Nuestra función para prensa de la película El Hombre Invisible fue en realidad en la Avant premiere que se realizó en la sala Imax tan solo un día antes del estreno. Digo esto solo para mencionar que esta crítica se está haciendo con el film recién digerido, algo que sirve para poder expresar las sensaciones que llegó a provocar un rato después de haber salido de la sala. Si bien es una realidad que la trama suena bastante loca como que un hombre encuentre la forma de volverse invisible para acosarte y torturarte de formas poco imaginable, pero la cosa resulta bastante bien. Esto se debe primero a una actuación entregada de Elisabeth Moss, y un manejo de la tensión tan bien logrado que sobrepasa lo inverosímil. Una de las grandes virtudes que tiene el film, es como logra mantener el suspenso y la acción de una forma equilibrada, que el espectador queda enganchado aunque cueste creer algunas cosas que sucede. Es así como la historia comienza con el personaje de Moss intentando huir de su hogar, escapando de una aparente relación violenta de la que parecía no tener salida. Si bien al principio parece que se trata de las secuelas de una relación con violencia de género, las cosas luego se empiezan a ver un poco más raras. La excusa es que este hombre controlador y violento era un famoso emprendedor e investigador del rubro de la óptica, y es así como logra crear un traje que lo hace invisible a los ojos. Si, la cosa suena más como para un film de clase B, y el querer mostrarlo como una propuesta más seria o realista, a veces termina estropeando la calidad de un film. Y quizá esto sucede en cierta medida, vemos que las cosas no son del todo verosímiles, que hay algunas lagunas en el desarrollo de la trama, pero que si nos centramos en el drama de la protagonista, la experiencia es sumamente atrapante y entretenida. Por suerte el film sabe manejar muy bien los ritmos en el que se presenta el suspenso, la acción y la evolución de los personajes, aunque hacía el final la resolución se vaya diluyendo en relación a la trama construida. Cómo quería tratar de aclarar en el primer párrafo, no es una historia perfecta pero aún así funciona y se disfruta. Uno de los principales motivos de este disfrute viene desde lo actoral, y es Elisabeth Moss la gran protagonista, ya que es el foco de atención desde el lado del sufrimiento que vive y del lado del acoso que tenemos de este hombre invisible. Puede que también los motivos por el cual el personaje huye se quede sin algunas respuestas, ya que sabemos un poco sobre la violencia doméstica tiene que ver, y que claramente es un motivo para escapar, pero en el inicio nos da a entender que los motivos eran mucho más que ello y lamentablemente no se termina de responder. En cuanto a los personajes secundarios, logran lucirse algunas actuaciones como las de Storm Reid, Aldis Hodge, al menos con aportes repentinos que completan al personaje principal. Quizá quien no queda muy bien parado es Oliver Jackson Cohen, ya que su personaje sabe a poco teniendo en cuenta el protagonismo que tiene desde las sombras o la invisibilidad… La dirección de Leigh Whannell sabe manejar con precisión los ritmos que la historia requiere, esto se lleva a cabo a través de planos bien implementados en la persecución del la víctima desde la cámara, evitando el abuso de sustos como en las películas de terror. Los efectos del hombre invisible se sienten muy bien desde su diseño (obviamente cuando lo puedes ver) y a través del sonido, que nos envuelve en su escenario. El hombre invisible es una película muy bien lograda desde la experiencia que brinda al espectador, que es dar una película que cautiva desde el suspenso y el drama psicológico de su protagonista. Todo no es color de rosa, más bien algunas cosas se ven invisibles, como la respuesta a la acción de los personajes y que la historia sobrepasa lo hilarante en un momento. Aún así, debido a la gran actuación de Elisabeth Moss y toda la tensión que nos genera, es una película que es sumamente atrapante si te olvidas un poco de lo verosímil. Calificación 7.5/10
