Escalofríos En esta ocasión hablaremos de Hipersomnia, un film de horror argentino, que intentando darle una vuelta de tuerca a la historia, se mete con el complicado tema de la trata de mujeres y las redes de prostitución. Y por desgracia tenemos que decir que ahí termina lo más interesante del film, su idea original, porque su ejecución, dista bastante de ser satisfactoria. El mayor error que se le puede achacar a la película es que la unión de los géneros de terror con el caso policial, no solo se siente antinatural y que está poco trabajado, sino que además chocan entre sí, haciendo que uno le saque peso al otro, y que cuando uno estaba tomando importancia, rápidamente nos recuerdan que también es un film de horror/thriller. Así es como por un lado tenemos muchos elementos de horror, como la claustrofóbica situación que padece Milena al soñar que es una prostituta, que además son maltratadas por sus clientes, y en especial, por un ser que recuerda a Cara de Cuero, y que es totalmente innecesario en la trama; o peor aún, es absurdo. Todo intentando convivir con la parte policial de ellas escapándose o al menos, dar aviso a alguien del exterior que están ahí. Pero parece que el guion no estaba del todo trabajado, ya que veremos de forma constante como un género choca con otro, o peor aún molestando al otro. Por el lado actoral, los actores hacen lo que pueden con sus personajes, pero además de eso, están muy mal casi todos. Personajes como Nazareno Casero que dio sobradas muestras de ser un buen actor, acá debe dar una de las peores interpretaciones de su carrera. Apenas Florencia Torrente con un par de líneas de diálogo le alcanza para ser lo mejorcito del casting. No todo es malo en Hipersomnia, y hay que destacar los pocos elementos positivos, como por ejemplo la fotografía que no tiene nada que envidiarle a producciones con mayor presupuesto. O el hecho de haber querido innovar y presentar un tema que no es tan utilizado en el cine argentino. Hipersomnia pese a esto último es muy floja y aunque uno siempre quiere defender el cine local, hay que ser justos y decirlo. Queda en el espectador si pese a todo le da una oportunidad y se decanta por una opción menor y nacional, por sobre otros films malos de horror que venimos viendo y que aún así obtienen una gran taquilla.
“Hipersomnia” de Gabriel Greco narra la historia de una chica que sueña con ser actriz. Pero para lograrlo, deberá cumplir con los caprichos de un director para nada común. Este film fue proyectado dentro de la categoría “Hora Cero” en el 31° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. Si bien a simple vista “Hipersomnia” parece contar un relato particular, el desarrollo del mismo va tomando un rumbo totalmente distinto. Uno que no se puede decir de forma directa, ya que eso haría que se perdiera la sorpresa para el espectador. Pero sí se puede mencionar que es uno de los elementos que se resaltan dentro del film, ya que el público espera ver algo, y termina viendo otra cosa. Hay que señalar también que no es una película para todo el mundo. Para aquellos que sean muy susceptibles o impresionables, puede que existan algunas escenas muy fuertes y duras para ver. Pero todos estos componentes, sumado a la tensión, el terror, el misterio, la sorpresa y la empatía que puede generar el espectador con los distintos personajes, hacen que “Hipersomnia” sea una muy buena propuesta dentro del cine de género argentino, que cada vez se ve más en la pantalla grande. También se tocan temáticas importantes dentro de la sociedad, como lo es la trata de blancas y la esclavitud sexual, que probablemente sea mostrado de una manera muy dura, pero que cumple con el objetivo de impactar al espectador y hacerlo reflexionar sobre dicho tema. En síntesis, “Hipersonmia” es una de las mejores películas de género argentino del último tiempo, realizando una apuesta muy interesante, que podrá impresionar de mayor o menor manera a los espectadores, pero que sin dudas generará un impacto tal que saldrán de la sala reflexionando sobre el film. “Hipersomnia” forma parte de la categoría “Hora Cero” en el 31° Festival de Cine Internacional de Mar del Plata.
Lo primero que hay que aclarar, es que Hipersomnia, es una película de género. Que quiere decir esto? Que la misma tiene cosas, que se pueden considerar raras para otros géneros, pero que son imprescindibles para cumplir dicha regla. E Hipersomnia, es una película de terror, con todo lo que ello implica. Aclaro esto, porque en la función de prensa, hubo colegas que marcaban como un error, descuido o directamente algo inverosímil, elementos que tenían que estar si o si para considerarla de esta manera. Dicho esto, Hipersomnia trata sobre una actriz, Milena, que mientras ensaya una obra de teatro empieza a tener visiones demasiado realistas, en las que esta atrapada en una casa con otras mujeres, esclavas sexuales todas ellas, sin posibilidad de salir ni pedir ayuda. A medida que pasan los días, las visiones empiezan a ser mas frecuentes, y nos adentramos en las torturas que sufren estas mujeres, y el macabro mundo en el que están atrapadas, donde cualquier día pueden ser enviadas al cuarto rojo, para nunca mas salir. El director y co guionista Gabriel Grieco, logra algo mas que loable, y es que una película con estas características, se haya hecho en Argentina. Generalmente, el cine nacional no se anima a realizar este tipo de cintas, en parte por una subestimación del público, pero además, por el riesgo que se corre, ya que al ser un género no por todos disfrutado, el público se reduce. Con un reparto de figuras (Gerardo Romano, Gustavo Garzon, Peter Lanzani, Fabiana Cantilo, etc.), muy bien ambientada, Hipersomnia son 90 minutos de puro genero, de terror y argento. Vayan a verla al cine, así logramos que mas de este tipo de historias se produzcan en nuestro país.
Trata y surrealidad Gabriel Grieco es un joven director que en 2014 tuvo una muy recepción gracias a su largometraje Naturaleza Muerta (2014), y claramente envalentonado con su buena experiencia dentro del género se despachó con Hipersonmina (2016). Dejando de lado el terror fantástico y en clave slasher de su trabajo previo, en su nuevo opus la ficción se funde con problemáticas del mundo real, esas que asustan mucho más que cualquier monstruo sobrenatural salido del mejor guión. Hipersomnia cuenta la historia de Milena (Yamila Saud), una chica que es elegida para ser la actriz principal de una ecléctica obra teatral dirigida por un hombre sumamente particular, interpretado por Gerardo Romano en un papel que parece sentarle perfecto. Milena comienza a experimentar una suerte de realidad alternativa a medida que avanzan los ensayos de la obra en la cual es una esclava sexual, dentro de un grupo bastante heterogéneo de jovencitas. Cada una de ellas se encuentra en dicha situación contra su propia voluntad. El thriller comienza a andar un lento pero efectivo camino, que va tomando forma dentro del relato, conforme esta segunda realidad va tomando el centro de la escena, en sentido literal y figurado. La propuesta invita al espectador a sumergirse de lleno en esta alternancia de realidades planteada desde un guión, en el cual se percibe la influencia de obras como Sucker Punch: Mundo Surreal (Sucker Punch, 2011) y El Cisne Negro (Black Swan, 2011), con una referencia aún más sutil a El Hombre Duplicado, el clásico de José Saramago. A pesar de estar claras referencias, el guión de Grieco -en colaboración con el co-autor de Terror 5 (2016), Sebastián Rotstein- se las ingenia para no caer en lugares comunes del género y entrega una narración sumamente atrapante. El resto del reparto se completa con un mix entre actores consagrados -Gustavo Garzón, Peter Lanzani, Jimena Barón, Nazareno Casero- y jóvenes figuras haciendo sus primeros pinitos en la cinematografía nacional, como Florencia Torrente y Candela Vetrano, sumándose algunos cameos simpáticos que odiaríamos develar antes de tiempo. Por momentos se percibe una pequeña falta de ritmo, probablemente el único defecto, demorando la llegada de un tercer acto que sorprende en el mejor de los sentidos. Hipersomnia es un muy correcto ejemplo de una de las tantas formas en que se puede acercar el cine local al género, cuando hay de por medio una historia interesante en la cual apoyarse.
