El estudio de animación Laika, responsable de "Coraline", vuelve a producir con la técnica que la caracteriza, el stop-motion, para brindarle al espectador una propuesta detallista visualmente, con un trabajo artesanal que se combina muy bien con la digitalización por computadora, pero que desarrolla un relato regular en su planteamiento y que se siente repetido por cómo toca las diferentes temáticas.
ParaNorman es una maravilla artesanal en stop-motion para disfrutar especialmente en pantalla grande. Realmente sería un desperdicio que esperaras para verla en DVD. La estética y el argumento te enganchan desde la primer escena y el interés va en aumento a medida que avanza la proyección pues el relato (mezcla de humor negro, terror, misterio,...
Zombies simpáticos La sobrenatural e intrépida comedia de horror ParaNorman 3D (2012), dirigida por Chris Butler y Sam Fell, transporta al espectador al pueblo de un chico incomprendido y con claridad sostiene que los verdaderos enemigos no son los muertos sino los vivos. Una entretenida ficción en stop-motion y en 3D para toda la familia. Norman (en la voz de Kodi Smit-McPhee) es un chico diferente del resto. Puede ver a los muertos e incluso hablar con ellos. Por este motivo está sujeto siempre a la burla de sus compañeros de colegio. De repente algo transforma su vida: aparece su tío para contarle sobre la maldición de una bruja que la noche siguiente despertará y levantará a sus muertos de las tumbas. Para impedir un apocalipsis zombie él deberá leer un libro en el féretro de la hechicera, pero nada será demasiado fácil. En esta animación se nota a las claras la colaboración de Laika, el estudio fabricante de contenidos animados de los creadores de Coraline y la puerta secreta (Coraline, 2009), una obra maestra de Henry Selick , quien se lució también con El Extraño Mundo de Jack (The nightmare before Christmas, 1993) para Tim Burton. Por este antecedente es que se pueden encontrar algunos pequeños signos estéticos de la filmografía burtoniana y bienvenidos sean, porque no desentonan en absoluto. Más allá de esto, ParaNorman 3D no es una película oscura sino todo lo contrario. Si bien está sumida en el universo zombie y parodia las películas de terror de bajo presupuesto, el encanto del argumento está en que tiene divertidos toques de humor y los muertos vivos resultan ser amigables con el entorno, subrayando así la clásica actitud errónea de los seres humanos para con ellos. Este film, que no cuenta con voces de actores reconocidos, se destaca por su frescura, su visión infantil de los monstruos y por los sobresaltos de Jon Brion, responsable de la banda sonora que le otorga un buen ritmo al relato. Esta no será como las grandes producciones de Disney, Pixar o Dreamworks, pero merece una mención y seguramente sabrá ganarse su público. Divertida, alocada y equilibrada en todos sus aspectos. No desentona, no exagera y no empalaga.
Veo gente muerta El film de animación ParaNorman llega de la mano de los realizadores Chris Butler (del departamento de arte de El cadáver de la novia) y Sam Fell (director de Lo que el agua se llevó), quienes hicieron un verdadero trabajo artesanal filmado "fotograma por fotograma" con la técnica de stop-motion. Una historia que coloca al joven Norman, un chico incomprendido que habla con los muertos, en la posición de salvador de un pueblo acechado por la maldición de una bruja. Y heredando la misión de su tío, Norman, deberá detenerla. Con una cuidada estética y graciosos detalles de guión, ParaNorman se disfruta y evoca La noche de los muertos vivientes y otras como Sé lo que Hicieron el Verano Pasado, además de tener gags de terror para público adolescente. Sin lugar a dudas. Chris Butler y Sam Fell se unieron sabiendo que sus experiencias podían potenciarse, y su creatividad quedó plasmada en la pantalla. Con la presencia de su abuela muerta, una maestra de teatro avasallante, una familia que no lo entiende y un pueblo en su contra, Norman y su fiel amigo Neil intentarán cumplir su cometido, mientras logran divertir al espectador.
Veo gente muerta... Un chico atribulado, solitario, sin amigos, un rarito, un fenómeno, un freak, un chico que ve gente muerta. “No dejes que los 'bullys' te afecten, Norman”, le dice su amigo gordito, “sucede en todas las escuelas”. El personaje de Norman, protagonista de este filme, podrá no ser muy original, pero dentro de esta entretenida historia de terror, cobra una fuerza notable. Paranorman (3D) es un filme de animación en stop motion realizado por el estudio Laika, los mismos que contribuyeron con Henry Selick en la popular El Extraño Mundo de Jack y en la aclamada Coraline y la Puerta Secreta (aquella historia de Neil Gaiman que también dirigió Selick en 2009). Si hay algo que emparenta a todas estas películas además de su belleza técnica y estética es que en todos los casos estamos ante filmes que no son precisamente para niños pequeños. No es que Paranorman tenga escenas perturbadoras o escandalosas, pero sí sucede que el tema general que trata la historia y algunos pequeños sustos diseminados a lo largo del metraje podrían no ser apropiados para los más chiquitos...
Veo gente muerta Norman es un niño solitario que tiene la capacidad de hablar con los muertos, los ve, los saluda, y en la mayoría de los casos, puede entablar cordiales relaciones con ellos, como por ejemplo con su abuela, con quien mira televisión todos los días, aunque ya no esté en este mundo. En el colegio lo tildan de freak, todos lo miran con desconfianza, incluso en su propia casa; es el raro del pueblo. Un día su tío lo visita, un tío tan freak como él, quien le advierte que sobre el pueblo va a caer una maldición, y que él será el encargado de detenerla. La maldición fue echada por una bruja, a la que colgaron hace unos cuantos siglos en esas tierras, sobre aquellos que la juzgaron y condenaron; y se desata una noche, cuando unos cuantos muertos vivientes comienzan a deambular por la ciudad. Norman debe encontrar la manera de detenerlos con algunas pocas recomendaciones que su tío le hizo. Pero no hay nada clásico en el ataque de estos zombies. Por empezar la gente del pueblo no entra en pánico ni corre asustada, sino que los ataca, provocando desconcierto y terror en estos seres esqueléticos. Con el tiempo Norman descubre que estos zombies son nada menos que quienes condenaron a la bruja, y hoy vuelven malditos a caminar por las calles. Para detener el maleficio Norman debe descubrir qué pasó realmente durante el juicio a la bruja. Lo que descubre es algo muy triste, que convierte a la película en no recomendable para niños pequeños. Ante el desconcierto y tristeza que el hallazgo le provoca, Norman enfrenta a los zombies preguntándoles el por qué de tanta crueldad, a lo que estos solo pueden contestarle que lo hicieron porque tenían miedo. El mismo miedo tienen los habitantes del pueblo, quienes los atacan como en una especie de catarsis y pánico colectivo. Así la temática de la película deja por un momento de ser infantil, y se convierte en una reflección sobre el miedo, la sugestión colectiva, e incluso la defensa propia; un tema que tanto agrada en los Estados Unidos. Norman debe entonces usar su poder para hablar con la bruja, y tratar de hacerle entender que no puede usar con los demás el mismo odio y fuerza bruta que utlizaron con ella, y de algún modo como pasa en todas esta películas en que hay humanos que hablan con muertos, debe ayudarla a encontrar el camino que la lleve hacia la luz. La parte "infantil" de la película, que sí la tiene, está dada por todas las aventuras y peripecias que el protagonista atraviesa esa noche junto con sus improvisados compañeros, y por la resolución presentada al final de la película. Con muchísimo humor para padres, más que para niños, una exquisita estética bizarra y un impecable 3D, esta película es muy difícil de catalogar como infantil ya que aporta mucho más que un entretenimiento para niños, no solo en su guión, sino también en su estética.