¿Qué oscuros secretos esconde en sus profundidades? ¿Qué tesoros de la historia yacen en su piso? ¿Cuán vasto es, y qué tantos recursos puede otorgarnos? ¿Hay vida aún desconocida? El género survival es uno que ha ido ganando tracción en la producción hollywoodense debido a su fácil adaptación en el mercado. De una narrativa bastante similar entre sus distintos productos, destaca por su alta inversión en efectos especiales y en alguna que otra personalidad del star-system que lleve audiencia a las salas. En la mayoría de los casos entrega un film mediocre. En otros, uno digno de aplaudir. Otros se quedan en un puesto intermedio. Como el último trabajo de William Eubank. En búsqueda de recursos, la compañía TIAN taladra a siete millas de profundidad de la Fosa de las Marianas. Pese a las advertencias, lo peor ocurre y la base subacuática comienza a implosionar. Seis empleados, al mando del Capitán Lucien y la ingeniera mecánica Norah Price, dan inicio a un arriesgado plan que les permita llegar a salvo a la superficie. Pero ni derrumbes, ni problemas de oxígeno o presión los puede preparar para el mayor problema: lo desconocido. Si la película suena conocida, es porque probablemente lo sea. Hay un gran esfuerzo de parte de Brian Duffield y Adam Cozad para que su guión no pase al olvido entre sus congéneres. Aun así, los puntos de giro y el carácter de ciertos personajes permiten dar con un patrón que posibilite al espectador saber lo que se viene. Es, sin embargo, un esfuerzo digno de notar en el apartado técnico. Las tomas subacuáticas ya son suficientemente complicadas en condiciones normales, pero dar con una que efectivamente retrate la falta de luz, de esperanza, característica del piso marino, es admirable. La cinematografía de Bojan Bazelli, con una gran predominancia de los verdes fríos, se disfruta bastante. Eubank logra dar algunos momentos verdaderamente atractivos en el género en cuanto a la desenvoltura de la acción. Aún con todas las ineptitudes del guión, se nota la mano de un cineasta con mucho camino por delante. Sumado a la fantástica banda sonora de Marco Beltrami y Brandon Roberts, el resultado es una trepidante y asfixiante batalla por la vida. El elenco da lo mejor de sí a sabiendas de las trabas del género. Stewart, experimentada en el cine independiente, parece haber encontrado un balance para darle a su Norah algo más interno con lo que trabajar, haciendo caso omiso del evidente conflicto con el entorno. J. Miller es Paul Abel, el mismo tipo de comic-relief al que nos acostumbró gracias a “Sillicon Valley” y “Deadpool”, y Vincent Cassell está automatizado a la función de autoridad lúcida y sagaz en la figura del Capitán Lucien, aquel que el argumento demanda. Sobresale Jessica Henwick con su Emily Haversham, la pata más débil de equipo. En contraste con los demás, tiene mejor material con el que trabajar, y Henwick lo aprovecha al máximo con cada una de las horrorosas y traumáticas situaciones en las que cae el grupo. La audiencia deberá prepararse para respirar profundo y no mirar demasiado en los detalles. Puede que “Underwater” sea la experiencia terrorífica que todos imaginamos cuando pensamos en el fondo del mar, pero hace un gran esfuerzo por llegar ahí.
