Sobreviviendo desde el vínculo Mientras se produce un un apagón mundial que pone en jaque a la civilización tal y como la conocen, las hermanas Nell (Ellen Page) y Eva (Evan Rachel Wood) viven en una casa junto a su padre. La casa se ubica dentro de un bosque alejado de la ciudad y deben sortear distintas adversidades de todo tipo para sobrevivir y seguir adelante. En lo profundo del bosque (2015), escrita y dirigida por Patricia Rozema, es una adaptación cinematográfica de la novela de homónima Jean Hegland de 1996. Bajo la tutela creativa de Rozema, “En lo profundo del bosque” narra una historia que trata sobre las relaciones de los seres humanos, sus falencias, necesidades y costumbres. Limitadas por el previo abuso de la tecnología y la luz, las hermanas deben adaptarse a un mundo con otras necesidades, muy diferentes a las que estaban acostumbradas, ya que lo que conocían como mundo y civilización cambió totalmente en sus normas y ejes. De por sí, el marco construido por Rozema, desde su puesta en escena, fotografía y dirección, se basa en los sentimientos, emociones y dramas que aqueja al par de hermanas ante la perdida, la soledad y la incertidumbre. Un thriller que desarrolla todo su potencial a partir de las grandes interpretaciones tanto de Ellen Page como de Evan Rachel Wood, en un contexto que cambia sus necesidades a medida que pasa el tiempo y la tolerancia. El film recorre un camino lineal y horizontal en cuanto a su narración. Empujada por el aparato sonoro y su tono minimalista, la película nunca decae en su relato ni en la atención del espectador, ya que a cada momento, sus protagonistas se ven afectadas a distintas confrontaciones a superar, ya sea desde el aspecto humano, psicológico o de supervivencia. La música de Max Richter es un motor que lleva en alza al film aunque, por momentos, debido a la carga dramática y emocional vista en escena, resulta tediosa y densa. Su uso reiterativo para acumular tensión en pantalla se termina exponiendo al resultar explicita y pesada. Por otro lado, la fotografía de Daniel Grant recorre el inmenso escenario del bosque como material de reflexión, creación y el escape del ahogo por situaciones difíciles. Del mismo modo ocurre con el interior de su hogar, cotejado por los colores y matices, reflejando el deterioro en su infraestructura a medida que pasa el tiempo. Este desgaste también se nota con las protagonistas. En lo profundo del bosque recorre los recovecos más profundos y dramáticos de una sociedad cuando pierde la noción de civilización a través de escenas extremas y dramáticas relacionadas la concepción de la humanidad. Allí brilla y deslumbra el desempeño de las protagonistas. En refugiarse a su condición humana impulsada por el amor y acompañamiento familiar, ante un escenario cada más decadente.
Culpable de superficialidad El abogado Richard Ramsey (Keanu Reeves) afronta un caso complejo y difícil de remontar: es el defensor de un joven de 17 años que es el principal sospechoso por el asesinato de su padre millonario. Junto a la ayuda de la joven abogada Janelle, Ramsey entra en este dilema. El abogado del mal cae en su propia ingenuidad, con personajes cliché y una historia monótona y predecible. A pesar de algún giro en la trama que cambia la perspectiva de lo que ocurre en pantalla, resulta un argumento vago y simple para desglosar un drama judicial tan común y corriente como aquellos que vemos en los canales noticiosos del cable. La sala del juicio es el escenario principal donde se lleva a cabo la historia, mientras los protagonistas mienten, manipulan y adaptan la verdad a beneficio de cada uno, todo esto siguiendo el procedimiento tradicional de un juicio, carente de grandes discursos o diálogos. Nicholas Kazan, quien décadas atrás fuera el guionista en Matilda (1996), encaminó una historia olvidable sin personajes que despierten empatía en el espectador, ni logren un interés por acercarse a sus pensamientos, miedos y dudas. La esposa del difundo, y madre del supuesto asesino (Renée Zellweger), limita su actuación al perfil de mujer denigrada y poco contribuye a la trama, a pesar de ser el foco por el cual empieza a cambiar la perspectiva de la historia. El punto de quiebre es la falta de suspenso. En ningún momento logra despertar la curiosidad de saber cómo se resolverá el caso, al ser muy evidente la dirección en la cual apuntan los cañones. Resultó llamativa una película con tan poco vuelo narrativo y argumental, ya que la directora Courtney Hunt fue la autora de Frozer River (2008), película nominada como Mejor Guion Original en 2009. Encabezada por Keanu Reeves y Renée Zellweger la película prometía algo más de lo insulsa y carente de ideas que fue, sin ningún punto a favor para rescatar, ni siquiera en las actuaciones regulares de los protagonistas. Finalmente, El abogado del mal es un producto vacío, chato, superficial y poco entretenido en los 93 minutos que tiene de duración.