Veo (mucha) gente muerta Es probable que si alguien pensaba una película como ParaNorman hace 30 años, los estudios de Hollywood hubieran pensado que no habría púbico para ella. ¿Historia de zombies, con un niño que ve gente muerta, enmarcada en una historia triste, y encima en animación? Hoy es otra época, y ParaNorman , que llega más en copias 3D que convencionales, tiene no uno sino varios públicos. Los chicos ya no se asustan tan fácilmente, y los adultos pueden disfrutarla como chicos. Creada por los mismos responsables de Coraline , aquella maravilla sobre la nena que encontraba un mundo alternativo, una versión idealizada de su hogar, pero con características algo siniestras, la película ofrece humor y sobresaltos en idénticas dosis. Vale, sí, una aclaración: ParaNorman , como diría una niña de 7 años, está “muy buena”, pero no es “linda”. Norman es un chico que no sólo ve gente muerta en su pueblo: habla con los fantasmas, todos como Casper, amigables, y con el espíritu de su abuela, sentada y tejiendo en el sillón del living acompañando a Norman mientras él ve películas de zombies. Norman vivirá su propia película con los comedores de cerebros cuando un tío, vago y apestoso, y con un aire a Fidel Castro, le advierte que deberá usar su don para otra cosa. Es que se aproxima el 300° aniversario de la muerte (y la maldición) de una bruja, su fantasma despertará y traerá con ella a los muertos. Así que Norman, el chico de los pelos parados, deberá hablar con los muertos vivos para terminar con la maldición. Si el filme no es “lindo” es porque no sólo Norman padece bullying en la escuela -lo mismo que un compañerito, por gordo-, y hay cierto detalle con quién fue la bruja y lo que le sucedió, que a los más pequeños habrá que acompañar y explicarles por qué pasó lo que pasó. Y luego sí, a disfrutar del terror animado. Para los más grandes hay guiños -el ringtone en el celular de Norman, es la musiquita de Noche de brujas , de Carpenter; Neil, el gordinflón, a veces usa la máscara de Jason-. Y no todo es terror: la abuelita sabe de lo que habla cuando le dice a Norman que “tener miedo no tiene nada de malo”. Al fin de cuentas, vale la opinión de Neil sobre Norman: “No creo que sea raro, sólo habla con fantasmas”. Es eso.
Veo gente muerta Tras su excelente presentación en sociedad con Coraline y la puerta secreta (2009), el estudio Laika regresa con esta película sobre un chico de 11 años que -como aquel de Sexto sentido- ve gente muerta. El resultado es una atractiva película de fantasmas, zombies y brujas realizada con la técnica artesanal stop-motion (animación cuadro por cuadro de muñecos), pero también con un amplio despliegue tecnológico y un acabado en 3D. Los directores Chris Butler y Sam Fell -con algunos antecedentes en la factoría británica Aardman- narran las desventuras de Norman, un muchacho que tiene la extraña habilidad de conectarse a toda hora y en cualquier lugar con los múltiples espíritus que pululan por la ciudad. Esa capacidad, sin embargo, lejos de darle una ventaja comparativa, lo convierte en el freak de la escuela, en el objeto de todas las burlas e incluso de la violencia (el bullying, que también afecta a un amigo obeso, es uno de los temas laterales de la trama). Así, todos verán al pobre Norman hablando solo, cuando en realidad lo hace con su abuela fallecida o con algún fantasma que viene a reclamarle algo (no parece haber muchos muertos felices con su condición de tales). Si el desdichado Norman debe enfrentarse a la trabajosa rutina cotidiana (con una mezcla de empeño y resignación), su situación se complica aún más cuando se entera de que una poderosa bruja de 300 años amenaza con una devastación a gran escala. Sólo él puede detenerla. Lo que sigue es una narración que incluye ejércitos de zombies, encantamientos y persecuciones varias en las que la belleza visual se mantiene, pero el vértigo le gana por momentos a la creatividad, generando así cierta sensación de agotamiento. Más allá de algunos desniveles en el relato, ParaNorman es un film de notable factura, que se suma a una tendencia reciente (combinación de terror y comedia para un público infantil no tan pequeño) que ya tiene en cartelera a Hotel Transylvania y que desde la semana próxima sumará a Frankenweenie, de Tim Burton. Tres nobles productos del siempre lucrativo mercado de la animación..
