Una mala interpretación Margen de Error (2019) es una comedia dramática y romántica dirigida, escrita y producida por Liliana Paolinelli, siendo ésta su cuarta película luego de Por sus Propios Ojos (2007), Lengua Materna (2010) y Amar es Bendito (2013). Protagonizada por Susana Pampín (La Luz Incidente, La Flor) y Camila Plaate, el reparto se completa con Eva Bianco, Daniela Pal, Cristina Coll, Victoria Carreras, Mónica Gonzaga, Pipi Onetto, entre otros. La cinta fue presentada en la última edición del BAFICI, donde estuvo nominada al Premio al Mejor Montaje de la Competencia Argentina. La historia gira en torno a Iris (Susana Pampín), una señora que acaba de cumplir 50 años. Jackie (Eva Bianco), su pareja desde hace 23 años, decide armarle una fiesta sorpresa con el grupo de amigas que comparten. Entre los invitados se encuentra Maia (Camila Plaate), una joven tucumana que se vino a Buenos Aires para comenzar a estudiar ciencias políticas en la universidad. Maia es hija de Raquel (María Pessacq), vieja amiga de Iris, por lo que la cumpleañera no tiene problema en que la chica pase los primeros días en su casa hasta que consiga un lugar para alquilar. Luego de tener una conversación sobre las relaciones amorosas, Iris creerá que Maia, a pesar de la diferencia de edad, está enamorada de ella. De esta manera Iris se irá alejando cada vez más de Jackie y el hecho de sentirse deseada la hará meterse en bastantes problemas. Entre confusiones, el miedo a no ser correspondido, secretos y una idealización que va creciendo, Liliana Paolinelli construye sin ningún tipo de prejuicios una trama alrededor del universo femenino. Gracias a las naturales actuaciones de Susana Pampín y Camila Plaate, al espectador le resulta muy sencillo dejarse llevar por las situaciones que viven estas dos mujeres. La empatía se hace presente durante todo el metraje, en especial porque los personajes nunca dejan de ser reales, haciéndonos sentir que tranquilamente tanto Maia como Iris y sus amigas podrían existir en la actualidad. A través de mails y charlas cara a cara, las protagonistas desarrollan una relación que desde el afuera se ve de una forma muy distinta a lo que se piensa Iris. No obstante, la idea que va creciendo en la cabeza de Iris sigue siendo entendible ya que así actúa una persona que está enamorada: se obsesiona, no comparte sus sentimientos con su círculo más íntimo y cambia sus actitudes. El filme fluye sin problemas aunque en varias ocasiones puede llegar a sentirse que no está pasando nada relevante. Por otro lado, la directora también se permite jugar con el clima. En el comienzo, cuando Iris y Maia pasean en el autobús turístico por las calles de Buenos Aires, la luminosidad del Sol hace que todo se vea mucho más lindo. A medida que avanza la historia el cielo pasa a ser nublado y lluvioso, lo cual está relacionado con el estado emocional en el que se encuentran las mujeres en ese momento. Tan fresca como simple, Margen de Error se deja ver a pesar de contar con un desenlace muy poco satisfactorio en donde queda algún que otro cabo suelto que tranquilamente podría haberse cerrado con unos minutos más de metraje. No obstante, la película abre el camino a que más producciones nacionales aborden el lesbianismo desde una perspectiva 100% acertada: sin tabúes, natural y, por sobre todo, humana.