El pecado de la limitación En Moisés y los diez mandamientos (2017) se narra la vida de Moisés (Guillherme Winte), el hijo adoptado del faraón de Egipto, centrándose en su renuncia a los lujos de la clase alta para seguir los pedidos de Dios en la tierra y así liberar al pueblo judío. La película fue armada con distintas escenas de las dos temporadas de la novela de la serie de televisión y los momentos mas impactantes de la historia del profeta. En este preámbulo es donde cae parte de la narrativa del film: al contar cada aspecto de su vida -niñez, adultez, su enamoramiento y hasta el momento que se rebela- la película acusa un ritmo lento y poco entretenido. La consistencia de Moisés y su transformación se pierde en una película de un largo desarrollo pero con pocas emociones. La adaptación libre del texto bíblico a cargo de Vivian De Oliveira no desarrolla de manera fluida el relato de Moisés, ni trata de una manera menos superficial los problemas internos que acarrean al personaje. En cuanto a la dirección de Alexandre Avancini y las actuaciones, Moisés y los diez mandamientos siguen la línea televisiva más que la cinematográfica, con interpretaciones demasiado exageradas, primeros planos para generar emoción en el espectador y diálogos incoherentes con el contexto en el cual se desarrollan. Aunque compartan muchos puntos sensibles, no es lo mismo recrear una historia para la televisión en su construcción narrativa como también así en los diálogos, acciones y consecuencias de sus protagonistas. Por otro lado, resulta contraproducente el abuso del slow motion, ya que pierde peso dramático su uso reiterativo con el fin de brindar a las escenas una emotividad superior. Los efectos especiales, el vestuario y la puesta en escena de Moisés es uno de los puntos más altos de esta producción brasileña. Sin embargo, es inexplicable como utilizan, por ejemplo, una canción en inglés para representar una escena de amor, totalmente fuera de contexto y lugar. Moisés y los diez mandamientos es una película enfocada para el nicho que siguió los capítulos en la televisión y quedó atrapada por esta historia, pero nada más. No aporta más a la caracterización de este regalo clásico bíblico, ni tampoco ofrece un panorama diferente a lo ya visto en la serie, limitándose a eso para no defraudar a sus fanáticos.
El miedo del pasado Quince años después del estreno de la primera película, La Llamada 3 (2017) llega a los cines para volver a la raíces que posicionó a La Llamada (2002) como una de las grandes películas de terror de estos tiempos. Sin embargo, esta tercera parte de la maldición de los siete días y la copia del video quedó en plenas intenciones. Julia (Matilda Lutz) deberá salvar a su novio Holt (Alex Roe) y enfrentar la maldición que rodea a la cinta de VHS que mata a su observador una semana después de que éste la haya visto. La llamada 3 apuesta por seguir mitigando la leyenda relacionada a la protagonista del video y su historia, algo ya visto en las anteriores ediciones. Por tal motivo, aportar algo más a la historia de Samara significó exprimir hasta la última gota de un argumento que no tenía la consistencia para un desarrollo tan abarcativo. De este modo, quedó expuesto como ninguna de las dos secuelas supo ofrecer algo más, nuevo y diferente. A lo largo de todo el film, se repiten una y otra vez los clichés del género sin salir de los lugares comunes en los cuales se manejan. Tanto su director F. Javier Gutiérrez como el equipo de guionistas, trataron de llevar a otro escenario los hilos de esta historia – un grupo de investigación-experimentanción sobre este fenómeno paranormal- pero se diluyó al poco tiempo en otra subtrama. Entonces, el primer acto del film y toda la primera hora parece innecesaria e inconexa tomando en cuenta a qué lugar se busca llegar en cuanto al guión. La Llamada 3 pierde su consistencia narrativa con diálogos malogrados, subtramas poco claras y protagonista tan ingenuos como superficiales. Ni Matilda Lutz ni Alex Roe cumplen con una actuación superlativa y destacable. A ellos, se les unen Johnny Galecki (The Big Bang Theory) y Vincent D'Onofrio (Daredevil), quien es el mejor que logra captar la esencia de la película y la encamina en los pocos minutos que aparece en