Zombies en un país demasiado conocido Las peripecias de un chico que ve fantasmas por todas partes sirve para que el mismo estudio que produjo Coraline entregue una certera visión de ciertas manías estadounidenses, de ayer y de hoy. Atención: los más pequeños deben abstenerse. Pálido dueño de una expresión alarmada, Norman Babcock tiene los pelos parados, como si un susto lo hubiera dejado así para siempre. En algún punto fue así: como cierto famoso antecesor, Norman ve gente muerta. Algo que un poco lo aterra y otro poco lo fascina, como lo testimonia su habitación de preadolescente, llena de veladores que reproducen cabezas de zombies con el cerebro a la vista, afiches de películas de horror y mucha memorabilia por el estilo. Esa fijación, sumada a que Norman dice hablar diariamente con su abuela muerta, o cuenta que acaba de ser atacado por un árbol en un bosque fantasma, hace de él un chico raro, un freakito, un solitario al que los matones del cole patotean, de quien los padres se avergüenzan y a quien la comunidad margina. Círculo vicioso: es de esa incomprensión social, de esa crasa intolerancia que Norman huye a diario, por vía de la imaginación. Imaginación o don, vaya a saber. Norman es habitante de la más famosa Salem, el pueblo de Blithe Hollow, Massachussetts, que tiene su historia. A fines del siglo XVII allí fue quemada una bruja. O la mujer a quienes los pobladores consideraron bruja. Como es común en Estados Unidos, Blithe Hollow hace de esa historia negra un show y una atracción turística: a poco de cumplirse 300 años de la quema de Agatha (sí, la bruja se llama igual que la de La pequeña Lulú) y mientras se organizan una serie de actos conmemorativos, cierto tío loco pone en manos de Norman un legado pesado: proteger la ciudad de la maldición de la bruja, cuyo espíritu no murió en la hoguera. Al mismo tiempo y como impulsados por una tormenta que no parece de este mundo, media docena de verdosos muertos salen de sus tumbas, viniendo hacia Norman entre bamboleos, lenguas pastosas y mandíbulas partidas. Hay una secreta relación entre esos zombies y Agatha. Relación que Norman terminará develando, torciendo así para siempre la historia oficial que Blithe Hollow se vendió a sí misma. La fábula del chico marginado que termina convertido en héroe de la comunidad no es precisamente nueva, no sólo en el cine de animación (Babe 2, Chicken Little, Happy Feet), sino en el cine a secas, pudiendo hallarse su matriz en clásicos como La diligencia. Que el mejor amigo de Norman sea el obeso Neil reproduce una asociación de segregados muy propia del cine de la época, rastreable incluso en Frankenweenie, la nueva de Tim Burton, que se estrena la semana próxima. De raíz fordiana es también la idea de una comunidad construida sobre un secreto culpable. Ver Un tiro en la noche, pero también sus sucedáneas La niebla, de John Carpenter, Cementerio de animales y Texasville, de Peter Bogdanovich. Más allá de esa media docena de zombies tan graciosos (por pavotes) como los que llenan películas y series recientes, lo más interesante de ParaNorman, lo más agudo y acuciante es la visión que la película echa sobre los Estados Unidos. Sobre los Estados Unidos puritanos de ayer, capaces de mandar a la hoguera a una inocente (aunque eso es tan viejo como La letra escarlata) y, sobre todo, los de hoy. Basta que aparezcan los zombies para que la comunidad entera se comporte como turba asesina (si se quiere seguir vinculando presente y pasado cinematográfico, los linchadores de Conciencias muertas, 1943, anticipan a estos otros). La profesora de teatro del cole, convertida en Pasionaria del exterminio, llama a no dejar vivo a un solo zombie (aunque en verdad es difícil dejar del todo vivo a un zombie). Bastaría reemplazar muertos vivos por comunistas de la Guerra Fría o árabes de hoy, para tener una radiografía de cómo funciona la América puritana cuando pierde los estribos. Pero la visión crítica de ParaNorman, producida por los estudios Laika (responsables de la magnífica Coraline), no se detiene en el bosque. También ve los árboles. Prestar atención al muy representativo núcleo familiar: los padres de Norman (cuadradón él, semiausente ella), su hermana (la típica descerebrada que sólo piensa en eso) y el hermano de Neil, un anabolizado que, cuando tiene dos libros pesados en la mano, no sabe usarlos como otra cosa que como pesas para entrenar. Y que, dicho sea de paso, guarda una divertidísima (y bastante lógica) sorpresa final. La escena en la que el grupo protagónico va a parar a una biblioteca, y salvo Norman no saben qué hacer en esa terra incognita, es propia de un país que alguna vez tuvo un presidente que confesó haber leído sólo historietas en su vida. Un par de aclaraciones finales. Lamentablemente, ParaNorman se estrena en Argentina sólo en copias dobladas. Por otra parte, los papás deberán tener en cuenta que más de una escena puede asustar a los más pequeños. De hecho, la película sale calificada como Sólo Apta para Mayores de 13 años.
Si ver y hablar con los muertos es cosa de todos los días, de seguro hay algún asunto sin resolver. Desde el primer minuto la película huele a Sexto Sentido (The Sixth sense, 1999), sólo que abordada con mayor humor y naturalidad. A medida que empieza a correr la cinta van surgiendo otros asuntos, aunque siempre manteniendo la misma línea. Lo cierto es, que si no fuera por aquella película más la infinidad de material de temática zombie que pulula en nuestro mundo, ParaNorman (2012) no tendría mucho sentido o, al contrario y mejor aún para el film, quizás sería más atrapante. Norman es un niño que padece el don de poder comunicarse con los muertos que están a su alrededor. Los ve y escucha todo el tiempo y en todas partes, lo cual hace que tanto en su familia como en la escuela y en el barrio piensen que es un fenómeno. Nadie le cree nada ni lo comprende y él se refugia en su fanatismo por el mundo de los muertos vivientes que mastican cerebros. La cosa se pone pesada en serio, cuando llega el aniversario de la ‘maldición de la bruja’ para recaer sobre los habitantes del pueblo una vez más; ¿y quién es el único ser que puede alertar y ayudar a todos? Norman, claro. Tranquilamente podría haber sido musicalizada con ‘Thriller’ de Michael Jackson que no nos íbamos a sorprender y hasta quizás le hubiera venido bien para tapar algunos baches. Los chistes y los personajes son bastante ‘clicheros’, quizás éstos últimos están por demás de definidos, cayendo en lugares comunes. A mi gusto se tornó, por momentos, muy repetitiva o ‘vueltera’ y justo cuando parecía que no iba a agarrar nada de ritmo, llega el desenlace que es lo mejor que tiene el film y que está muy por encima de la trama en general. Quizás al pre adolescente le guste porque se va a sentir identificado con un par de cosas, pero a los más pequeños puede que los haga saltar de la butaca en más de una escena, ya que algunas son un poco bruscas. Viniendo del equipo que estuvo detrás de Coraline (2009), era esperable que la animación fuera muy detallista, aunque su predecesora la supera y bastante. Recomiendo que si tienen la oportunidad, la vean en idioma original, ya que las voces del español latino no son más que las siempre escuchadas en todo dibujo animado; eso te puede generar ruido si lográs relacionar personajes. En inglés, hay varias voces conocidas, como las de Casey Affleck y Anna Kendrick. En fin, la historia no tiene nada nuevo ni original, nada que no hayamos escuchado antes, pero sí el final se vuelve más interesante tal y como les dije antes y la moraleja que nos brinda es la siguiente: el miedo paraliza e impide pensar con claridad, por eso muchas veces cometemos errores de los que luego nos podemos arrepentir; démosle una segunda oportunidad a aquellos que nos parecen raros, porque nunca sabemos lo que llevan dentro y si algún día necesitaras de su ayuda, se te caería la cara como a un zombie de la vergüenza. Amén por el pobre de Cole Sear… Ah y por Norman, cierto. @CinemaFlor
Paranorman es una gran producción animada muy influenciada por los trabajos de ese gran maestro de la literatura juvenil como es R.L.Stine, popularmente conocido como el “Stephen King para niños”. Es más, creo que los productores de este film debieron incluirlo en los agradecimientos de los créditos finales porque no hay un solo elemento de esta producción que no haya sido trabajado por Stine 20 años atrás en su famosa saga de libros, “Escalofríos”. La película es un film de terror para chicos de a partir de 9 y 10 años, ya que los menores de esa edad podrían salir del cine bastante perturbados. Aquellos a los que Coraline les causó pesadillas deberían mantenerse alejados de esta propuesta porque es mucho más oscura y aterradora. Digamos que es la contracara de Hotel Transylvania, donde los monstruos eran retratados desde un lugar ameno y divertido. Acá las brujas y los zombies dan miedo y el tema de la muerte es un elemento que está muy presente en la trama. Paranorman, por otra parte, resulta una delicia para los chicos que tienen la edad del protagonista en la historia, ya que reúne todos los elementos que uno disfruta del mundo del terror en esa época de la vida. El film fue desarrollado a través del género de stop motion y en materia de realización es extraordinario el trabajo que tiene esta producción en lo referido a la ambientación de los escenarios y la animación de los personajes. Los productores de Coraline se superaron a sí mismos con la labor que hicieron en la parte técnica y acá presentaron una obra donde los personajes tienen vida y no se ven insulsos y fríos como ocurre con la gran mayoría de los filmes de animación computada que últimamente llegan al cine. El mundo de Paranorman es atractivo también por esta cuestión, ya que los espectadores pueden conectarse con las emociones de los personajes. Más allá de la diversión del terror, el film presenta un muy buen cuento sobre los prejuicios y la aceptación de uno mismo, que son temáticas que están muy bien trabajadas desde lo argumental. Frente a los repetitivos estrenos de Disney, Fox y Dreamworks que suelen brindar las misma fórmulas está película es un poco de aire de fresco en materia de creatividad. Junto con Valiente se destaca entre los mejores estrenos de animación que llegaron este año al cine.
