Quizás no lo sepa, pero Naruto es una de las mayores estrellas del manga y el animé japoneses. Este largometraje tiene la ventaja de ser realmente una película “para cine”, y la desventaja de olvidar que quizás no todo el público conoce la mitología y el universo del personaje. A pesar de ello, tiene algunos muy buenos momentos de acción y un diseño que no carece de cierta belleza.
Para los fanáticos del animé, este personaje es parte de sus vidas. Ésta es la décima de Naruto y la séptima de Naruto Shippüden. Todo comenzó en l999 con la publicación del manga y éste es el final. Para ese público cautivo la oportunidad del adiós. Los demas…
Un héroe del sol naciente se presenta. Resulta extraño que una película de animación japonesa (o cualquiera de la periferia cinematográfica) se cuele en la cartelera porteña, cada vez más polarizada entre los grandes estrenos y los esfuerzos independientes para llegar a las salas de cine. Naruto Uzukami es un personaje famoso dentro del manga que ha tenido varias transposiciones en poco más de una década desde que Masashi Kishimoto lo creó en 1999: lo que nos llega es probablemente la mayor de las aventuras de este adolescente huérfano, guerrero y poseedor del “Zorro de las Nueve Colas”, aunque su principal arma es el desarrollo de su técnica, la de los clones de las sombras. Desde el prólogo ya se advierte el correlato de la historia, la relación entre Naruto y Hinata que atraviesa toda la película. Lo más interesante no es cómo se dilata la concreción de ese vínculo sino cómo los símbolos que representan a ambos personajes -de manera muy sutil- figuran en el cuadro, especialmente el caso de la bufanda roja. La principal línea argumental se direcciona hacia unas fuerzas alienígenas prestas a acabar con la Tierra, también hay un secuestro (el de la hermana menor de Hinata) y un equipo de ninjas comandado por Naruto dispuesto a recuperar a la joven y salvar el planeta. Por los costados narrativos circulan subtramas menos interesantes que colaboran construyendo el caos en el que la historia se ve inmersa en ciertos pasajes. Naruto: La Película reúne todo los rasgos estilísticos del cine de animación japonés: esta estrategia probablemente ya se trate de un gesto automático para los estudios, y también debe existir poco interés en recepción para aceptar cambios significativos o algún tipo de experimentación formal. De tal manera es que la comodidad -incluso para los neófitos en animación nipona- surge como base para edificar un relato que se enrosca en su propio mundo, del cual no excluye pero sí demanda una atención justa para seguir el tranco. El director Tsuneo Kobayashi -de relevante carrera- propone además un tratamiento visual focalizado en el color y en las diferentes capas nutridas por la multiplicidad de planos, un tremendo trabajo artístico desde el concepto, por eso es que debe disfrutarse bajo las condiciones que ofrece una sala de cine, tanto desde la imagen como desde el sonido.
Acercarse al universo de Naruto, el manga iniciado en 1999, a partir de “Naruto: La película” (Japón 2014) puede ser un tanto engorroso para aquellos, como en mi caso, que salvo alguna imagen esporádica en la TV nada sabe de antemano de la serie. No es porque no tenga la película una coherencia interna que posibilite conocer en detalle el microcosmos creado para esta suerte de defensores de la tierra, que harán lo imposible para que el villano de turno deje de amenazarla, no, el principal problema de este filme animado para los ignotos en sakura, senseis, bijus, jutsus y demás es tratar de abarcar la totalidad del dibujo en tan sólo 112 minutos y mantener, al menos, algo de la explosión de información que ofrece. “Naruto: La película” fue creada con el objetivo de conmemorar los 15 años de la franquicia y sumar una cinta más a la extensa serie de películas que ya se han realizado sobre el universo de Naruto y los kages, una especie de defensores que luchan juntos para conciliar la paz entre los clanes. Todo comienza en esta oportunidad cuando un pequeño Naruto conoce circunstancialmente a Hinata, una joven que termina profundamente enamorada del pequeño guerrero de cabellos naranja, y que aprovecha el humor para distraer a sus enemigos. Una bufanda roja será el objetivo de Hinata para poder conquistar el corazón de Naruto. Noches y días se la pasa tejiéndola, creyendo que así podrá llegar a los sentimientos de su compañero, sin pensar que a partir del intento de destrucción de la tierra por parte de Toneri, un excéntrico villano habitante de la luna, también se convertirá en el objeto del deseo del hombre lunar. Un triángulo amoroso se conformará entre ellos al punto de poner en vilo al resto de la humanidad por los caprichos de cada uno por mantenerse en su posición. Por un lado Toneri desplegará un siniestro plan para destruir la tierra a partir de la implosión de la luna y la proliferación de piezas lunares que caerán en el mundo. Por otro lado Naruto, ajeno a la pasión de Hinata, y desatendiendo los alertas que esta le dé, seguirá