pantalla. Por otro lado, el foco del terror y suspenso está totalmente ausente ya que en ninguna parte de la película se alcanza un climax para acorrar al espectador y asustarlo. La llamada 3 se pierde en sus intentos de recrear un clima angustiante, desafiante y poco conocido para provocar terror y suspenso. En ningún momento busca trascender de lo hecho anteriormente y siempre cae en la misma fosa: el miedo proviene de las imágenes de la cinta y su interacción con los personajes. La Llamada 3 buscó expandirse hacia nuevos lugares pero terminó cayendo en una resolución poco creativa, entorpeciendo la idea principal por la cual se desarrollaba el film. A su vez, tampoco logró recrear las escenas asfixiantes de su primera entrega, tornándose aburrida y monótona. Por Alan Schenone
El héroe que necesitamos Para salvar a Gotham City de los planes del Joker y todos sus enemigos, Batman debe de dejar de actuar en solitario y buscar nuevos compañeros para resolver problemas inconclusos del pasado. "Lego Batman: La película" sorprende a conocidos y extraños. En esta ocasión, la película no se limita y recorre, en un viaje intenso, divertido y autocrítico, los 77 años de historia de Batman desde los cómics, sus villanos, las grandes historias y todas las películas live-action. Lego Batman es una sátira de todo lo que el pensamiento colectivo creó alrededor del personaje en los últimos años, gracias a la trilogía de Nolan y la última interpretación de Ben Affleck en Batman Vs Superman: un héroe oscuro, imponente desde sus movimientos, armamento y hasta con su voz. Esa idea de un Batman tan grandioso que es capaz de resolver cualquier acertijo, reto o contrincante, tanto en viñetas como en la gran pantalla. La película toma esta imagen idealizada de Batman y la lleva a los extremos, a través de recursos cómicos, puntuales e hilarantes: un protagonista egocéntrico, inmaduro, soberbio e irreverente con todos los demás, ya que nadie logra alcanzar su status. El film decide seguir los pasos de La película de Lego (2014), la realización de Chris McKay continúa por esos laureles con un gran trabajo desde la imagen y lo narrativo. Así crea un producto entretenido, cercano y empático con el espectador. De allí, con una narración dinámica, entretenida y directa, Lego Batman no baja nunca el pie del acelerador en todo el film, ya sea desde el carisma del protagonista principal que avasalla al público con chistes simples para los niños y con guiños a grandes clásicos, como ocurre en pasajes con la serie de 1966 que tenía a Adam West como el encapotado. La primera secuencia es un ejemplo a la perfección de la esencia de Lego Batman: el protagonista pelea con sus históricos rivales, con todos a la vez, mientras canta una canción de rock pesado y los derrota en escasos minutos. Toda esta escena tiene una estética visual increíble, diálogos, respuestas precisas y acción a puro entretenimiento. Así, Lego Batman se ríe de sí misma, de cada aspecto y prejuicio que, a lo largo de su historia, deambuló por los cómics, la televisión y el cine. A su vez, el argumento fluye de manera natural y cambia de un tirón provocando un nuevo e inesperado escenario. La relación, simbiótica, cíclica y necesaria entre Batman – Joker es el detonante para el desarrollo de la historia, ya que Batman, impulsado por su egocentrismo y soberbia, le confiesa que no tiene ningún rival digno a su altura. Por otro lado, la esencia de héroe solitario que se creó a su alrededor –que el mismo también se creyó- es otro foco por el cual transcurre el relato: Batman siempre necesitó de un ladero con quien combatir el crimen. Desde allí, la película recorre un camino con miles de guiños y referencias a la vida del Caballero Oscuro y su mundo sin detenerse en las viñetas, frases, videojuegos y en las series de televisión. Lego Batman cumple con su principal objetivo: entretiene tanto a grandes como a chicos, mientras no deja de lado la responsabilidad de generar la buena interpretación de un personaje que ya tuvo demasiadas entregas óptimas. Lego Batman redobla la apuesta y marca en la personalidad de su protagonista un personaje único, inmaduro y atractivo, todo esto promovido por la idealización grotesca y caricaturesca del protagonista. Por Alan Schenone.