Gabriel Grieco es un conocedor del cine de género, ya demostró con “Naturaleza Muerta” su habilidad para construir un potente relato con el agregado de una problemática que potenciaba la historia, en ese caso era el veganismo extremo. En “Hipersomnia” la historia se potencia al sumar un tema de urgencia, como lo es la trata de mujeres, pero enmarcándola en una narración compleja en el que dos planos convergen al momento que la protagonista duerme. Un elenco multiplicado, una cuidada atmósfera acorde a la propuesta, logradas actuaciones de actores como Peter Lanzani, en un rol nunca visto hasta el momento, y secundarios (Jimena Barón, Nazareno Casero, Candela Vetrano, Nai Awada) que apuntalan a la protagonista, Yamila Saud, hacen de este atrapante relato, una propuesta diferente dentro del renovado panorama de cine de género nacional.
El oscuro camino de los sueños. El término hipersomnia acuña un trastorno del sueño que produce somnolencia profunda y extensa, ocasionando también repetidos intervalos de sueño diurno. Esto le sucede a Milena (Yamila Saud), una joven actriz, ambiciosa, que audiciona para una obra teatral en el que deberá interpretar el papel de una sufriente prostituta. Milena se entrega completamente al papel y, sin embargo, siempre pareciera que debe hacer algo más, su director Federico Del Pino (Gerardo Romano) le exige un mayor compromiso, y hasta la expone a extrañas situaciones de incómoda sensualidad. Debe lidiar con las complicaciones de su personaje, con un novio (Nazareno Casero) que no entiende esa atención full time; y para mayores problemas comienza a tener episodios de sueños muy vívidos. Cuando lee el texto de la obra; se duerme. Entra en personaje y cae rendida; y al hacerlo entra a otro espacio; es otra mujer, con otra historia y otro pasado, pero el mismo cuerpo. Una joven que, junto a otras, se encuentra secuestrada y es víctima de la trata de blanca. Milena ya no sabrá cuál es la verdad, o si todo es simplemente un sueño, o una pesadilla. Así como con Naturaleza Muerta había un mensaje en contra del maltrato animal y el consumo de carne, en Hipersomnia – con guion en colaboración con Federico Rotstein, director de la reciente Terror 5 – las vejaciones sufridas por las víctimas de trata construyen un fuerte alegato en medio de una clásica estructura de género que terminará de configurarse con la placa informativa final. Desde Sudor Frío de 2010, no habíamos tenido otra película que se asomara al terror, y tuviese la producción de quienes hacen cine de alta gama en estas tierras. Grieco utiliza inteligentemente esta posibilidad para conseguir una propuesta provocativa y altamente impresionable. Hipersomnia hace gala de un gran despliegue técnico en pos del dinamismo del montaje y la atracción de una fotografía que incomoda con los planos conseguidos. Sí, los más débiles alguna vez deberán mirar al costado de la pantalla. Las chicas forman un grupo heterogéneo, cada una con personalidades diferentes, que se sienten obligadas a confiar entre ellas, a apoyarse para sobrevivir; pero también que desconfían de quién puede traicionar. Hay quienes están más “acostumbradas”, quienes ejercen una función de liderazgo, y quienes toman una actitud sumisa. Todas son posibles presas de una amenaza que en un comienzo es invisible, pero pronto tomará la peor de sus caras en un sádico ser – con alguna lograda reminiscencia a Leatherface – llamado El Jardinero, que disfruta de torturar a las jovencitas. El ritmo nunca se detiene, estamos frente a una propuesta que muta constantemente, que se permite vetas de drama en medio de una historia que plantea el suspenso y el terror cercano al gore con sexualidad abierta y latente. En más de una ocasión el espectador se puede sentir desorientado, puede plantear hipótesis sobre lo que sucede, que luego quedarán desechadas. A la hora de atar los cabos, todo cobrará sentido dentro del terreno fantástico que desde el inicio conocemos. Las referencias son palpables, podemos encontrarnos con algo de Sucker Punch, La doble vida de Verónica, La mosca en la ceniza, y Hostel; pero en ese combo prima una gran originalidad a la hora de resolver las escenas. No hay dudas que Gabriel Grieco es uno de nuestros mejores exponentes en cuanto al cine de género, no les teme a las imágenes fuertes y jugadas, pero a la par maneja un sentido de lo popular que permite que esta propuesta pueda ser disfrutada por el público amplio. En esta ocasión, además, se muestra como un sólido director de actores, manejando un elenco de varias personalidades con personajes difíciles, y todos en perfecta armonía. Las labores interpretativas en general son correctas y compenetradas. De ese conjunto sorprenden Jimena Barón y Candela Vetrano por sus escenas intensas; y Vanesa Gonzáles entregando el personaje con más capas y despliegue emocional, siempre convincente. En el elenco “adulto”, hablar de la solvencia de Chucho Fernández y Daniel Valenzuela para este tipo de propuestas resulta redundante, ambos saben cómo meter miedo, conocen el género, y entregan lo mejor de cada uno, son las figuras que no pueden faltar. Peter Lanzani con un personaje lleno de sorpresas, y Fabiana Cantilo demostrando que puede ser una actriz muy competente, entregan también los mejores momentos de la propuesta. Conclusión: Hipersomnia es una propuesta cuidada, de valores estimables, y resultados más que óptimos. Para muchos de los que hace años “la pelean” desde el cine de género de modo independiente, puede ser el puntapié necesario para que las puertas de las grandes producciones finalmente se abran sin prejuicios. Tal como lo había hecho anteriormente, Grieco nos presenta una de las mejores propuestas de terror sin resignar el gusto por los localismos. Nos corresponde a nosotros, público, acompañar tamaña osadía.
