Aventura que apunta a los clásicos Una aventura espectacular promete esta secuela ambientada en una isla que tiene extrañas formas de vida, montañas de oro, mortíferos volcanes y más de un secreto. Sin Brendan Fraser en el papel del tío que jugo cuatro años atrás en Viaje al centro de la Tierra, llega esta secuela de aventuras ahora protagonizada por el gigantesco Dwayne Johnson, más conocido como La Roca. Viaje 2: La isla misteriosa propone una mirada a los relatos del género (se viene Viaje a la luna) a partir de tres libros clásicos de Jonathan Swift, Stevenson y Verne que hacen referencia a una isla, que en la ficción, está en algún lugar del Pacífico. Contrastando el mundo moderno con la precariedad de la isla que da título al film, la historia no es otra cosa que una variante sobre la reconstrucción de una familia: un padrastro (Johnson) que intenta acercarse al hijo adolescente (Josh Hutcherson) y un abuelo (Michael Caine) que envía mensajes codificados desde algún lugar remoto. Esa isla que conocerán gracias a un piloto inexperto (Luis Guzmán, quien ofrece los toques de humor) y su hija adolescente (Vanessa Hudgens, la de High School Musical) que también harán lo imposible por permanecer juntos. El film hace gala del 3D, de los buenos efectos visuales y de los escenarios recreados digitalmente (el volcán en erupción y la ciudad de la Atlántida) cuando los protagonistas qudan varados en la isla y se ven diminutos ante lagartos, abejas y pájaros. Al igual que en Querida encogí a los niños, la película juega con las escalas y hasta se permite la búsqueda del Nautilus, la nave que el Capitán Nemo ha dejado abandonada en algún rincón del peligroso lugar. Con buenos momentos (aunque la primera es superior) el realizador Brad Peyton (Como perros y gatos 2) pone el acento en los escapes, travesías por cuevas y en algunos sobresaltos para los más pequeños. El segundo eslabón de la saga apuesta al universo de Julio Verne y combina acertadamente varios elementos, a manera de un tornado, para conquistar al público infantil.
"The Rock" en ascenso En Viaje 2: La isla misteriosa (Journey 2: The Mysterious Island, 2012) el relato se nutre, con anuncio previo, de dos obras preexistentes. La Isla Misteriosa, de Julio Verne y Los Viajes de Gulliver, de Johnatan Swift, nutren de fantasía a esta aventura que, contará con sus deslices, pero sostiene el nivel de entretenimiento a lo largo de sus 94 minutos. Sean (Josh Hutcherson) recibe noticias de su abuelo perdido (Michael Caine) con un mensaje cuyas intenciones son difíciles de descifrar. ¿Un pedido de auxilio o una invitación vacacional? Se pregunta el padrino de Sean, Hank (Dwayne Johnson) mientras determina si permitirle o no viajar hacia el lugar de residencia de su suegro, quien alega haber descubierto la célebre isla sobre la cual escribieron Julio Verne y Johnatan Swift. En la película, el armazón argumentativo está compuesto por dos recursos de empleo recurrente. El primero es el disparador de la aventura. La develación encriptada de la existencia de un mundo aún por descubrir, de características sobrenaturales, y oculto por una serie de fenómenos naturales, en conjunción, inexplicables (en este caso tifones marinos y tormentas eléctricas) que restringen la presencia humana. Establecido este, el escenario ambiental, lo único que resta por definirse es la liguilla de personajes, siempre dispares, temerosos o irascibles pero milagrosamente complementarios, que decidan embarcarse en la epopeya monumental. Ese lugar lo ocupan Josh Hutcherson, actor en ascenso con mucho ruedo en el género (Zathura, 2005. El Mundo Mágico de Terabithia, 2007.) Dwayne Johnson, también conocido como “The Rock”, quien luego de Tómalo con Calma demostró su habilidad actoral, Vanessa Hudgens, actriz popular por sus productos infantiles y Michael Caine y Luis Guzman, quienes no precisan de introducción. En esta afiliación de personajes, cada uno suele dar vida a un estereotipo diferente de la industria. Esta no es la excepción. Pero en este caso los estereotipos contienen a la película y evitan que naufrague en la sobreexplotación de sus clichés o en intentos irrisorios de originalidad. Estos lugares comunes reconfortarán a los adultos por su evocación y familiaridad y sentarán precedentes para los niños que recién comienzan a apreciar cine. La película cuenta con la actuación de Luis Guzmán, actor subvalorado como pocos que acostumbra a cargar sobre sus espaldas, con entrañable a veces, temerosa otras, idiosincrasia puertorriquense, proyectos de algunos de los mejores directores de la historia del cine. En su extensa carrera supo convertirse en un actor de preferencia de Sidney Lumet, Paul Thomas Anderson, Steven Soderbergh y Brian De Palma. Además de colaborar con Ridley Scott y Tony Scott entre otros. Viaje 2: La isla misteriosa reconoce desde el segundo inicial al público a quien será dirigida y, con plena aceptación de sus limitaciones, lo contenta con su empuje fabuloso y su intrínseca linealidad.
Otro viaje, y van… Es muy difícil juzgar como crítico a una película infantil. Principalmente porque las expectativas cinematográficas son muchas veces, sin andar con rodeos, nulas. No se esperan relatos muy originales, ni actuaciones de antología, ni una buena invitación al mundo del cine para los más chicos. Sólo entretenimiento. Una sola palabra que no es fácil de honrar, pero que en realidad es la base más profunda del cine...
