Entretenida propuesta que juega con la duda como disparador del principal conflicto del relato, en el que un hombre intenta recuperar a su mujer, amorosa y físicamente, tras su desaparición. Efectiva y sin pretensiones, logra con su objetivo.
«Vista por última vez» («Last Seen Alive», su título original) se centra en Will Spann (Gerard Butler), un contratista con un buen pasar económico que lleva a su esposa, Lisa (Jaimie Alexander), a la casa de sus padres porque quiso tomarse un tiempo dentro de la relación. Sin embargo, cuando paran en una estación de servicio ella desaparece de una forma misteriosa. Will trata de buscarla por todos lados y hasta llama a la policía pero no solo no parece muy dispuesta a ayudarlo, sino que comienza a sospechar de él. Es así como intentará encontrarla a pesar de distintos obstáculos y de una carrera contra el tiempo. La película es una historia que vimos en varias oportunidades, desde la clásica y popular «Taken» con Liam Neeson hasta una de las últimas propuestas «My Son» con James McAvoy, donde un protagonista común debe hacer algo extraordinario para recuperar a una persona cercana que está en peligro. De todas maneras es una cinta que entretiene de principio a fin porque está en constante movimiento y construye un clima de tensión durante todo el largometraje. Es dinámica, frenética, y no para un segundo. Pero a la vez es una historia bastante lineal, que no tiene ningún giro sorprendente que le dé algún tipo de atractivo extra, sino que va de un punto hacia otro sin demasiados inconvenientes en el camino. Todo se resuelve de forma sencilla, y, a pesar de que se siente el peligro latente por el que atraviesa el protagonista, no existe una fuerza antagónica potente que le haga frente. Incluso algunas escenas no tienen mucho sentido o hacen que se pierda la credibilidad. Por ejemplo, existen pruebas que demuestran que una determinada persona está involucrada en el caso y el detective sigue confrontando al protagonista. Por otro lado, el guion también presenta algunas líneas de diálogo un poco sobreactuadas o forzadas. Uno de los recursos que utiliza es el flashback para darle una especie de marco a la historia. Si bien esto está correcto porque permite profundizar un poco más la relación entre la dupla protagónica, pero no siempre se siente como algo necesario para mostrar. Sí debemos destacar la buena actuación de Gerard Butler, quien improvisó sus diálogos a pedido del director. Solo veía unas páginas por vez, es decir, que nunca sabía qué era lo próximo que iba a pasar en la historia. Un riesgo que salió bien porque sinceramente no se nota como algo concebido en el momento. Logra transmitir muy bien la desesperación y el miedo por la pérdida de su mujer. El resto del elenco sí podía guiarse a través del guion y son funcionales a la trama, a pesar de no tener demasiado desarrollo de personajes. La elección de las locaciones fue correcta. El paisaje desolado y de pueblo chico y alejado de la urbe que consiguieron en Savannah, Georgia, logra dar esa sensación de desconexión, peligro y aislamiento. En síntesis, «Vista por última vez» es una película que logra entretenernos y hacernos pasar un buen momento a pesar de no traer nada demasiado novedoso al género. Su historia ya la vimos en varias oportunidades y probablemente fue realizada de una mejor manera. En este caso tenemos algunas situaciones inverosímiles, diálogos forzados y una falta de sorpresa que tira un poco abajo al film; mientras que la actuación de Gerard Butler, el tono frenético y la ambientación del lugar le dan cierto atractivo.
Es una película que produjo Gerard Butler para su lucimiento personal, para poder improvisar casi todos los parlamentos y para trabajar sobre una situación límite que recuerda otras películas pero que esta vez no solo mantiene en vilo al espectador, sino que cumple con un entretenimiento sin muchas pretensiones. Perder a alguien en una estación de servicio, tener un video conseguido por mano propia y violentamente, con la prueba de su esposa yendo hacia un auto aparentemente sin temor, siembra dudas para que todo resulte oscuramente sospechoso. Especialmente cuando sabemos que ese matrimonio está en crisis, y ella va camino a la casa de sus padres para tomarse un tiempo de pensar la relación. Con algunos momentos de acción bien resueltos, una explosión pavorosa y una velada aprobación hacia el tema de justicia por mano propia, muy obvia en estos casos.