El crecimiento interior La Afinadora de Árboles (2019) es una comedia dramática dirigida y escrita por Natalia Smirnoff, siendo ésta su tercera película luego de Rompecabezas (2009) y El Cerrajero (2014). Coproducida entre Argentina y México, el reparto está compuesto por Paola Barrientos (El Peso de la Ley, El Jardín de Bronce), Marcelo Subiotto (La Fragilidad de los Cuerpos, Delfín), Diego Cremonesi (Un Gallo para Esculapio), Matías Scarvaci, Oliverio Acosta, Violeta Postolski y Cristina Maresca. La historia gira en torno a Clara Mains (Paola Barrientos), una autora e ilustradora de libros infantiles que estudió bellas artes y diseño gráfico. Casada con el abogado Francisco (Marcelo Subiotto), el cual también la representa en su labor, Clara acaba de ser galardonada con uno de los premios más relevantes dentro de la literatura infantil. Luego de la celebración, ella decide mudarse junto a su marido y sus hijos de 14 y 10 años a un campo cercano del Dique Luján, lugar donde vivió en su infancia. Al reencontrarse con su ex novio Ariel (Diego Cremonesi), que ahora es el carnicero del pueblo, y con Carlos, el hermano de éste último que en la actualidad es cura, Clara comenzará un proceso interior que la hará replantearse la vida que llevaba hasta ese momento. Intimista, personal y con bastante atención por el detalle, la nueva cinta de Natalia Smirnoff llega a la cartelera para plantearnos interrogantes sobre la idea del éxito y cómo es que se sigue luego de cumplir nuestros más anhelados sueños. El filme tiene una rareza especial ya que durante la mayor parte del metraje cuesta captar qué es lo que se nos quiere transmitir. Los sonidos del bosque junto a los extensos silencios consiguen sumergir a la protagonista en una etapa de su vida mucho más espiritual, conectándola con sus raíces y haciéndola pensar qué hubiera pasado si no se hubiera ido a vivir a Estados Unidos e Italia. Al volver al pueblo que la vio nacer, Clara se inspira para armar sus cuentos desde otro lugar mucho más terrenal y profundo. La película puede tornarse aburrida para gran parte del público porque en muchas secuencias da la sensación de que no va a suceder nada relevante o que lo que está pasando no aporta nada al tópico central. Por ejemplo, que la señora que limpia deje de trabajar y se deba buscar un reemplazo o que la hija de Clara vaya a una fiesta. Situaciones como estas solo parecen estar puestas para que la película llegue a determinada duración. Como protagonista, Clara puede tornarse indescifrable. No obstante su estado se justifica ya que ni ella sabe lo que quiere. Volver a charlar con su ex novio Ariel, reencontrarse con la madre de éste (con la que Clara siempre tuvo muy buena relación) y visitar el comedor de niños que mantiene Carlos, ahora convertido en cura, son momentos que a Clara la terminan transformando. Con sonidos armoniosos de instrumentos de percusión y secuencias animadas que representan la creatividad de la protagonista a la hora de armar un cuento infantil, La Afinadora de Árboles se cocina a fuego lento pero consigue que el espectador también conecte con la naturaleza. Además, la cinta deja pensando en que a veces las acciones más pequeñas (en el caso de Clara incentivar el arte en un comedor de chicos) dan mayor felicidad.
Busco encontrarme La Sequía (2019) es una película dramática nacional dirigida por Martín Jáuregui, que también participó del guión junto a Eduardo Spagnoulo y Luis “Hitoshi” Díaz. Protagonizada por Emilia Attias (Casi Ángeles, Cromo), la cinta es la primera en la historia del cine filmada en un 100% con energía solar en escenarios naturales de Fiambalá. Completan el reparto Adriana Salonia y varios actores catamarqueños. La historia gira en torno a Francisca Acosta (Emilia Attias), una actriz de telenovelas y modelo muy popular en las redes sociales que, al no soportar más la vida superficial que lleva, decide escapar al desierto. Casi completamente sola, Fran emprenderá un viaje a pie que la hará entrar en contacto con la naturaleza y encontrarse a sí misma. Con la mayoría del reparto compuesto por mujeres y teniendo un gran compromiso con el medio ambiente en todo momento, La Sequía tiene algo fundamental que necesita cualquier filme: buen contenido por desarrollar. Sin saber nada en un comienzo sobre quién es la protagonista, qué le pasó la noche anterior o hacia dónde se dirige, el director utiliza de una manera muy original las diferentes voces superpuestas como recurso