Verne y una aventura sin pausa A mediados del 1800 existió un escritor que no sólo describió con maestría mundos paralelos, viajes alucinantes, paisajes, situaciones y personajes. Un hombre que no sólo supo demostrar sus dotes literarias en cada relato sino que logró la mixtura entre el relato fantástico y los conocimientos científicos más variados. Este hombre se llamaba Julio Verne y sus obras han inspirado y siguen inspirando a los autores y directores más influyentes de nuestra época. Entre las páginas de sus relatos tenemos por ejemplo la exacta predicción de alguno de los inventos que luego modificarían el curso de la humanidad: el helicóptero (en su relato Robur, el conquistador), los submarinos y motores eléctricos (La isla misteriosa), viajes a la luna (De la tierra a la luna). Muchos catalogan a este autor como uno de los precursores de la ciencia ficción. Sin embargo, su forma de encarar el trabajo era volcar en sus historias las posibles aplicaciones de sus vastos conocimientos científicos y a su vez lograr la divulgación de estos saberes entre la juventud. Algo así como una democratización de la sabiduría entre las nuevas generaciones. El cine, desde sus albores, reconoció en Verne la inspiración motivadora de una de sus primeras expresiones: el cortometraje Viaje a la luna (1902) de Georges Méliès está basado en el relato homónimo del autor y es uno de los primeros registros conocidos junto con las obras realizadas por los hermanos Lumière. Incluso un film aún no estrenado en Argentina como lo es Hugo, de Scorsese, encuentra su eje narrativo en la influencia de Verne y su mundo fantástico en los trabajos primigenios del séptimo arte. Para los más freaks y fanáticos de las series antológicas de los últimos tiempos, han corrido mares de tinta tratando de conectar ciertos aspectos puntuales del relato con pasajes de la serie Lost: en la primera entrega, un grupo de personas junto con un perro llegan a una isla misteriosa luego de un accidente aéreo. Tanto para el primero como para la creación de J.J. Abrams, la isla no aparece en los mapas de la época, donde existen extraños seres, como consecuencia de mutaciones genéticas de lo más bizarras. Para el caso de Lost fruto de experimentos; para el de La Isla misteriosa derivados de una fauna propia, creada por el autor. Lo cierto es que la vigencia de este escritor, a más de un siglo de la publicación del libro de referencia, es indudable y este jueves llega a nuestras carteleras una nueva adaptación cinematográfica, Viaje 2: La isla misteriosa. En esta oportunidad el grupo de aventureros ya no son prisioneros fugitivos sino personas comunes y corrientes: un simple padrastro y su rebelde hijastro. La historia se centra en las aventuras de Sean (Josh Hutcherson), un adolescente con graves problemas de relación con el nuevo marido de su madre (interpretado por Dwayne Johnson). En este contexto, un mensaje cifrado de su abuelo (el siempre glorioso Michael Caine) con supuestas coordenadas para la localización de una isla misteriosa lo enfrenta con una realidad insospechada: su padrastro posee conocimientos que pueden ayudarlo a llegar al ansiado destino. Juntos se embarcarán hasta el Caribe donde abordarán un helicóptero piloteado por un lugareño (el siempre efectivo actor de comedias blancas Luis Gusmán) y su adorable hija adolescente (la estrella adolescente Vanessa Hudgens), pero al llegar al centro de un huracán serán enviados a una isla remota donde se verán ante las situaciones más impensadas como el descubrimiento de elefantes en miniatura; abejas gigantes usadas como aeroplanos; ciudades submarinas expuestas; volcanes con lava de oro y lagartijas gigantes, entre otras rarezas del lugar. El film nos lleva de una travesía a otra a un ritmo incansable, casi tan frenético como el amor por las aventuras del adolescente, los recuerdos del anciano y las ansias de formar una familia del padrastro. Todo ello enmarcado en los maravillosos escenarios que sólo la mente de un genio como Julio Verne podría imaginar. La única pregunta por responder es: ¿quieren aventura?, si la respuesta es sí, el cine los espera y después por qué no una buena jornada de lectura de un clásico verniano.
Un cine en extinción Una película de aventuras de clase B y orgullosa de serlo. Hace algunos años se estrenó Viaje al centro de la Tierra , un mezcladito (al estilo jarra loca) donde de forma refrescante se apretaban el actor Brendan Fraser, la potencia visual y excusa argumental de Julio Verne y una animación berreta en 3D. Cuando nadie lo esperaba, el menjunje de clase B (de berreta, pero también de bonachón) vuelve. En Viaje 2: La isla misteriosa sale Fraser, y entra Dwayne Johnson, 132 kilos de músculos que ha demostrado un talento favorablemente maleable. Johnson es un ex luchador de catch (The Rock) que ya hizo el vía crucis Schwarzenegger (pasó de muñeco inflable de acción a realizar una película familiar donde interpretaba al… ¡hada de los dientes!). Todo para pegar un volantazo y volver al barrio de la acción sin que eso implique no poder jugar en Viaje 2 . Es en Johnson donde se edifica la película: solo una pila de músculos con talento es capaz de sostener un filme así y hacerlo rodar, convertirlo en un pequeño y maravilloso mundo. En el filme de Brad Peyton, el rocoso es el padrastro del niño que linkea ambos filmes (el insípido Josh Hutcherson) y para ganárselo lo lleva a cumplir el sueño de todo “verniano”: ir a la Isla Misteriosa, lugar al que pueden llegar gracias a que el perdido abuelo (Michael Caine, perfecto y narcótico antídoto a los males de la galaxia) les mando in situ un mapa del asunto. Una vez en la isla (tras estrellarse, y obligando a la aventura a papá Luis Guzmán e hija Vanessa Hudgens), deberán cruzarla antes se hunda. Y listo. Ese “y listo” viene como celebración de una película pequeña, que zumba antes que dormirse en su cast de descastados. Todos poseen el perfecto tono sardónico que un filme así necesita: la Roca hace jueguito con sus tetas y cerezas, Caine cabalga una abeja, Guzmán sobrevive a la tortura de hacer de cómic relief infantil. Es más, Hudgens, ex High School Musical , como caramelito visual da hincapié a un plano (ella, escapando en cuclillas, filmada de atrás) que da cuenta de ese salvajismo que existe en Viaje 2 . Un imaginario simple, real pero agigantado (elefantes minúsculos, gorriones como la mayor amenaza, un hermoso diseño del Nautilus), dispuesto en cuerpos felices, conscientes, capaces de saturar de irrealidad ese mundo, pero no de quitar la aventura ni el cine. Ahí está el secreto de Viaje 2 . Una película feliz, julioverniana , rocosa, de casting y bichos cargados de cine, de una simpleza que, cuando se salva del tropezón, hace con orgullo, ideas y pasión un cine casi en extinción y necesario.