La monotonía del cliché La razón de estar contigo (2017) narra la vivencia y el aprendizaje de un perro y su propósito en la vida, mientras reencarna en la piel de otros canes. A medida que transcurre su historia, se relaciona con distintos dueños mostrando hasta que punto puede llegar la conexión con el ser humano, desde el amor hasta el maltrato. Se trata de una película divertida que se centra en la adaptación de cada uno de los perros a las cualidades de los amos y a su vez, también, se enfoca en la perspicaz forma de ver el mundo de estos animales. Sin poder delimitar la maldad ni tampoco percibir el amor, cada uno de los protagonistas caninos tiene un determinado fin dependiendo de su amo. De esta manera, cae en aspectos y golpes bajos predecibles, aunque no por ello dejen de ser fuertes y efectivos para el espectador. En el film se promueve el afecto hacia los animales, su cuidado y el vinculo que trasciende más allá de una simple conexión. No obstante, el doble discurso está al caer en muchas de las escenas donde los animales no interactúan con un determinado hecho de forma natural, como así lo manifiesta el film. Fuera de su naturaleza, estos animales realizan acciones que no son convencionales ni características de un perro normal. “La razón de estar contigo“ es intensa desde lo narrativo pero superficial, predecible y poco atrayente para ver en la periferia que rodea al animal protagonista, como a sus dueños. Se trata de una película que va en una sola dirección y hacia la misma meta desde el principio del film, sin alcanzar una reflexión superior a lo propuesto por los protagonistas en una simple vista. En ellos también radica la mediocridad de no indagar más en sus miedos, temores y dudas. Su director, Lasse Hallström, ya tuvo antecedentes con film relacionados a los seres humanos y su relación con los animales (como ocurrió en “Siempre a tu lado” (2009) con Richard Gere). Hallström cosecha una basta trayectoria como la persona detrás del lente, marcando una manera de filmar, sin embargo, “La razón de estar contigo” carece de elementos auténticos y no clichés para desenvolver cada una de estas historias. Tampoco fue superlativa la adaptación de Cathryn Michon con la novela de W. Bruce Cameron. En todo momento, el guion del film traslada al espectador, entre historia y historia, haciendo foco en la emotividad en sus escenas, siendo un poco redundante tanto sentimentalismo, al punto de aburrir y ser más de lo mismo. La razón de estar contigo es una película monótona y cliché en sí misma, con un final predecible desde el principio de la película, y vagas historias que se desenvuelven sin hilar fino en su contenido Además, cae en una reflexión hipócrita sobre el cuidado y trato de los animales cuando se conoció que en la misma producción no respetaron tales sentimientos.
Después de 15 años, Vin Diesel volvió a uno de los papeles que lo catapultó a la fama: el agente xXx. Xander Cage está de vuelta en la tercera película de la franquicia para enfrentarse a Xiang (Donnie Yen) y todo su escuadrón, luego del robo de un importante artefacto que pone en jaque a todas las organizaciones de inteligencia del mundo. En xXx: Reactivado todo es acción, mujeres, poder y dinero alrededor de Cage (Vin Diesel). El film encuentra su lugar y motor en sus espectaculares -y poco realistas- escenas de acción, con maniobras óptimas dignas de algunos deportes extremos y un sinfín de intercambios de golpes y balas. Se desarrolla para la obra y acción de su protagonista, en una especie de autovaloración del Macho Alfa que, con su conducta políticamente incorrecta, su físico e ingenuidad, siempre cae bien parado y tiene una respuesta para todo. La dirección de D.J. Caruso optó por utilizar y aprovechar una formula conocida, y muy similar, respecto a los contenidos y procedimientos utilizados en la saga de Rápido y Furioso: agentes de acción fuera de la ley que se unen para trabajar con el gobierno y después traicionarlo. Precisamente, el foco de la atención no está justamente en su contenido a nivel guion ni tampoco en la dirección, ya que xXx: Reactivado es una excusa por promover a Vin Diesel como el héroe de acción de esta generación. Además de Vin Diesel, xXx: Reactivado cuenta con una serie de personajes cliché, una trama utilizada hasta su desgaste en las películas de este género y predecible en cada paso narrativo que da. Ni siquiera los giros argumentales logran la sorpresa del espectador. Otro de los elementos importantes en la película son los cameos: el rapero-actor Ice Cube, el cantante de reggeaton Nicky Jam y hasta el jugador del Barcelona, Neymar Jr. dijeron presente en el film. Estas apariciones tuvieron un objetivo mayormente promocional, con el fin de llegar a distintos mercados, en lugar de tener un propósito narrativo necesario. xXx: Reactivado es una película de acción sin frenos e inverosímil, cliché y con una trama que promueve a un estereotipo de héroe de acción de otros tiempos, devaluados por el pensamiento machista y misógeno, y no logra profundizar los conflictos de su personaje principal de una forma menos convencional.
