Este documental muestra la protesta estudiantil desde 2013 hasta la elección del actual presidente de Brasil. Eliza Capai eligió tres testimonios de estudiantes que organizan el relato del movimiento estudiantil, con sus conflictos, complejidades, humor, momentos de peligro y represión, consignas, novedades, tomas de colegios. La idea de Capai, muy lograda es conseguir una voz colectiva para mostrar la natural rebeldía de los jóvenes desde los tiempos de la dictadura militar hasta la actualidad. Eligio a Lucas Penteado, Nayara Souza y Marcela Jesús que de una manera representativa inician la narrativa del trabajo como en una asamblea donde tienen un tiempo limitado para exponer sus ideas. Con imágenes en crudo, materiales llamativos y un tratamiento marcadamente coral.
Registro vivido de los movimientos estudiantiles en el vecino Brasil, esta propuesta se presenta como necesaria para demostrar que no todo está perdido en tiempos en los que los jóvenes se pierden en mundos virtuales y apatía política.
Educación cívica y lucha política La desaceleración económica producto de la necesidad de los centros financieros de domesticar el impulso independentista brasilero generó una crisis política y social en el país vecino que tuvo tres ejes. Por un lado, el Golpe institucional contra la presidenta Dilma Roussef, por el otro, el absurdo juicio contra Lula Da Silva, el candidato mejor posicionado en las encuestas para ganar las elecciones, y por último, la construcción de la candidatura presidencial de Jair Bolsonaro, un títere fascista del empresariado de Brasil. Hablamos de un plan orquestado por las elites para subyugar nuevamente al pueblo de su país e impedir que se convierta en ejemplo y motor del crecimiento de América Latina. Como preludio y antesala de esta crisis institucional y política cobran importancia dos movimientos sociales que ponen sobre la mesa dos cuestiones que interpelan a toda la sociedad, y particularmente al campo popular, referidas al transporte y la educación. El desatinado aumento del transporte por parte del gobierno de San Pablo primero y el anuncio del cierre de una gran cantidad de escuelas públicas después desatan una respuesta inusitada de repudio, canalizada en marchas contra el innecesario aumento de las que participan muchos estudiantes de las escuelas públicas. El triunfo de las protestas y la marcha atrás del gobierno proveen a los estudiantes de un ejemplo muy fuerte de lucha. El anuncio del cierre de las escuelas poco más tarde desencadena la toma de varios colegios por parte de los estudiantes, quienes ya seguían de cerca la lucha de sus homólogos de Chile por una educación pública gratuita y de calidad. Espero tua (Re) Volta (2019) es un documental de Eliza Capai que sigue el derrotero de las protestas, las marchas y las tomas de los colegios por parte de los estudiantes desde las propias palabras de sus principales dirigentes. La lucidez de los estudiantes para narrar y reflexionar sobre su propia experiencia sumado a las imágenes de primera mano de un documental realizado mientras los acontecimientos ocurren, o tomando prestadas imágenes sobre los hechos realizadas por documentalistas independientes, dan cuerpo a una obra insoslayable sobre los nuevos movimientos sociales, la participación política adolescente y el lugar de la educación pública en la sociedad, cuestiones que se contraponen a la brutalidad policial y la idiotez de los políticos. Eliza Capai logra cubrir y explicar muy didácticamente el contexto y las protestas así como la historia de los protagonistas de esta revuelta contra la explotación capitalista en su fase de rapiña y saqueo. A pesar de la falta de recursos los responsables del documental lograron crear una obra de primera calidad que relata todo el proceso en profundidad y desde distintos puntos de vista para comprender las luchas abiertas en la ciudad más populosa de Brasil y la necesidad de replicarlas para mejorar nuestra participación ciudadana y defender la educación pública gratuita y de calidad.