Hipersomnia: Realidad aterradora. Hipersomnia, el film de Gabriel Grieco, llega a todos los cines argentinos el jueves 30 de marzo para concientizar sobre una grave problemática que ocurre en el país y en el mundo: la trata de personas. Con una impactante historia, la película sumerge al espectador en horror y desesperación de principio a fin. La historia está centrada en Milena, una joven actriz que busca conseguir incansablemente el papel de una obra de teatro. Una vez que lo logra, durante el ensayo de las osadas escenas comienza a sentir el libreto cada vez más verídico, al punto de no reconocer cuál es la realidad: si una simple mujer aspirante a cumplir su sueño o una chica secuestrada y abusada. En este punto, su pasado presente y futuro comienzan a confundirse y ni siquiera su novio puede ayudarla. Pronto, ella descubre que sufre de un trastorno de sueño, hipersomnia, que lleva a tener que dormir profundamente estando despierto. Sin embargo, es mucho más que eso: en este camino, descubre mucho sobre sí misma y su vida. La película, que fusiona thriller con terror, contó con la participación de Yamila Saud, Gerardo Romano, Jimena Barón, Vanesa González, Candela Vetrano, Florencia Torrente, Sofía Gala, Nazareno Casero, Fabiana Cantilo y Peter Lanzani. El nivel de actuación fue variado, en algunos puntos mejor que otros; pero hay que resaltar el trabajo de Barón, Lanzani y Romano que reflejaron una gran pasión en los roles a interpretar que se transmitía más allá de la pantalla. El film fue ganador en varias ocasiones: en el 31TH Festival Internacional De Mar Del Plata obtuvo el premio a Mejor Película, y también en 4TH Noida International Film Festival 2017 – India ganó como Mejor Dirección y Edición. Además, participó en Marché Du Film – Cannes en las galas Blood Window, en International 7TH Orbit Competition, en el 30 Th Night Visions International Film Festival, y en 13 Th Fantaspoa – Porto Alegre. Siguiendo el lema, “El miedo es real”, la película logra reflejar con gran nivel el terror y angustia que atraviesan las mujeres secuestradas, sin escapatoria; muchas de ellas con la ilusión de escapar y sobrevivir de ese calvario, y otras sin fuerzas y resignadas. Las víctimas de la trata de personas aumentan cada día más a raíz de diferentes motivos, y eso se demuestra en la película: secuestros, trampas, mentiras o falsas ofertas de trabajo son algunos ejemplos que culminan en terribles finales para jóvenes inocentes. Toda esa problemática el director logra reflejarla perfectamente con el gran nivel de la música, fotografía y montaje de las escenas. Esta combinación, sin dudas, logró transmitir el suspenso y la desesperación de las mujeres secuestradas al tener que sufrir no sólo el abuso y tortura física sino también el daño mental. Asimismo, el director es renombrado por su tendencia a luchar en contra de problemas reales que no suelen tratarse en la pantalla grande, como fue el caso de Naturaleza Muerta en donde se posicionó en contra del maltrato animal y el consumo de carne. Por otro lado, en la película Grieco utilizó una gran metáfora con la figura del jardinero, un cliente que disfrutaba de la tortura a las mujeres y estaba caracterizado por el uso de flores que usualmente suelen representar alegría y felicidad, pero en este caso representan todo lo contrario: sólo dolor y desdicha. Sin embargo, a pesar del agónico contexto, el director logró resaltar la solidaridad y compañerismo observada entre las chicas secuestradas, quienes en ese momento, al límite de la vida, la muerte y la locura, no sólo piensan en salir ellas mismas sino que también las otras mujeres. Además, la película genera un análisis más profundo ya que demuestra varias cuestiones reales que se desprenden dentro de la trata de personas: entre ellas, tener una mujer como líder de la vil organización, encargada de administrar el lugar donde se quita la libertad a sus pares, sin sentir compasión ni entender el dolor que sufren. Por otro lado, también se observa el hecho de que ellas obligan a sus hijos a ingresar al mismo negocio, sin darles otra alternativa, sin opción a elegir un futuro propio. Lamentablemente, estas dos situaciones ocurren y mucho en todo el mundo y generan que pensar, ya que el respeto debería empezar por la mujer hacia otras del mismo género en lugar de elegir este horroroso destino para sí misma y su familia. Más allá de estas cuestiones, la película resalta un gran mensaje: La mujer no merece ese sufrimiento, ya que no es un objeto y puede hacerse valer por sí misma. Este punto demostró el director cuando apeló a la insurgencia, la fuerza femenina y lo mucho que puede lograr. En esta línea, el director ya había creado en 2012, el video de “Cae el sol” de Airbag, en donde se puede observar el poder que tiene la mujer para luchar en contra de ese castigo que no es merecido; para ello, harán todo a su alcance ya que llega un punto en donde el negocio se vuelve más turbio y sólido que, tristemente, es muy difícil de parar, aunque no imposible. Como bien aclara en la descripción de la cinta: “La trata de personas es un delito que viola los derechos humanos y que se desarrolla en un complicado entramado de relaciones entre funcionarios corruptos que facilitan el paso por fronteras, proxenetas, intermediarios, autoridades públicas cómplices y los clientes”. En fin, la película lleva a reflexionar sobre la libertad, gracias a que el tema fue bien abarcado por el director como ese derecho que debe valorarse, disfrutar, y luchar por él, ya que su privación involuntaria puede ser lo peor que le pase a una persona; Cada año miles de víctimas sufren la trata de personas, e Hipersomnia lleva a concientizar sobre ello e intentar hacer lo posible e imposible para luchar en su contra.
Hipersomnia: El Camino De Los Sueños. Una agradable sorpresa de género de la mano del director Gabriel Grieco, que trae un poco de aire fresco a la cartelera porteña. Hace dos años Grieco nos sorprendía con “Naturaleza Muerta”, un film de género bien narrado que nos hacía recordar a aquellas películas de terror, slashers de los ’70 como “La Masacre de Texas”. Esta vez nos vuelve a sorprender con un relato que incursiona nuevamente en el cine de terror, pero con una mirada más seria y profunda. La película nos trae a Milena, una actriz principiante que ambiciona con conseguir el papel protagónico en una obra de teatro. El director la presiona para que se meta de lleno en el personaje y esto la lleva a conectarse con un lugar siniestro. Sin notarlo en un primer momento, cada vez que lee una escena específica de la obra pareciera transportarse a una casa donde está prisionera junto con otras chicas. Allí parece tener un pasado, un presente y un futuro incierto. Como la obra que está ensayando aborda el tema de la prostitución, Milena lo atribuye al stress y al estar trabajando en la obra sobre esa temática. Pero las idas y vueltas se van repitiendo y la vida “del otro lado” parece ser muy real. Lo que en un primer momento se cree que es un trastorno del sueño, lentamente se irá convirtiendo en una verdad oculta que Milena no tendrá otra opción que enfrentar. Yamila Saud toma el rol principal de “Hipersomnia”, que cuenta con un amplio elenco donde se destaca Peter Lanzani, visto previamente en la exitosa El Clan (con este film queda claro que Lanzani tiene un futuro prometedor). El reparto se completa con Gerardo Romano, Jimena Barón, Vanesa González, Candela Vetrano, Florencia Torrente, Sofía Gala, Nazareno Casero y Fabiana Cantilo. Es una película de género con un fuerte magnetismo visual. El clima de tensión constante genera misterio y continuo extrañamiento, haciendo que el film nos brinde una grata experiencia. Cabe destacar que los temas de fondo que toca, como la trata de blancas y la esclavitud sexual, impactan en el espectador mediante algunas escenas fuertes, para hacerlo reflexionar sobre el tema. Con un desarrollo técnico impecable, una fotografía cuidada y ciertas atmósferas que nos recuerdan un poco a Suspiria (1977) de Dario Argento o algunos films de David Lynch como Mullholand Drive (2001), el espectador es llevado por un relato lleno de intriga, misterio y algunas vueltas de tuerca ingeniosas. En resumen, “Hipersomnia” es una de esas películas que llegan con un perfil bajo, pero resultan ser una gran propuesta para los espectadores. Y se reafirma el hecho de que se puede hacer buen cine de género en la Argentina.