inmiscuido en sus planes. Y por último Hinata, cual Penélope que teje y desteje la inmensa bufanda roja para su amor, a quien en secreto anhela poder compartir su vida con él. La dirección de Tsuneo Kobayashi prefiere las atmósferas de transición y la utilización de múltiples estilos de animación para dotarle a un filme comercial, como es este el caso, un ambiente épico y mas artie, para poder así plasmar la fortaleza de la saga, agregándole una historia de amor que cohesione todo. La evolución de niños a adultos de Hinata y Naruto se logran a partir de la utilización de un complejo entramado de elipsis que bucean en algunos tópicos sobre la niñez que dotan a la propuesta de cierta inocencia que brilla en el filme. De hecho, una de las primeras escenas de “Naruto: La película” es en la escuela, con una consigna impartida a ambos pidiendo que cuenten con quién les gustaría pasar el resto de su vida, y si bien Hinata lo tiene bien en claro, para Naruto la respuesta le llegará al finalizar el filme. “Naruto: La película” está dividida, solapadamente, en episodios, que a medida que va avanzando la narración buscan poder dar un respiro a los espectadores para comprender la compleja historia que se teje detrás de la simple enunciación de esta película como filme animado, y que termina por cerrar el ciclo de Naruto como protagonista de una de las series más aplaudidas de los últimos tiempos.
El final de una saga cultural global Unos 15 años después de su nacimiento, la serie de manga Naruto que luego fue adaptada al animé, vendió alrededor de 200 millones de copias en el mundo y dio origen a una franquicia que incluye novelas, videojuegos, series y películas. Superó ampliamente los límites de Japón para convertirse en un fenómenos cultural global. Este es el décimo y último film de la saga centrada en el joven Naruto Uzumaki, un protagonista tan despistado en cuestiones del amor como decidido y valiente a la hora de combatir el mal y demostrar que no es un ninja del montón dentro de su aldea. En el manga, Naruto compartía aventuras con Sasuke hasta que este partió hacia otras tierras y se convirtió en su enemigo. Luego de concluido el duelo entre ambos personajes, Naruto disfruta de un período de paz y de la admiración de los jóvenes de su pueblo, entre las que se cuenta Hinata, enamorada del héroe desde siempre y a la espera que se de cuenta de sus sentimientos. Pero además de la multitud de admiradoras que impide que la relación se produzca, la Luna se empieza a acercar a la Tierra por obra del villano Toneri, que para completar el cuadro adverso, secuestra a Hinata, lo que va a determinar que Naruto no sólo tenga que encontrar una salvación para el planeta, sino que lo hará descubrir que la chica es el amor de su vida. Más allá de los pormenores de la saga y que la lírica del film tenga que ver con el Japón –en donde interviene el shintoismo, los espíritus y una particular relación con la naturaleza–, sin renunciar a las batallas espectaculares propias de género con un antagonista de peso como Toneri, la película está centrada en el amor que se impone por sobre todo, un tema universal y entendible para todos los públicos, aunque hay que decir que el relato muchas veces puede resultar críptico para los no iniciados en el universo del manga. Lo cierto es que si bien no alcanza la profundidad y la poética de Se levanta el viento, la película con la que el maestro Hayao Miyazaki se despidió del cine, es casi un milagro que dos obras fundamentales de la animación japonesa lleguen en el mismo año a la atomizada cartelera cinematográfica argentina.
Sólo para entendidos del animé Éste es el cierre de las películas -y del manga, y del animé- de Naruto, un notorio éxito en Japón y en muchos países del mundo, creado por Masashi Kishimoto, aquí guionista. Naruto es un adolescente ninja movedizo, gritón, con bigotes de gato, con poderes y -en esta película especialmente- enamorado, que debe ayudar a su amor a rescatar a su hermana, raptada por el último exponente del clan ?tsutsuki. La historia no es tan sencilla, porque estos ?tsutsuki vivieron en la Luna, y hay una luna creada por sabios, que está por caer como un meteorito a la Tierra, y hay guerras pasadas que pueden repetirse. Hay vuelos, estados mentales, sueños peculiares, visiones, superpoderes, poderes mentales, vaivenes temporales, tintes en la animación, peleas, capas, estados de realeza desconocidos, una importante bufanda, paisajes extraños, monstruos peculiares, vuelos en pájaro, ciudades abandonadas, calaveras apiladas, encapuchados, fuego, viento, agua, peleas con golpes y también con criaturas que emergen de puños. La musicalización, persistente, como de fondo desatendido, liga a esta película animada con una emisión televisiva. La potencia y belleza de no pocas imágenes y el brioso movimiento de algunos segmentos, más la calma y hasta emotiva construcción de la historia de amor, la acercan al cine. Eso sí, no con el cine entendido como un arte accesible para aquellos espectadores no iniciados.