Los herederos de Tim Burton El cine de terror tiene una larga historia y también seguidores incondicionales. Entre esos devotos de ese largo historial del género se encuentra Tim Burton. Burton cambió la historia del cine al colocar los personajes del cine de terror fuera del cine de terror, cuando les dio humanidad, sentimientos y miedos. Luego de Burton el cine comenzó a buscar personajes por ese lado, tratando de convertir a los viejos monstruos en seres tiernos y marginados. Paranorman, dirigida y escrita por Chris Butler, narra la historia de Norman, un niño de un pequeño pueblo que tiene la capacidad de hablar con los muertos. Todos los fantasmas que habitan en el pueblo sólo son vistos por él, que a su vez es observado como un freak por su familia y su barrio. Pero sobre el pueblo pesa una terrible maldición, causada por un hecho siniestro del pasado. Claramente es un film para niños pero no tan niños, y definitivamente para una generación de chicos posteriores al cine de Tim Burton. La película tiene los esperables gags del cine de animación, con persecuciones, golpes y chistes físicos, pero a la vez tiene una verdadera lectura profunda, que sin duda es lo que le permite obtener sus mejores resultados. Emocionante y tierna como los films de Burton, y con algunos sustos también, Paranorman resignifica a los personajes del género, y reivindica la figura del diferente o el marginado dentro de la cultura. Como Tim Burton lo demostró, y como lo confirma este film, los marginados en el fondo somos todos, porque detrás de cada persona hay un universo que la mayoría desconoce o se niega a conocer. Saludable, divertida y con muy buenos chistes, Paranorman es una película pequeña y efectiva, que se eleva por encima de los productos mecánicos que a veces nos ofrece el cine de animación. Y a la vez, se trata de una película menos infantil en sus ideas que algunos exponentes del género de terror supuestamente para un público de mayor edad.
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Zombies, brujas y maldiciones en 3d y para chicos Norman es un chico muy singular que tiene un don que hace que los demás lo dejen aparte : ve a los muertos que no terminaron de cumplir su misión en la tierra. Pese a la preocupación de sus padres que tratan de entenderlo, solo un amigo obeso es quien le cree y quien lo tratara de acompañar. Pero el pueblo en el que vive Norman tiene sobre sí una gran maldición que data de hace 300 años cuando un juez, con el testimonio de algunos vecinos, condenaron y mataron a alguien por bruja. Solo Norman podrá hacer que la maldición de la bruja antes de morir se cumpla. Este film que está realizado con la técnica del stop-motion es realmente un muy buen entretenimiento con los mejores clichés de los films de zombis y muertos vivos sumados a una historia simpática y llevadera. El mayor logro es el film en si, la técnica realizada y, encima, en 3D. Cada uno de los personajes está muy bien logrado y el guión es compacto, concreto y con muy buen ritmo, con el tiempo justo para la presentación de personajes y el tiempo exacto para la acción, remarcando nuevamente, el trabajo de stop-motion en 3D. Un muy buen film para que disfruten tanto los chicos como los grandes.
Un niño con poderes especiales Norman vive en una pequeña ciudad de Massachussetts y tiene la particularidad de ver y hablar con los muertos. O sea que es un niño con problemas. Problemas porque todos los chicos creen que lo diferente es un mal síntoma y hay que burlarse, o mantenerse alejado del que lo tiene. LA MALDICION Lo mismo ocurre con Neil, su amigo, que es gordo, por tanto diferente al común de los chicos e igualmente discriminado. En síntesis, víctima de lo que hoy se llama ‘bullying’, o acoso escolar, Norman y Neil se buscan y se apoyan. No por nada viven en Hollow Blithe, una ciudad ‘fundadora’, donde tuvieron lugar los juicios de Salem (en los que se inspiró Arthur Miller para su famosa obra de teatro ‘Las brujas de Salem’) y en la que más de doscientas personas, en 1692, fueron acusadas de brujería y algunas de ellas, ejecutadas. Norman, que ve más allá, percibe que la maldición de una bruja de esa época está por cumplirse en la ciudad y presionado por Prenderghast, su tío muerto, debe enfrentar las fuerzas del más allá. EL OTRO MUNDO ‘ParaNorman’ es un estupendo relato, que puede ser de suma utilidad a los mayores que quieran formar en los chicos una conciencia integradora. Sin descartar a los niños con problemas, que se verán reflejados y comprenderán muchas cosas. Eso sí, no tienen que asustarse de los zombies, que, llamativamente, son los que en otras épocas juzgaron seres inocentes y diferentes. Como ‘Coraline’, el filme anterior del codirector Chris Butler, ‘ParaNorman’ mezcla lo macabro y lo mágico y tiene héroes queribles y actuales, un chico capaz de hablar con el ‘otro mundo’, una adolescente muy seductora (hermana de Norman), un tío del que el muchacho hereda la aptitud de ver y hablar con fantasmas y difuntos y una abuela muerta que se niega a dejar la casa familiar para proteger al nieto en problemas. La técnica de ‘stop motion’ funciona de maravillas y el cineasta Chris Butler la sabe emplear muy bien; los protagonistas gustan, el guión funciona y los zombies asustan y dejan buenos consejos. Hasta el mensaje de paz y perdón funciona sin falsos didactismos.