Déjà vu a la vista. Vista por última vez (2022) es un thriller de suspenso y acción, dirigido por el realizador Brian Goodman y protagonizado por el actor escocés Gerard Butler junto a Jaimie Alexander, Chip Lane, Dani Deette y elenco. El matrimonio formado por Will (Butler) y Lisa (Alexander) está llegando a su fin. A pesar del cariño que se tienen no logran congeniar en sus formas de ver y pensar la vida, por lo que deciden separarse. En un último viaje en auto juntos, Will lleva a Lisa a casa de sus padres, que será nuevamente su hogar, pero tras una parada en una estación de servicio local, ella desaparece misteriosamente y casi sin dejar rastros. Will, desesperado, llamará a la policía, que comenzará una investigación y a sus suegros, que desconfían de él, apuntándole como el principal sospechoso del secuestro de su esposa. Lamentablemente todo es previsible en Vista por última vez y no ofrece nada novedoso, ni original. Su trama es de esas que vimos miles de veces en otras películas o series: el de la esposa que desaparece, así como si nada, poniendo en un lugar bastante incómodo a su marido, sólo por el simple hecho de ser su cónyuge y mucho más si se están separando. Su narración bastante lineal tampoco ayuda demasiado para llegar a un buen puerto, más allá de poseer un cierto dinamismo a cuestas. Geográficamente el relato está ubicado en una alejada, aislada y hasta corrupta localidad, Savannah, en Georgia. Es un pueblo pequeño, dónde Lisa se crio y donde todos se conocen. Will es un contratista inglés, que vino del otro lado del mundo para trabajar y probar suerte. Finalmente también encontró el amor, pero nunca perdió el mote de “extranjero” por parte de los lugareños, que siempre lo han mirado con ojos extraños y llenos de desconfianza. Quizás un punto a favor, y que le da energía a la película, sean los flashbacks en que el director se apoya para contarnos la historia de amor entre Will y Lisa, dos personas muy diferentes, pero que llegaron a amarse, más allá de todo cuestionamiento. Será esta desaparición inesperada, un punto de apertura donde saldrán a la luz secretos muy bien ocultos. El trabajo de Gerard Butler es muy destacable, diría lo mejor de la película por lejos. Desde la deliberada improvisación de los diálogos de su sufrido personaje, hasta de su gran presencia física a pesar del paso del tiempo, el actor lo da todo y más. Es entonces Vista por última vez una buena oportunidad para disfrutar de la calidad actoral de Butler, muy a pesar de las situaciones inverosímiles, la falta de sorpresa o un villano para confrontar.
A punto de divorciarse, Will Spann (Gerard Butler) conduce a su todavía esposa Lisa (Jaimie Alexander) a casa de sus padres cuando ella desaparece misteriosamente sin dejar rastro durante una parada en una gasolinera. Filme deudor de “El Rapto” (1993) con Jeff Bridges y Kiefer Shuterland y “Sin Rastro” (1997) protagonizada por Kurt Russell y J.T.Walsh casi en partes iguales. El relato comienza con una confesión que establece lo previsible de manera automática, para luego realizar un salto temporal a 8 horas antes. En el que nos presentan a la pareja de
El escocés Gerard Butler, desde que fue el rey Leónidas en 300, no es de andarse con muchas vueltas a la hora de que sus personajes tengan que pasar a la acción. Si hay algo que no hacen es quedarse quietos, les podrán pegar duro, torturar o lo que sea, pero Gerard se las arregla, por lo general, para llegar vivo al último acto. Tanto éxito cosechó que ahora, estos mismos momentos, tiene otras cuatro películas en posproducción, y cuatro más en preproducción, en lista de espera para iniciar sus rodajes. Y sí, la mayoría son relatos de acción. A Butler le ofrecen -y lo que a veces es grave, él acepta- papeles de padre o