Meterse de lleno en una película de género, con terror, sadismo, alto contenido gore, y convocar a un elenco muy joven reconocido pero no por este tipo de propuestas, es una jugada audaz, llamativa, que el director Gabriel Grieco sortea con eficacia y mucha pericia. En el guión que por momentos puede ser confuso pero que cierra perfectamente, se cuenta la historia de una actriz amedrentada por un director despótico que posiblemente con sus métodos la lleva al trastorno de sueño que apela el título. Episodios que la trasladan a un lugar siniestro, un verdadero descenso a los infiernos donde es, junto a otras muchas otras chicas, una esclava sexual. El film se nutre de esas dos realidades. La actriz, sus compañeros, su novio. Y la pobre chica explotada en un prostíbulo que hace recordar a muchas películas del género, “Hostel” por ejemplo. Allí bellas mujeres, algunas temerosas, otras heridas sin piedad, algunas rebeldes conviven con un horror desmesurado y oscuro. Hay escenas que realmente resultan casi insoportables de ver. Un logro para los fanáticos del género que se sorprenderán de este nivel en el cine local. En el elenco se agolpan los nombres famosos: Jimena Baron, Gerardo Romano, Peter Lanzani, Vanesa Gonzalez, Nazareno Casero, Florencia Torrente, Sofia Gala, Candela Vetrano, muchos nombres reconocidos y una actuación muy especial de Fabiana Cantilo. Yamila Saud es la protagonista. Los que siguen religiosamente este tipo de películas estarán de parabienes.
Hipersomnia es una película de género muy bien filmada y de calidad. El film transcurre entre dos mundos, en donde, sobre todo en un principio no sabemos qué es un sueño y qué realidad, confundiéndonos e incomodándonos. Más adelante, con suspenso, tensión y escenas impresionantes, iremos entendiendo de qué va la película. Roza el tema de la trata de personas, pero no es el foco principal. Aquí lo que domina es la confusión, la hipersomnia, el deseo de su protagonista, y hay otra capa en donde una realidad se descubre hacia el final, dos verdades que sorprenden. Dirigida por Gabriel Grieco y protagonizada por Yamila Saud, Peter Lanzani, Fabiana Cantilo, acompañados por Gerardo Romano, Sofía Gala, Candela Vetrano, Nazareno Casero, Jimena Barón, Vanesa González, Florencia Torrente y elenco, Hipersomnia logra suspenso e impresionarnos. Hay escenas fuertes en donde tendremos que apartar la vista de la pantalla o espiar entre los dedos. Si bien, la película en líneas generales es correcta, algunas actuaciones comprometen el resultado final.
Realidades paralelas y pesadillas tangibles. Tras el paso en falso del debut con Naturaleza muerta, definida como “thriller vegano” (2014), el realizador Gabriel Grieco ajusta la puntería con Hipersomnia, donde cuenta con la ayuda en el guion de Sebastián Rotstein, coguionista y correalizador de la reciente Terror 5. La idea sobre la que trabaja este opus 2 de Grieco es la de las realidades paralelas, o la de las pesadillas demasiado vívidas –o las alucinaciones–, o la del doble. La abundancia de disyunciones no habla de un cualunquismo de guion sino de una ambigüedad bien manejada, en la que termina por no importar demasiado qué entidad tiene esa realidad otra en la que la protagonista ingresa cada vez con mayor frecuencia, sino lo que pasa ahí dentro. Que no se parece a un paraíso, sino más bien a lo contrario. “¿Sabés cómo elegía Godard a sus actores?”, le dice el director de teatro Federico del Pino (Gerardo Romano) a la principiante Milena (Yamila Saud). “Los citaba en un bar, se sentaba en una mesa donde no podían verlo y los observaba, para ver cómo actuaban en la vida corriente.” Un par de minutos más tarde se retira y llega una chica (Sofía Gala), que le tira a Milena toda clase de ondas. Y no de palabra. El clásico tema de la manipulación de la actriz principiante por parte del director veterano pronto va a ceder el centro de la escena, cuando Milena despierte en un tugurio oscuro, no del todo igual a sí misma pero no del todo distinta, rodeada de un grupo de chicas vestidas con poco más que lencería y visitada por varios pesados de sórdido aspecto. En un primer momento cabe la posibilidad de que esto sea parte de un ejercicio teatral extremo urdido por Del Pino. Cuando los golpes dejan paso a un sádico torturador enmascarado, queda claro que no. Con Nazareno Casero como el novio de Milena, Gustavo Garzón como un compañero de actuación no muy conforme con su nueva partenaire, Jimena Barón, Vanesa González, Candela Vetrano y Florencia Torrente como pupilas del prostíbulo, Daniel Valenzuela y el genial Chucho Fernández como los pesados, un eficaz Peter Lanzani como el “malo bueno” del lugar, una convincente Fabi Cantilo como madama y varios cameos de músicos de rock & pop (Juliana Gattas, Claudia Puyó, Daniela Herrero), las actuaciones de Hipersomnia son desparejas, pero las buenas pagan por las que no tanto. El verosímil está muy bien construido, cuando pudo haberse caído a pedazos. La idea de convertir súbitamente a las chicas en guerreras implacables, en cambio, tanto como la de ligar la película con la temática del secuestro y tráfico de personas en la Argentina suenan inconfundiblemente marketineras.