para ir entendiendo qué es lo que pasa por la cabeza de Fran. Natural y con una mirada atrapante, Emilia Attias tenía un trabajo complicado por delante ya que su personaje aparece en el 99% del filme pero casi ni habla. No obstante la actriz está muy bien en su rol y desde sus gestos faciales nos resulta muy fácil entender su dolor, angustia, soledad y enojo. También es mérito del guión la empatía que se logra con ella, ya que éste nos da los detalles justos y necesarios para poder ponernos en su lugar. Los paisajes catamarqueños son pieza fundamental para la historia ya que actúan en contraposición de la vida bulliciosa que llevaba Francisca. El viento que levanta polvo, el fuerte Sol, la poca cantidad de árboles, el frío que llega junto con el atardecer y el cielo colmado de estrellas son solo algunos de los elementos naturales que le dan a la protagonista la simpleza que tanto andaba necesitando. Por otro lado, la presencia de Not (Adriana Salonia), mánager de Fran que en realidad es producto de su imaginación, nos hace captar cómo una persona famosa puede tenerlo todo y a la vez no ser feliz. La mujer, toda vestida de negro, solo intenta convencer a Francisca de que haga su regreso triunfal a los medios a través de declaraciones en la televisión, notas en revistas y publicaciones en Instagram con diversos hashtags. Desinhibida, popular y elocuente en su forma de expresarse, Not representa la burbuja que Fran quiere pinchar para escapar. Con una clara y contundente crítica al cholulismo y los medios de comunicación, La Sequía deja reflexionando al espectador sobre el lado oscuro de la fama, el cual está lleno de falsedad y presión. La temática resulta muy interesante y está muy anclada en la actualidad, ya que a los artistas no se los suele respetar como a cualquier persona. Aunque la voz en off del comienzo y final no llegue a convencer del todo, la cinta ecológica de Martín Jáuregui sirve para concientizar sobre la crueldad que existe en el mundo de la farándula, tanto por el lado de los periodistas como por el de los fanáticos más desquiciados.
La fugacidad del éxito Había una vez en… Hollywood (Once Upon a Time in… Hollywood, 2019) es una comedia dramática que constituye la novena película dentro de la filmografía de Quentin Tarantino. Coproducida entre Estados Unidos y Reino Unido, la cinta está protagonizada por Leonardo DiCaprio y Brad Pitt. Completan el reparto Margot Robbie (Yo Soy Tonya), Al Pacino, Austin Butler, Margaret Qualley (Novitiate), Rafal Zawierucha, Damon Herriman, Dakota Fanning (Now is Good), Maya Hawke (Stranger Things), Julia Butters, Bruce Dern, Timothy Olyphant, Mike Moh, entre otros. Los Ángeles, febrero de 1969. Rick Dalton (Leonardo DiCaprio), actor de series de televisión y películas de vaqueros, siente que su carrera decayó completamente al juntarse con el agente de casting Marvin Schwarz (Al Pacino) y recibir la recomendación de interpretar nuevos roles dentro de producciones italianas western. Vecino de Sharon Tate (Margot Robbie) y del prestigioso director Roman Polanski (Rafal Zawierucha), Rick le contará sus preocupaciones más personales a su mejor amigo Cliff Booth (Brad Pitt), el cual aparte de ser su doble de acción en el trabajo también se encarga de las peticiones del artista. A su vez, Cliff se vinculará con Pussycat (Margaret Qualley), una joven hippie que lo llevará a conocer el rancho Spahn, lugar donde vive con las demás personas que comparten ese estilo de vida. El noveno filme dirigido y escrito por Tarantino funciona como una carta de amor a la manera de hacer cine en la década del 60. El vestuario, los autos, el set de rodaje y los planos de carretera estéticamente lucen espectaculares, generando una nostalgia genuina al darnos cuenta que películas de este estilo ya no se realizan en la actualidad. Con Había una vez en… Hollywood el espectador se convierte en testigo del detrás de escenas, en especial porque la cinta cuenta con un montón de secuencias de Rick Dalton en diversas series de tv y filmes de cowboys. Como una película dentro de otra película, los más cinéfilos disfrutarán al ver cómo Dalton se transforma en su respectivo personaje, otorga a sus líneas de diálogo toda la emoción posible, improvisa o incluso se olvida lo que tenía que decir. Tarantino se toma su tiempo para presentar a sus dos protagonistas, los cuales comparten una camaradería increíble en pantalla. Mientras que el Cliff de Brad Pitt deja un halo de misterio durante