esposo que debe velar por la seguridad de su familia. Aquí es Will Spann, un hombre que ama a su mujer, pero bueno, parece que ella ya no. O no tanto, porque la película nos muestra cómo Will agarra su auto y lleva a Lisa (Jaimie Alexander, Sif en las películas de Thor) rumbo a la casa de sus padres. Podrán decir que para que se tome un tiempo, o distancia, o lo que sea, pero cuando Will para en una estación de servicio, y Lisa entra, bueno, Will no la verá más a Lisa. Y no porque le agarre miopía, sino que ella, misteriosamente, desaparece. Nadie sabe adónde fue. ¿Se escapó? ¿La secuestraron? ¿Eh? Acción y suspenso, ponele Vista por última vez es un filme de acción y suspenso. Lo de acción, esperen que Will vaya uniendo cabos, se deshaga del policía (Russell Hornsby, de The Hate U Give) y empiece a buscar a quien desea ser su futura ex. Lo de suspenso se termina pronto. Y aquellos que le critican a Butler ser actor de una sola nota y un solo perfil (o un solo gesto; a Bruce Willis lo caracterizaba ése , como de oler caquita, y mal no le iba), bueno, en Vista por última vez tienen material como para darle sin descanso. ¿Está mal la película? No. ¿Entretiene? Sí. ¿Es creíble? Bueno, si pagan una entrada para ver una película con Gerard Butler, que no sea RockanRolla o una de ésas, y pretenden que lo que vean sea más o menos real, están pidiendo pelar un amanzana y que tenga gusto a ciruela. Algo que Brian Goodman, que suele ser más actor que director, ésta es su tercera realización, no está para nada dispuesto a poner un pie sobre la tierra y sí volar su imaginación con varias escenas de violencia bien, pero bien gráfica.
"Vista por última vez", un Viagra hecho película. En varios rubros, se trata de "una película más", con varios tópicos conocidos y una mirada tan conservadora como para que todo gire alrededor del héroe masculino. Típica historia sobre un ciudadano desamparado que debe resolver un problema al margen de la ley, ante la dificultad del estado burocrático para hacer funcionar sus instituciones, Vista por última vez es de muchas formas una película más. Es una más de justicia por mano propia; una más de acción protagonizada por Gerard Butler; una más de un hombre solo contra el mundo para proteger a su familia. Pero yendo un poco más allá de ese carácter premoldeado, este tercer trabajo como director del actor Brian Goodman ofrece algo más. Detalles que, sin embargo, no parecen surgir orgánicamente del relato, sino como expresiones involuntarias del punto de vista conservador que sostiene su estructura. Will y Lisa atraviesan un momento difícil de pareja: ella le fue infiel y, aunque él la perdonó, no consigue encontrarse cómoda en el vínculo. Por eso decide tomarse un tiempo en casa de sus padres, en un pueblito de los Estados Unidos profundo, y hacia ahí se dirigen. Pero cuando paran a cargar nafta, ya cerca de llegar a destino, Lisa desaparece. A partir de ahí la película se desarrollará sobre la estructura básica de los thrillers de su tipo, en la que el marido pasa a ser sospechoso y no solo debe encontrar a su mujer porque todavía la ama, sino para probar su inocencia. literal posible y es marcado por el resto de los hombres como responsable. Lo acusa el detective; lo acusa su suegro; hasta el empleado de la estación de servicio parece señalar su responsabilidad en la doble pérdida. Will se ha vuelto impotente y, ante la burla del resto de los machos de la manada, debe recuperar su virilidad. En otras palabras: Vista por última vez es una pastilla de Viagra hecha película, una fábula de redención masculina. La moraleja: poseer a una mujer es un acto de voluntad del hombre, quien debe estar dispuesto a bajar al infierno para que ella por fin se dé cuenta de que solo sigue viva gracias a él.