DOBLE VIDA Sabemos que en el cine de género, y en particular de terror, se pueden incorporar temas políticos y sociales con total pertinencia y lucidez como ejemplifican realizadores como George Romero, John Carpenter y más recientemente Guillermo de Toro o Bong Joon-ho. En el caso de Hipersomnia, segundo largometraje de Gabriel Grieco, un film que se puede adscribir al género de terror, el tema social que se introduce de una manera bastante explicita es el de la trata de mujeres para explotación sexual. La protagonista, Milena (Yamila Saud) es una actriz que acaba de ser elegida para aun papel de prostituta en una obra de teatro. El director de la obra (Gerardo Romano) es un tipo bastante intenso que tiene exigencias un tanto particulares para que sus actores se metan en el papel. Mientras Milena ensaya, los límites entre realidad y ficción se le borran de manera radical y cae repetidas veces en trances en los que pasa a una realidad absolutamente vívida donde es una chica secuestrada y mantenida cautiva junto con otras por una organización de trata. Así, pasando de un plano al otro en forma involuntaria y continua, Milena empieza a dudar primero de su salud mental para luego pasar a preguntarse por el grado de verdad de esas experiencias que tiene en el otro lado. La pertenencia al género está dada por un lado por la sugerencia de estos elementos de pasaje que no se explican del todo pero se intuyen sobrenaturales o fantásticos. Una apelación al conocido tema del Doble y una relación de conexión entre realidades subjetivas diferentes cuyos referentes podrían ser tan diversos como Cisne negro y hasta La doble vida de Verónica. Pero sobre todo si se puede hablar de Hipersomnia como un film de terror es por los climas generados, en particular por la situación de sometimiento y angustia de las mujeres prisioneras y explotadas. Hay que decir que en ese sentido la tensión está lograda y la sensación de opresión bordea por momentos lo insoportable. Pero como si esto no fuera bastante, se le vienen a sumar a la trama elementos propios del Torture Porn, con victima indefensa y enmascarado psicópata incluido, que no vienen a agregar mucho más que la oportunidad de introducir escenas explicitas de tortura y gore que no son demasiado originales de por sí ni están mostradas de una manera muy alejada de los lugares comunes que uno ya vio en películas como Hostel como referente obvio del recurso. La posibilidad de tratar temas sociales y de actualidad en el género es también un desafió al que responder a la altura de las circunstancias. Para ofrecer un ejemplo bien cercano, Sebastian Rotstein, que aquí oficia de co-guionista, introdujo en Terror 5, su debut como director junto a su hermano Federico, la referencia a una tragedia que remite a la de Cromañon en un marco fantástico de zombies interesante y original. En el caso del film que nos ocupa, el tema de la trata no parece estar tomado muy en serio ni de manera verosímil. Es cierto que esto último también puede tener cierta intencionalidad ya que la puesta de las escenas de encierro es claramente no realista y tanto la fotografía, las características del lugar como los rasgos de los personajes dan cuenta de ello. Pero el tomar un tema como la trata de una manera explícita requiere un poco más de cintura y en este caso la representación de las mujeres prisioneras parece más bien propia de una película sexploitaition. Entendámonos, el cine exploitaition ha dado no solo exponentes que están en el averno de la cinematografía mundial sino también películas muy disfrutables. El tema es que la irresponsabilidad típica de este tipo de films (y que forma también parte de su encanto de placer culposo) no parece llevarse bien con este tema en este preciso contexto. Parece haber un espíritu compartido con las películas argentinas del destape de los 80, como Los gatos o Las esclavas, que se vendían en la superficie como denuncias pero se revelaban rápidamente como vehículo para la exhibición de carnes femeninas. Incluso la escena de la ducha parece sacada de una de esas películas de cárcel de mujeres como Atrapadas o Correccional de mujeres. No es para descartar la idea de que esta película superior técnicamente a estos referentes decididamente trash esté haciendo una cita consciente, pero en tal caso no encontraríamos con un caso donde queda muy poco clara la distancia entre la cita y la pertenencia. HIPERSOMNIA Hipersomnia. Argentina. 2016. Dirección: Gabriel Grieco. Intérpretes: Yamila Saud, Peter Lanzani, Gerardo Romano, Jimena Barón, Vanesa Gonzalez, Nazareno Casero, Fabiana Cantilo, Gustavo Garzón. Guión: Gabriel Grieco, Sebastián Rotstein. Fotografía: Rodrigo Pulpeiro. Música: Diego Hensel. Edición: Alberto Ponce. Duración: 84 minutos.
Hipersomnia: ambiciosa, confusa y caótica Esta película de Gabriel Grieco, realizador de la promisoria Naturaleza muerta, tenía a Sebastián Rotstein (Terror 5) en el guión; a Fabián Forte (La corporación) como asistente de dirección, a un notable equipo técnico y a un elenco con intérpretes como Gerardo Romano, Nazareno Casero, Fabiana Cantilo, Gustavo Garzón y Peter Lanzani que incluía también a varias jóvenes actrices. La vara, por lo tanto, estaba bastante alta pero, otra vez, el género de terror en la Argentina (que siempre amenaza con dar ese salto a la masividad que tanto busca) se queda por debajo de las expectativas. La apuesta -algo caótica, caprichosa y arbitraria- de Hipersomnia tiene elementos del cine de David Lynch y Dario Argento sumadas a referencias más recientes como el sadismo de la filmografía de Eli Roth o evidentes similitudes con Sucker Punch - Mundo surreal, de Zack Snyder. Se trata de una acumulación de "grandes éxitos" del género como los efectos de los trastornos del sueño, las dimensiones espacio-temporales, el Doppelgänger, el psicoanálisis, el teatro (con sus artistas perversos que quieren desnudar a sus actrices), el síndrome de Estocolmo y un largo etcétera. El problema es que muchos de esos recursos lucen forzados, poco desarrollados y, así, la película muta y deriva a cada rato, dilapidando escenas y descuidando personajes hasta terminar en una trama de venganza femenina con explosiones gore que arrasa -artística y literalmente- con todo y con todos.
El espectáculo del morbo En esta película de terror abundan las malas actuaciones y las torturas sin justificativo. Una joven actriz se involucra con un turbio director de teatro y su vida cambia radicalmente: a partir de su contratación en la obra que él dirige, termina sumergida, literalmente, en otro mundo. Por momentos aparece encerrada en una casona junto a otras chicas, sometidas a una red de trata de personas, y de repente vuelve a su realidad cotidiana, la obra, su novio, su departamento. Hasta aquí, un argumento intrigante, onírico, con el interrogante de cuál es la verdadera realidad. Pero esta historia es sólo una excusa para mostrar torturas y cuerpos desnudos. Aquí el gore más morboso, con torturas y sadismo explícitos, se entremezcla con la sexploitation: todo parece pensado para poder mostrar a las chicas –Jimena Barón, Florencia Torrente, Candela Vetrano, Vanesa Gonzaléz y la protagonista, Yamila Saud- desnudas o en ropa interior. Hay que reconocer que, ante una puesta en escena tan horrorosa, semejante paisaje anatómico es un alivio. Pero no alcanza a compensar la gratuidad del sinnúmero de imágenes desagradables. Ni, mucho menos, lo poco creíble que resulta todo, empezando por las actuaciones.