Y de eso se impregnan los fotogramas de esta película, que nos grita en la cara que quien tiene el poder, generalmente abusa del mismo. Lo quiere todo, porque piensa que puede tenerlo todo. Bombshell, es una película basada en hechos reales. Al principio, se nos anuncia que la película menciona nombres reales y que, en algunos casos, los nombres de las personas fueron modificados, como también algunas situaciones para ajustarlas al guión. La película se centra en las denuncias por acoso sexual que caen sobre Roger Ailes, el fundador de Fox News y cómo muchas de sus empleadas mujeres que fueron sus víctimas, buscan sacar adelante la verdad, enfrentando a toda una cadena y a una parte del país que se identifica con lo que Roger Ailes representaba. Esto ocurrió en el año 2016, previo al movimiento #Metoo y las declaraciones de acoso sexual que las actrices realizaron contra el dueño de Miramax, Harvey Weinstein. Somos testigos, de cómo estas mujeres, la presentadora Gretchen Carlson (Nicole Kidman), la periodista estrella Megyn Kelly (una excelente actuación de Charlize Theron), y la periodista principiante y personaje que no pertenece a la historia real, Kayla Pospisil (Margot Robbie) forman parte de la denuncia de acoso sexual al fundador de Fox News, Roger Ailes (Un gigante y oculto detrás del maquillaje John Lithgow). Generalmente cuando estamos frente a una película basada en hechos reales, se genera una necesidad de querer saber la verdad detrás de los hechos expuestos. Mas si uno desconoce la historia y los personajes involucrados. En este caso, falta compromiso. Hay una mano blanda detrás de la dirección que hace titubear el concepto, a pesar que el barco llegue a buen puerto. Es un viaje que puede ser agradable para un espectador de telenovelas vespertinas, pero no termina de ajustar las tuercas para dejar bien en claro el mensaje de la historia. Además, hay recursos de dirección que no se justifican (hablo de esa primera parte con personajes hablándole directamente al público – Se le llama romper la 4ta pared – que no aparece nunca más en el resto del metraje). En cuanto a las actuaciones, por momentos no logran llegar a transmitir lo que le pasaba a las victimas de este siniestro personaje. Hay una sensación de acartonamiento de los actores, a pesar de grandes actuaciones de Charlize Theron y John Lithgow. Da la sensación que con más detalle y compromiso por parte de todos los implicados, podría haber sido una mejor película.
La maldición renace es una película que sigue los pasos de su predecesora más conocida como The Grudge (Traída aquí como El grito o la maldición) , que nos trae al espíritu de turno importado desde Japón. Este espíritu extranjero quiso alojarse en una casa de los estados unidos para atormentar a cualquiera que cruce sus puertas. Es así como somos presente de un film con muchos saltos temporales y no tantos sustos. En resumen, una maldición surge cuando alguien muere en una situación extrema de ira o pena, y está maldición persigue a quien se le atraviesa hasta la muerte. Es así como la maldición proveniente de Japón decide tomarse un viaje a los estados unidos con una mujer que escapa del país por el espíritu que la atormenta. Pero resulta que esta mujer trajo consigo al espíritu en el vuelo y sin declararlo en la aduana, así que cuando llega a su casa, ese lugar es testigo de un crímen que seguirá atormentando en el futuro. Y es en ese futuro o en el mismo presente, cuando una policía un poco pasada de curiosa entra en la casa por la investigación de un caso que aparentemente está conectado con el crimen de años atrás. Y de este modo, revivimos todos los hechos que sucedieron con la gente que puso los pies en esa casa y fueron maldecido , para tratar de entender lo que le pasa a la protagonista en el presente. El film es un conjunto de historias un poco enredadas y que al final no llega a dar muchas respuestas, si algunas dosis de sustos que no terminan de funcionar. El film tiene una ejecución interesante, al menos en la forma en que se narran los hechos, pero es tan lento y vacío el contenido que termina provocando algunos bostezos. Los añadidos que tiene la película para entrar en el género de terror parecen estar sacados de una guía para directores que quieren hacer películas de miedo, que van desde los recursos del espíritu que te persigue a paso lento, el truco de cerrar los ojos para no tener miedo, la visita al psiquiátrico para terminar de creer lo que pasa y demás. Así que no es una mala película, tal vez si bastante genérica, con un buen apartado técnico, pero que no termina sobresaliendo. La maldición renace es una película que nos trae la historia de personas perseguidas por una maldición, que tiene una forma interesante de narrar los hechos pero que no termina cumpliendo su función, mantener al espectador intrigado y dar algo de miedo. Una pena que Sam Raimi este detrás del proyecto en la producción, porque con algo de su influencia, esto quizá hubiese sido más interesante y menos genérico. Calificación 4/10