Vista por Ultima Vez" es una más de esas películas que ya viste, (no olvidemos la gran "The Vanishing, 1993 entre otras) pero cada vez que vuelve algo similar resulta efectiva. En este caso Will Spann (Gerard Butler) y su mujer Lisa (Jaimie Alexander) están atravesando una crisis y ella, que tuvo un momento de debilidad, decide tomarse un tiempo en la casa de sus padres. El no lo acepta pero debe respetarla y él mismo la lleva a Maine. Cuando falta poco para llegar, él se da cuenta que no tiene gasolina y decide parar en una estación de servicio. Mientras carga nafta, Lisa va al baño y compra un agua. Pasan unos minutos y ya no hay rastro de la mujer. Will comienza a buscarla en los lugares lógicos hasta que llama a la policía del lugar. El Detective Paterson (Russel Hornsby) de la policía local lo atiende y ante la desesperación del marido acude al lugar de los hechos, se avisa a los padres y Will es sometido a las preguntas de rigor. "Estaba todo bien entre ellos"? "Ella podría haber huido a causa de sus diferencias"? Esto exaspera a Will quien decide tomar cartas en el asunto como él sabe hacerlo: con violencia, mintiendo y con las pistas que tiene, algunas certeras, otras equivocadas. Hasta aquí el meollo del asunto, como se resuelve es algo que queda a descubrir por el espectador. Todo está puesto al servicio del actor, que hace un buen trabajo y son los roles que mejor le calzan. Faltaría un poco de entrega de la protagonista femenina, que no ofrece una gran actuación ni muestra gran química con su co-protagonista Hay una perlita que no puedo dejar de mencionar: En un momento hay una explosión que es la peor que ví en mucho tiempo. Si la ven, dejennos en comentarios que les pareció. Por acá, araña la calificación de Buena, por dos cosas: entretiene y Butler, cómodo en su elemento, da todo.
Rapto feroz. El automóvil marcha por la ruta, mientras Will Spann (Gerard Butler) conversa con su esposa, Lisa (Jaimie Alexander). Los gestos de dolor en su rostro son inevitables. La charla es amable, con algún que otro reproche por medio. Él la está llevando a casa de sus padres porque Lisa está confundida y decidió pasar un tiempo sola. Por el contrario, Will está muy seguro de su amor, de su relación. Parada obligatoria una estación de servicio para cargar gasolina y comprar algo. Efectivamente, cuando Lisa vuelve de buscar una bebida, de repente un enorme camión tapa la escena (y las cámaras de vigilancia), y ella desaparece. Gradualmente Will irá perdiendo calma, y comenzará a buscarla, con llamada previa a la policía. Pero Lisa no aparece. ¿Se escapó? Nada parece indicarlo. Ya está avisados los padres de ella, también están investigando los detectives, pero esto para Will no basta. Por lo que decide seguir el rastro de su mujer, de manera poco ortodoxa. Se mueve rápido, recaba pistas, y pronto descubre que tras este secuestro hay metida toda una red de narcotraficantes, con cocinas de drogas incluidas. Residir en medio del bosque, ayuda a la impunidad. Con todos los resabios clase B, Vista por última vez, tiene a un Gerard Butler solido en su actuación. Un hombre en verdad rudo y enamorado. Una historia clásica y popular, con buen ritmo en relación a la acción frenética; y con personajes subrayados: el héroe y los villanos trazo grueso. Algo que ya hemos visto repetidas veces, y aquí no con la mejor factura técnica. Una película chata, que pone el foco en el entretenimiento, también con diálogos a veces inverosímiles y forzados. Pero la convicción y el compromiso de Butler con su Will, hace que estos deslices, por momentos, no se noten. Si eres amante del género, preparate a sudar la camiseta y a enfrentarte a los delincuentes más feroces.
El cine indie produce algunas de las mejores películas cada año. Su problema es cuando no tienen personalidad: cuando hacen mal y barato lo que el mainstream hace bien y con grandes presupuestos. Last Seen Alive (Vista Por Última Vez) es la puesta en escena de una metamorfosis: la de un tipo normal convertido en un vengador solitario tras la desaparición de esposa.
Vista por última vez es una producción independiente de Gerard Butler donde intentó ofrecer un thriller con un presupuesto muy limitado. Una propuesta que resulta saboteada debido a un guión trillado que aniquiló cualquier oportunidad de gestar situaciones de suspenso. La trama es un plagio obsceno de dos producciones muy superiores como fueron The Vanishing (con Sandra Bullock y KIefer Sutherand) y Sin rastro, protagonizada por Kurt Russell y dirección de Jonathan Mostow (Terminator 3). En este caso es Butler quien encarna al esposo desesperado que busca a su pareja desaparecida y la trama no hace nada por despegarse del recuerdo de los filmes citados y darle una vuelta diferente a la misma premisa. Algo gracioso es que en en algunos países de habla hispana inclusive se estrenó con el título de "Desaparecida sin rastro" donde blanquearon con total impunidad el robo argumental. Butler hacer lo que puede en un film que tampoco propone nada interesante en materia de acción. Lo único positivo es que dura 95 minutos y el tedio pasa rápido. Inclusive si son muy fan del actor es una película que se puede esperar en cualquier plataforma de streaming y no te perdés de nada relevante.