Los tiempos cambian. Las estrategias políticas también. Ni hablar del concepto mismo de revolución. De esto y mucho más habla la película de Capal, un seguimiento de las diversas manifestaciones de estudiantes en San Pablo, por una mejor educación pública durante los últimos convulsionados años de Dilma Rousseff. Lo curioso del caso es que la manera en que representa el documental los acontecimientos obedece a un registro enunciativo diferido, transformado en una especie de Hip Hop de hora y media, comentado y debatido por tres de sus protagonistas mientras revisan esas imágenes que los tuvieron al frente. Como si fuera una especie de Gimme Shelter de los hermanos Mayles, los hechos son analizados a la luz del tiempo que pasó y la fuerza radica en esas voces que legitiman los movimientos estudiantiles y sus logros. El material de archivo es observado, discutido, como si pusiera un paño frío a la violencia de las situaciones donde la represión recrudece. En este sentido, parece haber una transferencia de la directora a los propios estudiantes para que ellos monten su propia película, para que conduzcan su desarrollo a la manera de una percepción simultánea, vertiginosa y hasta dispersa, más afín a las nuevas generaciones. Está en nosotros resignarnos a las viejas maneras o integrarnos más allá del apocalipsis. No obstante, la presencia constante de la cámara, como una protagonista más, capta un campo de tensiones al rojo vivo sobre qué decisiones tomar en momentos culminantes. Allí, donde las dudas y las contradicciones asoman, la protesta parece debilitarse en favor del enemigo. Una de las virtudes de Espero tua re(volta) es la idea del cine como arte del presente en un sentido político, ausente en tantos exponentes cuya única motivación parecería ser el refugio estético. Ante ese círculo vicioso, la película grita, baila, sacude, promulga por un discurso que restituya la ideología en tiempos de crisis y de identidades difuminadas, donde parece que estamos resignados frente al dolor y a la muerte. Como contrapartida, los estudiantes marchan y se bancan los palazos de las fuerzas de seguridad represivas. Pero siguen. Su principal triunfo es doblegar las decisiones del poder y ganar terreno sobre ciertos derechos. Pero la derrota es importante: una población que elige al militar Bolsonaro. Y en esa condición de presente que despliega el documental se abre un interrogante, un horizonte incierto y la paradoja de haber luchado para evitar lo que finalmente sucedió: el más feroz neoliberalismo triunfó en Brasil. Hay una lógica formal que enriquece el trabajo de la directora, a saber, su ligazón con el lenguaje de la música en el ritmo que le imprime a las imágenes y el modo en que los colores inundan la pantalla para evocar las estrategias de un cine político de impacto. Lo que cambia es la evaluación y el análisis que hacen a la distancia los protagonistas. La calle, ese arte del olvido impuesto por el mundo de la virtualidad, se materializa de modo tal que nadie pierda de vista que es allí donde se logran los derechos avasallados por la clase política de turno. La música y la protesta se aúnan para revivir un espíritu colectivo vivo. Espero tua re(volta) fue una de las películas de esta gris edición del Bafici 2019. Estuvo escondida, pero la intención de la realizadora, de que la película circule por diversos espacios de manera gratuita, abre un panorama interesante para recuperar esa dimensión política capaz de contrarrestar los numerosos esfuerzos de neutralización de voces. Por Guillermo Colantonio @guillermocolant
La revolución es un sueño eterno Espero tu (re)vuelta (2019) es una luz al final del camino, aunque este no sea el más esperanzador. A través de las voces de tres estudiantes, la realizadora Eliza Capai narra los conflictos que los tuvieron como protagonistas exclusivos mostrando un panorama amplio sobre un hecho bisagra en la historia brasilera reciente. Lucas, Nayara y Marcela son los tres protagonistas que la directora elige para narrar, no necesariamente frente a cámara, los hechos que se originaron en 2013 como un reclamo frente al indiscriminado aumento del transporte. Las protestas se hicieron sentir y el gobierno de San Pablo tuvo que dar marcha atrás con la medida. Luego los disparadores serían los recortes de las meriendas escolares y más tarde el cierre de escuelas. Ante cada atropello (en sentido figurado y literal) por parte de las autoridades, los chicos y chicas pusieron el cuerpo y lograron victorias gigantescas que solo quedaron opacadas con la victoria de Jair Bolsonaro en la última elección presidencial del hermano país. Es interesante ver cómo la directora capta a esos cuerpos en lucha y muestra la revuelta desde adentro. Las internas entre los estudiantes y la constante lucha contra una sociedad que en su mayoría parece haberles dado la espalda y cuyas frases descalificadoras repercuten y nos resultan familiares de este lado de la frontera. “Vayan a trabajar” o “sigan fumando porro” gritan los padres de unos alumnos que no pueden ingresar a la escuela porque está tomada. Escenas como esas o las de atropellos a los estudiantes porque los automovilistas no pueden circular son tan necesarias como dolorosas. La directora no escatima en imágenes de archivos y de los propios protagonistas para adentrarse en una lucha que todavía continúa. Espero tu (re)vuelta es un grito de libertad, una voz plural y general que se alza en todo el continente y va en un solo sentido: la escuela debe ser pública, gratuita, inclusiva y de calidad. Una revolución que comenzó con chicos y chicas de secundario y debe quedar en la memoria de toda la ciudadanía que día a día ve cómo sus derechos son pisoteados y se queda inmutable ante la feroz maquinaria manejada por los gobiernos de turno.
Este largometraje de Eliza Capai registró con una sensación de cercanía y urgencia las revueltas callejeras (y la brutal represión oficial) de los grupos de estudiantes secundarios que lucharon contra el cierre de casi 100 colegios públicos y contra los aumentos en las tarifas del transporte público. Espero tu (re)vuelta describe cinco años de movilizaciones (mientras por el gobierno nacional pasaban Dilma Rousseff, Michel Temer y ahora Jair Bolsonaro) en asambleas estudiantiles, tomas de escuelas, cortes de calles y enfrentamientos cara a cara con la policía, siempre bajo el lema “ocupar y resistir”. Los testimonios de las jóvenes lideresas (porque las mujeres han tenido un lugar protagónico en todo este movimiento) conforman el corazón de un film que -a pesar de los golpes que reciben las protagonistas y la crisis de la educación pública que retrata- nunca pierde su reivindicación de la libertad sexual, artística y política ni su espíritu festivo. Agitprop a la brasileña.