En el 2008 se estrenó Viaje al Centro de la Tierra 3D en un momento en que el formato de tres dimensiones todavía no estaba instalado en Argentina y recién empezaba a resurgir con fuerza en Estados Unidos. La película con Brendan Fraser era una decente aventura familiar que al exhibirla en 2D se perdíó por completo su atractivo, ya que había sido filmada para ser disfrutada con los anteojitos. Hoy esa situación cambió por completo y Viaje se puede ver como corresponde. Esta continuación que se estrena esta semana es una película superior al film anterior en varios aspectos. Por una cuestión de agenda personal Fraser no pudo ser parte de esta secuela y los productores cambiaron todo el reparto, con excepción de Josh Hutcherson, quien es el único miembro del elenco original que regresó para esta nueva historia. Creo que la clave del éxito de este film pasa por dos elementos concretos. En primer lugar armaron un muy buen reparto con excelentes actores como Michael Caine y Luis Guzmán que son dos monstruos de la actuación todo terreno que te reman cualquier cosa que hagan y ellos siempre quedan bien parados con su labor. Además sumaron a The Rock, quien siempre hace el mismo papel y todo sabemos que no es un egresado del Actor´s Studio, pero el tipo es muy carismático y le pone onda a los personajes que interpreta. Los tres actores conformaron un buen equipo y un elenco más fuerte que el film anterior, donde la única figura que se destacaba era Brendan Fraser. Lo interesante de estos filmes es que de manera sutil y sin llegar a la predica literaria, rescatan la magia de la obra de Julio Verne y la transmiten a una nueva generación a través de una historia original que toma elementos de sus novelas. Acá los libros también son parte del misterio y te dejan con las ganas de saber más sobre las historias y personajes a los que se hacen referencia. Creo que estas dos películas hicieron más por la difusión de Verne que muchas adaptaciones cinematográficas de sus obras filmadas en el pasado. Otro aspecto importante es que en este caso contaron con un mayor presupuesto y los efectos especiales son claramente superiores. Toda la geografía de la Isla Misteriosa es deslumbrante y el director Brad Peyton le sacó el jugo a las tres dimensiones con muy buenas secuencias de acción como el bizarro vuelo de las abejas gigantes, que son divertidas de ver. La narración de Peyton mantiene en constante movimiento a los personajes y el desarrollo del conflicto y la verdad que como propuesta familiar de aventuras no se le puede objetar mucho porque es un film decente y bien hecho para el público infantil. Puro escapismo pochoclero que resulta totalmente recomendable si se busca una buena opción familiar para pasarla bien con los chicos.
A cuatro años del exitoso estreno de Viaje al centro de la Tierra (producción precursora en la tan comentada resurrección del 3D), Josh Hutcherson regresa en el papel del adolescente Sean Anderson para otra aventura inspirada en un relato de Julio Verne (aunque aquí también se reciclan otros clásicos como Los viajes de Gulliver, de Jonathan Swift). Ya no está Brendan Fraser como el tío en el elenco, pero a Hutcherson lo acompañan en esta aventura ambientada en la isla misteriosa del título Dwayne "The Rock" Johnson (su padrastro), Michael Caine (su abuelo), la ex High School Musical Vanessa Hudgens (su interés romántico) y Luis Guzmán (el personaje latino que aporta los toques cómicos). El film se sostiene en el despliegue de efectos visuales para la creación de un mundo desconocido con elefantes pequeños y abejas o lagartos gigantes, así como en el juego de los anacronismos, que incluye el uso del iPhone en medio de situaciones ligadas con la mítica Atlántida o con el Nautilus creado por el propio Verne (las referencias a 20.000 leguas de viaje submarino no son pocas). Concebida con indudable profesionalismo, aunque sin demasiada capacidad de sorpresa, Viaje 2: La isla misteriosa resulta un correcto producto, muy bien amplificado desde el marketing. Por si hacía falta, las últimas imágenes nos anticipan el futuro destino de la saga ¿Adivinaron? Sí, de la Tierra a la Luna.
Larga vigencia de Julio Verne Julio Verne sigue siendo el rey de los escritores adaptados al cine. Casi cien películas se han realizado con sus libros desde la que en 1902 filmara el increíble Georges Méliès, basado en su obra "De la tierra a la luna". En este caso se trata de una versión muy libre de la obra que escribiera en 1874. Nuevamente las clásicas anticipaciones temporales de los libros del escritor francés, sirven para llevarnos a los personajes creados para el cine. En este caso hay un chico al que le gusta leer, amante de libros de aventuras, que recibe un llamado de un remoto lugar del planeta, no identificado. Alguien reclama su ayuda. Por datos de su padrastro y de él mismo, suponemos que es su abuelo que abandonara a la familia joven y huyera tras la aventura. Así Sean logra embarcarse en un viaje acompañado de su padrastro, con el que no se lleva muy bien. MONTAÑAS Y ORO A su vez Hank, pareja de su madre, piensa que será un buen momento para ganarse su amistad. Un pintoresco personaje de las islas, con su hija, aceptará llevarlos y se convertirán en sus compañeros de aventura. Una isla mágica con montañas ricas en oro, animales gigantescos (lagartos con pinta de dinosaurios) o diminutos (mini elefantes, pequeños como mascotas) serán algunas de las sorpresas para los visitantes. "Viaje 2: La isla misteriosa tuvo un antecedente honroso en el "61 con efectos especiales del mítico Ray Harryhausen, la actual no aporta nada nuevo al tema, es una versión libérrima del original verniano, pero cumple con la premisa fundamental, entretener. Buenos actores con el inefable Michael Caine al frente, excelentes efectos especiales y el atractivo del 3D caracterizan esta versión con Dwayne Johnson.
