo hace? (I don’t know how she does it, 2011) es un film destinado a satisfacer a un público específico. Aún teniendo en cuenta esto, y aún circunscribiendo el proyecto a un género cuyas ambiciones no son más que la de aggiornar al producto anterior para no padecer denuncias de plagio, el trabajo de Douglas McGrath es mediocre. Kate Reddy (Sarah Jessica Parker) es una ejecutiva de las finanzas encargada de garantizar el sustento de su esposo (Greg Kinnear) y sus dos hijos. Sumida en la monotonía, Kate decide aprovechar una oportunidad laboral que supone abandonar su ciudad de residencia con más frecuencia de la habitual. En uno de esos viajes conoce a Jack Abelhammer (Pierce Brosnan) y comienza a familiarizarse con él. Al afianzarse la relación, Kate se encuentra con la posibilidad de emprender una nueva vida con Jack o continuar con su vida cada vez más insulsa. La película enfatiza en una confrontación de pareja producto del desgaste temporal, agregando también, un tercero en discordia que implanta dudas en la consciencia de la protagonista. Adentrada la historia y expuestos los puntos de vista de ambas parcialidades frente al conflicto (aquí se plantea, inicialmente, una dualidad vincular armónica) los personajes huyen hacia el fruto de la tentación, a quien es erigido como un obstáculo en el apacible camino hacia la prosperidad matrimonial y hacia la consolidación paradigmática de la falange familiar. En ese encuentro es donde se monta una de las falacias más estólidas y repudiables del género; Si el espectador presta atención puede apreciar cómo, en la mayoría de los casos, inmediatamente después de que la chance de concretar una circunstancial unión disoluta se le presente al protagonista (destruyendo de esa manera el consentido pacto de fidelidad de la pareja) un instante quimérico y algodonoso de epifanía obnubila el reflejo instintivo de desligarse del sopor cotidiano y encausa, de manera correctiva y con una precisión rítmica que privilegia a la tranquilidad de consciencia, su vida en el loable trayecto de lo moralmente prefijado. La secuencia que sucede a esa mágica comprensión existencial es, esencialmente, la misma de siempre. Una variante angustiosamente asténica de aquel Dudley Moore corriendo por la playa hacia su objeto de deseo en 10, la mujer perfecta (10, 1979) del legendario Blake Edwards. En esta instancia, ya que la escena mencionada constituye la algidez emocional en este tipo de películas, la reacción del público concurrente debería dividirse en dos polos opuestos, posicionándose sobre dos márgenes irreconciliables; Existirán aquellos que materializando la necesidad masturbatoria de legitimar sus traspiés irrumpan en llanto y existirán, también, aquellos que terminen por perecer en sufrimiento cerebral ante el descomedido despliegue de cursinerías y lugares comunes. Sobre el personaje principal, interpretado por Sarah Jessica Parker, sólo es necesario decir que se atiene a las características arquetípicas instauradas en las “Chick Flicks”. Vale remarcar el carácter egoísta de estos personajes, ya que todos los demás operan en función a sus intereses. No hay nada azaroso en su devenir y sus entornos afectivo y laboral priorizan un nivel de gentileza excesiva e injustificadamente condescendiente que es difícil de digerir. Ante la ridiculización del día a día de la mujer independiente y la trivialización conveniente de sus pesares, cuesta comprender cómo quienes simpatizan con los personajes no se retuercen en indignación hacia los realizadores.
Ya todos sabemos cuál es el problema de Sarah Jessica Parker. Su éxito descomunal en el rol de Carrie Bradshaw de "Sex and the City", hizo que no se pudiera desprender de muchos rasgos de ese papel desde que la serie terminó. Es una buena actriz, de hecho. Pasa que, de alguna extraña manera, no quiso arriesgar mucho en sus elecciones y ante el pool de opciones que le ofrecieron en este tiempo, nunca terminó por romper el lazo con su pasado exitoso y jugarse a moldear alguien totalmente distinto. Digamos, es un 50 y 50. En cuanto arranca "I don't know how she does it" y escuchás a Parker narrar en off, te conecta instantáneamente con su Carrie de toda la vida. Es malo eso? Supongo que en principio, no. El tema era saber (en definitiva) si este sería otro producto fallido (al que la actriz nos tiene acostumbrados) o el guión permitiría un par de pasos en otra dirección, no tan familiar para ella... El resultado no es del todo satisfactorio. Creo que a no ser que suceda un milagro (en términos cinematográficos), Sarah Jessica Parker seguirá estando unida, invisiblemente, a aquella reportera exitosa que traía el glamour a las pantallas de los televidentes de HBO en todo el mundo allá por los 90... Hace unos años, la galesa Allison Pearson (en 2002 creo) escribió un bestseller llamado "No sé cómo lo hace". Compendio ideal para la mujer de esta sociedad capitalista y posmoderna, el libro mostraba con bastante humor, las vicisitudes de una mujer a la que le iba bien e intentaba sostener a su familia con la misma intensidad que a su trabajo. El material era de primera, (cuatro millones de ejemplares vendidos, ejem!), así que, por qué no pensar en llevarlo al cine? Con esa premisa, Aline Brosh McKenna (quien está por estrenar de su autoría, "We bought a zoo" en estos días) fue invitada a preparar un guión que respetara la historia y potenciara el costado visual de la obra original. Para llevarlo a la pantalla grande, se llamó también a otra promesa de la industria, Douglas McGrath ("Infamous") y se convocó un par de populares actores para rodear a Parker...No fue suficiente. Kate Reddy (ya saben quien) es una mujer muy solicitada. Responsable de inversiones en su empresa, tiene un ritmo de trabajo infernal que le dificulta el contacto con su familia. Casada con Richard (Greg Kinnear) y madre de dos criaturas, ella se esfuerza por hacer todo bien. Trata de ser organizada, metódica y corre de un lugar a otro intentando no resignar ninguna de sus aspiraciones en la vida. Tarea, desde ya, nada sencilla. Cuando arranca el film, su esposo está desempleado y eso le permite ciertos malabarismos con los horarios, elementos que no estarán presentes cuando él se reintegre al mundo del