El Estudio Laika se despachó con otra historia digna de verse, llena de zombies y autoconsciente. Los creadores de Coraline están de vuelta y eso solo puede ser bueno. NORMAN Norman es un chico normal, con un sólo inconveniente. Ve y habla con gente muerta. En TODOS lados los ve y conversa con ellos, lo cual le gana el mote de Freak del colegio. Así es, como era de esperarse Norman es un marginado social, víctima del Bullying. Algo que él mismo considera normal, o al menos esperable. Sus padres y hermana mayor, desde luego, no lo comprenden, lo cual lo lleva a refugiarse en películas de zombies clase B de las cuales es fanático acérrimo. Sabe que los fantasmas son buenos, y que no le pueden hacer daño, pero le teme a los zombies, pues esos son harina de otro costal. ¡BRUJA! Hay una antigua bruja que fue colgada en el pueblito de Norman, la cual cada año debe ser puesta a dormir para que no cause estragos. Todo se desata cuando el tío de Norman se muere de un infarto, y le delega a Norman la misión de contener la Bruja, quien obviamente falla, haciendo no sólo que la bruja quede suelta, sino que además los cadáveres de los 7 ciudadanos que condenaron a la bruja vuelvan como zombies caminantes. Aunque como podemos imaginar, no todo es como parece, especialmente en este tipo de historias donde el prejuzgar las apariencias suele ser un error. PARA-FRANKEN-NORMAN-WEENIE Es imposible no comparar esta película con Frankenwenie, no sólo porque las vi con un día de diferencias, si no porque además de estrenarse casi simultáneamente, sus temáticas son extremadamente similares. Niños incomprendidos, relegados socialmente, con padres que no los entienden y tampoco se esfuerzan por hacerlo, y con una relación con la muerte más que curiosa; además ambas realizadas con técnica de stop-motion. Los paralelismos son imposibles de obviar. Es más, este párrafo está incluido en ambas reviews. Quizás la temática del freak y relegado social como héroe, este más vigente que nunca. Lo curioso es que estas historias siempre tienen éxito, pero en la vida real, nada cambia. Una pena. ARTESANÍA Paranorman está hecha artesanalmente, y allí también esta su fuerte. La confección de Paranorman es IMPECABLE, visualmente es increíble, la fotografía, puesta, y personajes están confeccionados con una fineza y factura realmente sorprendentes. Quien haya visto Coraline, ya sabe qué esperar en el apartado visual. Si bien el estudio Laika no cuenta mas con el gran Henry Selick entre sus filas, Director de “El Extraño Mundo de Jack”, “Jim y el Durazno Gigante” y “Coraline”, en este caso, los que dirigen son Chris Butler y Sam Fell. Y si bien hacen un excelente trabajo, se nota una falta de chispazo de genialidad que Selick posee de manera innata. Imperdible la escena entre Norman y la Bruja, donde todo confluye de manera genial, apartado visual, guión, actuación y clímax. ¡Excelente! A nivel guión, cabe destacar no sólo la originalidad del mismo, con varios giros sorpresivos, sino también su valentía a la hora de abordar ciertos temas como la utilización de drogas, la homsexualidad y demás temas, que a pesar de ser tratados con mucha sutileza y habilidad, están presentes, lo que hace al relato más fresco y más cercano al mundo real. Incluso, estos zombies que despiertan después de 300 años, miran la televisión y se horrorizan por lo que ven en ella, y esto es una muestra cabal. De más esta decir que si bien es una historia orientada a toda la familia, hay que tener en cuenta, que cuanto más pequeño el espectador, más explicaciones deberán dar los padres cuando la película haya terminado. ¡A tener eso en cuenta! CONCLUSIÓN Paranorman es una película que es genial por momentos y creativa casi siempre. No tiene realmente puntos bajos, y la implementación del 3d es realmente muy buena. Le viene de manera perfecta a un tipo de animación como el Stop Motion. Algo lamentable es que no haya ni UNA SOLA COPIA en inglés. Lamentable. El Cine (con mayúscula) debe ser disfrutado siempre en su idioma original, sobre todo en una película de animación, donde la impronta vocal de los actores es demasiado importante como para que se deje de lado. Deberíamos poder elegir verla en inglés o español. Igualmente no llega a empañar el producto en general, mas allá de un par de chistes con juegos de palabras que se pierden con la traducción. No hay que dejar pasar a Paranorman, para aprender un poquito sobre cómo no dejarse llevar por las apariencias, e intentar ir un poquito más allá.
Buena estética y poca sustancia Los mismos productores de la excelente «Coraline», esta vez parecen interesarse en un relato sobrenatural más por marketing que por tener algo genuino que contar. El resultado es un híbrido con un personaje protagónico que, independientemente de su capacidad para contactarse con el más allá, debe sobrellevar una corrección política al borde de lo insoportable. Eso lo vuelve comprensivo con los espectros que sólo él puede ver, tolerante con sus familiares y compañeros de escuela que lo discriminan, y que luego, cuando una horda de criaturas de la noche invaden su pueblo, demuestra que también puede ser comprensivo con cualquier zombie que se le ponga a mano. Incluso, puede intentar un diálogo humano con la hechicera causante de todos los conflictos espectrales. Sin ser una parodia del género, la historia tampoco es de un auténtico film de terror, y sólo bien promediado el film empieza a devenir en una verdadera comedia negra. Contrastando con la insulsa trama, las imágenes son muy atractivas, tanto como para que en determinado momento el espectador pueda olvidar por completo el relato para distraerse con el formidable aquelarre visual. Pero es una pena que todo este talento estético y rigor técnico (la animación stop motion es excelente y está enriquecida por todo tipo de efectos) no esté aplicado a un relato más sustancioso y digno de tanto trabajo.
Lo bueno de la película es su diseño, bellos personajes concebidos para la noble técnica del stop-motion. Hay, además, buenos (algunos grandes) gags que juegan con estos muñecos. No se trata de un film demasiado terrorífico; de hecho, es menos la historia de un chico buscando adaptarse a la adolescencia (aquí ve muertos y a su pueblo lo invaden zombies) que una parábola melancólica a lo Tim Burton o la rara Coraline. Lujosa, bella y divertida, pero liviana.