De una gran cantidad de personas, pero asimismo de pocos usuarios. Políticas, religiones, dinero y estatus intervienen en el camino. En acatadas condiciones se hace por demás complicado hacer uso autónomo y consciente de dicho talento. Siendo un niño, la tarea se vuelve más ardua. No hay medida que valga para que la dote se vea aprovechada por personas ajenas a uno, sea cual sea la intencionalidad de este tercero. Es noticia común enterarse, partiendo de tal precepto, cómo esa otrora joven promesa se acaba deteriorando en un mar de adicciones y excesos. La pubertad nunca es atravesada con soltura ya que desde afuera se obliga al joven a asumir responsabilidades ya propias de la adultez. La presión se vuelve demasiada e inician discretamente los problemas. Hasta que ya no son discretos, Corre el año 1968 y la artista Judy Garland no atraviesa un buen momento. Sin hogar propio, con pocas ofertas laborales en su país y un ex-esposo insistiendo por la custodia de sus hijos, las opciones no son demasiadas. Una agente sugiere una serie de conciertos en Londres, donde aún es muy amada. Con pesar y tristeza, Judy se lanza a la oportunidad. Basado en la obra teatral “End of the Rainbow” de Peter Quilter, el guión de Tom Edge se sostiene ante todo en el enorme personaje que fue Judy Garland. Haciendo uso de algunas secuencias de flashback para dar más contexto a sus espectadores y una exploración bien resumida de la luz y oscuridad presente en la artista, el trabajo de Edge es uno bien contrastado. No hay una gran lección al final del arco iris. Es una historia de fortaleza, de cómo perdurar y mantener algo de esperanza a un mejor mañana. El opresivo pasado de Judy es uno que la sigue acosando y la mantiene al margen de sus iguales. Claramente no es una adolescente para echar culpas a alguien, pero su camino no es uno que le haya permitido tener una adultez plena. A los hombros de una enorme Renée Zellweger, Judy brilla como cantante e interlocutora, tanto privada como públicamente. Zellweger logra mantener los propios demonios de la actriz a raya lo suficiente para que se pueden vislumbrar aún en tales situaciones, más no sin que esto haga sus estragos internos. Es angustiante ver el declive de la famosa actriz, pero la otrora Bridget Jones hace de todo para que el arco iris siga visible. Vale destacar también el trabajo de Darci Shaw como una joven Judy, y la imponente figura de Richard Cordery como el polémico Louis B. Mayer. Hay un sobrio trabajo en la dirección de Rupert Goold, pero su falta de experiencia pasa por alto con el excelente desempeño del departamento artístico. El despliegue visual para retratar los fines de los sesenta se puede apreciar tanto en el inicio en Estados Unidos hasta las frías calles de Londres. Luz, maquillaje, peinados, indumentaria y ambiente convergen para tener la mejor perspectiva posible de lo que pudieron ser los shows en tal época. “Judy” no quedará en los anaqueles como una excelente película, pero sí como un grato recuerdo de quien fue una de las mejores artistas de su generación, y las consecuencias que acarreó por ello.
Luego de filmar la versión cinematográfica de Les Miserables, el director Tom Hooper se embarca en la difícil tarea de adaptar uno de los musicales compuesto por Andrew Lloyd Webber , Cats. En nuestro país, la película llegó luego del estreno en Estados Unidos y otros países, donde el film fue realmente vapuleado por la crítica, colocándolo como uno de los peores films del año (estrenó a finales del 2019). Si bien no es el gran desastre cinematográfico (Al menos es mejor que el esperpento de Los Ángeles de Charlie) pero aún así estamos ante una película decepcionante debido a la dificultad de adaptar la obra musical a un carácter cinematográfico, además de fallos en sus aspectos técnicos y en el propio cast. Quizá en el caso de les miserables, la