trabajo. Se llevan bien, son una familia sólida y si bien sus hijos viven de distinta manera la ausencia de su madre (la mayor le hace unos planteos terribles a la madre), parecen poder con la situación. Kate, merced a su tenacidad y aplicación, logra conectarse con un inversionista en el extremo opuesto de los Estados Unidos, el soltero y madurito Jack (Pierce Brosnan) y deben hacer trabajo de equipo para morder un pedazo mayor de la torta al que están acostumbrados. En otras palabras, si manejar la situación era difícil, una vez que Richard consigue retomar su actividad y Kate dobla su tiempo dedicado a la empresa, los cortocircuitos comienzan a arreciar. Se sabe el nivel de flexibilidad que debe tener una familia para aceptar el desarrollo profesional de cada integrante de la misma. Ese es el tema central de "I don't know how she does it", cuál es el límite del desarrollo personal cuando se tienen hijos?, hasta dónde uno puede jugar con retacearle tiempo a tu pareja y pretender que todo se sostenga inmutable? Estos dos interrogantes son los que circulan a lo largo de la película. No es, una comedia romántica ni mucho menos. Los secundarios no dan en el registro (son blandos e insulsos) y Parker rema sola todo el relato sobre sus hombros. Hace chistes, observaciones irónicas, mohínes, dispara millones de frases divertidas en su Blackberry y con eso sólo, sostiene el metraje. Pero no confundirse, que ella sea carismática, no hace que esta sea una buena película, mágicamente. Eso no pasa aquí. "I don't know how she does it" es un producto regular que sigue dejando a Sarah Jessica Parker en su limbo interpretativo, girando sobre perfiles que tiene incorporado y que la aprisionan como actriz. Si la pregunta es, "me voy a reir?", mi respuesta es "lo dudo". Hay que reconocer, sin embargo, que el libro de Pearson tiene un costado jugoso que se decanta en algunas líneas del guión y que hacen que, de alguna manera, no te vayas con la sensación de que perdiste todo tu tiempo en la sala. Pero no mucho más...
Sara Jessica Parker necesita tomarse unas largas vacaciones de la actuación y el mundo del cine. Como le ocurrió en el pasado a tantas figuras del mundo del espectáculo cuando la pegaron con un personaje exitoso, el rol de Carrie Bradshaw, la protagonista de Sex and the City se la devoró por completo y la actriz perdió el rumbo en su trabajo. En esta película, además de presentar una historia que temáticamente atrasa 50 años, Parker vuelve a replicar en sus gestos, su modo de expresarse y encarar el personaje lo mismo que hizo en Sex and the city. Su personaje se llama Kate Reddy pero en realidad es Carrie Bradshaw con hijos. Otra vez vuelve a darle vida a un clon del rol que tuvo en la televisión que con el desarrollo de la historia no hace otra cosa que aburrir. Esta es una película bastante loca porque retrata a las mujeres que trabajan y además crían hijos como si fuera un descubrimiento de los últimos años. De a cuerdo a esta historia la mujer ejecutiva es mejor madre por el simple hecho que está más ocupada, algo que es un desquicio absoluto. Aunque lo más insólito es que las mujeres que no trabajan son retratadas como vagas perezosas que lo hacen por vagancia. Prácticamente se las muestra como si fueran el enemigo. Hubiera sido más interesante de ver como la protagonista se manejaba para balancear la vida familiar con la laboral sin una niñera full time y una asistente personal en la oficina, como lo hacen la mayoría de las mujeres. Más allá del tratamiento que tuvo el tema, la película es un fiasco absoluto como comedia. Sara Jessica Parker no tiene gracia y el guión, exageradamente predecible, tampoco contribuye con el entretenimiento. Por lejos este es el trabajo más mediocre que presentó en su filmografía el director Doug McGrath, quien en el pasado brindó muy buenas películas como Infame, sobre la vida de Truman Capote y excelentes adaptaciones de clásicos literarios como Emma (Gwyneth Paltrow) y Nicolas Nickleby, de Charles Dickens. Su nueva película es para el olvido.
Un film que intenta equilibrar fantasía romántica y realidad La comedia romántica suele ser un género que no admite medias tintas. Hay quienes la aman a pesar de sus tropiezos y están aquellos que la odian más allá de sus aciertos. Y luego están esos a los que les da igual porque no llegan a comprender a qué viene tanto alboroto. Sea como fuere, pocos se detienen a pensar en lo complicado de hacer una comedia romántica que satisfaga a los espectadores que al mismo tiempo exigen fantasía y realismo de sus guiones. Tal vez lo mejor que tenga ¿Cómo lo hace? sea su intento de cumplir con ese objetivo aparentemente contradictorio. Claro que aquí no se trata de una historia típica del género sino de un relato en el que la protagonista, Kate (Sarah Jessica Parker), ya encontró el amor, tiene un marido y dos hijos, pero está a punto de perderlos por culpa de su trabajo. Para estructurar el film, el director Douglas McGrath utiliza el recurso del supuesto documental en el que muchos de los amigos y conocidos de Kate opinan sobre su complicada vida, una existencia de malabarista en la que intenta que su vida como esposa y madre no se vea perjudicada por sus ambiciones laborales. Para interpretar la locura de correr de la oficina al supermercado, de afear una torta comprada para que parezca casera y al mismo tiempo transmitir seguridad e inteligencia profesional nadie mejor que Parker, una consumada actriz cuando se trata de escenas de comedia física, como esa en la que tiene que luchar por mantener la compostura frente a su nuevo jefe, mientras sufre de un ataque de pediculosis aguda. Parker también sabe cómo transmitir la neurosis femenina puesta en evidencia con el divertido recurso de listas escritas en el aire alrededor del personaje. Claro que más de una vez la actriz cae en la trampa de repetir los gestos de su papel más famoso: Carrie Bradshaw, de Sex and the City . Aun con un par de personajes algo desaprovechados, como la mejor amiga, que encarna Christina Hendricks ( Mad Men ), y el rival laboral, a cargo de Seth Meyers ( Saturday Night Live ), ¿Cómo lo hace? tiene bastante que aportar al género de la comedia romántica, aunque lo haga desde los márgenes.