todo el metraje con respecto a sus años pasados, el Rick de DiCaprio consigue generar mayor empatía gracias a que sabemos exactamente lo que siente: una inutilidad que se acrecienta cada vez más al estar encasillado en el rol de villano y no tener oportunidades laborales de más renombre. Las escenas en las que Rick habla consigo mismo alentándose para dar una buena interpretación resultan las mejores del filme, así como también los momentos que Rick comparte con una niña actriz. Llenísima de referencias culturales, la película puede tornarse relativamente extensa ya que no tiene un conflicto definido. Más que una trama con comienzo, problema y desenlace Había una vez en… Hollywood es una recopilación de situaciones que homenajean a Los Ángeles. Por lo que si vas a ver este filme esperando que se profundice sobre el asesinato de Sharon Tate vas a salir muy decepcionado. No solo los hechos verídicos no se muestran como sucedieron sino que nunca llegamos a conocer bien quién era esta actriz. A Margot Robbie el guión no la ayuda ni un poco ya que sus escenas se limitan a mostrarla bailando, invitando a amigos a su casa o yendo al cine a verse a ella misma en la pantalla grande. Nunca se nos da la chance de conocer qué es lo que piensa o si está contenta con su matrimonio. En conclusión, Había una vez en… Hollywood cuenta con buenísimas actuaciones protagónicas, una fotografía deslumbrante y un diseño de producción glorioso. Los fanáticos de Tarantino sabrán apreciarla más, sin embargo los que no están tan familiarizados con el tipo de cine que realiza este director se encontrarán con un filme que carece de un hilo conductor. Con escenas de suspenso bien construidas pero que no llevan a nada, el desenlace será amado por algunos como odiado por muchos otros.
Lealtad cambiante Anna (Estados Unidos, Francia, 2019) es un thriller de acción dirigido, escrito y producido por Luc Besson (Nikita, El Perfecto Asesino). Protagonizado por la modelo rusa Sasha Luss, que ya había tenido un papel secundario en la anterior película de Besson, el reparto se completa con Luke Evans (La Bella y la Bestia), Cillian Murphy (Vuelo Nocturno), Helen Mirren, Lera Abova, Andrew Howard (Sin Límites), Eric Godon, Alexander Petrov, entre otros. Rusia, 1985. Un cazatalentos camina por las calles repletas de negocios hasta que se topa con Anna (Sasha Luss), una joven vendedora de mamushkas. Al notar su belleza inigualable, el hombre le propone un viaje a París para convertirse en modelo. Anna acepta sin dudarlo. Luego de conocer el nuevo lugar donde vivirá y de hacer varias sesiones fotográficas, el jefe de Anna le presenta en una fiesta nocturna a Oleg (Andrew Howard), socio de la compañía. Cuando Anna accede a tener un encuentro privado con Oleg, las verdaderas intenciones de la rubia se harán presentes, las cuales no tienen nada que ver con lo que pensaba el empresario. Reciclando ideas de sus anteriores películas y con reminiscencias a Red Sparrow (2018), el vigésimo filme de Luc Besson podría durar mucho menos de dos horas si no le tomara tanto el pelo al espectador. Cada vez que en la trama sucede algo “sorpresivo”, la pantalla pasa al negro y retrocede tres años para explicarnos por qué Anna actuó de esa manera. Esto no sería problema si ese recurso se utilizara en la medida justa, sin embargo aquí el “3 años antes” sucede todo el tiempo, siendo demasiado repetitivo y no permitiendo que el espectador pueda tomarse en serio a la historia. Con un guión lleno de diálogos inverosímiles que llegan a dar vergüenza ajena, al director no parece importarle que sus personajes tengan un buen desarrollo narrativo. A pesar de que la protagonista tiene un trasfondo y luego fuertes deseos de libertad y protección, la misma nunca llega a ser creíble en su rol, notándose que no tiene experiencia en la actuación. Por otro lado, resulta imposible creerse que esta mujer rusa es tan ágil, rápida y fuerte, ya que nunca se nos la muestra teniendo el respectivo entrenamiento. Redundante en sus explicaciones, Anna es un cliché tras cliché de películas en donde las agencias de gobierno enemigas se disputan el poder y una persona va cambiando sus lealtades de acuerdo a lo que le conviene. Inexplicable como es que actores de la talla de Helen Mirren o Cillian Murphy se prestan a tan flojo guión. Aunque tiene alguna que otra buena escena de acción, el nuevo filme de Besson es el claro reflejo de que, en estos tiempos, las ideas originales escasean.