El director de Naturaleza muerta, Gabriel Grieco, regresa con Hipersomnia: un thriller de terror que se adentra en el tema de la trata de personas. Gabriel Grieco presenta a Hipersomnia con aires a Suspiria y El Cisne Negro. Su protagonista es una joven aspirante a actriz que busca el papel que logre lanzarla en su carrera y así se cruza con un director de teatro que le propone eso que ella desea, pero sólo si se muestra capaz de empujar sus límites. Así, Milena comienza a obsesionarse con conseguir este papel y, luego mantenerlo, va dejando de lado la relación con su novio. Pero el verdadero punto de quiebre será cuando en determinados momentos, que en principio parecen estar relacionados con la obra y luego se presentan de manera más aleatoria, se transporte a otro escenario, a otra vida, a otro personaje igual a ella. “Todos queremos ser otro por un rato”, la actriz que se transforma en su personaje en el escenario y la víctima de trata que sólo desea escapar y poder volver con su familia. Acá entra en juego Yamila Saud interpretando a dos personajes distintos, pues en esta otra versión es una joven víctima de la trata que se encuentra encerrada vaya uno a saber dónde junto a otras chicas con ese mismo cruel destino. Grieco va y viene entre estas dos ¿realidades? ¿una real y otra fantasía? ¿realidades paralelas o alguna alucinación? y de a poco lo que comenzaba como un predecible thriller va transformándose, hasta terminar de revelar lo que sucede realmente al mismo tiempo que lo hace su protagonista, que cada vez entiende menos qué es lo que la transporta a ese “estar en otro lado”. El reparto cuenta con figuras tan disímiles y llamativas como lo son Peter Lanzani, Jimena Barón, Candela Vetrano, Sofia Gala, Gerardo Romano, Nazareno Casero y hasta Fabiana Cantilo -quien además canta la canción con la que termina el film, que es una versión de un tema de Airbag (cuyo video dirigió también Grieco)-. Aún así de extraño como suena el elenco, en general, lo cierto es que funciona bastante bien, siendo claramente su protagonista la que tiene el mayor desafío. No conviene adelantar sobre las mejores revelaciones de la película pero sí es cierto que Grieco conoce el género y esta vez va transitando diferentes etapas (comienza pareciéndose a algunas películas que ya vimos para luego se volverse otra totalmente distinta, como algunas de Robert Rodriguez por decir algo) a través de una cinematografía muy cuidada. De hecho, toda la factura técnica es impecable. Grieco se introduce así en una difícil temática -la de la trata de personas-, desde un lado inesperado y sin lugares comunes. Hay escenas de gore, no aptas para impresionables, pero también una necesidad de mostrar una realidad que puede ser mucho más monstruosa que la ficción.
Su narración en un principio resulta bastante confusa, todo se va construyendo a través de dos planos, la acción resulta cuando la protagonistas Milena (Yamila Saud) cae en un sueño, se encuentra en otro lugar, oscuro, sucio, un verdadero infierno, junto a otras chicas que son esclavas sexuales y además forman parte de un juego macabro. Con un toque de thriller psicológico, siniestra, varios momentos claustrofóbico, crueles, incómodos y hay escenas de horror gore. Luego nos metemos en temas relacionados con la prostitución y la trata de mujeres, y se intenta darle alguna vuelta de tuerca. Va tocando muchos temas sin profundizarlos demasiado y va decayendo. Dentro de las actuaciones se destacan: Jimena Baron, Gerardo Romano, Peter Lanzani, Daniel Valenzuela, Vanesa Gonzalez, Nazareno Casero, Naiara Awada, Florencia Torrente, Sofia Gala, Candela Vetrano, y Fabiana Cantilo, varios de ellos no aporta demasiado y finalmente gran parte de su desarrolla resulta poco atractivo.
¿A quién no le ha pasado sufrir un sueño tan profundo al borde de no ser capaz de distinguir qué es realidad de lo que no? El nuevo film de Gabriel Grieco propone trasladar ese mismo juego a un relato cinematográfico y posicionarlo como punto de partida para un film de suspenso, que juega con la ambigüedad de lo que se ve y que a la vez traza un problema de fuerte contenido social, como lo es la trata de personas.
(Critica emitida también por Radio La Red) Este film de Gabriel Grieco (coescrito con Sebastián Rotstein) cuenta la historia de una joven actriz que va a encarnar el papel de una víctima de trata sexual en tearro y que empieza a tener una extraña conexión con el personaje que tiene que interpretar. Premiada en la sección Hora Cero del Festival de Mar del Plata, cuenta con las actuaciones de Yamila Saud, Gerardo Romano, Jimena Barón, Peter Lanzani y Nazareno Casero, entre otros. Una película arriesgada y por momentos inquietante, sostenida por un elenco efectivo, con buena factura técnica y verosímil en casi todo su desarrollo. Combina elementos del thriller psicológico y del drama, poniendo de manifiesto la siniestra situación de miles y miles dé victimas de la trata. Más que atendible.
El mensaje que quiere transmitir es fuerte e importante, el problema es el camino que usa para llegar a este. Nos presentan a una actriz de teatro que para conseguir un papel “consagratorio”, según el director de la obra, debe ir en horarios extraños a lugares turbios. De repente esta actriz, en uno de los ejercicios que le pide el director, se despierta en otro lugar, con otro look y acá empiezan los enredos, el director busca confundirnos, pero llega un punto que se vuelve predecible el momento del “cambio”. Los primeros treinta minutos deseaba que la película termine, luego capto un poco mi interés, para después volverse predecible, y para captar una última vez mi interés. Va y viene tantas veces la película que no termina de decidirse si es un drama, si es terror, si es thriller, si es gore. Con una banda sonora típica de las películas de salto (o sea el “terror” que busca que saltes por los sonidos) y algunos efectos que se nota la computadora, tampoco gana por ese lado. A la actriz principal parece que la eligieron por su belleza, porque actoralmente deja mucho que desear, al igual que gran parte de ese elenco. El mensaje de la trata de personas, termina de estar claro, pero exponen demasiado a las mujeres sin necesidad. Mi recomendación: Es una película que zafa, para un finde lluvioso y de aburrimiento en el calor del hogar.
Para los que no conocen a Gabriel Grieco, hay que decir que hace unos años tuvo un gran ópera prima de género, que sorprendió a todos: "Naturaleza muerta". En caso de que no la hayan visto, creo que no deberían perdersela, es de lo mejor del último tiempo en el plano local. Hoy, Grieco regresa con un elenco de actores populares y una producción importante, para ir más lejos en su desafío de contar historias originales, fuertes y sólidas argumentalmente. Y lo logra. "Hipersomnia" es un ejemplo interesante de cómo la industria puede incoporar y animarse a explorar otros caminos entre el cine indepediente y el industrial puro. Rara vez he visto una cinta con este nivel de producción, que ofrece un cuidado balance entre lo actoral, la atmósfera creada y lo enigmático de la trama. "Hipersomnia" es un vehículo colectivo bien hecho, que respeta todas las convenciones del género y se muestra sólida y potente para intentar atrapar al espectador local, más acostumbrado a productos extranjeros de este tenor. Por suerte, ahora Grieco nos muestra que con el apoyo adecuado, se pueden hacer en Argentina. La historia es la de una jóven aspirante a actriz, Milena (Yamila Saud), que interesada en formar parte del elenco de una obra teatral, sigue a rajatabla las indicaciones del director de la misma, Federico (Gerardo Romano). El sutilmente va aplicando una dosis de hipnosis en cada sesión con Milena, lo que genera consecuencias en la percepción de su realidad. Milena comienza a tener problemas con su novio (Nazareno Casero) y experimenta una vivencia paralela de otro mundo, donde las cosas no pintan nada bien. Las influencias son muy visibles. "Hipersomnia" integra la crudeza de "Hostel" y el estado onírico de "Sucker Punch" en un envase seductor y potente. Chicas cautivas, víctimas de trata sufrientes que intentan encontrar salida a ese perturbador universo, en una doble instancia donde nada es claro y la obra y la vida ofrecen matices distintos, que se entrecruzan peligrosamente. Grieco usa todo su repertorio para instalar clima y propuesta y logra, merced a buenas interpretaciones (Jimena Barón, Vanesa Gonzalez y el ascendente Peter Lanzani se encuentran entre lo mejor del film), que el relato no ofrezca desniveles y se posicione intenso y provocador. Es importante que sepan que acá nada se guarda y algunas escenas pueden ser un poco crudas para el espectador desprevenido. Todas justificadas por la historia, desde ya. Sensual, profunda y con todo el gancho para los jovenes y los amantes del cine de género,"Hipersomina" es otro paso adelante en pos del crecimiento de un espacio para el mercado local. Hay muchas cintas extranjeras que cada semana buscan convocar al espectador que en gran número, las elige a pesar de su dudosa calidad. Esta es buena de verdad y hay que apoyarla para que nuestra industria se siga consolidando.