Señor con señora: se llevan más o menos, viajan a casa de suegros, paran en una estación de servicio, ella desaparece, hay una mafia narco, hay sospechas y el señor resulta que tiene entrenamiento para reventar a todo el mundo. En fin, de esas cosas que uno vio un millón y medio de veces -lo que, de todos modos, es algo habitual- pero que no agrega absolutamente nada a un esquema conocido hasta la náusea.
Will Spann (Gerard Butler) está llevando a su futura ex esposa, Lisa (Jaimie Alexander), a la casa de sus padres. No se han recuperado de la última crisis y este es el final. Pero cuando paran en una estación de servicio a cargar nafta, ella desaparece misteriosamente. Desesperado por localizarla, Will recurre a la policía, que no lo ayuda e incluso sospecha de él. Comenzará a investigar por su lado, metiéndose con el área criminal de la ciudad, esperando encontrar allí la respuesta al misterio. Una estructura clásica que se ha visto en muchas películas y que suele funcionar bastante bien. Todo el problema es saber si la promesa inicial de suspenso y misterio será resuelta de manera satisfactoria. El comienzo está bien, las primeras complicaciones tienen la tensión adecuada y finalmente hay que tenerle mucha paciencia para dejar pasar las cosas muy mal resueltas de la última parte. Esta clase de roles pueden ir en dos direcciones diferentes, sirven para actores que pertenecen al puro cine de acción, cómo podría haber sido en este caso, o para actores dramáticos menos creíbles en su papel de vengador descontrolado. Gerald Butler se ha probado en ambos papeles, pero aquí podría haber funcionado mejor alguien más al estilo clásico de más acción y menos en drama, en particular teniendo en cuenta hacia donde va el guión. No estuvo lejos de lograr una película redonda, aunque se quedó sin idea hacia al final.
Dirigida por Brian Goodman y escrita por Marc Frydman, Vista por última vez es un thriller de acción genérico de esos que una esperaba ver por la tele un domingo a la tarde. Gerard Butler (quien además produce) y Jaimie Alexander, dos rostros conocidos que más allá de algún rol importante nunca lograron destacarse demasiado, interpretan a un matrimonio roto. En los pocos minutos entendemos que ella tuvo un desliz, un affaire, y la pareja por lo tanto se encuentra en un inminente divorcio. Mientras viajan hacia la casa de la familia de la mujer donde él la va a dejar para que pasen un tiempo separados y terminen de decidir quizás el futuro de su matrimonio, se puede percibir todavía cierta complicidad entre ellos. Pero no es suficiente. En una rápida escena en el prólogo se nos anticipa lo que el título en su idioma original: la mujer secuestrada estaría muerta. El resto de la película empieza con ese viaje que queda trunco a pocos minutos de llegar a destino cuando ella entra a una estación de servicio a comprar algo y nunca regresa al auto. Junto a un policía que al principio no le da demasiada importancia a la desaparición, a la larga fue solo un rato y cualquier mujer puede decidir de un momento a otro irse sola y más con una aparente situación de problemas en la pareja, Will nunca deja de moverse y cuestionar, a veces a la fuerza, para conseguir información, incapaz de entender cómo ella puede haber desaparecido de frente sus ojos. Toda la película se va sucediendo de un modo esperado, calculado, en poco tiempo, con un reloj que no para de correr. El hombre dispuesto a todo por recuperar a su mujer, el policía que duda de su marido pero de a poco se ve más comprometido, y una situación alrededor que pone en evidencia cuestiones sociales. Vista por última vez cuenta con su cuota emocional y romántica como motivación, la tensión de la desaparición y luego la de verse introducido en un ambiente peligroso, y la suficiente parafernalia (tiroteos y explosiones) como para convertirse en una experiencia disfrutable, entretenida pero también pasatista y bastante olvidable cuando ya se han visto tantas películas parecidas (es como si quizás Liam Neeson ya hubiese estado algo grande para este rol y se lo reemplazó por Gerard Butler, que un poco parece seguir sus pasos con una filmografía que se tornó poco interesante desde 300 e incluso con una saga a cuestas que lo tiene como protagonista: la que empezó con Olympus has fallen). Tan de manual y efectista al mismo tiempo que sin dudas enganchará a quienes disfrutan de este tipo de espectáculos. Su ritmo vertiginoso, con cámaras que intentan seguir la acción, le juega a favor en contraposición con lo predecible de su trama. En el medio además se incorpora una serie de flashbacks entrelazados que terminan de desarrollar el conflicto matrimonial entre dos personajes que por fuera de la pareja apenas tienen dimensión. La película tuvo un estreno limitado en las salas de Estados Unidos y la crítica norteamericana no la acompañó pero recientemente se estrenó en Netflix y se convirtió en una de las más vistas. Allí parece haber encontrado su lugar. Gerard Butler se entrega con convicción a un personaje nervioso y desesperado, entiende en qué tipo de película está. Por momentos algo ridícula (hacia el final especialmente), con situaciones inverosímiles y un ritmo ágil y frenético y muy buen manejo de la tensión, Vista por última vez es una película de acción cumplidora que olvidaremos al ratito de finalizarla.