Entretenido viaje fantástico para grandes y chicos Luego del viaje al centro de la tierra en 3D, ahora llega una «Isla misteriosa» en 3D, bien para toda la familia, y con el agregado de tener a un gran actor como Michael Caine en el papel de explorador simpático, algo que tal vez su carrera nunca le permitió hacer (Caine siempre hizo más de villano que de héroe en sus películas, incluyendo algunos clásicos de aventuras). En todo caso, aqui está todo lo que debe tener un film fantástico de este tipo, incluyendo abejas gigantes, elefantes diminutos (uno de los grandes hallazgos del film), restos de la Atlántida y hasta el submarino del Capitán Nemo, el famoso Nautilus, con las baterías un poco gastadas luego de más de un siglo, pero listas para ser recargadas por alguna anguila gigante que pase cerca. La trama que permite que un chico vaya en busca de su abuelo es bastante minimalista, pero al menos sirve para que la acción no demore en empezar. Luis Guzman es un muy buen actor de reparto que logra apoyar varias escenas desde el humor, mientras que Dwayne Johnson es un protagonista lo bastante versátil para hacer de héroe sin dejar de lado la comicidad que resulta esencial a lo largo de toda la película. 3D bien aprovechado Además del talento de Michael Caine, obviamente el fuerte del film es la estereoscopia con todo tipo de seres extraños para ver en 3D (realmente este sistema está utilizado al máximo nivel). Independientemente de que esta «Isla misteriosa» tenga poco que ver con el relato original de Verne, es un buen entretenimiento fantástico y no va a decepcionar ni a los chicos ni a los grandes.
VideoComentario (ver link).
Viaje 2 no puede evitar mostrar los síntomas de desgaste de mucho cine actual. No es que la película esté mal, pero la forma rutinaria en que avanza constantemente permite descifrar el signo de una época: ya no se puede hacer cine de aventuras (al menos el cine de aventuras de acción en vivo; la animación todavía tiene cosas para decir al respecto, como lo demuestra Tintín). Mejor: no es que no se pueda, sino que la aventura como género cinematográfico ya no tiene razón de ser por varios motivos, y Viaje 2 es una muestra evidente. Para empezar, el mapa de la aventura ya está delimitado y cerrado, no quedan en el mundo lugares exóticos por descubrir ni tierras vírgenes por pisar. En la película del director Brad Peyton esto se nota rápido en el hecho de que toda la historia esté tomada abiertamente de la literatura de aventuras y viajes del siglo diecinieve, en especial de Julio Verne, pero también de Jonathan Swift y Robert Louis Stevenson. La isla misteriosa a la que arriban los protagonistas, las criaturas que descubren, incluso la huída y el medio de escape; todo proviene de los libros, los personajes no tienen más que ir a desenterrar los secretos que la trama (la literatura) esconde allí para ellos. En el universo de Viaje 2 basta con ser un lector atento y memorioso de Verne para superar cualquier obstáculo, para salir de cualquier problema y resolver hasta el enigma más inescrutable. En este sentido, que el mundo ya no tenga puntos ciegos que explorar es algo que queda claro ni bien empezada la historia, cuando los personajes pasan de estar en su casa a encontrarse en Palaos en apenas un segundo sin ningún tipo de transición (no hay un mísero plano que establezca el trayecto, ni siquiera uno al estilo del travel by map de Los Muppets) ni información (nunca se da cuenta a través de algún texto informativo el lugar de la escena). Se sabe que, a medida que el mundo real cambió, también lo hizo el cine, y que las distancias de los relatos se acortaron cada vez más hasta perder su densidad característica, hasta que los viajes empezaron a salir de la gran mayoría de los itinerarios narrativos de las películas. Pero en Viaje 2 eso se extrema, incluso a contrapelo de lo que indica el título: ya no es que el viaje no importe sino que ni siquiera es una verdadera dificultad a sortear (el “viaje” hasta la isla es apenas un acercamiento de pocos kilómetros). Como si eso no alcanzara para decir que el cine de aventuras ya no es posible, queda agregar que John, el joven protagonista, aparece durante toda la película protegido por el gigante Dwayne “The Rock” Johnson, Hank en la ficción, su padrastro. Desde que Hank le compra los pasajes para ir hasta Palaos (a condición de acompañarlo) y acepta desembolsar no mil sino tres mil dólares para que un helicóptero los lleve a la isla (cediendo a un pedido desesperado de John que, como un chico caprichoso, se enamora intempestivamente de la chica que maneja el vehículo) hasta la manera en que Hank lo cuida de cuanto peligro se les cruza por delante, está claro que la aventura ya no es el espacio en que una comunidad de hombres se enfrentan contra la naturaleza y/o enemigos (como ocurría, por ejemplo, en La isla del tesoro de Stevenson) sino una suerte de espacio propicio para la cruzada familiar, donde lo que cuenta es el reforzamiento de los vínculos y no tanto la propia supervivencia. Es cierto que la familia es algo a salvaguardar en varias películas de aventuras (la tercera Indiana Jones, Los Goonies) pero nunca de forma tan abiertamente literal y conservadora como en Viaje 2, en la que el protagonista es un adolescente infantilizado que solo ocasionalmente tiene oportunidad de saborear el peligro de primera mano, cuando Hank no está vigilándolo por sobre el hombro o tratando de enseñarle trucos para sobrevivir. Por eso, que la isla exótica de Viaje 2 se perciba tan marcadamente falsa, tan superficial incluso a pesar del despliegue del 3D, no es algo relacionado con el uso del digital para crear todo un paisaje, sino con el desfase entre un tiempo y un tipo de relato. Viaje 2 aspira a contar una historia de aventuras a pesar de admitir la imposibilidad actual del género, como queda constatado en el hecho de que todo lo que ocurre en la historia sea un copia exacta del universo literario de Julio Verne. El cine estampa en la película la velocidad del mundo real y el achicamiento hasta la disolución de las distancias y pone en evidencia lo artificial de la isla, su inverosimilitud absoluta incluso al interior de una ficción. Ya no existe imaginación posible para la aventura cinematográfica, cualquier película del género está destinada a ser un mejor ejercicio de estilo desplegado sobre una borroneada cartografía estética y emotiva. En el caso de Viaje 2, se está ante uno bastante pobre al que solo ocasionalmente salva la presencia y la credibilidad absoluta de The Rock (que ya se había estrenado como padrastro que busca mantener unida a su nueva familia en Hada por accidente). Si no fuera por él y por bondad irreprochable, Viaje 2 no pasaría de ser una propaganda larga de alguna bebida con sabor tropical.