Recuperar lo que les pertenece La Odisea de los Giles (2019) es una comedia dramática basada en la novela La Noche de la Usina, de Eduardo Sacheri (el cual también participó en el guión). Coproducida entre Argentina y España, la cinta está dirigida y co-escrita por Sebastián Borensztein (Un Cuento Chino, Kóblic). El reparto está conformado por Ricardo Darín, Luis Brandoni, Chino Darín, Carlos Belloso, Daniel Aráoz, Verónica Llinás, Rita Cortese, Marco Antonio Caponi, Andrés Parra, entre otros. La película va a participar en la Sección Oficial del Festival Internacional de Cine de San Sebastián (fuera de concurso) y también tendrá su premiere en la sección Special Presentations del Festival Internacional de Cine de Toronto. Año 2001, en un pequeño pueblo de la provincia de Buenos Aires. Un grupo de amigos decide invertir en una cooperativa para incrementar la actividad agrícola de la zona y dar empleo a varios habitantes de allí. Así es como el ex jugador de fútbol Fermín Perlassi (Ricardo Darín), el mecánico Antonio Fontana (Luis Brandoni) y el encargado ferroviario Belaúnde (Daniel Aráoz) se ponen manos a la obra para incentivar a los vecinos a que hagan un aporte de dinero para que esta gran idea pueda llevarse a cabo. Cuando la cantidad de billetes reunidos ya es suficiente, Fermín, manipulado por el gerente del Banco Central, deposita el efectivo en una caja de ahorro. Con la llegada del Corralito, los amigos pierden todos los ahorros que tanto les costó juntar. Tiempo después, Fermín, Antonio y Belaúnde descubren una bóveda en pleno campo que pareciera contener el dinero que les fue arrebatado. De esta manera estos tres hombres formarán equipo con los demás vecinos que también se quedaron sin nada y juntos idearán un plan para recuperar lo que les pertenece. Con un reparto numeroso y una temática muy argentina (la crisis del 2001), La Odisea de los Giles se alza como uno de los estrenos nacionales más importantes del año. La película contiene un buen equilibrio entre escenas dramáticas y momentos cómicos, donde se hace muy sencillo empatizar con el grupo de amigos que se rebela contra el sistema. Honestos, trabajadores y con una pizca de ingenuidad, el equipo conformado casi en su totalidad por hombres es el claro reflejo de que en la vida nunca hay que bajar los brazos, en especial ante las injusticias. Cada integrante del reparto tiene el tiempo justo en pantalla para desarrollar un trasfondo y lucirse en las respectivas líneas de diálogo. No obstante hay dos personajes a los que les tocó la mayor cantidad de chistes y llega a notarse el abuso de la cuota cómica en ellos, generando que cada vez que les toca decir algo ya deje de sentirse natural. Por lo demás, el elenco cumple y entretiene gracias a la dinámica y química que supieron construir. Un gran despliegue en la producción, música que encaja de manera perfecta y una historia de fácil comprensión (no solo para los argentinos) hacen que La Odisea de los Giles se convierta en una película plenamente disfrutable. Aunque su escena post-crédito sea de mal gusto y bastante innecesaria, el nuevo filme de Borensztein se consolida como uno de los mejores dentro de su carrera como director.