En el 2013 el movimiento estudiantil brasilero copó las calles de Sao Pablo protestando contra la suba de la tarifa del boleto. Fueron reprimidos, perseguidos, pero nunca declinaron. Los jóvenes comenzaron a sentir el poder colectivo que tenían y se fueron multiplicando. Las imágenes revelan los seis días de resistencia, tras lo cual el gobierno reculó con su medida. Aquella (re)vuelta sentó un precedente: unirse para salir a las calles en defensa de los derechos civiles y humanos. El estreno del nuevo documental de la realizadora brasilera Elisa Capai, demuestra su compromiso con las temáticas sociales como hizo anteriormente en Tão longe é aqui(2013), No devagar depressa dos tempos (2014), O jabuti e a anta (2016) y #Resistência (2017). Es precisamente, bajo esa orientación, que indaga en formas narrativas y estilísticas más creativas que revelen y transmitan al espectador la escencia de los hechos que muestra. Espero tu (re)vuelta está narrada por tres estudiantes de origen humilde y de clase trabajadora que viven con la disyuntiva de tener que elegir “entre comer o tener un techo”. Ellos son Koka; Nayara y Marcela, quienes representan los puntos centrales de la militancia estudiantil que surge, fuertemente, entre el 2015 y el 2017 como respuesta al cierre de las escuelas públicas, a la que concurren la clase baja de Brasil, al traslado de sus alumnos y ante la intención política de reducir el presupuesto educativo. En sus revueltas, desafiaron al poder gubernamental y toleraron el abuso de las fuerzas de seguridad, ganado una nueva batalla que impidió dichas medidas. La cámara de Capai se inserta en el núcleo del conflicto para tomar en directo la gesta de los cambios sociales en el campo estudiantil. Esa urgencia no espera, y se vuelve un grito de resistencia, que se muestra a través su organización interna, de las tomas a los colegios y en las peleas frente a la policía que intenta invisibilizarlos. También se intercalan imágenes de archivo, que van dando forma a un relato dramático e intenso. “Ya veremos qué pasa cuando los niños se despierten y usen sus juguetes para revolucionar” rapea Lucas “Koka” Penteado, frente a muchos estudiantes a quienes los representa. El rap durante todo el documental se intercala como la voz colectiva de los que menos tienen, un ritmo que acompaña la vorágine de las calles y los años más duros, desde de la dictadura militar, que terminaron en la destitución del gobierno de Dilma Rousseff y el ascenco de Bolsonaro. Desde lo formal, el documental se muestra construyéndose a sí mismo de manera autorreferencial. Sus protagonistas intercambian opionines -en off- sobre lo que van a mostrarle al espectador, otras veces dan su testimoio a cámara. Un recurso, que le imprime cierto carácter didáctico o pedagógico, que está en consonancia con el tema. Las imágenes redundan en mostrar la violencia constante, la presión psicológica y el desinterés de cierta dirigencia de derecha que intenta mantenerlos en la ignorancia para manipularlos o encarcelarlos sin motivo. Basta ver el crecimiento de la población carcelaria que se cuadruplicó entre 1998 y 2015. En su paso por los Festivales Internacionales, recibió el Premio Internacional de Amnistía y el Premio de la paz en Berlinale (2019); salió galardonada como Mejor Documental brasilero en Olhar de Cinema, FICIP. También fue premiada con el “Best young feature film”, en Cinema in sneakers y seleccionada para la Competencia oficial de Derechos Humanos en el Buenos Aires Festival Internacional de Cine Indeopendiente -BAFICI. Elisa Capai reproduce el lenguaje estudiantil, habla y se mueve como y junto a ellos. No toma distancia de los hechos, más bien se suma a las demandas que acompaña desde un registro cercano y apelativo. Cada plano toma distintos aspectos de su lucha, visibilizando un cambio de paradigma en los movimientos sociales que surgen ante la falta de libertad y violación de sus derechos. ESPERO TU (RE) VUELTA Espero tu revuelta. Brasil, 2019. Directora y guionista: Eliza Capai. Intérpretes: Nayara Souza, Lukas “Koka” Penteado, Marcela Jesus. Productor: Mariana Genescá. Dirección de fotografía: Bruno Miranda, Eliza Capai. Edición: Eliza Capai, Yuri Amaral. Sonido: Confraria de Sons & Charutos.Música: Décio 7. Duración: 93 minutos.
La documentalista Eliza Capai (Here is so Far, The Tortoise and the Tapir) trae a nuestras salas un acercamiento sobre una realidad vivida y escrita por tres jóvenes estudiantes elegidos por ella para narrar, aunque no necesariamente frente a la cámara, las protestas sobre la educación pública que se hicieron sentir durante los últimos años en Brasil. Lucas «Koka» Penteado, Nayara Souza y Marcela Jesus describen cinco años de movilizaciones en asambleas estudiantiles, tomas de escuelas, cortes de calles y enfrentamientos con la Policía durante las presidencias de Dilma Rousseff, Michel Temer y ahora Jair Bolsonaro. Conflictos y represiones que se hicieron sentir, resultando en una marcha atrás del gobierno de San Pablo sobre el aumento del boleto escolar.