Comedia reaccionaria disfrazada La presencia de figuras como Sarah Jessica Parker y Pierce Brosnan no alcanza para remontar la falta wwde brillantez en el humor y la notable falsedad de las situaciones que, en definitiva, son clichés machistas. Sarah Jessica Parker es una actriz con una carrera cinematográfica pequeña y no muy relevante pero que un día recibió el llamado de la fama por medio de la televisión. Su personaje de Carrie Bradshow en la serie Sex and the City la transformó en una de las actrices más populares del mundo y también en un referente de ciertas angustias y placeres femeninos. Personaje polémico, discutido, pero fundamental de la cultura contemporánea, Carrie no le ha permitido de todas maneras a Sarah Jessica Parker convertirse en una actriz relevante dentro del mundo del cine. Sólo los films basados en la serie le han dado respuesta de taquilla. ¿Cómo lo hace? tiene su tensión dramática y su humor centrado en la figura de una mujer que debe equilibrar su vida laboral con su vida familiar. El conflicto es claro y la comedia en cuestión no está buscando novedades, tan sólo volver sobre un tema que interesa al público actual. Pero el problema de la película no es su tema, el inconveniente está dado por la falta de brillantez en el humor y la notable falsedad con la que aparece cada una de las situaciones. No hablamos acá de una búsqueda de realismo; no, para nada. No es realismo lo que se le pide a esta película, sino espontaneidad, credibilidad. En definitiva: el poder identificarnos con la protagonista y su conflicto. Indudablemente, cuando se trata de una película cuya fórmula prevalece por encima de su construcción, lo que se ve todo el tiempo en la pantalla es la intención de explotar la forma y toda la película queda reducida a una excusa. Una lástima, porque el director de la película, Doug McGrath, ha sabido hacer un film interesante, como Infame y ha sido capaz de ser coautor nada menos que de Disparos sobre Broadway, junto a Woody Allen. Es hora de empezar a pensar que el formato ideal para Sarah Jessica Parker es la televisión, ya que la pantalla grande no le ha dado todavía el espaldarazo que corresponde. Peor aun, es un poco ofensivo que una película que se presenta a todas luces como un film sobre una mujer independiente e inteligente, pase sin ningún pudor por encima de todos los clichés machistas acerca de las conductas femeninas. Y termine realzando con insólita militancia la maternidad de cualquier mujer como el punto más alto de su existencia. La presencia carismática de Pierce Brosnan es tal vez el único regalo que nos da esta película que nos vende una cosa pero termina entregando casi todo lo contrario.
La mamá orquesta Kate (Sarah Jessica Parker) es lo que podría definirse como una mujer moderna: sobreadaptada, eficiente y siempre lista para el trabajo demandante y el cuidado de sus hijos pequeños, aunque su vida matrimonial haya pasado a un segundo plano con altas y baja, y fuertes indicios de crisis por falta de atención a su esposo Richard (Greg Kinnear). Sin embargo, la mujer se las ingenia para cumplir con los dos trabajos y mantener a todos contentos. Inclusive, soñar con un ascenso por su desempeño como parte de un equipo que cierra negocios multimillonarios y que ahora cuenta entre sus clientes más importantes con un codicioso banquero escocés (Pierce Brosnan), que reside en New York y contrata a Kate para seducir a financistas con sus proyectos de rentabilidad asegurada. Pero la balanza de las obligaciones y de las metas personales inclina el peso hacia un solo lado, entonces tanto esposo como familia se perjudican y apenas reciben el tiempo extra tras una ajetreada labor que ocupa prácticamente las 24 horas del día, sin desconectarse un minuto de su celular. Los viajes relámpago con su jefe despiertan sospechas de infidelidad y las faltas maternales constantes, sumado el escaso tiempo, van cimentando una carga difícil para Kate, que como siempre ocurre en estos casos se dará cuenta un tanto tarde que no se puede hacer todo y encima bien. En la línea de una sitcom y con muy poco ingenio para transitar por todos los lugares comunes de películas sobre madres competidoras en un mundo masculino, ¿Cómo lo hace? es una comedia liviana que por momentos parece un episodio largo de Sex and the city pero sin la temática sexual femenina detrás, dado que utiliza casi los mismos recursos narrativos de la voz en off o hablar a cámara y juega la carta de la exageración y el estereotipo para encontrar la complicidad con el público femenino. Sobre un guión de Aline Brosh McKenna, basado en la novela La vida frenética de Kate, de Allison Pearson, el director Duglas McGrath (Infame) entrega esta comedia pasatista e insulsa que para la actriz Sarah Jessica Parker significa no más que una continuidad de lo que vive a diario siendo una de las madres más trabajadoras de la industria del cine. Al apoyarse enteramente en el punto de vista de la autora la descripción del mundo femenino no supera jamás la superficialidad y la chatura habitual, sobre todo de cómo piensan las mujeres que busca el contraste con otras madres despreocupadas de la atención de sus hijos que quedan en manos de extrañas cuidadoras mientras ellas cultivan el ocio y modelan sus cuerpos, como uno de los ejemplos más obvios de este tipo de planteamiento binario. No obstante, se trata de un relato que no pierde ritmo pero que promediando la primera mitad atraviesa una zona de estancamiento, morosidad y rutina que le juegan en contra. La galería de personajes secundarios encabezada por Christina Hendricks (la sexy pelirroja de la serie Mad men), Olivia Munn y Kelsey Grammer apuntala alguna situación pero ninguno de los estereotipos femeninos se supera ni se critica. En síntesis: ¿Cómo lo hace? no aporta nada novedoso al género pero para aquellos que busquen una comedia liviana y entretenida sin demasiadas exigencias, el convite no los defraudará.