La tregua Angry Birds 2 – La Película (The Angry Birds Movie 2, 2019) es un filme infantil cómico y de aventuras que constituye la secuela de la cinta animada Angry Birds, estrenada en 2016. Basada en el videojuego del mismo nombre, la película está dirigida por Thurop Van Orman y escrita por Peter Ackerman. Las voces originales vuelven a ser puestas por Jason Sudeikis, Bill Hader, Josh Gad, Danny McBride, Peter Dinklage y Maya Rudolph. Además, se agregan nuevos personajes a los que ponen la voz Leslie Jones, Rachel Bloom, Sterling K. Brown, Eugenio Derbez y Awkwafina. En la versión argertina, el actor Darío Barassi pone la voz al personaje Garry. Luego de los eventos ocurridos en el primer filme, la Isla Pájaro se encuentra en orden y mantiene un gran respeto por Red (Jason Sudeikis), el cual ayuda constantemente a que las amenazas que llegan desde Isla Cerdito no sean un problema. Con la repentina caída de una bola de hielo en el mar, el cerdo Leonard (Bill Hader) decide pactar una tregua con los pájaros para así poder resolver juntos la procedencia de estos elementos helados. Unidos, pájaros y cerditos deberán viajar hasta la Isla Águila y detener a Zeta (Leslie Jones), ave que está cansada de vivir en el frío. Estamos ante otra secuela innecesaria apuntada a un público plenamente infantil en donde abundan los chistes basados en los movimientos de los personajes, sus bailes o tropiezos. Aunque tiene un comienzo aceptable, rápidamente la película se vuelve inaguantable para los más grandes ya que la historia deja muchísimo que desear. Teniendo en cuenta que la primera entrega no era la gran cosa pero se dejaba ver, ésta segunda parte ni siquiera tiene un conflicto que valga la pena. Sin tener una mejor idea, el guionista decide agregar una subtrama que gira alrededor de tres polluelos en busca de proteger a tres huevos (sus hermanitos próximos a nacer). Como es de esperarse, a esos huevos les termina pasando de todo y, en vez de entretener al espectador, lo único que se consigue es notar las grandes similitudes que existen entre los pajaritos y la desesperada ardilla Scrat, la cual hacía lo imposible por recuperar su bellota en las películas de La Era de Hielo (Ice Age). El grupo conformado por Red, el veloz Chuck y el explosivo Bomb vuelve a estar presente pero lamentablemente se ve opacado por otros personajes tales como un ave ingeniera llamada Silver (Rachel Bloom) o Garry (Sterling K. Brown), un cerdito científico con artefactos que no dan buenos resultados. Estos nuevos integrantes no dejan espacio suficiente para que Matilda (Maya Rudolph) o el enorme Terence (Sean Penn) se luzcan como sí lo hacían en el primer filme. Con claros mensajes sobre aprender a trabajar en equipo y dejar el ego e individualismo de lado, Angry Birds 2 – La Película nunca debería haber existido. Muy disparatada y con solo dos o tres situaciones graciosas que dan resultado, esta cinta meramente infantil está destinada al olvido.
Renunciar no es opción Mi Amigo Enzo (The Art of Racing in the Rain, 2019) es una comedia dramática dirigida por Simon Curtis (Mi Semana con Marilyn, Goodbye Christopher Robin) y escrita por Mark Bomback. Está basada en la novela homónima de Garth Stein, la cual fue publicada en 2008 y se mantuvo como best seller del New York Times durante 156 semanas. Producida por el actor Patrick Dempsey, el reparto está compuesto por Milo Ventimiglia (Gilmore Girls, This Is Us), Amanda Seyfried (Cartas a Julieta, Mamma Mia), Ryan Kiera Armstrong, Martin Donovan, Kathy Baker, Andres Joseph, Gary Cole, entre otros. La voz del can es puesta por Kevin Costner. Desde los ojos del golden retriever Enzo, el cual es un firme creyente en que cuando muera reencarnará en un humano, seguiremos la vida de Denny Swift (Milo Ventimiglia), un corredor de autos profesional que también da clases sobre automovilismo. De esta manera seremos testigos de cómo Denny encontró al amor de su vida, el casamiento, la paternidad, los problemas con sus suegros, entre otros tantos sucesos. La mayoría de películas que incluyen a perros nos llegan al corazón y esta no es la excepción, más teniendo en cuenta que Enzo es el protagonista absoluto de la historia. Con Kevin Costner a cargo de poner en palabras cada pensamiento y presentimiento de Enzo, resulta imposible no embarcarse de lleno en el filme ni bien comienza. El guión logra darle al can una forma de ser muy humana, a la vez que los diferentes