Una actriz joven y sexy se somete a un casting muy extraño en busca de un papel, con un director -Gerardo Romano- que le habla de Godard y de la ausencia de pecado en el arte. Hay un momento, en los ensayos, en los que pasa a otra dimensión: un lugar donde hay otras chicas, en lencería de encaje, encerradas y torturadas, como una pesadilla paralela. Una buena idea del director Gabriel Grieco, en un thriller lleno de caras conocidas que, sin embargo, encuentra no pocos problemas para resultar creíble y acompañable.
La película dirigida por Gabriel Grieco intenta ser un thriller con pinceladas de terror. Pero el resultado final no convence. Milena (Yamila Saud) es una joven actriz que obtiene un papel que anhela en una obra de teatro. Durante los ensayos comienza a experimentar situaciones extrañas: cada vez que lee una escena siente que se transporta a una casa en la que está prisionera junto con otras mujeres. Lo que parece un sueño se reitera en varias ocasiones y tiene características tan reales que producen en Milena la necesidad de investigar lo que se oculta detrás de ese paralelismo. La idea de Hipersomnia es interesante: la posibilidad de que existan dos “lados” en los que una persona sea la misma físicamente, pero en contextos diferentes. Sin embargo, la historia avanza sin demasiado sentido y lo poco que pudo haber funcionado se desvanece. El género “terror” es forzado y sin efectos en el espectador. Sí produce desconcierto, pero cuando se comprende hacia dónde va el argumento no se generan sorpresas. Además es desacertado que, en el final, se quiera concientizar sobre un tema tan delicado como la trata de blancas, mientras que durante toda la película se evidencia la problemática de manera superficial. Las actuaciones son correctas. El elenco está integrado por Gerardo Romano, Yamila Saud, Sofía Gala, Jimena Barón, Florencia Torrente, Vanesa González, Candela Vetrano, Nazareno Casero, Peter Lanzani y Fabiana Cantilo. El film de Grieco tiene buenas intenciones porque no es común que el cine argentino realice películas de terror. Eso sí es meritorio, aunque no alcanza.
Crítica emitida en Cartelera 1030 –Radio Del Plata AM 1030, sábados de 20-22hs. (por excepción el programa salió al aire de 20-21hs.) En síntesis es un filme machista que se disfraza de "progre" y toma irresponsablemente un tema tna delicado y doloroso como la trata de mujeres. El puntaje es únicamente para el trabajo de dirección de arte y efectos especiales, como reconocimiento al trabajo sobre lo técnico en la película.
Crítica emitida por radio.
Terror adicional en torno a las víctimas de trata En Hipersomnia, el director Gabriel Grieco explora en el drama de las víctimas de trata. Pese a las buenas intenciones, el juego onírico del planteo narrativo termina por frivolizar el tema. Gabriel Grieco propone una película en la que mezcla el ejercicio en torno a las fórmulas del género de terror/gore, con un juego psicologista, para desembocar en una denuncia social. Hipersomnia expone las alucinaciones de Milena (Yamila Saud), una aspirante a actriz que sufre momentos de ausencia que la conectan con otro espacio. El lugar es un infierno en el que han quedado atrapadas un grupo de chicas, condenadas a ejercer la prostitución, bajo el yugo de una organización cruel. Sexo, sangre y tortura son los ingredientes de las imágenes expuestas con detenimiento y pericia fotográfica. Peter Lanzani integra el grupo de malvados, en el rol del muchacho que se conduele de las víctimas. El actor encara las escenas con el toque de desvalimiento requerido, aunque el conjunto está fuertemente señalado por la convención y el abc del género. El malo, malo será. Además de la pesadilla en la que el director intercala la vida cotidiana de Milena, psicólogo incluido, con el registro del horror, el guion va tomando un camino impredecible. El ejercicio de estilo y el tratamiento de lo siniestro chocan con el tema que Grieco expone como en viñetas de cómic para adultos de estómago resistente. El tema de la trata de mujeres en el mundo es un drama, una de las peores caras del crimen organizado. Más allá de las buenas intenciones del director (no es este el lugar para indagar y evaluar motivaciones previas a la película), el formato, el juego onírico y la exacerbación de la imagen son aspectos que frivolizan el tema. Ficcionalizar un drama social, como es la violencia extrema ejercida contra las mujeres, exige otras herramientas. La cuestión es tan delicada que los personajes de maqueta conspiran contra cualquier señalamiento en torno a la práctica aberrante. Gerardo Romano en el rol del director de cine funciona en un plano, el del director de teatro, que Grieco luego abandona, como si la obra que Milena ensaya disparara una percepción inexplicable. Jimena Barón, como una de las chicas maltratadas, disputa el protagónico, aun cuando el tono de la película no supera el estereotipo. Hipersomnia es un trago amargo en el que los amantes del terror encontrarán demasiada realidad y conflictos reconocibles, mientras que los espectadores sensibles a los temas sociales no podrán cruzar el umbral de la empatía con las víctimas, a causa del tratamiento elegido por Grieco.