Acercamiento animado al universo zombie En el panorama del cine de animación actual hay tres niveles de películas: aquellas que vienen a ocupar un espacio en la cartelera sin mayor sorpresa o novedad, que son pura rutina; las que tienen algunos elementos interesantes pero que carecen de vuelo por su falta de ambiciones o por la simpleza del conjunto; y las verdaderas obras maestras. ParaNorman está ubicada tranquilamente en el segundo grupo, ahí nomás del lote de grandes obras del género, especialmente porque termina reduciendo su alucinante aspecto visual y su divertido entramado de referencias a un cuentito moral destinado a que los más chicos acepten a quienes son diferentes. Pero más allá de su objetivo didáctico, que es verdad también tiene sus complejidades (la mirada no está exenta de referencia histórica, social y política), ParaNorman recurre acertadamente al cine de terror más clase B y lo aplica creativamente al cine animado y destinado a los más chicos. Muchos han señalado ya la relación explícita con Sexto sentido, por el hecho de que el protagonista es un chico que tiene contacto con los muertos. Pero la relación es más directa que una simple referencia argumental -y por una cuestión geográfica mucho menos cercana para nosotros- y tiene que ver con aquella escena en la que el pequeño Cole Sear veía a los negros ahorcados del pasado en el mismísimo lugar donde en el presente se erigía una escuela, institución fundamental en eso de impartir nociones básicas de la historia y la construcción de una nación. ParaNorman está ambientada en un pueblito, símil Salem, donde en el pasado se mandó a la hoguera las brujas. Y ese asunto tendrá mucho que ver con el mundo de zombies, fantasmas y hechizos que pueblan el relato: los errores del pasado, reiterados y promovidos por la masa social como conducta y dictadura cultural, son en definitiva los causantes de varias maldiciones como la violencia, el odio y la discriminación. Lo bueno de ParaNorman es que mientras todo esto se expone, la aventura avanza sin dilaciones. Si algo tiene de muy bueno este film de Chris Butler y Sam Fell es que precisamente logra una película animada divertida y didáctica para los chicos, pero a la vez política y sugerente para los adultos sin que resulte excesivamente adulta o infantil. Y todo esto enmarcado en un relato que es cristalino en su homenaje el cine con citas genéricas pero a la vez simbológicas: hay por allí un ringtone con la música de Halloween, una máscara a lo Jason o toda una iconografía zombie presente tanto en los colores como en la selección de planos. Dentro de un subgénero como el de zombies, en el que parece haberse dicho todo ya, ParaNorman funciona como una revitalización interesante y una vuelta de tuerca más. Es como Muertos de risa, una comedia de terror muy válida, pero a la vez una posibilidad de darle nuevo sentido a los muertos vivientes: aquí son esos que vienen a expiar las penas del pasado. Lo que está muy presente en este film, producido por la misma casa de la excelente Coraline, es la mirada de dos directores emblemáticos: por un lado, esos zombies humanizados tienen la pertenencia de Spielberg, mientras que por el otro el protagonista Norman es un chico melancólico e incomprendido a lo Burton. Cuento sobre aceptar al diferente y sátira social (y en eso es súper coherente con las películas de zombies: siempre fue un subgénero político) al mismo tiempo, nada de esto funcionaría si la película no fuera, antes que eso, una obra de arte pensada y construida con coherencia: personajes bellos y complejos, humor con chistes de gran factura y una narración fluida sobre la base de la aventura. Lo que queda en la superficie es el cuento y lo demás está puesto para ser decodificado por el espectador (los momentos de la turba indignada también hacen recordar a Los Simpson: allí una niñita es capaz de arrojar su osito incendiado contra los “monstruos” y una mujer policía le dirá a un ciudadano que la fuerza es la única habilitada para disparar contra civiles). Un film inteligente y ameno, tal vez menor por cierta simplificación hacia el final, pero que está destinado, como el cine que homenajea, a ser un fenómeno de culto.
No está muerto quien pelea Las películas de zombies vuelven a ser furor, y la animación cuadro por cuadro no se quiere quedar aparte de la moda. Lo bueno es que Henry Selick y la productora Laika vienen haciendo esta clase de productos desde hace varios años, y ya están cancheros en el tema. Henry Selick, que comenzó a hacerse conocido bajo el ala de Tim Burton, se independizó hace rato de su colega y con nueva compañía formateó películas como El cadáver de la novia y Coraline. La fábrica de ilusiones que ahora supervisa estaba en ruinas hace menos de una década, cuando Phil Knight, el dueño de Nike, la compró y la rellenó de dólares como a una almohada. Paranorman es una nueva variante, fresca, ágil, inspirada, de las historias de muertos vivos. Sobre un pueblo perdido pesa una maldición que sólo un niño de 13 años puede conjurar, un sortilegio por el cual los cadáveres brotan de las tumbas para llevarse a los que aún respiran, enviados por el espíritu dolido de una pequeña a la que en el pasado condenaron por brujerías. Si el espectador compra la estética de la película, disfrutará de esta aventura, que es un poco menos sombría que los anteriores despachos de la misma casa. Los monstruos con ojos saltones, que expelen jugos y pierden sus extremidades; la atmósfera melancólica, acentuada por las sombras y los colores fríos usados; el humor negro, son algunos de los ribetes de este largometraje que tuvo un altísimo costo de producción. Lo que no se puede dejar de apreciar es la maestría en el manejo de la técnica del stop motion. Algo que salta a la vista de cualquier espectador cuando observa la verdadera orquesta de seres y objetos animados que desfila por la pantalla, y que hacen que valga la pena ver la película más de una vez, para poder detectarlos a todos. Si se piensa que cada segundo de largometraje es una serie de fotografías sacadas a un mismo escenario de plastilina, donde las figuras que se retocan a mano milímetro por milímetro, para generar la sensación de movimiento, resulta asombroso observar la inusual cantidad de detalles que tienen muchas de esas secuencias. Una obra artesanal, para todo público, en la que además tienen un protagonismo destacado los efectos especiales, que, combinados en su medida justa con el pulso humano, hacen un cóctel único para grandes y chicos.
Los casafantasmas Con una cartelera superpoblada de películas de animación infantiles, “ParaNorman” viene a aportar un poco de originalidad: es un filme de terror para chicos. Es “una de miedo” amigable, sin dudas, pero también habría que advertir que no es apta para los más pequeños. Los creadores de “Coraline y la puerta secreta” vuelven con una historia extraña y algo oscura. Norman es un chico de 11 años que tiene la habilidad de conectarse con los muertos. Y esta rara capacidad lo convierte en objeto de burlas y reproches tanto de sus compañeros como del mundo adulto. Pero la historia va a cambiar cuando esta suerte de antihéroe deba enfrentarse solo a la maldición de una bruja de 300 años que amenaza con una devastación en el pueblo. “ParaNorman” tiene varias referencias al cine de terror (en un guiño a los adultos) y por momentos recuerda al pequeño protagonista de “Chicken Little”. La película entretiene con buenas dosis de humor y vértigo, aunque el relato por momentos peca de previsible y la repetición de recursos puede tornarlo un poco denso. La técnica artesanal stop-motion (animación cuadro por cuadro de muñecos) aporta gran belleza, complementada con un 3D que termina siendo más que un simple adorno tecnológico.