La mujer orquesta Sarah Jessica Parker trabaja, educa y se enamora en esta comedia. Cómo lo hace? viene siendo la pregunta a cómo cuernos Sarah Jessica Parker, la Carrie de Sex & The City , lidia con la apabullante (al menos así la construye el filme) lista de cositas para hacer que implica tener una familia de dos niños y un trabajo. La lista incluye desde la compra de bagels a, bueno, prácticamente resolver los misterios de la vida (todo hecho pidiendo constantemente perdón). El guión de la película va por el lado “una madre es como una torre de control de aeropuerto” (sic), pero en clave de comedia romántica, aunque troca el foco del romance del príncipe azul a la familia. La guionista es Aline Brosh McKenna, escriba de El diablo viste a la moda y Un amanecer glorioso , dos apóstoles del fenómeno llamado chick-flick (película de minita , algo que suena mucho más cavernícola traducido). Al igual que esas primas, ¿Cómo lo hace? plantea un ámbito laboral donde el crecimiento de la protagonista la aleja de la familia. Desde el uso intermitente del falso documental y la voz en off constante, se maquilla el derrotero de comedia pizpireta, urbana y canchera. Pero aún así hay una extraña y ajustada contradicción: todo está construido de una forma que se lee caricaturesca, pero que intenta disfrazarse, en sus momentos sentimentales, de sinceridad y termina sonando a moralina. El galán que la corteja es, literalmente, 007, y el día que ella se queda sin teléfono, el nene se cae de la escalera (y así de hipérbole todo), pero cuando tiene que hablar del embarazo para convencer a una amiga que titubea, todo suena, musiquita incluida, a dogma antes que a corazón. Aunque a favor del director McGrath, esa ambigüedad se da también con: la cinefilia (la cita al clásico de Howard Hawks, Ayuno de amor , asemeja a un espejismo), la maternidad (los nenes tienen tanta personalidad como en una publicidad de un jabón antiséptico), el amor (los ojitos Bambi de Sarah y listo), los actorazos (Greg Kinnear, Pierce Brosnan). Y hasta los piojos caen en la lista, en una escena tilinga como pocas, donde los bichitos se asemejan a una debacle nuclear (ay, chicos del norte, son unos exagerados). ¿Cómo lo hace? es prisionera de su horrible y raquítica visión del mundo, que ha superpoblado la pantalla de los tics de la Parker, monomanías nada graciosas (la obstinación con ridiculizar a madres que pasan siete horas en el gimnasio) y exageraciones que se creen humanas.
Cómo desperdiciar tiempo y talento en vano Es increíble ver tanto talento al servicio de una comedia despiadadamente insulza. Sarah Jessica Parker, cuya calidad de comediante está más allá de toda discusión por películas y series de TV, aquí interpreta a una madre que se preocupa por sus hijos y su marido (un Greg Kinnear totalmente desaprovechado), pero que también es una ejecutiva atenta a sus negocios, que la llevan a estar demasiado tiempo fuera de su hogar, para colmo en compañía del millonario Pierce Brosnan. La estructura de entrevistas a cámara, pensadas para contar la historia, no sólo resulta terriblemente anticuada sino que, además, está mal resuelta y no agrega nada a un conjunto sin gracia, lleno de lugares comunes como la tensión del día de venta de postres en la escuela primaria o la reunión de presentación que interrumpe el Día de Acción de Gracias. En medio de este cóctel anodino hay un simulacro de triángulo amoroso -después de todo, la protagonista es una de las estrellas de «Sex and the City»-, pero nunca pasa nada casi a ningún nivel. Lo que más pena da es que la película está bien producida y correctamente filmada, pero carece de un solo gag que haga reír, y tampoco llega a incursionar en el melodrama, aunque por momentos intenta lucir como una comedia dramática. No hay mucho más que decir sobre este fiasco, salvo que hasta un gran cómico como Seth Meyers (de «Saturday Night Live»), en un rol secundario, se ve liberado de todo su talento y cae en lo anodino del conjunto.
VideoComentario (ver link).
Si transportásemos la premise del film a nuestra región, uno ni siquiera se preguntaría cómo hace una mujer para poder trabajar y de pasar llevar una familia adelante. La única preocupación de Kate (Sarah Jessica Parker), incluyendo las leyendas en el poster publicitario del film adelantan temas simplistas como pueden ser un corte de cabello, un lunch, tintorería, dejar a los niños en el colegio, pagar las cuentas, chequear los emails, concertar una reunión, tomar café…
¿Cómo lo hace? es de aquellas adaptaciones cinematográficas que no hacen honor a la comicidad propuesta en su original literario. En la transposición, la película cuenta con los testimonios de amigos, empleados, colegas y familiares de Kate que, a modo de documental, intentan explicar cómo es que ella cumple con todos sus deberes laborales y maternales manteniendo siempre la elegancia y la perfección. A su vez, Kate materializa interminables listas de quehaceres que la persiguen durante todo el día y mantiene tantos diálogos consigo misma que presenta más rasgos psicóticos que de ocupada profesional. Por más que lo intente, Parker no puede quitarse de encima el fantasma de Carrie Bradshaw, algo que apenas había logrado en “La joya de la familia” algunas temporadas navideñas atrás.