Poder hacer un film de terror en nuestro país, es tener que someterse a una comparación con un enorme material circulante en el tema de origen extranjero, para de alguna forma salir airoso en el intento. Y esta película lo logra. Claro que para ello también toca dentro del relato el tema de la trata, y es por ahí donde avanzados los conflictos planteados se pierde un poco el relato que se maneja con bastante habilidad. Hipersomnia es la historia de una joven actriz, Milena, que intenta conseguir el gran papel en una obra de teatro, interpretado por Yamila Saud, y asiste a una prueba para ver si es elegida por un particular y misterioso director, interpretado por Gerardo Romano. A partir de los ensayos se entrecruza un relato de realidad y realidad paralela en la que se encuentra también Milena. Al mismo tiempo que se encuentra ensayando, aparece formando parte de un grupo de chicas encerradas para la trata y le es difícil entender que le está sucediendo. En el lugar de encierro conviven un grupo bastante heterogéneo de chicas jovencitas que se encuentran allí contra su propia voluntad viviendo momentos escalofriantes y muy bien recreados para el género. En este lugar encontramos destacadas actuaciones de Peter Lanzani, Jimena Baron, Florencia Torrente, Candela Vetrano, entre otras. En una de las líneas del relato Gustavo Garzón y Nazareno Casero tienen muy buenas actuaciones. Con una iluminación muy buena, a cargo de Rodrigo Pulpeiro, generando climas y sensaciones escalofriantes y un montaje alterno elogiable. Gabriel Grieco escribe en colaboración con Sebastian Rotstein, una interesante historia para recrear. Un director para tener en cuenta en el género de Terror de factura nacional.
El cine nacional de género sigue llegando a la pantalla comercial. Esta semana fue el turno de Hipersomnia, de Gabriel Grieco (Naturaleza Muerta), una historia que mezcla elementos oníricos y de terror en una trama relacionada con la trata de mujeres. Milena (Yamila Saud) sufre de hipersomnia: hay pequeños lapsos de tiempo donde, durante su estado de vigilia, se queda profundamente dormida. No obstante eso, lleva una vida normal, donde su preocupación principal pasa por conseguir un papel en una obra de teatro dirigida por Federico del Pino (Gerardo Romano). Las consignas que debe seguir para conseguir el papel se van enrareciendo poco a poco, modificando su comportamiento e impactando en su relación con Nico (Nazareno Casero). En paralelo, asistimos al encierro de un grupo de chicas en un prostíbulo clandestino, liderado por El Manco (Chucho Fernández), donde no solo están privadas de su libertad, sino que además, temen la aparición de El Jardinero, un cliente que disfruta hiriéndolas. La principal fortaleza de la película es la intriga que genera sobre la relación entre las dos situaciones. ¿Es la trama del prostíbulo producto de la imaginación de Milena, sueños que tiene sus periodos de hipersomnia? ¿O se trata de algo más? ¿Cuál es su relación con otra prostituta interpretada por la misma Saud, que sufre lapsus similares? Más allá de lo narrativo (no vamos a spoilear, por supuesto) las dos tramas se encuentran vinculadas temáticamente: la opresión, el maltrato y la violencia hacia la mujer se ponen de manifiesto en dos ámbitos muy diferentes, dando la sensación que es algo extensivo a toda la sociedad. Hay una intención desde la fotografía y el arte de representar también esta opresión, en ambientes sucios, en penumbras, muy bien lograda; el prostíbulo, por ejemplo, es un lugar del que efectivamente te querés escapar. Un punto flojo son las actuaciones, que en conjunto son bastante irregulares: algunas interpretaciones son sobreactuadas mientras que otras podrían catalogarse como correctas. Lo más destacable son las composiciones de Jimena Barón y Chucho Fernández, quienes se presentan como los personajes más verosímiles, sólidos y prolijos. La segunda mitad de la película es mucho más dinámica y llevadera que la primera, probablemente porque el planteamiento de la historia es complejo y merece un tratamiento más lento. Cuesta un poco seguirle el hilo, de a momentos se hace confusa, pero vale la pena prestarle atención y no perderse nada porque lo que se plantea es fundamental para el desarrollo de la trama. La película podría agruparse dentro de una serie de producciones nacionales como Sudor Frío, No Moriré Sola o El Muerto Cuenta su Historia, donde mujeres jóvenes terminan tomando el control frente a situaciones que las oprimen o maltratan. Es cada vez más grande la presencia activa de la mujer en pantalla, alejándose del objeto de deseo o la damisela en apuros que representó durante décadas. Y claro que apoyamos esa tendencia. VEREDICTO: 7.0 - GIRL POWER Con una trama que mezcla problemáticas actuales con elementos oníricos y suspenso y una temática social muy actual, Grieco entrega una película que tiene un gran contenido enmarcado en una formalidad adecuada.
Hipersomnia es la historia de Milena (Yamila Saud), una joven que anhela ser una actriz consagrada. Tras realizar un casting bajo extrañas condiciones, obtiene el papel principal en una obra de teatro dirigida por un director un tanto extravagante (Gerardo Romano). El personaje que tiene que interpretar es de una prostituta y cuando inicia los ensayos algo raro le sucede: se queda dormida. Al despertar, lo hará en la cama de una habitación con otro aspecto físico y rodeada de un grupo de chicas que aseguran conocerla. Milena, en medio de la confusión, se dará cuenta de que esa habitación es una prisión. Un prostíbulo. Aunque esos sueños solo duran algunos minutos, el problema se agravará y no podrá evitar que el lapsus sea cada vez más frecuente, costándole distinguir la realidad del sueño. El director Gabriel Grieco construye esta historia a través de dos planos antes mencionados: la realidad y el sueño. El cine de género deslumbra cuando Milena vuelve a esa casa desconocida, junto a las otras chicas, como esclava sexual con momentos de horror y muerte. Grieco nos introduce al mundo oscuro de la prostitución y la trata de mujeres a través de las interpretaciones de un elenco juvenil reconocido en el cine y la televisión. Aunque al principio no logra desarrollar de manera clara estos conceptos, al avanzar, el relato alcanza un cierre. Un conjunto de actrices bellas y conocidas, encerradas en un lugar de tortura, la narración en dos planos y el desarrollo de un plan de escape hace recordar, sin lugar a dudas, a la película Sucker Punch de Zack Snyder (2011) con la diferencia de que en este film las chicas están aisladas en un manicomio. En las escenas de suspenso hay pocos diálogos, una acertada música instrumental acompaña la historia de manera exacta. Tal vez el punto débil de esta propuesta sea la desacertada elección de la protagonista. La poca expresión ante las escenas dramáticas y la marcada puntuación en sus diálogos no ayuda al verosímil de este universo. Sólo logra destacarse cuando está rodeada de grandes actores como Gerardo Romano o Gustavo Garzón. El elenco está conformado por Jimena Barón, Peter Lanzani (otra excelente interpretación como empleado del prostíbulo), Daniel Valenzuela, Vanesa González, Nazareno Casero, Naiara Awada, Florencia Torrente, Sofía Gala, Candela Vetrano, y Fabiana Cantilo. Cabe destacar la participación especial de la Cantilo como la mala de la película. La acertada dirección actoral hace que logre un tono equilibrado en los diálogos y gestos del personaje que compone, además de interpretar la canción del final. La trama de este film, al principio, pareciera girar alrededor del concepto hipersomnia. Sin embargo, a medida que avanza, esta noción se va desfigurando. Cuando el público cree encontrar el hilo conductor de la historia, la misma da un vuelta de tuerca y todo lo que sabíamos en un principio desaparece, dejando al espectador abierto a la reflexión y expectación. Por Mariana Ruiz @mariana_fruiz