Sean Anderson vuelve a ser el centro de una aventura de proporciones inesperadas cuando recibe de parte de su abuelo una señal codificada desde una misteriosa isla en medio del Pacífico. Ayudado por Hank, el nuevo marido de su madre, Sean sigue las pistas que lo llevarán a descubrir la fuente de inspiración de Julio Verne, R.L. Stevenson y Swift: una misma isla que originó tres de las obras más importantes de la historia de la literatura. Junto a un distraído piloto y su hija, Sean y Hank deberán llegar a la isla, rescatar al abuelo Anderson y volver a casa antes de que sea demasiado tarde. Continuación indirecta del éxito de 2008 “Viaje al centro de la Tierra”, precursora en la vuelta que actualmente vive el cine en tres dimensiones, esta secuela se sostiene con peso propio y no requiere haber visto su sucesora para disfrutarla de igual modo. Si bien es cierto que la solidez del argumento tabalea en más de una oportunidad, el hecho de no haber adaptado un único libro sino tomar como fuente de creatividad tres volúmenes que comparten más de lo que aparentaban a simple vista, es todo un logro que puede llegar a colaborar para que una generación no muy adepta a la lectura regrese a ella. El carisma de Josh Hutcherson y Dwayne Johnson, potenciados por las divertidas participaciones de Luis Guzmán y Michael Caine, nos hacen olvidar la poca gracia y la intrascendencia que tiene Vanessa Hudgens a lo largo de toda la historia.
Una aventura animada “Viaje 2. La isla misteriosa” es la celebración de una aventura inverosímil, pero realizada con eficacia. Y lo logra por varias razones. Sobre todo por el punto de partida que significó la inspiración libre en un relato de Julio Verne, pero además, por un equipo de actores que hacen rendir la historia. El filme, que rescata el personaje protagónico de otro producto similar como fue “Viaje al centro de la Tierra”, relata cómo un hijo y su padrastro se embarcan en el rescate del abuelo del muchacho, extraviado hace años en un lugar fuera de todo registro. No habrá nada más que un viaje fantástico, con abejas y mariposas gigantes y elefantes en miniatura, y animales monstruosos en medio de un mundo exuberante y a punto de explotar del cual tendrán que escapar. Nada más, pero tampoco nada menos, como corresponde al género.
Una isla única ¿Se puede hablar de una franquicia Julio Verne de la productora New Line Cinema? Sería otra manera de llamar a lo que ese estudio norteamericano redescubrió cuando, en 2008, rodó su versión último modelo del clásico de este escritor, Viaje al centro de la Tierra, y lo convirtió en un pingüe negocio de 45 millones de dólares de costo y 241 millones de dólares de recaudación. Ahora, esta gente volvió a la carga con Viaje 2: La isla misteriosa, y para hacerlo se tomó una pequeña licencia, ya que el libro que ahora se cita no es una secuela del anterior, sino una novela aparte en la obra de Verne. Un dato que al público le tiene sin cuidado ni bien comienza la acción en esta película un poco despareja, pero con varias secuencias impactantes que justifican la entrada pagada. El conflicto comienza en una casa de barrio, donde el hijo y su padre del corazón no logran ponerse de acuerdo para convivir, hasta que un suceso extraordinario los convierte en compinches. El muchacho capta una emisión de radio procedente de una isla que no figura en los mapas. Con los conocimientos que su tutor adquirió en la marina, terminan viajando hacia el Pacífico sur y encuentran el paraíso, donde su abuelo navegante se perdió una vez. Es un lugar maravilloso, "donde lo pequeño es grande, y lo grande pequeño", y el encuentro con el abuelo se convierte rápidamente en rescate, porque la isla está hundiéndose a gran velocidad. Los muy buenos efectos especiales se cargan gran parte de los méritos de esta película, ya sea en la representación de ciudades perdidas, o criaturas espeluznantes -como ciempiés gigantes o elefantes enanos-, o en la reconstrucción de una nave emblemática de este género, como lo fue y es el Nautilus de 20.000 leguas de viaje submarino, otra de las geniales creaciones del escritor francés. Los otros aciertos de la película son los personajes secundarios y el toque de humor fresco. Luis Guzmán está fantástico, como el piloto del helicóptero y padre de la guía de la que se enamora Sean, el chico científico. Michael Caine se limita a poner su oficio sobre la mesa (lo que no es poco), y Dwayne "La Roca" Johnson se las arregla para ser el contrapunto en la comedia y desdoblarse como el tipo rudo que dispensa un "estate quieto"cuando hace falta.