La convicción como arma y defensa En Hasta el último hombre (2016), Desmond Doss (Andrew Garfield) se une al ejército estadounidense como doctor para afrontar la Segunda Guerra Mundial pero, en contra de todas las leyes y normas tácitas que dictaminan a la guerra, lo hace de una manera inusual. Por convicción, no quiere utilizar armas ni terminar con ninguna vida, siendo el primer objetor de conciencia en la historia estadounidense en recibir la Medalla de Honor del Congreso. Las huellas de Mel Gibson como director se reúnen en un mismo camino. Lo épico, lo dramático y lo heroico se encuentra inspirado en hechos reales con grandes historias de vida llenas de sacrificios. Corazón Valiente (1995), La Pasión de Cristo (2004) y Apocalypto (2006) dan muestra de ello. La fe y la devoción por Dios del soldado Doss chocan constantemente con el pensamiento militar, social y político comunes de la época de los ’40. La construcción paulatina del film potencia a Andrew Garfield que, con su carisma, logra una de las mejores actuaciones de su carrera gracias a las distintas situaciones adversas que Doss debe atravesar para seguir adelante. Gibson se toma su tiempo para dejarle en claro al espectador que tan fuertes son las creencias de Doss, quien sufre de discriminación, violencia verbal, psicológica y física a manos del ejército pero también de parte de su familia. El director dividió a la película en dos partes –el entrenamiento y la guerra en sí- mediante un gran pulso narrativo que no deja que el espectador pierda el interés con lo que sucede en pantalla, gracias a la gran empatía de Garfield como también a su relación con su mujer Dorothy Schutte (Teresa Palmer). El elenco que se completa con Vince Vaughn, Hugo Weaving, Sam Worthington. Cada uno aporta desde su lugar, su visión e interpretación un panorama único en la periferia de lo que ocurre alrededor de Desmond Doss. A pesar de ser un film claramente relacionado al drama bélico y norteamericano, las convicciones del protagonista dejan un mejor sabor de boca con respecto a un mundo que duda de su cordura, valentía y potencial. En ese contexto, tan inhóspito y difícil -en el cual solamente su mujer Dorothy cree en él- Doss vuelve para desacreditar, perdonar y aceptar el pasado, al igual que lo refleja la iglesia católica con la figura de Dios. Con un gran trabajo en conjunto desde el aspecto visual, sonoro y directivo, las aguas fluyen hacia el mismo lugar generando una película cautivadora, emocionante y dramática. Mel Gibson supo adaptar la historia del soldado, en su defensa por la vida y la convicción por su religión, para hacer una de sus mejores películas y también, uno de los mejores estrenos de este nuevo año.
Pau, el celador nocturno de un hospital, recibe el cadaver de la joven actriz Anna Fritz. Sorprendido por la belleza de la mujer, decide tomar una foto e invitar a dos amigos al hospital. Los tres deciden violarla aunque algo impredecible sucede en aquella sala del hospital. En "El Cadaver de Anna Fritz", el desarrollo narrativo lo marca la joven Fritz y sus intentos por escapar del hospital. Entre las dudas, discrepancias y conflictos, Fritz trata de confundir a los celadores para encontrar una nueva salida para una situación tan conflictiva. Está sintonía disfuncional entre el grupo, en contraste con la joven que desea escapar, es el motor que mueve a la película. Sin grandes pretensiones ni un argumento muy elaborado, El Cadaver de Ana Fritz resulta una película entretenida y llevadera en sus 72 minutos de duración. La película en sí, no necesitó mucho más. El director hace una película entretenida sin arriesgar demasiado, con ánimos de hacer un producto aceptable pero para nada diferente que lo lleve a salir de lo común del género. Con una producción modesta, el punto fuerte recae en el rol protagónico de Ana (Alba Ribas), que a través de su lenguaje corporal y la expresividad en sus gestos, recrea una interpretación creíble. El cadaver de Anna Fritz es una película corriente, sin grandes actuaciones, pero ameniza en su corto lapso de duración, con algunos momentos de suspenso que no aportan demasiado más.