Naruto: La Película debuta en los cines argentinos a modo de "epilogo" del manga que lleva más de diez años en emisión, mostrando el crecimiento del heroico personaje, en una película que apuesta más a la historia de amor que a una pelea explosiva. De marginado social a héroe nacional (y padre de familia) Para alguien que no es muy fanático de Naruto como anime, es probable que al enfrentarse a Naruto: La Película lo haga con cierto recelo, y espere lo típico: El shonen, peleas, humor, héroes. Tal es la sorpresa cuando la cinta se presenta a si misma como la historia del "porqué Naruto y Hinata tienen que estar juntos". Si, en serio. De hecho, aquellos que crecimos con series como Dragon Ball, sabemos de ante mano que la historia de amor no es lo central en este tipo de anime, pero es quizás lo más represivo que la película gire en torno a Naruto y Hinata con incluso flashbacks de niños y ante esto se despliegan a lo largo de los 86 minutos que dura, las tipicas escenas de sonrojos y malentendidos de los shoujos que hasta el fin del mundo le hace de escenario. Esto hace que no termine de definirse en toda la pieza. ¿Va a haber una gran pelea? Tiene que haberla pero...¿Cuándo? Al pensar en Naruto: La Película se piensa inmediatamente en vender, y cómo no va a vender si se trata de lo que alimenta las páginas de fanfictions y demás, la relación de amor, lo que viene después, bebés, colores, perdices. El crecimiento de todos los personajes que han madurado junto con los espectadores. Por el otro, hablamos de culminar la serie con la que como dijimos antes, crecieron muchos fanáticos. Quizás decepcionando al fan más ortodoxo como sucede en casi todas las películas dedicadas a una serie de anime, y quizás fascinando a los fanáticos de los argumentos "longitudinales". Habría que tener en cuenta el tema del éxito que podría generar ésta película en taquilla, que al menos en Japón estalló. Existe gente que compara tal magnitud con la revolucionara Dragon Ball, pero me atrevo a citar a Mashiro Morikata de Bakuman al decir que no puede compararse. No por capricho, sino porque hay que considerar que Dragon Ball como otras series alcanzaron un éxito incalculable ya que la población japonesa joven era mayor en los 80 y que ésta disminuyó con las leyes de natalidad. Como tal, mangas serializados en los 90 que aún se emiten (contemporáneos a Naruto como One Piece) tienen y tenían un publico más reducido que sus antecesoras. Una mención aparte merecen los personajes secundarios que al menos en éste film quedan relegados, pasados a un segundo (y en el caso de Sasuke hasta un tercer o cuarto plano, con una aparición para el fan service típico y nada más). Las escenas de acción aunque pocas resultan atractivas y valen la pena para verlas en el cine, considerando que quizás sea la única vez que los fans puedan apreciar la utilización del Chakra en el cine. Aunque los cambios introducidos, que distan de lo que fue la pelea final del manga no los alegrara mucho. El diseño de los personajes cambia, lo cual le da un toque nostálgico y más tentador. A excepción de Sakura que prácticamente está igual, el resto muestra rasgos más afinados, desligándose en el dibujo de los rostros aniñados del anime. En cuanto a la animación, resulta algo chocante ya que no parece que nos encontremos ante un "anime", de hecho, el éstilo de animación parece más de una serie yankee que otra cosa. Pero, eso es algo que suele sacrificarse al dar el salto a la gran pantalla. Conclusión Con un diseño atractivo y técnicas importantes, Naruto: La Película le dará cierre a la historia del pequeño zorro de forma poco arriesgada y optando por contar una cadena de acontecimientos que derivarán más en una película de amor.