La mujer que es capaz de transformarse en ejemplo Kate tiene todas las condiciones para ser una exitosa profesional y una eficiente madre, esposa y ama de casa. Por un lado, sabe manejarse dentro de una firma internacional dedicada a la asesoría financiera. Por otro, tiene un marido arquitecto encantador al que ama, chicos sanos y una casa moderna que no le da demasiado trabajo. Kate tiene una "partenaire laboral", Momo, tan eficiente como joven y linda, que concentra un cerebro digital y una aversión a las relaciones estables y a los niños. Su vida trata de conciliar casa y trabajo hasta el momento en que se le presenta la concreción de su sueño laboral. La firma le encomienda una importante misión en Nueva York, donde conoce a un ejecutivo que la hace tambalear. Es algo así como un paternal y maduro buen mozo, inteligente, tierno, viudo, hábil en los negocios y brillante como organizador. Tanta perfección no puede ser verdad. Kate dudará. TOQUES ROMANTICOS Este es un tipo de filme que le encanta preferentemente a las mujeres. Ese tipo de comedia familiar, con toques románticos, elegante, bien vestida, y con la sonriente Sarah Jessica Parker impecable, simpática, a la moda, como es su costumbre y con todo el glamour de su personaje de "Sex and the city". Bien construida, con atractivos protagonistas, buen ritmo y Dough McGrath ("Emma"), un director, que equilibra bien la comedia, sin agregarle nada original pero con el suficiente buen gusto para pasar un buen momento con atractivos actores. Sarah Jessica Parker hace su clásico personaje con encanto (la gente la ama, o la odia), Pierce Brosnan es Jack Abelhammer, el ejecutivo exitoso y la joven Olivia Munn como Momo, que por supuesto no va a permanecer demasiado tiempo fría y cerebral teniendo a su lado a la "perfecta" Kate.
Chica material Existe una especie de ley no escrita en el mundo del cine que dice que, cuando los que hacen una película piensan de menos, los que la miran luego piensan de más. Norma que parece gobernar (junto a otras, seguramente) a esta comedia estrenada en las salas cordobesas el jueves último. Protagonizada por Sarah Jessica Parker, Greg Kinnear y Pierce Brosnan, la cinta promete: apunta a ser una fotografía móvil y alegre de la vida moderna, sus demandas, sus dilemas, sus contradicciones, a partir de la "experiencia" de una mujer, madre, esposa y profesional, que debe dividirse al menos en tres para mantener, como una malabarista, todas las bolas en el aire ("el secreto no es agarrar, sino arrojar", dirá ella en alguna parte). Pero las promesas se esfuman en poco tiempo, convirtiendo a la película casi en una más del montón. Y es que este filme norteamericano -o los que lo hicieron- parece no haberse tomado el trabajo de empujar la cosa un poco más allá en casi ninguno de los rubros posibles, y esto no debe atribuirse a que quisieran hacer una película simple, o entretenida, o dentro de una serie (o dicho en otras palabras, capaz de agradar a un abanico amplio de personas). No, ninguno de los atributos recién mencionados (sencillez, diversión, o formalismo) está reñido con la posibilidad de innovar, y no en el sentido esnob de la palabra (adorar lo nuevo por el solo hecho de serlo), sino en tanto se trata de recrear algo, para seguir aprendiendo, descubriendo, sorprendiéndose y, por supuesto, refundando el interés hacia eso. Hace algunos años se le decía "cliché" a aquello que una película ofrecía al público después de convertirlo, de tanto repetirlo, en algo vaciado del sentido original; algo que ya no nos decía nada, que sólo nos empujaba a seguir pensando dentro de un mismo círculo vicioso sin la dinámica cambiante de la vida misma. La palabra viene del idioma francés, y del mundo de la prensa, el de las viejas imprentas y los adminículos de plomo que se untaban con tinta para luego grabar una y mil veces sus símbolos en el papel. Seguramente ahora hay versiones modernas para referirse a la misma categoría de adormecimiento de los sentidos, y en el caso de ¿Cómo lo hace? no estaría del todo mal aplicarlas. Como para pasar el rato, sin perder la noción de que existen películas muy parecidas a esta, también norteamericanas, también protagonizadas por estrellas de Hollywood, que sin embrago dejan algo extra en el espectador.
No se trata de una gran reflexión sobre las diferencias de género, ni de los lugares que han conseguido hoy las mujeres, dentro y fuera del hogar. Tampoco hay lágrimas fáciles ni compungidas rupturas. Kate es una madre que trabaja en una financiera y debe atender un salto cualitativo en la empresa. Por su parte, su esposo ha perdido su puesto de arquitecto y asoma un nuevo proyecto. Las idas y venidas de Boston a Nueva York son el escenario en el que se desarrolla una historia tan simple, como olvidar ser feliz. Y todo lo resuelve una noche de boliche (no en una boite sino en un juego de bowling). Parker está cada vez más parecida a sí misma y los varones acompañan. Hay chascarrillos y humor, y cortes en el relato (con miradas a la cámara) que hacen acordar demasiado a Woody Allen. De todas maneras, da para pasar el rato.
Esperemos que alguien en su sano juicio diga alguna vez que no, que Sarah Jessica Parker no sostiene una película, que es una comediante mediocre y que repetir ciertos truquitos de Sex and the City en plan “madre esposa profesional qué difícil qué difícil” (tópico demasiado trillado que, en estas pampas de quita de subsidios, es imposible ver desde la comedia) es totalmente inadecuado. Por suerte está ese secundario gigante que es Pierce Brosnan y algún paisaje neoyorquino para el turista que todos llevamos dentro.