cosa resultó mucho más airosa, ya que se trataba de un relato más apegado a la realidad, o al menos relacionado a un momento histórico, además de que es un producto diferente más allá de su propuesta musical. La cuestión es que en Cats, básicamente los personajes son humanos representando a gatos, algo muy parecido como cuando las personas hacían de monos en el planeta de los simios, como para hacerse una imagen. Si bien en la puesta musical, los actores subían a escena como gatos con el uso de vestuario y maquillaje, en este caso se usan actores pero también empleando el CGI para llegar a la forma gatuna. Quizá esta es una de las grandes fallas de la película, porque no logra darnos una imagen precisa de nos quieren vender como personajes, dando una realidad muy difusa entre la cara de los actores y su desproporción con lo creado por computadora, además de que en los actores secundarios se les nota la falta de ganas en los diseños . Lo que también llega a fallar, es la forma en que intentan trasladar el lenguaje musical al cinematográfico, ya que tenemos momentos que cuentan con interesantes coreografías, pero que la cámara se pierde enfocando primeros planos cuando lo que realmente importa es todo el ensamble. Vayamos al grano, la propuesta es buena, sobre todo por la música de Andrew Lloyd Webber y parte de su cast que es atractivo, lo que falla es la adaptación y hace que todo su conjunto llegué a verse borroso. En cuanto a los actores , tenemos algunas participaciones bien logradas como otras que son realmente un bochorno. Una de las actrices que salen mejor paradas es Judi Dench, con un personaje un tanto espiritual, y que brinda sus buenos momentos como jueza del concurso que se lleva a cabo para lograr ir a una especie de Edén. Y aunque la protagonista (Francesca Hayward) mantenga la misma expresión durante casi todo el metraje, no se lleva la atención por see lo peor del film en cuanto a lo actoral. Rebel Wilson nos da un personaje totalmente tedioso, con escenas que son ampliamente aburridas y técnicamente espantosas (Véase el número de las cucarachas cantando) , un Ian Mckellen que se merece algo más que ponerse a lamer un tarro de leche , y a Idris Elba, quien dejó de lado la irrealidad de Marvel para interpretar con escaso carisma a un gato villano (…?) Parece que lo que digo sobre la película son todas cosas realmente terribles, pero aún así debo admitir que en lo personal la terminé disfrutando. Su música y el contexto de su historia con los gatos, que aunque no cuente con un hilo conductor preciso, resulta bastante atractiva , al menos para acercarse a la obra original de Webber. Además la mítica canción Memory, mantiene casi la misma potencia y emoción que se tienen en la obra, destacando la labor de Jennifer Hudson en los minutos que aparece. También hay una pequeña participación de Taylor Swift, que si bien su número musical es bastante agradable, solo funciona para agregar una canción original al film para llevarla a entregas de premios, aunque también ese fue un intento fallido. Cats no es el gran desastre del año, de este o el anterior, depende de cómo lo queramos ver. Sino más bien es una adaptación fallida de un musical complejo. A aquellos que se han acercado al musical anteriormente, se van a encontrar con algo interesante pero que no logra transmitir la misma escencia que lo ha hecho en las tablas. La música del gran Andrew Lloyd Webber cumple, sobre todo en su canción más famosa, pero su paso por el cine queda en la decepción, y por momentos en la vergüenza ajena. Calificación 5/10
Disney ha alcanzado su punto máximo en cuando a éxito comercial gracias al estreno de la primera cinta de Frozen, un cuento de princesas que cambia un poco los valores tradicionales a los que estamos acostumbrados, de ahí la clave del su éxito. Vamos a ser sinceros, Frozen no necesitaba ninguna continuación, esto fue producto de la inesperada popularidad que la primera entrega cosechó, y siguiendo las reglas de Hollywood, esto se veía venir. En este capítulo se intenta indagar un poco sobre los orígenes de Elsa, en una película que es sumamente entretenida, pero a su vez poco trascendental. Quizá el problema de hacerle una continuación a un cuento, es que estos quedan mucho mejor atesorados con el misterio de lo que pasó luego del “Y fueron felices…”. Ya hace poco nos pasó con Maléfica, que de pasar una nueva visión de la bella durmiente, pasó a una guerra con criaturas