"Espero tu (re)vuelta", un documental cuerpo a cuerpo La película retrata tres episodios sucesivos en los que la juventud paulista ganó la calle por distintas clases de reclamos. Algo muy fuerte, relacionado con la dinámica narrativa y visual, atraviesa el documental político brasileño. Vista un par de años atrás, O processo, sobre el golpe institucional contra la presidenta Dilma Roussef, avanzaba a ritmo trepidante a lo largo de su larga extensión, gracias al nervio impreso por su montaje. Ahora Espero tu (re)vuelta, sobre las luchas estudiantiles de la última década en la ciudad de San Pablo, levanta la apuesta y a ese mismo ímpetu de la edición, y a la investigación a fondo que caracterizaba el film de Maria Ramos, le suma una variedad de recursos narrativos que lo vuelven fascinante. El resultado es una máquina narrativa exuberante y contagiosa, que cuenta con energía inclaudicable un proceso político hecho de triunfos y derrotas. “Se terminaron tus cinco minutos, ahora déjame a mí”, le avisa Nayara Souza a Lucas Penteado, e invocando la pertinencia de que sea una mujer la que narre un proceso en el que sus hermanas fueron protagonistas, toma la palabra y cuenta. La narración de Espero tu (re)vuelta, a tres voces, da por resultado lo que podría denominarse “primera persona coral”. Lo que cuenta la película dirigida por Eliza Capai son tres episodios sucesivos -años 2013, 2015 y 2017- en los que la juventud paulista ganó la calle por distintas clases de reclamos, que van desde el intento oficial de degradar la escuela pública hasta el decreto por el cual se aumentaban los pasajes en el transporte público. Si bien las dos primeras batallas (la palabra no queda chica) se dieron bajo los gobiernos de Dilma Rousseff, el responsable por las medidas fue el gobernador del estado de San Pablo, Geraldo Ackmin, actual presidente del centroderechista PSDB. Llamativamente, ninguno de los narradores pertenece al PT. Lucas da la impresión de ser extrapartidario, Nayara Souza milita en una organización más a la izquierda y otra, la tercera en cuestión (Marcela Jesus), parece simpatizar con el anarquismo. El último enfrentamiento, en el que los jóvenes protestan contra el intento de aumentar las tarifas del transporte, recuerda claramente el caso de Chile, aunque en verdad es anterior (2017). Puede ser que la influencia haya corrido al revés, porque la lucha de los estudiantes del mayor estado del Brasil resultó exitosa, obligando al gobierno estadual a revocar el decreto. Tal como había sucedido antes, cuando se quiso imponer una “relocalización” estudiantil, que implicaba el traslado de 100 mil estudiantes de un colegio a otros, y el cierre de 93 establecimientos. Exactamente lo mismo que intentaría poco más tarde en la Argentina el gobierno de Mauricio Macri en el marco de la pretendida reforma educativa, que puso en pie de guerra a toda la comunidad. El status de narración coral da a Espero tu (re)vuelta un carácter de testimonio global por parte del estudiantado, que empuja su significación (por si hubiera alguna duda sobre la masividad del movimiento, allí están las calles llenas de jóvenes, y los particulares que salen en su defensa ante los bastonazos y bombas de gases lanzados por la policía militar, así como otros les tiran el auto encima). Los protagonistas dan un sentido amplio a la palabra “político”, que incluye no sólo la batalla callejera (el de Eliza Capai es un verdadero documental cuerpo a cuerpo) sino además la reivindicación racial y de elección sexual. “Ocupar nuestros cuerpos es un acto revolucionario”, afirma una de las protagonistas. Pero además están los brotes de autoconciencia y de apelación directa al público (“eso quedará para algún otro documental”, “ya sé que va una hora de película y ustedes estarán cansados”), la intervención sobre el propio material (“mové la cámara para la derecha, ahora para la izquierda, un poco más abajo”) y el carácter vitalísimo, jadeante, rapeado, casi de fiesta pagana, con que se revive una historia que tuvo todas esas características.