Rebelde en su contenido Tras la confirmación de la de la existencia de la Estrella de La Muerte, un arma de destrucción masiva, un grupo de rebeldes decide adentrarse en las entrañas del imperio galáctico para robar los planos de dicha estación espacial. Encabezados por Jyn Erso (Felicity Jones ) y el capitán Cassian Andor (Diego Luna ) , enfrentarán una misión que cambiará el futuro de toda la galaxia. Rogue One: una historia de Star Wars (2016), dirigida por Gareth Edwards (Godzilla), narra los sucesos previos a Star Wars: Episode IV – The new hope (1977). Rogue One mantiene la esencia clásica de Star Wars pero con un estilo diferente. En un contexto sin jedis ni esperanza, el imperio ejerce un total dominio de toda la galaxia. No es una historia entre la dualidad de los sith y jedis, del lado oscuro y la fuerza, Rogue One es la expansión de un universo centrado en la problemática política, social y militar, donde se deja entrever el papel dictatorial del imperio como nunca antes se había visto en los demás films. Con un tono más adulto, dramático y contundente, Rogue One es una película con gran carga emotiva, sentimental y fuera del eje tradicional, con breves momentos de humor -como es común en la saga- producido por los droides. Además, se buscó atravesar parte de la filosofía y mitología que rodea tanto a la fuerza como al universo de Star Wars en sí. En la visita a diversos planetas, esta nueva producción sirve como nexo directo para unir a las dos trilogías y explicar el contexto y pensamiento popular de las consecuencias de Star Wars: Episode III – Revenge of the Sith (2005). El director Gareth Edwards mantiene al hilo al espectador con un pulso dramático que funciona como un reloj, compenetrando poco a poco al espectador con los personajes, sus historias y motivaciones. Las escenas de acción y combate recrean el padecimiento de las víctimas y repercusiones en un terreno de este tipo, sumado a un CGI de impecable producción. Ningún personaje es extraordinario ni posee mayores habilidades que otro: todos son vulnerables, prescindibles. Rogue One es una historia de guerra y sacrificios con el marco característico de Star Wars. Por su tono adulto, serio y sin limitaciones rompe la hegemonía predominante de la saga; no hay aprendices, ingenuidad ni un camino del héroe para transitar. En Rogue One es todo o nada. El punto fuerte aparece al visualizar a la película por su historia y narración y no por sus personajes. Allí, Chris Weitz dio en el blanco con un guión que aporta una historia visceral y diferente a lo que se venía viendo. Rogue One es la historia de héroes anónimos, de los olvidados, de sacrificios para llegar a un bien mejor pero que no siempre son tomados en cuenta en el final de la historia. Con personajes más terrenales, comunes y corrientes pero con una gran interpretación: tanto Felicity Jones, Diego Luna, Mads Mikkelsen como Donnie Yen y Riz Ahmed aportan su carisma y personalidad para generar empatía con el espectador, al explotar su roles. Otro punto no menos importante fue la participación justa y secundaria de grandes figuras de la saga. Sin embargo, quedó en claro que esto no debía ser más que una caricia a los fans, ya que su intervención resultaba prescindible en relación a los planteos del argumento. En cuanto al sonido, no contar con John Williams, autor característico de la saga, no fue una buena decisión. La música, algo tan rutilante, característico y especial para Star Wars, resultó el punto más flojo: anticlimática, para nada emotiva y fuera contexto. Rogue One es, como dice su título una historia de Star Wars, con tintes clásicos pero que brilla dentro de su contexto trágico y sufrido. Desde la primera escena, tan característica como especial, nos da el pie a que estamos ante otro tipo de historias. Un relato que juega bajo sus propias reglas y rompe los esquemas acostumbrados al universo creado por George Lucas, en una apuesta rebelde y arriesgada, sí, pero gratificante en cuanto a su resultado final.