Sólo para muy aficionados al género animé Las locuras japonesas dan lugar a todo tipo de delirios, algunos más divertidos que otros. Naruto, al menos en esta última versión, no es precisamente de las más entretenidas, salvo que se sea fan a muerte del personaje y se conozcan a fondo todos los detalles de la historia. Caso contrario, el asunto es un divague muy difícil de desantrañar, y que por otro lado no ofrece precisamente lo mejor de la animación japonesa. El argumento cuenta los peligros que enfrenta el mundo cuando la luna se aproxima a la Tierra como un amenazante meteoro, y los esfuerzos por detener la hecatombe. La historia comienza muy lentamente narrando los conflictos de Naruto ante los ataques de sus compañeros de colegio, y la extraña tarea que les da un maestro a los niños preguntándoles con quien pasarían el ultima dia de su vida si la luna cayera sobre la tierra para destruirla, algo que en ese momento parece muy lejano pero como veremos es una posibilidad que se presenta pronto en el relato. Lo que suele salvar estos delirantes animés japoneses es la factura técnica, o algún uso innovador de la animación, pero en este caso hay un estilo bastante limitado y austero, y sólo tienen relieve algunas escenas con auténticos atractivos estéticos, como por ejemplo las caminatas del protagonista por un bosque nevado o la batalla lunática final. Por lo tanto, "Naruto, la película" es un producto que sólo puede recomendarse a los muy aficionados al manga y el animé.
Del budismo a la filosofía ninja Para todos aquellos que, por desconocimiento absoluto o por edad, se hayan quedado congelados en la era de Mazinger Z o Meteoro, es bueno recordar que la animación japonesa ha recorrido desde aquellos tiempos un largo camino, ganando adeptos en todo el mundo. Demostración de la enorme sinergia entre el manga y el animé, desde su primera aparición en forma de historieta a fines de los años ’90, Naruto ha visto sus aventuras publicadas semanalmente en papel y transmitidas por televisión a lo largo de dos series originales que, juntas, suman más de quinientos episodios. A eso hay que agregarle una buena cantidad de videojuegos, películas producidas para el mercado de video y seis largometrajes pensados para la pantalla grande, de los cuales Naruto, la película es apenas el último eslabón. ¿Qué quién es Naruto Uzumaki? Un pibe que creció huérfano en una pequeña aldea y que, a muy temprana edad, descubrió ciertos poderes especiales gracias a una criatura mitológica que tiene encerrada en su interior, el Zorro Demonio de nueve colas.De seguir cronológicamente la historia, el lector/espectador acompañará su crecimiento, desde la más tierna infancia, pasando por la pubertad y despertando a la adultez. Naruto, la película lo encuentra grandecito, siempre acompañado por sus amiguetes y miembros de un clan conocido como el “Equipo 7”, dedicado a luchar contra sus enemigos naturales (Sakura, la chica de cabellera fucsia, es una de sus más prominentes compañeras). ¿Qué si se puede ver la película sin haber visto o leído nada con anterioridad? Se puede, ya que la narración está contenida en sí misma, aunque las referencias al pasado de los personajes y a hechos de otras películas y capítulos de las series son constantes, como así también la falta de información a las características de los chakras y poderes de cada uno de los luchadores (en esencia, el universo Naruto entremezcla ideas ligadas a la astrología china, el budismo, el animismo y la filosofía de los shinobi, más conocidos en el barrio como ninjas).El resto es bien clásico: Hinata, otro miembro del club de los siete, está enamorada de Naruto pero no se anima a decírselo, la hermana de la chica es secuestrada por un poderoso enemigo (casi un ser de luz, pero de luz mala) y, tal vez lo más importante, la Luna empieza a acercarse peligrosamente a la Tierra, lo cual activa viajes de lo más variopintos, aventuras de todo tipo y escenas de acción entremezcladas con otras de tono confesional y definidamente melodramáticas (hay incluso algo de La bella y la bestia en una película que no le hace asco a la sensiblería más rampante). El trazo de los dibujos y la animación misma son tradicionales, aunque puede apreciarse el uso de varias técnicas digitales en las escenas de mayor movimiento en cuadro. Dirigida a un público conocedor del personaje y de la historia –niños grandecitos, púberes, adolescentes y, claro, adultos, que los hay– Naruto, la película se estrena en versión original en idioma japonés, subtitulada al español, y con una calificación de Sólo apta para mayores de 13 años.