Las nuevas aventuras de los hijos de Julio Verne Cuatro años atrás se estrenaba Viaje al centro de la tierra. Aunque el título podía llamar a error, no se trataba de una adaptación del clásico de Julio Verne. Era, eso sí, una aventura contemporánea donde el libro de Julio Verne tenía participación e importancia y disparaba la aventura de los protagonistas. Viaje 2: La isla misteriosa retoma la línea de inspiración en las aventuras del creador de la ciencia ficción y repite al joven protagonista, ahora sumergido en una nueva historia llena de sorpresas dentro de un lugar perdido en el mundo. La isla misteriosa del título es obviamente en alusión al libro de Verne publicado en 1875. Es importante volver a aclarar que no es una adaptación del libro, sino que la literatura de Verne forma parte del universo en el que viven los protagonistas. No son pocas, claro, las conexiones y como ocurría en el film anterior los vínculos son fundamentales. Las libertades que Julio Verne se tomaba con la fauna de la isla son aquí llevadas mucho más lejos a fin de producir una aventura descomunal. Y hay que decir que por momentos lo logran, así como por momentos cierta elección un tanto infantil hace que la película pierda potencia y se transforme en un entretenimiento menor. Parece mentira, pero los espectadores del siglo XXI parecen más infantiles que los lectores del siglo XIX, aun cuando el mundo parece ser hoy un lugar menos misterioso de lo que era entonces. Aunque aquí no vuelve a repetir su papel Brendan Fraser, el elenco se las arregla para sostener con simpatía y credibilidad esta historia llena de fantasía. Josh Hutcherson repite su papel, pero se le suman Dwayne Johnson, Vanessa Hudgens, Luis Guzmán y el legendario Michael Caine, como el abuelo del protagonista. El resto es dejarse sorprender y entregarse a la aventura y, tomen esto como un consejo, y a buscar los libros de Julio Verne.
He aquí una película para ver en sala. Y, si es posible, en su versión en 3D. La historia es simple, llena de citas para los fanáticos de la literatura del género de aventuras, con personajes simpáticos, y muy buenos efectos especiales, la mayoría pensados para este sistema. Si bien es la secuela de "Viaje al Centro de la Tierra" (2008), puede verse independientemente de aquella. Los nexos son su personaje principal, Sean Anderson (interpretado por Josh Hutchens), y los libros de Julio Verne. En esta historia, Sean recibe un extraño mensaje codificado, que resuelve gracias a la ayuda del actual esposo de su madre, Hank (Dwayne “La Roca” Johnson), con quien no se lleva bien. Tras descubrir que se trata de las coordenadas de una isla secreta, él asume que se trata de un mensaje de su abuelo, y decide partir en su búsqueda. Hank lo acompaña, para probarle que la supuesta isla no existe, pero, como se sabe aún sin haber visto la película, está equivocado. El film narra a partir de aquí las peripecias para llegar al lugar, y luego, salir de allí. Es interesante que el guión no se base en la prototípica fórmula del “malo” que complica la aventura. En "Viaje 2", los obstáculos tienen que ver con la naturaleza misma de la isla, y esos son los efectos que, realmente, se disfrutan. Otros tres personajes escoltan a los principales: Gabato, el gracioso piloto de helicóptero (Luis Guzmán), sobre quien recaen todos los gags algo escatológicos; su hija Kailani (Vanessa Hudgens, ex High School Musical), y el abuelo aventurero Alexander, interpretado por Michael Caine. Siempre es un placer verlo a Caine en pantalla, haga lo que haga. La película no amerita demasiado comentario extra: el guión está bien armado, hay humor – aunque no del mejor estilo, pero es tolerable-, las actuaciones son correctas, y no aportan grandes sorpresas: todo resulta funcional al despliegue de criaturas animadas y efectos especiales, que son la verdadera razón de ser de la película. Al final, la sala (llena en sábado a las cinco de la tarde) aplaude con ganas, y algunos hasta silban en aprobación. Todos la pasaron bien, y eso era lo que vinieron a buscar al cine. Ojalá algún chico salga, además, con ganas de leer a Verne. • Nota al pie: en una escena, Hank canta “What a wonderful world”. En la versión doblada dejan la canción con la voz en inglés, pero no traducen, ni siquiera con subtítulos, la letra modificada que él improvisa, y en la que critica, de forma simpática, al abuelo Alex.
Verne otra vez Si hay algo filmable son las eternas novelas del gran Julio Verne, las mismas que en libros leíamos imaginando mil aventuras asombrosas y de placer infantil o adolescente sin fín. Ahora llega esta nueva y remozada adaptación vía Hollywood que tiene el plus de integrar algo de otras similares fantasías literarias como "Los viajes de Gulliver" de Jonathan Swift y "La isla del tesoro" de Robert L. Stevenson, más el desarrollo visual del 3D y efectos especiales de última generación, lo cual redondea la propuesta. El chico Sean Anderson (Josh Hutchernson) recibe una señal de auxilio de su extraviado abuelo que se ha perdido en busca de misterios hace varios años (nada menos que Michael Caine en simpático rol) e irá en su búsqueda a la isla del título que está por la Polinesia, pero se le adhieren: su tutor (un ajustado y cómodo al papel: Dwayne Johnson) más una chica atractiva (la Ex-"High School Musical": Vanessa Hudgens) y su padre (Luis Guzmán que viene a llevar la parte cómica del relato). El equipo mencionado recibirá sorpresas tanto con la fauna y flora del lugar paradisíaco como las fuertes situaciones climáticas que los acosarán, logrando un relato entretenido y hecho con profesionalidad y rigor, eso no cabe dudas. Quizás con menos magia e ingenio que aquella memorable "La Isla Misteriosa" de Cy Endfield (1961)que presentaba efectos del no menos grandioso Ray Harryhausen, pero claro los tiempos cambian y esta será de la preferencia de los niñitos de hoy.