animales que se usaron para representar a Enzo, sin ningún tipo de CGI, consiguen por su mirada o movimientos encariñarnos cada vez más con este personaje. No obstante al filme desde su póster se lo está intentando vender como que es la opción ideal para ver con toda la familia, lo que termina no siendo del todo acertado. Aunque en la cinta tiene mucho peso la unión familiar y hay bastantes risas, los momentos dramáticos son mayores, lo que genera que haya ciertas escenas muy duras de ver para los más chicos. Algunos golpes bajos son de lo más trillados y otros están mejor manejados, por lo que ésta se convierte en una película en la que es inevitable derramar algunas (o bastantes) lágrimas. Tanto Milo Ventimiglia como Amanda Seyfried otorgan buenas interpretaciones, sin embargo el que se lleva todos los laureles es Enzo, el cual es nombrado así en honor al italiano Ferrari. Su accionar crea una conexión con el espectador que irremediablemente hará pensar en las mascotas que tenemos y las que ya no están con nosotros. Con un sorpresivo giro final que está cargado de esperanza y optimismo, Mi Amigo Enzo logra enternecernos, alegrarnos y, por sobre todo, emocionarnos. El filme nos hace reflexionar sobre cómo en la vida, con sus momentos buenos y los más malos, no hay opción de renunciar sino que hay que seguir siempre adelante. Incluso aunque no seas amante de los perros, no te vas a arrepentir de ver el dulce pero duro recorrido de Enzo y la familia Swift.
Mujeres a cargo Las Reinas del Crimen (The Kitchen, 2019) es un drama policial de crimen y acción que constituye el debut en la dirección de Andrea Berloff, la cual también estuvo a cargo del guión. Basado en los DC cómics del mismo nombre escritos por Ollie Masters y Ming Doyle, el filme cuenta con los protagónicos de Melissa McCarthy, Tiffany Haddish y Elisabeth Moss. El resto del reparto incluye a Domhnall Gleeson, Myk Watford, Wayne Duvall, Common, Margo Martindale, Brian d’Arcy James, Annabella Sciorra, Bill Camp, James Badge Dale, Jeremy Bobb, entre otros. Nueva York, año 1978. Cuando sus esposos gángsters son mandados a prisión por el FBI, Kathy (Melissa McCarthy), Ruby (Tiffany Haddish) y Claire (Elisabeth Moss) deberán arreglárselas solas. Al notar que la cantidad de dinero que les llega desde la mafia es insuficiente para subsistir, además de que no tienen estudios para obtener un trabajo ya que se pasaron sus vidas cuidando a sus hijos o atendiendo a sus maridos, a las tres mujeres se les ocurre meterse en ese mundo criminal. De esta forma, Kathy, Ruby y Claire pasarán a tener el control de Hell’s Kitchen, barrio de Manhattan que en esa época se caracterizaba por la sangre, muerte y violencia. La ópera prima de Andrea Berloff se asemeja a un regalo que por su tamaño y envoltorio parece que será grandioso pero que al abrirlo resulta que no es nada del otro mundo. Las Reinas del Crimen por su sinopsis da la sensación de una historia atrapante llena de poder femenino, sin embargo luego de pasados varios minutos la trama se vuelve completamente aburrida y como que nunca termina del todo de arrancar. Aunque se da un trasfondo mínimo de cada protagonista, como grupo no funcionan: no solo no nos llegamos a interesar por ninguna, sino que cada personaje se vuelve muy olvidable incluso antes de que empiecen a caer los créditos. Sin tener un buen planteo y desarrollo del conflicto, la directora y guionista ni siquiera se esmera en mostrarnos qué es lo que hacen estas tres mujeres en el mundo de la mafia. Solo las vemos ingresar en negocios del barrio tales como una peluquería o verdulería y salir con un sobre lleno de dinero. Hay varios crímenes y cuerpos que deben hacer desaparecer, pero Berloff parece no saber decidirse por cuál es la problemática central, lo que genera que el espectador en muchas ocasiones sienta que no está ocurriendo nada relevante. Por otro lado, la película es muy hablada. Los personajes se la pasan manteniendo conversaciones que, si fueran interesantes, serían un acierto, pero aquí eso no sucede. De esta forma el filme llega a sentirse mucho más largo que su hora y cuarenta minutos de duración, logrando que ningún giro narrativo o muerte llegue a sorprender del todo. Plana e insulsa, Las Reinas del Crimen se convierte en una buena premisa súper desperdiciada. Andrea Berloff para la próxima debería tener en cuenta que una mujer no solo es fuerte y poderosa por saber usar un arma de fuego.