Piña va, piña viene Exito en Japón, “Naruto” es un filme con complejidad en su trama, más apto para jóvenes que para niños. No es una leyenda: George Lucas es conocedor del animé y de la animación japonesa, y si bien Naruto no tiene en su concepción puntos de contacto con la saga de La guerra de las galaxias que creó Lucas, para entender las relaciones y las complicaciones en la trama en Naruto hay que hacer un curso avanzado, casi como, a veces, parece necesario con la segunda trilogía de la saga del guerrero Luke Skywalker. Naruto es un joven con bigotes de gato, de quien está enamorada una joven ya desde que eran compañeritos en la escuela. Alguien, ya en el presente, ha secuestrado a la hermana menor, y Naruto y otros elegidos irán tras las pistas de estos hiperpoderosos. La complejidad pasa porque hay universos paralelos, una serie de clanes que vienen desde muchísimos años, personajes que fueron a vivir a la luna, una luna que está por ser destruida y sus pedazos caerían sobre la Tierra, y acabarían con la vida aquí, más personajes con poderes increíbles, agua en la que sumergirse y no mojarse... Ver para creer. Porque pese a esas, digamos, objeciones -es sumamente sencillo pederse en tantas explicaciones, por los nombres de los clanes y los muchos, muchísimos vericuetos que va teniendo la trama escena tras escena-, hay un despliegue visual impactante. La animación nipona, llámese el protagonista Heidi, Chihiro o Mononoke, hace que los personajes caminen de manera robótica, algo que aquí se mantiene. Eso no aleja al espectador, y teniendo en cuenta la violencia de algunas escenas, el filme no es para niños muy chicos, a los que las imágenes podrán resultar atractivas, pero la trama, sus implicancias y alguna crueldad, o al menos intensidad, no son aconsejables.
Navegante de la luna Si bien esta última entrega de Naruto, dirigida por Tsuneo Kobayashi, apunta –casi exclusivamente- a los fans del animé, el espectador regular de cine puede encontrarse con una historia de acción digna de la serie Dragon Ball, pero también encontrará retazos de poética, una bufanda roja, vuelos en aves dibujadas, estados mentales que despiertan sentimientos. Esto la aleja del animé de acción para acercarla, mucho más, al estilo japonés de, por ejemplo, El viaje de Chihiro (2001). El último largometraje de Naruto propone como correlato paralelo a la inconclusa –hasta esta película- historia de amor entre el joven personaje principal y Hinata, su interés amoroso, también miembro del Equipo 7, escuadrón ninja para salvar la tierra. El mayor conflicto del film –muy opacado por el correlato mencionado- es una amenaza por parte del último referente del clan Otsutsuki, Natori, quien comienza un ataque hacia la tierra utilizando la Luna, hasta entonces su hogar, como meteorito destructor. En contrapartida al buen dinamismo que lleva la película durante toda su extensión, se encuentra el sentimentalismo clásico de la industria nipona llevado a su máximo exponente, cada lágrima brillante, musicalización romántica y los nombres de Naruto e Hinata están para pedir el cambio por desgaste de las repetidas veces que son utilizados. Naruto, la película (The Last: Naruto, the movie) logra atrapar tanto a los fans como a los inexpertos en la materia, redondea con un gran final cliché -que igualmente funciona- y deja satisfecho al espectador a la hora de los créditos.
Por fin los fans de Naruto podrán disfrutar de una película en la pantalla grande. Y vaya que será bueno el debut de Uzumaki Naruto en el cine Argentino, ya que la película es, por lejos, el mejor film de la serie creada por Masashi Kishimoto. Pero aquellos que nunca han visto nada ni leído ninguno de los mangas del joven huérfano y aspirante a ninja de la Aldea Oculta de La Hoja, esta es una oportunidad para conocerlo y disfrutar de su comicidad y valentía. Naruto, junto a One Piece, es una de las series que nació para ocupar el lugar que había dejado vacante Dragon Ball. No solo por la similitud de elementos, sino por la fama que ha ganado en los últimos años a nivel mundial. Cabe destacar que Kishimoto es fan confeso de la serie de Akira Toriyama y a lo largo de la historia, muchos han sido los homenajes a Goku y sus amigos. Naruto, La Película, es el décimo largometraje de la franquicia y el séptimo de la saga Naruto Shippuden. Esta película fue estrenada en los cines japoneses el 6 de diciembre de 2014 bajo el nombre de The Last: Naruto The Movie y es la primera que se proyecta en Argentina en los 15 años de existencia de este anime. Entre los muchos atributos para ser recomendada a sus fans se destaca el cierre de historias que habían quedado inconclusas al finalizar el manga el pasado mes de noviembre. Además fue realizada como un homenaje