Una Familiar Bien Construida Journey 2 o La Isla Misteriosa es la nueva y superior entrega acerca de las aventuras de Julio Verne llevadas a cabo por los actores adolescentes top del momento, Josh Hutcherson y Vanessa Hudgens. La historia viene dirigida por el novato de la gran pantalla, Brad Peyton, el mismo que dirigiera en 2010 la secuela de "Como Perros y Gatos" que fue repudiada fuertemente por toda la crítica. Esta vez parece haber encontrado el camino y se luce con una película de aventuras familiar como Dios manda. Viaje 2 es simple, Sean es un adolescente rebelde que está a la búsqueda de su aventurero abuelo que desapareció hace muchísimos años para encontrar una isla que nadie cree que exista. Debe lidiar con su nuevo padrastro y una mudanza que sólo logró incrementar su furia y rebeldía. Para ablandar las tensiones, el padrastro interpretado por Dwayne Johnson decide darle con el gusto y viajar a una isla cerca de Palau con él. Lo que no se imaginaba es que realmente encontraría una mundo de fantasía con elefantes diminutos y abejas gigantes donde el abuelo Alexander (Michael Caine) es el único ser humano sobreviviente. A partir de allí se verán envueltos en una cantidad considerable de aventuras que darán al espectador una buena dosis de acción y humor. Un gran acierto fue incluir momentos de buen humor entre las escenas de acción y peligro, combinando tensión y relajación para el disfrute familiar. Dwayne Johnson demuestra una vez más que posee versatilidad y es buen humorista. Creo que el producto es entretenido tanto para los más chicos como para los adultos, con muy buenos efectos y algunos chistes para que no se aburran los mayores. Es una cinta sin grandes pretensiones que logra ampliamente con su cometido. Uno de los pocos films familiares que logra ser fuerte en todos sus aspectos. Grata sorpresa para largar la temporada familiar 2012.
Verne también come pochoclo Como un gran entretenimiento concebido para el disfrute de toda la familia, es siempre bueno abrevar en las novelas de famosos escritores, sobre todo si se trata de Julio Verne, con sus fabulosas narraciones que siguen siendo grandes motores para el desarrollo y la estimulación de la imaginación (aún con los grandes avances tecnológicos y con toda la invasión de lo electrónico que existe hoy en el mercado) y que producen fascinación y nos dan la posibilidad de darnos una inmersión en el terreno del relato fantástico. Sólo queda de Julio Verne algún puntapié inicial, algunos guiños y básicamente algunas de sus más famosas creaciones (como el Nautilius y las referencias a sus escritos) en "Viaje 2: la isla misteriosa": una gran producción de la Warner apuntando básicamente al gran pasatiempo familiar y que aún enfrentada a grandes películas nominadas al Oscar y que vienen coronadas de grandes premios, sigue arrasando en la taquilla local. El héroe de nuestra historia tiene nombre y apellido: Sean Anderson (Josh Hutcherson quien ya habia aparecido en "Viaje al centro de la tierra" -la primera entrega de la saga- y con una consagrada actuación en "Mi familia - The kids are all right"). Él será quien recibda una señal codificada asegurando, mediante un crípitico mensaje que deberá descifrar, la existencia de la isla misteriosa que él tanto buscaba y en la que piensa indudablemente que se encuentra su abuelo paterno (valiosa participación de Michael Caine en un papel completamente descontracturado). Su padrastro Hank (Dwayne Johnson, masa de músculos dispuesta a la aventura al que no le vendrían mal un par de clases extra de actuación, aunque impone al menos su simpatía y su destreza), lo acompañará finalmente en esta búsqueda llena de aventuras, misterios y descubrimientos asombrosos ya que comparte junto a Sean el fanatismo por las historias de Verne, Stevenson y Swift. Para llegar a la Isla, sólo Gabato (Luis Guzmán en un papel divertido y muy a su medida) será el unico piloto que por una suma de dinero impensada para el tipo de viajes que hace en su helicóptero desvencijado, se preste a internarse en un terreno donde nadie se anima a penetrar. Lo acompañará su hija (Vanessa Hudgens, la bonita morocha de High School Musical y que hace una buena pareja adolescente con el protagonista) y así formarán un equipo dispuesto a sobreponerse a las más diversas situaciones de peligro que les propondrá la misteriosa isla del título. Con un dejo del cine que amaba ver en mi niñez -sin ir más lejos mis hijos la disfrutaron muchísimo-, hay que dejarse llevar desde el inicio con la propuesta del director Brad Peyton (el mismo de "Como perros y gatos 2" que evidentemente conoce el divertimento para el público masivo, pero que ganaría mucho más en una propuesta de dirección más creativa y menos amparada en los efectos especiales) para poder creer las soluciones que propone a cada una de las vueltas inverosímiles que propone la historia. Dentro de selvas que respiran a la vista el dejo de decorado artificial "plantado" dentro de un lujoso estudio, con imágenes digitales pegadas no muy sutilmente en algunos casos como fondo; las aventuras de estos intrépidos seguidores de Verne encierran desde encontrar elefantes enanos y gigantes mariposas, internarse en la cueva del Capitán Nemo para hallar la vitácora del Nautilius hasta enfrentar una especie de iguana-dinosaurio gigante decidida a despedazarlos al instante, cabalgar en abejas enormes -que luego serán perseguidas por unos pájaros multicolores, de hermosa apariencia pero muy peligrosos- o cuidarse de no ser electrificados por una anguila de increibles dimensiones. Como más de uno podrá preveer (sin que esto signifique que les estoy contando el final de la historia) todo saldrá más que bien para que pueda dejarse abierta la posibilidad de que puedan continuar con esta temática con una pizca de Verne. Sobre el final un plano del libro "De la tierra a la Luna" nos invita a seguir escuchando narraciones extraordinarias plenas de efectos especiales, mucho ritmo y acción que dejen satisfechos a todos los integrantes de la familia y que por supuesto rinda su tan esperado objetivo en la taquilla. Más allá de todo, se disfruta y mucho.