Siempre estuvo todo “bien” En la industria cinematográfica hollywoodense se suele identificar a Sarah Jessica Parker como el retrato de cierto tipo de mujer norteamericana (generalmente neoyorquina), de clase media, exitosa (o con destino de serlo), independiente, autosuficiente, con problemas amorosos, etcétera. Por eso le suelen quedar cómodos esta clase de “proyectos de comedia romántica”. En este caso, ¿Cómo lo hace? Aquí estamos con Kate (Parker), una mamá que quiere hacer todo. Me refiero a tener una vida profesional exitosa y encargarse de todos en su familia. Además, para ella, todo tiene que ser perfecto, y si no lo es, al menos debe funcionar. En cierto punto las cosas empiezan a desbalancearse, su matrimonio corre peligro debido a un compañero de trabajo que se le acerca sentimentalmente y… demás lugares comunes. El trabajo del director Douglas Mc Grath (Infame, 2006) es el de alguien indeciso. Por ejemplo, al principio de la película utiliza algunos recursos simpáticos, como el que los personajes hablen a cámara y testimonios de amigos y conocidos de Kate al estilo entrevista documental, que con mayor y menor suerte, logran buenos momentos y le dan cierta elasticidad y ritmo a una historia de por sí poco original. Sin embargo, poco a poco la comodidad y la falta de pulso hacen que el tedio y la falta de ideas ganen el film. De repente, ¿Cómo lo hace? es una película absolutamente convencional, en la cual se empiezan a desarrollar un par de conflictos que nunca despiertan el suficiente interés. Por un lado, la elección de prioridades de Kate entre su vida profesional y su vida personal; y por el otro, la aparición de Jack Abelhammer (Pierce Brosnan), un inversionista que comienza a trabajar junto a Kate y con el que iniciará una especie de romance, o mejor dicho, comenzará a existir cierta tensión romántica/sexual (para la lógica del film, estos adjetivos van juntos), pero no mucho más. McGrath decide resolver todo sin que pase realmente nada, es decir, el matrimonio de Kate nunca corre realmente peligro y jamás queda cerca de cometer un “error” realmente grave con Jack. Además, reafirma y avala que ella siga con ese estilo de vida que la obliga a trabajar mucho, y descuidar a su familia o viceversa. Por lo tanto, nos encontramos ante una comedia burguesa y conservadora cuyos puntos de vista son, al menos, discutibles. ¿Cómo lo hace? es todo lo que uno no espera de una comedia: en vez de ser corrosiva, incómoda y crítica con ciertos modos de vida que retrata, es condescendiente, amable y bienpensante en el peor de los sentidos. Por momentos es entretenida, sí, pero sin nada nuevo para decir, sino todo lo contrario. En este año, cuando se han estrenado cosas interesantes como Damas en guerra, el personaje de Sarah Jessica Parker queda anacrónico y su película atrasa ya unos 20 años. Kate, con su vida exitosa y sus aires noventosos, es un símbolo anticuado de una época decadente que merece ser olvidada en los DVD de Sex and the city. En conclusión, para divertirse en serio preferible volver a ver la excelente película con Kristen Wiig y olvidar por un rato por qué no somos lo que pudimos haber sido. Redundancia o insistencia: ¡para entender el por qué de la última frase, hay que ver Damas en guerra!
A la comedia estadounidense no le fue tan mal en 2011 respecto de otros género, por ejemplo el de terror; sino estaríamos ante una suerte de debacle, aunque debo reconocer que soy siendo bastante complaciente. Será porque estamos en épocas navideñas y a uno se le da por reglar cosas. Por ejemplo la reflexión que acabo de hacer. Es curiosa la carrera de Sarah Jessica Parker. A principios de los '90 ofrecía un matiz de frescura en algún personaje, como aquella chica despojada de tabúes en la comedia “L.A. Story” allá por el año 1990. Luego pegó ese rol fundamental en una serie (fundamental) como “Sex and the city” (1998-2004), y sus secuelas cinematográficas “Sex and the city. La película” (2004) y “Sexy en Nueva Yotk” (2010). Evidentemente, la guionista de “¿Cómo lo hace?”, Aline Brosh McKenna, vio todas las temporadas de la serie y no se le ocurrió mejor (peor) idea que tomar ese personaje y despojarlo de todo signo de inteligencia para convertirlo en este híbrido del género femenino. Al principio hay una especie de amague con ir por el lado de la impronta de Carrie Bradshaw (el personaje de la actriz en la serie mencionada) con una escena de ella y su marido en la cama. Él duerme en tanto ella reflexiona: “mientras ellos están tranquilos, nosotras hacemos una lista de cosas para hacer al otro día” Entonces asistimos a una serie de pensamientos en off de la protagonista con todo lo que tiene por hacer. Descubrimos entonces la versión de la mujer moderna, casada, con dos hijos, y trabajadora. Los conflictos de Kate pasan, por ejemplo, por cómo hacer una torta para una feria escolar de su hija, mucho más rica y vistosa que la de otra mamá a la que le tiene una evidente envidia. La actriz mira a cámara (cámara subgetiva) para explicarlo, o sea que le habla directamente al espectador. Un buen recurso que en este caso está mal utilizado, porque la línea de diálogo que tiene la actriz dibuja un personaje con el razonamiento de una adolescente en tanto se trata de una mujer cercana a los 40 años. El guión se ocupa de endilgarle a Kate tantas actividades como sea posible, subrayándolas con personajes que a cada rato afirman: “Me pregunto cómo lo hace”. El problema que atenta contra la credibilidad del personaje durante toda la historia no es de la actriz, sino del realizador. Ha dibujado una mujer de 40 años por la forma de hablar, los gestos, y el razonamiento de una adolescente de 16. El marido (Greg Kinnear) tiene más paciencia que Jacinta Pichimahuida. Él también trabaja, pero parece que se las arregla para dedicar tiempo a los chicos y darle a las cosas la importancia que tienen. Pero aún con las apariciones del actor, la obra se va cayendo dentro de su propia propuesta y resulta aburrida. Hasta la banda de sonora está plagada de sonidos comunes que tampoco ayuda a que los momentos de humor levanten el ánimo. Por último, supongamos que el target de público al que está dirigida la producción son las mujeres modernas ocupadas con mil cosas a la vez, estimo que probablemente no tengan tiempo ir al cine a verla.