por el decimoquinto aniversario de la serie, razón por la cuál se duplicó la apuesta y se realizó este film tan ambicioso. Para los seguidores del género anime, es una buena oportunidad para apoyar su difusión ya que en los cines argentinos este tipo de películas no abundan y hay un gran número de seguidores. The-Last-Naruto-The-Movie La película está dirigida por Tsuneo Kobayashi y guionada por el propio Masashi Kishimoto, quién también lideró la renovación visual de los personajes y se encargó de la coordinación general del proyecto. Pierrot, famosa empresa que fue y es parte fundacional del anime en Japón, estuvo a cargo de la animación. Naruto, La Película, se convirtió en la más taquillera de la franquicia, solo en su país natal recaudó US$16.5 millones. El argumento se define en pocas líneas: dos años después de los acontecimientos de la Cuarta Guerra Mundial Shinobi y durante el Festival de Rinne, que tiene lugar en la aldea de Konoha, Hinata Hyuga espera a Naruto para darle un regalo personal como símbolo de su amor. Pero un nuevo mal amenaza la paz de los habitantes de la tierra: la luna, que Hagoromo ?tsutsuki creó para sellar el cuerpo de Kaguya ?tsutsuki, comienza a descender hacia la órbita terrestre e impactar con la misma. El enemigo de turno, Toneri ?tsutsuki, determinado a cumplir con el legado de su antecesor, es el causante de esta fenómeno y la humanidad corre riesgo de ser exterminada. Naruto, Hinata, Sakura, Sai y Shikamaru deberán correr en contra del reloj y volver a convertirse en lo héroes de La Aldea Oculta de la Hoja y de toda la Tierra, y detener esta amenaza que proviene del espacio exterior. La mejor película de todas las realizadas sobre este hiperactivo, impredecible y ruidoso joven llamado Naruto Uzumaki. Posee un marcado salto de calidad en comparación a los anteriores largometrajes. Se puede apreciar como ha mejorado la animación japonesa en los últimos 10 años con las nuevas técnicas que mezclan la animación 2D y 3D. En el prólogo del film, donde se realiza una especie de resumen sobre la mitología de este mundo basado en enseñanzas y preceptos de la cultura ninja, y en las escenas de batalla, es donde más se puede apreciar la calidad de la animación. No solo por el enfrentamiento marcial de los personajes, sino también por las grandes cantidades de descargas de energía corporal llamada Chakra. Un gran espectáculo para los ojos. Narrativamente tiene una extensión no habitual en las películas de anime del estilo Shonen -series con grandes dosis de acción, situaciones humorísticas y compañerismo entre protagonistas- y eso se nota promediando el film. Nobleza obliga, le sobran unos 20 minutos. Pero hay que destacar que la historia de amor de Naruto, que Kishimoto no supo explicar, acentuar y cerrar en 15 años de serie, lo hace de una manera cinematográficamente hermosa en esta película. Advertencia para los fans más acérrimos: lleven pañuelos descartables. Por otro lado, es preciso destacar que la película sucede entre el final de la Cuarta Guerra Mundial Shinobi y la última escena del manga donde se puede observar a Naruto como Hokage de la aldea y padre de dos hijos: Boruto y Himawari. Naruto_TheLast_Locoxelcine El enemigo a vencer en esta oportunidad es un tanto forzado desde su ideología y origen. Hasta en el final uno se pregunta si en verdad era necesario. Pero no hay que olvidar que es simplemente una excusa para poder ver a los shinobis de Konoha en acción y saber como han sido esos dos años de paz luego de la Cuarta Guerra Mundial Shinobi. En ese sentido, la película hacer recordar mucho a Dragon Ball: La batalla de los Dioses. Naruto, la serie de Masashi Kishimoto, debutó en la Shonen Jump -revista semanal de manga orientada al estilo Shonen- en noviembre de 1999 y está compuesta por 70 tomos compilatorios ya publicados y una longeva adaptación al anime que inició en octubre del 2002 en Japón y actualmente sigue en emisión con su segunda serie “Naruto: Shipp?den”. Suele haber un desfasaje entre el manga y el animé de la misma historia. Lo mismo sucedió con series como Dragon Ball y otras historias ya conocidas en Argentina: Supercampeones, Ranma 1/2, Pokemon, Digimon, etc, etc. Mirando hacia adelante, Masashi Kishimoto ha confirmado que estará involucrado como productor, supervisor ejecutivo, escritor y diseñador de personajes en la historia de la próxima generación de Naruto que involucra a sus hijos, Boruto y Himawari. La película, Boruto: Naruto The Movie, tiene fecha de estreno para el 7 de agosto en Japón y la web oficial del film está disponible desde diciembre. Además, en el mes de abril se estrenó el nuevo manga, que tiene como protagonista a Boruto y se llama Naruto Gaiden: Nanadaime Hokage to Akairo no Hanatsuzuki.