MÁS ALLÁ DE LA SUPERFICIE NdR: Esta crítica contiene spoilers. La del hombre que mueve cielo y tierra para rescatar a un ser querido que ha sido raptado por un grupo de maleantes es una premisa que hemos visto cientos de veces. ¿Y qué? Hay que acabar con el mito de que una película (u obra artística en general) es buena por el solo hecho de ser “original”. La originalidad en sí misma no es una virtud, más bien debe estar supeditada a cada uno de los rasgos inherentes del campo que aluda. Howard Hawks replicó el modelo de Río Bravo en El Dorado y en Río Lobo. Clint Eastwood hizo lo propio en El jinete pálido con Shane, el desconocido de George Stevens. ¿Se atrevería alguien a dudar de la maestría de estas obras por el simple hecho de no ser “originales”? Posiblemente antes de Bottoms (de la cuestionable etapa de Yoko Ono como cineasta) nunca nadie había visto algo semejante. ¿Acaso eso la hace buena? No pensemos demasiado la respuesta: en lo absoluto. En concordancia con lo anteriormente expuesto, entonces, a continuación veremos de qué manera Vista por última vez se vale de formas preexistentes para elaborar esquemas y conceptos propios. Para ello tomaremos un elemento clave de su puesta en escena, el automóvil, y analizaremos de qué manera se resignifica. El automóvil es, en términos de puesta en escena, el elemento de mayor peso dramático de Vista por última vez. Es empleado aprovechando tanto su condición vehicular como su condición espacial (lo estrecho de su morfología ayuda a reforzar la sensación de confinamiento -literal y metafórico- en la que se encuentra la pareja protagonista). La importancia de este vehículo es tal que los dos momentos de mayor envergadura de la acción, el incidente incitador y el clímax, acontecen en escenarios en donde el mismo abunda, como lo son la estación de servicio y esa especie de desguazadero devenido en laboratorio de drogas, respectivamente. Pero de entre todos los automóviles que pululan por Vista por última vez, podemos identificar a tres como los responsables de transportar su carga simbólica: el de Will, el del detective Paterson y el de Knuckles. El auto de Will, considerando que es aquel que transporta a Lisa hacia el lugar donde es secuestrada, puede ser entendido como el elemento generador de tragedia. La segunda vez que se manifiesta como tal es cuando, camino a lo de Frank, la policía lo detiene por exceso de velocidad, dificultando, a priori, la búsqueda de Lisa. Decimos “a priori”, justamente, porque no es sino hasta que el protagonista se deshace de este que consigue dar (caminando, claro) con el paradero de su esposa. Por su parte, el auto del detective Paterson representa -al igual que este- la falsa salida, puesto que, paradójicamente, es el primero en aparecer en la película, pero el último en llegar a cada sitio en que se lo precisa (arriba con una hora y media de retraso a la estación de servicio tras el pedido de auxilio de Will y post tiroteo y explosión al laboratorio de Frank). Para colmo, sobre el final descubrimos que al momento de la confesión de Knuckles -que en dicho vehículo acontece- ya es harto sabida (tanto por los personajes como por el espectador) su implicancia en el secuestro. Y finalmente tenemos el auto de Knuckles, el cual funciona como móvil hacia la redención. Recordemos que este, pese a trasladar a Lisa hacia su lugar de reclusión, es el mismo que –huyendo- le salva la vida. A su vez, permite dar con el paradero de Knuckles (tras ser identificado por la madre de Lisa) y a la postre acabar con el poderío de Frank. Por consiguiente, el propio Knuckles acaba obteniendo el perdón no solo de la ley, sino también de Will (dado que es al único de los hombres de Frank que enfrenta mas no asesina). En una época en la que todo consumo debe ser, fundamentalmente, acelerado y masivo, quizás lo más pertinente sea pisar el freno (o incluso bajar del auto, como Will) para tomarse un tiempo y reflexionar. No se trata de vivir, como quien dice, en estado de alerta, sino de aceptar que detrás de todo discurso hay algo que se comunica sin ser dicho. Debemos procurar pensar, justamente, más allá de la superficie.