"Mujeres al borde..." Esta adaptación de la novela de Allison Pearson a cargo del director Douglas McGrath no aporta demasiado a la cartelera local; sólo es un amable entretenimiento que propone, apenas, un poco de reflexión. Kate Reddy (que suena como “ready”, que en inglés significa “lista, preparada”) es una mujer que tiene un excelente cargo en una firma bostoniana de gestión financiera; está casada con un comprensivo marido, un arquitecto desocupado, y ambos tienen dos pequeños hijos. Esta profesional mujer recibe un importante encargo que la obliga a realizar frecuentes viajes a Nueva York, lo que complicará la estabilidad familiar y la relación con los suyos. Para complicar las cosas, el nuevo y encantador colega de Kate resultará un peligro para el delicado equilibrio que ella pretende mantener. La película sólo funciona como un buen entretenimiento y se apoya únicamente en las tribulaciones de esta madre-esposa-profesional de clase media. Es por ello que el personaje de Sarah Jessica Parker lleva el hilo conductor de la narración y no lo suelta jamás. La estructura está planteada con el recurso cuasi-testimonial de hablar a cámara, esto es: algunos personajes aparecen a lo largo de la cinta hablando sobre ella, como si fuesen entrevistados que prestan testimonio sobre la vida de Kate, aportando la mirada particular de cada uno de ellos. Así encontramos a la secretaria de Kate, a su mejor amiga, al principal contrincante en la empresa y a otra mamá de la escuela. El guión es bastante simple y no contiene ninguna sub-trama; más que nada se apoya en el trabajo de Kate y su relación con estos personajes secundarios, además de con su esposo e hijos, mostrando cómo afecta cada vez más su vida laboral por sobre su vida familiar. Nada es original aquí: lo que vemos es exactamente lo que el trailer prometía, sin ningún sobresalto ni historia escondida; comienza, transcurre y termina tal cual uno se lo espera. Por suerte sólo dura 90 minutos y eso ayuda a no alargar algo que resulta obvio de entrada, sin crear conflictos extra que sólo dilatarían sin sentido la llegada al desenlace. Lo que tiene de bueno es que, al menos, el conflicto planteado es sincero, real, verídico, creíble; tal vez algo caricaturizado, pero para generar más empatía con el personaje central. Como sugiere el personaje del marido: más que una mujer es una malabarista. A pesar de todo, tiene un buen elenco en el que se apoya: Greg Kinnear, Pierce Brosnan, Kelsey Grammer, entre otros. Seguramente habrá enorme identificación por parte del público femenino que está en las mismas condiciones que la (des)afortunada Kate.Esta adaptación de la novela de Allison Pearson a cargo del director Douglas McGrath no aporta demasiado a la cartelera local; sólo es un amable entretenimiento que propone, apenas, un poco de reflexión. Kate Reddy (que suena como “ready”, que en inglés significa “lista, preparada”) es una mujer que tiene un excelente cargo en una firma bostoniana de gestión financiera; está casada con un comprensivo marido, un arquitecto desocupado, y ambos tienen dos pequeños hijos. Esta profesional mujer recibe un importante encargo que la obliga a realizar frecuentes viajes a Nueva York, lo que complicará la estabilidad familiar y la relación con los suyos. Para complicar las cosas, el nuevo y encantador colega de Kate resultará un peligro para el delicado equilibrio que ella pretende mantener. La película sólo funciona como un buen entretenimiento y se apoya únicamente en las tribulaciones de esta madre-esposa-profesional de clase media. Es por ello que el personaje de Sarah Jessica Parker lleva el hilo conductor de la narración y no lo suelta jamás. La estructura está planteada con el recurso cuasi-testimonial de hablar a cámara, esto es: algunos personajes aparecen a lo largo de la cinta hablando sobre ella, como si fuesen entrevistados que prestan testimonio sobre la vida de Kate, aportando la mirada particular de cada uno de ellos. Así encontramos a la secretaria de Kate, a su mejor amiga, al principal contrincante en la empresa y a otra mamá de la escuela. El guión es bastante simple y no contiene ninguna sub-trama; más que nada se apoya en el trabajo de Kate y su relación con estos personajes secundarios, además de con su esposo e hijos, mostrando cómo afecta cada vez más su vida laboral por sobre su vida familiar. Nada es original aquí: lo que vemos es exactamente lo que el trailer prometía, sin ningún sobresalto ni historia escondida; comienza, transcurre y termina tal cual uno se lo espera. Por suerte sólo dura 90 minutos y eso ayuda a no alargar algo que resulta obvio de entrada, sin crear conflictos extra que sólo dilatarían sin sentido la llegada al desenlace. Lo que tiene de bueno es que, al menos, el conflicto planteado es sincero, real, verídico, creíble; tal vez algo caricaturizado, pero para generar más empatía con el personaje central. Como sugiere el personaje del marido: más que una mujer es una malabarista. A pesar de todo, tiene un buen elenco en el que se apoya: Greg Kinnear, Pierce Brosnan, Kelsey Grammer, entre otros. Seguramente habrá enorme identificación por parte del público femenino que está en las mismas condiciones que la (des)afortunada Kate.
Kate Reddy (Sarah Jessica Parker) es una madre de familia que trabaja sin parar en una firma de gestión financiera en Boston. Su esposo y arquitecto recientemente desocupado Richard (Greg Kinnear) y sus dos hijos la esperan todas las noches en su casa, donde además desempeña su rol de madre y esposa. Cuando Kate recibe un importante encargo que la obliga a realizar viajes frecuentes a Nueva York y Richard consigue a su vez el trabajo que tanto deseaba, la situación familiar comienza a hacerse cada vez más dificultosa. Para empeorar las cosas, el nuevo colega de Kate, Jack Abelhammer (Pierce Brosnan), resulta ser una inesperada tentación para ella. Probablemente de poco sirva esta sinopsis para una descripción realmente certera de ¿Cómo lo hace?: la historia sobre una mujer cuya vida se complica cuando su empleo le exige que deje de lado su familia y un jefe pintón se le interpone en su camino funciona como una especie de segundo plano narrativo que permanece fuera del marco principal. Este parece estar restringido al canto enceguecido a la mujer multifacética, lo cual no generaría un problema si no fuese que el resto del relato queda casi reducido a un decorado de fondo. Entre las múltiples señales de abandono de ese contexto y el excesivo interés generado alrededor de su personaje principal, el film de Mcgrath casi se desentiende de las potencialidades del romance y más aún de la comedia, como si los destellos de su objeto de adoración le quitaran, incluso, la energía para observar aquello que lo completa desde afuera. Si no es la recurrencia de chistes prestados como el de los hombres de nieve y las zanahorias (todo espectador de Lost podrá sentir todavía más nostalgia al volver a escucharlo) o el ya lugar común de pegarle a Justin Bieber, ¿Cómo lo hace? regala sus instantes de humor a situaciones como una ecografía colada en un Power Point de negocios o la presencia de piojos extrañamente inquietos en una reunión de Kate con su jefe, instantes que, por la misma indiferencia que producen, no hacen más que confirmar esa concepción unidimensional de esta película a la que parece no quedarle otro remedio que llenar sus huecos con chistes sin gracia. La misma suerte corren algunos de los personajes secundarios –específicamente las madres amas de casa y Chris Bunce, el competitivo compañero de trabajo de Kate– que pasan a conformar, a partir de sus apariciones, un conjunto de piezas más del arsenal de parches de emergencia y que devienen a su vez las principales víctimas de esta huérfana historia. Como enemigos atajados de casualidad, parecen haber sido empapados en una mezcla poco disimulada de clichés y rencor, y finalmente puestos al servicio de la ridiculez, única suplente disponible ante la falta de humor inteligente y personajes bien delineados que la película padece. En este gran desfile de acontecimientos y personajes desorientados que caminan en círculos y vuelven hacia un mismo punto, ¿Cómo lo hace? encuentra en el desenlace su última oportunidad de redundancia. Una vez ahí no halla encuentra mejor elección que la de quedarse embobada ante el último plano de su protagonista que, lejos ahora de las corridas y las ropas desprolijas, sonríe amplia y largamente desde arriba de una silla de su casa, como la marioneta que se sacude y luego se congela, convencida de que sus movimientos pueden hacer olvidar que jamás allí hubo una historia.