En épocas de incorporar a nuestra cultura festejos ajenos, divertidos quizás, pero ajenos al fin y al cabo, el de Halloween debe ser el más complicado de asimilar. Con el consabido intercambio de sustos por caramelos viene toda la parafernalia de productos merchandising alusivo, y por supuesto el cine. Llega Noche de Brujas, llegan las de terror para grandes y las de monstruos para los chicos. A partir de la historia real de Blythe Hollow (un pueblito de USA cuya corte condenó y quemó a una niña en el 1.600 y pico, acusándola de bruja, el guionista y realizador Chris Butler se las arregla para retratar el costado más cínico y oscuro de la clase media yanqui disfrazada de animación para no tan chicos. Norman ve fantasmas, de allí el juego de palabras entre “paranormal”. El resto, no. Motivo suficiente para que el chico sea tímido, retraído, desconfiado y escéptico, tanto de su entorno estudiantil (donde no falta la discriminación y el abusivo de turno), como del mundo adulto empezando por sus padres que apenas si notan su presencia (por no decir que lo sienten como una carga). El chico no ayuda mucho a integrarse ¿eh? No vaya a creer. Al menos no con su habitación decorada de piso a techo con alusiones a los muertos vivos, incluyendo muñecos, posters, chucherías, veladores, hasta un despertador. Su tío Penderghast tenía el mismo problema de ver gente muerta y terminó casi expulsado de la familia por raro, orate, etc. Eso que los une dispara la aventura, ya que el tío lega a su sobrino la tarea de mantener al pueblo a salvo de la maldición de una bruja. Precisamente la que convirtió al pueblo en leyenda (y en atracción turística, claro). “ParaNorman” dice mucho más de lo que parece a simple vista. Dibuja una clase media decadente que sigue teniendo miedo a lo distinto, vive paranoica, discrimina, rechaza al distinto y sobre todo ignora a sus semejantes. Hay una escena en la biblioteca del pueblo en la cual sólo Norman aprecia y sabe qué hacer con los libros. Enriquecer el conocimiento es, en definitiva, lo que lleva a entender el problema y resolverlo. Lo que hace el resto de la pandilla es patético. Uno toma libros pesados para hacer físico culturismo; otro huye; un tercero les teme, y así se van sucediendo. Es como si el director intentara retratar la creciente ignorancia de esta época en la que no sólo no se lee… tampoco se encuentran alternativas para interesar a los chicos al aprendizaje Particularmente debido a esta escena es por lo que, un relato entretenido con personajes bien delineados y su acción continua, “ParaNorman” está un escalón mas arriba, escapando de los productos de ocasión que solemos ver.
Llena de mensajes y efectos especiales, llega esta película para chicos y grandes. Esta es otra de las películas del año que mezclan la animación con el terror, como la recientemente estrenada "Hotel Transylvania" de Genndy Tartakovsky. A algunos chicos les encanta todo lo que este vinculado con vampiros, fantasmas, monstruos, zombies y espectros, porque en parte sienten ingresar un poco al mundo de los adultos y quienes tengan la posibilidad de ir con algún niño la va a pasar bien y si van solos también. La podes ver subtitulada y doblada al español, se encuentra dirigida por el debutante Chris Butler (quien pertenece al departamento de Arte de “El cadáver de la novia” y “Coralina”) y por el lado de Sam Fell (El valiente Despereaux), ambos cuenta con una buen experiencia, quienes ponen sus voces origianales son. Kodi Smit-McPhee, Jeff Garlin, Leslie Mann, Cassey Affleck y John Goodman, entre otros. Toda esta historia de fantasía transcurre en un pequeño pueblo de la Nueva Inglaterra, lugar donde se conocen todos como dice el dicho (pueblo chico infierno grande), Norman (Smit-McPhee) es un niño de 11 años de edad, tiene la capacidad de ver a los muertos y también dialoga con ellos, este don lo heredó de su abuela (Elaine Stritch), esta falleció pero él continúa viéndola y charlando con ella. Él es un niño solitario, se siente excluido por sus compañeros que de hecho es lo que hacen (muchas veces los chicos son bastantes crueles), esta es una de las razones por las cuales Norman se divierte mas hablando con fantasmas que compartiendo momentos con sus padres (Leslie Mann y Jeff Garlin) y su hermana adolescente Courtney ( Anna Kendrick ), que como casi todo hermanos se pelean constantemente. Todos los días Norman desarrolla su rutina diaria, hasta que se le presenta su tío Prenderghast (Goodman), quien le advierte que sobre este pueblo existe una maldición y que esta pronto a cumplirse, y él es el único que puede salvar a todos por sus dones. Aquellos que no creyeron en Norman deberán unirse, existen diferentes personajes uno más divertido que otro, como el infaltable gordito amable Neil zaftig (Tucker Albrizzi), lleno de amor, simpático, ese amigo incondicional; matón Alvin (Christopher Mintz-Plasse) y Neil hermano match (Casey Affleck). Se encuentra rodada con la técnica stop-motion, se puede disfrutar en 3D, como también en el formato convencional. La historia tiene mucho humor, no busca asustar, es una aventura llena de acción que contiene guiños de otros films, tiene su toque también dramático para emocional.
Alucinante propuesta de animación “cuadro a cuadro”, melancólica, por momentos lúgubre, es además de un homenaje al género fantástico un viaje a los recuerdos más profundos de nuestra infancia, a los terrores infantiles y los universos sobrenaturales que abundan en los juegos. La animación, los colores, el diseño de arte y los escenarios (de gran profundidad de campo gracias al bien utilizado 3D) hacen de esta cinta, una fascinante experiencia que fusiona con pericia y buen gusto la tradición de los dibujos artesanales con la última tecnología digital. ¡Una joya fílmica!
Norman es el pequeño niño freak del pueblo. Más allá de su erizado peinado, de su imposibilidad de hacer amigos y de su cara de tristeza, nada extraño encuentra en hablar y compartir la tarde con su abuela, salvo por el hecho de que ella… está muerta. Es así, Norman tiene poderes paranormales y puede comunicarse con los muertos. Algo así como el protagonista de Sexto sentido pero con menos timing melodramático. El acto escolar quiere que, a través de una epifanía, le sea revelada la maldición de una bruja que azota al pueblo desde tiempos inmemorables. Los muertos se levantarán de sus tumbas para traer un mensaje a los vivos y será Norman el responsable de comprender el origen del maleficio, el lugar sagrado en donde debe romper el hechizo y apaciguar la ira de la temible bruja, antes de que su pueblo quede reducido a escombros. En la línea de los filmes con tintes de terror pero apuntados a un público infantil (El cadáver de la novia, Hotel Transylvania, Frankenweenie) ParaNorman es un despliegue de color, aventuras y mucho humor. Sobre todo eso, chistes efectivos que hacen reír a los niños en varias oportunidades. Es cierto que la cinta no es recomendable para los más pequeños (hay ciertas escenas que de hecho pueden asustarlos un poco), pero afortunadamente los padres no quedarán excluidos ya que disfrutarán de esta experiencia tanto como sus hijos. El desenlace se hace rogar más de lo aconsejable generando cierta repetición, es cierto, pero este mínimo desajuste no altera en nada la efectividad de la propuesta.