Amor a golpes Arranquemos por explicar un poco las razones de este estreno en nuestro país, sin profundizar demasiado en conceptos que quizá merecen otro tipo de artículo para entender el animé y cómo se distribuye en occidente. Naruto es un manga de Masashi Kishimoto posteriormente adaptado como animé, que pertenece a uno de los subgéneros (1) más redituables de la animación japonesa y que cuenta con más seguidores alrededor del mundo, el shonen, ya sea por sus atractivas coreografías, personajes vistosos que a menudo enfrentan sus propios demonios, enemigos mesiánicos que fuerzan batallas extraordinarias o un esquema que traza la ruta del héroe con una atractiva sencillez. La cuestión es que este “subgénero” focalizado a adolescentes masculinos contó también con otros éxitos que poblaron nuestras pantallas como Dragon Ball o Los caballeros del zodíaco. El caso de Naruto en los últimos años es que ha hecho su espacio en las pantallas locales convirtiéndose en un éxito que pisa tan fuerte como en otras partes del mundo, esencialmente gracias a su estrecho vínculo con la mitología china en la que está basada y el ninjutsu, arte marcial practicada por los ninjas. Yendo a esta película en particular, que aún sin haber visto un solo capítulo del animé puede verse (aunque se perderán muchos detalles) sin problemas, nos encontramos con varios elementos atípicos desde lo narrativo. En primera instancia, es audaz -por las particularidades del shonen- que haya una historia romántica que atraviesa el relato de la película de forma constante, tomando una relevancia que sublima el enfrentamiento con el antagonista de turno; en segunda veremos personajes que no llegan a definirse y que apenas logran cumplir un cometido dentro de la trama, siendo confusa su aparición, en particular si no se tiene ningún tipo de contexto como espectador. Por otro lado, si se tiene un contexto, en lugar de confusa resulta forzada, buscando más bien satisfacer a los fans que definir alguna cuestión dentro del relato. Esta mixtura lleva a una narración que por momentos resulta tosca, valiéndose de flashbacks que expliquen el accionar de los personajes, o retomando (algo que es muy común en el animé) fragmentos para subrayar la importancia dramática de una determinada secuencia. Sin embargo, la forma en que es resuelto, por momentos se traduce en un montaje poco fluido que afecta secuencias como la de los personajes atravesando un canal entre la Tierra y la Luna. Uno de los puntos más elevados siempre suele encontrarse en el vértigo y el dramatismo de las batallas, donde los personajes suelen ser llevados al extremo de sus capacidades para sobreponerse a un determinado enemigo, que en este caso es Tonomi. El problema de este enemigo que tiene un plan para destruir la Tierra, es que resulta bastante desdibujado como personaje. Su presencia no llega a tener peso ni a significar la amenaza que sí se traduce en las acciones: es uno de los antagonistas menos carismáticos que vi en un animé. Esto lleva a que gane más fuerza e intensidad la subtrama romántica que va en paralelo y que, con todos sus clichés y lugares comunes a cuestas, logra conducirse hacia una conclusión satisfactoria. Pero las malas elecciones de Tsuneo Kobayashi logran sin embargo no ser decisivas para arruinar completamente el film: las secuencias de batallas siguen siendo trepidantes y el diseño de personajes de Kishimoto permanece intacto, lo cual garantiza que veremos algo entretenido a pesar de que su extensión de casi dos horas puede atentar contra ello. En todo caso, Naruto ofrece algunos momentos memorables pero tanto al espectador al que le resulte ignoto como a aquel que conozca el material, le resultarán demasiado visibles las irregularidades narrativas que naufragan por largos minutos.
La cartelera de cine le hace un espacio a un anime que ha sabido cosechar sus fans en latinoamerica; Naruto: La película de Tsuneo Kobayashi. Han pasado dos años desde que acabó la Cuarta Guerra Shinobi y con ello la última pelea entre Naruto y Sasuke. Konoha se encuentra en paz, pero un nuevo enemigo amenaza esta paz. La luna que fue creada por el sabio de los seis caminos cuando selló al J?bi, se perturba y empieza a dirigirse a la tierra en forma de un meteorito gigante. Se descubre que el causante de esta inminente tragedia es alguien llamado Toneri ?tsutsuki, quien es el último descendiente del Clan ?tsutsuki, cuyos miembros habitaron en la luna los último mil años. En medio del inminente desastre Toneri ?tsutsuki intenta secuestrar a Hinata, pero Hannabi, la hermana menor, es quien termina siendo raptada. Es entonces donde Naruto y los demás deberán rescatarla y vencer a Toneri ?tsutsuki antes de que sea demasiado tarde y así descubrir las verdaderas intenciones de ?tsutsuki. Desde un principio, la sinopsis no difiere del concepto marcado por muchos otros animes; el héroe salvando a la doncella. Pero aquí, uno de los problemas es que el espectador ajeno a la serie no entenderá las bases que sentaron las relaciones de los personajes. La mayoría de los animes o películas basadas en series o sagas, tienen cinco minutos iniciales donde explican el contexto de los protagonistas. Naruto: La película parece ser una más dentro de otras películas de la serie; y eso no sería un problema, si no fuera que es la primera que se estrena en nuestro país. A su vez, Naruto: la película pierde mucho tiempo en construir esta relación entre Naruto y Hinata (que seguro muchos fans estaban esperando); pero pareciera que la acción queda en un segundo plano; y no hay un enemigo real en la película.