Malabarista Light ¿Cómo lo hace? o I don't know how she does it (eterno el título) es una nueva comedia romántica de la ya figurita repetida Sarah Jessica Parker... (Sarah, existen otros géneros... ¡Posta!). No es la comedia del año ni cerca, pero tampoco creo que sea tan desastrosa como se la viene criticando por todos los medios. ¿Es una historia poco innovadora? Totalmente, ¿plantea un tema un poco chato y machista? seguramente, ¿es divertida? por momentos sí y tiene unos personajes secundarios que hacen muy bien su trabajo (el personaje de la asistente Momo se roba las escenas donde aparece, todas!). La película trata sobre una esposa y madre de 2 niños que debe hacer malabares para organizarse entre su vida familiar y su trabajo como ejecutiva de cuentas en una importante empresa norteamericana. En la búsqueda de equilibrio, se topará con algunas tentaciones externas y algún que otro paradigma interno que hará peligrar su desordenada pero feliz vida familiar. Como verán la historia no es muy compleja que digamos, es poco picante y tiene ese aura maldito de "film familiar y esperanzador cercano a las fiestas que dice: festejemos, festejemos, que la linda que es la vida". En eso estoy de acuerdo con todos sus detractores. Por otro lado, tiene algunos momentos o mejor dicho gestos en los que se nota la buena mano del director Douglas McGrath. Para el ojo y el oído despierto, hay varias escenas en el film donde se dan algunos gestos, muecas, frases que son perspicaces y divertidas. Lo mejor de la cinta son sin dudas sus actores de reparto, la asistente Momo (Olivia Munn) y el esposo (Greg Kinnear). Pierce Brosnan también hace un buen papel como el empresario seductor. No son muchísimos los momentos divertidos, pero si los hay y me reí un par de veces, que es mucho más de lo que puedo decir de otros exponentes del género. Quizás lo peor de la película son los momentos en que la protagonista le habla a la cámara explicando todo lo que hizo, hace o va a hacer... resulta un poco pesado. Los desenlaces también carecen de fuerza y pasan bastante rápido sin despertar mucho en el público. No soy fan de este género, pero a mí no me pareció tan calamitosa. Le subo una estrella por Momo!
Basada en la novela debut de la escritora galesa Allison Pearson -una versión en un formato cuasi diario sobre los largos días y las insomnes noches de una esposa, madre y profesional londinense- "¿Cómo lo Hace?" nos presenta la historia de Kate Reddy (Sarah Jessica Parker), una mujer profesional y malabarista por excelencia cuya vida depende de una interminable lista de quehaceres pendientes. "Un estudio reciente revela que mujeres con hijos pequeños no duermen bien de noche. Los investigadores no pueden explicar el porqué. Pudieron preguntarme a mí", afirma la protagonista que en vez de dormir, dedica ese preciado tiempo en elaborar en su cabeza la lista anteriormente mencionada. Ella adora su trabajo. Es gerente de inversiones de la sede en Boston de una importante firma de Nueva York que trata de balancear su vida laboral, la cual le demanda gran parte de su tiempo, y la personal y familiar que comparte junto a su esposo Richard (interpretado por Greg Kinnear), un arquitecto desempleado a la espera de la adjudicación de un importante proyecto de diseño, con quien tiene dos hijos. El asunto se complica cuando el personaje de Parker recibe un encargo que la obliga a viajar con frecuencia a la Gran Manzana (la aprobación de una propuesta para un nuevo fondo de inversión), mientras que su marido obtiene una oportunidad de trabajo única. El éxito profesional, sin embargo, debilita la unión entre ambos y propicia que en la vida de Kate aparezcan tentaciones, como lo es el caso de su nuevo colega Jack Abelhammer (Pierce Brosnan), cabeza de la firma en esa ciudad. Dirigido por el actor Douglas McGrath ("Nicholas Nickleby"), quien se desempeñó como guionista de "Saturday Night Live" en el año 81, este film escrito por Aline Brosh McKenna, nominada al BAFTA por el libreto de "El Diablo Viste a la Moda", no aporta demasiado sobre un tema bastante común en la vida de las mujeres modernas y es cómo hacen para mantener equilibradas las diferentes áreas que componen su vida. Cabe destacar aquí que el único objetivo de esta cinta es el completo lucimiento de su protagonista, lo cual no le importará demasiado a la platea femenina, compuesta en su mayoría por admiradoras de "Sex And The City", pero aquí con mucho menos glamour. El reparto se completa con Christina Hendricks, Kelsey Grammer, Seth Meyers, Olivia Munn, Jane Curtin y Jessica Szohr.