Una diversión en 3D, basada libremente en los libros de Julio Verne, con aventuras, animales temibles, fuerzas de la naturaleza desatadas y reacciones de preadolescentes. Para los más chicos, un entretenimiento válido.
Viaje 2, la isla misteriosa es una imperdible opción en la cartelera para pasar un buen rato en familia. Desde el comienzo hasta el final el ritmo es muy bueno y no decae nunca. El guión mantiene un muy buen equilibrio entre comedia y aventura y los efectos digitales están acordes a la historia...
Teniendo como punto de partida el libro "La Isla Misteriosa" de Julio Verne, esta es una adaptación libre del material original, que aprovecha muy bien el 3D para aportar entretenimiento, con un gran despliegue de coloridos efectos especiales, pero con un guión que no se anima a desarrollar con profundidad las diferentes situaciones que va presentando.
A veces la gente se supera a sí misma en el segundo intento, y eso es lo que ocurre en Viaje 2: La Isla Misteriosa, la que viene a ser una seudo secuela de Viaje al Centro de la Tierra (2008). Aquí hay los efectos especiales son más espectaculares, hay mayor cantidad de actores caros contratados y la estupidez llega a niveles alarmantes. Si la primera era mediocre, ésta es una bobada sobrecargada de esteroides, algo así como el Premio Nobel a la Idiotez Cinematográfica. El guión viene de la mano de Mark y Brian Gunn, hermanos de James (el mismo de Slither y Super), y que parecen haber sacado el número perdedor en el reparto de inteligencia y talento (yo tengo la particular teoría de que, en un grupo de hermanos, siempre sale uno vivo, uno bobo, uno vivo, etc en orden cronológico... pero ése es un tema que trataremos en otro momento). Los Gunn Brothers han creado un delirio tan exagerado e incoherente cuyo unico método de avance es generar disparates cada vez mas grandes a medida que se acerca el final. Comparado con ellos, Michael Bay es un ejemplo de cordura. En cambio aquí hablamos de costosa pornografía CGI: los actores vomitan una cantidad enorme de parlamentos horribles para saltar, a los cinco minutos, a una escena incoherente y saturada de carísimos efectos digitales. ¿Tanto les costaba escribir algo como la gente?. Porque, en el fondo, Viaje 2: La Isla Misteriosa se siente como una de esas películas terribles del canal SyFy, sólo que obscenamente sobreproducida. La historia ya arranca mal con persecuciones exageradas y pistas traídas de los pelos, las cuales sirven como la excusa más boba, incoherente y gratuita para que los protagonistas crucen medio mundo a menos de 10 minutos de comenzado el filme. El supuesto héroe de la historia es Josh Hutcherson, que en la primera era sobrino de Brendan Fraser y aqui hace de hijastro de Dwayne Johnson. El quía fabrica pistas de cualquier lado - da con el paradero de la Isla Misteriosa cruzando datos del libro de Verne, junto con los de La Isla del Tesoro de Robert Louis Stephenson y Los Viajes de Gulliver, de Jonathan Swift (!!) -, y el bonachón de Johnson pone generosamente su tarjeta de crédito para hacer las pases con él y dejar que el pendex haga el delirio que se le dé la gana. Luego sumamos a Luis Guzman como el desabrido comic relief del viaje, la chichi Vanessa Hudgens (como para calmar las febriles hormonas de Hutcherson), y a Michael Caine (wtf!!) como el abuelo indianajonesco de turno. Se ve que a Caine estaban por cortarle el Gas, ya que tuvo que agarrar el peor papel que alguien le haya ofrecido jamás desde su triste participación en El Enjambre de 1978. Ciertamente Johnson y Caine intentan ponerle onda, pero el libreto apesta. Esta gente hace proezas fisicas imposibles, cae de distancias gigantescas sin hacerse nada, monta abejas y las manejan mejor que pilotos de Zero japoneses en menos de cinco minutos, escapan de bichos enormes sin despeinarse, y realizan actos de los más inauditos, los cuales terminan por dar resultado. En un momento estos botarates llegan al Nautilus (!) y, sin haber manejado nunca la nave, la arreglan e intentan ponerla en marcha. Y, como el motor no tiene chispa, se le presentan dos alternativas: o salen y la empujan (!), o arponean una anguila eléctrica gigante y le pasan parte de su carga al motor (!!!). Algo así como si fuera un móvil de auxilio del Automóvil Club. En realidad la sensación que me deja todo el filme es la de estar viendo el video de las vacaciones de otro en una especie de Disneylandia mutante. "La próxima atracción: cabalgata aérea en el lomo de las abejas gigantes"; "ahora: paseo por la Atlántida", etc. etc. Para colmo, el libreto lanza un puñado de ideas atroces, como que la Atlántida está enclavada en medio de esa isla (que está en el Pacífico, cuando siempre se afirmó que la Atlántida estaba en el Atlántico... sino, ¿para qué le pusieron ese nombre al océano??), y que la isla emerge y se hunde en el océano cada 140 años (!!!), idiotez mayúscula si las hay, ya que eso significa que todos los siglos el mar mata a todos los bichos gigantes y minúsculos que proliferan en la zona, y que en un siglo y medio deberán regenerarse de cero. Es imposible contar la cantidad de pavadas que proliferan en el libreto de Viaje 2: La Isla Misteriosa. A Dwayne Johnson y Michael Caine les deben haber ofrecido unos cheques obscenamente abultados para agarrar viaje con esto, que es un engendro sin pies ni cabeza. Yo no creo que se trate de un filme malo: simplemente es sideralmente estúpido, que es una categoría diferente pero igual de indigna.