Infinita represión y resistencia. Espero tu (re)vuelta (2019), meritoso documental brasilero escrito y dirigido por Eliza Capai, se aproxima de una manera diferente al eterno dilema sobre la educación pública en Brasil. Es un problema que sobrepasó todo límite impensado y se asemeja a Chile en donde, claramente, el poder del pensamiento de derecha aleja a los adolescentes sin recursos económicos de una formación académica. ¿Qué le sucedería a un hombre blanco, rico y hétero, si un negro pobre y gay, algún día, les quitara el puesto de trabajo o la facultad? Porque no hay nada más poderoso que un pobre con educación. En la última década, las demandas por una mejor educación pública fueron el punto central en las protestas y tomas de escuelas del movimiento estudiantil brasileño. Las voces de los propios estudiantes dan cuenta de esa lucha, así como de los conflictos y complejidades del mismo fenómeno. Es un trabajo técnicamente muy bien ejecutado, relatado desde el punto de vista de los que exigen su derecho a la educación. Logran que nos informemos con respecto a la realidad de una manera violenta, puesto que así viven su situación que fluctúa según el traspaso de años de lucha y diferentes estrategias para llamar la atención de los medios, cuando pareciera que la situación se calmó (vale decir: no hay muertos nuevos o casos de violaciones ni desaparecidos). Además consigue que nos involucramos, sentimos con impunidad, esa violencia que ejerce la policía militar sobre jóvenes que con valentía, gritan su derecho a ser educados. Las imágenes son recopilaciones de grabaciones de celulares o cámaras caseras, que tuvieron la buena suerte de no ser rotos o confiscados: a la policía le urge reprimir y no se percata de estar siendo grabados… Es un documental que pide ayuda y llama a la acción, a luchar con ellos. También entrega testimonios de dirigentes de diferentes organizaciones estudiantiles que nos dejan muy en claro que continuarán luchando y resistiendo, más aún cuando las aguas se calmen, ya que es ese el momento en el que los poderosos están planeando nuevamente cómo excluirlos cuando se hace de noche, en esos lujosos edificios, muy alejados de la realidad que les estorba. Podríamos denominar a este documental como a una infinita guerra entre blancos y negros, entre ricos y pobres, entre estudiantes y la policía militar, entre la educación y la dominación. Brasil siempre padeció esta guerra. Sin embargo, poco se sabe con certeza (como se muestra en este documental) al respecto de la feroz problemática que sufren los estudiantes. Demasiadas coincidencias con Chile por otra parte, de cuya problemática tembién podemos tocar solo de oído, no sólo porque no padecemos en carne propia estas injusticias, sino porque en ambos países, los militares tienen mucho poder, la información a la que se puede acceder es escasa, general y tramposa. La censura de los medios de comunicación es tremenda en estos países y roza lo dictatorial. Es por eso que felicito a los creadores de este documento y, por otro lado, lamento terriblemente su padecer. Decir que empatizamos con los estudiantes considero que es una falta de respeto: esto no es ficción, esto está pasando de verdad y en tal caso, sufrimos con los estudiantes #luchacomounachica es el hashtag que se utilizó para representar el lugar de la mujer en el poder, algo relativamente nuevo para Brasil. Y deberemos utilizarlo en todo el mundo, para solidarizarnos con esta y todas las luchas de los derechos de los seres humanos, cualquiera sea, y donde sea.
Espero tu (re)vuelta Crítica de Esteban Jourdán En una sociedad donde nos enseñan a agachar la cabeza, a aceptar el lugar donde nacimos y las cosas que nos tocaron, la revuelta es una obligación, más aún siendo jóven. En una convulsionada Brasil, los estudiantes de San Pablo se enfrentan al gobierno, la policía, los medios y otros ciudadanos para pedir algo totalmente justo: educación PÚBLICA, GRATUITA y de CALIDAD. El documental “Espero tu (re)vuelta” nos presenta a tres personajes principales, Marcela (negra, pobre y es la primera de su familia en terminar la secundaria), Lucas (pobre, negro y hace rap), Nayara Souza (viene de una familia pobre y se transformó en la lider del movimiento estudiantil de Brasil). Ellos nos llevan y con sus palabras nos cuentan las vivencias en distintos años de la lucha de los estudiantes de San Pablo (Brasil) para que no se llevara a cargo la reforma que queria cerrar cientos de escuelas. “Ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica…” dijo Salvador Allende, presidente de Chile asesinado durante el golpe de estado de 1973 y estos jóvenes de Brasil se inspiraron en la “Revolución de los Pingüinos” del año 2006 en Chile. Los pedidos de Brasil y Chile son los mismos: Educación pública, gratuita y de calidad. ¿No es algo lógico que debería apoyar toda la sociedad? ¿O debemos conformarnos con el lugar de privilegio que nos tocó sin pretender que todos tengan el mismo acceso a la cultura, la educación y las posiblidades que nosotros? “Espero tu (re)vuelta” es una radiografía al movimiento estudiantil que removió los cimientos de San Pablo, que no dejó indiferente a nadie en una ciudad de más de 10 millones de habitantes y que encendió la chispa en todo el territorio brasileño. Lamentablemente las políticas del presidente actual de Brasil, Jair Bolsonaro, son represivas y anti-populares, pero esto no detiene a los estudiantes que luchan por la calidad de vida de las próximas generaciones. Escuchar las razones y los sueños de los estudiantes que gestaron la revuelta más importante de los últimos años en San Pablo es más que suficiente para que valga la pena. La narrativa es perfecta y la forma en que se lleva a cabo es muy creativa.
Que vivan los estudiantes que rugen como los vientos cuando les meten al oído sotanas o regimientos. Violeta Parra El 4 de Octubre de 2019, en Chile, el Gobierno de Sebastián Piñera dio a conocer la suba de las tarifas en los pasajes del Ferrocarril Metropolitano. Los estudiantes del Instituto Nacional no tardaron en reunirse y buscar una estrategia de lucha para visibilizar el rechazo a esta medida. Lo primero fue un meme y luego la decisión de organizarse entre escuelas para que cada una tome una acción directa en la estación de metro más cercana. La primera evasión fue el 7 de octubre y tuvo como escenario la estación Universidad de Chile. Pronto los medios de comunicación y las redes sociales difundieron otros metros donde la acción se repetía.