antes escondidas y que denotaba un relato sin pies ni cabezas. Resulta que la historia de Elsa tiene un orígen, que tiene relación con un bosque, a través de una historia que vivió su padre antes de ser rey, y explica la existencia de la magia antes de tener a sus hijas. Aquí se hace la mención a un canto, que fue clave en esa historia, y que de repente Elsa empieza a escuchar, ahí mismo se desata un nuevo peligro para Arendelle, y los personajes deben iniciar un viaje para solucionarlo. Hasta ahí todo bien, pero la realidad es que no existía necesidad de buscar ese orígen, y que termina siendo algo forzoso solo para tener una nueva historia que contar. Para compensar, el metraje resulta sumamente entretenido debido el desarrollo de la relación entre los personajes, el humor que maneja, y el código de musical al estilo Broadway que posee. Si, la relación de hermanas es a lo que mejor jugo le sacan, volviendo quizás un tanto secundaria la típica historia de romance entre un hombre y una mujer, en este caso Ana y Kristoff. Existe ese relato paralelo sobre la intención de Kristoff de pedir la mano de su amada, pero por suerte se maneja como un relajo para ofrecer momentos humorístico. Es el humor lo que también le sienta bien al film, y es el personaje de Olaf quien maneja esta parte para la diversión de los más chicos. Es una realidad que el personaje resulta un tanto insoportable, que es una versión mas inocente del burro de Shrek, pero aún así sus intervenciones funcionan y hacen reír a los más chicos, y también a los grandes. En el apartado artístico reluce la calidad en su animación, aunque quizá en momentos hay cierta confusión en detalles como la distancia en los escenarios, los viajes y sobre el diseño del mismo Reino. No son cosas demasiado relevantes pero llegan a notarse ciertos vacíos. En cuanto a la música, aquí el film está montado con un código perteneciente al de la comedia musical , si, esto quiere decir que hay muchas más canciones, y que su repertorio varía con los climax que se presentan a lo largo de la historia. Puede que no tengamos un nuevo Let it go, pero las canciones son pegajosas y acompañan al relato, como si de una obra de Broadway se tratara. Frozen 2 es una película innecesaria pero aún así se lo perdonamos por brindarnos una aventura que es sumamente entretenida y que mantiene el buen desarrollo de sus personajes. La realidad es que con algunos cuentos es mejor dejar el misterio luego de su final feliz, en vez de montar una historia rebuscada solo para tener una continuación. El éxito hacen a las secuelas y está no iba a ser la excepción, lo bueno es que a pesar de todo cumple con su función de entretener. Calificación 7/10
Al final… lo primero es la familia. Nos encontramos ante una película de misterio, en la línea de películas como Clue (1985). Hay un asesinato y como si de un juego de misterio se tratase, nosotros junto al detective Benoit Blanc, tendremos las piezas delante de nuestras narices para ir reconstruyendo el caso. El muerto, es el escritor Harlan Thrombey, novelista exitoso y multimillonario. Su muerte parece un suicidio, pero hay cabos sueltos que dejan la sospecha de que pudo haber un asesinato. ¿Pero quién es el culpable? Ahí es donde entra en escena nuestro detective, quien debe realizar su investigación sumergiéndose en cada de las diversas personalidades de los integrantes de la familia del muerto y también en la de sus sirvientes. Y creerlo o no, todos tienen un secreto que puede convertirlos en potenciales asesinos. El director Rian Johnson llega en forma, en ésta, su quinta película. Habiendo debutado con la interesante Brick (2005) y logrando una interesante cinta con Looper (2012), también fue el responsable de unos de los capítulos más controversiales de la Saga Star Wars (Si, es el que dirigió Star Wars Episodio VIII: El último Jedi -2017). Acá, logra mantener el misterio y engancharte en la historia, creando un guión compacto, con buenos giros, toques de humor ingeniosos y actuaciones de primer nivel. La película cuenta con una especie de dream team de actores que logran desenvolverse de la mejor forma: Están Christopher Plummer, Jamie Lee Curtis, Toni Colette, Daniel Craig, Chris Evans y Don Johnson, entre otros y cada uno está impecable. Recomendable si te gustan los juegos de mesa, Agatha Christie y las historias de misterio clásicas. No te aburre ni un poco a pesar de su duración de un poco más de dos horas.