Una típica cinta de Halloween El preludio a la Noche de difuntos o Noche de Brujas de la cultura anglosajona --más conocida como Halloween--, depara a las pantallas propias y ajenas, movimientos comerciales y de transculturación mediante, una serie de estrenos alusivos. Tal es el caso de Paranorman 3D, ya estrenada en las salas bahienses, y de la esperada Frankieweene de Tim Burton que se detendrá aquí esta semana. Mitos y leyendas que involucran a brujas, zombies y fantasmas, se asocian a esta celebración del 31 de octubre, que tiene origen celta pero avanzó por varios países e incluso es celebrado en algunos latinoamericanos, a modo de fiestas de disfraces, calabazas caladas y la tentadora hazaña infantil de golpear puertas para pedir caramelos. Paranorman se sitúa, precisamente en un pueblo de los Estados Unidos y en la mismísima víspera de la Noche de Brujas, para contar la historia de Norman, un pequeño freak , incomprendido por su familia, compañeros y vecinos, básicamente porque sostiene que puede ver y hablar con los espíritus de los muertos. Esas ánimas le anuncian que la maldición de una bruja ahorcada hace 300 años se cumplirá esa misma noche y que él es el único capaz de continuar con la tradición de detener, cada año, la furia de la malvada hechicera. Sólo "el loco" del pueblo y un compañero de clases tan marginado como él le creen. Mientras su entorno lo aisla o lo convierte en el blanco de sus burlas, las horas corren y los vaticinios de los zombies se hacen presentes, cargando sobre las espaldas del pequeño la responsabilidad de comprender y transmitir al resto la clave para romper con las sombras del pasado. La cinta fue desarrollada con el soporte de stop motion para 3D, tal como sucedió con la tétrica Coraline , también de Burton, y transmite ese clima tétrico a partir de los negros y naranjas que simbolizan la fecha. Con situaciones para la risa obvia y otras de un humor renegrido, el desarrollo del relato se hace llevadero aunque tan arraigado a la costumbre y creencia norteamericana que, por momentos, enajenan al espectador local. Claro que, cultura general mediante y detalles más o menos conocidos, la gran mayoría sabe de qué se está hablando. Y aunque el cuento tiende a la clásica "yankeesada", contiene pasajes verdaderamente hilarantes.
Aventuras que no subestiman "ParaNorman" es un extraño trabajo de animación que logra aterrorizar y divertir por igual sin subestimar a su público principal, los niños. Trata temas que uno podría catalogar como "adultos", como por ejemplo la vida después de la muerte, las consecuencias de tomar malas decisiones y la redención entre otros, cuestiones que a priori uno podría pensar que resultan muy densas para los niños, pero extrañamente el tratamiento de estas temáticas y la forma que eligieron los directores para abordarlas, resultó de lo más interesante y atractivo de la propuesta. Los directores Sam Fell ("Los que el agua se llevó") y Chris Butler (debutante) supieron combinar sus habilidades y experiencias para elaborar una aventura de animación, que deja un buen mensaje y hasta moraleja, pero que en ningún momento resulta boba o cursi. Butler por su lado estuvo ligado a la película de Tim Burton, "El cadáver de la novia" como storyboard artist, y Fell por otro, armó una buena experiencia en el campo del stop motion. Ambas influencias y talentos están claramente impregnados en este trabajo, que tranquilamente podría haber sido un exponente de la mejor colección animada del Sr. Burton. El niño freak se pone la salvación de su pueblo al hombro y enseña en el camino, que más allá de las malas decisiones y las dificultades que pone la vida delante nuestro, nunca está justificado hacer el mal, siempre hay tiempo para arrepentirse y nunca está de más tratar de arreglar lo desecho. No recuerdo muchos productos de este tipo que toquen temáticas tan profundas y que se la juegue a la hora de narrar y componer la historia como lo hizo "ParaNorman", algo que aplaudo por la valentía y la fidelidad que se tuvo a la forma de hacer cine de los realizadores. Con tantas animaciones de buena calidad pero que siguen siempre un hilo conductor inocentón y hasta en ocasiones sistemático, un film como este representa una brisa de aire fresco que nunca viene mal para refinar el gusto cinéfilo. Para disfrutarla con chicos y grandes.
Según la definición de la Wikipedia, el Cine de "Serie B" se caracteriza por tener bajo presupuesto, presentar efectos especiales muy malos y generalmente tramas sin sentido, con actores desconocidos. Muchas de las películas que definieron éste género fueron aquellas de "terror" con Zombies (Night of The Living Dead), alienígenas (Plan 9 From Outer Space) y cosas parecidas que, ante el boom del lujo hollywoodense, eran las alternativas para los jóvenes que buscaban entretenimiento más que calidad. Muchos han considerado a ParaNorman un claro tributo a esas películas, no por su calidad en la animación (que por cierto, es un stop motion muy bien logrado), sino por el tipo de trama que presenta: Norman es un niño que vive con sus padres y su hermana, que es un niño promedio en la escuela, con amigos raros y una hermana insoportable. pero tiene una cualidad muy especial: es capaz de ver a la gente muerta, convertidos en fantasmas, quienes se han quedado en la tierra por tener asuntos pendientes. Es así que, en el aniversario de la fiesta del pueblo, se desata una terrible maldición que trae a los muertos de regreso a la vida y sólo él será capaz de salvar a su gente. La ventaja de ParaNorman, es que más allá de tener una trama típica de películas de terror, trata temas muy actuales como el Bullying (que por cierto, comienza a fastidiar un poco verlo por todos lados), la homosexualidad (aunque sólo sea un par de comentarios), y la intolerancia de la gente. Como ya lo mencionamos, la calidad en la animación es innegable y el trabajo de doblaje en latinoamericano no es malo, pero se queda lejos de ser el mejor (nada memorable). Y la historia, que al principio parece clásica, presenta un par de giros de tuerca bastante inteligentes pero sobre todo, muy cómicos que hacen disfrutable la presentación. Todo esto la ha llevado a convertirse en una nominada al oscar de animación con buenas esperanzas de llevarse el premio mayor para una pequeña empresa de animación. Personalmente puedo encontrarle un defecto, y es que los personajes secundarios se quedan muy secundarios, el guión carece de profundidad y el 3D con el que fue hecha la película no es una experiencia alucinante. Además de todo, los personajes caen en clichés que, aunque intentan ser rescatados, terminan por ser olvidables, al considerar que el filme se queda a mitad de camino entre una película infantil (a muchos niños no les gusta) y ser una película entretenida para adultos (pues muchos ya perdieron ese niño interior y ahora buscan películas más serias) y se queda en un buen homenaje a cintas de terror del pasado y una película para pasar el rato.
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