Documental brasileño que capta la lucha actual de los jóvenes estudiantes paulistas que tomaron escuelas secundarias y salieron a las calles a exigir una educación pública de calidad. En este registro documental, la directora Eliza Capai intenta documentar y ayuda a entender lo grave de la educación pública de estos últimos años en Brasil narrando la historia desde el punto de vista de tres estudiantes paulistas, dos mujeres y un hombre, transformando al cine político en una honesta película revolucionaria y generacional. El film recorre diversas temáticas, todas articuladas bajo las miradas de grupos de estudiantes secundarios, que van desde el aumento a las tarifas del transporte público hasta el cierre de las escuelas públicas, pasando por la falta de almuerzo en las mismas y sus condiciones edilicias. La construcción de su relato, bañada en protesta poética, romantiza la lucha de estos testimonios corales que acercan al espectador una mirada fresca e invencible contra las injusticias del oprimido, dándonos una bocanada de esperanza hacia un futuro poco prometedor. Sus imágenes crudas van creando un gran Frankenstein ensamblado por cánticos alegres, poderosos y combativos, donde la cámara nos pone de testigos directos, generando una explosión contemporánea de colores y ritmos que aligeran la lucha contra los poderosos armados pero no opaca tanta valentía y convicción en esta generación de jóvenes que sabe muy bien lo que no quiere. Es un documental atravesado por diferentes espacios y tiempos que se retroalimentan junto al espacio temporal de la proyección, acertando en la decisión de poner a sus protagonistas a interpelar los registros de su propia lucha, quienes a una distancia de años analizan sus comienzos mientras reflexionan y debaten nuevas temáticas nacidas por el colectivo, como su posición actual ante el racismo y el crecimiento del feminismo. Esta mirada interna, quizás propuesta por la realizadora, pone en evidencia una juventud que crece desde su propio aprendizaje y claramente “espera tu revuelta”, la mía y la de todes, pues elles no dan por terminado nada. Espero tu (re)vuelta es un documental poderoso y atractivo, como lo son sus protagonistas quienes, durante los gobiernos de Dilma Rousseff, Michel Temer y Jair Bolsonaro, buscan mejorar la educación pública y luchar por lo que les corresponde por derecho.
De los jóvenes se aprende Es de humanos el querer y necesitar comunicarse, hablar y ser escuchados. La directora Eliza Capai toma ese rasgo básico y esencial y lo utiliza para dar forma a su película. Espero tu re(vuelta) 2019, Cuando la crisis de Brasil se profundizó, los estudiantes protestaron y ocuparon cientos de escuelas, por una mejor educación. El documental muestra el movimiento estudiantil desde las protestas de 2013 hasta la elección del presidente Jair Bolsonaro en 2018. Es narrado por tres estudiantes de secundaria (Nayara Souza, Lucas Penteado y Marcela Jesus) que representan puntos centrales de su lucha. Hecha en su mayoría con material de archivo de otros reportajes y documentales, con entrevistas a estudiantes y grabaciones de presentes en las protestas, la directora entrega el micrófono (literalmente) a sus protagonistas para que sean ellos quienes expliquen desde su punto de vista, los motivos que los llevaron a protestar. Esto hace que la edición brille, la historia no solo se desarrolla a partir de la palabra de los estudiantes sino que encontró la manera de articular esas palabras con momentos narrativos del material de archivo para construir una sola historia explotando la creatividad y el juego con las transiciones combinando diálogo y reflexión, algo que nutre el mensaje y la experiencia de la película junto a la música. El documental se inclina más por el sentir de los estudiantes. Ellos afirman que no lo saben todo, que no son políticos con argumentos mordaces, pero esta falta la compensan con vitalidad, optimismo y esperanza. Algo que aprendieron en medio de represiones e injusticias. "Con sensibilidad, el mensaje y enseñanza del documental es que sin importar tu edad, raza, identidad sexual, y religión, debes luchar por lo que es correcto y defender tu voz." Calificación: 8/10 Título original: Espero tua (re)volta Año: 2019 Duración: 93 min. País: Brasil Dirección: Eliza Capai Guion: Eliza Capai Música: Decio 7 Fotografía: Eliza Capai, Bruno Miranda Reparto: Documentary, Marcela Jesus, Nayara Souza, Lucas 'Koka' Penteado Productora: Globo Filmes / TVa2 Produções Género: Documental
Los estudiantes toman escuelas y calles. Una película política que no le saca el cuerpo al amor, al sexo, al deseo. Libre y festiva...