La familia Le Domas, es una familia multimillonaria que a través de varias generaciones fue construyendo su fortuna creando nuevos e interesantes juegos de mesa. O sea, les gusta mucho todo lo que envuelva lo lúdico e ingenioso. Así que cada vez, que aparece un nuevo integrante para sumarse a su hermosa familia, luego de casarse, lo hacen participar de un juego al azar que resulta de la elección de una carta. A nuestra protagonista, la bella Samara Weaving (una actriz australiana, con un rostro con reminiscencias a Margot Robbie) le toca el juego “Hide and Seek”, o simplemente las famosas escondidas. Lo que al principio parece un simple y tonto juego, empieza a tornarse peligroso, cuando el verdadero objetivo es que ella muera antes de que amanezca. Película muy bien ejecutada por el tándem de directores Tyler Gillett, Matt Bettinelli-Olpin, quienes ya habían realizado películas de género, pero destacan con está que al momento es su mejor obra. Ambiente opresivo y humor negro, con una gran actuación de la protagonista, en donde nada debe tomarse en serio, y que si te gustan las emociones fuertes seguramente vas a salir satisfecho.
Estamos en una época dónde ya nos acostumbramos a la resurrección de franquicias que han sido icónicas en el pasado, pero que su uso o abuso posterior las han llevado al desgaste, pero que siempre hay lugar para un glorioso regreso. El caso de Terminator Destino Oculto es algo similar a lo que sucedió con el regreso de halloween, si bien son géneros e historias completamente diferentes, guardan una relación al regresar tomando como línea argumental solo las mejores películas de la saga, borrando huella de las terribles continuaciones que han tenido. Terminator Destino Oculto vendría a ser como la tercera película de la franquicia, de este modo nos olvidamos de la genérica pero entretenida Terminator 3, de ese experimento raro que fue Salvation, y sobre todo del horror que fue Génesis (En que estaban pensando al poner a Emilia Clarke como Sarah Connor). Si bien podría parecer un pequeño alimento a la nostalgia (otro más) hubo factores en esta adaptación, que la hacían por más atractiva. Primero es la producción por parte de James Cameron (Padre de la saga y director de las dos primeras películas), la dirección de Tim Miller (Que nos dió mucho con muy poco en Deadpool) , el regreso del T800 (Hey, Arnold), y lo más importante, el regreso de Linda Hamilton en el icónico personaje de Sarah Connor. La realidad es que uno de los motivos por los que las siguientes entregas no han funcionado del todo, más allá de cierto maltrato de la franquicia, fue el hecho de que no contaban con el personaje de Sarah, en esta entrega nos damos cuenta que la franquicia también radica en lo personal de su historia, en la lucha que ha iniciado para salvar al mundo y que sea invisible a los ojos de los demás , y sobre todo la lucha por salvar a su hijo y ser una madre a la vez. La historia nos da un golpe drástico para con Sarah Connor, y aunque pueda resultar muy tajante en un principio, fue una decisión efectiva para que podamos ver cómo siguió su vida después de todo. La historia presente, lamentablemente no está tan bien desarrollado, ya que han optado en pisar por lo seguro y contar algo que ya hemos visto. El relato se reescribe nuevamente, y volvemos a tener una nueva guerra contras las máquinas (Más precisamente contra la inteligencia artificial) , volvemos a tener un nuevo robot asesino que viaja al pasado para ir contra un personaje clave para la resistencia, se desata la acción, llega alguien para protegernos, participación del T800 y bla, bla.. Como cinta de acción funciona muy bien, aunque pisa por lo seguro solo para contarnos efectivamente el drama del personaje más importante (No quien es clave para la nueva resistencia, sino Sarah, la que siempre importó). La vuelta del T800 lo hace de una manera casi absurda, que si bien siempre es un placer ver a Arnold en acción, la realidad es que se podrían haber ahorrado toda esa trama de robot rehabilitado que presentaron. Terminator Destino Oculto es la mejor tercera parte que tiene esta saga, y que su mayor virtud es el regreso de Sarah Connor, con una Linda Hamilton comprometida con su papel como en las épocas de los films de Cameron. La realidad es que aunque su acción es dinámica y entretenida, la película pisa por lo seguro para darnos una trama un tanto genérica, más bien una evolución de Terminator 2 que no termina de convencer. Calificación 6/10