El incorregible Dogman (2018) es una película dramática italiana dirigida y co-escrita por Matteo Garrone (Gomorra). Inspirada en hechos reales ocurridos en un suburbio pobre el 18 de febrero de 1988, el reparto está compuesto por Marcello Fonte, Edoardo Pesce, Alida Baldari Calabria, Nunzia Schiano, Francesco Acquaroli, Adamo Dionisi, entre otros. La cinta fue seleccionada para competir por la Palma de Oro en el Festival de Cannes, lugar en donde Marcello Fonte recibió el premio de Mejor Actor. La historia se centra en Marcello (Marcello Fonte), un peluquero canino en el barrio de Magliana que le vende droga a su corpulento amigo Simone (Edoardo Pesce), ex boxeador y criminal reincidente. Marcello está separado pero mantiene una buena relación con su hija Alida (Alida Baldari Calabria), con la cual comparte viajes y competencias de peluquería para perros. No obstante, la violencia de Simone para que Marcello le venda más cocaína o para que se una en los robos de joyas (metiéndose en casas por la noche) irá en aumento, llegando a que prácticamente Simone obligue a su amigo a que le dé la llave de su negocio para poder meterse en el local de al lado que se dedica a la venta de oro. De esta manera, Marcello poco a poco descenderá a los infiernos: cansado de esta relación de amistad ultra tóxica, el amante de los animales tratará de hacer justicia por mano propia. Con detalles que hacen recordar al cuento bíblico de David contra Goliat, en esta película Garrone nos presenta a un protagonista flaco, de baja estatura y buenas intenciones, que se lleva bien con sus vecinos y ama su empleo. Por otro lado está Simone, cocainómano robusto con el que es imposible razonar: cuando a Simone se le mete una idea en la cabeza, él hace lo que sea para llevarla a cabo, muchas veces utilizando la violencia para intimidar al prójimo y obligarlo a que accione como él quiere. Con semejantes personajes que se desenvuelven por un barrio decadente, el director consigue que la película sea sumamente atrapante, logrando que los 102 minutos de duración se pasen volando sin siquiera sentirse. La cinematografía, a cargo de Nicolai Brüel, abarca de manera amplia el vecindario marginado donde se desarrolla la trama. Con poca luz, cielo nublado y viento, la ambientación se contrasta con la relación de opresión que vive Marcello. También tenemos varios planos centrados en su cara, en donde el actor Marcello Fonte demuestra con sus expresiones y forma de mirar por qué es el gran merecedor del premio a Mejor Actor en Cannes. A pesar de que el protagonista cometa varios errores, el espectador logra empatizar con él, lo que hace dar cuenta de cuán bien está construido su personaje. Totalmente crédulo, ingenuo y esperanzado, al final del día Marcello solo busca volver a ser aceptado y respetado por sus propios vecinos, sin darse cuenta que esa confianza que anhela recuperar nunca la tuvo en primer lugar. Aunque Dogman contenga escenas físicas violentas, el director prefirió centrarse más en la violencia psicológica que ejerce el dominante e incontrolable Simone. Con un último acto que puede considerarse precipitado en comparación al primero, la película plantea una problemática social interesante que invita a preguntarnos: ¿cuál es la solución ante un hombre incorregible que por ningún medio puede ser domesticado?