Eliza Capai es periodista y documentalista. Formada en la ECA/USP, ha dedicado su carrera a trabajar especialmente cuestiones de género, cultura y sociedad en más de 25 países para diversos medios brasileños e internacionales. Su búsqueda nos remite a la esencia del cine de denuncia carioca. En épocas de grandes cambios y revoluciones, a comienzos de los años ’50, el Cinema Novo fue la piedra angular de un movimiento estético, social y político que cambiaría el rumbo cinematográfico de su país, quien por entonces se disputaba el trono de potencia latinoamericana junto a México y Argentina. El Cinema Novo surge de la búsqueda de un lenguaje cinematográfico propio para el cine brasileño, capaz de reflejar los fuertes problemas sociales y humanos que el país sufría. En la búsqueda por afirmar un cine verdaderamente nacional y popular se criticaba la representación que se hacía del pueblo. En este sentido, y rescatando el legado de esa toma de conciencia, “Revuelta” se posiciona como un loable cine que visibiliza luchas de igualdades de género y derechos civiles. Esta documentalista brasileña busca entender que estamos viviendo, dar voz a los desfavorecidos por el sistema. Nos muestra a estudiantes tomando las escuelas en San Pablo en 2015, y ve en ese acto rebelde una esperanza de futuro para unos jóvenes que tienen el coraje de luchar por una sociedad igualitaria, pugnando por los derechos que otorga la democracia y solicitando una educación de calidad. A lo largo de 5 años, rastrea este movimiento de lucha y toma de escuelas, justificando esta postura para entender que es lo que sueñan y como ideológicamente, estos jóvenes se plantean un mundo igualitario, una educación pública digna. Sus recuerdos del Brasil más conservador, buscando criminalizar movimientos sociales a través del Estado y las fuerzas militares que van en contra de los activistas, reviven en este presente que estigmatiza a aquellos que buscan, ni más ni menos, que se aplique la constitución, siendo repelidos con violencia. Salir a la calle significa la indefensión ante el sistema que corrompe derechos -como ha visibilizado el cine carioca en películas más reciente como Tropa de Elite, un escuadrón parapolicial-, pero también la conciencia de estar en democracia y luchar para mejorar esa sociedad. Igualdad de genero y la finalización de la segregación racial son algunas de las búsquedas de este movimiento estudiantil. La realizadora identifica esa voz que busca la representatividad. ¿Quién va a contar esa historia? La película tiene tres narradores que proveen versiones intrínsecas a la película misma. Tres locutores nos cuentan acerca de esta conciencia de autonomía y derechos. Los documentalistas se colocaron dentro de las protestas y luchas por la reorganización social. Así, busca llegar a un publico joven, como enseñanza para que aprendan las nuevas generaciones sobre lo que ocurrió y reflexionen acerca de que depara el futuro, empatizando en estas revueltas y búsquedas sobre una fundada nueva sociedad.
Opiniones formadas La lucha estudiantil en Brasil lleva un camino recorrido en el cual descubren métodos de lucha y desarrollan su opinión sobre las realidades socio económicas. Los estudiantes muestran mediante este documental su voz y su historia. La película Espero tua (re)volta (2019), cuenta la historia de la lucha estudiantil mediante varios testimonios y opiniones de alumnos. Ellos cuentan cómo se desencadenó la lucha y los motivos de su lucha, apoyándose de material de archivo. La Directora y Guionista Eliza Capai se vale de una narración fluida, articulando los discursos de forma tal en la que el documental sea fluido y dinámico, la ritmo del reclamo de los jóvenes. Desde el inicio, queda claro que son y serán contundentes las opiniones de los alumnos. Las imágenes son fuertes y poderosas, logrando el impacto buscado por la Directora, no solo mostrar, sino apoyar e intensificar la lucha por los derechos que ellos reclaman. La dirección del documental es acertada y clara, los testimonios son en primera persona, decisión atinada para enfatizar la validez de un reclamo desestructurado. Sin embargo un problema del documental es la unilateralidad del discurso. Aun así el documental logra expresar muy bien su idea, más allá de su unilateralidad. Aunque por ciertos tramos, recurra a los argumentos en contra, la mayoría de las veces se exponen de una forma sesgada o poco objetiva, cayendo en arbitrariedades. En consecuencia, el documental se vuelve hermético, mostrando una realidad má abarcativa del contexto. "El documental sabe emocionar y lo logra, encontrando los momentos oportunos para exponer una historia de lucha que tuvo y tiene un gran impacto en la sociedad. Más allá de que se pueda acusar al documental como poco objetivo, no le faltan argumentos para defender su postura."