Vamos por partes, dijo Jack Muchos se preguntarán “¿Qué o quién es Uzumaki Naruto?” y la respuesta es un ninja adolescente, impredecible y bastante hincha pelotas que debido a su ardiente deseo de superación logrará cambiar la visión del mundo. Se caracteriza por ser alguien que aprende a través de su cuerpo y que requiere frecuentemente un embrutecimiento hacia abajo, una analogía ya simplificada, con el fin de entender lo que se le explicó. Si bien el poder en bruto es uno de sus puntos fuertes, su verdadera fortaleza reside en la capacidad de generar esperanza de un futuro mejor, equitativo y justo en amigos y enemigos por igual. Hete aquí nuestro héroe. Siempre es una inmensa alegría la llegada de cualquier película de anime (estilo de animación surgido en Japón) a la pantalla grande, ya sean clásicos como las Dragon Ball o las mágicas historias del maestro Miyazaki. Lamentablemente, este estreno tiene todas las de perder y paso a detallar el porqué. Para aquellos que desconozcan la franquicia, Naruto, fue una serie de manga (comic), escrita e ilustrada por Masashi Kisimoto, publicada a partir de 1999 por la editorial Shueisha que llegó a recopilar desde entonces sesenta volúmenes, concluyendo así en noviembre del 2014. Debido a su enorme éxito tuvo una rápida adaptación al anime, él cual hasta el momento lleva más de 600 episodios en su haber. Otro dato interesante y a tener en cuenta es que, en realidad, este estreno es el décimo largometraje de sus aventuras. Por lo que si vas al cine desconociendo la totalidad de la obra es más probable que no entiendas un carajo y salgas re caliente por haber pagado una entrada de una copia trucha de Dragon Ball. Primer punto en contra, desconocimiento del producto. Fue tan impresionante el éxito de la franquicia que se llegaron a hacer dos novelas ligeras, varios juegos de cartas, artbooks y guías, los cuales engrosaron cuantitativamente el universo de Kisimoto. Incluso cuenta con cinco títulos en el mercado de las consolas domesticas, siendo Naruto: Ultimate Ninja Storm el más destacado entre todos los existentes. No obstante, a pesar de la masividad del producto, en Argentina es poco conocido y si tenemos en cuenta la profundidad inherente de cualquier animación japonesa, repleta de dualidades y sufrimiento, no apuntaría al público infantil al que se supone va dirigido. Segundo punto en contra, falta de popularidad. Hubiese sido interesante que Tsuneo Kobayashi utilizara nuevas tecnologías para lograr algo impactante. Vayamos a la trama del film. La historia está situada entre los capítulos 699 y 700 del manga, y a decir verdad, se justifica sólo (spoiler alert) para enterarnos de como Naruto y Hinata llegaron al altar. Dejando de lado el paupérrimo nivel narrativo de la extensa filmografía Narutiana, el fanático podrá sentirse traicionado por el simple hecho que en vez de encontrar acción y secuencias espectaculares (como la pelea de Blizz y Goku en la última DB) será testigo de una de las historias más pajeras y mariquitas jamás vista. Todo bien, pero Naruto es piña va, piña viene -Rock Lee vs Gara, Naruto vs Pain, Kakashi vs Obito-. Un shonen (google pls) con todas las letras y no una de romance y besitos, que utiliza a diestra y siniestra todos los clichés existentes del shojo (again, google). Inclusive hasta las peleas parecen un chiste de mal gusto, como si a los personajes les diese paja utilizar las técnicas aprendidas a lo largo de la serie. Tercer punto en contra, gato por liebre. Hubiese sido interesante que tanto los productores y como el director (Tsuneo Kobayashi) utilizaran nuevas tecnologías para lograr algo impactante. Con los avances en animación de la actualidad, se podría haber hecho algo mejor o al menos contar una historia con mayor espectacularidad y no llena de vacío y vacuidad. Lo único destacable es ese poquito de interludio adquirido entre el final de la cuarta gran guerra mundial shinobi y el Naruto Hokage de la aldea oculta de la hoja, y algunas situaciones realmente graciosas entre la dupla estelar Naru-Hina.