Vista por Última Vez no es nada nuevo, pero matiene el suspenso toda la película, válida para entretenerse. En el link la crítica escrita completa y la crítica radial completa, más informal, en versión de audio o de video, en los reproductores de audio solo de Spotify, o de YouTube con video. Vista Por Última Vez es una película que, en normas generales, es bastante efectiva, que tiene pocas ambiciones, Pero dentro de lo que se propone, logra su cometido, que principalmente es entretener y hacer lucir a su estrella Gerald Butler. Es una película de suspenso que no es tan original, y nos remite a otros filmes del género, en donde una pareja va por la ruta, y cuando los personajes Se bajan en una estación de servicio, el hombre entra a la parte de adentro, y en ese omento la chica desaparece sin dejar rastro alguno. Eso hace que el hombre empiece una búsqueda frenética, en un principio con un escepticismo marcado por parte de la policía, luego con la policía aliada, y en otros momentos siendo sospechoso de la policía inclusive; pero él sabe que pasa algo raro, y que tienen las horas contadas para recuperar a su esposa. El filme tiene un tufillo a telefilme, o película hecha para televisión o streaming, a pesar de que al menos aquí en la Argentina, se ha estrenado en salas de cine. Este destino original de película para streaming hace que en algunas partes su calidad técnica disminuya, y su ambición artística decrezca. No es una película trascendente, pero sí tiene la particularidad de mantener el suspenso, y la tensión durante todo el metraje; el cual, dicho sea de paso, no es muy extenso; y eso no es poco. Además, hace lucir a su protagónico interpretado por Gerald Butler, quién se hizo famoso al interpreta al Rey Leónidas en 300, en este caso, haciendo un personaje bastante nervioso y con mucha urgencia, pero creíble y querible Inclusive. La película no ofrece nada muy novedoso, pero lo que ofrece, lo ofrece bien hecho, un filme competente, que quizás no valga diez dólares la entrada, pero sí puede ser una muy buena opción de entretenimiento en el streaming. Y si sos chofer de ómnibus de larga distancia, acá tenés una película justa para poner en el ómnibus y tenés 100 km de entretenimiento para los pasajeros. Cristian Olcina
Con excepción de la recomendable «El Misterio del Faro» (2018), el actor Gerard Butler ha enfrascado su carrera en decisiones profesionales bastante pobres. Un excesivo gusto por el cine de acción mediocre lo ha hecho protagonizar films del calibre de “Geostorm”, “London Has Fallen” y “The Bounty Hunter”. Siguiendo la línea de hundimiento, “Last Seen Alive”, un thriller anodino y previsible, tiene otra vez a Butler como eje. El film nos cuenta la historia de Will Spann, cuya esposa Lisa (Jamie Alexander) desaparece misteriosamente en una gasolinera. Un momento, ¿no nos han contado esta misma trama antes? El esfuerzo desesperado del marido, el descenso al costado más perverso del crimen, la negligencia (o escepticismo) policial y la toma de justicia por propias manos nos retrotraen a dos buenos films de la añorada década del ’90: “El Rapto” (con Jeff Bridges y Sandra Bullock) y “Sin Rastro” (con Kurt Russell). Robo de ideas a mano armada como atajo más próximo. Excesiva hora y cuarenta de metraje concatena escenas que son un lastre y casi una media docena de cabos sueltos.