“La juventud es el motor del cambio”. Más que una frase hecha, Esta es prácticamente una verdad universal. Y el documental de Eliza Capai no hace más que ratificarla al plasmar la lucha estudiantil de los jóvenes brasileños en los últimos años; un film tan enérgico y valiente como sus mismos protagonistas. Espero tua (re)volta es narrada (e impulsada) por tres jóvenes que viven la revolución en carne propia. Nayara, “Koka” y Marcela tienen personalidades muy diferentes, sin embargo los hermana una misma causa. Los tres son estudiantes de la escuela pública en un sistema educativo y social que parece jugarles en contra. Recortes presupuestarios, reorganizaciones estructurales y cierres de establecimientos escolares; al Estado parece preocuparle poco su futuro. A fuerza de voluntad, ellos al igual que miles y miles de compañeros comienzan a protestar por sus derechos. Llevando a cabo movilizaciones masivas y actos de protesta que van desde cortes, huelgas e incluso tomas de escuelas, ellos buscan que sus voces sean escuchadas. El documental se nutre de las experiencias personales de sus tres protagonistas para darle un marco de entendimiento al origen y evolución de la corriente de lucha estudiantil en Brasil a partir del 2015. Documentando no solo sus tropiezos y grandes logros a modo de registro histórico, sino también permitiéndose ser una examinación en primera persona de las sensaciones que conlleva generar una revolución. En cierta manera, también es un retrato de su camino a la adultez. Porque que la edad no los engañe, estos chicos podrán no accionar para el beneplácito de los adultos pero sin duda tienen una conciencia social más elevada que la de sus mayores. Sin embargo, el entorno es hostil. Con la opinión pública en contra, los medios de comunicación mirando hacia otro lado, y la policía reprimiendo de forma extremadamente violenta, la resistencia se hace cada vez más difícil. Y la asunción de Jair Bolsonaro solo promete hacer las cosas más complicadas. Espero tua (re)volta es una película vibrante de principio a fin que nos recuerda que si existe alguna esperanza para realmente cambiar el status quo, tomemos de ejemplo a los chicos. Esos chicos que (también) alguna vez supimos ser. *Review de Javier Puma
Las protestas, por disruptivas y caóticas que puedan parecer, no pocas veces fueron la piedra fundacional de cambios en la sociedad. Si bien es habitual verlas integradas por ciudadanos o trabajadores que se sienten abusados, al ser ejecutadas por estudiantes es cuando la cuestión adquiere otra perspectiva. Jóvenes, algunos prácticamente adolescentes, que crecen de golpe al verse obligados a dar una batalla sin cuartel por sus derechos. Espero tu (Re)Vuelta es una de esas historias. Espero tu (Re)Vuelta: Retrato de una Denuncia Espero tu (Re)Vuelta presenta una factura visual bastante nítida, tanto de su material grabado en vivo (varias veces en circunstancias extremas) y el material de archivo. Por otro lado, debe decirse que es un documental que busca denunciar más que entretener, y debe ser visto con ese planteamiento en mente. El documental busca conmover al espectador con la enorme desventaja social que atraviesan los estudiantes brasileños de escuelas públicas, con el empujón final hacia el abismo que supondría el quitarles la educación, la única manera que ellos ven de salir adelante o poder sobrellevar mejor la desigualdad en la que se encuentran. Todo esto, por no decir lo que supone la presidencia de Jair Bolsonaro como mordaza que apunta a callar estas protestas. Ello no es solo un planteamiento que hace el film y sus sujetos, sino una evidencia indiscutible (cortesía de un selecto material de archivo) en donde se ve y se oye claramente al mandatario llamar a cualquier tipo de activismo (estudiantil o no) un “flirteo con el socialismo y el comunismo” Sin embargo, por noble y necesario que sea su propósito, incluso si la idea es denunciar, el interés del espectador debe ser sostenido. No es la lucha lo que se está criticando acá ni tampoco el lado que claramente están tomando, sino cómo se está contando la historia de esa lucha utilizando el lenguaje cinematográfico y el ritmo narrativo. En lo primero destacan, pero en lo segundo es donde la cuestión se complica. Siendo un documental que tiene como marco de referencia años específicos, e incluso históricos, una progresión en la narración es fundamental. Espero tu (Re)Vuelta parece seguir esa progresión en un principio, pero hacia la mitad del film esa organización se pierde, volviéndose un rejunte. Se va de lo particular a lo general como bola sin manija, rematando cada tanto con imágenes de inconfundibles represiones policiales, alternadas con imágenes de hermandad entre estudiantes. Hay verdad, hay honestidad, hay compromiso, pero también paciencia desafiada. Esa que dice “esto ya lo mostraste, puedo recordarlo”. Un ejemplo es la información de cuantas meriendas escolares vale una granada de gas lacrimógeno. La estadística, mencionada una vez, provoca impacto en el espectador; reiterarlo significa no confiar en él. No confiar en que está escuchando tu denuncia. En Espero tu (Re)Vuelta las partes conmueven: su denuncia llega, su sufrimiento se comprende, la inactividad e indiferencia de los funcionarios electos se palpa, el exceso de fuerza de las autoridades duele. Estamos hablando claramente de un objetivo cumplido. Es el funcionamiento de esas partes como un todo lo que le juega en contra al producto final.
La cuestión es simple: sabés que estás tocando intereses cuando las figuras de la autoridad, el ala armada del representante ocasional del Estado, sale a repartir con el palito de abollar ideologías. Por ahí es la cosa. Y eso se evidenció en la manifestación de dicho movimiento y se siguió demostrando en la pelea de los tres estudiantes que son la base del relato documental. Uno de los elementos interesantes es el planteo respecto del uso del espacio: ¨La ciudad es nuestra¨ expresan en una intervención. Y no es la única cosa que, sobre todo, las clases más bajas sostienen con el costo de su contribución. ¿Por qué me refiero a este punto? Porque es a la única clase que realmente le cuesta pagar las cuestiones públicas y no poder utilizarlas del mejor modo posible es de las cosas más injustas. Sería interesante no dejar que este punto se tergiverse.